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Darío Mollá

DEL «MAGIS» PERSONAL


AL «MAGIS» INSTITUCIONAL
DEL «MAGIS» PERSONAL AL «MAGIS» INSTITUCIONAL
CENTROS EDUCATIVOS CON CALIDAD EVANGÉLICA
Darío Mollá

Introducción: «magis» y calidad evangélica ................................. 3


1. Un centro educativo con un claro horizonte evangelizador ..... 7
2. Un centro educativo donde el discernimiento es el modo
preferente en la toma de decisiones ................................................. 10
3. Un centro educativo cuyas relaciones humanas se viven
en clave de acompañamiento ............................................................... 14
4. Un centro educativo sensible y activo ante las necesidades
de los más pobres .................................................................................. 17
Apéndice 1: «Características de la educación de la Compañía
de Jesús». Capítulo 7 - El «más» ........................................................ 20
Apéndice 2: Textos significativos ............................................................ 23
Notas ........................................................................................................... 28
Darío Mollá, sj. especialista en espiritualidad ignaciana. Miembro del equipo de Cris-
tianisme i Justícia, ha publicado en esta colección: Cristianos a la intemperie. Encon-
trar a Dios en la vida (núm. 47); Acompañar la tentación (núm. 50); Horizontes de
vida (núm. 54); La espiritualidad ignaciana como ayuda ante la dificultad (núm. 67);
El «más» ignaciano: tópicos, sospechas, deformaciones y verdad (núm. 78) y Pedro
Arrupe, carisma de Ignacio: preguntas y propuestas (núm. 82).

Edita: Cristianisme i Justícia - Roger de Llúria, 13 - 08010 Barcelona


Tel. 93 317 23 38 - E-mail: info@fespinal.com - www.cristianismeijusticia.net
Imprime: Ediciones Rondas S.L. - Depósito Legal: B 4471-2019
ISBN: 978-84-9730-437-5 - ISSN: 2014-654X - ISSN (virtual): 2014-6558
Edición: Santi Torres Rocaginé - Corrección: Cristina Illamola
Maquetación: Pilar Rubio Tugas - Enero 2019

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INTRODUCCIÓN: «MAGIS» Y CALIDAD EVANGÉLICA

El texto que presentamos nació como una reflexión dirigida a respon-


sables de centros educativos vinculados a la Compañía de Jesús. Ello
explica que la mayoría de citas tengan ese carácter «jesuítico». No
obstante, nos ha parecido que sus reflexiones son aplicables a todas
aquellas instituciones que, independientemente de su titularidad, quie-
ran situarse en el horizonte ignaciano del «magis».

En el año 1986, el Gobierno general educativas de la Compañía. En sus


de la Compañía de Jesús, por medio de valiosas reflexiones, el citado docu-
su Secretariado de Educación, publicó mento explica el «más» en términos de
un importante y excelente documento «excelencia» humana, lo aplica bási-
cuya finalidad era iluminar la acción camente a «todas las tareas de la vida
de los centros educativos de la orden, a de la escuela» y, de forma prioritaria
la luz de las características fundamen- –aunque no de modo exclusivo–, inci-
tales de la espiritualidad ignaciana: me de en la acción con los alumnos y sus
refiero al documento «Características exigencias para el proyecto educativo
de la educación de la Compañía de Je- de la escuela.
sús». En las páginas que siguen, nuestro
En él, como no podía ser de otro enfoque complementa al anterior para
modo, se dedica un capítulo1 a la re- cualquier institución educativa que
flexión sobre el «más», el magis, ca- quiera situarse en la clave del magis
racterístico de la espiritualidad igna- ignaciano. Pretendemos abordar las
ciana y su aplicación a las instituciones aplicaciones de ese «más» a la propia
3
estructura de la escuela, a su finalidad «Rigor y calidad tienen que ser, de
última, a su funcionamiento, al tipo de hecho, características de ese ser-
relaciones que se gestan en el seno de la vicio y modo de proceder. No se
comunidad educativa y de esta con su trata de prestigio humano ni de es-
entorno, a cómo se gestiona… píritu de clase. Es la conciencia de
Todos estos aspectos forman parte cuán importante es el mensaje que
también de la fidelidad de una insti- traemos entre manos y el respeto y
tución educativa ignaciana al «más», amor al hombre destinatario de ese
propio de su espiritualidad. En definiti- mensaje lo que hace nacer en no-
va, se trata de preguntarse, en clave de sotros esa exigencia de calidad en
magis, no tanto por el «qué hacemos» nuestro servicio…» [50].2
como institución educativa, sino, sobre
todo, por «el qué y cómo somos». Sin Más recientemente, la 34 Congre-
ninguna duda, lo que respondamos a gación General (1995) sintió la necesi-
esta última pregunta suma o resta valor dad de «actualizar» las características
a lo que hacemos. del modo de proceder de la Compañía,
partiendo de la intuición del P. Arrupe.
Lo hizo en su decreto núm. 26 y últi-
La calidad como irrenunciable mo, titulado «Características de nues-
tro modo de proceder», donde, como
La búsqueda de la calidad o de la exce- su nombre indica, aparecen el magis
lencia es un hecho irrenunciable en las ignaciano y sus aplicaciones concretas.
instituciones educativas de la Compa- La Congregación señala que estar
ñía de Jesús, sea cual sea el nivel y el «siempre en busca del magis» es algo
contexto social en el que se mueven. propio de la dinámica de personas e
Es el magis al que son llamadas no instituciones cuya vida quieren que se
solo las personas, sino también las ins- rija por la espiritualidad ignaciana. Y
tituciones desde las raíces más hondas añade:
de su espiritualidad.
Esta llamada al magis, a la bús- «El magis no es simplemente una
queda de la calidad, está presente en más en la lista de características
todas las descripciones del «modo de del jesuita. Las impregna todas.
proceder» de la Compañía de Jesús, La vida entera de Ignacio fue la
expresión utilizada ya por los prime- búsqueda de un peregrino hacia el
ros jesuitas y que intenta expresar los magis, la siempre mayor gloria de
modos prácticos y concretos en que Dios, el siempre más cabal servi-
se encarna el carisma ignaciano en la cio de nuestro prójimo, el bien más
vida de instituciones y personas. En universal, los medios apostólicos
nuestros tiempos, el P.  Pedro Arrupe más efectivos. La mediocridad no
fue quien la «recuperó» en una famosa tenía puesto en la cosmovisión de
conferencia titulada «El modo nues- Ignacio» (núm. 26).
tro de proceder» (1979). En ella, el P.
Arrupe, al señalar los rasgos propios Notamos que en ambos textos la
del magis, afirma: búsqueda del magis y de la calidad no
4
se refiere solo a la vida personal del La mayoría de las veces esa «cali-
jesuita o de quien quiere vivir la espi- dad evangélica» no consiste en hacer
ritualidad ignaciana, sino que implica cosas distintas a las que llevamos a
también el «servicio» que se quiere cabo, ni tampoco en hacer más, sino en
prestar y los «medios apostólicos» que cómo hacemos esas cosas; es decir, en
para ello se ponen en juego. los procesos por medio de los cuales
En el texto del P. Arrupe hay una tomamos nuestras decisiones, en el cli-
advertencia que me parece significati- ma que creamos en el centro educati-
va e importante: «no se trata de pres- vo, en cómo entendemos las relaciones
tigio humano ni de espíritu de clase». humanas en la comunidad escolar…
Vivimos en un contexto en el que la Y, también –¿por qué no?–, en algunas
«calidad» se nos exige desde muchos ofertas formativas específicas.
ámbitos, y es necesaria en un entorno Evidentemente, los indicadores que
de fuerte competitividad. Las obras voy a proponer en las páginas que si-
educativas de la Compañía han vivido guen no son los únicos posibles, ni son
procesos de «certificación de calidad» indiscutibles ni pueden medirse como
–en ocasiones bastante exigentes– y los indicadores de calidad técnica o
están permanentemente sometidas a profesional. Lo que presento a conti-
comparaciones y exigencias respecto nuación es una propuesta personal y,
al nivel de calidad de los servicios que en consecuencia, subjetiva y discuti-
ofrecen. Responder de forma adecuada ble. Pero creo que puede ser útil para
a esas demandas exige una buena do- iniciar una reflexión sobre un tema tan
sis de trabajo, esfuerzo, creatividad… decisivo como el magis ignaciano de
Pero no se agota en ellas la llamada nuestras instituciones educativas. Mi
a  la calidad que deriva del carisma y propósito es presentar una propues-
de la espiritualidad ignacianos. ta de indicadores que pueda servir de
punto de partida y cuya pretensión no
es cerrar el tema, sino abrir la reflexión
Una calidad evangélica y el debate.

