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La deficiente garantía del beneficio a la visita íntima en los centros

penitenciarios femeninos.

Una mirada desde la perspectiva del enfoque de género en el derecho

Alexandra Catherine Tirado Ibáñez.

Resumen: El presente trabajo, está dirigido a evidenciar las deficiencias


legislativas respecto a la garantía penitenciaria de la visita íntima en los centros
carcelarios femeninos y, a desarrollar las brechas de desigualdad que aún
existen y que vulneran la aplicación igualitaria, material, de la ley, ya que, en la
actualidad, las mujeres en prisión no tienen acceso a esta garantía o la obtienen
de manera deficiente; por lo tanto, existe la falta de un enfoque de género
penitenciario, lo que afecta al desarrollo de la libertad sexual y al fin de reinsertar
a la sociedad a las mujeres que han delinquido.

Palabras Clave: Enfoque de género, centros penitenciarios femeninos y visita


íntima.

Abstract: The present work is aimed at developing the legislative deficiencies


regarding the penitentiary guarantee of the intimate visit in the female prison
centers and, to develop the inequality gaps that still exist and that violate the
egalitarian, material application of the law, already that, at present, women in
prison do not have access to this guarantee or obtain it in a deficient manner;
therefore, the lack of a penitentiary gender approach is evident, which affects the
development of sexual freedom and the purpose of reinserting women who have
committed crimes into society.

Key Words: Gender focus, women's prison and intimate visit.

Sumario: Introducción • La visita íntima ¿derecho o garantía? • Legislación


peruana respecto a la visita íntima femenina • Panorama actual y deficiencias de
la visita íntima en los centros penitenciarios • La importancia de un enfoque de
género y su relación con la visita íntima en los centros penitenciarios femeninos
•Conclusiones • Propuestas • Mensaje personal • Referencias bibliográficas.
Introducción

Siempre ha sido controversial hablar sobre derechos, beneficios o garantías


que se les deben reconocer a las personas que se encuentran en los centros
penitenciarios, puesto que son juzgados moralmente por la sociedad, la justicia
y se encuentran cumpliendo una sanción, claramente, por una acción
condenable. No obstante, el hecho de que una persona haya sido sancionada y
esté dentro de un régimen carcelario no implica que se deba dejar de garantizar
ciertos aspectos que sustentan su dignidad como persona. Es decir, el hecho de
que un ser humano haya cometido un delito y esté cumpliendo una condena
donde se le restringen y limitan parte de sus derechos, por su actuar reprochable,
no quiere decir que se pueden vulnerar los derechos que antes de cometer el
ilícito ostentaba.

En ese sentido, el Perú ha establecido un Régimen Penitenciario a través del


Código de Ejecución Penal en un marco en el que se reconoce ciertas garantías
y beneficios que coadyuven a la convivencia dentro de las cárceles, pero que,
además, permitan cumplir con los fines de la aplicación de la pena: prevención,
protección y resocialización.

Uno de esos beneficios penitenciarios es la denominada “visita íntima”, el cual


se encuentra contemplado en la sección quinta, artículo 58 del Código de
Ejecución Penal como un beneficio penitenciario y que posee como finalidad la
relación del interno con su cónyuge o concubino. Este beneficio constituye un
avance para el reconocimiento del derecho a la libertad del desarrollo de la
personalidad y sexual.

Si bien es cierto, la libertad sexual ha sido un tema tabú por muchísimos años
de dominación eclesiástica, más aún en el ejercicio de este por parte de las
mujeres, ya que no podían expresar sus experiencias sexuales in que fueran
juzgadas y, en un tiempo, solo fueron vistas como objeto de satisfacción para los
hombres.

No obstante, en la actualidad, la libertad sexual es un derecho universal, cuya


protección debe estar garantizada a varones y mujeres indiferentemente de que
se encuentren o no en prisión, por lo tanto, es importante entender el tratamiento
legislativo que existe en el Perú para garantizar un enfoque de género en los
centros penitenciarios del país porque solo así se garantizará la aplicación
igualitaria material de la ley. Un grupo por ser minoritario no debe recibir menos
beneficios que otros, más aún cuando sus condiciones: género, han
representado históricamente una lucha para obtener su reconocimiento
ciudadano y abolir la violencia.

