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ARBITRAJE POTESTATIVO

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN .................................................................................................................... 2

ARBITRAJE POTESTATIVO ............................................................................................... 3

LA POSICIÓN DEL TC EN EL CASO SUTRAMPORPC ................................................. 5

EL DESARROLLO LEGISLATIVO DEL ARBITRAJE POTESTATIVO Y LOS

SUPUESTOS DE PROCEDENCIA EN LOS CASOS DE “MALA FE” NEGOCIAL: ... 7

FALTA DE ACUERDO EN LA PRIMERA NEGOCIACIÓN ....................................... 8

ACTOS DE MALA FE EN LA NEGOCIACIÓN ............................................................. 9

CONCLUSIONES .................................................................................................................. 11

BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................................... 12

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ARBITRAJE POTESTATIVO

INTRODUCCIÓN

En la STC 03561-2009-PA/TC (Caso SUTRAMPORP) y su resolución aclaratoria respecto a

la procedencia del llamado “arbitraje potestativo”; es decir aquel arbitraje que a criterio del

Tribunal Constitucional permite imponer a la otra parte el arbitraje, aún en contra de su

voluntad en el marco de un conflicto laboral colectivo.

En la STC 03561-2009-PA/TC, el Tribunal Constitucional ha determinado que dentro de un

proceso de negociación colectiva el arbitraje tiene carácter potestativo y por tanto, basta que

una de las partes decida someter alguno de los puntos materia de negociación al arbitraje para

que la otra parte deba aceptarlo inexorablemente y aún en contra de su voluntad.

A diferencia de lo que sucedía con los supuestos de procedencia del arbitraje potestativo

establecidos por el D.S. 014-2011-TR y la R. Min. 284-2011-TR, donde la posibilidad de

obligar a la otra parte a acudir al arbitraje sólo podía darse en los casos en que las partes no

pudiesen ponerse de acuerdo en el nivel que entablarían la primera negociación, o en el

supuesto de existir actos de mala fe negocial, la actual posición del Tribunal convierte al

arbitraje impuesto o potestativo en una opción a la que puede acudir cualquiera de las partes

cuando así lo desee – incluso en contra de la voluntad de la otra parte – en el marco de una

negociación colectiva.

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ARBITRAJE POTESTATIVO

Según (Serna Calvo, 1991, pág. 5.35). “El arbitraje potestativo, también denominado

como unilateralmente preceptivo”, tiene un origen diferente: en este caso es una de las partes

la que decide someter el diferendo a arbitraje; por lo cual, la otra parte queda a la sujeción de

la opción que pueda tomar la parte legitimada. La lógica de esta modalidad consiste en dar a

la parte legitimada para ejercer dicha opción, el poder de solucionar su conflicto en base a la

protección de un fin superior (como ocurre cuando el objetivo es preservar un derecho

fundamental, como es el de negociación colectiva).

En nuestro país este tipo de arbitraje fue expresamente reconocido a partir de la

emisión de la sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente No. 3561-2009-

PA, aun cuando existía un amplio debate sobre la contemplación de este tipo de arbitraje en el

artículo 61° de la LRCT.

Ahora bien, la Directiva General es el dispositivo donde se ha definido con más

rigurosidad este tipo de arbitraje, señalando que es:

“(…) una forma legítima de resolución de conflictos colectivo, que puede ser

válidamente utilizada por aquella parte que, obrando de buena fe, no logra en la etapa de

negociación arribar a un acuerdo con su contraparte.”

Asimismo, precisa que, de acuerdo con la sentencia del Tribunal Constitucional, el

arbitraje potestativo podrá ser interpuesto ante dos únicos supuestos: a) la falta de acuerdo

entre las partes en la primera negociación en su nivel o contenido, y b) ante la presencia de

actos de mala fe que puedan dilatar, entorpecer, o evitar el logro de un acuerdo.

