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SECCIÓN 20

INMUNOLOGÍA
J. Vives Puiggròs, T. Gallart, I. Algarra López de Diego, M. Blanca Gómez, M. Fresno Escudero,
F. Garrido Torres-Puchol, R. González-Amaro, D. Jaraquemada Pérez de Guzmán, C. Lahoz Navarro,
F. Leyva-Cobián Álvarez, N. Matamoros Flori, F. Ortiz Masllorens, A. Pacheco, C. Picado Vallés, R. Pujol Borrell,
J.R. Regueiro González-Barros, S. Rodríguez de Córdoba, J.L. Rodríguez Sánchez, F. Sánchez-Madrid,
F. Vivanco Martínez

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Introducción. El sistema inmunitario como dispositivo
específico y adaptativo de resistencia antiinfecciosa
T. Gallart y J. Vives Puiggròs

En el medio ambiente existe una gran variedad de micror- mune. Ésta queda bien ilustrada en las vacunaciones como
ganismos patógenos para el hombre (y para los otros anima- método de prevención de las infecciones: un animal previa-
les), y éste no podría sobrevivir si no dispusiera de mecanis- mente sensibilizado con varias exposiciones repetitivas (in-
mos capaces de erradicarlos o impedir su crecimiento una munizaciones de “recuerdo”) frente a una forma no patóge-
vez que aquéllos lograsen atravesar las barreras externas cu- na de agente infeccioso, desarrolla una respuesta inmune
taneomucosas. Hay dos grandes tipos de mecanismos: los muy rápida cuando vuelve a ponerse en contacto con la for-
que integran la denominada inmunidad (inmune, del latín ma natural (virulenta) (o una forma inactivada de producto
“estar libre de carga”) natural o no adaptativa o inespecífica, tóxico microbiano), lo que permite su erradicación antes de
y la denominada inmunidad adaptativa o adquirida o especí- que difunda y se multiplique, sin que se produzcan manifes-
fica. El primer tipo se halla ya presente, en diversos grados y taciones clínicas.
modos, en los animales invertebrados. Se trata de una serie Los individuos con defectos congénitos graves en la for-
de elementos moleculares (proteínas de la fase aguda, como mación de las células linfocitarias son incapaces de desarro-
la proteína C reactiva, las colectinas y defensinas, el comple- llar una respuesta inmune y sucumben ante cualquier agente
mento, interferones y otras citocinas) y celulares (células fa- patógeno, a pesar de que su sistema inespecífico (células fa-
gocíticas mononucleares y polimorfonucleares, células agre- gocíticas o complemento) esté indemne. A la inversa, e ilus-
soras o asesinas naturales) dotados de distintos grados de trando la importancia de la interconexión de los elementos
poder microbicida o microbiostático directo o indirecto. To- específicos (linfocitos) e inespecíficos (complemento, célu-
dos ellos carecen de capacidad de reconocimiento específi- las fagocíticas y otras células inflamatorias) del sistema in-
co y se hallan siempre presentes dispuestos a actuar, o bien munitario para que las respuestas inmunes sean eficaces, las
su aparición efectiva es inducible con gran rapidez, y su ac- deficiencias genéticas de ciertos componentes del comple-
tuación no implica un incremento de su eficacia en actua- mento se acompañan de infecciones graves, aun cuando el
ciones siguientes. sistema linfocitario responsable de las respuestas específicas
Los cambios evolutivos determinaron que en los animales sea normal. Los potentes mecanismos efectores desencade-
vertebrados apareciera, y se sumara a este sistema inespecífi- nados por las respuestas inmunes frente a los microrganis-
co, otro mucho más complejo y eficaz que permite al hués- mos patógenos tienen también su contrapartida indeseable
ped disponer de células y moléculas extraordinariamente ya que en muchos casos provocan lesiones inflamatorias
específicas para cada una de las múltiples sustancias y mi- para el huésped. Además, en ciertos individuos las respues-
crorganismos patógenos existentes en el medio ambiente. tas inmunes constituyen el mecanismo primario de lesión al
Este sistema específico consiste en el sistema inmunitario ir dirigidas contra sustancias medioambientales inocuas
que da lugar a la respuesta inmune de la cual son responsa- (alergenos); es lo que ocurre en los procesos alérgicos me-
bles los linfocitos. Estas células disponen de un mecanismo diados por anticuerpos IgE o por células T (reacciones de hi-
de reordenación génica especial que les permite adquirir, a persensibilidad).
lo largo de su desarrollo somático, receptores específicos Otro aspecto fundamental del sistema inmunitario es que
para cada una de las múltiples sustancias (antígenos) que los linfocitos, a lo largo de su desarrollo, simultáneamente a
puedan existir en el medio ambiente. Estos receptores se ha- la adquisición de los receptores para responder en forma es-
llan distribuidos clonalmente (clona = una célula y las deri- pecífica frente a los múltiples y variados agentes patógenos y
vadas de ella por división celular) y permiten que los linfoci- sustancias presentes en el medio ambiente exterior, deben
tos que los expresan se unan al antígeno para el que son aprender a mantener una falta de respuesta o estado de tole-
específicos. Tras el primer contacto con el antígeno, la res- rancia para los componentes del propio organismo. De lo
puesta inmune no se produce inmediatamente sino que contrario, serían los propios tejidos del huésped los que re-
debe transcurrir un período de varios días, durante el cual sultarían afectados, como ocurre en las enfermedades au-
los linfocitos específicos que se unieron al antígeno prolife- toinmunes.
ran y amplifican su número; además, experimentan cambios Esta gran diversidad de reconocimientos y de mecanismos
madurativos que, en un tipo de linfocitos, conducen a la se- efectores requiere una gran complejidad estructural celular y
creción de moléculas específicas para el antígeno que los es- reguladora, y el sistema inmunitario refleja este grado de
timuló (anticuerpos), en otros, al desarrollo de actividad ci- complejidad. Así, los linfocitos, que son las células responsa-
tolítica contra las células en cuya membrana se halla el bles de las respuestas inmunes, se hallan distribuidos por
antígeno, y en otros, a la liberación de factores que activan todo el organismo en constante circulación. El peso total del
las células fagocíticas, aumentando su capacidad bacterici- sistema linfático es de alrededor de 1 kg, equivalente al peso
da. Los anticuerpos, al unirse al antígeno, también desenca- del cerebro o del hígado. Es decir que, a pesar de estar dise-
denan cascadas de los mecanismos inflamatorios inespecí- minado, ocupa un espacio considerable en el interior del or-
ficos, promoviendo la fagocitosis y la activación del comple- ganismo.
mento, que tiene actividad lítica sobre las membranas. Aunque no están estructuradas en forma de tejidos fijos,
La expansión del número de linfocitos específicos que como sucede en la mayoría de los sistemas del organismo,
ocurre durante la respuesta primaria conduce a que se com- las células que componen el sistema inmunitario se hallan
porten como células “memoria”, de forma que cuando el en estrecho contacto a través de moléculas (inmunoglobuli-
huésped se pone nuevamente en contacto con el mismo an- nas, linfocinas, complejos antígeno-anticuerpo, factores solu-
tígeno por segunda vez y en las siguientes ocasiones, vuelve bles colaboradores o supresores) o bien mediante contacto
a repetirse el mismo fenómeno pero con mayor intensidad y célula-célula. La libertad de movimiento de que gozan los
en un tiempo mucho más corto. La especificidad, la memo- linfocitos les confiere dos ventajas fundamentales. Por una
ria y su carácter adaptativo (o de fenómeno adquirido y parte, permite que los linfocitos se comuniquen a cierta dis-
“aprendido”) son los rasgos definitorios de la respuesta in- tancia a través de moléculas que actúan como portadoras de

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INMUNOLOGÍA

información. La otra ventaja reside en el hecho de que, al no posibilita que el sistema inmunitario posea un alto grado de
ser permanentes los contactos intercelulares, todo linfocito regulación interna.
puede contactar con diversos tipos de linfocitos y con las cé-
lulas accesorias como los monocitos-macrófagos o células Bibliografía especial
dendríticas, dependiendo de las circunstancias y de la pre- MARRACK P, KAPPLER J. Subversion of the immune system by patho-
sencia de un estímulo inmunogénico. Esta libertad de los lin- gens. Cell 1994; 76: 323-332.
focitos de conectar entre sí constituye la base estructural que PAUL W. Fundamental immunology. Nueva York, Raven Press, 1993.

