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homero

Homero fue un poeta de la Antigua Grecia que nació y vivió en el siglo VIII a.C. Es autor
de dos de las principales obras de la antigüedad: Los poemas épicos La Ilíada y La
Odisea.
Muchos historiadores y arqueólogos no han llegado a la conclusión sobre si Homero
realmente existió o se trata de un personaje legendario, pues no hay pruebas concretas
de su existencia. Sus obras pueden haber sido escritas por otros autores antiguos o tal
vez son apenas recopilaciones de tradiciones orales del periodo de la época de la Antigua
Grecia.
La vida de Homero es una mezcla de leyenda y realidad. De acuerdo con la tradición,
Homero era ciego y pudo haber nacido en cualquier localidad de la Antigua Grecia:
Esmirna, Colofon, Atenas, Quios, Rodas, Argos, Itaca o Salamina.
Aunque son varias las vidas de Homero que han llegado hasta nosotros, su contenido,
incluida la famosa ceguera del poeta, es legendario y novelesco. La más antigua,
atribuida sin fundamento a Herodoto, data del siglo V a.C. En ella, Homero es presentado
como el hijo de una huérfana seducida, de nombre Creteidas, que le dio a luz en Esmirna.
Conocido como Melesígenes, pronto destacó por sus cualidades artísticas, iniciando una
vida bohemia. Una enfermedad lo dejó ciego, y desde entonces pasó a llamarse Homero.
Sobre la muerte de Homero también hay mucho misterio. De acuerdo con documentos
históricos del siglo V a.C., él habría muerto en la isla de Ios. Investigadores modernos
afirman que no hay ningún dato seguro de las fuentes de antigüedad que hablan sobre
Homero. De acuerdo con los historiadores modernos, en caso que haya existido, es
probable que haya nacido y vivido en la zona colonial griega del Asia Menor. Esta
conclusión se extrae a partir de las características lingüísticas de sus obras y las
tradiciones abordadas que son típicas de la región jónica.
Algunos investigadores modernos afirman también que a partir de sus obras, es posible
concluir que Homero tenía mucho contacto con la nobleza de la época. Aún persiste el
debate sobre si Homero fue una persona real o bien el nombre dado a uno o más poetas
orales que cantaban obras épicas tradicionales.
permelides
(Elea, actual Italia, h. 540 a.C. - id., h. 470 a.C.) Filósofo griego, principal
representante de la escuela eleática o de Elea, de la que también formaron
parte Jenófanes de Colofón, Zenón de Elea y Meliso de Samos. Fundador de
la ontología, Parménides concibió lo real como uno e inmutable; desde la
misma Antigüedad, su doctrina se contrapuso a la Heráclito de Éfeso, para
quien lo real es perpetuo devenir. Ambos son considerados los más
profundos pensadores de la filosofía presocrática. Apenas se conocen datos
fiables sobre la biografía de Parménides; inciertas son incluso las fechas de
su nacimiento y muerte. Sabemos que fue hijo de familia aristocrática y
que nació y vivió en Elea, antigua colonia griega situada en la península
itálica de la que toma su nombre la escuela eleática. Algunas fuentes
afirman que fue discípulo de Aminias, seguidor de Pitágoras, y otros
testimonios (entre ellos el de Platón y Aristóteles) lo consideran discípulo de
Jenófanes de Colofón, fundador de la escuela eleática.
Preocupado por la política, parece ser que intervino directamente en el
gobierno y que escribió, además, las leyes de la ciudad. Según una
controvertida tradición, en los últimos años de su vida se trasladó con su
discípulo Zenón de Elea a Atenas, donde el joven Sócrates oyó sus
enseñanzas. No cabe duda de que sus doctrinas tuvieron un fuerte impacto
en el ambiente ateniense; Plutarco refiere que Periclesasistía con interés a sus
clases.
Si en algo podrían estar de acuerdo todos los filósofos del pasado y del
presente es en la sorprendente grandeza del pensamiento de Parménides.
Por el rigor de sus argumentaciones y la profundidad de sus
análisis, Platón lo definió como venerado y terrible, le dedicó un diálogo
(el Parménides) y lo reconoció como padre espiritual, hasta el punto de sentir
su propio desacuerdo como una especie de parricidio. Este prestigio está
bien justificado: Parménides fue el primero en sostener la superioridad de
la interpretación racional del mundo y en negar la veracidad de las
percepciones sensibles: ver, oír o sentir no produce certezas, sino sólo
creencias y opiniones.
Su doctrina, todavía objeto de múltiples debates, se ha reconstruido a
partir de los fragmentos que se conservan de su única obra, un extenso
poema didáctico titulado Sobre la naturaleza. El poema consta de un proemio y
dos partes; en la primera de ellas se señala y recorre el camino que llega a
la verdad, sirviéndose de la razón; en la segundo, el camino que conduce
meramente a la opinión, empleando los sentidos, con los que sólo es
posible llegar a la apariencia de las cosas. Naturalmente, es en la primera
parte donde se halla lo más valioso e innovador de su filosofía.

