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Darío Mollá
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INTRODUCCIÓN: «MAGIS» Y CALIDAD EVANGÉLICA
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1. UN CENTRO EDUCATIVO CON UN CLARO
HORIZONTE EVANGELIZADOR
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2. UN CENTRO EDUCATIVO DONDE
EL DISCERNIMIENTO ES EL MODO PREFERENTE
EN LA TOMA DE DECISIONES
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3. UN CENTRO EDUCATIVO CUYAS RELACIONES
HUMANAS SE VIVEN EN CLAVE DE ACOMPAÑAMIENTO
Esta insistencia es coherente con los muy concretas de lo que ese compro-
planteamientos de la primera Compa- miso demanda. Al hilo de ese docu-
ñía de Jesús, tanto en sus planteamien- mento, planteo algunas observaciones
tos apostólicos generales (tal como y sugerencias de posicionamiento y
los expone la Fórmula del Instituto acción.
de 1550)9 como cuando se comienzan
a fundar colegios. En realidad fue un
apostolado inicialmente no previsto, 4.1. Ir a las periferias
pero que pronto adquirió una dimen-
sión muy importante. El papa Francisco suele hablar de «pe-
El capítulo III del documento «Mo- riferias existenciales». Entiendo que
dos de proceder de un centro educativo esa expresión no habla tanto de «luga-
de la Compañía de Jesús, inspirado en res» geográficos, sino de situaciones
Características», dedicado al «Com- vitales, de personas que, poco a poco,
promiso social y atención a los desfa- y en razón de dinámicas generadas por
vorecidos», da pautas e indicaciones el sistema económico vigente en nues-
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tra sociedad, son expulsadas hacia las para la justicia que, muy acertadamen-
periferias, alejadas del centro, «descar- te, se califica como la «formación de la
tadas», en el lenguaje del Papa. Esta- sensibilidad social». Porque no se trata
mos hablando, por tanto, de dinámicas, de dar contenidos o de llenar la cabe-
de movimientos vitales, no de situacio- za de estadísticas, sino de generar una
nes estables ni consolidadas. sensibilidad que te haga ser capaz de
En el día a día de nuestros centros movilizarte ante las situaciones de in-
educativos, somos testigos de situacio- justicia con las que te va encontrando
nes de este tipo: hay familias que se en la vida.
ven expulsadas de una situación eco- Pienso que esta formación en la
nómica y social más o menos cómoda sensibilidad social debe ser un eje
o estable hacia la precariedad y la po- «transversal» de toda la acción educa-
breza, aunque quizá no de forma muy tiva de un centro que busca la calidad
visible, pues se guardan las formas, evangélica, y no solo una parte de su
algunas formas; quizá se intenta disi- currículum. En todas las materias y
mular o guardar apariencias. Sea como propuestas, escolares y extraescolares,
fuere, el deterioro es muy real… Son la sensibilidad social debe ser un crite-
situaciones por la que se paga un alto rio de discernimiento de lo que se dice
precio humano y quienes suelen pagar- y de lo que se hace. Así se transmite
lo son los más débiles: los menores. sensibilidad social a la comunidad
Por todo ello se nos pide una atención educativa. Y, en este terreno, a veces
y un cuidado especiales hacia estas si- llaman la atención los contrastes entre
tuaciones. lo que se afirma y lo que se practica;
«Periferias existenciales» nos remi- contrastes al fin y al cabo que restan
te también a otro tipo de marginacio- credibilidad a nuestras declaraciones.
nes y exclusiones que se dan muchas
veces entre los propios estudiantes por
diversas razones. Con demasiada fre- 4.3. Formar el compromiso por la
cuencia, nos llegan noticias de casos justicia
de acoso, extorsión y abuso a alumnos
y alumnas física o psicológicamente Por otra parte, están las actividades es-
más débiles, o «diferentes» a causa de pecíficas de formación social, a partir
su origen, religión, identidad sexual… de las cuales habría que examinar la
Y, ante ellas, habrá que estar muy vigi- «calidad» de nuestra educación para
lantes, principalmente en razón de una la justicia y las pedagogías de esta.
