You are on page 1of 5

Crisis Económica del Ecuador desde el 2003 hasta el

2007
Durante el 2003, el crecimiento económico fue menor en relación al crecimiento observado en el 2002.
La tasa de variación real fue de 2.7%, mientras que para el año 2002 fue de 3.4%. El mayor aporte
provino de la actividad petrolera que en el año 2003 alcanzó un crecimiento real de 11.8%, superior a las
expectativas de crecimiento del sector petrolero para este año. La inflación anual a diciembre de 2003
fue de 6.1%, esto es 3.3% menos que el nivel registrado a finales de 2002. Por su parte, la tasa de
desempleo se incrementó en 1.6% con respecto al año anterior, ubicándose a diciembre de 2003 en
9.3%. Las cuentas del sector externo presentaron en forma significativa un menor déficit respecto al
observado durante el año 2002 en la balanza comercial, así como en la cuenta corriente, debido entre
otros factores, a la favorable evolución del precio del petróleo, al incremento del volumen de
exportación de petróleo crudo de las compañías privadas durante el último trimestre de 2003 y, a la
desaceleración del crecimiento de las importaciones. A diciembre de 2003, las cifras fiscales reflejaron
un superávit global para el sector público no financiero (SPNF) de 1.7% del PIB, superior en 0.8 puntos
porcentuales al resultado del año 2002; y, un resultado primario de 4.7% del PIB, nivel superior en 0.4%
al alcanzado a finales del año 2002.

El año 2003 se caracterizó por el mantenimiento de una rígida política fiscal, lo que contribuyó a lograr
un Acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Esto provocó que los niveles de riesgo país
desciendan substancialmente hasta los 650 puntos. La evolución de la economía en el año 2003 registró
un crecimiento de 2.7%, muy cercano a las estimaciones realizadas a principios de año. De acuerdo con
las cuentas nacionales trimestrales, en el año 2003 el PIB registró un crecimiento en el primer trimestre
de 0.6%, en el segundo decreció en 1.8%, pero volvió a crecer de manera significativa en los dos últimos
trimestres, así el tercero alcanzó una tasa de 3.2% y el cuarto 4%. Estos crecimientos se sustentaron en la
mayor producción de petróleo crudo, banano, café y cacao.

A partir de 2003 las tasas de desempleo abierto han vuelto a ascender, y la pobreza se ha estabilizado a
niveles superiores a los previos a la crisis.

El año 2004 fue el de mayor crecimiento del período, esto se debió al incremento significativo del valor
agregado petrolero, VAP, a partir de la entrada en operación del OCP. Sin embargo, la carencia de
nuevos proyectos de gran escala se tradujo en una reducción del nivel de crecimiento. A pesar de ello, el
año 2008 fue de gran actividad económica debido al incremento del precio del petróleo exportado y a
una política de fuerte inversión pública. Empero, hasta ahora se requiere realizar mejoras considerables
en los niveles de productividad, incrementos en el valor agregado de los bienes y servicios producidos,
los cuales conlleven a la creación de empleos de calidad. Ahora bien, a lo largo de las dos décadas, el
rubro de mayor participación en el PIB ha sido el Consumo Privado, el cual evidencia una tendencia
relativamente constante (leve crecimiento) a lo largo de los dos períodos, este rubro representó un
promedio de 62.8% del PIB en el primer período y 66.6% del PIB en la década siguiente (2000-2009). Las
importaciones, M, tuvieron una participación promedio de -31.9% en la década anterior a la dolarización
y de -41.2% en la posterior, diferencia que se debió en gran parte a las compras externas destinadas a la
construcción del OCP (2004-2005) y, posteriormente, al incremento de la obra pública en especial
durante el año 2008. (ver Gráfico.5)

La declinación del desempleo y la pobreza han sido, entonces, principalmente un efecto de la masiva
emigración internacional y de las remesas de divisas de los emigrantes a sus familiares en el Ecuador.
Estos fenómenos están alcanzando sus límites, y su crecimiento futuro es difícil. Es sorprendente,
entonces, que a pesar de la salida de aproximadamente una sexta parte de la fuerza laboral, el
desempleo abierto continúe bordeando el 11 % en las principales ciudades, y que el 43 % se encuentre
subempleado (Banco Central del Ecuador, marzo 2006). Desde la perspectiva de la segmentación del
mercado laboral, la participación del sector informal creció con la crisis, y luego no se redujo
significativamente, evidenciando un deterioro no revertido en la calidad del empleo. Además, los
indicadores de empleo han sufrido una nueva declinación luego de su recuperación hasta 2003.

Esta fragilidad responde principalmente a la limitada capacidad de generación de empleo productivo y


adecuadamente remunerado en el sector moderno de la economía, con posterioridad a la dolarización.
Mientras esta situación persista, las expectativas de una recuperación en las condiciones sociales son
ilusorias.