Órganos y células del sistema inmunitario


T. Gallart y J. Vives Puiggròs

(8.a semana de gestación); más tarde aparecen en la médula


Órganos del sistema inmunitario ósea (a partir del 5.o mes), la cual constituye el único sitio he-
matopoyético de la vida posnatal (para la estructura de la mé-
dula ósea, véase la sección Hematología). Las CHP tienen la
Órganos primarios y secundarios propiedad de reproducirse a sí mismas y de originar proge-
nies de células con una capacidad diferenciadora más restrin-
Los linfocitos son las células responsables de la respuesta gida, las cuales, bajo microambientes diferenciadores apro-
inmunitaria específica y, al igual que todas las células hemá- piados, dan lugar a las distintas células hemáticas maduras.
ticas, derivan de la célula hematopoyética primordial pluri- Entre estas progenies está el progenitor linfoide común. En
potente (CHP). Los linfocitos se distribuyen por todo el orga- los mamíferos, el progenitor linfoide común puede madurar
nismo en los distintos órganos y tejidos linfáticos o linfoides, en dos microambientes distintos: en la propia médula ósea
a cuyo conjunto también se designa como sistema linfático (o en los otros sitios hematopoyéticos fetales) o en el timo.
o linfoide. Inmunológicamente, los órganos linfoides se divi- Como ya se ha indicado, los que lo hacen en la médula ósea
den en primarios (o centrales) y secundarios (o periféricos). se denominan linfocitos B y son células especializadas en la
Los primarios son aquellos en donde los linfocitos se origi- producción de anticuerpos y son responsables de las respues-
nan y maduran a partir de las CHP, mediante un proceso in- tas de anticuerpos frente a los estímulos antigénicos. Los lin-
dependiente del estímulo antigénico; en los mamíferos son focitos B inician su aparición a partir de la 8.a semana de ges-
la médula ósea (y los otros sitios hematopoyéticos fetales) y tación, en el hígado fetal, el epiplón fetal y la esplacnopleura
el timo. Los linfocitos que maduran en la médula ósea se de- y, más tarde, en la médula ósea. Durante la vida posnatal, la
nominan linfocitos B y son los responsables de las respuestas linfopoyesis B solamente ocurre en la médula ósea. En las
de anticuerpos frente al estímulo antigénico. Los que madu- aves, los progenitores linfoides derivados de la CHP migran y
ran en el timo se denominan linfocitos T y son los responsa- maduran hasta linfocitos B en un órgano linfoepitelial retroce-
bles de las respuestas inmunes mediadas por células como el cal especializado, denominado bolsa de Fabricio.
rechazo de injertos y las reacciones de hipersensibilidad Los progenitores linfoides que migran hacia el timo madu-
retardada. Una vez maduros, los linfocitos pasan a la perife- ran en este órgano hasta convertirse en linfocitos T, los cuales
ria, distribuyéndose en los órganos y tejidos linfoides secun- están especializados en la expresión del receptor antigénico
darios, donde desarrollan las respuestas frente al antígeno. de las células T (TCR) y son responsables de las respuestas
Tales órganos y tejidos no deben considerarse compartimien- inmunes mediadas por células (como el rechazo de injertos,
tos estancos, sino más bien como “estaciones” en el flujo mi- las reacciones de hipersensibilidad retardada y las funciones
gratorio continuo de los linfocitos a través de las circulacio- de cooperación para que los linfocitos B produzcan anticuer-
nes sanguínea y linfática; incluyen órganos bien delimitados pos).
y encapsulados, como los ganglios linfáticos y el bazo, y El timo es un órgano bilobulado situado en el mediastino
agrupaciones no encapsuladas, como el tejido linfoide aso- anterior, sobre el pericardio. Deriva de un esbozo epitelial
ciado a las mucosas (MALT). Los órganos linfoides secunda- formado a partir de la tercera y la cuarta bolsas faríngeas y su
rios presentan las características comunes de mostrar áreas aparición en el embrión es muy temprana. El parénquima tí-
de linfocitos T y B y de contener abundantes células auxilia- mico está formado por una malla de células epiteliales relle-
res como macrófagos y células dendríticas que no participan na de células linfoides en desarrollo (timocitos) y se organiza
en el reconocimiento específico del antígeno, pero que tie- formando lobulillos. En cada lobulillo hay una zona externa
nen importancia decisiva en el procesamiento y la presenta- o corteza, donde se hallan densamente apretados la mayoría
ción del antígeno de forma apropiada para que los linfocitos de los timocitos (85-90%), y una zona interna o médula con
puedan reconocerlo. Los órganos linfoides secundarios se escasos timocitos. Las células epiteliales adoptan diversas
distribuyen de forma tal que garantizan que cualquier sustan- formas, como se muestra en la figura 20.1. En la unión corti-
cia extraña (antígeno) que aparezca en el organismo ya sea comedular se hallan también elementos no epiteliales, como
por la sangre (bazo), ya sea en territorios viscerales profun- macrófagos, y células dendríticas interdigitadas derivadas de
dos o en los territorios cutáneos o mucosos (ganglios linfáti- la médula ósea que muestran fuerte expresión de moléculas
cos y MALT) pueda ser filtrada y retenida en ellos. del complejo principal de histocompatibilidad (MHC) de cla-
se II; en la médula se hallan los corpúsculos de Hassal, es-
tructuras concéntricas de células epiteliales y macrófagos
Órganos linfoides primarios: médula ósea cuya función todavía se desconoce. A partir de la 8.a-9.a se-
(y otros tejidos hematopoyéticos fetales) y timo manas de gestación la malla epitelial tímica se halla ya po-
blada de timocitos. El tamaño del timo aumenta durante la
Las CHP, de origen mesodérmico, aparecen inicialmente vida fetal y posnatal hasta la pubertad, momento en que em-
en el embrión en el saco vitelino y luego se trasladan hacia el pieza a involucionar (peso medio de 22 g en el momento del
epiplón fetal y la esplacnopleura paraórtica y el hígado fetal nacimiento frente a unos 6 g en adultos).

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ÓRGANOS Y CÉLULAS DEL SISTEMA INMUNITARIO

Célula epitelial Tabique


subcapsular Cápsula conjuntivo Seno Cápsula
(célula nodriza) interlobulillar subcapsular colágena
(marginal)
Corteza
Vénula Paracorteza
Timocitos de endotelio
alto Médula
Células
epiteliales Hilio
de la Linfático
corteza Folículo eferente
primario
Corteza Arteria
Centro Vena
germinal
de folículo Cordones
secundario medulares

Linfático
Timocitos aferente Trabécula
Macrófagos

Médula A
Célula
epitelial
“estrellada”

Manto folicular
Corpúsculo Células dendríticas
de Hassall interdigitadas

Fig. 20.1. Representación esquemática de la histología de un lobuli-


llo tímico.
Folículo
(células B)

