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Entre los modos derivados, esto es, sucesiones particulares inter vivos, en las que el sujeto
que adquiere loa propiedad tiene que respetar los derechos reales establecidos sobre el
objeto por su predecesor por aplicación de la regla de que “nadie puede transmitir más
derechos que los que él mismo tiene”,
fue el modo trasmisivo usual y ordinario del Derecho Romano consistía en la entrega
de una cosa hecha por el propietario (tradens), a otra persona (accipiens) con la
intención de que ésta la adquiera ocupando su lugar, para lo cual, las partes
intervinientes en el negocio, debían ser capaces de enajenar y de adquirir. produce el
efecto de transmitir al adquirente la propiedad de la cosa entregada; pero como nadie
puede transmitir más de lo que tiene, el dominio pasa al adquirente en las mismas
condiciones en que lo tenía el tradente. Hay que advertir que sólo pasan al adquirente
los derechos y los gravámenes inherentes a la cosa (iura in re), pero no las
obligaciones y los derechos personales del transmitente.
Usureceptio ex fiducia
Usucapión por parte del dueño que dio en garantía ante el pretor o por
mancipatio, volviendo después a poseer la cosa durante un año, no siendo
necesario para ello ni iusta causa ni buena fe.
http://uvm-derecho.blogspot.com/2014/11/derecho-romano-i-tema-20-la-propiedad_9.html
Posesion: el poder de hecho que una persona ejerce sobre una cosa, con la intención
de retenerla y disponer de ella como si fuera propietario.
Elementos
corpus y es precisamente el controlo poder físico que la persona ejerce sobre la cosa.
El segundo elemento tiene carácter subjetivo, se denomina animus possidendi o simplemente animus, y
consiste en la intención o voluntad del sujeto de poseer la cosa, reteniéndola para sí, con exclusión de los
demás.
Para adquirir la posesión es necesaria la reunión de ambos elementos.
Puesto que el corpus implica un poder material o una relación física entre
el poseedor y la cosa, en principio, la posesión sólo podía referirse a cosas corporales.
Sin embargo, más adelante se admitió la posesión de cosas incorporales;
es decir, la posesión de derechos, y para ella se creó la figura de la quasi possessio
o iuris possessio.
Se podía adquirir el corpus a través de otra persona, como un hijo o un esclavo,
o bien, por un representante.
En cuanto a la adquisición de la posesión de un inmueble, no hacía falta recorrer
todo el fundo, era suficiente con introducirse en él; tratándose de cosas
muebles, bastaba con que quedaran puestas a disposición del poseedor.
En lo concerniente al animus o intención de poseer, era necesaria la capacidad
jurídica para poder adquirir la posesión.
No tenían el animus possidendi aquellas personas que estuvieran autorizadas
a actuar sobre las cosas en virtud de otro derecho -real o personal-, que
excluyera la posibilidad de que se convirtieran en propietarios. Se decía que sólo
tenían una posesión natural sobre la cosa en cuestión; esto es, una mera
detentación'.
La posesión se perdía por la pérdida de cualquíera de sus elementos -el corpus
o el animus-, y forzosamente por la pérdida de ambos.
Interdictos posesorios
ante la amenaza de despojo, y son aquellos que sirven para retener la posesión
(interdicto retinendae possessionisl; se utilizan antes de que el despojo se
consume, esto es, cuando alguien perturba la posesión. Los otros se utilizan cuando
el despojo ya se realizó, para pedir la restitución del objeto: son los interdictos
que sirven para recuperar la posesión (interdicta recuperandae
possessionisr',
A. Interdicto retínendae possessioais
En este grupo de interdictos que se utilizaban para retener la posesión, encontramos
uno referente a la posesión de bienes inmuebles, que se llama interdicto
uti possidetis, y otro que se utiliza para la conservación de bienes muebles y se
llama interdicto utrubi.