Heraclito de efeso

Heráclito (544 a.C - 484 a.C) (Herakleitos), llamado ho skoteinos, "el oscuro"; Pocas son las cosas
que sabemos de la vida de Heráclito de Éfeso., Nació hacia el 544 antes de Cristo,
aproximadamente, y vivió en Éfeso, ciudad enclavada en la costa Jonia, al norte de Mileto, hasta
su muerte, en el 484 antes de Cristo. Pertenecía a una familia aristocrática y, al parecer, no se llevó
muy bien con sus conciudadanos, hijo de Blosón (o, según algunos, de Heraclón) Escribió una obra
a la que se le da el título común " Sobre la naturaleza" que se le había dado también a los libros
escritos por otros filósofos anteriores. No es seguro que se tratara realmente de un libro en el que
se desarrollaran sistemáticamente temas relacionados con el conocimiento de la naturaleza, el
alma o la cosmología. Es probable que se tratara de un conjunto de sentencias recopiladas en
forma de libro, hipótesis que se apoya en el carácter enigmático y oracular de los fragmentos que
conservamos, carácter que ya en su época le valió el sobrenombre de "El oscuro". Timón de
Flíunte, el escritor satírico del siglo III, denominó a Heráclito "enigmático" Esta crítica justa de su
estilo dio origen más tarde al epíteto casi invariable de obscurus en latín. Otra calificación
corriente en el período romano fue la de "el filósofo llorón". Este último juicio es totalmente trivial
y se basa, en parte, en referencias humorísticas a su idea de que todas las cosas fluyen como los
ríos, (los que creen en el flujo son como gentes con catarro) y, en parte, en la conocida atribución
de Teofrasto con la que quiso significar "impulsividad" y no "melancolía" en su sentido posterior y
moderno, Se mantenía a distancia de la multitud, a la que consideraba falta de entendimiento. En
él se percibe un rasgo común a muchos de los filósofos antiguos: el vivir una vida acorde a su
filosofía. Con el paso del tiempo, a medida que la Filosofía se fue transformando en una disciplina,
en un estudio, los filósofos fueron disociando su saber de su actuar. Pero entre los primeros
encontramos pensadores que vivían las verdades y aparecían a los ojos de muchos como personas
especiales o raras. Se le puede considerar como uno de los iniciadores de la metafísica griega,
aunque sus ideas derivan de la escuela jónica de la filosofía griega. Según Heráclito todo fluye,
todo cambia, nada permanece .No podemos bañarnos dos veces en el mismo río., dice en uno de
los fragmentos que han llegado hasta nosotros. (Ni el río ni nosotros seríamos los mismos.) El
devenir es el Principio de Todas las Cosas. Todo es fuego que se enciende y se apaga según una
medida. El cambio, el devenir, está regido por el logos. El logos regula el devenir como una ley
inmanente al mundo. El devenir se da según la lucha de los contrarios. La tensión entre los
contrarios en lucha genera el movimiento; por eso a la paz sigue la guerra y a ésta nuevamente la
paz. .La guerra es la madre de todas las cosas., dice Heráclito. Y este movimiento retorna
eternamente sobre sí mismo. Al terminar el gran año solar todo vuelve a comenzar y a repetirse
("eterno retorno"). Hacia el final de su vida se convirtió en misántropo y se retiró a los montes,
donde vivió comiendo hierbas y plantas. A resultas de esto enfermó de hidropesía y regresó a la
ciudad; preguntaba a los médicos de forma enigmática si podrían hacer de la lluvia una sequía.
Como éstos no lo entendiesen, se enterró a sí mismo en un estercolero, esperando que el calor del
estiércol le absorbiera la humedad.