La entrada de los progenitores linfoides en el timo es esca-


sa y se produce en forma de sólo dos o tres oleadas durante
el desarrollo embrionario bajo influencias quimiotácticas del
rudimento epitelial tímico que todavía se desconocen. Estos
progenitores se localizan en la subcorteza, se reproducen a sí
mismos y dan origen a todos los demás timocitos, la mayoría Arteriola Centro germinal
de los cuales (más del 96%) mueren in situ por un proceso
de apoptosis (muerte celular distinta de la necrosis que se
inicia en el núcleo por la degradación del DNA). Los timoci-
tos corticales son sensibles a los glucocorticoides que provo- Área de células T
Zona marginal
can su muerte por apoptosis; se cree que la involución tími-
ca a partir de la pubertad refleja este efecto de las hormonas B
esteroides. El contacto de los timocitos con las moléculas del Fig. 20.2. Representación esquemática de la histología de un gan-
MHC de clases I y II expresadas por las células epiteliales tí- glio linfático (A) y de un manguito periarteriolar de la pulpa blanca
micas y por las células dendríticas derivadas de la médula del bazo (B).
ósea es esencial para la maduración de las células T (véase
Linfocitos T, más adelante). La ausencia del timo por defec-
tos congénitos (cepa de ratones “denudos” o pacientes con Los vasos sanguíneos ganglionares entran y salen por el hilio.
el síndrome de Di George) o por extirpación quirúrgica La linfa entra en el ganglio por varios vasos linfáticos aferen-
(como la timectomía neonatal en el ratón) antes de finalizar tes y sale por un solo vaso linfático eferente situado en el hi-
el desarrollo del sistema inmunitario ocasiona una inmuno- lio. En la histología de un ganglio se hallan la corteza o zona
deficiencia grave por déficit de linfocitos T. Este papel crítico de células B, la paracorteza o zona de células T (en su mayo-
lo desempeña durante el desarrollo ontogénico, puesto que ría CD4+) y una médula central con cordones medulares
la timectomía en un animal adulto (o no adulto pero con el donde se encuentran linfocitos T y B, células plasmáticas y
desarrollo del sistema inmunitario completo) no ocasiona un abundantes macrófagos. La mayoría de los linfocitos se ha-
déficit inmune. llan en la corteza y la paracorteza. Las células B de la corteza
se organizan formando agrupaciones ovoides o folículos lin-
foides, en estrecho contacto con una malla de células dendrí-
Órganos linfoides secundarios: ganglios ticas centrofoliculares. Los folículos linfoides pueden ser pri-
linfáticos, tejido asociado a las mucosas y bazo marios o secundarios. En los secundarios existe una zona
central con intensa actividad proliferativa, el centro germinal,
Los ganglios linfáticos tienen forma reniforme y su longi- que corresponde a linfocitos B activados y proliferantes en
tud y grosor son siempre inferiores a 1 y 0,5 cm, respectiva- respuesta al estímulo antigénico.
mente, excepto si se hallan estimulados (fig. 20.2). Están dis- El MALT se localiza en la submucosa de los tractos gas-
tribuidos por todo el organismo en las ramificaciones de los trointestinal, respiratorio y genitourinario en forma de acu-
vasos linfáticos, formando una red que drena y filtra la linfa mulaciones nodulares no encapsuladas, como las amígdalas
procedente de los espacios tisulares. Se agrupan formando y adenoides en la nasofaringe o las placas de Peyer en el in-
cadenas estratégicamente situadas (en zonas como cuello, testino; se organizan en áreas T y B semejantes a las de los
ingles, axilas, mediastino y cavidad peritoneal) para drenar ganglios, con predominio de los linfocitos B sobre los T, y
tanto los territorios superficiales como las vísceras profundas. son muy abundantes los centros germinales, especialmente

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INMUNOLOGÍA

en las amígdalas. El epitelio intestinal que recubre las placas la que cada segundo entran en un ganglio 10.000 linfocitos).
de Peyer contiene células con abundantes micropliegues Las HEV pueden también aparecer en territorios tisulares no
(células M) que están especializadas en el transporte de antí- linfoides con procesos de inflamación crónica como conse-
genos desde la luz intestinal hacia el MALT. En las submuco- cuencia del efecto de citocinas activadoras del endotelio
sas se hallan también agregados difusos de linfocitos T acti- como interleucina 1 (IL-1), factor de necrosis tumoral alfa
vados, linfocitos B y células plasmáticas productoras de IgA, (TNF-α), IL-6 e interferón gamma (IFN-γ). Dicha extravasación
principalmente. Hay también linfocitos intraepiteliales consti- no ocurre al azar sino que está regulada por la interacción de
tuidos sobre todo por linfocitos T CD8+ portadores del deno- moléculas de adhesión de la membrana linfocitaria (a las que
minado receptor antigénico de las células T, TCRδ-γ (véanse de forma genérica hace años se denominó receptores de
Linfocitos T y Receptor antigénico de las células T). asentamiento linfocitario) con moléculas (también denomi-
En la histología del bazo hay que distinguir la pulpa roja, nadas “diriginas” de forma genérica) presentes en las HEV;
cuyos macrófagos están implicados en la destrucción de los entre estas moléculas están las selectinas, las integrinas leuco-
hematíes envejecidos, y la pulpa blanca, integrada en el teji- citarias y la molécula CD44 (véase Integrinas y otras molécu-
do linfoide, el cual se organiza alrededor de las arteriolas a las de adhesión). En el bazo, que carece de HEV, los linfoci-
modo de manguitos (manguito linfoide periarteriolar o tos de la sangre entran a través de los senos venosos de la
PALS). La parte del manguito que contacta con la arteriola zona marginal, y se desconoce cuáles son los factores que re-
está constituido por linfocitos T (CD4+ predominantemente), gulan este tránsito. Por otro lado, los linfocitos del MALT pare-
y los linfocitos B forman prominencias redondeadas o folícu- cen mostrar preferencia por regresar y recircular dentro del
los que sobresalen del manguito; en los folículos estimula- propio MALT, lo que se debería a ciertos receptores de asen-
dos, dentro de estas prominencias se forma el centro germi- tamiento linfocitario privativos de las HEV del MALT que no
nal (fig. 20.2). Entre el PALS y la pulpa roja se halla la zona se hallan en las HEV de los ganglios linfáticos.
marginal donde se observan linfocitos T y B y abundantes Se calcula que cada hora recircula el 1-2% de los linfoci-
macrófagos. Después de pasar por el manguito, la arteriola se tos. Este tránsito continuo constituye un rasgo esencial de la
bifurca en dos; las terminaciones capilares de una de ellas fisiología del sistema inmune, puesto que implica incremen-
acaban en los sinusoides venosos de la pulpa roja, mientras tar las probabilidades de que los escasos linfocitos T y B es-
que las de la otra lo hacen en los sinusoides venosos de la pecíficos de un determinado antígeno tengan oportunidad
zona marginal, que es por donde los linfocitos T y B (pero no de encontrarlo, sea cual fuere su puerta de entrada. La esti-
las otras células hemáticas) entran desde la sangre; los linfo- mulación antigénica afecta profundamente el tránsito linfoci-
citos abandonan el PALS también por la zona marginal y, a tario; así, durante las primeras 24 h de la entrada de un antí-
través de los sinusoides venosos, llegan a la vena esplénica, geno en un ganglio linfático, se reduce drásticamente la
que desemboca en la vena porta. Inmunológicamente, la salida de linfocitos por el vaso eferente y, además, la entrada
principal diferencia del bazo con los ganglios es que está es- de linfocitos desde la sangre por las HEV puede multiplicarse
pecializado en las respuestas contra antígenos que llegan por hasta por 3-10 veces, lo que determina que el ganglio sea ca-
la sangre. paz de duplicar su peso en 24 h. Este reclutamiento inespecí-
fico de linfocitos incrementa las probabilidades de que entre
ellos se encuentren los linfocitos específicos de un antígeno
Tránsito linfocitario capaces de iniciar la respuesta frente a dicho antígeno.

