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1.

1 Introducción

A medida que vamos creciendo, una de las primeras cosas que se hacen evidentes
es cómo el mundo va cambiando constantemente; el modo de transportarse y viajar, la
forma de vestir, los tipos de alimentación, la manera de enseñar, las formas de
comunicación, entre infinitas cosas más. Estas transformaciones que se están produciendo
en las diversas esferas de la sociedad tienen un impacto directo y significativo en la
configuración de la cultura juvenil y la cultura escolar, produciendo con ello una
resignificación del propio espacio escolar (Molina, Sandoval, 2006). Ahora bien, estuvo el
intento de revalorizar la cultura juvenil al interior de los colegios (cultura escolar), lo que
después de diez años provocó una gran tensión y disputa entre ambas culturas. Si esta
revalorización se lograra, según Molina y Sandoval (2006) se articularían de mejor manera
las culturas que coexisten al interior del espacio escolar y se contribuiría a dar mayor
pertinencia cultural a los procesos educativos que se desarrollan en la enseñanza media.

Considerando el tratamiento que la antropología simbólica hace del concepto de


“cultura”, esta se compone en tres niveles: el material, que incluye todos los elementos
tecnológicos, mecánicos y físicos que permiten la subsistencia de las sociedades; el social,
que está referido a la manifestación y normatividad de todo tipo de relaciones
interpersonales y grupales, como las normas, roles e instituciones sociales; y finalmente, el
nivel ideacional, donde se incluyen todos los conocimientos, ideas, creencias, valores y
lenguaje, por ejemplo (Molina, Sandoval, 2006).

En esta primera sección del informe se pretende analizar y examinar los factores
relacionados con los aspectos sociales e ideacionales de la cultura presentes en el Colegio
Nuestra Señora de la Misericordia de Valparaíso que, tal como fue señalado en el informe
anterior, consiste en nuestro centro de Práctica Inicial.

1.2 Aspecto Social (Carlos Soto)

1.3 Aspecto Ideacional o Ideológico

Como en toda comunidad, en este caso un establecimiento educativo, existen


ciertos rasgos comunes que los hace ser precisamente de la manera en que son, como las
creencias, ideologías, valores, etc. Para los fines de este apartado, nos enfocaremos en los
aspectos ideacionales que hacen que esta comunidad, a pesar de compartir rasgos
comunes con otras, hacen que pueda marcar su propia identidad. Curiosamente, y teniendo
en cuenta el problema que existe entre lograr una unión de la cultura escolar y juvenil,
Molina y Sandoval (2006) señalan que este es el componente cultural que más se tiende a
invisibilizar por parte de los centros escolares.

En lo que refiere a las ideas y creencias, lenguaje y valores que presenta el Colegio,
en su Proyecto Educativo Institucional (PEI) se manifiestan los valores, la misión y su visión,
entre otros aspectos más. Y cabe mencionar que, al ser una institución católica, presenta
rasgos e ideologías propias de tal religión que se ven claramente en su PEI. Sus valores
son que “los estudiantes formados por el colegio se han de caracterizar por su madurez
psicológica, moral y espiritual, por su formación intelectual, correspondiente a la etapa de
desarrollo que vive. Para alcanzar tal propósito el Colegio deberá formar en: excelencia y
superación, responsabilidad, respeto, solidaridad y honestidad”. Esto, junto a la visión y
misión del centro, se encuentra también en un afiche en todas las aulas del Colegio.

En el mismo archivo se presenta un Ideario que se compone de su Visión, Misión y


Sellos. Su visión es: “Buscamos ser una comunidad de aprendizaje que forme personas en
y para la Misericordia, con vocación de servicio, capaces de desenvolverse íntegramente
en el ámbito espiritual, familiar, escolar, profesional y social, a través del desarrollo de sus
habilidades cognitivas y socio-afectivas”. En otras palabras, el centro educativo busca que
sus estudiantes sean personas íntegras, teniendo siempre presente el rasgo de la
misericordia y el ayudar al otro, por lo que se basan en ideas tales como la solidaridad,
empatía, altruismo, fraternidad, etc.

