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UNIVERSIDAD POLITÉCNICA SALESIANA

Nombre: Anthony Camacho

Tema: Sujeto, Subjetivismo o subjetividad

Juan Pablo II solía usar el término “subjetividad” cuando hablaba de la persona y del trabajo, por
ejemplo en la “laborem exercens”, donde dice que la Iglesia sigue tratando de “asegurar la primacía
del trabajo y, por lo mismo, la subjetividad del hombre en la vida social”. Éste término continúa
usándose en documentos sociales más recientes, como el “Compendio de doctrina social de la
Iglesia”; pero no debe confundirse el significado de éste término con el de “subjetivismo”, que es
parecido, pero da a entender otra cosa.

Comencemos aproximándonos al sujeto, porque en relación a él se habla de subjetividad o de


subjetivismo. Podemos recordar nuestras clases de español, donde se nos enseñaba que una
oración se compone de sujeto y predicado, y que cierto tipo de predicados se forman con un verbo
y un objeto o complemento directo. En este caso descubríamos una relación entre el sujeto, que es
de donde parte una acción, y objeto, que es aquello a donde la acción tiene su efecto. En el terreno
del conocimiento, el sujeto es quien lleva a cabo la acción de conocer, mientras que el objeto es lo
conocido. Un biólogo, pongamos por caso, es el sujeto que conoce los seres vivos, que son el objeto
de su conocimiento.

El subjetivismo es una tendencia a sobrevalorar el papel del sujeto en detrimento de la real


importancia del objeto y, llevado a sus consecuencias extremas, llega a sostener que no existe nada
fuera del sujeto, de modo que todo lo que parecen ser las cosas es producto precisamente del
sujeto, como si todo fuera producto de nuestra mente. A veces en la conversación cotidiana
podemos decir que alguien es subjetivista si sólo le interesa lo que piensa, independientemente de
lo que piensen los demás, o de lo que en verdad son las cosas.

Naturalmente subjetividad no es subjetivismo, por lo cual hay que entender a qué se refieren Juan
Pablo II y los otros documentos al hablar de ello. La subjetividad hace referencia a la cualidad de ser
sujeto, a aquello que constituye a alguien como punto de partida del actuar. Si bien los animales y
otros seres, incluso inanimados pueden ser sujetos que actúan, el término “subjetividad” aquí se
usa de modo especial en relación al ser humano, porque puede conocer y determinarse, de modo
que en él se encuentra la más alta subjetividad, por lo cual dice el “Compendio de la doctrina social”
que “el hombre existe ante todo como subjetividad, como centro de conciencia y libertad”.
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Nombre: Anthony Camacho

Tema: Diferencia entre ética y moral

Se diferencia en que la ética es el estudio filosófico y científico de la moral y es teórica mientras que
la moral es práctica. La ética trata sobre la razón y depende de la filosofía y en cambio la moral es
el comportamiento en el que consiste nuestra vida. Etimológicamente “ética” y “moral” tienen el
mismo significado. “moral” viene de latín “mos” que significa hábito o costumbre; y “ética” del
griego “ethos” que significa lo mismo.

El uso de la palabra ética y la palabra moral está sujeto a diversos convencionalismos y que cada
autor, época o corriente filosófica las utilizan de diversas maneras. Pero para poder distinguir será
necesario nombrar las características de cada una de estas palabras así como sus semejanzas y
diferencias.

1. Características de la moral. La moral es el hecho real que encontramos en todas las sociedades,
es un conjunto de normas a saber que se transmiten de generación en generación, evolucionan a lo
largo del tiempo y poseen fuertes diferencias con respecto a las normas de otra sociedad y de otra
época histórica, estas normas se utilizan para orientar la conducta de los integrantes de esa
sociedad.

2. Características de la ética. Es el hecho real que se da en la mentalidad de algunas personas, es un


conjunto de normas a saber, principio y razones que un sujeto ha realizado y establecido como una
línea directriz de su propia conducta.

3. Semejanzas y diferencias entre ética y moral. Los puntos en los que confluyen son los siguientes:

 En los dos casos se trata de normas, percepciones, debe ser.


 La moral es un conjunto de normas que una sociedad se encarga de transmitir de generación
en generación y la ética es un conjunto de normas que un sujeto ha esclarecido y adoptado
en su propia mentalidad.

Ahora los puntos en los que difieren son los siguientes:

 La moral tiene una base social, es un conjunto de normas establecida en el seno de una
sociedad y como tal, ejerce una influencia muy poderosa en la conducta de cada uno de sus
integrantes. En cambio la ética surge como tal en la interioridad de una persona, como
resultado de su propia reflexión y su propia elección.
 Una segunda diferencia es que la moral es un conjunto de normas que actúan en la
conducta desde el exterior o desde el inconsciente. En cambio la ética influye en la
conducta de una persona pero desde si misma conciencia y voluntad. Una tercera
diferencia es el carácter axiológico de la ética. En las normas morales impera el aspecto
prescriptivo, legal, obligatorio, impositivo, coercitivo y punitivo.

Es decir en las normas morales destaca la presión del valor captado y apreciado internamente como
tal. El fundamento de la norma ética es el valor, no el valor impuesto desde el exterior, sino el
descubierto internamente en la reflexión de un sujeto. Con lo anterior podemos decir existen tres
niveles de distinción.