Los linfocitos presentan un movimiento migratorio conti-


nuo. Una vez maduros, los linfocitos T y B abandonan el
timo y la médula ósea, respectivamente, y pasan a la circula-
ción sanguínea distribuyéndose por los órganos linfoides se- Células del sistema inmunitario
cundarios, donde se localizan en las correspondientes áreas
de células T y B. Estos linfocitos presentes en los órganos lin-
foides secundarios no son componentes fijos, sino sólo resi-
dentes temporales mientras dura su tránsito a través de ellos. Linfocitos T y B. Concepto de selección clonal.
Este tránsito continuo ocurre con los linfocitos “naive” o “vír- Marcadores linfocitarios
genes” (los que todavía no han entrado en contacto con el
antígeno), así como con los linfocitos memoria que se gene- Los linfocitos son las células responsables de las respuestas
ran tras la respuesta primaria a un antígeno; por el contrario, inmunes específicas. Se desarrollan a partir de progenitores
los linfocitos activados y proliferantes como consecuen- linfoides inmaduros derivados de la CHP y se dividen en dos
cia de su respuesta a un antígeno, pierden su capacidad de grandes linajes, linfocitos B y linfocitos T, según que estos pro-
circular y quedan retenidos en el órgano o tejido linfoide se- genitores linfoides maduren en los propios sitios hematopoyé-
cundario, lo que queda bien ejemplificado en las células B ticos o en el timo, respectivamente. Los linfocitos B están
del centro germinal. especializados en la producción de anticuerpos o inmunoglo-
En los ganglios linfáticos y demás tejidos linfoides, los lin- bulinas y son los responsables de la respuesta de anticuerpos
focitos tienen dos vías de entrada, por la sangre y por los linfá- frente a un estímulo antigénico. Los linfocitos T son responsa-
ticos aferentes, mientras que sólo tienen una vía de salida, el bles de las respuestas inmunes mediadas por células, como el
vaso linfático eferente. Desde éste prosiguen su tránsito a tra- rechazo de injertos, la reacción del injerto contra el huésped,
vés de toda la circulación linfática, hasta llegar al conducto la citotoxicidad contra células infectadas por virus y las reac-
torácico, por donde regresan de nuevo a la circulación san- ciones cutáneas de hipersensibilidad retardada, así como de
guínea. A este circuito (sangre-sistema linfático-sangre) se lo complejas funciones de cooperación para que se desarrollen
denomina también recirculación linfocitaria y es recorrido todas las formas de respuestas inmunes, incluida la respuesta
por un linfocito en 16-24 h. En el bazo, los linfocitos entran y de anticuerpos por los linfocitos B. El fenómeno primario y
salen sólo por vía sanguínea y tardan unas 5-7 h en atravesar- esencial de toda respuesta inmune es el reconocimiento del
lo. Los linfocitos de la sangre entran en los ganglios linfáticos antígeno por los linfocitos T y B, que se consigue gracias a la
y demás tejidos linfoides a través de las denominadas vénulas presencia en su membrana de receptores específicos para di-
poscapilares de endotelio alto (HEV). Estas vénulas deben su cho antígeno. En el caso de los linfocitos B, este receptor está
nombre al aspecto grande, cuboide, de las células endotelia- constituido por inmunoglobulinas de membrana (mIg), que
les que las recubren y se hallan en todos los órganos linfoides se hallan asociadas de forma no covalente con el dímero
periféricos, excepto el bazo. Dichas células endoteliales cons- Ig-α/Ig-β (véase Inmunoglobulinas). En el caso de los linfo-
tituyen una forma activada de células endoteliales, especiali- citos T, lo constituye el TCR, que se halla asociado de forma
zadas en permitir una alta extravasación linfocitaria (se calcu- no covalente a las moléculas CD3 (véase Receptor antigénico

2668
ÓRGANOS Y CÉLULAS DEL SISTEMA INMUNITARIO

de las células T). Un sistema especial de reordenamiento de les que las morfológicas; estas pruebas se designan genérica-
estos genes, sistema que sólo poseen los linfocitos T y B, ga- mente como marcadores linfocitarios. Los primeros marca-
rantiza que durante su desarrollo en los órganos linfoides pri- dores de este tipo fueron la detección de mIg para reconocer
marios, cada clona linfocitaria (clona = una célula y todas las los linfocitos B, las rosetas espontáneas con hematíes de car-
células derivadas de ella por división celular) adquiera un re- nero para identificar a los linfocitos T y las rosetas con hema-
ceptor antigénico (inmunoglobulina en el caso de los linfoci- tíes de ratón para identificar a una subpoblación de linfoci-
tos B, TCR en el caso de los linfocitos T) con un único sitio de tos B (linfocitos B CD5+; véase más adelante). Actualmente
unión al antígeno, es decir, con una sola especificidad, que existe un verdadero arsenal de anticuerpos monoclonales
es diferente de la de los receptores de las otras clonas linfoci- murinos obtenidos por la metodología de hibridomas que
tarias. El repertorio de especificidades distribuidas clonal- reconocen gran variedad de moléculas expresadas de forma
mente entre los distintos linfocitos T y B maduros es enorme. diferencial por los linfocitos T y B y otras células leucoci-
Ello permite que haya siempre linfocitos, aunque sea en muy tarias, existiendo una clasificación y nomenclatura interna-
bajo número, con receptores específicos para epítopos de las cionales de las moléculas reconocidas por tales anticuerpos
múltiples (potencialmente millones) sustancias extrañas (an- monoclonales, establecidas en reuniones internacionales
tígenos) que pueden penetrar en el organismo de un indi- llevadas a cabo por grupos reducidos de expertos. Genéri-
viduo. Las clonas linfocitarias en desarrollo que adquieren camente, se denominan antígenos de diferenciación de leuco-
receptores específicos de autoantígenos, son eliminadas físi- citos humanos y se designan como CD (cluster of differentia-
camente (deleción clonal) o funcionalmente (anergia clo- tion; el término cluster se refiere al grupo de anticuerpos
nal), garantizándose así la tolerancia a los propios compo- monoclonales que detectan la molécula en cuestión). La
nentes. Una vez maduras, las clonas linfocitarias pasan a la molécula de los linfocitos T responsable de las clásicas rose-
periferia, circulando y recirculando por los órganos linfoides tas con hematíes de carnero corresponde, por ejemplo, al
secundarios, donde desarrollarán las respuestas cuando en- CD2. De todas formas, hay que destacar que el marcador de-
cuentren el antígeno para el que son específicas. Dichas res- finitivo del linaje T o B corresponde a la demostración del
puestas obedecen al principio de selección clonal, de forma tipo de receptor antigénico que los define, a saber, las mIg
que el antígeno “selecciona” (es decir, se une de forma selec- para los linfocitos B, y el TCR-CD3 para los linfocitos T, mar-
tiva) a clonas de linfocitos T y/o B con receptores específicos cadores que no tienen asignado un CD. No es posible en esta
para él; ello determina la activación y proliferación de dichas obra describir todos los CD, ni siquiera su simple enumera-
clonas y la consiguiente amplificación clonal del número de ción, por cuanto existen ya 130 distintos definidos en Boston
linfocitos específicos para ese antígeno. Esta ampliación del en 1994; se utilizarán sólo aquellos que sean pertinentes en
número de linfocitos específicos de antígeno garantiza que la los correspondientes apartados.
respuesta secundaria frente al mismo antígeno se comporte
como una respuesta con memoria, es decir, sea mucho más
rápida, eficaz e intensa. Linfocitos B
Los linfocitos maduros son células pequeñas, redondas,
con un diámetro que varía entre 6-10 µm, con muy escaso ci- Desarrollo de los linfocitos B en los tejidos hematopoyéticos
toplasma (véase la sección Hematología). Se originan en los
órganos linfoides primarios a un ritmo muy acelerado En el desarrollo de los linfocitos B en la médula ósea o en
(109/día), si bien la mayoría de ellos no pasan a la periferia, los otros tejidos hematopoyéticos fetales, se distinguen los
sino que mueren in situ. Un adulto humano contiene unas siguientes estadios secuenciales (fig. 20.3): a) células pro-B o
1012 células linfoides, y el tejido linfoide representa el 2% del progenitores linfoides que todavía no han empezado a reor-
peso corporal. A pesar de las grandes diferencias biológicas denar los genes de las inmunoglobulinas, si bien ya están
entre linfocitos T y B, morfológicamente son indistinguibles. “comprometidos” para convertirse en linfocitos B; b) células
Para poder distinguirlos e identificarlos hay que recurrir a pre-B iniciales (también denominadas pre-pre-B) que han ini-
pruebas que detectan propiedades y características más suti- ciado los primeros reordenamientos de los genes (DH y JH)

B “blásticos” Célula
CHP Pro-B Pre-pre-B Pre-B B inmaduro B maduro B activado proliferación plasmática
µψLC IgM IgM IgM IgM

DH-JH
reordenados

IgD IgD

IgM/IgG/IgA/IgE

Linfocitos B memoria

Fig. 20.3. Eje madurativo de los linfocitos B definido en función de la forma de expresión de los genes de las inmunoglobulinas. El desarrollo de
los linfocitos B desde los progenitores linfoides derivados de la célula hematopoyética primordial (CHP) hasta el estadio de linfocitos B maduros
(mIgM/mIgD) se produce en los sitios hematopoyéticos (médula ósea durante la vida posnatal, médula ósea y otros sitios hematopoyéticos feta-
les; véase el texto) y es un proceso independiente de estímulos antigénicos exógenos. Los otros cambios madurativos son inducidos por el estímu-
lo antigénico y, en el caso de los antígenos dependientes de los linfocitos T, es imprescindible la cooperación de linfocitos T CD4+, I-I = dímero
Ig-α/Ig-β.

