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Título:
LA ANSIEDAD EN EL ADULTO MAYOR
Monografía de la asignatura:
Psicología Social
Docente:
Fredilberto Castro Rodriguez
Integrantes:
Lozada Carlos David Luis
Quispe Muños Tatiana Lizeth
Salgado Pisfil Mariel de los Milagros
Zavala Levano Giancarlo
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El hombre se complace en enumerar sus pesares, pero no
enumera sus alegrías
Fiódor Dostoyevsky
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ÍNDICE
1. Definición
1.1. Causas de la ansiedad en el adulto mayor
1.2 Tipos de ansiedad
1.3. Factores de riesgo
1.4. Manifestationes de la ansiedad en el adulto mayor
1.5 Diágnostico de la ansiedad en el adulto mayor
2. Abordaje farmácologico de los trastornos de ansiedad
2.1 Psicofármacos
2.2 Benzodiacepinas
2.3 Antidepresivos
2.4 Antipsicóticos
2.5 Pregabalina
3.Tratamientos psicológicos
4. Conclusiones
5. Referencias y Bibliografías
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INTRODUCCIÓN
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1.Definición
Proximidad a la muerte:
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Deterioro del estado de salud/ incapacidad física:
Con el envejecimiento, además del deterioro visible, por
ejemplo, de la piel, las funciones físicas y cognitivas también se
ven afectadas y ocasionan, en algunas situaciones, incapacidad
que priva a algunas personas del desarrollo de su ritmo de vida.
Soledad:
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hormigueo, escalofríos, sensación de irrealidad, miedo a
morir o a volverse loco. Estas sensaciones pasan en unos
minutos, pero dejan el miedo a que vuelva a producirse, lo
que llevaría, en algunos casos, a la Agorafobia.
Agorafobia:
Aparece la ansiedad o el ataque de pánico en
determinadas situaciones o lugares en los que pueda ser
difícil recibir ayuda, o salir huyendo, como por ejemplo
estar solo en casa, en lugares muy concurridos, o viajar en
transporte público. Para evitar la ansiedad y las sensaciones
descritas antes, se comienza a evitar
Fobia Específica:
Miedo a perros,arañas a la sangre, las tormentas, los
ascensores, los aviones… con una respuesta de ansiedad
muy acusada que lleva a evitar esos estímulos o se soportan
con un gran malestar.
Fobia Social.:
Implica un miedo a situaciones sociales en las que la
persona teme hacer algo embarazoso, como hablar en
público o con personas del sexo opuesto, por ejemplo.
Trastorno Obsesivo-Compulsivo.:
Las obsesiones son pensamientos o imágenes
recurrentes que producen gran malestar. Las tensiones
surgen en respuesta a las obsesiones, y son conductas
(lavado de manos, comprobaciones) o “actos mentales”
(rezar, contar) de carácter y exagerado que pretenden
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prevenir el malestar o evitar alguna supuesta
consecuencia
Trastorno de Estrés Postraumático:
Aparece en algunas personas que han sufrido un
suceso traumático con riesgo o amenaza para su vida o
la de allegados. La persona reexperimenta el trauma a
través de imágenes persistentes, pensamientos, sueños,
alucinaciones… con un gran malestar y activación :
Iirritabilidad, hipervigilancia… y evitación de todo
aquello que le recuerde el suceso, con
bloqueo emocional y 8ension88, y sensación de
desesperanza y apatía.
Trastorno de Estrés Agudo:
Muy relacionado con el anterior, pero aparece
durante el acontecimiento traumático o durante el mes
siguiente.
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1.3. Factores de riesgo
FACTORES BIOLÓGICOS
Un hecho aceptado es el papel de la herencia, ya que parece
existir cierta heredabilidad específica para determinados trastornos
como el trastorno obsesivo-compulsivo y el trastorno de angustia
y una inespecífica, a través de los rasgos de personalidad, que
confieren una vulnerabilidad para desarrollar síntoma de ansiedad
entre ellos tenemos:
Ser mujer
Tener fragilidad física y emocional
Sufrir de algún tipo de enfermedad crónica
Haber perdido soporte social
Haber sufrido un trauma reciente
Usar múltiples medicamentos
Vivir solo
Tener una baja educación formal
Pensar que se tiene mala salud
Tener limitaciones físicas que dificultan las actividades
diarias
Haber sufrido eventos adversos en la infancia
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FACTORES PSICOLÓGICOS
Distintos estudios han identificado algunos
factores como de riesgo para la aparición de cuadros
ansiosos. Así, han demostrado su importancia determinados
rasgos de personalidad (como el neuroticismo), el locus de
control externo, la existencia de estrategias de afrontamiento
disfuncionales o la presencia de psicopatología previa a la
senectud. La asociación de estos factores se establece para la
aparición de síntomas y de trastornos y se observa en
estudios transversales y longitudinales, lo que indica que su
relación etiopatogénica se establece aumentando la
vulnerabilidad para éstos y facilitando la aparición y
expresión de la clínica.