En razón de la vocación más radical de


nuestros centros educativos y de su ob- Una responsabilidad compartida
jetivo último que es la evangelización,
no podemos quedarnos simplemente Antes de entrar en la enumeración de
en la calidad que se nos exige desde dichos indicadores, quiero recordar
fuera ni podemos renunciar a una «ca- algo que ya he afirmado en alguna otra
lidad evangélica» o a unos indicado- ocasión:3 el cuidado de la «calidad
res evangélicos de calidad en nuestros evangélica» de un centro educativo es
centros educativos. Supuestos los indi- una tarea importante, si no la principal,
cadores válidos para todos, aspiramos de quienes asumen el liderazgo apos-
y deseamos algo «más» porque nuestro tólico en una institución educativa de
servicio a los estudiantes que tenemos la Compañía de Jesús. Dicha tarea no
y a la sociedad quiere ser el servicio se puede «delegar» en otras personas,
del evangelio. como otros aspectos de los proyectos y
5
programas de calidad pedagógica u or- Propuestas para la reflexión
ganizativa a los que antes me refería.4 y el debate
La responsabilidad sobre la «cali-
dad evangélica» de un centro educativo • Releer el capítulo 7 del documento
tampoco puede –en mi opinión– dele- «Características de la educación de
garse, ni es responsabilidad única del la Compañía de Jesús». Destacar
delegado o coordinador de Pastoral y comentar aquellas aportaciones
–aspecto importante de la evangeliza- que os parezcan más sugerentes y
ción y de la vida del centro. La «calidad actuales (Apéndice 1, págs. 20-22).
evangélica» a la que nos referimos es • «Preguntarnos no tanto por el qué
un concepto mucho más amplio, que hacemos, sino sobre todo por el
abarca toda la vida del centro e inclu- qué y cómo somos»: ¿qué impor-
ye aspectos muy determinantes de esa tancia le damos en la vida concreta
vida, que no competen al encargado o de nuestro centro a esta reflexión?,
coordinador de Pastoral, y sobre los que ¿qué espacios encuentra?, ¿reser-
el citado pastoralista no tiene autoridad vamos tiempo y espacio para esta
ni competencias. En realidad, quienes pregunta en nuestras evaluaciones?
asumen de forma personal o colegia- Si no lo hacemos, ¿cómo y cuándo
da el liderazgo apostólico son quienes podríamos abordarla?
tienen que animar y cuidar ese objetivo • «El magis al que son llamadas no
innegociable que es la «calidad evangé- solo las personas, sino también las
lica». instituciones»: ¿piensas que esta
Para empezar, señalo cuatro indica- afirmación es válida?, ¿por qué?,
dores de esa calidad: ¿qué contenido le das desde la es-
piritualidad ignaciana?
a) Un centro educativo con un claro • El liderazgo de nuestras institucio-
horizonte evangelizador. nes y de vuestra institución concre-
b) Un centro educativo en el que el ta, ¿es un liderazgo más de gestión
discernimiento es el modo prefe- o de misión? ¿En qué medida están
rente de la toma de decisiones. presentes ambos aspectos o cómo
c) Un centro educativo en el que las se combinan? ¿Vives el liderazgo
relaciones humanas se viven en de tu centro como un auténtico li-
clave de acompañamiento. derazgo «apostólico»? ¿En qué se
d) Un centro educativo sensible y nota que lo es o qué le falta para
comprometido con los más pobres. serlo?

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1. UN CENTRO EDUCATIVO CON UN CLARO
HORIZONTE EVANGELIZADOR

El horizonte evangelizador es el que orienta todas las dimensiones


y toda la actividad de un centro educativo de la Compañía de Jesús:
hacer presente en nuestra sociedad el Evangelio de Jesús. Hacerlo
presente y plausible como propuesta de vida para las personas y como
proyecto para la sociedad, y hacerlo presente con convencimiento,
gozo y credibilidad.5

Así formula el documento «Caracte- una acción empapada del espíritu y


rísticas de la educación de la Compa- la presencia de Jesucristo, el Hom-
ñía de Jesús» (núm. 167) el horizonte bre para los demás».
evangelizador como finalidad de la
educación en la Compañía: Este horizonte, como todo buen
«horizonte», debe orientar y llenar de
«La finalidad de la educación de la sentido las propuestas del centro edu-
Compañía nunca ha sido exclusi- cativo y ser un criterio básico de dis-
vamente la adquisición de un con- cernimiento en la toma de decisiones.
junto de informaciones y técnicas, El horizonte evangelizador no debe ser
o la preparación para una carrera, una afirmación presente en los docu-
aunque todas estas cosas sean en sí mentos de identidad y olvidada en la
mismas importantes y útiles para práctica cotidiana, porque, sin su con-
futuros líderes cristianos. El fin creción cotidiana, las afirmaciones teó-
último de la educación Primaria y ricas pierden todo su valor.
Secundaria de la Compañía es, más Sin comentar en detalle todas las
bien, el crecimiento global de la consecuencias prácticas de tener a
persona, que conduce a la acción, la vista este horizonte evangelizador
7
como horizonte fundamental de senti- yentes o no) deben a esos valores
do, quiero señalar cuatro aspectos im- no ha de ser un respeto solo en las
portantes que tienen que ver con pro- palabras, sino también en las con-
curar y cuidar la «calidad evangélica»: ductas, porque, en ocasiones, hay
personas que nunca formularán
1.º Ser conscientes del horizonte evan- palabras disonantes sobre el Evan-
gelizador de nuestro proyecto edu- gelio, pero muestran conductas cla-
cativo, afirmarlo con claridad y ac- ramente antievangélicas.
tuar con ilusión ante él.
Una enumeración básica y funda-
Todo esto me parece importante en mental de esos valores es la que, por
momentos difíciles en los que ese ejemplo, encontramos en el núm. 96
proyecto y nuestra propia existen- de las «Características de la educa-
cia como centros pueden ser pues- ción de la Compañía de Jesús»:
tos en tela de juicio. Tenemos una
oferta propia y valiosa que ofrecer «La comunidad educativa, basada
a la sociedad, y estamos convenci- en el ejemplo de Cristo –y en el de
dos, con humildad y respeto, de que María en su respuesta a Cristo– y
su pérdida sería una pérdida para la reflexionando sobre la cultura ac-
sociedad, no solo cuantitativa, sino tual, a la luz de las enseñanzas de la
también cualitativamente. Nuestra Iglesia, promueve:
existencia tiene valor no solo por • La visión espiritual del mundo
cuestión de plazas escolares (más o frente al materialismo.
menos), sino por la necesaria plu- • La preocupación por los demás
ralidad de ofertas de sentido en el frente al egoísmo.
ámbito de la educación. Y estamos • La austeridad frente al consu-
bien convencidos del valor de la mismo.
nuestra, y, en consecuencia, de lo • La causa de los pobres frente
que proponen y aportan nuestros a la injusticia social.»
centros educativos.
3.º Cuidar los procesos de formación
2.º Hacer de los valores y las actitudes del profesorado en todo aquello
que derivan del Evangelio las acti- relacionado con nuestra identidad
tudes y valores propios del centro, y misión, tanto en el propio cen-
y exigir a toda la comunidad educa- tro como en actividades comparti-
tiva poner en práctica el respeto, al das con docentes de otras institu-
menos, no solo verbal, sino prácti- ciones con las que se comparte esa
co de esos valores. identidad y misión.

