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Estela funeraria
Cementerio Británico
de Montevideo
“El difunto es aquel que no está vivo. Esto es evidente, no obstante por la misma
razón que la muerte no es un doble altercado de la vida, el difunto no está descrito
como parangón a un vivo: es algo distinto, que obedece a pautas de comportamiento
totalmente distintas a las del hombre en sociedad. Ahora bien, en cierto sentido sigue
‘representando’ al vivo: es todo lo que queda de su presencia en el mundo; es digno
para los vivos del ‘ser querido’ al que lloran”.
BARCELO, Juan A. Elementos para una Teoría de la Muerte y de los Ritos Funerarios. En: Boletín de Antropología Universidad de
Antioquia. Medellín. No 24 (s.f.), p 12 y 14.
El rito y el cadáver en las tradiciones judeocristianas: una
‘ausencia-presente’ al interior de la comunidad
Representación de funeral
romano y monumento funerario
ubicado a las afueras de la urbe
De catacumbas a catedrales: los cadáveres de impuros a
elementos ‘sacralizadores’ de espacios
“Empero antiguamente los emperadores et los reyes de los cristianos ficieron establecimientos et leyes, et
mandaron que fuesen fechas eglesias et cementerios de fuera de las cibdades et de las villas en que se
soterrasen los muertos, porque el olor dellos non corrompiese el ayre nin matase á los vivos”
Ley II, del Título XIII
Alfonso X ‘El Sabio’ y las Siete Partidas: la excepción
Carlos I de Castilla
(más conocido como Carlos V)
(14 de marzo de 1516 - 16 de enero de 1556)
Felipe II y la reglamentación de una tradición
Representación de
las ‘Danzas
Macabras’
“Por cuanto don José de Espeleta, Governador, y Capitán General de las Isla de Cuba
y Ciudad de San Christobal de la Habana, hiso presente en carta de tres de febrero
de mil setecientos ochentas y siete, que la mayor parte de enfermedades epidemias
que se conocían con distintos nombres arbitrarios no tenían en su concepto otro
principio que el de enterrarse en las iglesias los cadaberes, lo que era mas obvio en
aquella ciudad, así por hallarse los templos repartidos en toda la poblacion y
combatirla unos ayres corrompidos e impuros a causa de su temperamento calido, y
húmedo, como porque comprehendiendo mayor numero de personas, que las que
permitia su extensión y capasidad, en siertas estaciones del año eran tantos los que
se enterraban, que en algunas iglesias apenas podia pisarse sin tocar sepulturas
blandas, y hediondas; bajo de cuyo concepto para prebenir un daño tan
considerable, propuso como medio urgentísimo, y combeniente a la salud pública el
establecimiento de un sementerio fuera de poblado en donde se enterrasen todos
sin exepcion de …
Real Cédula del 27 de marzo de 1789
(…) Por tanto por esta mi Real Cédula, ordeno, y mando, a mis virreyes (…) y demás
ministros que exercen mi Vice-Patronato Real, y ruego, y encargo, a los muy
Reverendos Arzobispos, y Reverendos Obispos (…), informen por mano de mi
infraescripto secretario con justificación, y la brevedad pocible lo que se les
ofreciere, aserca del insinuado establecimiento con consideración a las
circunstancias territoriales, respectivas comprehendiendo también en caso de que
se estime conveniente, el estado de las rentas de las fábricas de sus iglesias: Si estas
podran sufragar el coste de los mencionados cementerios: el número que se necesita
en cada población, con proporsión a su vecindario: a lo que podrá ascender su costo
por un prudente cálculo, y de que, otros arbitrios, o medios se podría echar mano, no
siendo aquel suficiente para que tenga efecto su construcción, con el menor
gravamen, pocible de mi Real Erario por ser así mi voluntad. Fecha en Madrid, a
veinte, y siete de marzo de mil setecientos ochenta, y nueve = Yo el Rey = Por
mandado del Rey nuestro Señor = Manuel de Nestares.
El Virrey Ezpeleta y la construcción de los primeros
cementerios extramuros
Plaza Mayor de la
ciudad de Santafé a
comienzos del siglo
XIX
En 1789 José Manuel de Ezpeleta se posesionó como Virrey en el Nuevo Reino de Granada y desde
ahí lideró el proceso de creación del cementerio de Santafé, capital virreinal, a partir de 1790.
El Virrey Ezpeleta y la búsqueda de argumentos ilustrados
en Santafé
Antonio Joaquín Froes:
No siendo posible dar reglas particulares para
la fundación de cementerios en cada
población, indicaré las generalidades más
esenciales:
1) Que se funden lo más distante posible de
la población.
2) Que se funden al occidente si no hubiere
algún obstáculo que obligue a lo contrario
porque los vientos del oriente son más
constantes.
3) Elevados y secos.
4) Muy retirado de cualquier manantial o
corriente de agua de donde puedan beber
gentes o animales.
5) Muy espaciosos con el fin de que pasen
muchos años sin que sea necesario volver a
abrir las primeras
Plano Geométrico de la ciudad de Santafé para el año 1791 elaborado por el TC.
Domingo Esquiaqui, corregido y ampliado por las tropas expedicionarias en 1816
El Virrey Ezpeleta y la construcción de los primeros
cementerios extramuros
Esquema de la posible ubicación de los espacios mencionados en relación con la Plaza Mayor de la Villa de Medellín. 1.
Cementerio de la Vice Parroquia de San Benito, 2. Sitio de La Barranca, 3. Cementerio inaugurado en 1809 (‘Ciudad de las
Ánimas’ o ‘Cementerio de San Benito’) y 4. Cementerio de San Lorenzo.
Mapa de Medellín para 1791, AGN, Sección mapas y planos, Mapoteca, Referencia 256 A (Intervenido por el autor).
Pedagogía del terror: la vejación de los cadáveres como
ejemplo
Rendición del Brigadier José María Barreiro. Posteriormente él y todos los oficiales españoles prisioneros fueron
fusilados el 11 de octubre, por orden de Francisco de Paula Santander en otro episodio de la Guerra a muerte.
¡Muchas gracias!
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