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LA TEORÍA DEL DOMINIO DEL

HECHO
Por
Moris Landaverde
24 Febrero, 2015
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Teoría del dominio del hecho

1.- Introducción.

Con frecuencia el delito no es obra de una sola persona, ya que existen supuestos en que
concurren muchos sujetos activos en su realización, lo cual ha llevado a la dogmática
jurídica, a realizar una distinción de los grados de participación de cada una de ellas, para
determinar su responsabilidad de conformidad al principio de proporcionalidad,
tratando de apreciar el aporte que hace cada sujeto al injusto cometido.

Nuestra legislación, a partir del Art. 32 al 37 del Código Penal –en adelante CPn.-, regula
la responsabilidad de los autores, cómplices e instigadores, estableciendo del 65 al 67 del
CPn. un tratamiento de respuesta penal diferenciado para cada uno de los sujetos activos
involucrados en la comisión del delito.

Tomando en cuenta que la técnica legislativa utilizada en las referidas disposiciones es


de vanguardia (1), sobre el tópico se regula que “incurren en responsabilidad penal por
el delito cometido, los autores, los instigadores y los cómplices” (Art. 32 CPn.),
corresponde al aplicador de justicia determinar en cada caso concreto, cuándo estamos
en presencia de autores o partícipes (cómplices e instigadores); lo cual no es una tarea
fácil, tomando en cuenta la centenaria discusión doctrinal sobre las teorías que se han
esbozado para determinar cuándo estamos en presencia de unos y otros. Algunas de ellas
han sido superadas, otras, con muchas críticas, han revolucionado los conceptos, pero
actualmente existe consenso (2) en que la Teoría del Dominio del Hecho es la que
mejor explica sus diferencias; por lo que continuación nos aprestamos a desarrollar
brevemente las mismas.

2.- Sistemas y teorías de tratamiento de la pluralidad de sujetos activos.

El asunto sobre la concurrencia de varias personas como sujetos activos de un ilícito,


puede ser abordado por el derecho penal, sobre la base de dos sistemas completamente
diferenciados, a saber: el unitario y diferenciador.

Para el primero, es autor el que aporta una contribución causal al hecho, por mínimo
que sea. Es decir, que considera autores a todos los que, de una u otra manera,
contribuyeron a la realización del hecho antijurídico, por muy exigua que sea su
participación, e independiente de la valoración jurídica de las conductas de los demás
intervinientes.

Roxin, critica esta postura, aduciendo que: “se da una equivalencia de todas las
condiciones, por tanto, es obvio negar la diferencia entre autores, cómplices e inductores
y partir del concepto unitario de acción”. La Teoría de la Equivalencia de
Condiciones, daba por sentado que las aportaciones de todos los intervinientes en el
hecho que poseían una relación causal con el resultado, les hacía autores. Por
ejemplo: A entrega un arma a B, para que éste mate a C; por lo que para esta teoría, tanto
A como B son considerados autores del homicidio.

Actualmente, los planteamientos de la teoría unitaria son utilizados para los tipos
culposos, siendo que cualquier participación en esta clase de delitos, sea autoría
culposa.

Por su parte el sistema diferenciador, reclama un tratamiento diferenciado de los


distintos papeles cumplidos por quienes toman parte en el delito y a las exigencias
de una mayor seguridad jurídica.

3.- Teoría Subjetiva.

El fundamento de esta posición es la teoría de la equivalencia de las condiciones y tiene


como complemento necesario a la teoría subjetiva de la participación. Esta teoría
considera que autor es todo aquel que ha puesto una condición para la acusación del
resultado típico, pero esto puede afirmarse también de quien sólo presta una
colaboración poco significativa, de tal manera que el concepto de autor resulta
extraordinariamente extendido. Este concepto admite que la ley obliga a distinguir
distintos grados de responsabilidad. Como consecuencia, los tipos legales de
participación surgen como causas de limitación de la pena. Si esto no fuera así, tendría
que castigarse a todos los intervinientes como autores.
Se le critica porque transforma al autor en un concepto residual que se obtiene por
exclusión, ya que lo será sólo aquel que no presente las características señaladas por
la ley para considerarlo cómplice o instigador. Resulta tan extensa que puede
comprender a cualquier persona y constituirse en un peligro de renuncia a la
delimitación típica de la acción del delito. Esta concepción también carece de base
objetiva para trazar la diferencia entre autor y partícipe, es por ello que para superar estas
dificultades recurrieron a un complemento subjetivo. Con el apoyo de esta posición
subjetiva la distinción entre autor y partícipe se encuentra en la intención del sujeto, en
su ánimo. Es considerado autor el sujeto que actúa con voluntad de tal, quiere el
hecho como propio o tiene interés en el resultado, y partícipe, quien actúa con
voluntad de tal, quiere el hecho como ajeno y no tiene interés propio.