Anaxímenes

Mileto, h. 588 a.C. - ?, h. 534 a.C.) Filósofo griego, último representante,


después de Tales y Anaximandro, de la escuela milesia. En Occidente, el
surgimiento de la filosofía tuvo lugar en la ciudad griega de Mileto, situada
en la costa de la actual Turquía; de ahí la denominación de filósofos
milesios o de la escuela de Mileto que reciben los pensadores que, a lo
largo del siglo VI a.C., abandonaron los tradicionales enfoques religiosos y
mitológicos e intentaron dar respuestas racionales a las cuestiones,
adoptando así por primera vez la actitud que reconocemos como propia de
la filosofía.
Representación imaginaria de Anaxímenes

Discípulo de Anaximandro, se desconocen la mayor parte de los detalles de


la biografía de Anaxímenes de Mileto y de sus actividades. El
historiador Apolodoro de Atenas afirma que vivió hacia la época de la toma de
Sardes y murió antes de que la ciudad de Mileto fuera destruida. Al
parecer, Anaxímenes llevó a cabo diversas investigaciones astronómicas y
meteorológicas y, según Diógenes Laercio, escribió una obra hoy perdida que
se tituló Sobre la naturaleza.
La cuestión filosófica que más interesó a los filósofos milesios (quienes, por
otra parte, emprendieron también variadas investigaciones y
especulaciones científicas) fue la determinación de un principio constitutivo
y originario (el arjé o arché) común a todas las cosas; los milesios supusieron
que, tras la aparente variedad de seres que forman la fisis (naturaleza o
mundo físico), existía un substrato único que permitía dar cuenta de la
constitución y origen de todos los seres. Para Tales de Mileto, tal principio era
el agua. Anaximandro, discípulo de Tales, dio un paso hacia una mayor
abstracción al postular como arjé no una sustancia física, sino el ápeiron (lo
indefinido o lo indeterminado).
Anaxímenes afirmó que el principio material y primero, el origen de todas
las cosas (arjé o arché) era el aire, sustancia sensible, pero que raya en lo
incorpóreo. Es posible que Anaxímenes pensara, con esta aportación, reunir
las ventajas de cada una de las soluciones anteriores, evitando sus
inconvenientes. En efecto, el aire es tan necesario para la vida como el
agua, pero no tiene el inconveniente de necesitar un soporte físico, puesto
que, según Anaxímenes, flota en sí mismo. Por otra parte, tiene una
extensión ilimitada como el ápeiron, puesto que parece llenar los espacios
inmensos, pero en cambio es una realidad observable por todos y que
permite explicar de modo sencillo la formación de los seres, mientras que
el ápeiron es solamente una entidad hipotética.

Anaxímenes explicó el origen de todas las cosas a partir de un doble


proceso por el que el aire se modifica: rarefacción, que da origen al fuego,
y condensación, del que se derivan las nubes, el agua, la tierra y las rocas.
Con estas dos nociones, Anaxímenes describió los cambios de la naturaleza,
o lo que es lo mismo, dos modalidades de movimiento: la cuantitativa y la
cualitativa. Las cosas no son más que aire en distinto grado de
condensación o de dilatación. El fuego es aire en su punto máximo de
dilatación o de calor; el viento no es más que aire condensado que, al
condensarse más, se convierte en nube, después en agua, y luego en tierra
y rocas.

De un fragmento conservado de su obra se desprende que Anaxímenes


concibió el mundo como un ser vivo, análogamente a como concebía el
alma de los hombres: «De la misma manera que nuestra alma, que es aire,
nos sostiene, igualmente un soplo y el aire envuelven el mundo entero.» El
aire es también la fuerza vivificadora: el universo es una especie de ser
vivo que respira y se mantiene en ordenada unión, envuelto por el aire
infinito; la misma alma humana, fundida en el alma del mundo, es también
aire. En su concepción cosmogónica, la Tierra es plana y flota, pero no ya
sobre el agua, como afirmaba Tales de Mileto, sino en el aire; Anaxímenes
sostuvo también que los astros no se mueven bajo la Tierra sino en torno a
ella.

