Professional Documents
Culture Documents
Jeremías 3:1-41
Esta mañana hermanos, quiero hablarles por unos minutos a cerca de que la
Misericordia de Dios aún trabaja. Pensamos, por las cosas que a veces suceden
en nuestra vida, que ya Dios no tiene misericordia de nosotros. Pensamos en los
problemas, en las necesidades económicas tan agobiantes, tan estresantes, que
es como cargar una placa en la espalda. Pensamos que Dios ya no escucha
nuestras oraciones, pero Hermano, si tenemos problemas o estamos en lucha y
en dificultades, o en necesidades, pero el hecho de estar vivos quiere decir que
aún sigue trabajando la misericordia de Dios, y no importa lo que pase en nuestra
vida, Dios sigue manifestando su misericordia a nosotros, porqué Él sabe hasta
dónde podemos soportar las pruebas, las necesidades, las aflicciones, los
quebrantos de corazón.
Lo que hoy les quiero decir, lo que Dios puso en mi corazón para predicar en esta
hora del día, es que debemos entender que la misericordia de Dios
es esencial para nuestro diario vivir, nosotros no podemos vivir sin la misericordia
de Dios, nosotros somos una manifestación de la misericordia de Dios. Podemos
respirar, hablar, ver, sentir, palpar, oír, caminar; algunos están enfermitos, pero
aún así enfermitos Dios tiene misericordia de ustedes.
Hermano, todo lo que tenemos, todo lo que somos, todo lo que poseemos es por
la misericordia de Dios que nos lo ha dado. La ropa que usted viste esta mañana,
la puede disfrutar porque Dios cuida su ropa.
Hermano, cómo hace falta que nosotros andemos con Dios y caminemos con Él, y
que vivamos siempre cobijados bajo la guía y la sabiduría de Dios para ser
misericordiosos como Él es. Ofendemos a Dios cada día, y aún así nosotros nos
sentimos muy merecedores de su compasión y de su gracia. No es porque
merezcamos, es porque Dios es bueno con nosotros. No es porque merezcamos
vivir hoy, es porque Dios quiso que viviéramos hoy. No es que merezcamos vestir
la ropa que hoy vestimos, es porque Él proveyó la ropa para vestir nuestro cuerpo.
No es que merezcamos el alimento que proveyó esta mañana, ni aún merecemos
el café y las galletas que se ofrecen aquí. No merecemos nada de Dios y si Él nos
lo da no es porque lo merezcamos, es porque Él es bueno con nosotros, es todo
bondad hacia nosotros, porque Él quiere que nos arrepintamos de la manera que
estamos viviendo. Hermano, no somos dignos de nada, de lo único que somos
dignos es del castigo eterno en el infierno, de eso si somos dignos todos los que
estamos en este cuarto, si no nos vamos al infierno no es por nosotros, es por la
misericordia de Dios que nos salvó.
Dios nos salvó, tuvo misericordia y alguien nos habló de la palabra y creímos en Él
y ahora nos vamos a ir al cielo, pero no somos dignos de nada.
Espero que esta mañana usted entienda que Dios no está para que nosotros
hagamos de Él lo que queramos, y lo voy a decir con todo el respeto a mi Dios,
«Dios no es su títere» para que usted cuando quiera andar con Dios ande y
cuando no quiera andar con Dios no ande. Dios no es un títere para que Raúl
ande con Dios cuando él quiere y cuando no, pues no. Dios merece que nosotros
por agradecimiento andemos como Él quiere que andemos.
Una de las cosas que nos estorba es que hacemos cosas malas a escondidas de
los hombres, no a escondidas de Dios, y no nos arrepentimos, y a veces le
decimos «Señor perdóname», pero de labios para afuera y no del corazón. La
misericordia de Dios aún sigue vigente, aún es efectiva. Pero un día cuando
estemos delante de Dios, los cristianos en el tribunal de Cristo y los inconversos
en el juicio del Trono blanco ahí se va a acabar la misericordia de Dios, ahí vamos
a saber cómo éramos, por eso no debemos ver a Dios y su bondad, paciencia y
compasión, como si Dios es un «viejito buena gente, que no se puede mover y no
puede hacer nada», NO, Dios es un Dios que todo lo puede.
Usted no piense que Dios no puede hacer lo que Él quiere. Si Dios quiere puede
decir: «Iglesia Cristiana Bautista, todos los que están ahí sentados, ahorita van a
caer muertos» Si Dios nos quita el aire, todos caemos muertos, Usted y yo no
somos nada, y si somos algo, es por la Misericordia de Dios. Si disfrutamos algo
es por Él. Nada se mueve sin su voluntad.
Efesios 2:4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que
nos amó, 2:5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida
juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),
Espero que en esta iglesia no haya ni una sola persona que esté viniendo por un
interés mezquino y desleal hacia Dios, que esté viniendo porque busca la
oportunidad de dar el «zarpazo» y sacar provecho de la obra de Dios.
Dios le está diciendo: Hijo, deja de vivir como estas viviendo y vuélvete
completamente a mí, deja de andar donde andas, deja de pensar como piensas,
deja de ser doble cara, una cara en la iglesia y otra en tu casa y en el trabajo.
Isaías 25:9 Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos
esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos
gozaremos y nos alegraremos en su salvación.
Isaías 30:18 Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por
tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es
Dios justo; bienaventurados todos los que confían en él.