2669
INMUNOLOGÍA

Pre-B inicial B “blástico” Célula


Pro-B (pre-pre-B) Pre-B tardía B inmaduro B maduro B activado proliferación plasmática
HLA de clase II

CD 19

CD 24

CD 22

CD 21

CD 20

CD 10

CD 38

CD 34

CD 37

CD 40

CD 72

CD 23

CD 25

CD98 (4F2)

CD 54

CD 30

CD 69

CD 71

CD 39

CD80 (B7)

CD 28

TdT

Fig. 20.4. Expresión de moléculas de membrana distintas de las inmunoglobulinas a lo largo del eje madurativo de los linfocitos B humanos.
Los recuadros en negro indican expresión de membrana; los recuadros rayados denotan expresión nuclear en el caso de la Tdt e intracitoplásmica
en el caso del CD22. TdT: desoxinucleotidiltransferasa terminal; CD: cluster of differentiation.

de las cadenas H de las inmunoglobulinas; c) células pre-B- tre estos marcadores linfocitarios, los más conocidos y usa-
tardías, que ya sintetizan cadenas µ, las cuales permanecen dos incluyen las moléculas HLA de clase II, CD19, CD24,
en el citoplasma en su mayor parte, si bien una pequeña por- CD22, CD20 y CD21, así como, más recientemente, muchos
ción se expresan en la membrana con las seudocadenas li- otros que también se indican en la figura 20.4. Las células
geras (psiLC) formando la mIgM subrogada (véase Inmuno- pro-B y pre-pre-B tienen aspecto blástico y actividad prolife-
globulinas); d) linfocitos B inmaduros, que ya sintetizan rativa, mientras que las pre-B tardías son ya quiescentes. Las
cadenas ligeras (bien de tipo κ, bien de tipo λ) y expresan células pro-B y pre-pre-B expresan la enzima intracelular TdT
IgM en la membrana (mIgM), y e) linfocitos B maduros o lin- (desoxinucleotidiltransferasa terminal) que causa el añadido
focitos B que coexpresan mIgM y mIgD; en un mismo linfoci- de nucleótidos (uniones N) sin molde a los segmentos géni-
to B ambas inmunoglobulinas tienen las mismas cadenas li- cos DH. La tasa de producción de células B precoces en los
geras (bien κ, bien λ) y la misma especificidad, es decir, las sitios hematopoyéticos es enorme, pero la mayoría (más del
mismas regiones VH y VL, y no las cambiarán a lo largo de 75%) muere in situ, por un proceso de apoptosis; estas célu-
toda su existencia (véase Inmunoglobulinas). Tanto la mIgM las B eliminadas incluyen las que no han logrado reordenar
subrogada de las células pre-B tardías como la mIgM auténti- los genes de las inmunoglobulinas, así como aquellas que
ca y la mIgD se hallan asociadas al dímero Ig-α/Ig-β (véase adquieren mIgM de una especificidad fuertemente reactiva
Inmunoglobulinas en Moléculas que reconocen el antígeno). para los autoantígenos presentes en el sitio hematopoyético.
En dicho receptor sólo las mIg reconocen al antígeno, mien- Los linfocitos B con sólo mIgM se denominan inmaduros,
tras que el dímero Ig-α/Ig-β constituye una molécula auxiliar porque el encuentro con el antígeno, en lugar de promover
que, por un lado, permite el anclaje de las inmunoglobulinas su proliferación y expansión clonal, suele propiciar su muer-
en la membrana y, por otro, permite la transducción de seña- te por apoptosis (deleción clonal) o bien determinar un esta-
les al interior de la célula cuando el antígeno se une a las do mal conocido de inactivación o incapacidad de res-
mIg, un papel equiparable al que desempeñan en los linfoci- ponder al antígeno, denominado anergia clonal (véase
tos T, las moléculas CD3 asociadas al TCR. En esta secuencia Tolerancia). Las células B precoces (pro-B y pre-B) represen-
madurativa se produce también la expresión ordenada de tan menos del 1% del total de células presentes en la médula
otras moléculas de membrana o intracelulares (fig. 20.1). En- ósea de un adulto.

2670
ÓRGANOS Y CÉLULAS DEL SISTEMA INMUNITARIO

Cambios de los linfocitos B maduros en respuesta cambios puntuales en algunos pocos aminoácidos de las re-
al estímulo antigénico giones determinantes de la complementariedad (CDR) debido
a hipermutaciones de los genes VH y/o VL, cambios que de-
Los linfocitos mIgM/mIgD son células quiescentes que, terminan una mayor afinidad para unirse al antígeno. Los lin-
una vez en la periferia, circulan y recirculan a través de los focitos B memoria son los precursores inmediatos de las ASC
órganos linfoides secundarios. Si no encuentran el antígeno que producen IgG o IgA o IgE durante la respuesta secunda-
o bien lo encuentran sin la ayuda de células T, probablemen- ria a anticuerpos.
te mueren en unos 3-4 días o se convierten en células “anér-
gicas”. Si lo encuentran en condiciones apropiadas, es decir, Activación de los linfocitos B a través de las mIg/dímero
con la cooperación de linfocitos T CD4+, experimentan un
proceso de activación (entrada en la fase G1 del ciclo celu- Ig-α/Ig-β y moléculas accesorias de la membrana
lar) y proliferación, con la consiguiente expansión clonal, de los linfocitos B que intervienen en dicha activación
esto es, aumento por división celular del número de linfoci-
tos B específicos del antígeno en cuestión. Una parte de las El ligamiento cruzado o “puenteo” de las mIg por el antí-
células proliferantes se diferencian o maduran hasta células geno (o bien mediante anticuerpos antiinmunoglobulina
secretoras de anticuerpos (ASC), que secretan en gran canti- que es el sistema in vitro que permite estudiarlo) transduce
dad la IgM que antes expresaban en la membrana, y otra par- señales activadoras en el interior de la célula que determi-
te revierte a un estado de linfocitos B quiescentes y recircu- nan la entrada de ésta en la fase G1 del ciclo celular dentro
lantes que pueden sobrevivir meses o años constituyendo las de las 24 h, proceso que se caracteriza por: aumento del
células B memoria. Estos fenómenos ocurren en los órganos tamaño celular (adquisición de aspecto “blástico”), hiper-
linfoides secundarios, y las células B memoria se generan en expresión de moléculas MHC de clase II, pérdida de la ex-
los centros germinales, de los folículos linfoides. Si bien las presión de mIgD, expresión de antígenos de activación
ASC se generan en los órganos linfoides, no quedan reteni- [receptores de IL-2 (IL-2R) y de otras citocinas y otros antíge-
das en ellos sino que migran hacia la médula ósea, donde nos de activación como CD23, CD80 (87), disminución de la
maduran hasta su estadio terminal de célula plasmática dota- expresión de otras moléculas de membrana (como CD21,
da de escasos días de vida media. Los linfocitos B memoria CD24 y otras; fig. 20.4), formación de agregados celulares
han perdido la expresión de mIgD y han cambiado la clase mediados por moléculas de adhesión (sobre todo a través
de sus mIg, de modo que expresan mIgG o mIgA o mIgE o de la integrina leucocitaria CD11a/CD18 (o antígeno de fun-
combinaciones de mIgM/mIgG o mIgM/mIgA o, incluso, ción leucocitaria-1, LFA-1) y su unión a las moléculas de ad-
mIgM/mIgG/mIgA, pero siguen expresando el mismo tipo de hesión intercelular ICAM-1, ICAM-2 e ICAM-3) y síntesis de
cadenas ligeras y las mismas regiones VH-VL. Aunque expre- RNA. Esta activación a través de la mIg es tanto más efectiva
san las mismas regiones VH y VL, éstas han experimentado cuanto mayor sea el grado de ligamiento cruzado de las