Sin perjuicio de ello, esta institución ha ido evolucionando con la emisión de laudos

que ahora admiten también la procedencia de este arbitraje sin que medie causa alguna.

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El abogado laboralista y profesor de ESAN, Jorge Toyama, señaló recientemente en

el diario Gestión que no es correcto que los árbitros resuelvan si un acto debe ser considerado

de mala fe o no, como lo establece la mencionada norma. Esto debe ser resuelto -sostiene

Toyama- por el Ministerio de Trabajo, instancia que debe determinar si el arbitraje potestativo

debe continuar o no.

De este modo -continúa Toyama- si el sindicato alega mala fe por parte de la empresa

y ésta rechaza tal acusación, el Ministerio de Trabajo resolvería previamente si existe o no tal

actitud, antes que el Tribunal Arbitral analice el caso concreto. El experto sostiene ello al

considerar que es el Ministerio el que tiene información de la empresa, y es quien además

elabora el dictamen económico, entre otros.

Según el abogado laboralista (Jorge Toyama, 2012). "Se debe regular un

procedimiento administrativo previo y célere (no mayor de un mes) para delimitar cuándo un

acto de mala fe permite o no acceder a un procedimiento arbitral".

La controvertida norma ha sido objeto de críticas por parte de algunos expertos,

quienes señalan que ella atenta contra la seguridad jurídica, en perjuicio de los trabajadores y

empresas, e incluso alegan inconstitucionalidad de la misma, pues según ellos distorsiona los

mecanismos contemplados en la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo.

Por otro lado, desde su puesta en vigencia, este arbitraje potestativo ha sido la

estrategia preferida de los trabajadores a la hora de negociar. Con esta nueva modalidad, por

lo tanto, la empresa se vuelve cautiva de los sindicatos y éstos llevan siempre las de ganar,

advierten los detractores de la norma.

Sobre el particular, y en reciente nota también publicada por Gestión, el laboralista

Renato Mejía Madrid comenta sobre el peligro de que una decisión arbitral resuelva el

conflicto laboral, señalando que los árbitros suelen utilizar criterios jurídicos no

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empresariales. Por lo tanto -prosigue Mejía Madrid- no identifican el impacto económico de

sus decisiones o el efecto que su decisión ocasiona con su competencia en el mercado.

Según (Renato Mejia, 2012). "Los árbitros tienen como criterio para resolver que la

propuesta supere al convenio anterior (económicamente) y que se detalle cómo lo llevará a

cabo".

LA POSICIÓN DEL TC EN EL CASO SUTRAMPORPC

La expresión “arbitraje potestativo” fue acuñada por el Tribunal Constitucional en la

STC recaída en el expediente N° 3561-2009-PA/TC (Caso SUTRAMPORPC) publicada el 29

de setiembre de 2009 y sobre todo en su resolución aclaratoria de fecha 10 de junio de 2010.

En dicha oportunidad el TC, aplicando control difuso, dispuso la inaplicación del primer

párrafo del artículo 45 del D.S. 010-2003-TR que establece que en caso las partes no puedan

ponerse de acuerdo en el nivel en que entablaran la primera negociación, ésta debería llevarse

a nivel de empresa. A criterio del Tribunal, dicha imposición legislativa atenta contra el

carácter libre y voluntario que debe poseer la negociación colectiva a la luz de lo establecido

en el artículo 28 de la Constitución Política del Estado. A su vez, el TC señaló que en caso las

partes no pudiesen ponerse de acuerdo en el nivel que entablaría la primera negociación, éste

debería ser determinado mediante arbitraje. Ahora bien, el sentido de la STC del caso