En un centro educativo con hori- Debemos estar atentos a que la ne-


zonte evangelizador no solo hay cesaria formación en competencias
palabras u opiniones inadmisibles, profesionales no ahogue o deje sin
sino acciones y conductas inacep- espacio la formación en cuestiones
tables. El respeto que todos (cre- de sentido. Darle la importancia de-
8
bida a dicha formación de sentido equipos, el buen entendimiento y
es cuidar los tiempos y los espacios articulación de la Pastoral con el
de esa oferta, diseñar procesos de resto de propuestas de formación
crecimiento en esta dimensión, ve- humana y en valores, la adecuación
lar por la calidad de lo que se pro- de los horarios y espacios dedica-
pone y facilitar que todos partici- dos a la Pastoral, la calidad de los
pen en ella. momentos significativos de cele-
bración dentro de la comunidad
Para quienes viven desde la espi- educativa…
ritualidad ignaciana, la propuesta
formativa y metodológica de los
Ejercicios de San Ignacio sugiere
claves importantes para esta forma- Propuestas para la reflexión
ción de sentido. Se trata de promo- y el debate
ver procesos personales de encuen-
tro con Dios, experiencias de vida • ¿Sientes que el horizonte evangeli-
y sentido, discernimiento sobre las zador está presente en la vida coti-
dinámicas de la propia vida. En este diana de tu centro? ¿En qué aspec-
sentido, esta formación tiene sus tos?
características propias y diferencia- • ¿Se vive con ilusión la propuesta
das de la formación en capacidades de sentido que tu centro educativo
y habilidades profesionales. ofrece a los estudiantes y a la so-
ciedad en general? ¿La comunidad
4.º Ofrecer una Pastoral de calidad. educativa valora esa oferta?
• El núm. 96 de «Características de
La dimensión evangelizadora del la educación de la Compañía de Je-
centro no se limita a la oferta pasto- sús» señala unos valores para pro-
ral, sino que es mucho más amplia mover desde el Evangelio. Tenien-
y abarca todas las dimensiones de do en cuenta la realidad de vuestro
su vida y acción. Pero, en un ho- entorno, ¿añadirías alguno más?,
rizonte evangelizador de centro, la ¿cuál de ellos crees que habría que
oferta pastoral de calidad es nece- cuidar de forma prioritaria?
saria e importante, de ahí que haya • En vuestro centro, ¿se cuida la
que tener muy en cuenta aspectos formación en la dimensión de sen-
como la creatividad, la calidad tido?, ¿hay algo que debería po-
de las personas que se dedican a tenciarse en esa línea o en lo que
ella, la buena coordinación de los debería incidirse?

9
2. UN CENTRO EDUCATIVO DONDE
EL DISCERNIMIENTO ES EL MODO PREFERENTE
EN LA TOMA DE DECISIONES

Recurrir a procesos de discernimiento al tomar decisiones es propio


del sistema de gobierno de la Compañía de Jesús a todos los niveles.
El discernimiento es útil y necesario no solo para los procesos de de-
cisión personal, sino también para los colectivos. El alcance y la fina-
lidad de dichos procesos son los mismos, aunque sus procedimientos
son, obviamente, diversos.

¿Qué sentido y alcance tiene el dis- O, expresado en otras palabras, salvar


cernimiento en los centros educativos la distancia que puede darse entre teo-
de la Compañía de Jesús y por qué es ría y práctica, entre Ideario y Proyecto
necesario hablar de «decidir en discer- y prácticas cotidianas.
nimiento» al hablar de «calidad evan-
gélica» en un centro educativo? ¿Por
qué resulta necesario a la hora de to- 2.1. ¿Por qué es necesario
mar decisiones? el discernimiento?
En términos generales, el discerni-
miento pretende asegurar que las de- Creo que, al menos, por dos tipos de
cisiones concretas que se toman en el motivos:
día a día, las prácticas cotidianas, sean Primero, porque la mayoría de las
coherentes con los principios genera- veces las alternativas a la solución de
les que se quieren vivir; dicho de otro problemas o conflictos para emprender
modo, el discernimiento pretende bajar y potenciar no son claras, pues cada
a lo concreto y a lo cotidiano lo que son una de ellas presenta sus ventajas y sus
convicciones y pretensiones de fondo. inconvenientes, sus luces y sus som-
10
bras. El discernimiento no se da entre Por tanto, para mantener nuestro
lo blanco y lo negro, entre lo bueno talante evangélico en un contexto que
y lo malo, entre lo indiscutible y lo dis- muchas veces no lo es, aparece como
cutible, sino entre cosas que son grises, imprescindible el discernimiento, so-
ambiguas y con variados matices. Se bre todo para ver qué sentido y orien-
trata, entonces, de tomar la alternativa tación deben tomar nuestras decisiones
más coherente con los principios que cotidianas y si, de verdad, estas van
nos inspiran, de escoger la dirección siendo en clave de Evangelio. Si no ha-
que mejor nos conduce hacia el hori- cemos un esfuerzo de discernimiento,
zonte que nos orienta… y eso pide mi- se irá generando una separación entre
rar al horizonte, reflexionar, dialogar, lo que decimos ser y lo que somos, que
contrastar… nos generará descontento y desazón in-
En segundo lugar, hay que ser ca- terior, y falta de credibilidad hacia el
paz de discernir para tomar las deci- exterior, a veces hasta llegar al punto
siones con la máxima libertad posible, de que ni nosotros mismos nos cree-
libres de presiones exteriores y de pa- mos lo que decimos.
siones interiores. Porque ambas cosas, Evidentemente, no todas las deci-
presiones y pasiones, pueden llevarnos siones tienen la misma trascendencia
a tomar decisiones incoherentes con ni suponen, por tanto, la misma nece-
nuestros principios e, incluso, contra- sidad de discernimiento o complejidad
rias a nuestra mejor voluntad. de desarrollo. Parte de la tarea de quien
En nuestros centros educativos, es- ejerce el liderazgo apostólico es sope-
tamos sometidos a cantidad de presio- sar la importancia de las cuestiones y el
nes exteriores que, si no discernimos discernimiento necesario para decidir
correctamente, pueden apartarnos o sobre ellas. Pero las grandes decisiones
desviarnos de nuestros objetivos: pre- que marcan la vida del centro –a veces
siones de la Administración Pública, durante mucho tiempo– no deberían to-
de grupos de familias, de instituciones marse sin un discernimiento adecuado.
o plataformas sociales… Hace poco, un «consultor» de una im-
Además de las presiones exterio- portante obra apostólica me comentaba
res, hay dinámicas interiores, persona- lo siguiente: «Nos consultan las peque-
les y colectivas, que pueden disminuir ñas cosas, minucias, pero las cosas de
nuestra voluntad e influir en ella hasta envergadura, que suponen cuantiosos
el punto de condicionarla en dirección desembolsos económicos y son condi-
opuesta a nuestros principios. A ello cionantes de futuro, no nos las consul-
hay que sumarle, intereses particula- tan». Puede pasar y pasa.
res o colectivos, miedos, cuestiones
de prestigio personal e institucional…
Todo ello puede provocar que nues- 2.2. ¿Qué exigencias conlleva
tras decisiones no sean lo «limpias» y ese decidir en un clima de
honestas que deberían ser. Cierto que discernimiento?6
podremos justificarlas de mil formas,
pero sabremos que no las hemos toma- Subrayo brevemente algunas. En pri-
do con limpieza. mer lugar, mantener y cuidar la memo-
11
ria y la ilusión por el propio proyecto; tiempo o los tiempos nos vienen exigi-
es decir, no perder el horizonte, no per- dos e impuestos desde fuera. También
der la mirada ni los deseos de seguir con respecto a esta cuestión vale lo que
caminando hacia él. Si no cuidamos se ha mencionado antes sobre el hecho
esto, corremos el peligro de olvidar, de que no todas las decisiones tienen
de distraernos, de hacer caso de can- la misma importancia y, por tanto, no
tos de sirena o de pactar lo inacepta- todas requieren el mismo tiempo.
ble. En ese sentido, creo que esa es una Pero en este asunto creo que es im-
misión primera y principal de quien o portante tener en cuenta dos cuestiones:
quienes ejercen el liderazgo apostóli- por un lado, que cuanto más «vivo»
co: ser las personas que recuerdan y esté el horizonte y cuanta más dinámica
hacen presente el horizonte para que la de discernimiento haya en la comuni-
comunidad educativa no lo pierda de dad educativa, más ágiles pueden ser
vista. Siempre existe el peligro de que los procesos de discernimiento. Por
las personas concretas o los pequeños otro lado, que utilicemos al máximo
grupos limiten su horizonte a su redu- nuestra capacidad de intervenir sobre
cido mundo o a sus intereses concre- los tiempos. Me gusta decir que todo
tos. Entonces, tanto el proyecto común discernimiento pide tiempo y plazo: un
como la convivencia en el seno del tiempo para ejecutar el proceso y otro
centro educativo peligran. para concluirlo.
En segundo lugar, cuidar el análisis Discernir no es nunca una tarea
de propuestas y posibilidades. Eviden- individual, pide atención, escucha,
temente, tanto más cuanto mayor es la diálogo… Evidentemente, no se trata
importancia del tema sobre el que se va de un diálogo de todo con todos, pero
a decidir. El buen discernimiento in- tampoco de nada con nadie. Es un mal
cluye un buen análisis de la realidad, lo planteamiento decidir solos porque las
más completo posible. Sabemos bien presiones pueden aplastarnos y las pa-
que los datos y las estadísticas pueden siones, engañarnos. Los estatutos o el
interpretarse en muchos sentidos según reglamento interno de la institución in-
quien los analice, y, en ocasiones, los dican en cada caso quién debe decidir
mismos datos se interpretan de modo y, por lo tanto, discernir sobre una de-
muy divergente. El discernimiento terminada cuestión. Pero el abanico de
busca la honestidad y, a ser posible, personas a las cuales se puede escuchar
el consenso en la interpretación de los o consultar o pedir opinión es mayor y
datos. Una honestidad y un consenso no hay que tener miedo a consultar. El
que tienen que ver con los criterios que discernimiento no cuestiona la autori-
mueven el discernimiento. dad, sino el autoritarismo. Generar en el
centro educativo un clima de escucha,
de diálogo, de participación es allanar
2.3. Analizar la realidad y buscar el terreno para posibilitar el discerni-
consenso piden tiempo miento cuando sea necesario.
Tan pronto como formemos par-
Y al hablar de tiempo topamos con una te de un colectivo más amplio –que
dificultad real: o no tenemos mucho va más allá de nuestro propio centro
12
educativo y con el que compartimos la necesidad del discernimiento?
proyecto y horizonte–, el compartir ¿Añadirías alguna más?
problemas y reflexiones de manera fre- • ¿Has tenido en tu centro educativo
cuente, y en la medida de lo posible, alguna experiencia concreta ante la
también ayudará al discernimiento, que puedas decir: «se decidió en
aunque las soluciones que podamos clima de discernimiento»? Recuér-
dar cada uno diverjan porque nuestras dala, compártela y explica por qué
circunstancias son distintas. Pero de- te parece que fue una decisión en
cidir con autonomía no es decidir en discernimiento.
solitario. • ¿Cuáles son las principales dificul-
tades que encuentras para practicar
el discernimiento en tu centro edu-
2.4. Propuestas para la reflexión cativo? ¿Qué acciones habría que
y el debate llevar a cabo para afrontarlas?
• Comenta esta frase y lo que te sugie-
• ¿Entiendes y compartes las razones re: «El discernimiento no cuestiona
que señala el texto para justificar la autoridad, sino el autoritarismo».

