Professional Documents
Culture Documents
Área
Ciencias Naturales - Biología
Edad
No definido
Descripción
http://www.youtube.com/watch?v=OItGV0Fi3yU
EL SER HUMANO COMO SER BIOPSICOSOCIAL
Fuente: www.scribd.com/doc/.../El-Hombre-Como-Ser-Biopsicosocial
El concepto de educando ha sido desarrollado por la pedagogía como el término irremplazable del
sujeto de la educación: el hombre como individuo y ser social. A él está dirigida la educación, por él
es realizada y concebida.
Este término explica el dinamismo del hecho educativo y la visión de los procesos que se cumplen
en el individuo que se esta formando. Esta educabilidad es, por consiguiente, el punto inicial de la
acción pedagógica. Negar su existencia es negar la posibilidad y eficacia de la acción educativa.
El educando deficiente auditivo es concebido como el centro del proceso pedagógico y. como una
unidad biopsicosocial. Es el sujeto de la práctica educativa con capacidades, actitudes, intereses y
otras peculiaridades que lleva a conocerlo como a una persona con dignidad que requiere la
satisfacción de sus necesidades educativas.
Las necesidades educativas establecen grandes diferencias modeladas por el grado de pérdida
auditiva, edad de inicio de la pérdida, actitud de los padres e intervención temprana. Por ello es
necesario analizar los factores que influyen en ellas y determinar las diferencias significativas que
afectan la comunicación, el aprendizaje y el desempeño escolar y social.
Las deficiencias auditivas se conceptualizan como la disminución o pérdida en la capacidad para oír,
la cual puede variar desde una pérdida leve hasta la pérdida profunda de la audición. Estas no
constituyen una categoría homogénea porque los diferentes grados de pérdidas auditivas originan
diferentes tipos de sordera que generan mayor o menor compromiso en otras funciones, que van
desde una ligera dificultad para identificar un sonido especifico hasta no producir ni interpretar
respuestas auditivas originando dificultades comunicativas que alteran el desarrollo de la lengua
oral porque no puede ser adquirida en forma espontánea y natural
Existen diferentes clasificaciones de las pérdidas auditivas, entre éstas se encuentran las definidas
por el grado de pérdida auditiva en cada uno de los oídos y en función de las diversas frecuencias de
sonido, graves o agudas. A esta taxonomía pertenecen las pérdidas auditivas leves, moderadas,
severas y profundas cuya importancia en el plano pedagógico se explica por la repercusión que el
grado de pérdida tiene sobre sus habilidades lingüísticas (Godinan y Chacin,1976; O.M.S.,1980;
Viroli, 1991; Marchesi, 1993).
Deficiencia auditiva moderada: Esta categoría incluye las personas con pérdidas de audición entre
56 y 65 decibeles. Las dificultades de audición son significativas, requieren usar permanentemente
auxiliar auditivo para mejorar el desarrollo del lenguaje y recibir su educación en escuelas
regulares, con seguimiento y apoyo especializado.
Es importante enfatizar que de acuerdo al grado de pérdida auditiva se reagrupan dos categorías de
personas con deficiencias auditivas, el primero agrupa los deficientes auditivos leves y moderados
que pueden adquirir la lengua oral por vía auditiva y el segundo agrupa los deficientes auditivos
severos y profundos cuyo grado de pérdida auditiva no le permite la adquisición de la lengua oral y
requieren de la visión como principal canal de comunicación. Estos últimos para efectos educativos
y sociales son considerados SORDOS. Bajo esta óptica se reconoce que los sordos, como comunidad
lingüística minoritaria, interactuan en el seno de la sociedad en la que prevalecen lenguas que
requieren de la audición para acceder a ellas en forma natural. Se trata de dos realidades desunidas
por un vinculo comunicativo pero en la que es necesario y posible encontrar la comunión del grupo,
planteándose entre otras alternativas, un modelo de educación integral sustentado en el
bilingüismo y en éste, cada lengua desempeña una función útil que satisface las necesidades como
personas sordas y como seres sociales plenamente integrados a la sociedad.
Etiología:
La etiología hace alusión a la causa que ha originado la deficiencia auditiva. Estas causas se agrupan
en dos tipos: Hereditarias y Adquiridas. La primera es el resultado de transmisión genética de
padres a hijos y la segunda puede ocurrir antes, durante o después del nacimiento por
incompatibilidad sanguínea, traumas del nacimiento, anoxias, meningitis, otitis, entre otras causas.
Estadísticamente se ha comprobado que existe una menor probabilidad de problemas agregados a la
deficiencia auditiva cuando esta es de origen hereditario, mientras que las adquiridas se asocian
con mayor frecuencia a problemas que interfieren en los aprendizajes escolares (Riviere, A. 1983).
