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El mesófilo, tejido fundamental de las hojas, se encarga de llevar a cabo la fotosíntesis

La fotosíntesis en una hoja tiene lugar en el tejido fundamental clorenquimático denominado


mesófilo (del griego mesos, «medio», y phyllon, «hoja»), que se encuentra entre las capas
superiores e inferiores de la epidermis. Las células del mesófilo contienen cloroplastos y están
especializadas en la fotosíntesis. Ocasionalmente, las células del mesófilo muestran una forma
alargada y se alinean por debajo de la epidermis, en una disposición conocida como mesófilo
en empalizada, también denominada parénquima en empalizada (del latín palus, que significa
«palo» o «estaca»).

Para entender mejor esta disposición, basta con pensar en una valla de madera, cuyas estacas
se disponen alineadas, pero no se tocan. Las capas en empalizada suelen estar formadas por
una sola capa de células, aunque una luz solar intensa puede dar lugar a múltiples capas. En
muchas Dicotiledóneas, las capas en empalizada aparecen justo por debajo de la capa superior
de la epidermis, que es la parte más expuesta a la luz. Bajo el mesófilo en empalizada se
encuentra el mesófilo esponjoso, también llamado parénquima esponjoso.
El mesófilo esponjoso consiste en células fotosintéticas organizadas laxamente, de tal manera
que hay suficiente espacio entre ellas para permitir la difusión de CO2 desde los estomas hasta
las otras partes de la hoja. En algunos vegetales donde el limbo es vertical, el mesófilo en
empalizada aparece en ambas caras de la hoja, y el mesófilo esponjoso se presenta en el centro
o es incluso inexistente. Generalmente, la mayoría de los cloroplastos se localizan en el
parénquima en empalizada y, por tanto, la mayor parte del proceso fotosintético de una hoja se
produce en el mismo.

El tejido vascular de una hoja se dispone en forma de nervio

El tejido vascular de cada hoja se conecta con el tejido vascular del tallo. En cada nudo del
tallo suele haber dos o más haces vasculares denominados rastros foliares, que abandonan el
tejido vascular principal del tallo y atraviesan un pecíolo conector para llegar al limbo. Una
vez dentro del pecíolo y del limbo, los haces vasculares se dicen nervios foliares y son una
continuación de los haces vasculares del propio tallo.

Los nervios foliares se forman debido a la influencia de hormonas vegetales, en particular, de


la auxina. La parte del nervio que da al haz de la hoja suele estar compuesta de xilema, mientras
que la parte del nervio que da al envés suele estar compuesta de floema. Además de conducir
agua, minerales y nutrientes, los nervios proporcionan sostén a la hoja,y en ocasiones cuentan
con células envolventes del haz alrededor de ellos para incrementar la fuerza y la protección.
Existen asimismo dos disposiciones típicas de nervios foliares, conocidas como nervadura
reticulada y nervadura paralela. La mayoría de las Dicotiledóneas y los helechos presentan
nervadura reticulada, en la que los nervios foliares forman redes ramificadas. Las hojas de la
mayoría de las Monocotiledóneas y Gimnospermas presentan nervadura paralela, también
conocida como nervadura estriada, en la cual los nervios se disponen en grandes líneas
paralelas a lo largo de los bordes foliares.

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