13
3. UN CENTRO EDUCATIVO CUYAS RELACIONES
HUMANAS SE VIVEN EN CLAVE DE ACOMPAÑAMIENTO

En los últimos años, son muchas las ocasiones en las que se me ha


pedido una reflexión sobre el tema del acompañamiento y poco a poco
en ella he ido ampliando la comprensión de lo que supone y significa.7

En su sentido más estricto –¿y también o personalizada del acompañamiento


en el más «estrecho»?–, entendemos el (de tú a tú), sino que puede hablarse de
acompañamiento como el oficio o tarea una dimensión comunitaria o colecti-
de unos acompañantes específicos para va del acompañamiento, en la que nos
unas personas concretas, en niveles acompañamos unos a otros, en la que
diversos: tutorial, pastoral, espiritual. todos somos, a un tiempo, acompañan-
Pero, en la medida en que profundizas tes y acompañados.
en lo que significa el acompañamiento
ignaciano y su alcance, percibes que es
mucho más, que su significado es más 3.1. Un estilo, un talante
hondo: es un estilo que puede apli-
carse al cómo la noción ignaciana de «Acompañar», «acompañamiento», es
la educación concibe la relación entre un estilo, un talante consustancial a la
educadores y educandos, en todos los espiritualidad ignaciana y al modo de
ámbitos de la vida escolar. proceder en el que esa espiritualidad se
Ese estilo que significa el acompa- encarna en lo cotidiano. Esa espiritua-
ñamiento puede definir también lo que lidad y ese modo de proceder nacen de
sería el horizonte de la relación entre la los Ejercicios Espirituales de San Ig-
dirección del centro y el equipo docen- nacio, en los que el acompañamiento y
te, o incluso dentro del mismo equipo. el acompañante desempeñan un papel
No solo hay una dimensión individual decisivo. En la medida en que «acom-
14
pañar» y «acompañamiento» vayan de forma explícita o implícita. En defi-
siendo el estilo y el talante de nuestros nitiva, algo tan ignaciano como ayudar
centros educativos, su calidad evan- a la persona en cuanto persona, como
gélica aumentará sin lugar a dudas. El preocupación básica. El discernimien-
talante del acompañamiento mutuo en to nos mostrará qué forma concreta de
el centro potencia la calidad de las re- ayuda requiere en cada momento. To-
laciones personales y, con ello, la cali- dos podemos ayudar y todos necesita-
dad evangélica de nuestra institución. mos ayuda en algún momento concreto
Me atreveré a señalar tres elemen- de nuestra vida y de nuestra actividad
tos que forman parte de dicho talante: profesional.
el cuidado, la sinceridad y el compartir. Cuidar es ayudar a las personas a
crecer, estar a su lado en los procesos
de crecimiento personales y profesio-
3.2. El cuidado nales, animándolas, sosteniéndolas en
los momentos de duda o dificultad,
Antes de hablar del «cuidado» y su orientándolas en los momentos de des-
significado, me permito contar una concierto o desánimo, aportándoles se-
historia de la primitiva Compañía de renidad en los momentos de euforia…
Jesús, allá por el siglo xvi, exactamen- Y teniendo paciencia, mucha pacien-
te en 1539. Ignacio de Loyola y sus cia, con los procesos personales, que
compañeros de París, tras ofrecerse al siempre piden tiempo y nunca son tan
papa que iba a dispersarles, hicieron un rectilíneos como nos gustaría o como
serio y largo discernimiento para ver la teoría los plantea.
si mantenían alguna forma de unión Cuidar es ayudar a que las perso-
entre ellos, y concluyeron que iban a nas se sientan parte de un grupo más
mantener esa unión: «agrupándonos en amplio, de un cuerpo, que los acoge y
un cuerpo y teniendo cuidado y com- acepta. Y de este siempre pueden es-
prensión los unos de los otros para perar el compartir un horizonte de sen-
mayor fruto de las almas». El cuidar tido para su tarea, sentir calor humano
y el comprender los unos de los otros y recibir el intercambio de experiencia
es lo que debe caracterizar al cuerpo y y experiencias que da seguridad en el
lo que aumentará la eficacia de la tarea caminar.
apostólica.
¿Qué contenidos podemos darle
hoy y en nuestros centros educativos a 3.3. La sinceridad
ese «cuidar y comprender» los unos de
los otros? Por otro lado, citaba la sinceridad de
Cuidar es estimar y valorar a cada unos con otros como segundo elemen-
persona como tal, independientemente to de ese talante de acompañamiento.
de su función, de su edad, de sus di- Una sinceridad plena en nuestras rela-
versas circunstancias… Y, por tanto, ciones, que permite que nos manifes-
prestar atención a la situación concreta temos tal como somos y pensamos, y
de dicha persona y a las demandas y que la verdad presida nuestras mutuas
necesidades que pueda ir planteando, relaciones. La sinceridad no es agresi-
15
vidad; la sinceridad cuida los tiempos de compartir entre los miembros de la
y las formas porque nace del deseo de comunidad educativa experiencias de
ayudar. Es cierto que no cual quier mo- vida, más allá de la mera relación pro-
mento es idóneo ni cualquier forma es fesional o laboral.
la adecuada, y menos aún la «explo- Quizá este sea el elemento más difí-
sión» de mi malestar del tipo que sea. cil, y no solo por los agobios del vivir y
El papa Francisco en una preciosa trabajar cotidiano, sino por las naturales
homilía sobre la corrección fraterna y lógicas reservas que todos tenemos.
evangélica dijo que esta debería tener Pero abrir espacios y tiempos donde
tres condiciones: caridad, verdad y hu- podamos compartir algo más perso-
mildad. La primera, se refiere a que la nal –o, al menos, algo más del sentido
sinceridad nazca del deseo de ayudar y desde el que vivimos nuestro trabajo
no de revanchas, enfados, malhumor o cotidiano– es una excelente manera
sentimientos semejantes. El Papa añade de acompañarnos los unos a los otros
que una corrección fraterna sin caridad y de crear un ambiente de relaciones no
es como una operación sin anestesia, y solo profesionales, sino humanas.
que eso es un acto de crueldad. La se- Y, en el clima humano que gene-
gunda, la verdad, indica que la sinceri- ra la actitud y el talante del acompa-
dad sea sobre cosas o hechos reales y ñamiento, el testimonio del Evangelio
comprobados, no sobre rumores, o «me resulta más posible y plausible.
han dicho que…», «parece que…». Y,
por último, la humildad tiene que ver
con la actitud de nuestra sinceridad: que 3.5. Propuestas para la reflexión
no sea prepotente ni muestra de una su- y el debate
perioridad falsa, sino de quien se siente
tan necesitado de corrección y ayuda • A lo largo de tu vida en el centro
como aquel a quien corrige. educativo al que perteneces, ¿te has
Sabemos que esa sinceridad no  es sentido acompañado por otros? ¿En
fácil, bien porque preferimos no com- qué aspectos? ¿Cómo valoras lo que
plicarnos la vida, bien porque no somos ese acompañamiento te ha aportado?
proclives a aceptar lo que nos digan. • ¿Te sientes acompañante de otras
Entonces, la reacción es criticar por de- personas? ¿De qué manera? ¿Qué
trás, chismorrear, calumniar o difamar, es lo que te ha aportado ese «ser
acciones que no solo no aportan nada, acompañante»?
sino que son tremendamente destructi- • «Cuidado», «sinceridad», «com-
vas y cuestionan radicalmente nuestro partir»: ¿cuál te parece más nece-
testimonio del Evangelio. sario?, ¿qué es lo que te parece más
fácilmente posible?, ¿y lo más difí-
cil?, ¿por qué?
3.4. El compartir • ¿En tu centro educativo hay espa-
cios y tiempos para el encuentro
Finalmente, citaba el «compartir» como personal? Si los hay, ¿qué te apor-
componente de ese talante del acompa- tan? Si no los hay, ¿te parece posi-
ñamiento comunitario: la posibilidad ble ponerlos en marcha?
16
4. UN CENTRO EDUCATIVO SENSIBLE Y ACTIVO ANTE
LAS NECESIDADES DE LOS MÁS POBRES