Por otra parte, la misión que poseen es bastante similar a la visión señalada
anteriormente: “Somos una comunidad educativa católica, con el sello de Misericordia
heredada de nuestros fundadores: Santa María Josefa Rossello y Padre Blas Cañas, que
acompañan a sus estudiantes en un ambiente de fraternidad, para desarrollar de manera
integral sus capacidades y habilidades, en comunión, participación y complementariedad
con las familias”. En relación a la visión, nuevamente se presenta el concepto de integridad,
en este caso refiriéndose a las habilidad y capacidades, y añadiendo que estas deben darse
con el otro en comunidad.

De acuerdo a los sellos del establecimiento, el PEI presenta tres: la misericordia, la


formación científica-humanista y el ambiente fraterno. Según tal proyecto educativo, cuando
se habla de la misericordia, se está hablando de la identidad, puesto que es el rasgo más
identitario de Dios; es identidad del colegio y de la comunidad escolar el ser misericordioso,
la que no está referida solamente en el SER, sino también en el HACER. Por lo que toda la
labor educativa está impregnada de misericordia. También, si nos referimos al lenguaje
como forma simbólica; es decir, como una expresión concreta del espíritu, para la
comunidad existe un camino de hacer concreta la misericordia como estilo de vida; a ese
cómo lo denominan lenguaje y son: la ternura, la acogida, la hospitalidad, la paciencia, la
compasión, el perdón, la alegría, entre otros que se van descubriendo en el acto mismo de
ser misericordiosos.

En relación a la formación científica humanista, esta consiste en que la enseñanza


entregada por el colegio está enfocada y dirigida a la profundización de áreas de la
formación general de interés de los estudiantes. Para el establecimiento esto significa que
conllevan al alumno a exaltar aptitudes e intereses personales. Esto se presenta como un
ideal intelectivo a seguir que imparte el centro educativo.

El último sello institucional es el ambiente fraterno, que se entiende como una


atmósfera de acogida y comunión de todos los integrantes de la comunidad educativa, en
donde existe un espíritu de servicio y sentido de pertenencia con la institución. Siguiendo
este enfoque, los ambientes de trabajo involucran el diálogo permanente y la sana
convivencia. En este sentido, al tener presente la fraternidad, es sumamente relevante la
participación de las familias en todo proceso educativo, apoyando en todo momento al
estudiante formativa y académicamente, y generando lazos con el Colegio.

También, el enfoque educativo que presenta el Colegio centra su acción en la


persona y en la familia humana por ser un Colegio Católico, y además se sustenta en los
principios expresados en la Ley General de Educación (LGE), entre los que destacamos la
equidad y participación de la institución, en donde todos los estudiantes
independientemente de sus situaciones personales, deben alcanzar los objetivos generales
de aprendizaje. Ahora bien, cabe cuestionarse si tales elementos ideológicos se encuentran
efectivamente en los individuos que son parte de la comunidad educativa, como los
alumnos, profesores y equipo de gestión, por ejemplo.

Respecto a los valores, consideramos por una parte que existe un tipo de alumnos
y otro tipo de alumnos; hay algunos con madurez psicológica e intelectual, y hay otros que
no. Es el caso que, en tercero medio, por ejemplo, podemos encontrar alumnos
responsables, dispuestos a trabajar sin necesidad de ordenárselo; lo cual da evidencia de
una madurez intelectual. Pero por el otro lado existen alumnos menos maduros, en el
sentido de que son más impulsivos, no toman atención en clases, o no se toman las cosas
en serio; siempre se están riendo, no levantan la mano para hablar, no toman apuntes y
están atentos a otras cosas tales como el celular, un espejo, un dibujo, etc.

Otro tópico a tratar es la falta del valor de responsabilidad que existe en el cuarto
medio. Gracias a que hemos tenido la experiencia de trabajar en dos actividades con tal
curso, tenemos el derecho de decir que son irresponsables, ya que no llevan los materiales
como los libros, la información que se tenía que investigar, a veces ni si quiera llevan el
cuaderno y no hay un estudio de los contenidos, lo que se refleja en las evaluaciones; en
un Foro de filosofía que se realizó a principio de año, ninguna alumna logró alcanzar el 6.0,
siendo la calificación más alta un 5.7. Sin embargo, presentan una muy buena disposición
a aprender filosofía.

Respecto a su visión, creemos que sí está bastante latente en el establecimiento.