SUTRAMPORPC generó cierta incertidumbre por cuanto hasta ese momento, las dos únicas

modalidades de arbitraje reguladas por el D.S. 010-2013-TR eran el arbitraje voluntario y el

arbitraje obligatorio. En primer lugar, teníamos el arbitraje voluntario, que como su nombre lo

dice, nace de la voluntad de las partes de querer someter la controversia a arbitraje en caso las

etapas de trato directo y conciliación no hubiesen sido fructíferas. La existencia de dicho tipo

de arbitraje puede desprenderse de la redacción del artículo 61 del D.S. 010-2003-TR que

señala textualmente que (…) Si no se hubiese llegado a un acuerdo en negociación directa o

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en conciliación de haberla solicitado los trabajadores, podrán las partes someter el diferendo a

arbitraje (…) Como se podrá advertir, una lectura meticulosa del artículo nos permite concluir

que son las partes, empleador y organización sindical, quienes ante el fracaso de los métodos

autocompositivos de solución del conflicto sindical podían, es decir, tenían la facultad o no de

someter su controversia a arbitraje. Por su parte, el artículo 68 de la norma citada regula el

llamado arbitraje obligatorio para los casos en que una huelga se prolongue excesivamente en

el tiempo, comprometiendo gravemente a una empresa o sector productivo, o derive en actos

de violencia, o de cualquier manera, asuma características graves por su magnitud o

consecuencias. No obstante, en la resolución aclaratoria recaída en la STC del caso

SUTRAMPORPC, el Tribunal creó un tercer tipo de arbitraje al que denominó “potestativo”.

Así, en el fundamento 6 de la STC el TC señaló que el arbitraje potestativo se da cuando una

de las partes tiene la capacidad de obligar a la otra a heterocomponer el desacuerdo a través de

la intervención del árbitro. En la misma línea se agrega en el fundamento 8 de la referida

resolución que el arbitraje al que hace alusión el artículo 61 del D.S. 010-2003-TR y que es el

llamado a determinar el nivel de negociación ante la falta de acuerdo, es potestativo, y no

voluntario. En conclusión, en la referida STC y su resolución aclaratoria, el Tribunal

Constitucional determinó que en caso las partes no pudiesen ponerse de acuerdo en el nivel en

que entablarán la primera negociación, una de las partes podría imponer a la otra el arbitraje

como método idóneo para solucionar este primer conflicto, que puede suscitarse antes de

iniciar el proceso de negociación colectiva a través del trato directo, la conciliación e incluso

el llamado “extraproceso”. Es decir, que en el sentido estricto de la posición del TC, el

arbitraje potestativo sólo debía servir para solucionar este primer obstáculo formal en la

negociación colectiva, como era determinar el nivel a partir del cual debía entablarse la

primera negociación. Es importante destacar que en ningún momento el Tribunal señaló que

el conflicto que pudiese surgir entre las partes ante la falta de acuerdo en el proceso mismo de

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la negociación colectiva, podía generar la posibilidad de que una de las partes impusiera a la

otra al arbitraje, pues como hemos podido apreciar, el Tribunal sólo se limitó a establecer un

supuesto de procedencia para el arbitraje potestativo, la falta de acuerdo en el nivel de

negociación.

EL DESARROLLO LEGISLATIVO DEL ARBITRAJE POTESTATIVO

Y LOS SUPUESTOS DE PROCEDENCIA EN LOS CASOS DE “MALA

FE” NEGOCIAL:

Si bien el Tribunal Constitucional en la STC recaída en el caso SUTRAMPORPC se

refirió en largos pasajes de la misma a recordar que el derecho fundamental a la negociación

colectiva implica el deber de las partes de negociar con lealtad y buena fe, nunca señaló que el

arbitraje potestativo fuese procedente también en los casos de mala fe negocial, pues como

hemos señalado, el TC consideró que el “arbitraje potestativo” era el mecanismo idóneo para

solucionar sólo el problema que se podía suscitar en caso las partes no pudiesen ponerse de

acuerdo en el nivel en que entablarían la primera negociación. No obstante, el legislador infra-

constitucional a través del D.S. 014-2011-TR modificó el D.S. 011-92-TR agregando el

artículo 61-A en el que estableció dos supuestos de procedencia del arbitraje potestativo: a)