Desde la 32 Congregación General (1975) y las frecuentes intervencio-


nes de los padres generales Pedro Arrupe y Peter Hans Kolvenbach
–dirigidas al mundo educativo, tanto en la enseñanza primaria o secun-
daria como universitaria–, los colegios de la Compañía de Jesús tienen
ya muy asimilado en sus planteamientos que la dimensión del com-
promiso por la justicia es inherente a su proyecto evangelizador y, en
consecuencia, un indicador de su «calidad evangélica». Entonces, se
trata únicamente de que esa conciencia sea operativa en el día a día.8

Esta insistencia es coherente con los muy concretas de lo que ese compro-
planteamientos de la primera Compa- miso demanda. Al hilo de ese docu-
ñía de Jesús, tanto en sus planteamien- mento, planteo algunas observaciones
tos apostólicos generales (tal como y sugerencias de posicionamiento y
los expone la Fórmula del Instituto acción.
de 1550)9 como cuando se comienzan
a fundar colegios. En realidad fue un
apostolado inicialmente no previsto, 4.1. Ir a las periferias
pero que pronto adquirió una dimen-
sión muy importante. El papa Francisco suele hablar de «pe-
El capítulo III del documento «Mo- riferias existenciales». Entiendo que
dos de proceder de un centro educativo esa expresión no habla tanto de «luga-
de la Compañía de Jesús, inspirado en res» geográficos, sino de situaciones
Características», dedicado al «Com- vitales, de personas que, poco a poco,
promiso social y atención a los desfa- y en razón de dinámicas generadas por
vorecidos», da pautas e indicaciones el sistema económico vigente en nues-
17
tra sociedad, son expulsadas hacia las para la justicia que, muy acertadamen-
periferias, alejadas del centro, «descar- te, se califica como la «formación de la
tadas», en el lenguaje del Papa. Esta- sensibilidad social». Porque no se trata
mos hablando, por tanto, de dinámicas, de dar contenidos o de llenar la cabe-
de movimientos vitales, no de situacio- za de estadísticas, sino de generar una
nes estables ni consolidadas. sensibilidad que te haga ser capaz de
En el día a día de nuestros centros movilizarte ante las situaciones de in-
educativos, somos testigos de situacio- justicia con las que te va encontrando
nes de este tipo: hay familias que se en la vida.
ven expulsadas de una situación eco- Pienso que esta formación en la
nómica y social más o menos cómoda sensibilidad social debe ser un eje
o estable hacia la precariedad y la po- «transversal» de toda la acción educa-
breza, aunque quizá no de forma muy tiva de un centro que busca la calidad
visible, pues se guardan las formas, evangélica, y no solo una parte de su
algunas formas; quizá se intenta disi- currículum. En todas las materias y
mular o guardar apariencias. Sea como propuestas, escolares y extraescolares,
fuere, el deterioro es muy real… Son la sensibilidad social debe ser un crite-
situaciones por la que se paga un alto rio de discernimiento de lo que se dice
precio humano y quienes suelen pagar- y de lo que se hace. Así se transmite
lo son los más débiles: los menores. sensibilidad social a la comunidad
Por todo ello se nos pide una atención educativa. Y, en este terreno, a veces
y un cuidado especiales hacia estas si- llaman la atención los contrastes entre
tuaciones. lo que se afirma y lo que se practica;
«Periferias existenciales» nos remi- contrastes al fin y al cabo que restan
te también a otro tipo de marginacio- credibilidad a nuestras declaraciones.
nes y exclusiones que se dan muchas
veces entre los propios estudiantes por
diversas razones. Con demasiada fre- 4.3. Formar el compromiso por la
cuencia, nos llegan noticias de casos justicia
de acoso, extorsión y abuso a alumnos
y alumnas física o psicológicamente Por otra parte, están las actividades es-
más débiles, o «diferentes» a causa de pecíficas de formación social, a partir
su origen, religión, identidad sexual… de las cuales habría que examinar la
Y, ante ellas, habrá que estar muy vigi- «calidad» de nuestra educación para
lantes, principalmente en razón de una la  justicia y las pedagogías de esta.
justicia que se basa en la igual digni- Sinceramente, no se trata de agobiar
dad de todas las personas. con imágenes o situaciones negativas
o de inhumanidad, sino más bien de
proponer ejemplos positivos –y, en
4.2. La sensibilidad social la medida de lo posible, cercanos– de
personas comprometidas con los más
En el documento «Modos de proce- pobres. Aún más, se trata de no aso-
der», se señala otra línea de ese com- ciar la justicia a tiempos o situaciones
promiso por la justicia: la educación extraordinarias, sino de vincularla a la
18
vida cotidiana y a los discursos y prác- Un ámbito también especialmente
ticas de cada día. Es decir, habría que delicado y sensible en el ámbito de la
evitar tanto una formación social basa- justicia social en nuestros centros edu-
da en solo discursos o ideas como una cativos es el de las relaciones laborales.
formación social basada únicamente Debería conseguirse que esas relacio-
en experiencias sin evaluarlas ni re- nes se muevan claramente en paráme-
flexionar sobre ellas. Las experiencias tros de justicia y eviten prácticas que
no evaluadas o no reflexionadas pue- suenen a favoritismos, oscurantismos
den quedar en impactos emocionales o desigualdades no justificables.
pasajeros y superficiales, sin fuerza Seguramente estos no son todos
para la transformación ni el cambio. los capítulos que hay que abordar al
En un momento en que se fortifi- hablar del compromiso con la justicia
can fronteras –ya sea con muros, ya de un centro educativo comprometido
sea con leyes–, el compromiso por la con el Evangelio, pero creo que los
justicia de nuestros centros educativos enunciados en los párrafos anteriores
debe concretarse en un compromiso son todos dignos de mención y aten-
de acogida y de concienciación a fa- ción. Según cada contexto social y las
vor de quienes venidos de otros países peculiaridades de cada centro, podrán
pueden necesitar, en cualquier modo, añadirse otros.
nuestro apoyo. Esta acogida llega a la
inclusión cuando es necesaria y posi-
ble, pero siempre es conciencia viva, 4.5. Propuestas para la reflexión
atención, sensibilidad y compromiso y el debate
social.
• ¿Piensas que tu centro educativo
está comprometido con la justicia?
4.4. Y predicar con el ejemplo ¿Por qué?
• ¿Qué opinión te merecen los pro-
Ese es un tema…, pero en muchos otros gramas de formación para la justi-
temas o conflictos de nuestra sociedad cia de tu centro en el caso de que
que tienen que ver con la justicia para haya?
todos –especialmente para los que su- • Pensando en el contexto social en
fren la injusticia–, será procedente que el que está ubicado tu centro, ¿hay
nuestros centros educativos reflexio- algunas cuestiones o problemas
nen, se posicionen y hagan pública su con los que debería comprometerse
postura si procede. En determinadas especialmente?
circunstancias, esto puede ser proble- • ¿Los estudiantes más débiles o des-
mático o conflictivo, pero precisamen- favorecidos de tu centro se sienten
te para estas cuestiones problemáticas especialmente atendidos y cuida-
o conflictivas está el discernimiento. dos?