Ag directamente opsonizado por complemento


Complejo Ag-Ac que ha fijado complemento
Puente disulfuro
IgM membrana Ag
Residuos tirosina C3dg
VH

Residuos serina/treonina CD21 (CR2)


VL
1
CH

CL

CD-19
CH2

CH3

Ig-β
Ig-α
CH4 Leu-13

Tapa-1

PTK-72
Citoplasma (psyk) Lyn

Lyn
bpk Fyn P85
Membrana
Otras src-cinasaS
(?)
P110
PI3-cinasa

Fig. 20.5. Esquema hipotético de la arquitectura del receptor para el antígeno de las células B (BCR) constituido por la asociación no covalente
de la inmunoglobulina de membrana (mIg) con el dímero Ig-α(mb-1)/Ig-β(B29), donde el receptor propiamente dicho (el que es capaz de unirse
al antígeno de forma específica) está constituido sólo por la mIg. Se indica también la asociación del BCR con el complejo no covalente que for-
man las moléculas CD21 (CR2), CD19, y las proteínas Leu-13 y TAPA-1 (CD81) así como las proteintirosincinasas intracelulares conocidas a las
que el BCR y el complejo CD21-CD19 se asocian. Nótese que, a diferencia de otros esquemas sobre esta cuestión basados en datos del sistema
murino, se coloca la cadena Ig-β(B29) en contacto con las cadenas pesadas de la mIg. Las cadenas Ig-α e Ig-β se designan también como CD79a
y CD79b, respectivamente.

2671
INMUNOLOGÍA

Linfocito T CD4+ Hapteno Portador


activado

LFA-1
(CD11a/CD18)
TCR-α−Β CD45 RO
CD23 CD40L ICAM-1,2,3 CD5
CD2 CD28 CD4
CD3

Inducción de activación
“Ayuda”

CD72

MHC
clase II ICAM-1,2,3
CD40 (LFA3) CD80 LFA-1 CD22
CD21 CD58 (CD11a/CD18)

Linfocito B activado
Ag
Péptido
portador

Fig. 20.6. Principales interacciones moleculares por contacto en la cooperación entre linfocito T CD4+ y linfocito B para la respuesta de anticuer-
pos frente a un antígeno dependiente de linfocitos T. El linfocito B ha captado el antígeno a través de sus mIg y, después de procesarlo (degradar-
lo), presenta en su membrana fragmentos peptídicos del antígeno unidos a las moléculas MHC de clase II que son reconocidos por el receptor de
los linfocitos T (TCR) CD4+ que habrán sido inicialmente activados contra el mismo péptido presentado por otra célula presentadora del antígeno
(p. ej., un macrófago). La forma de las moléculas es por conveniencia; se han dibujado en negro aquellas que sólo aparecen tras la activación o
que incrementan mucho su expresión tras la activación. La molécula CD11a/CD18 (LFA-1) se ha dibujado rayada para denotar el incremento de
“avidez” para sus ligandos que experimenta muy tempranamente tras la activación. El antígeno T dependiente se ha representado por un hapteno-
portador; los círculos blancos representan el hapteno, que es el epítopo reconocido por los linfocitos B; el rectángulo negro representa el portador
y contiene los epítopos reconocidos por los linfocitos T CD4+.

mIg. Sin embargo, por muy efectiva que sea, la progresión Hay muchas moléculas de la membrana de los linfocitos B
hacia la proliferación y la maduración hacia ASC no se pro- que tienen un papel regulador de la activación de éstos a tra-
ducen sin la cooperación de células T a través de contactos vés de la mIg/dímero Ig-α/Ig-β. De forma genérica se las deno-
físicos célula T-célula B y de citocinas promotoras de la pro- mina accesorias con respecto al papel primario que desempe-
liferación y maduración (IL-2, IL-4, IL-10, IL-6) secretadas por ñan las mIg, las cuales, además, determinan la especificidad
los linfocitos T y células auxiliares como monocitos/ma- de la activación por el antígeno. Algunas de estas moléculas
crófagos. Los contactos físicos T-B pueden ser de dos tipos: están implicadas en establecer los contactos adhesivos no es-
a) contacto específico de antígeno y restringido por el MHC, pecíficos de antígeno y no restringidos por el MHC antes indi-
en el que el linfocito B actúa como célula presentadora del cado. En la figura 20.6 se esquematizan las interacciones me-
antígeno para los linfocitos T (véanse Células presentadoras jor conocidas hasta ahora. Entre dichas moléculas accesorias
del antígeno, más adelante y el capítulo Respuesta de anti- hay que mencionar:
cuerpos), y b) contacto no específico de antígeno e inde- 1. El complejo formado por las moléculas CD21 y CD19,
pendiente del MHC que se indican más adelante. que se halla asociado de forma no covalente al complejo
La activación inducida por el ligamiento cruzado de las mIg/dímero Ig-α/Ig-β; dicho complejo CD21-CD19 actúa como
mIg se genera por la acción del dímero Ig-α/Ig-β que actúa un correceptor del antígeno opsonizado por complemento,
como módulo transductor de cambios moleculares intracelu- ya que la molécula CD21 constituye el receptor del comple-
lares. Estos fenómenos moleculares se inician en cuestión de mento CR2 que se une al CD3dg y iC3b; es asimismo el recep-
segundos o minutos e incluyen como mínimo: activación tor del virus de Epstein-Barr. Por otro lado, la molécula CD19
de las tirosincinasas asociadas al dímero Ig-α/Ig-β (fig. 20.5) tiene una larga prolongación intracitoplasmática, estando
que catalizan la fosforilación de varios sustratos intracelula- fuertemente asociada a la proteintirosincinasa L y n. El coliga-
res, incluidas ellas mismas, así como la fosfolipasa C gamma miento de las mIg y del complejo CD21-CD19, a través de la
(PLC-γ) y el propio dímero Ig-α/Ig-β; la fosforilación de la PLC unión específica de las mIg al antígeno y de la unión del
probablemente causa su activación y luego cataliza la hidró- C3dg al CD21, implicaría una mayor eficacia para transducir
lisis de fosfoinositoles, generándose inositoltrifosfato (IP3) y señales activadoras al interior de las células B, aun cuando
diacilglicerol (DAG) que, a su vez, causan, respectivamente, haya muy bajas concentraciones de antígeno, y/o las mIg
aumento del calcio libre intracelular (primero por descarga muestren baja afinidad.
de los depósitos internos y después por entrada de calcio 2. Las integrinas leucocitarias (véase Integrinas y otras mo-
extracelular) y activación de la proteincinasa C (PKC). La léculas de adhesión).
activación de la PLC-γ podría ser también debida a una pro- 3. La molécula CD40, una fosfoproteína glucosilada de
teína copuladora de GTP (proteína G), aunque esto aún no 48 kD que se expresa en los linfocitos B y en otros tipos celu-
se ha aclarado. lares (células dendríticas, células dendríticas centrofolicula-

2672
ÓRGANOS Y CÉLULAS DEL SISTEMA INMUNITARIO

res, macrófagos activados, células epiteliales tímicas, así


como en algunos carcinomas) y cuyo ligando natural es la
molécula CD40L que se expresa en las células T una vez acti- TIMO
vadas y cuyo gen se halla en el brazo largo del cromosoma

Pretimocitos
X. La interacción de CD40 de los linfocitos B con el CD40L en (5%)
TdT CD2 TCR δ−γ
las células T activadas constituye una cooperación por con- CD38 CD7 CD4-
tacto T-B de importancia crucial (la agammaglobulinemia CD34 CD5 CD8- CD3 (1-5%)
con hiper-IgM se debe a mutaciones en el gen del CD40L; vé-
CD4-
ase Inmunodeficiencias). CD8-
4. La molécula CD80 (B7), expresada por las células B ac-

Corteza
TdT CD1 CD4+
tivadas, que constituye el ligando de la molécula CD28 ex- CD38 CD2 CD8+ TCR α−β