Es por ello que el presente artículo de investigación está orientado a dilucidar


la realidad problemática que aqueja a las mujeres, como grupo minoritario, del
sistema penitenciario peruano, por lo que iniciaremos aclarando las
discrepancias a cerca del concepto de derecho de visita íntima, partiendo desde
si se debe considerar como un derecho, garantía o beneficio, además haremos
un breve análisis de la legislación peruano para reconocer que instrumentos
están orientados a desarrollar el beneficio de la visita íntima y si existe algún
parámetro diferenciador de tratamiento respecto a su protección en las cárceles
femeninas; por otro lado, expondremos el panorama actual y las deficiencias de
la obtención de las visitas íntimas en los centros penitenciarios femeninos;
finalmente se enfatizará en la importancia de la aplicación de un enfoque de
género y su relación con la visita íntima en los centros penitenciarios.

Todo ello, se estructurará con la información brindada por diversos informes


emitidos por la Defensoría del Pueblo, el Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos, los pronunciamientos respecto al tema por parte del Tribunal
Constitucional, además se ha tomado como guía la legislación vigente y la
doctrina.

La visita íntima ¿derecho o garantía?

Una de las principales controversias respecto a la visita íntima para el


desarrollo de su contenido, ha sido la de determinar si debe ser considerada
como un derecho, un beneficio o, una garantía. Es importante tomar en cuenta
que uno de los grupos más vulnerables dentro de una sociedad son los centros
penitenciarios, ya que a través del tiempo se ha buscado que a pesar de que las
personas se encuentren purgando condena en las cárceles se siga respetando
su derecho a la dignidad y la integridad personal.

El Tribunal Constitucional del Perú, en el año de 2009, ha emitido


pronunciamiento a través de sentencia N.º 01575-2007-PHC/TC (Caso Marisol
Ventura) en el fundamento 9 del voto singular por parte de Martín Vergara Goteli,
refiere que “El Tribunal ha señalado en su reiterada jurisprudencia que en estricto
los beneficios penitenciarios no son derechos fundamentales, sino garantías
previstas por el Derecho de Ejecución Penal. En efecto, a diferencia de los
derechos fundamentales, las garantías persiguen el aseguramiento de
determinadas instituciones jurídicas y no engendran derechos fundamentales a
favor de las personas, de ahí que puedan ser limitadas y ser concebidas con
carácter meramente legal”1

Por otro lado, la Corte Constitucional de la república colombiana a


considerado que “la visita íntima es un derecho fundamental limitado por las
propias características que involucra el permitir las visitas conyugales, esto es,
contar con instalaciones físicas adecuadas, privacidad e higiene, y se encuentra
sujeto a una serie de restricciones propias del régimen carcelario, al igual que
del régimen disciplinario al interior de cada establecimiento, con el propósito de
cumplir con todas las normas de seguridad”2

Es decir, en el Perú no se ha contemplado como un derecho fundamental,


sino un beneficio que busca garantizar el desarrollo del derecho a la personalidad
que tiene como contenido el derecho a la libertad sexual, la protección de la
familia y la integridad personal.

No obstante, el reconocimiento que realiza Colombia a la visita íntima como


derecho fundamental representa un avance para la exigencia de esta garantía
puesto que se debiera considerar que, la visita íntima en sí tiene derechos
conexos, pero que esencialmente busca proteger un campo especial que exige
un tratamiento diferenciado, por tanto, debe constituir un derecho independiente.

En la misma línea, Marín Vergara Goteli, también, respecto a la anterior


sentencia citada, señala que “la alegada afectación al derecho al beneficio
penitenciario de visita íntima debe ser desestimada puesto que los beneficios
penitenciarios no constituyen derechos fundamentales en sí mismos sino que se
estiman como garantías previstas por el Derecho de Ejecución Penal con
carácter legal a favor de los internos, ciertamente condicionados porque su

1 Sentencia recaída en el Expediente N.° 2700-2006-PHC/TC FJ 19


2 Sentencia T-474/12 de la Corte Constitucional de Colombia
aplicación no procede automáticamente por el solo hecho de que quien lo solicita
se encuentra privado de su libertad, sino que están sujetos a presupuestos
establecidos en la norma y a la decisión que determine el juez competente o la
autoridad penitenciaria, según sea el caso”