FACTORES SOCIALES
Se ha señalado que la adversidad social (clase social
baja, escasos ingresos, malas condiciones de la vivienda,
etc.) incrementa los niveles de la dimensión de ansiedad en
la población anciana, pero su asociación con trastornos de
ansiedad (categoría) es menos potente. Posiblemente,
aunque favorezca la ansiedad, su valor etiológico para
trastornos mentales graves resulte menos relevante.
Los acontecimientos vitales más asociados a la emergencia
de psicopatología ansiosa en la vejez son los duelos, la
jubilación y la institucionalización, pero el valor patógeno
de cada uno de ellos debe establecerse para cada individuo
en función del impacto que genere y de las estrategias que el
anciano posea ante ellos.
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1.4 Manifestaciones de la ansiedad
Uno de las primeras cosas que debemos saber es que
la ansiedad es una respuesta emocional no esencialmente
problemática, aunque sí tiene una naturaleza displacentera.
Ha estado presente desde siempre en nuestro repertorio
conductual y en principio tiene un carácter adaptativo, es
decir, de alguna manera nos ha ayudado a sobrevivir como
especie.
Sin embargo, las peculiaridades de la vida moderna han
hecho que esta característica, innata en el hombre, se
desarrolle de forma patológica llegando a estructurar
enfermedades mentales.
Entre tales enfermedades mentales o psicopatologías que
tienen la ansiedad en su centro podemos mencionar al ataque
de pánico, al trastorno obsesivo compulsivo o las fobias.
Pero en adultos mayores la manifestación más frecuente es
el Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG).
Este consiste en una preocupación constante y a largo plazo
sin saber sus causas y que impide desempeñarse de manera
normal, ni concentrarse en actividades cotidianas. Desde el
punto de vista físico podría sentirse dolores de cabeza,
mareos, palpitaciones cardiacas o insomnio.
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1.5 Diagnóstico de ansiedad
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2.Abordaje farmacológico de los trastornos de ansiedad
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2.1 Psicofármacos
Pocos estudios han evaluado el uso específico en ancianos
de los diferentes fármacos propuestos para el tratamiento de
los cuadros ansiosos. Para elegir la medicación más
adecuada deben tenerse en cuenta los efectos de la edad en
la farmacocinética y farmacodinamia, las interacciones
medicamentosas con otros medicamentos que pudieran
tomar y considerar, en todo momento, la seguridad, la
tolerabilidad y la adherencia de la medicación que se va a
prescribir.
2.2 Benzodiacepinas
Los benzodiacepinas están considerados como fármacos
seguros y eficaces en el tratamiento de la ansiedad del adulto
y se emplean, de forma habitual, en la ansiedad del anciano.
Se indican en asociación con otros recursos
psicofarmacológicos (como los antidepresivos) o como
único fármaco, lo que es una pauta de tratamiento poco
recomendable. Algunos autores han encontrado que los
benzodiacepinas se emplean en el 70% de los pacientes con
ansiedad y en todos los grupos de edades, pero, a medida que
aumenta el rango de edad, la proporción de pacientes que
sólo reciben tratamiento con benzodiacepinas se incrementa.
Las prescripciones de benzodiacepinas tienden a mantenerse
en el tiempo y se prolongan durante años. Estudios de
seguimiento a seis y a nueve años han mostrado que
alrededor de la mitad de pacientes ancianos a los que se les
prescribió continúa tomándolas. Este hecho se relaciona con
el alto riesgo presentado por esta población para desarrollar
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dependencia a estas sustancias, por lo que hay que estar
especialmente atentos y detectarla en los estadios más
iniciales.
Hay que mantenerlas el tiempo mínimo y sólo el preciso.
Debe recordarse que el empleo de benzodiacepinas para
tratar los trastornos de ansiedad del anciano sólo debe ser un
elemento más de un programa terapéutico complejo y que
requiere un control de seguridad mantenido con una
limitación en el tiempo de prescripción.
2.3 Antidepresivos
Los antidepresivos, especialmente los de nueva generación,
constituyen la primera línea en el tratamiento de los
trastornos de ansiedad. A su eficacia sobre el trastorno de
ansiedad se le añade su capacidad para reducir los síntomas
depresivos que, con frecuencia, aparecen asociados en la
clínica.