justicia que se basa en la igual digni- Sinceramente, no se trata de agobiar
dad de todas las personas. con imágenes o situaciones negativas
o de inhumanidad, sino más bien de
proponer ejemplos positivos –y, en
4.2. La sensibilidad social la medida de lo posible, cercanos– de
personas comprometidas con los más
En el documento «Modos de proce- pobres. Aún más, se trata de no aso-
der», se señala otra línea de ese com- ciar la justicia a tiempos o situaciones
promiso por la justicia: la educación extraordinarias, sino de vincularla a la
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vida cotidiana y a los discursos y prác- Un ámbito también especialmente
ticas de cada día. Es decir, habría que delicado y sensible en el ámbito de la
evitar tanto una formación social basa- justicia social en nuestros centros edu-
da en solo discursos o ideas como una cativos es el de las relaciones laborales.
formación social basada únicamente Debería conseguirse que esas relacio-
en experiencias sin evaluarlas ni re- nes se muevan claramente en paráme-
flexionar sobre ellas. Las experiencias tros de justicia y eviten prácticas que
no evaluadas o no reflexionadas pue- suenen a favoritismos, oscurantismos
den quedar en impactos emocionales o desigualdades no justificables.
pasajeros y superficiales, sin fuerza Seguramente estos no son todos
para la transformación ni el cambio. los capítulos que hay que abordar al
En un momento en que se fortifi- hablar del compromiso con la justicia
can fronteras –ya sea con muros, ya de un centro educativo comprometido
sea con leyes–, el compromiso por la con el Evangelio, pero creo que los
justicia de nuestros centros educativos enunciados en los párrafos anteriores
debe concretarse en un compromiso son todos dignos de mención y aten-
de acogida y de concienciación a fa- ción. Según cada contexto social y las
vor de quienes venidos de otros países peculiaridades de cada centro, podrán
pueden necesitar, en cualquier modo, añadirse otros.
nuestro apoyo. Esta acogida llega a la
inclusión cuando es necesaria y posi-
ble, pero siempre es conciencia viva, 4.5. Propuestas para la reflexión
atención, sensibilidad y compromiso y el debate
social.
• ¿Piensas que tu centro educativo
está comprometido con la justicia?
4.4. Y predicar con el ejemplo ¿Por qué?
• ¿Qué opinión te merecen los pro-
Ese es un tema…, pero en muchos otros gramas de formación para la justi-
temas o conflictos de nuestra sociedad cia de tu centro en el caso de que
que tienen que ver con la justicia para haya?
todos –especialmente para los que su- • Pensando en el contexto social en
fren la injusticia–, será procedente que el que está ubicado tu centro, ¿hay
nuestros centros educativos reflexio- algunas cuestiones o problemas
nen, se posicionen y hagan pública su con los que debería comprometerse
postura si procede. En determinadas especialmente?
circunstancias, esto puede ser proble- • ¿Los estudiantes más débiles o des-
mático o conflictivo, pero precisamen- favorecidos de tu centro se sienten
te para estas cuestiones problemáticas especialmente atendidos y cuida-
o conflictivas está el discernimiento. dos?
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APÉNDICE 1: «CARACTERÍSTICAS DE LA EDUCACIÓN
DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS». CAPÍTULO 7 - EL «MÁS»
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APÉNDICE 2: TEXTOS SIGNIFICATIVOS
De entrada, San Ignacio y sus prime- »La 5.ª que se les da recado en las
ros compañeros no contemplaban los letras muy suficientemente, usando
colegios en el contexto de su misión. mucho cuidado en que todos apren-
Poco a poco, fueron captando su im- dan con lecciones y disputaciones
portancia y los colegios se convirtie- y composiciones; y así se vea que
ron en instrumentos esenciales para hacen gran fruto en las letras.
la misión apostólica de la Compañía.