La expuesta posición se realiza a partir de que se ha asumido que la visita


íntima debe ser considerado como un beneficio, esto es, que el reo la adquirirá,
solo si tiene un comportamiento óptimo dentro de la convivencia carcelaria; sin
embargo, si la visita íntima tiene como finalidad la reinserción, que se otorgue
mecanismos y elementos que ayuden y cooperen con el comportamiento de los
internos, establecer presupuesto para un derecho como es el de la libertad
sexual y que incluso es natural en los seres humanos implica una grave
vulneración. No pueden exigirse condiciones para la satisfacción de una
necesidad primaria, tal y como lo es la sexual; ya que esto, incluso, podría
acarrear que las personas que se encuentran en abstinencia sexual obligatoria
realicen acciones que contravengan los derechos de otras personas. Por tanto,
evidentemente, es importante su reconocimiento como un derecho.

Por lo tanto, es innegable el valor que aportaría su reconocimiento como tal,


ya que se orientaría a un mejor planeamiento de resocialización y rehabilitación
a través del reforzamiento del desarrollo de la visita íntima como derecho puesto
“la inquietud, la infelicidad individual y ciertas enfermedades psicosomáticas del
interno se encuentran ligadas a la abstinencia sexual en las cárceles, ello debido
a la especial patología del ambiente carcelario” (Neuman, 1982, pp.45)

Legislación peruana respecto a la visita íntima femenina

Como se ha señalado, el beneficio a la visita íntima se encuentra establecido


en el artículo 58 del Código de Ejecución Penal, sin embargo, existen otros
instrumentos legislativos que han sido destinado a su desarrollo. Por tanto, la
Ley N° 29881 estableció los lineamientos generales: quién está encargado de
conceder el beneficio y cuáles son los requisitos para que se pueda acceder al
beneficio, uno de ellos, era la necesidad de la existencia y, aparte, acreditación
de que existía una relación íntima de la relación del interno con su cónyuge o
concubino acreditado.
Asimismo, la Ley N° 30253 se realiza la modificación, estipulando que “el
mismo beneficio, y en las mismas condiciones, tiene el interno no casado ni
conviviente respecto de la pareja que designe”.

Sin embargo, en los instrumentos legislativos expuestos no existe una


diferenciación sustancial del tratamiento y acceso a este beneficio por parte de
las mujeres, si bien es cierto se reconoce de manera expresa y no excluyente
que el beneficio es para aquellos que hayan sido condenados o procesados y se
encontraran en la cárcel, pero no hay especificación alguna respecto a cómo se
desenvuelve este beneficio en el ámbito femenino, teniendo en cuenta que
producto de estas visitas íntimas las mujeres pueden pretender proyectar la
conformación de una familia y llevar un embarazo dentro del centro penitenciario,
derecho que tampoco puede ser proscrito.

Por ello, es innegable que “el derecho del recluso a mantener relaciones
sexuales (…), tiene un ejercicio bastante limitado, incluso siendo este ejercicio
más restringido para las mujeres internas que para los varones” (Ramirez, 2012,
pp.152). Ahora, cabe cuestionarse por qué en un siglo donde se lucha por la
igualdad de la aplicación de la ley en grupos que han sido socialmente
discriminados, se sigue permitiendo factores de diferenciación indirecta.

La cuestión anterior se podría responder a través de una crítica histórica del


rol que ha cumplido la mujer en la sociedad, en se sentido “las mujeres, a lo largo
de los tiempos hemos sufrido discriminaciones y violencia en todos los órdenes
de nuestra vida y, por supuesto, en nuestra sexualidad. Pero no podemos hablar
en pasado, hoy seguimos perdiendo la vida, en la mayoría de los casos por el
simple hecho de nuestro sexo, de ser mujer (Povendo, 2008)

Es decir, los derechos sexuales en el ámbito femenino han sido violentados


en los diferentes estadios históricos y lo serán aún más en los grupos sociales
en los que se vulneran más derechos. Los centros penitenciarios no son centros
en los que se pueda justificar el maltrato y el abuso.