Esta posición no estuvo exenta de críticas y se afirmó que el ánimo no tiene ni realidad
jurídica ni realidad normativa y si nos guiamos por una fórmula de puro ánimo existe el
peligro de llegar al extremo de no tomar en cuenta la realidad fáctica: que el autor, haya
ejecutado una acción típica, lo que es una contraposición al principio de legalidad.

4.- Teorías Objetivas.

Es posible distinguir tres direcciones: teoría objetivo-formal, teoría objetivo-material y


teoría del dominio del hecho.

 Teoría Objetivo Formal (3):

Lo decisivo es la realización de todos o algunos de los actos ejecutivos previstos


expresamente (literalmente) en el tipo legal. Parten de la descripción típica para distinguir
al autor del partÍcipe, autor viene a ser aquel cuyo comportamiento puede ser
apreciado como clara verificación del tipo.

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Tiene inconvenientes al encontrarse frente a la autoría mediata, pues el agente no


realiza directamente la acción sino que se vale de un instrumento (persona) para
hacerlo. De acuerdo con esta teoría, serÍa autor el instrumento que realiza materialmente
la acción, el cual podría ser un inimputable, una persona coaccionada o una persona que
se encuentra inmerso en un error; de igual manera tiene el inconveniente que se
presentaría en el caso de la coautoría; ejemplo: en el delito de robo, este se configura
cuando se emplea violencia y sustracción, técnicamente el autor tiene que realizar ambas
conductas porque si una persona ejerce la violencia y otra sustrae, ninguna seria autor
de robo.

En resumen, la teoría objetivo formal resulta ilimitada en los delitos meramente


resultativos y excesivamente limitada en cambio en los delitos medios determinados.

 Teoría Objetivo Material (4):

Esta teoría trata de corregir los errores de la teoría objetivo formal remitiendo a un criterio
material más allá de la mera descripción típica, si bien parte de la aportación objetiva de
los sujetos al hecho, sostiene que existen aportaciones más importantes que otras, en
cierta forma aplica la teoría de la causa eficiente. Es decir, es autor quien aporta la
contribución más importante, el que da una mayor peligrosidad al hecho.

Uno de los puntos a discutir está referido a las aportaciones para la configuración del
delito, ya que pueden darse casos en que las aportaciones de un cómplice determinen o
sean tan importanteS como la del autor. Además, esta teoría tiene problemas respecto
del autor mediato porque este no tiene aportaciones objetivas.

5.- Teoría del Dominio de Hecho (5):

Una variedad de la teoría objetiva es la teoría del dominio del hecho, que puede
considerarse como una teoría material-objetiva (6). Para ella, autor es quien tiene el
dominio final del suceso, mientras los partícipes por su parte carecen de esa
posibilidad. En la opinión de Wezel: es el hecho de tener intencionalmente en las manos
el desarrollo del acto típico. Así, es autor quien controla la toma de decisión y la
ejecución de la misma.

El instigador y el cómplice, intervienen en la ejecución del comportamiento, pero no


tienen el dominio de su realización. Según Roxin, principal exponente de esta
concepción, es autor respecto a una pluralidad de personas, quien, por el papel
decisivo que representa, aparece como la figura “clave o central” del suceso. Se trata
de una síntesis de factores objetivos y subjetivos. Así, la comisión del delito depende del
control que tenga el agente sobre el desarrollo de la acción y de su consumación.

Las principales consecuencias de la teoría del dominio del hecho (7):

• Es autor quien ejecuta todos los elementos del tipo (dominio de acción).
• Es autor quien ejecuta el hecho valiéndose de otro como instrumento (dominio de la
voluntad).
• Es autor el que realiza una parte necesaria de la ejecución del plan global (dominio
funcional del hecho) aunque no sea un acto típico en sentido estricto, pero, participando
de la común resolución delictiva.