19
APÉNDICE 1: «CARACTERÍSTICAS DE LA EDUCACIÓN
DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS». CAPÍTULO 7 - EL «MÁS»

(105) Ignacio insistía repetidas veces La búsqueda de la excelencia


en el magis, el más. Su constante académica es propia de una es-
preocupación fue el mayor ser- cuela jesuítica, pero solamente
vicio de Dios por medio del más en el contexto más amplio de
estrecho seguimiento de Cristo excelencia humana.
y aquella preocupación pasó a
toda la acción apostólica de los (108) La excelencia, del mismo modo
primeros compañeros. La res- que los demás criterios ignacia-
puesta concreta a Dios debe ser nos, viene determinada por «las
«de mayor estima y momento». circunstancias de lugares y per-
sonas». «El tipo de centro, su
(106) La educación de la Compañía: ubicación, su tamaño escolar, la
• Persigue la excelencia en su fijación de objetivos de calidad
acción formativa. de educación o de extensión de
• Da testimonio de excelencia. enseñanza, etc. son cosas que
diversifican el instrumento para
adaptarlo a las circunstancias
Excelencia en la formación en que se lo emplea». Buscar
el magis, es, por consiguiente,
(107) En la educación de la Compa- proporcionar el tipo y nivel de
ñía, el criterio de excelencia se educación a cada grupo de estu-
aplica a todas las tareas de la diantes, según su edad, que me-
vida de la escuela: la intención jor responde a las necesidades
es el desarrollo más comple- de la región en que la escuela
to posible de todas las dimen- está localizada.
siones de la persona, unido al
desarrollo de un sentido de los (109) «Más» no implica una compara-
valores y de un compromiso al ción con otros ni una medida de
servicio de los demás, que otor- progreso, en relación con un ni-
ga prioridad a las necesidades vel absoluto. Más bien es el de-
de los pobres y está dispuesto a sarrollo más completo posible
sacrificar el propio interés por la de las capacidades individua-
promoción de la justicia. les de cada persona en cada eta-
20
pa de su vida, unido a la pron- plicadores. A su vez, este deseo
titud para continuar este desa- se convierte en la preparación
rrollo, a lo largo de la vida, y personal necesaria por la que un
la motivación para emplear al estudiante se dedica al estudio, a
servicio de los demás las cuali- la formación personal, y en últi-
dades desarrolladas. mo término a la acción.

(110) Una intención tradicional de la (112) La «Ratio Studiorum» reco-


educación de la Compañía ha mienda la emulación –normal-
sido formar «líderes»: hombres mente entre grupos más bien
y mujeres que asumen posicio- que entre individuos– como un
nes responsables en la sociedad, estímulo efectivo para el creci-
por medio de las cuales ejercen miento académico. La educa-
un influjo positivo en otros. ción jesuítica se enfrenta hoy a
Este objetivo ha conducido, a una realidad diferente: un mun-
veces, a excesos que deben ser do de excesiva competitividad,
corregidos. Cualquiera que pue- que se refleja en el individualis-
da haber sido el significado de mo, el consumismo y el afán de
esta idea en el pasado, la meta éxito a toda costa. Aunque la es-
de la educación de la Compañía cuela jesuítica valora el estímu-
en la comprensión actual de la lo de los ejercicios de competi-
visión ignaciana del mundo no ción, pide a sus estudiantes que
consiste en preparar una elite se distingan por su capacidad de
socioeconómica, sino más bien trabajar unidos, que sean sensi-
en educar líderes en el servi- bles unos a otros y se compro-
cio. Los centros educativos de metan al servicio de los demás,
la Compañía, por consiguiente, expresado en la ayuda mutua.
ayudarán a sus estudiantes a
desarrollar las cualidades men- «Ese deseo de testimonio cris-
tales y efectivas que les capaci- tiano [...] no se desarrolla con la
ten –en cualquier posición que emulación académica y la supe-
asuman en la vida– para trabajar rioridad de cualidades persona-
con otros por el bien de todos al les, respecto a los demás, sino
servicio del Reino de Dios. con el aprendizaje de la disponi-
bilidad y la servicialidad».
(111) El servicio está fundamentado
en un compromiso de fe en Dios;
para los cristianos esto se expre- Testimonio de excelencia
sa en términos de seguimiento
de Cristo. La decisión de seguir (113) Las líneas de acción de la escue-
a Cristo, tomada por amor, con- la serán tales que creen un am-
duce a un deseo de hacer cada biente o «clima» que promueva
vez «más», capacitándonos para la excelencia. Esas líneas de
convertirnos en agentes multi- acción incluyen una evaluación
21
continua de las metas, progra- profesional a su progreso en de-
mas, servicios y métodos de en- dicación.
señanza, en un esfuerzo por dar
a la educación de la Compañía (115) Los profesores y directores de una
una mayor eficacia en el logro escuela jesuítica cooperan con
de sus finalidades. las demás escuelas y organismos
educativos en el descubrimiento
(114) Los miembros adultos de la de políticas institucionales más
comunidad educativa dan tes- eficaces, de procedimientos edu-
timonio de excelencia, uniendo cativos y de métodos pedagó-
el crecimiento en competencia gicos.

22
APÉNDICE 2: TEXTOS SIGNIFICATIVOS

P. Juan Alfonso de Polanco, «[…] Para los que vienen de fuera


«Letra del modo de los colegios a oír y ayudarse hay las (utilidades)
de Italia y utilidades» (1551) que se siguen:

De entrada, San Ignacio y sus prime- »La 5.ª que se les da recado en las
ros compañeros no contemplaban los letras muy suficientemente, usando
colegios en el contexto de su misión. mucho cuidado en que todos apren-
Poco a poco, fueron captando su im- dan con lecciones y disputaciones
portancia y los colegios se convirtie- y composiciones; y así se vea que
ron en instrumentos esenciales para hacen gran fruto en las letras.
la misión apostólica de la Compañía.
San Ignacio no cesó de promoverlos »6. Que los pobres, que no tienen
desde 1548 (año en que se funda en con qué pagar los maestros ordina-
Mesina el primer colegio de jesuitas rios, ni menos los pedagogos do-
para alumnos externos) hasta su muer- mésticos, aquí hallan gratis lo que
te, en  1556. Durante esos ocho años, con costa mucha apenas podrían
Ignacio puso en marcha en Europa aver para salir con las letras.
treinta y tres colegios para estudiantes
laicos y había dado ya la aprobación de »7. Que en las cosas espirituales
apertura a otros seis.10 se ayuden, aprendiendo la doctri-
En ese proceso, recogido en la co- na cristiana, y entendiendo en los
lección de Monumenta Paedagogica I, sermones y exhortaciones sólitas lo
se encuentran numerosos documentos que conviene para su eterna salud.
que recopilan la concepción más pri-
migenia de los colegios de la Compa- »8. En la puridad de la conciencia
ñía y su sentido. Transcribo parte del se aprovechan, y consiguientemente
documento «Letra del modo de los en toda virtud, con las confesiones
colegios de Italia y utilidades», fecha- de cada mes, y con el cuidado que
do el 1 de diciembre de 1551 y redac- se tiene de que sean honestos en el
tado por el secretario de San Ignacio, hablar, y virtuosos en su vida toda.
el P. Polanco. Resulta iluminador
para nuestra reflexión sobre la calidad »La 9.ª Que de los estudios sacarán
evangélica de los colegios de la Com- muy mayor mérito y fruto, usando
pañía: de enderezarlos todos al servicio
23
divino desde que los comienzan a niños se hacen los grandes, la buena
aprender como les es enseñado institución en vida y doctrina de es-
tos aprovechará a otros muchos, ex-
»Para los de la tierra o provincia don- tendiéndose cada día más el fruto».
de se hacen estos colegios también
hay las comodidades siguientes:
Propuestas para la reflexión
»La 10.ª En lo temporal, alivián- y el debate
dose de costa los padres en tener
maestros para la institución de sus • Intenta traducir a nuestro tiempo y
hijos en letras y virtudes. lenguaje las intuiciones de este tex-
to. Después, al pensar en la función
»11. Que descargan sus conciencias de los centros educativos de la Com-
en el doctrinar de sus hijos; y los pañía de Jesús, ¿cuáles te parece que
que difícilmente hallaran de quién siguen vigentes en la actualidad?
fiarlos, aún a su costa, y en estos co- • En este texto, ¿qué «horizonte» se
legios lo hallan con toda seguridad. plantea para un centro educativo je-
suita? ¿Se sitúa tu centro en esa cla-
»12. Que tienen, sin las letras, en ve? ¿Qué pasos pueden darse para
los colegios quien predique al pue- avanzar en esa dirección?
blo y en monasterios, y los ayude
en los sacramentos (como se vea)
con mucho fruto. P. Pedro Arrupe,
«Importancia y fuerza apostólica
»13. Que ellos mismos y sus fami- de los colegios» (1965)
lias se tiran a las cosas espirituales
con el ejemplo de sus hijos, y se afi- Cuando se menciona al P. Pedro Arru-
cionan al confesarse más a menudo pe en relación con la tarea educativa
y vivir como cristianos. de la Compañía de Jesús, se piensa de
inmediato en su profético discurso en
»14. Tienen en los nuestros los de la el Congreso de Antiguos Alumnos ce-
tierra quien los anime y ayude para lebrado en Valencia en 1973, publica-
las obras pías, como hospitales, y do en esta misma colección de EIDES
casas de convertidas, y semejantes, (núm. 76) y titulado Hombres y muje-
de las cuales también da cuidado la res para los demás. Ciertamente es un
caridad a los nuestros. documento indispensable al hablar del
magis en los centros educativos de la
»15. Que de los que solamente son Compañía o de inspiración ignaciana.
al presente estudiantes saldrán con Pero el P. Arrupe tiene otros muchos
tiempo diversos: quién para predicar documentos interesantes al respecto,
y tener cura de las ánimas, quién para aunque hayan tenido una resonancia
el gobierno de la tierra y administra- menor. A continuación, publicamos
ción de la justicia, quien para otros unos párrafos de una carta dirigida a
cargos; y finalmente, porque de los los jesuitas de Francia sobre la «Impor-
24
tancia y fuerza apostólica de los cole- Pero nuestro papel de educadores
gios», fechada en agosto de 1965, muy nos prohíbe quedarnos satisfechos
pocos meses después de su elección con métodos que eran excelentes en
como general de la Compañía de Jesús. otros tiempos; por el contrario, nos
está exigiendo adaptarnos a la si-
«[…] Ante todo un colegio que tuación actual de las estructuras es-
quiera ser fiel al pensamiento de San colares y educativas y situarnos en
Ignacio debe desempeñar un papel estado de continua búsqueda para,
decisivo allí donde se encuentra con prudencia pero con realismo,
implantado. Y debe desempeñar- mostrarnos fieles a la mentalidad de
lo con audacia y con una inmensa nuestra generación, aun cuando ello
confianza, afrontando francamente haga trastocar en nosotros convic-
los problemas de su tiempo y debe ciones demasiado arraigadas.
estar preparado a toda clase de re-
novaciones, aún las más profundas, »La segunda condición para la efi-
a fin de no perder un ápice de su cacia de un colegio es su valor edu-
mordiente apostólico. Dos son las cativo. Quiero decir que el nivel de
condiciones que yo veo para esto. formación total, y en particular el
de los estudios, tiene que ser tal en
»La primera es que el colegio sea el colegio que los alumnos encuen-
“abierto”. Abierto ante todo a la tren un continuo estímulo hacia un
evolución de la Iglesia y a su bús- ideal todavía mayor y hacia una
queda, de modo que los Padres mayor exigencia en su trabajo, ha-
estén continuamente atentos a in- ciéndose de este modo capaces de
corporar a su enseñanza y a sus engrosar las filas de los más com-
métodos de educación todo aquello petentes e influyentes de su genera-
que permita a sus alumnos recibir, ción. Hay que decir una y otra vez
con toda su fuerza la vitalidad de que no debemos tolerar en nuestros
una Iglesia en renovación. Abierto, colegios ni estudios mediocres ni
también, sin miedo ninguno, a las una educación con medios defi-
transformaciones psicológicas, cul- cientes, porque de esa manera su
turales y sociales que se están pro- mismo valor apostólico se vería
duciendo hoy a un ritmo acelerado, disminuido o quizá anulado».
siguiendo en esto el ejemplo mismo
de S. Ignacio que estudió los méto-
dos de las grandes Universidades y Propuestas para la reflexión
de los centros de educación de su y el debate
tiempo y los incorporó con agili-
dad a los primeros colegios de la • Fíjate en las «dos condiciones» que
Compañía. Esto no puede menos señala el P. Arrupe para un colegio
de plantear cantidad de cuestiones, «que quiera ser fiel al pensamiento
porque es evidente que hay que sa- de San Ignacio». ¿Qué piensas de
ber discernir los elementos cons- ellas? ¿Cómo las formularías desde
tructivos de aquellos que no lo son. vuestra experiencia concreta?
25
• ¿Qué propuestas o preguntas para el hace 400 años, actualizadas de
discernimiento de tu propio centro acuerdo con la situación y el modo
sugieren estas líneas del P. Arrupe? de pensar de nuestros tiempos, y
¿Cómo crees que es posible llevar a traducidas a lenguaje moderno. To-
cabo ese discernimiento? memos las razones de Ledesma y
comparémoslas con la declaración
de un College de los EE. UU., pu-
P. Peter Hans Kolvenbach, blicada en noviembre de 1998.
«La Universidad de la Compañía
de Jesús a la luz del carisma »El primer motivo de Ledesma es
ignaciano» (2001) “facilitar a los estudiantes los me-
dios que necesitan para desenvol-
Los párrafos que se reproducen a con- verse en la vida”. Cuatro siglos
tinuación pertenecen a una iluminado- más tarde, se expresa de la siguien-
ra y extensa conferencia que en 2001 te manera: “la educación jesuita es
el P. Peter Hans Kolvenbach dirigió eminentemente práctica, y pretende
a quienes participaron de la Reunión proporcionar a los estudiantes el
Internacional de la Educación Supe- conocimiento y las destrezas nece-
rior de la Compañía. En el encuentro sarias para sobresalir en cualquier
celebrado en Monte Cucco (Roma), se terreno que escojan”. Con otras pa-
congregaron jesuitas, laicos y laicas labras, la excelencia académica.
responsables de la educación superior
de la Compañía en todo el mundo. »La segunda razón que propone
Los párrafos que hemos seleccio- Ledesma es “el contribuir al recto
nado iluminan muy lúcidamente el gobierno de los asuntos públicos”.
«horizonte» que el magis ignaciano Esta breve frase se convierte en
plantea a los centros de educación de 1998 en lo siguiente: “La educa-
la Compañía. ción jesuita no es meramente prác-
tica, sino que dice relación con la
«Los objetivos de la educación su- cuestión de los valores, educando
perior. hombres y mujeres para que lle-
guen a ser buenos ciudadanos y
»[…] Habrá que esperar hasta fines buenos dirigentes, preocupados por
del siglo xvi, para que, después de el bien común y capaces de poner
una prolija encuesta, el jesuita es- su educación al servicio de la fe y
pañol Diego de Ledesma nos pre- la promoción de la justicia”.
sente las cuatro razones por las que
la Compañía se dedica a la educa- »Con un lenguaje barroco, Ledes-
ción superior.11 Llama la atención ma formula la tercera dimensión de
encontrar hoy en las declaraciones la educación superior de la Compa-
de misión o en las cartas institucio- ñía: “dar ornato, esplendor y perfec-
nales de muchas universidades de ción a la naturaleza racional del ser
la Compañía, las mismas caracte- humano”. De manera más sobria,
rísticas enumeradas por Ledesma pero en la misma línea, el College
26
americano declara: “la educación mente como los entendieron Ignacio
jesuita enaltece las enormes poten- y los primeros compañeros. Sin em-
cialidades y los logros del intelecto bargo, en continuidad con el carisma
humano, y afirma su confianza en la ignaciano es necesario preguntarse
razón, no como opuesta a la fe sino cómo hacer hoy realidad y mante-
como su complemento necesario”. ner el equilibrio entre la dimensión
académica y la dimensión apostóli-
»Por último, Ledesma subraya ca de toda institución de educación
cómo toda la educación superior superior de la Compañía. En una
se encamina hacia Dios como “ba- trasposición moderna de la proble-
luarte de la religión que conduce al mática de tiempos pasados, hoy nos
hombre con más facilidad y seguri- cuestionamos cómo respetar el sus-
dad al cumplimiento de su último tantivo “universidad” y el adjetivo
fin”. Con un lenguaje un poco más “católico”, “cristiano” o “ignaciano”
inclusivo y una actitud más dialo- de nuestras instituciones; cómo reco-
gal, la versión moderna de esta de- nocer la autonomía de las realidades
claración sostiene: “la educación terrestres y, a la vez, la referencia
jesuita enfoca claramente todo su de todas las cosas al Creador; cómo
quehacer en la perspectiva cristiana compaginar “el servicio de la fe” con
de la persona humana como criatu- “la promoción de la justicia”; cómo
ra de Dios, cuyo último destino está volar en la búsqueda de la verdad con
más allá de lo humano”. las dos alas de la fe y la razón».