Las mujeres, al ser un número reducido dentro de los centros penitenciarios


son un grupo potencialmente olvidado por parte de la legislación peruana y más
respecto a la protección de sus derechos sexuales, sin tener en cuenta que,
como manifiesta Pérez (1997) “La sexualidad es una parte integral de la
personalidad de todo ser humano. Su desarrollo pleno depende de la satisfacción
de necesidades humanas básicas como el deseo de contacto, intimidad,
expresión emocional, placer, ternura y amor” (p.1). Dicha necesidad no es
exclusiva, obviamente, de los varones; por tanto la legislación deberá desarrollar
mayores garantías para el respeto de este beneficio.

Si se llegará a mejorar el contenido legislativo en el marco del régimen


discutido, quedaría en manos de la administración penitenciaria garantizar su
cumplimiento, sin embargo, se ha evidenciado que muchas veces se ha asumido
que las internas que han cometido ciertos delitos ya no podrían acceder al
beneficio de la visita íntima, pero los hombres que cometían los mismos ilícitos
no tenían limitado el acceso a ese beneficio.

En síntesis, se requieren de esfuerzos normativos especializados para el


régimen de internas en el centro penitenciario, las cuales, al representar un grupo
minoritario dentro de las cárceles son más vulnerables a la violación de sus
derechos, uno de ellos, los sexuales. Además, aparte de una ley especializada,
hace falta concientizar a la administración penitenciaria sobre la
inconstitucionalidad que representa el otorgarle beneficios sólo a los varones y
no a las mujeres, cuando ambos son personas que solo se difieren por su
constructo físico, pero que no es justificante para una aplicación desigualitaria
de la norma. Todo ello, para visibilizar a la mujer, puesto que ella también tienen
garantías para el desarrollo libre se su personalidad.

Panorama actual y deficiencias de la visita íntima en los centros


penitenciarios

Conocer del panorama actual de los centros penitenciarios permitirá la


realización de un análisis crítico acerca del funcionamiento administrativo
respecto a esta área.

Un especial medio informativo es la Defensoría del Pueblo que por periodos


determinados ha realizados visitas de inspección a una diversidad de
comunidades carcelarias del Perú, con la finalidad de investigar cómo es que se
están llevando a cabo las políticas que rigen a este sistema, además buscan
evidenciar si existe alguna forma de violencia que debería ser eliminada y analiza
las condiciones en las que se encuentran conviviendo los internos, para luego
de todo ello emitir un pronunciamiento.

La mirada de la Defensoría del Pueblo a la situación de las mujeres respecto


a la visita íntima no ha sido indiferente, tal es el caso del el informe titulado
“Supervisión de Derechos Humanos de Personas Privadas de Libertad 1998 –
1999” el cual ha evidenciado que:

“En el caso de las mujeres, el acceso a este beneficio es mucho más


restringido. En nuestro país, existen sólo dos penales de mujeres que
tienen ambientes en funcionamiento para la visita íntima (adonisterios). El
primero, el Establecimiento Penitenciario de Máxima Seguridad de
Chorrillos, donde las internas que participan del programa pueden recibir
a sus parejas cada quince días (…). El segundo, el penal de Socabaya
Mujeres de Arequipa, cuyo adonisterio presta servicios a un reducido
número de internas. Se puede afirmar, que existe una suerte de
discriminación con las internas en este aspecto”

Es decir, desde el año de 1999 se ha reconocido que el acceso al beneficio


de la visita íntima no ha sido garantizado por parte del Estado, para ese entonces
de todos los penales femeninos del país, solo dos contaban con un ambiente
que sea exclusivo para su ejercicio. Por tanto, la misma Defensoría reconoce y
afirma la discriminación existente. Todo esto, a pesar de que para ese tiempo ya
existía jurisprudencia emitida por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en la que ha manifestado que el poder de los estados debe crear
ambientes propicios para garantizar el libre desarrollo de la personalidad, y que
la proscripción de cualquier forma de régimen de visitas constituye una violación
al derecho de la integridad personal.