La mentora trata siempre de impregnar en sus alumnas el sello de la fraternidad, como
cuando el padre de un alumno del Colegio falleció y la profesora señaló a las estudiantes
que deben de apoyarlo en este momento difícil, pues al ser un Colegio católico se
caracterizan por el sello de la fraternidad y solidaridad. También, existe una alumna en los
cursos que por razones familiares necesita llegar más tarde a clases. UTP, teniendo en
cuenta su situación personal, la ayuda permitiéndole lo anterior, lo que da cuenta
efectivamente que la institución y su comunidad escolar son personas que siguen tales
ideas y creencias presentes en esta visión. Esto se asimila bastante al tercer sello del
Colegio que es la fraternidad.

Ahora bien, sobre la misión, que refiere a la integridad del alumno en comunidad,
como grupo encontramos que a pesar de haber estado tres meses en práctica en este
centro, no nos sentimos capaces de analizar si en la institución se cumple tal misión.
Estimamos que no logramos divisarla debido a que quizás esta formación integral de la
misión no es algo tan evidente en la práctica, o quizás por razones de tiempo no logramos
percibir cómo esta se implementa en el Colegio, y también estuvimos limitados en cuanto a
los números de cursos, puesto que solo trabajamos con tercero y cuarto medio, dentro de
una gama de más de diez cursos. Entonces divisar este rasgo, que debe ser una
característica del Colegio en general, en solamente dos cursos, parece ser una misión difícil
debido a la falta de información y de interacción con las demás personas del
establecimiento.
Con respecto a los sellos del establecimiento, cuando se trata el tema de la
misericordia, consideramos que está parcialmente en la identidad y actividad de la
comunidad escolar, puesto que este término incluye los conceptos de alegría, perdón,
hospitalidad y acogida, entre otros. Por lo que se puede señalar que durante los recreos
podemos divisar buenas relaciones y felicidad, lo que apuntaría directamente a la
misericordia. Además, sabemos al menos que en el curso de cuarto medio han existido
bastantes conflictos, los cuales han podido resolver y salir adelante. También, cuando un
compañero o compañera no se encuentra bien; es decir, presenta un malestar físico o
emocional, siempre un estudiante acompaña a tal persona que no está bien. Esto
claramente es una muestra de preocupación entre ellos. Sin embargo, sabemos de
situaciones en donde el establecimiento ha optado por la solución más fácil, como despedir
a una funcionaria por dar prioridad a los estudiantes y debido a un malentendido, lo que
hace difícil ver el rasgo misericordioso del Colegio, pues pareciera que no se tiene en cuenta
que puede ser alguien con familia o que es difícil encontrar trabajo a estas alturas del año.
También, en el mismo nivel de cuarto medio, que son solamente mujeres, sabemos que el
año pasado llegó un hombre al curso; según la profesora el alumno tuvo que retirarse
porque “las niñas hicieron que se fuera”. Las alumnas llevan tanto tiempo juntas en el mismo
curso que están acostumbradas a ello, lo que da cuenta de una mala acogida y poca
hospitalidad.

El segundo sello educativo se refiere a la formación científico-humanista y a la


profundización del área de interés de los estudiantes. Estimamos que el Colegio sí cumple
con este sello y que las alumnas sí reciben una formación en ambas áreas. Reciben clases
de la parte científica: biología, química, matemáticas, entre otras. Y también humanista:
lenguaje, filosofía e historia. Ahora bien, si el objetivo es que dentro de toda esta gama de
materias descubran su “área de interés”, sería bueno implementar electivos. Cosa que, por
opiniones de las alumnas, sabemos que preferirían y reclaman. Según ellas, la respuesta
del director es que, como es solo un curso por nivel, hacer electivos no sería muy
conveniente puesto que la división sería muy grande.

Creemos que el último sello, a saber, la fraternidad, también está presente. En base
a nuestra experiencia en el establecimiento, hemos encontrado razones suficientes para
creer esto. Constantemente se realizan reuniones de apoderados, la mentora posee un
grupo de Whatsapp con estos, a veces se realizan obras de teatro tanto para los estudiantes
y profesores, como para las familias, e incluso el cuarto medio realizó un viaje en donde los
apoderados participaron. Hemos podido ver que hay una constante comunicación entre las
familias y los profesores y el equipo de gestión.

Ya para finalizar, se quiere dar a conocer que hubo dos instancias en cuarto medio
que permiten demostrar aspectos ideológicos tanto del curso como de la mentora, los que,
en su mayoría, coinciden.