Edad de adquisición:
Este aspecto se refiere a la edad en que fue adquirida la pérdida auditiva, estimándose que las
consecuencias en el desarrollo normal serán mas considerables mientras menor sea la edad de
adquisición de la sordera.
Generalmente ocurre que las personas sordas, padres de niños sordos, comprenden mejor la
situación de su hijo y puede establecer un sistema de comunicación a través de la lengua de señas,
conformándose intercambios lingüísticos efectivos desde muy temprana edad. Cuando el padre es
oyente, sus expectativas son las de utilizar la lengua oral y lograr que el niño igualmente pueda
adquirirlo.
Comprender y aceptar las diferencias que marca la sordera puede tomar tiempo, crear un ambiente
poco estimulante y limitar el intercambio afectivo y lingüístico en los primeros años; lo que
indudablemente repercute en el desarrollo afectivo, emocional y cognoscitivo del niño.
Intervención temprana.-
El primer factor permite establecer una relación directa entre el momento en que se inicia la
intervención y las posibilidades de progreso del niño; mientras más tempranamente se inicia la
atención integral del niño, tendrá mayores oportunidades para alcanzar niveles de desarrollo
deseables.
Esta premisa confirma el valor de la prevención e intervención temprana en la atención del niño
deficiente auditivo.
En este sentido estos programas se proponen estimular las potencialidades del niño y evitar o
atenuar las consecuencias que la alteración pueda acarrear. De igual manera, debe orientar hacia la
opción escolar más conveniente para el niño y la familia.
Una conclusión importante es el valor que la información de los factores anteriores, aporta a la
evaluación, diagnóstico y toma de decisiones para la intervención educativa del niño. Esta
contribución permite, no sólo comprender su desempeño actual, sino favorecer la ubicación escolar
que reúna el máximo de condiciones para su aprendizaje, tomando en cuenta las diferencias y
diversidades de las deficiencias auditivas.
El primero y mas importante de estos códigos es la lengua de señas, que tiene un estatus reconocido
lingüísticamente como una lengua basada en el uso de las manos, brazos, ojos, cara y cuerpo, y es
considerado como el primer lenguaje de las personas sordas (Conferencia Internacional sobre la
Educación Bilingüe del Sordo, Suecia, 1993), permitiendo el acceso al conocimiento y a la
información como un sistema visual de comunicación. Pero también es necesario que las personas
sordas interactúen permanentemente con personas oyentes y requieren igualmente el código
comunicativo que prevalece en la comunidad mayoritaria, en nuestro caso, el español en sus dos
formas, oral y escrita. De lo anterior se desprende la importancia del bilingüismo en el desarrollo
del curriculum para el educando sordo, reconocido mundialmente por diversos autores y ratificado
en XII Congreso Mundial de la Federación de Sordos, Viena 1995.
Conocer las características del educando deficiente auditivo nos permiten valorar la información
que los aspectos mencionados aportan a la evaluación, diagnóstico y toma de decisiones para la
intervención educativa.
Venezuela: Integración escolar de los niños con Necesidades Educativas
Especiales
En otras regiones han tenido experiencias, donde las alianzas entre padres,
alumnos y profesionales permitieron la unión y aspiración a una integración
más amplia y efectiva. Se han pronunciado movimientos en defensa de los
discapacitados destacando la importancia de la integración como algo urgente.
Tal como están pensadas nuestras escuelas regulares, resulta utópico pensar
en hacer realidad las características anteriores. Es evidente que para tener
escuelas inclusivas necesitamos pensar en cambiar algunas cosas. ¿Dónde
dar inicio?
En tal sentido, la inclusión hace hincapié en una experiencia que posee una
conjunción de lo que identifica tanto a la escuela convencional como a la
especial, como una nueva amalgama
Algunas descripciones:
“Estar el uno con el otro… la forma de lidiar con la diversidad, de manejar las
diferencias.” (Forest y Parpoint por Lewis)
Integración Inclusión
Admisión condicionada Admisión incondicional
Dependen de los Evaluación de las necesidades educativas
diagnósticos clasificatorios especiales ¿qué necesita para aprender?
Grupos homogéneos Grupos heterogéneos
La escuela se reestructura en base a la
Niño/Joven debe adaptarse
diversidad
Enseñanza colectiva Enseñanza diversificada, individualizada
Currículum paralelo Currículum único, diversificado en estrategias
Calidad de la enseñanza Calidad de la educación
Educación para algunos Educación para todos
Igualdad de oportunidades (acceder,
Oportunidades limitadas
permanecer, egresar)
Funciones técnico-
Función social, cultural, personal y educativa
rehabilitadores
Para poder llevar a cabo una integración donde participan varias instituciones y
por ende un equipo de gente, es necesario trabajar de forma ordenada,
coordinada y concientizada. ¿Qué significa esto? Desde el primer momento, se
debe manejar bajo una organización estructurada que permita el trabajo
consensual entre las partes involucradas.