Timocitos comunes
presada en los linfocitos T, la cual desempeña un papel im- PNA CD5
portante en la activación de éstos. Esto pone de manifiesto el CD34 CD7 CD3
(75-80%)
carácter mutuamente interactivo de las interacciones físicas
entre linfocitos T-B (fig. 20.6) (véanse Linfocitos T y Respues- TCR α−β
ta de anticuerpos). Hay que señalar también la molécula CD2
CD4+
CD5 CD3
CD23, que es el receptor de baja afinidad de la IgE y que está CD8+ (1-3%)
CD7
implicada en la regulación de la síntesis de IgE (véase Enfer-
medades por reacciones alérgicas mediadas por anticuerpos
IgE), así como la molécula CD45, que se halla expresada en

Timocitos tardíos
TCR α−β TCR α−β
todos los leucocitos (razón por la que también se denomina

Médula
antígeno leucocitario común) y que constituye una familia CD2 CD2
CD5 CD4+ CD3 CD5 CD8+ CD3
de varias isoformas (desde 180 a 240 kD de peso molecular), de CD7 CD7
las que los linfocitos B expresan la forma de peso molecular
(10%)
más alto (CD45RO). La parte intracitoplasmática de esta mo-
lécula posee actividad fosfotirosinfosfatasa y desempeña un
TCR α−β TCR α−β TCR δ−γ CD3
papel esencial en la activación de los linfocitos B a través de
la mIg, posiblemente al regular la fosforilación de tirosinas CD2 CD2 CD4-
CD5 CD4+ CD3 CD5 CD8+
de los dímeros Ig-α e Ig-β y/o la de otros sustratos. CD8+/-
CD7 CD7 CD3
(55-60%) (25-30%) (1-5%)
Linfocitos B CD5+
Parte (15-36%) de los linfocitos B humanos circulantes del Periferia
adulto (edad superior 18 años) expresan la molécula CD5,
un antígeno de diferenciación típico de células T. Los linfoci-
tos B CD5+ son los primeros en aparecer en la ontogenia, y
durante la vida fetal predominan sobre los linfocitos conven- Fig. 20.7. Marcadores celulares expresados por las células T a lo
largo de su desarrollo intratímico. TCR: receptor antigénico de los lin-
cionales CD5-negativos, lo que ocurre también en la sangre focitos T; TdT: desoxinucleotidiltransferasa terminal.
de cordón umbilical (50-70% de los linfocitos B) y durante la
infancia (40-60% de los linfocitos B circulantes a los 7 años
de edad). En los órganos linfáticos secundarios de los huma- se expresa en la membrana formando una asociación con la
nos adultos se hallan en el manto folicular junto al borde del molécula CD3 (TCR-CD3); la molécula CD3 no participa en
centro folicular. En los ratones adultos esta población reside el reconocimiento del antígeno pero es esencial para la
sobre todo en la cavidad peritoneal. Su proporción está in- transducción de señales activadoras al interior de la célula,
crementada en algunas enfermedades autoinmunes, como la así como para que el TCR se exprese en la membrana. Al
artritis reumatoide, así como en cepas de ratones autoinmu- igual que ocurre con los linfocitos B, cada linfocito T adquie-
nes. La leucemia linfática crónica de células B humana co- re un único TCR, cuya especificidad es distinta de la de los
rresponde a expansiones monoclonales de linfocitos B CD5+. otros linfocitos T. El TCR no reconoce al antígeno libre de
Los linfocitos B CD5+ pueden expresar marcadores propios forma directa como ocurre con los anticuerpos, sino que re-
de células mieloides, como CD11b, y se caracterizan tam- conoce sólo fragmentos del antígeno en la membrana de
bién por formar rosetas con hematíes de ratón. Los linfocitos otras células, unidos o “presentados” por las regiones poli-
B CD5+ producen anticuerpos polirreactivos, también deno- mórficas de las moléculas de clase I o clase II del MHC pro-
minados autoanticuerpos naturales, porque reaccionan con pias. Esto implica que el haplotipo MHC heredado por un in-
diversos autoantígenos así como antígenos exógenos (micro- dividuo determinado condiciona o restringe la especificidad
bianos) sin que exista relación estructural entre dichos antí- del TCR de sus linfocitos T. En otras palabras, una célula T
genos. Se trata de anticuerpos sobre todo de clase IgM, por lo no es específica de un antígeno, X, como ocurre con los lin-
común de baja afinidad, codificados por genes de inmuno- focitos B, sino de X + haplotipo MHC propio. La restricción
globulina no mutados que presentan una gran interconectivi- por el MHC de la especificidad de las células T es una pro-
dad idiotípica. Se desconoce si existe relación entre estos piedad adquirida durante su desarrollo en el timo.
autoanticuerpos naturales no patogénicos y los autoanticuer-
pos IgG patogénicos monoespecíficos, con genes V mutados,
que se asocian con las enfermedades autoinmunes, y tam-
Desarrollo de los linfocitos T en el timo
bién se ignora cuál es el significado biológico de esta subpo- En el desarrollo de los linfocitos T en el timo (timocitos),
blación linfocitaria. se distinguen tres estadios (I, II y III) según la expresión en la
membrana de las moléculas CD4, CD8 y del TCR-CD3 (fig.
20.7). La maduración tímica se acompaña también de la ex-
Linfocitos T presión diferencial de otras moléculas de membrana (CD34,
CD7, CD2, CD1, CD5, CD38, CD71) o intracelulares (TdT) que
Restricción por el MHC de la especificidad del receptor se muestran en la figura 20.7. Los del estadio I (timocitos ini-
del antígeno de los linfocitos T ciales o pretimocitos) constituyen una población minoritaria
(2-5% de los timocitos) localizada en la parte subcapsular de
A lo largo de su desarrollo en el timo los linfocitos T ad- la corteza (véase Timo), que corresponde a los precursores
quieren el receptor del antígeno de las células T (TCR) que linfoides inmaduros procedentes de la médula ósea. Tienen