Después de la escuela milesia, la cuestión del primer principio seguiría


ocupando a la mayor parte de los pensadores del periodo cosmológico de la
filosofía griega (es decir, del periodo anterior al antropológico, que se inició
con Sócrates) y dio como resultado diversas respuestas y doctrinas en las
sucesivas escuelas filosóficas. La escuela de Pitágoras, la escuela de Elea
(Jenófanes, Parménides y Zenón de Elea), los pluralistas
como Empédocles y Anaxágoras, los atomistas Leucipo y Demócritoy otros
destacados pensadores como Heráclito retomaron el problema del arjécomo
motivo más o menos central de sus reflexiones y de su concepción de la
realidad.

Anaximandro
(Mileto, hoy desaparecida, actual Turquía, 610 a.C. - id., 545 a.C.) Filósofo,
geómetra y astrónomo griego. Como los restantes filósofos de Mileto,
ciudad griega en que surgió la primera escuela filosófica de la historia del
pensamiento occidental, Anaximandro de Mileto supuso la existencia de
un arjé o principio constitutivo y originario común a todos los seres de la
naturaleza. Pero a diferencia de sus compañeros de escuela, que
identificaron el arjé con una sustancia física (el agua en Tales de Mileto, el
aire en Anaxímenes), Anaximandro estableció como primer principio
el ápeiron, término que puede traducirse como «lo indeterminado» o «lo
indefinido».

Anaximandro de Mileto

Discípulo de Tales de Mileto, Anaximandro fue miembro de la escuela de


Mileto, y sucedió a Tales en la dirección de la misma. Según parece,
también fue un activo ciudadano de Mileto, y condujo una expedición a
Apolonia (Mar Negro). Como político desempeñó cargos importantes y le
fue confiada la misión de limitar la natalidad en Apolonia, una de las
muchas colonias que debían resolver el problema de la superpoblación de
las ciudades jónicas. Sus conciudadanos le erigieron, en reconocimiento a
sus méritos políticos, una estatua que recientemente ha sido descubierta en
las excavaciones de Mileto.
Anaximandro se dedicó a múltiples investigaciones. A su nombre ha
quedado unida la confección del primer mapa de la Tierra, elaborado a
partir de los mapas y noticias de los mercaderes griegos, que sería
perfeccionado más tarde por Hecateoy del cual se sirvió Herodoto.
Anaximandro imaginaba la Tierra como un cilindro inmóvil, contra la
opinión general que la consideraba aplastada. También se le atribuyen
otros trabajos, como la fijación de los equinoccios y los solsticios y el
cálculo de las distancias y los tamaños de las estrellas, así como la
elaboración de un reloj de sol y de una esfera celeste, entre otras
aportaciones.
No menos asombrosas son las elucubraciones de Anaximandro sobre el
origen de los seres vivos y del hombre. Todos proceden del fenómeno
húmedo (la tierra en un principio era líquida, y por el proceso de
disociación, lo húmedo dio lugar a lo viviente). El hombre tuvo como
primeros antepasados a los peces y luego a otros animales primitivos. Con
razón, por lo tanto, podría ser considerado como el primer cosmólogo y
como el antecesor (aunque sin ningún apoyo en evidencias científicas) de la
moderna teoría de la evolución.
La filosofía de Anaximandro
Anaximandro de Mileto fue también el primer pensador griego que puso en
prosa sus reflexiones filosóficas. Su tratado Sobre la naturaleza debió ser una
de las más notables tentativas de sistematización de lo real anterior
a Aristóteles; sólo ha llegado hasta nosotros un fragmento, pero algunas
noticias de Aristóteles y de Simplicio permiten reconstruir, al menos en
parte, la doctrina del autor.
En su filosofía, Anaximandro coincide con Tales de Mileto en defender que
existe un solo principio básico (arjé o arché) como generador de todas las
cosas, al que Anaximandro llamó ápeiron (lo indefinido o indeterminado):
una sustancia indeterminada, ilimitada e infinita, que es a la par eterna.
Sólo el ápeiron es incorruptible e imperecedero. Todos los seres del universo
se derivan de él y están sujetos a nacimiento y desaparición por la fuerza
de los contrarios presentes en ellos: caliente y frío, húmedo y seco, etc.
En su intento de determinar el principio primero, Anaximandro sigue la
constante de los demás filósofos milesios, pero es preciso subrayar que en
lugar de hallar este principio en una naturaleza finita (el agua, según Tales, o
el aire, según Anaxímenes), Anaximandro lo ve en algo (el ápeiron) que no es
percibido por la experiencia, sino que ha de postularse como causa
permanente y trascendente del acontecer del mundo empírico; algo
indefinible en el espacio y en el tiempo que es causa y principio de las
cosas perecederas y definidas, las cuales están destinadas a disolverse de
nuevo en el ápeiron. La novedad de Anaximandro, en cuya doctrina quedan,
sin embargo, muchos detalles oscuros, consiste en haber buscado el
principio infinito de las cosas finitas fuera de las materias que son objeto de
nuestra experiencia.
Las investigaciones y reflexiones sobre el arjé o primer principio seguirían
ocupando en mayor o menor medida a las distintas escuelas y filósofos
posteriores, desde la escuela de Pitágoras hasta Parménides y Heráclito, y
conducirían al eclecticismo pluralista de Empédocles y Anaxágoras y al
atomismo de Leucipo y Demócrito. De este modo, la problemática inaugurada
por la escuela de Mileto se convirtió en un tema recurrente de la filosofía
griega, especialmente a lo largo del llamado periodo cosmológico, es decir,
del anterior a Sócrates, en quien se sitúa el inicio del periodo antropológico.