Para el año 2001, la Defensoría del Pueblo emitió otro Informe3 titulado “El
sistema penitenciario: componente clave de la seguridad y la política criminal.
Problemas, retos y perspectivas” en el que se precisó:

“En el Perú la cifra de mujeres privadas de libertad, como sucede en otros


países, es bastante menor al de los varones, ello conlleva a que sus

3 Informe Defensorial Nº 154-2011/DP


necesidades y derechos elementales no sean atendidos
convenientemente, y por lo tanto, su reclusión presenta condiciones más
gravosas, a lo que se suman otros factores que limitan sus posibilidades
de reinsertarse adecuadamente a la sociedad una vez que cumplen su
condena” (pp.122)

Es decir, el hecho de que exista menos mujeres en las cárceles es un factor


preponderante para que haya limitación al ejercicio de sus derechos, teniendo
en cuenta que el informe también expone que las internas no cuentan con una
infraestructura acorde a sus necesidad, que el sistema de salud es mínimo y que
existe una atención deficiente tanto, para su recuperación física, como mental.
Aspecto fundamental para comprender el por qué, en la actualidad, no se cumple
con la finalidad de la aplicación de la pena, ya que no hay cifras que garanticen
la reinserción o la rehabilitación.

Con respecto al beneficio materia del artículo, en el mismo informe


anteriormente citado la Defensoría del Pueblo se ha pronunciado acerca de las
garantías existentes de su protección.

“Por otro lado, en la práctica se ha podido observar que si bien la norma


penitenciaria establece un trámite para que las personas privadas de
libertad tengan acceso al derecho de visita íntima, éste sólo se aplica a
las mujeres más no a los varones, a quienes se les permite el ingreso de
visitas sin disponer un límite temporal de las mismas. Esto evidencia un
trato diferenciado que no encuentra sustento alguno.”4 (pp.129)

Con respecto, a lo citado, es importante mencionar que la razón en esencial


de que se sea más hermético con las internas para acceder al beneficio podría
ser porque se busca evitar embarazos provocados por el ejercicio del régimen,
también porque no cuentan con un local exclusivamente determinado para la
visita íntima y por la ideología machista preponderante.

En tanto se ha creído que en las relaciones sexuales son exclusivamente para


satisfacción del instinto varonil es que se ha estigmatizado que la necesidad
sexual es exclusiva para su especie, no obstante, es sabido que las mujeres

4 Ídem
también tienen derecho a satisfacer dichas necesidades, además, que el
proceso para acceder al beneficio sea más complicado para las mujeres por el
riesgo de que puedan quedar embarazadas es un fundamento inconstitucional,
ya que, el hecho de que una mujer se encuentre en un centro penitenciario no
implica que no pueda ejercer su derecho al deseo de constituir una familia, para
ello la administración penitenciaria debe de brindar servicios de planificación
familiar, para que así, exista mayor orden y control, también con quienes no
quieren ser madres y para la orientación respecto al riesgo de contraer alguna
enfermedad de transmisión sexual.

No obstante, es sabido que los centros que brindan salud dentro de las
cárceles muchas veces no se abastece y no puede atender con diligencia las
necesidades femeninas, no están preparados para conducir a un embarazo
digno dentro de prisión y tampoco existen garantía de que las mujeres que estén
embarazadas cuenten con todos los sistemas de salubridad necesarios para que
pueda sobrellevar su estado.

Además, en esa misma línea, El Informe Defensorial “Retos del Sistema


Penitenciario: Un diagnóstico a la realidad carcelaria de mujeres y hombres” del
año 2018 advierte que “las internas no reciben el mismo trato que los hombres.
Por cada nueve internos, solo una mujer tiene acceso a talleres productivos. La
visita íntima es limitada para las mujeres, mas no para los hombres”5

Esto es, ya han pasado 20 años desde el informe emitido en el año de 1998
por parte de la Defensoría del Pueblo y en el mismo se sigue manifestando los
mismos problemas con respecto a la garantía del beneficio a la visita íntima a las
internas.

Existe aún discriminación, los esfuerzos han sido mínimos para mejorar en la
protección de derechos a mujeres que se encuentran en estado vulnerable
dentro de los centros penitenciarios.