Varios factores explican esta insuficiencia. El elevado tipo de cambio real encarece los costos de
producción nacional, desalentando la diversificación de las exportaciones. Si este problema puede
superarse mediante aumentos en la productividad, el acceso limitado al crédito productivo y las elevadas
tasas de interés hacen esta opción inviable, salvo para las grandes empresas con acceso al crédito
internacional, cuya alta tecnología tiene efectos limitados en la generación de empleo.

Además de los efectos mencionados, vinculados a la dolarización y las secuelas de la crisis financiera,
existen otros factores estructurales que obstruyen la recuperación social y económica. Entre ellos tiene
importancia la limitada formación de capital humano.

Los indicadores convencionales de educación, como escolaridad, analfabetismo y tasas de asistencia, son
comparables, e incluso superiores a los promedios latinoamericanos. Sin embargo, la calidad de la
educación en el Ecuador ha sido frecuentemente clasificada como una de las peores en la región.
Adicionalmente, los avances en educación durante los años noventa fueron muy limitados.
Posteriormente, la crisis no solamente condujo a una caída pronunciada en las tasas de asistencia
primaria, sino que esta caída, al parecer, no se ha revertido. La tasa neta de asistencia primaria declinó
un 3 % entre 1990 y 2001, con un valor del 86 % para este último año. La tasa correspondiente a
educación secundaria es del
44 %, muy inferior a la media latinoamericana del 65 %. Además, existen grandes diferencias regionales y
sociales en el acceso a la educación. Así, mientras el analfabetismo entre mayores de 15 años alcanzaba
el 9 % a nivel nacional en 2001, la cifra llegaba al 17

% en la Sierra rural, al 22 % entre la población indígena, y al 30 % entre las mujeres indígenas. Problemas
como el trabajo infantil han sido particularmente severos entre los hogares pobres, en especial los
indígenas, y las diferencias han tendido a agravarse. A pesar de los desfavorables indicadores, el gasto

público en educación (2.6 % del PIB en 2005) es uno de los más bajos de América Latina, cuyo promedio
regional bordea el 4 % (Larrea, 2006b).

Desde el 2004, los precios aumentaron por los efectos de: los huracanes (como el Katrina) en las
instalaciones petroleras; el crecimiento en la economía de los países emergentes y en los
industrializados, y, particularmente, por el auge de la industria de la construcción (que terminó por
convertirse en una burbuja especulativa, que al reventar hizo que los inversionistas vuelquen su interés a
commodities como el oro y el petróleo, causando una sobre demanda artificial que hizo subir el precio a
un máximo de 147.27 dólares por barril en julio de 2008). Pero, a partir de agosto de 2008, la toma de
ganancias en las transacciones de los commodities y la franca aparición de las

Se implementó un estímulo fiscal mediante la extensión de programas de asistencia para la vivienda a los
hogares de bajos ingresos, casi aumentando más que el doble la cantidad de financiación de la vivienda
en tres años. También amplió su programa principal de transferencias de efectivo, el Bono de Desarrollo
Humano, por casi una cuarta parte, a través del acercamiento a las familias elegibles que todavía no
habían sido inscritos. Mediante el uso de las vinculaciones pre-existentes entre el sector privado y las
instituciones financieras para la distribución de los fondos en cada uno de estos programas, se limitó la
burocracia y el tiempo necesario para la implementación. • En términos de política monetaria, mantuvo
las tasas bajas de interés, y amplió a la liquidez, exigiendo que los bancos mantuvieran al menos el 45
por ciento de sus reservas en Ecuador. • Aceleró un plan existente para aumentar el gasto público en la
educación; éste más que duplicó como un por ciento del PIB entre 2006 y 2009. Como resultado, la
pobreza y el desempleo cayeron por debajo de los niveles pre-crisis, mientras que la matrícula escolar
aumentó: • La pobreza cayó de un pico de recesión del 36,0 al 28,6 por ciento; antes de la recesión, su
nivel más bajo había sido el 35,0 por ciento. La pobreza urbana se redujo del 25,5 al 17,4 por ciento,
mejor que su punto más bajo de 22,0 por ciento, previo a la recesión. • El desempleo cayó del 9,1 al 4,9
por ciento. Este es su nivel más bajo registrado desde que la serie comenzó a principios de 2007. El nivel
más bajo que se alcanzó en el último auge económico fue de 6,4 por ciento. • La matrícula escolar ha
aumentado de manera dramática, especialmente a nivel preprimaria, ya que ahora la inscripción es
obligatoria desde la edad de cinco años. Pero incluso al nivel de escuela secundaria, la matrícula bruta
aumentó más que 10 puntos porcentuales en dos años, del 69,0 por ciento en 2007 al 80,4

El auge reciente de la construcción se debe en gran parte a la expansión del acceso a la financiación de la
vivienda a través de los programas del bono de la vivienda y los préstamos hipotecarios en condiciones
favorables emitidos por el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Los programas del bono de la
vivienda, combinaciones de subvenciones y préstamos dirigidos a grupos específicos de ciudadanos de
bajos ingresos y de la tercera edad, se iniciaron en 2007.

NOMBRE: Daniela Chugchilan

GRADO: 2BGU B

You might also like