Cuando las partes no se ponen de acuerdo en la primera negociación, en el nivel o su

contenido; causal concordante con lo dispuesto por el TC en la STC del caso

SUTRAMPORPC y su resolución aclaratoria; b) Cuando durante la negociación del pliego se

adviertan actos de mala fe, que tengan por efecto dilatar, entorpecer o evitar el logro de un

acuerdo. En seguida, los supuestos de mala fe fueron regulados a través de la R.Min. 284-

2011-TR. Por su parte, el legislador infraconstitucional ensayó una definición del llamado

“arbitraje potestativo”. Así en la R. Min. 076-2012-TR se ha definido a este arbitraje como

uno unilateral o voluntario vinculante, inspirado en la jurisprudencia constitucional, mediante

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el cual las partes se encuentran facultadas para someter la solución del conflicto a la decisión

de un tercero, quedando la otra parte obligada a dicho sometimiento y decisión. Lo cierto es,

que hasta la publicación de la STC recaída en el caso FETRATEL este era el escenario en el

que el Perú se venía dando el llamado “arbitraje potestativo”

FALTA DE ACUERDO EN LA PRIMERA NEGOCIACIÓN

El primer supuesto de procedencia es la falta de acuerdo entre las partes sobre el nivel

o contenido de la negociación siempre que se cumpla con dos requisitos: (i) que sea la

primera negociación y (ii) que transcurra un plazo de tres meses desde que se iniciaron las

negociaciones para poder solicitarlo. En este caso, el Tribunal Arbitral decidirá tanto el nivel

de negociación de las partes, como el contenido de la negociación colectiva, según

corresponda.

Esta causal se encuentra regulada debido a que, tal y como lo señala la CEACR, la

primera negociación suele ser la más difícil de concluir en el marco de relaciones de trabajo.

En este panorama es en donde una organización sindical, que recién comienza a adquirir

fuerza, y la parte empleadora, que supone que la existencia de una organización sindical

puede poner en riesgo su operatividad, requieren de un mecanismo que pueda impulsar la

solución del conflicto y concluir el procedimiento de forma pacífica.

Sobre el requisito temporal, su introducción dentro del supuesto bajo análisis

respondería a la preocupación del uso indiscriminado del arbitraje potestativo. En efecto, en

caso no hubiera un límite temporal, se podría correr el riesgo de que la organización sindical

cierre el trato directo con el empleador desde el primer día o tras la primera reunión, yendo

contra la propia finalidad del arbitraje potestativo como mecanismo de solución pacífica de

conflictos.

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Por otro lado, se ha considerado que esta causal puede tener una lectura flexible, en la

medida que cada vez que las partes se encontraran ante un nivel negocial diferente, se podría

considerar que el contenido de dicha negociación sería el de una primera negociación. En esta

línea, (Villavicencio Rios, 2011, pág. 60). sostiene que:

“(…) se deduce con claridad que cuando se busca un nivel nuevo, estaremos frente a

una primera negociación colectiva en tal ámbito, por lo que configurará el supuesto

analizado.”

Sobre el particular, tal y como está la norma, consideramos que no sería admisible esa

interpretación, debido a que la finalidad de dicha causal es tutelar el derecho de nuevos

actores ante un nuevo contexto de negociación. Diferente sería el caso el que las partes

cambiasen producto de una fusión de la parte empleadora con otra entidad, o por la separación

de una organización sindical de la Federación a la que pertenecía y que ahora prefiere

negociar en el nivel de empresa en vez del nivel de rama.

El plazo de tres meses debe ser considerado desde el inicio de las negociaciones, es

decir, desde la presentación del pliego de reclamos. Ello puesto que la LRCT señala que el

inicio del procedimiento de negociación colectiva será con dicha acción. Tomar un criterio

como el inicio del trato directo podría llevar a situaciones arbitrarias en donde, por ejemplo, el

plazo de tres meses exigidos por la norma nunca se podría computar al no haberse

programado ninguna reunión para el trato directo por la negativa del empleador.