Por tanto, el panorama actual es alusivamente deficiente, representa una


grave alerta para la protección de derechos. La discriminación por género sigue
siendo evidente, hay trabas para el acceso a beneficios para las mujeres, cuando

5 Nota de Prensa N° 467/OCI/DP/2018


para los varones no existen procesos tan cerrados para su acceso, además los
centros penitenciarios femeninos no cuentan con un buen sistema de salud,
tampoco con un lugar específico para que puedan beneficiarse de la visita íntima,
por lo que muchas veces, cuando logran se les otorgue este beneficio, mantienen
relaciones sexuales en las mismas celdas en las que se encuentran, lo que
claramente no representa una protección al derecho de la privacidad ni de la
eficaz garantía a la libertad sexual.

La importancia de un enfoque de género y su relación con la visita íntima


en los centros penitenciarios femeninos

El enfoque de género dentro a través de las instancias públicas importa el


reto de contribuir con la abolición de las diferencias en la sociedad que se
produjeron debido a la desigualdad por el género, la finalidad inmediata es la
búsqueda de mecanismos políticos que colaboren con la disminución de las
brechas que a lo largo del tiempo han existido, para así proteger a grupos
vulnerables y que han sido víctimas de discriminación por razón de su género.

Además, a través del informe de Conceptos Fundamentales para la


Transversalización del Enfoque de Género publicado por el Ministerio de la
Mujer y Poblaciones Vulnerables en el año de 2014, se ha expresado que el
enfoque de género "busca la construcción de relaciones de género equitativas y
justas, y reconoce la existencia de otras discriminaciones y desigualdades
derivadas del origen étnico, social, orientación sexual e identidad de género,
edad, entre otros"

Por tanto, es evidente que las políticas públicas deben estar orientadas a
erradicar cualquier tipo de desigualdad, no obstante el régimen penitenciario no
cuenta con un adecuado enfoque de género, puesto que aún hay brechas
diferenciadoras que representan la discriminación existente en estos centros.

“La ausencia de una mirada de género en los trabajos criminológicos y


penitenciarios ha sido una constante, sin tener en cuenta que el derecho
a la igualdad no significa –necesariamente-, que las mujeres reciban el
mismo trato que los varones, sino por el contrario, busca que los derechos,
así como las obligaciones de las mujeres privadas de libertad sean
definidos en relación con la posición, necesidades, intereses y
experiencias de las mismas mujeres que están en esa condición. El
enfoque de género permite visualizar las inequidades construidas
socioculturalmente y, establecer los mecanismos de protección que
requiere este grupo por su situación de especial vulnerabilidad.”6

Entonces, las internas deben recibir un trato especial no porque sean


diferentes a los varones sino porque sus necesidades son distintas en razón a
su género, y exige protección contra los posibles abusos que pudieran existir al
ser un grupo minoritario dentro de los centros penitenciarios.

Además, de la visita íntima como tema central de la investigación, se debe


precisar que no solo en este extremo no se aplica un enfoque de género, sino
que existen evidentes brechas de diferenciación que deberían preocupar al ente
estatal puesto que los talleres que reciben las mujeres en prisión son
esencialmente el de la realización de manualidades o de cocina; sin embargo los
varones reciben un grupo de talleres más tecnificado: carpintería, electricidad,
etc; por tanto, aún se guarda la concepción arcaica de que las mujeres deben
dedicarse a actividades domésticas y delicadas, cuando tal ideal ya ha sido
superado.

Por otro lado, otro de los ejes interesantes materia de discusión es el aplicado
a las personas con diferente orientación sexual, detalle importante al momento
de acceder al beneficio de la visita íntima, puesto el hecho de que las mujeres
de la comunidad LGTBI busquen reunirse con sus parejas de manera privada,
así sean del mismo sexo, no debe ser un impedimento para poder satisfacer sus
necesidades sexuales y además, puedan recibir afecto.