La primera instancia fue un diálogo filosófico en torno a los cambios de la Reforma


Curricular, esto con la intención de que las alumnas supieran en qué consistía un diálogo,
pero otorgándole el carácter filosófico. Es aquí donde se mostró el carácter ideacional de la
mentora, que encontramos como grupo que es de tipo crítico, ya que no se queda con la
primera impresión de las cosas y se cuestiona constantemente lo que sucede; una actitud
propiamente filosófica. Por ejemplo, según la profesora (y se lo comentaba a sus
estudiantes), a primera vista pareciera que “quitan horas de historia”, sin embargo, para
ella, al buscar e investigando más, señala que “no es tan así, puesto que sólo cambian el
contenido y el nombre, pero los mismos colegas de historia no pierden horas ni cosas por
el estilo”. Las alumnas, en ese sentido, responden ideas similares como que “es culpa de
los medios, pues siempre tratan de meter miedo en la gente”, o que “la mayoría por no
investigar se queda con lo primero que ve”, etc. Por lo tanto, del punto de vista ideológico,
más que si están de acuerdo o no con el tema, expresaron la idea de siempre investigar
uno por su cuenta para poder así recién tomar una postura que esté fundamentada.

La segunda instancia fue otro diálogo filosófico, pero que era una evaluación de la
clase de filosofía. Cada grupo trataba un tema considerado “controversial”, tales como: el
amor, la justicia, la existencia de Dios, la vida después de la muerte, etc. La intención de
estas exposiciones si bien era representar a cada tema dentro de la opinión de un filósofo
cualquiera, también el objetivo era incitar al diálogo. Lo que juzgamos como practicantes es
que las alumnas tienen unas creencias que se caracterizan por ser sinceras, críticas,
valientes y llenas de fundamento. También, presentan una actitud abierta al diálogo y sin
temor a decir lo que piensan y siempre respetando la idea del otro. Como adolescentes,
estas quieren ser escuchadas, que su opinión se respete y sea considerada. Encontramos
que algo propio e identitario del alumnado es su carácter dialógico. Un valor que como
grupo encontramos sumamente importante el día de hoy.

Creemos que si bien se sigue la cultura juvenil en su gran mayoría con los valores,
creencias e ideas que son parte de la cultura escolar del establecimiento, hay algo muy
característico que hemos podido observar de la cultura juvenil, que es su carácter dialógico
y crítico; aspecto que el Colegio no está considerando en ninguno de sus documentos
oficiales de tipo ideológico, y que solo aparece muy brevemente en los Derechos y Deberes.
El carácter dialógico se evidencia en el cuarto medio con la actitud que tuvieron en los
diálogos filosóficos o incluso en las constantes preguntas que hacen en las clases de
filosofía. Además, tuvimos la oportunidad de estar presentes en Consejo de Curso en donde
se planteó la idea de querer manifestarse pacíficamente frente a la Reforma Curricular. Esto
demuestra que son alumnas que no se contentan con lo primero y que gustan de debatir y
manifestar su opinión.

Cuando tratamos a tercero medio, también podemos encontrar tal espíritu crítico y
dialógico en unas exposiciones que tuvieron que realizar sobre la Inteligencia. En cada
presentación, como conclusión se daba una ronda de preguntas y opinión en donde
mostraban bastante interés y el diálogo se daba fácilmente. Muchos levantaban la mano
para preguntar y las presentaciones se extendían en una gran cantidad de minutos debido
a las conversaciones que surgían.

Por lo tanto, encontramos que este rasgo propio de la cultura juvenil no se toma en
consideración cuando se trata la cultura escolar. En ningún documento de tipo ideacional
aparece la idea de “querer fomentar el espíritu crítico y dialógico”, cosa que nos extraña por
la importancia que tiene. Consideramos que, si fuera una de las ideas y creencias del
Colegio, esta característica se podría fomentar más e incentivar a los alumnos a no tener
una actitud “pasiva” ante lo demás. Como practicantes de la asignatura de filosofía
estimamos y concluimos no que no se siguen los aspectos ideológicos de la cultura escolar,
sino que a esta le faltaría agregar y tomar en cuenta un valor muy relevante: el aspecto
crítico. Por lo que no se está revalorizando la cultura juvenil dentro de la cultura escolar, lo
que puede provocar conflictos dentro del espacio escolar.

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