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¿Por qué las mujeres no piensan igual que los hombres?

La
explicación científica detrás de los estereotipos de género
Redacción Colaboradores
Yahoo Noticias9 de marzo de 2017
POR YULEINA BARREDO-.

https://es-us.noticias.yahoo.com/por-que-las-mujeres-y-los-hombres-no-piensan-igual-la-
explicacion-cientifica-detras-de-los-estereotipos-de-genero-172225014.html

Cuando los hombres pasan por alto un aniversario de bodas o un cumpleaños las mujeres
suelen colmarlos con regaños y reproches. Del otro lado del espejo, las féminas reciben lo
suyo si se pierden al volante tratando de encontrar una dirección, lo cual sucede con
bastante frecuencia.
El hecho de que la mayoría de las mujeres se orienten espacialmente con más dificultad
que los hombres o que ellos casi nunca recuerden las fechas del corazón tiene una
explicación científica.

Desde hace años, los entendidos en el tema sostienen que existen notables diferencias
entre la estructura cerebral femenina y la masculina que podrían justificar perfectamente
estas conductas estereotipadas.
Óscar Marín, director del Centro de Trastornos del Neurodesarrollo en el King’s College de
Londres, es uno de los neurocientíficos que desarrolla esta línea de investigación.
Según sus estudios, en el cerebro de las mujeres existen ciertas estructuras de mayor
tamaño que las del hombre. Otras disimilitudes notables las encontramos en el hipotálamo,
donde hay núcleos controladores de los comportamientos primarios que difieren de
acuerdo al género.
En algunas etapas sensibles en el desarrollo del cerebro, explica Marín, las mujeres
cuentan con la protección de hormonas propias que no están presentes en el cerebro
masculino y que lo dejan más vulnerable a influencias externas.
Esto no quiere decir que un sexo sea superior al otro. Para entender lo que ocurre, el
científico español utiliza una analogía muy ilustrativa: el cerebro humano y las glándulas
mamarias están presentes en ambas anatomías, solo que se desarrollan de forma distinta.
En la diferenciación genérica del cerebro encontraríamos una explicación para el hecho de
que existen más mujeres de la tercera edad con el doble de posibilidades de tener
Alzheimer, o para la frecuente incidencia del autismo en el sexo masculino.
Este concepto también nos abre el camino para entender comportamientos tales como la
agresividad innata de los machos de todas las especies. En el caso de la humana, la
hembra puede “sacar las garras” en algún momento de estrés, pues como subraya Óscar
Marín, nuestra conducta pasa por el filtro del contexto cultural, la educación y otros
componentes de nuestra vida como seres sociales.
Otra especialista en los misterios del cerebro es la neuropsiquiatra estadounidense Louann
Brizendine, quien ha dedicado su carrera profesional a desarrollar lo que ella ha bautizado
con el término “psiquiatría femenina”.
Sus escritos sostienen que hasta la octava semana de vida todos los fetos tienen circuitos
cerebrales de índole femenino pero que más adelante comienzan a diferenciarse de
acuerdo al género.
Brizendine explica que las féminas tienen un 11% más de neuronas en la zona que se
encarga de regular las emociones y la memoria, lo que determina maneras de pensar y
amar distintas a las de los hombres.
Por otra parte, en el proceso de gestación de los varones, los testículos comienzan a
bombear significativas cantidades de testosterona que inundan los circuitos cerebrales
matando algunas células en los centros de comunicación y haciendo crecer otras en los
centros sexuales.
En el área cerebral que rige el impulso sexual de los niños, las células se multiplican como
mínimo por dos, lo que ilustra en alguna medida el por qué los hombres piensan más en el
sexo que las mujeres.
Otros resultados sorprendentes, en los últimos años, son los arrojados por los llamados
mapas de la conectividad cerebral, construidos sobre las imágenes captadas a través de
escáneres.
Estos trazados de la “geografía neuronal” han sido estudiados con recelo por la profesora
de radiología de la Universidad de Pensilvania, Ragini Verma. Entre sus respuestas
concluyentes destaca que el hombre posee una mayor cantidad de conexiones en la parte
delantera del cerebro, centro donde se coordinan las acciones, y en la trasera donde se
halla el cerebelo y se maneja la intuición.
La investigadora señala que los varones, por lo general, son más aptos para ejecutar una
sola acción como montar bicicleta o esquiar y las hembras sobresalen por su memoria
superior que, junto a una mayor inteligencia social, les permiten realizar varias tareas al
unísono y encontrar soluciones más acordes al colectivo.
Un estudio publicado por la revista Molecular Psychiatry asevera que las mujeres son más
propensas a sufrir estrés que los hombres. Esto sucede, según explica la neurocientífica
Rita Valentino, porque las neuronas femeninas son más sensibles a la acción de la
hormona factor de liberación de corticotropina (CRF), que es la que se genera en
situaciones de estrés.
En cambio los hombres, en momentos de tensión, adaptan sus neuronas para evitar los
efectos de esta sustancia y soportar mejor la presión.
Aunque por mucho tiempo se creyó que la diversidad en los comportamientos entre
hombres y mujeres sólo respondía a desarreglos hormonales y presiones sociales; hoy el
cerebro se erige como la clave más importante para continuar explorando el por qué los
hombres y las mujeres provenimos de “planetas diferentes”.

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