En ese sentido, importante es el aporte expuesto por el Ministerio de Justicia


y Derechos Humanos ya que ha señalado que:

6 Ídem
“Manteniendo el principio del derecho al libre desarrollo de la
personalidad, el Tribunal Constitucional afirma que no puede restringirse
la visita íntima, en razón de la opción sexual del privado de libertad. Así:
«28. En sentido similar este Tribunal estima que la permisión de la visita
íntima no debe sujetarse a ningún tipo de discriminación, ni siquiera
aquellas que se fundamenten en la orientación sexual de las personas
privadas de su libertad. En estos casos la autoridad penitenciaria, al
momento de evaluar la solicitud de otorgamiento, deberá exigir los
mismos requisitos que prevé el Código de Ejecución Penal y su
Reglamento para las parejas heterosexuales»”. (pp.47)

Por lo tanto, podemos apreciar que a pesar de los avances dentro de la


interpretación de la normativa respecto al acceso a la visita íntima por parte de
los reclusos con diferente orientación sexual, no representa una total
contribución con el enfoque de género que deben garantizar los centros
penitenciarios, puesto que existen graves brechas en el tratamiento de las
mujeres como población vulnerable penitenciaria.

Para las mujeres existen trabas para que se ejerza la visita íntima, pero no
las hay para los varones, para ellos el trámite es más agilizado, sus centros
penitenciarios cuentan con venusterios en los que se realizan estas visitas, las
mujeres, en su mayoría, deben tenerlas dentro de su prisión; además no hay un
enfoque respecto a las actividades que se pueden realizar en la cárcel por las
internas, ya que son meramente domésticas, por otro lado, los internos poseen
talleres con mayor competencia económica.

Conclusiones

 La legislación del régimen penitenciario no cuenta con un desarrollo


diferenciado al beneficio de la visita íntima para las mujeres, aun cuando
representan un grupo minoritario y potencialmente vulnerable en los
centros penitenciarios.
 La determinación de beneficio de la visita íntima y no como un derecho
fundamental no colabora con la protección al derecho del desarrollo de la
personalidad y por tanto, tampoco con el de la libertad sexual, puesto que
estos derechos protegen necesidades básicas que no deben ser
otorgadas a partir de condicionamientos.
 El panorama actual respecto al acceso al beneficio de la visita íntima para
las internas, es preocupante porque los informes de la Defensoría del
Pueblo ha evidenciado que en veinte años no ha habido esfuerzos por
garantizar espacios propicios para las visitas y se han puesto más trabas
a las mujeres que a los varones para que obtengan el beneficio, por lo
que es innegable que aún existe discriminación.
 Es necesario la aplicación de un enfoque de género dentro de los centros
penitenciarios femeninos en los que se respalden las diferentes
necesidades de las internas y, que atiendan las brechas socioculturales
que aún existen de manera preponderante dentro de las cárceles.

Propuestas

 Implementación de una legislación especializada sobre el tratamiento de


los centros carcelarios femeninos, el cual, junto con su reglamento,
establezca pautas que atiendan las necesidades de las internas.
 Declaración de la visita íntima como un derecho, tal y como existe en la
legislación comparada, para que se pueda reforzar los mecanismos de
protección de este beneficio y además, se otorguen más garantías para
su supervisión y cumplimiento.
 Visitas inopinadas a los centros penitenciarios, aplicación de instrumentos
prácticos que generen cambio en el impacto actual de las cárceles
femeninas para que así nos problemas que existen no queden solo
redactados en informes; sino que colaboren con su reforma.
 Creación de un manual de enfoque de género en los centros
penitenciarios femeninos, para que se atiendan y destruyan las prácticas
creadas a partir de ideales machistas.

Mensaje personal

Las mujeres en la actualidad siguen luchando por que sean visibilizadas.


Como estudiantes, que anhelamos con ejercer el derecho en un futuro y que en
el proceso de formación, posiblemente, también, hemos evidenciado el
tratamiento diferenciado por razón de nuestro género nos debemos proponer a
contribuir con la lucha por el respeto de nuestras garantías.

Cada año existen nuevos retos que exigen ser superados por la comunidad
jurídica femenina, muchas mujeres aún desconocen de que deben ser
protegidas, que tienen derecho a ser respetadas de igual forma que los varones
y que no por razón de su género tienen porque ser discriminadas, por tanto, es
labor de quienes pretendemos y ejercen, la abogacía el de informar, investigar y
colaborar con los grupos vulnerables de nuestra sociedad, para que así existan
menos abusos y una mirada más humanitaria del derecho.

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Sentencia recaída en el Expediente N.° 2700-2006-PHC/TC FJ 19

Sentencia T-474/12 de la Corte Constitucional de Colombia

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