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NOMBRE: AZAÑA GOMEZ, Jhordy 20140107G

ACONDICIONAMIENTO TERRITORIAL CO822G


CIVILIZACION OCCIDENTAL CRISTIANA Y SU EXPANSIÓN

1. CRISTIANISMO Y CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL, Por Jorge Hernández Fonseca (2013)

SUMILLA:

La civilización occidental debe su nombre al surgimiento del llamado Mundo Griego,


Siglo VI antes del nacimiento de Cristo, en el territorio de la Grecia actual, enclavada
geográficamente al occidente de los anteriores imperios que habían dominado el
mundo antiguo hasta ese momento, de ahí el origen del nombre “occidental” asociado
a la geografía griega y a su posterior legado como base de nuestra civilización.

El cristianismo por su parte nació en la Judea ocupada, en el seno del Mundo Romano,
extendiéndose rápidamente por todo el imperio hasta llegar a ser reconocido como
religión oficial poco antes de la caída del Imperio Romano de Occidente. Esto motivó
que, al fin del imperio romano, el cristianismo, que ya había llegado a todos los rincones
de Europa, quedara como la religión aceptada en todas las regiones del Continente. A la
caída del Imperio Romano, las diferentes regiones europeas se vieron aisladas de su
centro político, Roma. Así, fue el cristianismo como filosofía religiosa, la ideología socio-
político dominante en la vida social europea de toda la Edad Media, en aquellos Feudos
que quedaron aislados durante los 10 largos siglos del Medioevo.

RESUMEN:

Vista hoy en perspectiva, la civilización occidental, que cuenta con un desarrollo


material, económico, militar y político como ninguna otra de las civilizaciones existentes
sobre la faz de la tierra, encuentra su aglutinante ideológico precisamente en el
cristianismo.

Sin embargo, el cristianismo (divido en Iglesias) enfrenta un desafío inmenso que queda
como legado no resuelto por el desaparecido Papa Juan Pablo II: dar respuesta adecuada
a los problemas de hoy, situándose a la par del avance de la ciencia y la tecnología, hijas
indiscutibles de la filosofía cristiana y piedra angular del éxito material, civilizatorio,
desarrollista y humano de la civilización occidental, comprendiendo que la misma es una
herramienta fundamental y que por haber ganado cuerpo propio, la iglesia debe
establecer un diálogo de igual a igual con el resto de las categorías trascendentes tenidas
en cuenta por la doctrina cristiana.

Juan Pablo II trabajó profundamente en el plano político de nuestra civilización y su


genio extraordinario consistió en haber establecido la estrategia y la táctica para
extirpar el cáncer social que significó para la civilización occidental la aparición, desde
dentro de la filosofía marxista, que dejada a su albedrío hubiera acabado
definitivamente con las bases de la civilización occidental, y que fue finalmente
derrotada con su concurso genial.
NOMBRE: AZAÑA GOMEZ, Jhordy 20140107G
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LA REVOLUCIÓN CULTURAL DEL RENACIMIENTO

1. LA REVOLUCION CULTURAL DEL RENACIMIENTO


Curunir (2008)

SUMILLA:

Se entiende por renacimiento el periodo de renovación ideológica y artística que


durante los siglos xv y xvi comienza en Italia y se extiende al resto de Europa, dando
paso de la edad media a la moderna. Su característica esencial es la admiración del
clásico grecolatino, de ahí el nombre de renacimiento, pues se supuso que había
"renacido" todo el esplendor de los antiguos griegos y romanos. Los renacentistas
consideraban esta cultura clásica como la realización máxima del ideal de perfección e
intentaban imitarla en cuanto podían. El renacimiento es un fenómeno
fundamentalmente italiano, que aunque se extendió rápidamente a otros lugares de
Europa guardó en cada uno de ellos unas características propias tan definitorias y en
algunos casos tan profundas que puede hablarse de varias clases de renacimientos, lo
cual enriquece su concepto genérico.

RESUMEN:

El Renacimiento debe situarse en los orígenes de la modernidad (siguiendo a Hegel)


como la “Aurora” que disipa la oscura noche del Medioevo. Los renacentistas
elaboraron el programa cultural que recoge los ideales fundamentales de la nueva
época: el punto de partida del hombre moderno no podemos ni debemos situarlo en el
siglo XVII, sino en los siglos XV y XVI, en los que surge una nueva visión del hombre, que
abrió nuevos caminos en múltiples direcciones. Engels habló en este sentido de una
revolución: sacudida de la estructura social y económica, así como del sistema de
valores y la concepción de la vida. Tuvieron una clara conciencia de estar iniciando una
nueva etapa en la historia de la humanidad.
Los pensadores renacentistas adoptan una actitud en la línea de la tradición clásica, a
mediados del siglo XIV (el lema del retorno a los clásicos). Veían en ellos auténticos
modelos, pero no los contemplaron como una especie de oráculos divinos, ni como
legisladores del pensamiento, por esto mismo sustituyeron el principio de autoridad por
el de la libre investigación (nombra mucho a Eugenio Garin).
Esta vuelta a los orígenes terminó en gran medida suponiendo y exigiendo un
recomenzar el edificio del saber desde el principio:

 Limitación de las teorías de los antiguos a la tarea del pensar y del obrar.
 No supuso el desprecio o la indiferencia para el pensamiento de la Antigüedad.
 Valoraron muy positivamente sus logros, pero lo hicieron en su justa medida.
 En la antigua filosofía, buscaron y creyeron encontrar un rico caudal de valiosas
experiencias y un estilo autónomo de pensamiento que debía ser imitado.
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2. MEDIEVO Y RENACIMIENTO, RUPTURA O CONTINUIDAD?
Martin González Fernández.

SUMILLA:

El tono despectivo con que en el siglo XVIII, entre los ilustrados, se trata al Medievo se
le aplicaran, sabido es, metáforas y típicos como los de «noche», «edad oscura»,
«barbarie», «tiempo de ignorancia», «tinieblas», «muerte», «ocaso», «corrupción»,
«eclipse», etc. Tiene su origen en el propio Renacimiento, en el amplio marco del
movimiento humanista y de Ia Reforma. Existe, en efecto, una sinuosa línea de
continuidad que nos lleva desde Ia «edad de las tinieblas» de Petrarca a los «barbaros»
de Valla, a Ia «corrupción de las disciplinas» de J.L. Vives o a las agrias invectivas
antiescolásticas de Lutero y Melanchton. A los lamentos de Vives («Mas Ia perdida y
gran oscurecimiento de esas dos lenguas augustas, latina y griega, trajo forzosamente
que en las misma tinieblas y envilecimiento quedasen sumidas las artes y las disciplinas
que en aquellas lenguas habían tenido su expresión y que las voces perdieran su sentido
preciso y se introdujeran desconocidos y feos idiotismos.

RESUMEN:

Nicolás Maquiavelo es el teórico que mejor supo entender la complejidad de matices


(«De cuantos especularon con la empresa de Ia constitución de un estado, Maquiavelo
es, sin comparación, el más grande de todos. Capta siempre las fuerzas en juego como
algo vivo, como algo activo, plantea alterativas acertadamente y con grandeza, y
procura no engaitarse a sí mismo ni engaliar a los demás. No hay en el rastro de vanidad
ni de empaque. Por otra parte no escribe para el público, sino para las autoridades y los
príncipes o para sus amigos. Lo peligroso en él no es la falsa genialidad, ni la falsa
urdimbre de conceptos: nada de esto encontraremos en su obra. Su mayor enemigo es
una vigorosa fantasía, que domina con dificultad. A veces su objetividad política es
ciertamente terrible en su sinceridad, pero no debe olvidarse que escribe en una época
de angustia y peligro extremos, en la cual no podría esperarse de los hombres que
creyeran en la justicia ni dieran por supuesta su . equidad ... » ). Así, pues, el Estado en
el Renacimiento (nuestro historiador se refiere exclusivamente a los «estados»
italianos) era, en su estructura interna, una inmensa obra de arte, o sea, creaciones
conscientes, hijas de Ia reflexión y de Ia prudencia, basadas en fundamentos visibles,
calculados con exactitud y precisión. Las diferencias, en este sentí do, con el sistema
feudal de la Edad Media son notorias. Se asiste, ahora, a Ia quiebra de dicho orden.
Desaparecen los «derechos artificialmente derivados», propios del feudalismo de
patente nórdica, siendo el poder ahora directo y efectivo.
NOMBRE: AZAÑA GOMEZ, Jhordy 20140107G
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LA CIUDAD RENACENTISTA

1. La representación de la ciudad en el renacimiento. Levantamiento urbano y territorial


Gentil Baldrich, José María y Ruíz de la Rosa, José Antonio.

RESUMEN:

La tesis supone una profunda investigación sobre las técnicas utilizadas En el


renacimiento en el levantamiento urbano y territorial. El estudio Propone una revisión
inicial de la evolución grafica desde la edad media, Desarrollando interesantes
relaciones entre las técnicas utilizadas en Los portulanos y en la representación del
urbanismo medieval con respecto A los métodos desarrollados en el renacimiento para
dibujar en planta la Ciudad. Basada en una amplia documentación inédita obtenida en
diversos archivos Españoles y extranjeros, la tesis obtiene interesantes conclusiones
sobre Los métodos de levantamiento, proponiendo la utilización conjunta de sistemas
Indirectos como la radiación y de sistemas directos como la orientación Con brújula. Así
mismo, se aportan diversas teorías sobre las vistas urbanas del renacimiento,
Especialmente en lo referente a los métodos utilizados en su realización.

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