ACTOS DE MALA FE EN LA NEGOCIACIÓN

En principio, el Decreto Supremo No. 014-2011-TR no establecía ningún tipo de

definición sobre lo que constituía un acto de mala fe en la negociación, pero sí señalaba que

dichos actos tendrían que tener por efecto la dilatación, entorpecimiento o evitación de lograr

un acuerdo.

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La causal está pensada para resguardar el cumplimiento de ambas partes del principio

de buena fe, que exige que las partes se encuentren dispuestas a negociar, formulando

propuestas serias y coherentes que evidencien el ánimo de llegar a un acuerdo.

En base a ello, y con la finalidad de llenar de contenido con situaciones concretas que

puedan ser calificadas como actos de mala fe, se emitió la Resolución No. 284- 2011-TR, en

la cual se estableció una lista no taxativa de actos que califican de dicha forma, entre los que

se encuentran acciones en contra del deber de información de las partes, el no reconocimiento

de los interlocutores de la negociación sindical, la falta de reserva, entre otras.

La Resolución bajo comentario establece que, para la valoración de los supuestos

presentados, el Tribunal Arbitral deberá de utilizar los criterios de razonabilidad y 84

proporcionalidad según tres factores: el contexto en el que se produzcan (ámbito interno de la

negociación, que comprende las circunstancias en el que se desarrolla la relación entre la

entidad empleadora y la parte trabajadora), el contexto de la negociación colectiva (ámbito

externo de la negociación, que implica el análisis actual de la negociación colectiva en el

país), y los comportamientos de las partes durante otros procesos negociales (ámbito

subjetivo, que evalúa la conducta de las partes).

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CONCLUSIONES

1. La STC recaída en el expediente N° 03242-2002-PA/TC ha consolidado la posición

del Tribunal Constitucional respecto al “arbitraje potestativo” ya desarrollada en su

momento por la STC recaída en el caso SUTRAMPORPC y su resolución aclaratoria.

2. En este nuevo pronunciamiento el TC amplía los supuestos de procedencia del

“arbitraje potestativo” pudiendo ser invocado el mismo ya no sólo en casos de mala fe

negocial o falta de acuerdo en el nivel en que debería entablarse la primera

negociación, sino también para los casos en que la negociación no haya sido

satisfactoria.

3. El arbitraje, al ser un mecanismo costoso, podría estar solo garantizado hoy en día, a

aquellas partes que tengan las condiciones económicas para sufragar el costo del

mismo.

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BIBLIOGRAFÍA

Decreto Supremo, 010-2003-TR (10 de Junio de 2010).

Decreto Supremo, 014-2011-TR (2011).

Expediente N°, 3561-2009-PA/TC (Tribunal Constitucional 29 de Setiembre de 2009).

Jorge Toyama, M. (06 de setiembre de 2012). conexionesan. Obtenido de conexionesan:


https://www.esan.edu.pe/conexion/actualidad/2012/09/06/arbitraje-potestativo-
negociaciones-colectivas/

Renato Mejia, M. (06 de setiembre de 2012). conexionesan. Obtenido de conexionesan:


https://www.esan.edu.pe/conexion/actualidad/2012/09/06/arbitraje-potestativo-
negociaciones-colectivas/

Resolucion Ministerial, 284-2011-TR (2011).

Resolución Ministerial, 076-2012-TR (2012).

Serna Calvo, M. d. (1991). Experiencia del arbitraje en los conflictos de trabajo en América Latina.
lima.

Villavicencio Rios, A. (2011). Arbitraje Potestativo y otros temas de Derecho Colectivo de Trabajo.
lima: Gaceta Jurídica.

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