a. Interdicto uti possidetis
Como ya dijimos, este interdicto servía para conservar o retener la posesión de
bienes inmuebles. Se otorgaba al que estuviera poseyendo, vale decir, al poseedor
actual del inmueble, para que se defendiera de cualquier perturbación. De
este modo, el poseedor lograba mantener la posesión actual, siempre y cuando
ésta no fuera viciosa, pues si la había obtenido con violencia, de forma clandestina
o en razón de un precario, en relación con el adversario, el pretor le ordenarla
devolver el inmueble. De ahí que aunque este interdicto se considera de carácter
prohibitorio, pudiera fungir, en este último caso, como un interdicto para recuperar
la posesión, y tuviera también carácter restitutorio. Por otro lado, el
interdicto uti possidetis es un interdicto dúplex, porque cualquiera de los litigantes
podía tener el papel de demandante o de demandado, por ello el magistrado
lo dirigía a ambos, en los mismos términos, ordenándoles no perturbar
la posesión actual.
b. Interdicto utrubi
Como sabemos, este interdicto se usaba para conservar la posesión de bienes muebles.
Se otorgaba al litigante que hubiera poseído el objeto en cuestión por más
tiempo durante el último año. Por lo tanto, era también un interdicto duplex, y al igual que en el caso anterior,
aunque su carácter fuera esencialmente prohibitorio,
también podía servir para recuperar la posesión.
B. lnterdicta recuperandae possessionis
Entre los interdictos que sirven para recuperar la posesión, existen tres, que son:
el interdicto unde vi, el interdicto de precario y el interdicto de clandestina possessione.
a. Interdicto unde vi
Este interdicto servia en los casos en que se era desposeido por la fuerza, esto
es, violentamente, de un inmueble. Aparecia en dos formas distintas: de vi y de
vi armata; esta última se utilizaba para defenderse cuando la desposesión se habia
realizado con la ayuda de hombres armados.
b. Interdicto de precario
Este interdicto lo otorgaba el magistrado para pedir la restitución de una cosa
mueble o inmueble -que se habia dado a titulo de precario- cuando el precarista
se negaba a devolverla.
c. Interdicto de clandestina possessione
Este interdicto se daba contra la desposesión oculta y maliciosa de un inmueble.
Los tres interdictos que acabamos de analizar servian para recuperar la posesión
y, por lo tanto, son interdictos restitutorios. Los tenia cualquier poseedor
para defenderse en esos tres supuestos; su ejercicio por regla general sólo
se excluía en relación con la persona de quien se hubiera obtenido la posesión
de forma viciosa, esto es. con violencia. clandestinamente o en precario.
2.1 CARACTERÍSTICAS
El beneficio es de un fundo a otro fundo
Servicio permanente
Debe haber continuidad entre los dos fundos, deben ser vecinos
Se impone una abstención al propietario del fundo sirviente, el que debe dejar
hacer al propietario del fundo dominante.
Son indivisibles, esto quiere decir que no se pueden constituir ni extinguir por
partes
El propietario del fundo dominante no puede ceder el derecho de servidumbre a
terceras personas ni por arrendamiento ni usufructo, por cuanto el beneficio no es
personal.
Es el derecho a usar y disfrutar una cosa ajena no consumible, sea mueble o inmueble,
sin otra limitación que la de conservarla en el mismo estado en que se
encuentre al momento de constituirse el usufructo.
El usufructuario deberá cuidar debidamente la cosa y devolverla al tiempo
del vencimiento sin haber alterado la naturaleza del bien, ya que de ser así se terminaría
con el usufructo.
El usufructo también podia terminar por las siguientes causas:
a. Por muerte del usufractuario.
b. Capitis deminutio del usufructuario.
c. La pérdida de la cosa dada en usufructo.
d. Por cumplirse el tiempo fijado.
Cuasiusufructo
Uso y habitación
El uso se refiere al derecho de obtener de una cosa todo el uso de que sea
susceptible, pero sin percibir fruto alguno. Comprendía el ius utendi, exclusivamente,
de manera que el usuario no estaba autorizado a arrendar o ceder el ejercicio de su
derecho por el pago de un precio, porque, al carecer del ius fruendi no podía adquirir
los frutos civiles que la cosa produjera. Se consideraba derecho indivisible, se
constituía y se extinguía por las mismas causas del usufructo, estando el usuario
sometido al cumplimiento de obligaciones similares a las del usufructuario.
Habitación, fue un derecho justinianeo donde se configuró la habitatio como una servidumbre
personal. Consistía en el derecho real de habitar una casa con posibilidad de darla en
arrendamiento, como su fuera un usufructuario. No se extinguía por el no uso, ni por la capitis
deminutio de su titular.