Sócrates
(Atenas, 470 a.C. - id., 399 a.C) Filósofo griego. Pese a que no dejó
ninguna obra escrita y son escasas las ideas que pueden atribuírsele con
seguridad, Sócrates es una figura capital del pensamiento antiguo, hasta el
punto de ser llamados presocráticos los filósofos anteriores a él. Rompiendo
con las orientaciones predominantes anteriores, su reflexión se centró en el
ser humano, particularmente en la ética, y sus ideas pasaron a los dos
grandes pilares sobre los que se asienta la historia de la filosofía occidental:
Platón, que fue discípulo directo suyo, y Aristóteles, que lo fue a su vez de
Platón.

Sócrates
Pocas cosas se conocen con certeza de la biografía de Sócrates. Fue hijo de
una comadrona, Faenarete, y de un escultor, Sofronisco, emparentado
con Arístides el Justo. En su juventud siguió el oficio de su padre y recibió una
buena instrucción; es posible que fuese discípulo de Anaxágoras, y también
que conociera las doctrinas de los filósofos eleáticos
(Jenófanes, Parménides, Zenón) y de la escuela de Pitágoras.
Aunque no participó directamente en la política, cumplió ejemplarmente
con sus deberes ciudadanos. Sirvió como soldado de infantería en las
batallas de Samos (440), Potidea (432), Delio (424) y Anfípolis (422),
episodios de las guerras del Peloponeso en que dio muestras de resistencia,
valentía y serenidad extraordinarias. Fue maestro y amigo de Alcibíades,
militar y político que cobraría protagonismo en la vida pública ateniense
tras la muerte de Pericles; en la batalla de Potidea, Sócrates salvó la vida a
Alcibíades, quien saldó su deuda salvando a Sócrates en la batalla de Delio.

Con los bienes que le dejó su padre al morir pudo vivir modesta y
austeramente, sin preocupaciones económicas que le impidiesen dedicarse
al filosofar. Se tiene por cierto que Sócrates se casó, a una edad algo
avanzada, con Xantipa, quien le dio dos hijas y un hijo. Cierta tradición ha
perpetuado el tópico de la esposa despectiva ante la actividad del marido y
propensa a comportarse de una manera brutal y soez. En cuanto a su
apariencia, siempre se describe a Sócrates como un hombre rechoncho, con
un vientre prominente, ojos saltones y labios gruesos, del mismo modo que
se le atribuye también un aspecto desaliñado.

Platón
(Atenas, 427 - 347 a. C.) Filósofo griego. Junto con su maestro Sócrates y
su discípulo Aristóteles, Platón es la figura central de los tres grandes
pensadores en que se asienta toda la tradición filosófica europea. Fue el
británico Alfred North Whitehead quien subrayó su importancia afirmando que
el pensamiento occidental no es más que una serie de comentarios a pie de
página de los diálogos de Platón.
Platón

La circunstancia de que Sócrates no dejase obra escrita, junto al hecho de


que Aristóteles construyese un sistema opuesto en muchos aspectos al de
su maestro, explican en parte la rotundidad de una afirmación que puede
parecer exagerada. En cualquier caso, es innegable que la obra de Platón,
radicalmente novedosa en su elaboración lógica y literaria, estableció una
serie de constantes y problemas que marcaron el pensamiento occidental
más allá de su influencia inmediata, que se dejaría sentir tanto entre los
paganos (el neoplatonismo de Plotino) como en la teología cristiana,
fundamentada en gran medida por San Agustín sobre la filosofía platónica.