En primer lugar es necesario, realizar una Evaluación Integral del niño, la cual
deberá efectuarse por un equipo interdisciplinario, conformado por médicos,
docentes especialistas, terapeutas de lenguaje, fisioterapeutas, terapeutas
ocupacionales, psicólogos, trabajadores sociales, entre otros..
Esta evaluación, implica explorar todos los aspectos, tanto biológicos, como
intelectuales, emocionales y sociales del educando, para conocer su nivel de
desarrollo. Así como también debe aprovecharse para indagar las expectativas
del grupo familiar ante esta situación.
Las escuelas seleccionadas para ejecutar los proyectos fueron: J.I.B Simón
Rodriguez, J.I.B Alejandro Petión, E.B.B Luisa Tablante de Marcano, E.B
Tarsicia de Romero, E.B Alejandro Petión, U.E María Natividad Herrera de
Cotua, U.E José Ma. Ayala Romero y la U.E María Rosa Mística pertenecen
todas al Municipio Tucupita, tres de ellas son del sector privado y el resto
públicos, con dependencia Nacional.
Nuestro primer contacto con las escuelas trabajadas fue respetando la decisión
de los representantes por la escogencia de las mismas, en función a sus
expectativas. Para este entonces, ya se iniciaba el año escolar y sobre la
marcha, tuvimos que sondear las disposiciones actitudinales y el perfil
profesional del personal de cada institución, así como también estudiar las
condiciones físicas del plantel.
En la fase inicial del proyecto existía una vinculación más estrecha entre los
padres, equipo del C. D. I. y la escuela integradora. Paulatinamente la
responsabilidad parecía recaer sólo en el docente del aula regular,
distorsionando la actuación de los tres pilares fundamentales de este proceso.
En la mayoría de los casos, los salones cuentan con una matrícula abultada
que sobrepasa a los 25 niños a cargo de un solo docente de aula para la etapa
básica y dos docentes en aulas para la etapa inicial. Esto genera quejas por
parte de los docentes en relación a la carga que les implica la atención de un
niño especial en estas condiciones.
En algunos casos, por decisión de los padres los niños integrados no cumplen
con la jornada escolar completa, sino que son llevados a una escuela en
algunos períodos del día, enfatizando solo en el logro de objetivos sociales,
dejando de lado, la integración pedagógica que le brinde al niño no solo la
oportunidad de relacionarse con sus pares, sino también de optar por aprender
los mismos contenidos de currículo común.
En relación a la actitud del docente observamos recelo y angustia ante el
planteamiento de tener a su cargo la atención de un niño especial, sentimiento
generado por el temor y el sentirse poco preparado para afrontar este reto. En
uno de los proyectos hubo negación de continuar con la integración iniciada,
motivado a las características de educando, tales como: conductas disruptivas,
agresividad hacia los compañeros y maestra, el no respeto en las normas de
convivencia y en el acatamiento de las órdenes, sin demostrar adaptación al
ambiente escolar.
Por lo general, cuando se recibe a un niño especial, se da por sentado que sus
padres desean y apoyan la idea de que sea integrado a un aula regular, sin
embargo, y aunque así lo manifiesten a viva voz, sus actitudes y respuestas
hacia el proceso no hacen más que obstaculizarlo. Esta actitud puede ser
manifestada de dos formas: Primero de negación del problema, se cierran a
recibir consejos así como también a que el niño reciba la atención
especializada que necesita, se trabaja con el niño solo en el colegio y se pierde
la continuidad cuando se marcha a casa. De esta forma es muy poco lo que se
puede avanzar hacia la meta fijada.
La segunda actitud es cuando los padres han etiquetado a sus propios hijos
como “minusválidos, impedidos e incapaces de desarrollar al máximo sus
potencialidades”. Esta actitud hace que se limitan las oportunidades para su
desarrollo y aprendizaje y las exigencias en el desarrollo de habilidades de
autocuidado y destrezas sociales, por sobreprotección o lástima.
Resumen
Para poder hablar de una verdadera Integración es necesario que el niño tenga
una integración física, psicosocial y pedagógica. Este proceso se ejecuta de la
siguiente manera: Evaluación Integral del niño, contactar a la escuela
potencialmente integradora, preparar a la familia y comunidad educativa,
elaborar el proyecto de Integración, ejecución del mismo y evaluación a través
de indicadores de integración.
“El planteamiento establece que irán solo los que tengan discapacidad
moderada en las áreas cognitiva, auditiva y motora… pero considero,
que aunque se trate de un compromiso menor, en el proceso de
integración e inclusión requiere de una ardua preparación de parte de
docente y los alumnos”.