1. El primer nivel está en la moral, o sea, en las normas cuyo origen es externo y tienen una acción
impositiva en la mentalidad del sujeto.

2. El segundo es la ética conceptual, que es el conjunto de normas que tienen un origen interno en
la mentalidad de un sujeto, pueden coincidir o no con la moral recibida, pero su característica mayor
es su carácter interno, personal, autónomo y fundamentaste.

3. El tercer es el de la ética axiológica que es un conjunto de normas originadas en una persona a


raíz de su reflexión sobre los valores.
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Nombre: Anthony Camacho

Tema: Fundamentos de la ética

La palabra ética viene del griego ethos, que significa costumbre. Como definición, la ética es la
ciencia que estudia la bondad o maldad de los actos humanos.

En cuanto a bondad o maldad, la bondad significa la cualidad de bueno, bien y bondad coinciden
en cuanto a su significado esencial, aunque bondad es un sustantivo abstracto y bien se utiliza para
designar la bondad de un objeto concreto (Sáenz 1999).

Bueno significa algo acorde con las cualidades que cabe atribuirle por su naturaleza o destino (Real
Academia de la Lengua Española, 2016). Atendiendo a esta definición “malo” no puede definirse
como algo opuesto a bueno, pues siempre que algo esté acorde con las cualidades que cabe
atribuirle será bueno. Malo es entonces algo falto de las cualidades que cabría atribuirle por su
naturaleza, función o destino.

El único principio sería el hecho del deseo que tiene todo ser humano de ser completamente feliz,
siendo la felicidad un estado de consciencia plenamente satisfecho (André 2010), que comprende
no solo el placer o la ausencia del dolor, como han propuesto los filósofos modernos, sino más bien
un conjunto de estados como el júbilo, la ligereza, la confianza, la fuerza, la armonía, la plenitud, la
paz interior, la serenidad, el sentimiento de pertenencia y la fraternidad.

Los estados de felicidad se consiguen por consecuencia de los bienes adquiridos y ejercidos a través
de los actos. Así mismo, los diferentes estados de felicidad deseados y experimentados están
jerarquizados según el nivel de ser humano del que corresponden. Los niveles de ser humano son:
naturaleza humana, esencia humana y persona humana.

Niveles del ser humano

1. La naturaleza humana

Funciones y facultades. La naturaleza humana es la herencia biológica, es decir el cuerpo humano


y todas sus funciones y facultades. Las funciones incluyen a las funciones vegetativas y las funciones
corporales como la nutrición, reproducción y desarrollo, las facultades cognoscitivas sensibles
(sentidos internos y externos), los apetitos y los sentimientos sensibles (www.encuentra.com,
2015). Los sentidos externos consisten en el oído, el olfato, el gusto, el tacto y la vista. Los internos
se componen de la percepción sensible (sensorio común), memoria, imaginación y cogitativa.
Dentro de estos sentidos internos podemos distinguir a los apetitos sensibles, compuestos del
apetito concupiscible y el apetito irascible.

Los sentidos externos son aquellas facultades sensibles que además de vivificar a su propio órgano
corpóreo, permiten conocer de modo sensible las realidades físicas particulares que están
presentes. En los sentidos externos se pueden diferenciar dos grupos, 1. Inferiores: tacto, gusto y
olfato. 2. Superiores: oído y vista (www.encuentra.com, 2015).

Al conocimiento sensible que permiten los sentidos externos sigue el de los sentidos internos que
captan, o bien, los actos de nuestros sentidos (sensorio común), también llamada percepción o
síntesis sensorial en psicología. Las cuatro funciones del sensorio común son: 1. Captar los objetos
de los sentidos externos. 2. Diferenciarlos entre sí. 3. Unificarlos en la percepción. 4. Captar los actos
de los sentidos externos y ejercer así de conciencia sensible (Choza 1988). Pueden también
retener objetos conocidos por la sensibilidad externa (memoria), o bien, forman otros nuevos
(imaginación), o bien, los valoran (cogitativa). Estos tienen soporte orgánico en el cerebro
(www.encuentra.com, 2015).

El sentido común y la imaginación se denominan sentidos formales porque sus objetos son las
formas o cualidades sensibles que están o han estado presentes. A la estimativa y la memoria se les
llama intencionales porque sus objetos son valores concretos de las cosas a los que el viviente tiende
(Choza 1988).

La estimativa (cogitativa) es el punto de cierre de circuito de la vida animal: es el punto de


articulación de las funciones cognoscitivas con las apetitivas y motoras. La estimación es la conexión
que produce una emoción o sentimiento positivo o negativo. La actuación de los deseos e impulsos
sensibles se desencadena a partir de la estimativa (Choza 1988).

Los apetitos sensibles son la inclinación que sigue al conocimiento sensible. Lo propio del apetito
sensible es desear lo sensible agradable y eludir lo nocivo sensible. Consiste en dos inclinaciones, el
apetito concupiscible y el apetito irascible. El primero inclina a buscar lo conveniente y a evitar los
nocivo actualmente percibido, el segundo mueve a resistir lo adverso y a conseguir de modo arduo
lo conveniente.

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