Nacido en el seno de una familia aristocrática, Platón abandonó su inicial


vocación política y sus aficiones literarias por la filosofía, atraído por
Sócrates. Fue su discípulo durante veinte años y se enfrentó abiertamente
a los sofistas (Protágoras, Gorgias). Tras la condena a muerte de Sócrates (399
a. C.), huyó de Atenas y se apartó completamente de la vida pública; no
obstante, los temas políticos ocuparon siempre un lugar central en su
pensamiento, y llegó a concebir un modelo ideal de Estado.
Viajó por Oriente y el sur de Italia, donde entró en contacto con los
discípulos de Pitágoras; tras una negativa experiencia en Siracusa como
asesor en la corte del rey Dionisio I el Viejo, pasó algún tiempo prisionero
de unos piratas, hasta que fue rescatado y pudo regresar a Atenas. Allí
fundó en el año 387 una escuela de filosofía, situada en las afueras de la
ciudad, junto al jardín dedicado al héroe Academo, de donde procede el
nombre de Academia. La Academia de Platón, una especie de secta de sabios
organizada con sus reglamentos, contaba con una residencia de
estudiantes, biblioteca, aulas y seminarios especializados, y fue el
precedente y modelo de las modernas instituciones universitarias.
En ella se estudiaba y se investigaba sobre todo tipo de asuntos, dado que
la filosofía englobaba la totalidad del saber, hasta que paulatinamente
fueron apareciendo (en la propia Academia) las disciplinas especializadas
que darían lugar a ramas diferenciadas del saber, como la lógica, la ética o
la física. Pervivió más de novecientos años (hasta que Justiniano la mandó
cerrar en el 529 d. C.), y en ella se educaron personajes de importancia tan
fundamental como su discípulo Aristóteles.

Aristóteles nació en el año 384 a.C. en Estagira, una pequeña localidad


macedonia cercana al monte Athos; de su población natal procede una
designación habitual para referirse al filósofo: el Estagirita. Su padre,
Nicómaco, era médico de la corte de Amintas III, padre de Filipo II de
Macedonia y, por tanto, abuelo de Alejandro Magno. Nicómaco pertenecía a
la familia de los Asclepíades, que se reclamaba descendiente del dios
fundador de la medicina y cuyo saber se transmitía de generación en
generación. Ello invita a pensar que Aristóteles fue iniciado de niño en los
secretos de la medicina, y que de ahí le vino su afición a la investigación
experimental y a la ciencia positiva. Huérfano de padre y madre en plena
adolescencia, fue adoptado por Proxeno, al cual podría mostrar años
después su gratitud adoptando a un hijo suyo llamado Nicanor.
En el año 367, es decir, cuando contaba diecisiete años de edad, fue
enviado a Atenas para estudiar en la Academia de Platón. No se sabe qué
clase de relación personal se estableció entre ambos filósofos, pero, a
juzgar por las escasas referencias que hacen el uno del otro en sus
escritos, no cabe hablar de una amistad imperecedera. Lo cual, por otra
parte, resulta lógico si se tiene en cuenta que la filosofía de Aristóteles iba a
fundarse en una profunda crítica al sistema filosófico platónico.
Platón y Aristóteles en La escuela de Atenas (1511), de Rafael
Ambos partían de Sócrates y de su concepto de eidos, pero las dificultades
de Platón para insertar en el mundo real su mundo eidético, el mundo de las
Ideas, obligaron a Aristóteles a ir perfilando términos como «sustancia»,
«materia» y «forma», que le alejarían definitivamente de la Academia. En
cambio es absolutamente falsa la leyenda según la cual Aristóteles se
marchó de Atenas despechado porque Platón, a su muerte, designase a su
sobrino Espeusipo para hacerse cargo de la Academia: por su condición de
macedonio, Aristóteles no era legalmente elegible para ese puesto.

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