San Ignacio no cesó de promoverlos »6. Que los pobres, que no tienen
desde 1548 (año en que se funda en con qué pagar los maestros ordina-
Mesina el primer colegio de jesuitas rios, ni menos los pedagogos do-
para alumnos externos) hasta su muer- mésticos, aquí hallan gratis lo que
te, en 1556. Durante esos ocho años, con costa mucha apenas podrían
Ignacio puso en marcha en Europa aver para salir con las letras.
treinta y tres colegios para estudiantes
laicos y había dado ya la aprobación de »7. Que en las cosas espirituales
apertura a otros seis.10 se ayuden, aprendiendo la doctri-
En ese proceso, recogido en la co- na cristiana, y entendiendo en los
lección de Monumenta Paedagogica I, sermones y exhortaciones sólitas lo
se encuentran numerosos documentos que conviene para su eterna salud.
que recopilan la concepción más pri-
migenia de los colegios de la Compa- »8. En la puridad de la conciencia
ñía y su sentido. Transcribo parte del se aprovechan, y consiguientemente
documento «Letra del modo de los en toda virtud, con las confesiones
colegios de Italia y utilidades», fecha- de cada mes, y con el cuidado que
do el 1 de diciembre de 1551 y redac- se tiene de que sean honestos en el
tado por el secretario de San Ignacio, hablar, y virtuosos en su vida toda.
el P. Polanco. Resulta iluminador
para nuestra reflexión sobre la calidad »La 9.ª Que de los estudios sacarán
evangélica de los colegios de la Com- muy mayor mérito y fruto, usando
pañía: de enderezarlos todos al servicio
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divino desde que los comienzan a niños se hacen los grandes, la buena
aprender como les es enseñado institución en vida y doctrina de es-
tos aprovechará a otros muchos, ex-
»Para los de la tierra o provincia don- tendiéndose cada día más el fruto».
de se hacen estos colegios también
hay las comodidades siguientes:
Propuestas para la reflexión
»La 10.ª En lo temporal, alivián- y el debate
dose de costa los padres en tener
maestros para la institución de sus • Intenta traducir a nuestro tiempo y
hijos en letras y virtudes. lenguaje las intuiciones de este tex-
to. Después, al pensar en la función
»11. Que descargan sus conciencias de los centros educativos de la Com-
en el doctrinar de sus hijos; y los pañía de Jesús, ¿cuáles te parece que
que difícilmente hallaran de quién siguen vigentes en la actualidad?
fiarlos, aún a su costa, y en estos co- • En este texto, ¿qué «horizonte» se
legios lo hallan con toda seguridad. plantea para un centro educativo je-
suita? ¿Se sitúa tu centro en esa cla-
»12. Que tienen, sin las letras, en ve? ¿Qué pasos pueden darse para
los colegios quien predique al pue- avanzar en esa dirección?
blo y en monasterios, y los ayude
en los sacramentos (como se vea)
con mucho fruto. P. Pedro Arrupe,
«Importancia y fuerza apostólica
»13. Que ellos mismos y sus fami- de los colegios» (1965)
lias se tiran a las cosas espirituales
con el ejemplo de sus hijos, y se afi- Cuando se menciona al P. Pedro Arru-
cionan al confesarse más a menudo pe en relación con la tarea educativa
y vivir como cristianos. de la Compañía de Jesús, se piensa de
inmediato en su profético discurso en
»14. Tienen en los nuestros los de la el Congreso de Antiguos Alumnos ce-
tierra quien los anime y ayude para lebrado en Valencia en 1973, publica-
las obras pías, como hospitales, y do en esta misma colección de EIDES
casas de convertidas, y semejantes, (núm. 76) y titulado Hombres y muje-
de las cuales también da cuidado la res para los demás. Ciertamente es un
caridad a los nuestros. documento indispensable al hablar del
magis en los centros educativos de la
»15. Que de los que solamente son Compañía o de inspiración ignaciana.
