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vea. Y el Señor abrió los ojos del criado, y miró, y he aquí que el monte
estaba lleno de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo. 2 Reyes 6:17
Recientemente tuve un sueño donde las personas recibían paquetes y sobres que
llevaban noticias y reportes desalentadores. Pude sentir el fracaso, la vergüenza y
la profunda decepción en sus corazones mientras los leían. Podía sentir que estos
informes llevaban una asignación del enemigo para retrasar, detener, e incapacitar
el crecimiento en el Pueblo de Dios, así como causar profundas heridas en el
corazón. Cuando desperté sentí una fuerte impresión del Señor: "¡NO ACEPTES
LA ENTREGA!" Mucho de lo que vi en este sueño es que Dios estaba revelando
que esto no era verdad en absoluto, así que le pregunté, "Entonces, ¿qué me
estás diciendo, Señor?" El me respondió con una Escritura:
Jeremías 1:11-12 Vino entonces a mí la palabra del Señor, diciendo: ¿Qué ves tú,
Jeremías? Y yo respondí: Veo una vara de almendro. Y me dijo el Señor: Bien has
visto, porque yo velo sobre mi palabra para cumplirla.
Vean, mientras el enemigo quiere que ustedes crean que el resultado está
establecido y que es definitivo en muchas áreas de su vida que han estado bajo
fuego, Dios los está llamando a ver de una manera diferente y a ponerse de
acuerdo con el informe del Cielo. Muchos de nosotros en esta temporada
simplemente nos hemos centrado en el informe equivocado y hemos estado
ensayando la versión equivocada de nuestro futuro.
Cuando Elías le dijo a su siervo que fuera a "mirar hacia el mar" en 1 Reyes
18:42-43, estaba dándole la misma orden y enseñándole a ver diferente.
Después de mirar siete veces, vio una nube del tamaño de la mano de un
hombre y la larga sequía terminó.
Cuando Dios llamó a Ezequiel al valle de los huesos secos le estaba
enseñando a ver de manera diferente, a mirar más allá de los huesos
secos en lo natura, a lo que era la visión y el pronóstico del Cielo. Esta
temporada Dios nos está moviendo a no sólo a aceptar lo que vemos,
sino a llegar a un acuerdo con el Cielo para que las promesas de Dios
para nosotros se cumplan.
Salmo 40:7 Por eso dije: «Aquí vengo ya.» En el pergamino se habla de mí.
AJUSTEN LA TEMPERATURA
Para todos aquellos que han estado lidiando con guerras interminables y ataques,
esta es la Palabra del Señor para ustedes esta semana. Tengo la firme convicción
de añadir que este llamado a la acción es un llamado a blindar nuestras casas,
matrimonios y elevar la temperatura de nuestras vidas a la temperatura del Cielo.
Mientras lo hacemos, literalmente nos levantaremos por encima de la guerra
terrenal que ha estado robando mucha de nuestra energía, tiempo y paz.
Quiero profetizar sobre todos aquellos cuyas circunstancias han sido nefastas; y
por todas las apariencias exteriores que parecen desesperadas. ¡Profetizo esta
semana que los informes están cambiando en el Nombre de Jesús! Lo que sea
que se haya apilado contra ustedes, se levantarán más alto y obtendrán la
descarga del Cielo para su situación de modo que, no sólo lo vencerán, sino que
se mudarán hacia adelante.
Creo que estamos en un tiempo en el que Dios está sacudiendo a Su Pueblo para
que se levante, arremeta contra los obstáculos y venza en lugar de acostarse,
recibir una paliza y apenas sobrevivir. Muchos de ustedes han sentido la increíble
tensión de esta temporada y saben que el destino está en juego; su destino. A su
alrededor puede haber una avalancha de desviaciones de su destino, voces,
miedos, mentiras y otras distracciones, pero si miran más allá de ellas verán el
premio que han estado anhelando. Se darán cuenta de que todo por lo que han
caminado no ha sido en vano y que están siendo convocados "SUBE AQUI" para
ver de manera diferente, vivir de manera diferente, y reinar verdaderamente.
Así que, en esta temporada recuerden: no acepten los informes del enemigo, sino
que abran los ojos de su espíritu y MIREN y VEAN, ALINIENSE y PONGANSE
DE ACUERDO CON EL CIELO, hasta que los informes cambien, ¡LOS
RETRASOS SE ROMPERAN Y LA NIEBLA SE DESPLAZARA! (Nate Johnston)
Isaías 58:14 entonces hallarás tu deleite en mí. Yo, el Señor, te llevaré a las
alturas de la tierra, y allí te daré a comer de la herencia de tu padre Jacob.» La
boca del Señor lo ha dicho.
Magie de Cano