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EL SOCORRISMO

El socorrismo es al mismo tiempo una técnica y un estado de

ánimo.

El socorrismo forma parte de la educación del hombre.

El Socorrismo, podría definirse como el conjunto de

acciones que con una base técnica permiten, a una persona

apta y capacitada (el socorrista), realizar una primera

asistencia sanitaria para resolver "in situ" en favor de la

vida de otra (la víctima), que se encuentra ésta dominada

por una situación crítica que razonablemente acabaría con

su vida de no recibir ayuda inmediata y eficaz

SOCORRISTA

Ser socorrista consiste, ante todo, en saber prestar

auxilio con eficacia y evitar la agravación de un

accidentado; es una actuación primordial, limitada y

temporal.

Ser socorrista consiste, ante todo, en saber prestar

auxilio con eficacia y evitar la agravación de un

accidentado; es una actuación primordial, limitada y

temporal.

Es una actuación primordial: ante un herido, el socorrista


conserva su sangre fría, realiza a tiempo los gestos de

urgencia para poder entregar a los médicos un herido vivo y

no agravado; da a este herido el auxilio psicológico que

tanto necesita; impide la actuación nefasta de personas

incompetentes. Es el eslabón primero e insustituible de la

cadena de socorros.

Su actuación es limitada y temporal: el socorrista

interviene debido a sus conocimientos y a su técnica; con

frecuencia, sólo dispone de material improvisado; su

actuación termina cuando interviene el especialista.

Ser socorrista significa tener el sentido de prevención: el

socorrista conoce los peligros de accidentes por

intoxicaciones, de enfermedades para prevenirlos.

Participa, en la medida de sus conocimientos y de sus

medios, en la educación sanitaria.

Una técnica: el socorrista se forma mediante ejercicios

prácticos repetidos: aprende a recoger correctamente un

accidentado, a practicar la respiración artificial, a

detener una hemorragia, a colocar un herido en buena

posición. Mantiene al día, con regularidad, sus

conocimientos, repite los gestos de urgencia para

realizarlos casi por reflejo. Es más, se perfecciona

aprendiendo las técnicas más complejas.


Un estado de ánimo: el socorrista desea servir, ser útil.

Su eficacia aumenta cuando forma parte de un equipo animado

por un ideal común y desinteresado.

Así pues, el socorrismo se practica en todas partes: en la

vida cotidiana, durante el trabajo, en la vía pública,

durante las diversiones y el ocio, en las calamidades de

los tiempos de paz o de guerra.

El socorrista que está presente en el lugar del accidente

debe actuar con dominio de la situación manteniendo la

serenidad.

Hay que evaluar la situación rápidamente, sin precipitarse.

Si hay testigos, es él (el socorrista), quien toma la

iniciativa pidiendo ayuda. Así pues, puede actuar con

eficacia e impedir actuaciones nefastas de testigos

bienintencionados pero incompetentes. La actuación del

socorrista es triple:

 PROTEGER: (prevenir la agravación del accidente). Es

necesario ante todo retirar al accidentado del peligro

sin sucumbir en el intento.

 ALERTAR: la persona que avisa debe expresarse con

claridad y precisión. Decir desde donde llama e

indicar exactamente el lugar del accidente.

 SOCORRER: hacer una primera evaluación:

o Comprobar si respirar o sangra.

o Hablarle para ver si está consciente.


o Tomar el pulso (mejor en la cariótida), si cree

que el corazón no late.

En definitiva, la actuación del socorrista está vinculada

a:

 Hacer frente a un riesgo inmediato y vital: (Ej.:

parada respiratoria, cardíaca, hemorragia intensa...).

 Evitar o disminuir el riesgo de complicaciones

posteriores al accidente. (Ej.: parálisis por una

manipulación inadecuada de una fractura de un miembro

o de la columna vertebral).

Qué hacer en caso de accidente

 Es preciso hacerse cargo rápidamente de la situación y

poner sumo cuidado en la prevención de peligros

mortales.

 Los heridos deben apartarse de los lugares donde puedan

correr peligro, por ejemplo de las calzadas o el fuego.

Pero nunca ha de moverse a un herido si no es

estrictamente necesario.

 En caso de accidente de circulación, el triángulo de

advertencia debe colocarse en un lugar bien visible.

 Si ha de pedirse una ambulancia, deberá mandarse a un

tercero. Nunca ha de dejarse a un herido solo.

 Deben comprobarse el tipo y la importancia de las

lesiones y controlar la respiración y el pulso del

herido.
 Téngase presente que muchas veces la prudencia salva

más vidas que la urgencia.

POSIBILIDADES Y LIMITACIONES

La gran posibilidad del socorrista es salvar la vida de una

persona; sin embargo, las posibilidades del socorrista

están limitadas por diversos factores:

A) LIMITACIONES PERSONALES:

La actuación del socorrista está limitada por el marco de

aptitudes y conocimientos que posea. Siendo importante

saber lo que se debe hacer, aún es más importante

abstenerse de hacer lo que no se sabe o lo que no se debe.

B) LIMITACIONES CIRCUNSTANCIALES:

Vienen determinadas por el grado de riesgo que supone cada

actuación.

Son acciones del Socorrismo sólo aquellas humanamente

realizables. El socorrista asume cierto nivel de riesgos en

su actuación, nivel de riesgos que tratará de disminuir

adoptando medidas de autoprotección, sin deterioro del

nivel de eficacia.

C) LIMITACIONES MATERIALES:

El socorrista trabajará normalmente con escasos recursos

materiales, o con material improvisado que, utilizado

convenientemente, le ayudará a modificar positivamente su

seguridad y su eficacia.
ASPECTOS ÉTICOS SOCIALES DEL SOCORRISMO

El Socorrismo cobra sentido en el respeto y protección de

la dignidad, de la integridad física y de la vida de la

persona, sin distinción alguna por motivo de raza, sexo,

ideología, condición social o cualquier otra circunstancia.

El socorrista moderno pretende la protección de todas las

personas contra el infortunio, en situaciones críticas en

las que su vida o su salud corren peligro.

El ejercicio del socorrismo confiere seguridad a los

ciudadanos y repercute en la mejora de la calidad de vida

de aquellos.

El socorrismo es una expresión de solidaridad que brota de

la sociedad y retorna hacia ella, con intención de

servirla. Es por tanto, un trabajo social altruista.

El socorrismo no se fundamenta en principios religiosos,

caritativistas o moralistas, pues si bien no los desempeña,

cobra su base más sólida en principios de estricta justicia

social, en la idea de servicio al hombre por su condición

de persona.

El socorrismo, se basa pues, en un sistema de valores

éticos y se traduce en una serie de acciones, técnicas y

actitudes humanitarias, popularmente requeridas y

aceptadas, científicamente contrastadas.

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