al presente estudiantes saldrán con Pero el P. Arrupe tiene otros muchos
tiempo diversos: quién para predicar documentos interesantes al respecto,
y tener cura de las ánimas, quién para aunque hayan tenido una resonancia
el gobierno de la tierra y administra- menor. A continuación, publicamos
ción de la justicia, quien para otros unos párrafos de una carta dirigida a
cargos; y finalmente, porque de los los jesuitas de Francia sobre la «Impor-
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tancia y fuerza apostólica de los cole- Pero nuestro papel de educadores
gios», fechada en agosto de 1965, muy nos prohíbe quedarnos satisfechos
pocos meses después de su elección con métodos que eran excelentes en
como general de la Compañía de Jesús. otros tiempos; por el contrario, nos
está exigiendo adaptarnos a la si-
«[…] Ante todo un colegio que tuación actual de las estructuras es-
quiera ser fiel al pensamiento de San colares y educativas y situarnos en
Ignacio debe desempeñar un papel estado de continua búsqueda para,
decisivo allí donde se encuentra con prudencia pero con realismo,
implantado. Y debe desempeñar- mostrarnos fieles a la mentalidad de
lo con audacia y con una inmensa nuestra generación, aun cuando ello
confianza, afrontando francamente haga trastocar en nosotros convic-
los problemas de su tiempo y debe ciones demasiado arraigadas.
estar preparado a toda clase de re-
novaciones, aún las más profundas, »La segunda condición para la efi-
a fin de no perder un ápice de su cacia de un colegio es su valor edu-
mordiente apostólico. Dos son las cativo. Quiero decir que el nivel de
condiciones que yo veo para esto. formación total, y en particular el
de los estudios, tiene que ser tal en
»La primera es que el colegio sea el colegio que los alumnos encuen-
“abierto”. Abierto ante todo a la tren un continuo estímulo hacia un
evolución de la Iglesia y a su bús- ideal todavía mayor y hacia una
queda, de modo que los Padres mayor exigencia en su trabajo, ha-
estén continuamente atentos a in- ciéndose de este modo capaces de
corporar a su enseñanza y a sus engrosar las filas de los más com-
métodos de educación todo aquello petentes e influyentes de su genera-
que permita a sus alumnos recibir, ción. Hay que decir una y otra vez
con toda su fuerza la vitalidad de que no debemos tolerar en nuestros
una Iglesia en renovación. Abierto, colegios ni estudios mediocres ni
también, sin miedo ninguno, a las una educación con medios defi-
transformaciones psicológicas, cul- cientes, porque de esa manera su
turales y sociales que se están pro- mismo valor apostólico se vería
duciendo hoy a un ritmo acelerado, disminuido o quizá anulado».
siguiendo en esto el ejemplo mismo
de S. Ignacio que estudió los méto-
dos de las grandes Universidades y Propuestas para la reflexión
de los centros de educación de su y el debate
tiempo y los incorporó con agili-
dad a los primeros colegios de la • Fíjate en las «dos condiciones» que
Compañía. Esto no puede menos señala el P. Arrupe para un colegio
de plantear cantidad de cuestiones, «que quiera ser fiel al pensamiento
porque es evidente que hay que sa- de San Ignacio». ¿Qué piensas de
ber discernir los elementos cons- ellas? ¿Cómo las formularías desde
tructivos de aquellos que no lo son. vuestra experiencia concreta?
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• ¿Qué propuestas o preguntas para el hace 400 años, actualizadas de
