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En 1900 una ley del Congreso fija el dólar de oro como patrón monetario de Estados Unidos,
estableciendo también el valor del papel moneda de uso legal en función del valor de la moneda
de oro.
Durante 1907 en los EE.UU. la inestabilidad afecta al mercado de valores de Wall Street y
arrastra a la bancarrota a muchos bancos. La situación es superada gracias a la fortaleza de la
economía, pero motiva al Congreso a iniciar una revisión integral del sistema financiero. Las
repercusiones en Gran Bretaña son mucho menores
En 1927 el banco de la Reserva Federal de EE.UU. produce un recorte en la tasa de interés del
4% o 3,5% con el fin de ayudar a Gran Bretaña a mantener el respaldo oro de la libra. El
abaratamiento interno del crédito domestico facilita paralelamente el inicio de un boom
especulativo sobre el mercado bursátil y un aumento en el valor de los activos que tendra un par
de años más tarde funestas consecuencias.
En 1930 la crisis se profundiza y se extiende a nivel mundial por una sobreoferta de productos
primarios que derrumban sus precios en un 50% lo cual provoca una fuerte caída de los ingresos
de los países productores de alimentos ante la política de los países europeos que buscan
aumentar su autarquía productiva con medidas proteccionistas. La pérdida de estos ingresos
origina una caída en la demanda de los bienes manufacturados.
Gran Bretaña abandona el patrón oro ante la fuga del metal iniciando la libra su declive
como moneda de reserva del sistema monetario internacional, los esfuerzos para
enfrentar la crisis modificando la tasa de interés han demostrado ser infructuosos.
Francia y EE.UU. han acumulado entre tanto el 75% del stock mundial de oro.
En Alemania como resultado de la inestabilidad monetaria en los mercados aceleradas
por el abandono británico de patrón oro quiebran importantes bancos, suspendiéndose el
crédito y repercutiendo en forma inmediata en un brusco ascenso del desempleo.
En Austria la crisis arrastra a la quiebra al Austrian Creditanstalt Bank.
En diciembre de 1931 Japón también abandona el patrón oro presionado por los retiros
de inversores extranjeros que ven con preocupación la situación militar y las
pretensiones japonesas en Manchuria.