Hno, Dios, aunque somos malos, nos sustenta, nos provee, nos guarda, nos
cuida, nos bendice más de lo que nosotros merecemos. Nosotros somos malos,
somos rebeldes a Dios, pero Él ha estado paciente esperando que nosotros
recapacitemos, y más que recapacitar, Dios quiere que nos arrepintamos.
Al igual que la «parábola del hijo pródigo» este hijo le pidió a su padre: «Padre,
dame toda la herencia que me corresponde, antes que te mueras», y aquél padre
le dio la herencia; el hijo junto sus cosas y se fue lejos de su casa, de su familia,
lejos de su padre. No quería estar en sugesión, no quería estar en sumisión, ni en
reglas o reclamos, no quería que nadie le estorbara a hacer sus deseos
pecaminosos. Y todos sus bienes que amasó se le acabaron, y aquél joven buscó
trabajo, a sus supuestos amigos, pero nadie le dio trabajo, ni un taco para comer,
nadie le prestó la escoba para barrer la banqueta de su casa, había caído en la
profundidad de ese distanciamiento entre él y su padre, había caído en lo más
profundo de un alejamiento en la relación personal con su familia y deseó lo que
los vagabundos desean, que van a las bolsas de basura y si se encuentran un pan
echado a perder, se lo comen; y ese hijo quería la comida de los marrones, las
algarrobas, el desperdicio de la comida.
Es triste, pero muchos hijos de Dios aún siguen viviendo como el hijo pródigo, y
ese hombre cuando ya deseó lo peor, en su mente recapacitó, entendió que no
estaba bien lo que estaba haciendo. Entendió que su Papá ponía reglas pero que
eran para su bien, entendió que su papá por amor le prohibía andar en ciertos
lugar , entendió que su papá proveía para todas sus necesidades y en su
misericordia el padre buscaba el bien para su vida, y así es Dios con nosotros, el
quiere lo mejor para nosotros y que nos vaya bien, por eso pone reglas, por eso
puso La Biblia, para que vivamos bajo sus reglas para que nos vaya bien sobre la
tierra. ¿Pero sabe qué hacemos? Nos enojamos, nos ofendemos, nos hacemos
las víctimas y que Dios es cruel. Si Dios fuera cruel como dice usted, ¿Qué sería
de éste mundo?, si Dios fuera como usted, una persona muy voluble en su
carácter, ¿Qué sería de nosotros si Dios fuera voluble en su carácter?. Pero
gracias a Dios que Él no es como nosotros hermano. Él es Dios, Él no cambia, Él
no desampara, a pesar de que Raúl haga cosas malas, Él nunca ha desamparado
a Raúl Castillo y ¿Sabe?, ese hijo prodigo recapacitó, se arrepintió, regresó a su
padre. Cuando él regresó, Su Padre al verlo de lejos, aún todavía no llegaba, vio
un hombre sucio, andrajoso, con los vestidos rotos, caminando con el pelo largo y
la barba crecida, totalmente irreconocible. Lo vio, pero dijo: «Es mi hijo» y ese
padre corrió, lo abrazó, no le importó que oliera mal, tal vez tenía mucho tiempo
sin bañarse, lo besó y se regocijó porque su hijo había vuelto.
Así es Dios con nosotros, pero Dios espera y está esperando que usted vuelva a
Dios, que se arrepienta de lo que usted está haciendo y que vuelva a Él.
Le voy a decir lo que me molesta a mí. Hermanos que están fieles a la iglesia
cuando hay una necesidad muy grande en su casa, pero nada más se compone la
cosa y jamás se vuelven a aparecer a buscar a Dios. Y vuelve la necesidad y
vuelven: «Ay, hermanos oren por nosotros» ¡Hermanos! ¡Dios no es su rueda de
refacción para que lo busque cuando usted quiera!, ¡Dios no es su refacción, no es
su títere», Dios no necesita de usted, usted necesita de Dios.
Hermanos, Dios se está cansando de ver gente que se dicen ser sus hijos y nada
más cuando les conviene, buscan a Dios, cuando todo está bien, CERO DIOS.
Oseas 11:8 ¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín? ¿Te entregaré yo, Israel?
¿Cómo podré yo hacerte como Adma, o ponerte como a Zeboim? Mi corazón
se conmueve dentro de mí, se inflama toda mi compasión.
11:9 No ejecutaré el ardor de mi ira, ni volveré para destruir a Efraín; porque
Dios soy, y no hombre, el Santo en medio de ti; y no entraré en la ciudad.
Eres lo que eres, tienes lo que tienes, por la misericordia de Dios. Dios es bueno
para con todos nosotros porque así es su misericordia. Su misericordia es bondad,
es compasión, es benevolencia, es benignidad, es gracia. La pregunta es esta:
«¿La merecemos?», ¿Usted merece la misericordia de Dios hermano? Mi
respuesta es: ¡No merezco la misericordia de Dios! , pero Dios a pesar de que no
la merezco, Dios me la da cada día.
Lamentaciones 3:22 Por la misericordia de Jehová no hemos sido
consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
¿Sabe qué me anima? 3:23 Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
¿Usted anda mal con Dios? Arrepiéntase, reconozca todos sus pecados, vuelva
de todo corazón a Él, porque si no lo hace, un día se va a acabar su misericordia
sobre usted y le va a mandar su enojo y yo no quiero estar ahí para ver lo que
Dios puede hacer con usted.