discernimiento de tu propio centro acuerdo con la situación y el modo
sugieren estas líneas del P. Arrupe? de pensar de nuestros tiempos, y
¿Cómo crees que es posible llevar a traducidas a lenguaje moderno. To-
cabo ese discernimiento? memos las razones de Ledesma y
comparémoslas con la declaración
de un College de los EE. UU., pu-
P. Peter Hans Kolvenbach, blicada en noviembre de 1998.
«La Universidad de la Compañía
de Jesús a la luz del carisma »El primer motivo de Ledesma es
ignaciano» (2001) “facilitar a los estudiantes los me-
dios que necesitan para desenvol-
Los párrafos que se reproducen a con- verse en la vida”. Cuatro siglos
tinuación pertenecen a una iluminado- más tarde, se expresa de la siguien-
ra y extensa conferencia que en 2001 te manera: “la educación jesuita es
el P. Peter Hans Kolvenbach dirigió eminentemente práctica, y pretende
a quienes participaron de la Reunión proporcionar a los estudiantes el
Internacional de la Educación Supe- conocimiento y las destrezas nece-
rior de la Compañía. En el encuentro sarias para sobresalir en cualquier
celebrado en Monte Cucco (Roma), se terreno que escojan”. Con otras pa-
congregaron jesuitas, laicos y laicas labras, la excelencia académica.
responsables de la educación superior
de la Compañía en todo el mundo. »La segunda razón que propone
Los párrafos que hemos seleccio- Ledesma es “el contribuir al recto
nado iluminan muy lúcidamente el gobierno de los asuntos públicos”.
«horizonte» que el magis ignaciano Esta breve frase se convierte en
plantea a los centros de educación de 1998 en lo siguiente: “La educa-
la Compañía. ción jesuita no es meramente prác-
tica, sino que dice relación con la
«Los objetivos de la educación su- cuestión de los valores, educando
perior. hombres y mujeres para que lle-
guen a ser buenos ciudadanos y
»[…] Habrá que esperar hasta fines buenos dirigentes, preocupados por
del siglo xvi, para que, después de el bien común y capaces de poner
una prolija encuesta, el jesuita es- su educación al servicio de la fe y
pañol Diego de Ledesma nos pre- la promoción de la justicia”.
sente las cuatro razones por las que
la Compañía se dedica a la educa- »Con un lenguaje barroco, Ledes-
ción superior.11 Llama la atención ma formula la tercera dimensión de
encontrar hoy en las declaraciones la educación superior de la Compa-
de misión o en las cartas institucio- ñía: “dar ornato, esplendor y perfec-
nales de muchas universidades de ción a la naturaleza racional del ser
la Compañía, las mismas caracte- humano”. De manera más sobria,
rísticas enumeradas por Ledesma pero en la misma línea, el College
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americano declara: “la educación mente como los entendieron Ignacio
jesuita enaltece las enormes poten- y los primeros compañeros. Sin em-
cialidades y los logros del intelecto bargo, en continuidad con el carisma
humano, y afirma su confianza en la ignaciano es necesario preguntarse
razón, no como opuesta a la fe sino cómo hacer hoy realidad y mante-
como su complemento necesario”. ner el equilibrio entre la dimensión
académica y la dimensión apostóli-
»Por último, Ledesma subraya ca de toda institución de educación
cómo toda la educación superior superior de la Compañía. En una
se encamina hacia Dios como “ba- trasposición moderna de la proble-
luarte de la religión que conduce al mática de tiempos pasados, hoy nos
hombre con más facilidad y seguri- cuestionamos cómo respetar el sus-
dad al cumplimiento de su último tantivo “universidad” y el adjetivo
fin”. Con un lenguaje un poco más “católico”, “cristiano” o “ignaciano”
inclusivo y una actitud más dialo- de nuestras instituciones; cómo reco-
gal, la versión moderna de esta de- nocer la autonomía de las realidades
claración sostiene: “la educación terrestres y, a la vez, la referencia
jesuita enfoca claramente todo su de todas las cosas al Creador; cómo
quehacer en la perspectiva cristiana compaginar “el servicio de la fe” con
de la persona humana como criatu- “la promoción de la justicia”; cómo
ra de Dios, cuyo último destino está volar en la búsqueda de la verdad con
más allá de lo humano”. las dos alas de la fe y la razón».
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«Ayudar» es el verbo con que Ignacio de Loyola expresó
www.cristianismeijusticia.net/eides
modestamente su gran deseo de hacer el bien a los otros.
Bajo este lema de servicio y sencillez,
la Escola Ignasiana d’Espiritualidad (EIDES)
ofrece esta serie de materiales ignacianos.
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