»[…] una universidad de la Com-


pañía persigue otros objetivos, más Propuestas para la reflexión
allá de los objetivos obvios de la y el debate
misma institución. En una universi-
dad católica, o de inspiración cris- • Considera las cuatro «razones» de
tiana, bajo la responsabilidad de la Ledesma y la traducción que de ellas
Compañía de Jesús, no existe –no recoge el P. Kolvenbach. ¿Te pare-
puede existir– incompatibilidad en- cen aplicables a tu centro educati-
tre las finalidades propias de la uni- vo? ¿Todas o solo algunas? ¿Cómo
versidad, y la inspiración cristiana las denominarías y explicarías en tu
e ignaciana que debe caracterizar centro?
a toda institución apostólica de la • El último párrafo del texto alude a
Compañía. Creer lo contrario, o ac- una «tensión» muy presente hoy en
tuar en la práctica como si hubiera los centros educativos de la Com-
que optar entre o ser universidad o pañía e invita a un discernimien-
ser de la Compañía, sería caer en un to: ¿cómo «mantener el equilibrio
reduccionismo lamentable. entre la dimensión académica y la
dimensión apostólica»? ¿Se está
»Caeríamos en el anacronismo his- haciendo ese discernimiento en tu
tórico si entendiéramos hoy el “estu- centro educativo?, ¿con qué dificul-
dio” y la “ayuda de las almas” literal- tades? Y, ¿con qué resultados?
27
NOTAS

1. En el apéndice 1, hemos añadido el texto com- en la XVII Asamblea de Directores Centros


pleto del capítulo 7 (núms. 105-115) al que SJ, Madrid, 1 de octubre de 2009, publicada
hacemos referencia. en Espiritualidad para educadores... Op. cit,
2. Mollá Llácer, Darío (2015). Pedro Arrupe, Bilbao: Mensajero, págs. 143-156.
carisma de Ignacio, Bilbao-Santander: Men- 7. Véase Mollá Llácer, Darío (2018). De
sajero-Sal Terrae, págs. 223-224. acompañante a acompañante. Una espiri-
3. Véase mi conferencia «La misión apostólica» tualidad para el encuentro. Madrid: Narcea
del director de un colegio de la Compañía de Ediciones.
Jesús» (2010), en la XVII Asamblea de Di- 8. «Los propios centros deberían convertirse en
rectores Centros SJ, Madrid, 1 de octubre de lugares significativos, de incidencia en los
2009, publicada en Espiritualidad para edu- contextos donde están. Espacios de sociedad
cadores, Bilbao: Mensajero, págs. 125-141. civil, donde se potencia la cultura, se genera
4. Confieso que no entiendo demasiado el con- y se difunde pensamiento crítico, y donde se
cepto de «delegados de identidad y misión» crean oportunidades de encuentro entre dife-
que se están nombrando en algunas institucio- rentes miembros de la sociedad», citación del
nes…, seguramente por mi desconocimiento documento «Samaritanos, maestros y testi-
sobre sus funciones y estatutos. gos. La vocación de educar», publicado por
5. «La propuesta religiosa que ofrecen los Cen- EDUCSI.
tros de la Compañía de Jesús es la que pone en 9. «… reconciliar a los desavenidos, socorrer
Cristo el modelo de vida humana, y el Evan- misericordiosamente y servir a los que se en-
gelio, leído desde la espiritualidad ignaciana, cuentran en las cárceles o en los hospitales, y
como un proyecto integral para pueblos, per- ejercitar todas las demás obras de caridad…».
sonas y para esta sociedad global». Fuente: 10. Una reflexión sobre este proceso puede en-
Plan estratégico 2018-2022, «Samaritanos, contrarse en Mollá Llácer, Darío (1993).
maestros y testigos. La vocación de educar», «Evangelización y colegios en Ignacio de Lo-
publicado por EDUCSI. yola», Manresa núm. 256, julio-septiembre,
6. Véase «La «misión apostólica» del director de págs. 269-282.
un colegio de la Compañía de Jesús» (2010), 11. Monumenta Paedagogica II, págs. 528-529.

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«Ayudar» es el verbo con que Ignacio de Loyola expresó

www.cristianismeijusticia.net/eides
modestamente su gran deseo de hacer el bien a los otros.
Bajo este lema de servicio y sencillez,
la Escola Ignasiana d’Espiritualidad (EIDES)
ofrece esta serie de materiales ignacianos.

Escola Ignasiana d’Espiritualitat (EIDES)


Colección «Ayudar»
79. J. M. RAMBLA - SEMINARIO DE EJERCICIOS (EIDES).
Ejercicios Espirituales de san Ignacio de Loyola. Una
relectura del texto (5) - 80. C. MARCET - Releyendo
nuestras vidas - 81. J. M. RAMBLA - SEMINARIO DE
EJERCICIOS (EIDES). Ejercicios Espirituales de san
Ignacio de Loyola. Una relectura del texto (6) - 82. D. MOLLÁ.
Pedro Arrupe, carisma de Ignacio: Preguntas y propuestas
- 83. F. RIERA. Inmersión en la Manresa ignaciana - 84.
D. GUINDULAIN. Atraídos por Dios. Cuarenta y nueve
prácticas espirituales - 85. F. JALICS. La fase contemplativa
de los Ejercicios ignacianos - 86. J. RIBALTA. Cartas para
acompañar - 87. C. MARCET. Ignacio de Loyola acompañado,
acompañante, en compañía - 88. D. MOLLÁ. Del «magis»
personal al «magis» institucional

Los títulos de esta colección se pueden descargar de


internet en: www.cristianismeijusticia.net/es/eides

La Fundación Lluís Espinal envía gratuitamente los


cuadernos EIDES a quien los solicite. Si usted desea
recibirlos, pídalos a Cristianisme i Justícia.

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