2.4 Antipsicóticos
En principio, no se recomienda la utilización de fármacos
antipsicóticos en trastornos ansiosos no complicados,
aunque se ha empleado, de forma eficaz y segura, en casos
específicos de trastornos de ansiedad que se han mostrado
refractarios al tratamiento convencional o en los cuadros
ansiosos que aparecen en trastornos orgánicos cerebrales
como las demencias. En caso de tener que indicarlos, los de
segunda generación como risperidona, quetiapina y
olanzapina son los más empleados. Se debe prestar atención
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a las interacciones medicamentosas, por ejemplo, con
fármacos que inhiben el citocromo P450.
2.5 Pregabalina
Recientemente se ha señalado la indicación, eficacia y
seguridad de la gabapentina y, sobre todo, de la pregabalina
en los cuadros de ansiedad. Esta última sustancia tiene
reconocida su indicación en estos trastornos y ha demostrado
su eficacia tanto en los síntomas psíquicos como somáticos
de ansiedad. Su inicio de respuesta aparece entre la primera
y segunda semanas, antes de lo que se observa con los
fármacos antidepresivos.
Es eficaz en los trastornos de ansiedad generalizada en
pacientes mayores de 65 años. En dosis de 150-600 mg
parece bien tolerada y segura, con efectos secundarios
escasos y auto limitados, aunque se ha comunicado algún
caso de alteración cardíaca. Su ventaja principal es la
ausencia de los efectos secundarios de los benzodiacepinas,
el escaso impacto sobre funciones cognitivas y su bajo riesgo
de abuso y dependencia.
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3. Tratamientos psicológicos
En general, las investigaciones sobre eficacia de la
psicoterapia en mayores han recibido poca atención. Sin
embargo, son un recurso de primer orden que puede
complementar al tratamiento psicofarmacológico o incluso
sustituirlo en aquellos casos en los que no sea posible
emplear fármacos o que el paciente se muestre reacio a
tratarse.
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en relajación ha mostrado su eficacia, sobre todo cuando se
mantiene la práctica en el tiempo.
Se ha demostrado que es útil tratando:
Ansiedad
Depresión
Pánico
Agorafobia y otras fobias
Fobia social
Bulimia
Trastorno obsesivo compulsivo
Trastorno de estrés postraumático
Esquizofrenia
¿Cómo funciona la terapia conductal?
La TCC le puede ayudar a entender problemas complejos
desglosándolos en partes
más pequeñas. Esto le ayuda a ver cómo estas partes están
conectadas entre sí y cómo
le afectan. Estas partes pueden ser una situación, un
problema, un hecho o situación.
Aceptación de sensaciones
Se trata de centrarse en la sensación mas
desagradable que tengamos y entrar en contacto con ella.
Permanece en contacto como si fueras un foco de luz que no
empuja ni fuerza nada y que tampoco deja nada como está.
Se trata de hacernos amigos de nuestras sensaciones de ver
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como son y como evolucionan por si solas sin intervenir
nosotros. Dejando que la sensación evolucione como quiera,
si algo nos duele dejamos que el dolor se desarrolle, crezca
o disminuya sin intervenir. Al ser una sensación
desagradable tendemos de manera automática a intentar que
disminuya y desaparezca, ahora hay que dejarla que crezca,
si esa es su evolución natural. Contactar ligeramente, que
sean las sensaciones las que guíen nuestra conciencia no
intentemos sentir lo que queremos sino lo que el cuerpo nos
dice. Vamos a observar la sensación, ver sus características,
que parte del cuerpo está involucrada, si es aguda, sorda, si
siempre es igual o va cambiando con el tiempo, etc. Lo mas
importante es observar sin intervenir. Si alguna otra
sensación se hace mas fuerte que la que hemos contactado
nos vamos a ella. Vamos a dejar que todas las sensaciones
desagradables lleguen a nuestra conciencia.
Evitar los movimientos conscientes puesto que generalmente
intentan hacer desaparecer las sensaciones desagradables.
Vamos a trabajar desde la pasividad. Si algún movimiento
involuntario surge dejarlo que ocurra también pasivamente.
Exposición:
La ansiedad es una respuesta sujeta a la ley de la
habituación. Si se mantiene el estímulo un tiempo suficiente
la respuesta desaparece. Es una respuesta muy elemental y
responde a la ley del condicionamiento clásico (el paradigma
se explica como en los perros de Paulov).
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Se emplea la exposición en la imaginación, en vivo, la
implosión y la exposición graduada, que es la más emplead
Desensibilización sistemática:
Exposición al estímulo temido en la imaginación y en un
estado relajación. Los experimentos controlados y
contrastados científicamente han demostrado que estas
técnicas son el tratamiento psicológico adecuado para los
trastornos de ansiedad, otros métodos son menos eficaces o
ineficaces en absoluto.
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4.Conclusiones
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5.Referencias y Bibliografía
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