Criterios a tomar en cuenta:

 El transcurso y resultado del hecho dependen decisivamente de su voluntad:


El agente tiene una relación interna con el hecho, la cual se manifiesta en el “dominio
conjunto del curso del acontecer”. Esta idea sirve de mucho para determinar la existencia
de la coautoría. Como sabemos la voluntad dirige el comportamiento de los agentes, pero
esta solo se torna influyente si el agente cumple una función, objetivamente significativa,
en la realización del tipo.

 La capacidad de hacer, continuar y de impedir:

Esta idea la sostiene el profesor Maurach, el cual se sirve de esta fórmula para caracterizar
el dominio del hecho en general y para determinar con mayor precisión la coautoría en
particular. Se plantea que cada agente tiene un papel necesario centro de la comisión del
delito de manera que, si este desiste, puede hacer que fracase el plan.

 La posibilidad de dar al suceso el giro decisivo:

Es decir, el agente tiene y está en pleno dominio del hecho, por lo que puede darle un giro
decisivo. Esta posición se verifica en los delitos de omisión en los cuales el agente tiene
la posibilidad de impedir el resultado. En otras palabras, no importa si el sujeto,
interviniendo activamente, pudo haber impedido el resultado, sino a la inversa, si el que
permaneciere inactivo ha detenido el suceso que se venía desarrollando o lo ha
modificado decisivamente.

 El poder sobre el hecho:

Se debe atender a las posibilidades físicas o habilidades técnicas del agente y conforme
con ello ver si dominan la dirección final del curso causal en la realidad. La incapacidad
para realizar el tipo de propia mano no excluye el dominio del hecho, los cuales
demuestra tanto en la autoría mediata como en la coautoría. Lo que debemos destacar
es que no basta la mera voluntad de autor o de dominio del hecho, la disposición interna,
para fundamentar la autoría.

 La subordinación de la voluntad:

La teoría del dolo es acertada también como teoría del dominio del hecho, en la medida
en que capta que el partícipe tiene que hacer depender el suceso de voluntad del autor,
dejándolo a su criterio. Un sujeto no es partícipe porque haya dejado a criterio del otro la
ejecución del hecho. porque este tiene el dominio sobre el suceso. La subordinación de
la voluntad es el reflejo psíquico de las relaciones de dominio objetivas.

 Voluntad del dominio del hecho y sentimiento de autoría:

El autor tiene que conocer las circunstancias fácticas y además ser consciente de los
hechos que fundamentan su dominio sobre el suceso, es decir se da un conocimiento
fundamental del dominio.

Hasta aquí, en apretado epitome, hicimos énfasis en la teoría del dominio del hecho, y
otras teorías ya superadas, para poder diferenciar autoría y participación. En nuestro
próximo artículo, desarrollaremos brevemente dichas categorías, para una mayor
comprensión.
(1) Tomando en cuenta que la parte general hace un gran esfuerzo por no dar
definiciones.
(2) El cual no está del todo exento de críticas.
(3) Ver ROXIN, Claus, Autoría y Dominio del Hecho en Derecho Penal, Editorial
Marcial Pons, 7 Edición, Traducción de Joaquín Cuello Contreras y José Luis Serrano
González de Murillo, Madrid, 200, Págs. 58-70.
(4) Ver ROXIN, Claus, Op. Cit. , Págs. 71-76.
(5) Ver ROXIN, Claus, Op. Cit. , Págs. 81-128.
(6) Desarrollada a partir de la teoría final de la acción. Ver MUÑOZ CONDE,
Francisco y GARCIA ARAN, Mercedes, Derecho Penal Parte General, Editorial Tirant
Lo Blach, 2 Edición, Valencia, 1996, Pág. 451.
(7) Ver ROXIN, Claus, Op. Cit. Pág. 103.

Si deseas citar este artículo hazlo así:

LANDAVERDE, MORIS. “LA TEORÍA DEL DOMINIO DEL HECHO”. Publicado en


la Revista Jurídica Digital “Enfoque Jurídico” el 24 de febrero de 2015.
http://www.enfoquejuridico.info/wp/archivos/1626

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