2673
INMUNOLOGÍA

aspecto blástico y están dotados de intensa actividad prolife- tre restricción por clase II y expresión de CD4 y restricción
rativa y se renuevan a sí mismos y a todas las otras poblacio- por clase I y expresión de CD8 está sólidamente demostrada
nes tímicas. Se caracterizan por no expresar ni CD4 ni CD8 ni y probablemente refleja el hecho de que estas moléculas fun-
CD3-TCR, si bien expresan CD3 intracelular de localización cionan como correceptores de las moléculas MHC, de forma
perinuclear, el cual no se exporta a la membrana porque to- que CD4 se une a las regiones no polimórficas de las molécu-
davía no se sintetiza TCR, aunque se ha iniciado el reordena- las MHC de clase II y CD8 a las regiones no polimórficas de
miento de los genes de la cadena beta. Los timocitos del es- las moléculas MHC de clase I. Esos timocitos positivamente
tadio II (o timocitos comunes) constituyen la población seleccionados son después purgados (selección negativa) de
tímica mayoritaria (80%) y se hallan en la corteza profunda; aquellos cuyo TCR es fuertemente autorreactivo, lo que cons-
la mayoría de ellos mueren in situ por apoptosis; son peque- tituye un mecanismo esencial para garantizar la autotoleran-
ños y carentes de actividad proliferativa, proceden de la ma- cia (véase Tolerancia).
duración de los timocitos iniciales, y se caracterizan por co-
expresar CD4 y CD8 (“dobles positivos”), así como niveles
intermedios o bajos de TCR-CD3 en su membrana. Son fun-
Subtipos de linfocitos T maduros y sus funciones
cionalmente incompetentes, y los estímulos que causan la Los linfocitos T maduros de la periferia tienen el mismo fe-
activación y proliferación de los linfocitos T maduros (anti- notipo que los timocitos medulares, siendo o bien CD4+, o
cuerpos CD3, lectinas como fitohemaglutinina o PHA), sue- bien CD8+. Constituyen el 60-70% de las células mononu-
len inducir su muerte por apoptosis. Son particularmente cleadas (linfocitos y monocitos) de la sangre periférica. Los
sensibles a los glucocorticoides, los cuales inducen también lin-focitos T CD4+ predominan sobre los CD8+ en una rela-
su muerte apoptótica. Los del estadio III (timocitos maduros ción 1,5-2,5. Los linfocitos T CD4+ reconocen al antígeno
medulares) constituyen el 5-10% de los timocitos, se hallan (más exactamente a fragmentos degradados de éste) unido
en la médula y corresponden a la pequeña proporción de ti- a las regiones polimórficas de las moléculas MHC de clase II
mocitos comunes que sobreviven y alcanzan la madurez, del timo en que se desarrollaron, y realizan funciones de
siendo indistinguibles fenotípicamente de los linfocitos T ma- cooperación para todos los tipos de respuestas inmunes,
duros de la periferia; expresan altos niveles de TCR-CD3 en la denominándose por eso linfocitos T colaboradores (Th).
membrana y han dejado de coexpresar CD4 y CD8, de forma Los CD8+ reconocen al antígeno en asociación con las re-
que ahora son CD4+, bien CD8+. giones polimórficas de las moléculas MHC de clase I pro-
La masiva mortalidad de los timocitos refleja el proceso pias; al unirse al antígeno se activan y adquieren actividad
de selección positiva y negativa al que se ven sometidos. Esta citotóxica y lisan las células (denominadas diana) que ex-
selección garantiza que sólo sobrevivan, maduren y pasen a presan dicho antígeno en su membrana unido a las molé-
la periferia los timocitos que adquieren un TCR capaz de re- culas MHC de clase I. Se trata de linfocitos T citotóxicos
conocer a los antígenos exógenos presentados por las molé- (Tc) específicos de antígeno y restringidos por el MHC de
culas MHC de clase I o de clase II del haplotipo MHC propio, clase I y no deben confundirse con las células citotóxicas
siendo eliminados aquellos que sean capaces de reconocer naturales o células natural killer (NK). Los linfocitos T CD8+
autoantígenos. La selección positiva ocurre a medida que desempeñan un papel decisivo para eliminar células infec-
avanza la maduración de los pretimocitos y pasan a expresar tadas por virus (fig. 20.8).
TCR; si éste tiene una especificidad capaz de unirse con cier- La función cooperadora de los linfocitos CD4+ hace que
to grado de afinidad a las regiones polimórficas de las molé- estas células tengan un papel central en la regulación de to-
culas MHC de clase I o clase II presentes en las células de la das las respuestas inmunes, y ello en gran medida es un refle-
estroma tímica progresan en su maduración, mientras que si jo de su capacidad para, una vez activados, secretar citoci-
no muestran afinidad alguna o bien presentan una afinidad nas como IL-2, IL-4, IFN-γ, IL-6, IL-10 y otras. La IL-2 tiene un
muy fuerte mueren; también mueren los pretimocitos que no papel decisivo como factor de crecimiento que media de for-
logran reordenar de forma productiva los genes del TCR. Los ma autocrina y/o paracrina la expansión clonal de las pro-
timocitos CD4+CD8+ (“dobles positivos”) seleccionados posi- pias células T CD4+ así como la de los linfocitos T CD8+. Las
tivamente al progresar en su maduración, pierden la expre- células CD4 son imprescindibles para cooperar con las B en
sión de una de estas moléculas pasando a ser CD4+ o bien la respuesta de anticuerpos. Dicha cooperación implica inter-
CD8+ (“positivos individuales”), lo cual depende, respectiva- acciones por contacto y mediadas por citocinas (como IL-2,
mente, que el TCR reconozca al antígeno unido a las molé- IL-4, IL-6, IL-10) que actúan sobre los linfocitos B promovien-
culas MHC de clase II o a las de clase I. Esta correlación en- do su activación/proliferación y maduración hacia la célula

Fig. 20.8. El TCR α-β de los linfocitos T


CD4+ (colaboradores) reconoce fragmen-
CD4+ CD8+ tos del antígeno (Ag) (p. ej., proteína) uni-
dos a la molécula del complejo principal
TCRα−β TCRα−β
de histocompatibilidad (MHC) de clase II
de la membrana de las células presentado-
CD2 CD4 CD2 CD8 ras del antígeno (APC) (izquierda), mien-
CD3 CD11a/CD18 CD3 CD11a/CD18 tras que los linfocitos T CD8+ (citotóxicos)
(derecha) reconocen fragmentos del antí-
geno (antígeno vírico) unidos a las molé-
Ag Ag culas MHC de clase I de la membrana de
CD28 la célula infectada por dicho virus (diana).
CD40L
Las moléculas CD2, LFA-1 (CD11a/CD18)
MHC MHC y CD4 o CD8 facilitan y estabilizan la
clase II clase I unión de una forma inespecífica entre lin-
focito T CD4+ y APC, y T CD8+ y célula
CD40 CD58 diana, por la unión de dichas moléculas a
CD54 CD80 CD58
(ICAM-1) CD54 sus ligandos. CD58 (LFA-3), CD54 (ICAM-
(ICAM-1) 1), y partes no polimórficas de las molécu-
las MHC de clases II o I, respectivamente.
Se indican también las interacciones mole-
APC Diana culares CD28-CD80 y CD40-CD40L entre
linfocito TCD4+ y APC que son críticas
para la correcta activación del primero.

2674
ÓRGANOS Y CÉLULAS DEL SISTEMA INMUNITARIO

secretora de anticuerpos. Los linfocitos T CD4+ también son


responsables de las denominadas reacciones de hipersensi- Antígeno
bilidad retardada, que consisten en el reclutamiento y la acti-
vación de macrófagos por las citocinas que secretan como el
IFN-γ; una vez que han sido activados por su unión al antíge-
no; la activación de los macrófagos incrementa fuertemente APC
su capacidad fagocítica y microbicida, hecho esencial para
la erradicación de gérmenes de crecimiento intracelular. En
algunas ocasiones se pueden detectar células T CD4+ con ac- MHC de clase II
Péptido antigénico
tividad citotóxica, pero de forma restringida por las molécu-
las MHC de clase II. Los linfocitos T CD8+ no producen IL-2 o Activación
sólo escasamente (tal producción puede observarse in vitro de macrófagos
usando clonas cultivadas y sometidas a intensos estímulos) (hipersensibilidad
T retardada)
(fig. 20.9).
CD4+
Los linfocitos CD4+ maduros pueden dividirse en dos gran- Citotoxicidad
des grupos según la expresión de las isoformas CD45RA y específica
CD45RO de la molécula CD45 (o antígeno leucocitario co- restringida
por MHC de clase I
mún). Los linfocitos T expresan de forma mutuamente exclu-
yente dichas isoformas; los CD45RA+ son CD45RO–, y los Interleucinas
CD45RA– son CD45RO+. Los CD45RA+ corresponden a linfo-
citos T “naive”, es decir, que no han tenido contacto con el Ayuda
antígeno. Los linfocitos CD4 son casi todos CD45RA+ en la T
CD8+
sangre de cordón umbilical, y con la edad se incrementa Ag
el número de los CD45RA–, descendiendo al 30-50% a los B
18 años. Los CD45RO+ corresponderían a linfocitos T con
cierto grado de activación y se cree que representan linfoci- MHC Lisis
tos T memoria, es decir, que han sido activados por el antíge- clase I
no y luego han revertido a un estado de quiescencia parcial.
Diana Respuesta de
Los linfocitos T CD4+ CD45RO+ tienen mayor expresión de anticuerpos
ciertas moléculas de adhesión como CD29, CD2, LFA-1
(CD11a/CD18) y CD44, mientras que han perdido o reducido
mucho la expresión de L-selectina (véase Integrinas y otras
moléculas de adhesión). Esta interpretación es la aceptada
en la actualidad y ha sustituido a la que se hacía inicialmen- Fig. 20.9. Esquema muy simplificado del papel de los linfocitos T
colaboradores en los distintos tipos de respuestas, tanto la de anticuer-
te de que los linfocitos T CD4+ CD45RA+ correspondían a lin- pos por los linfocitos B, como la citotoxicidad celular específica de
focitos T inductores de células supresoras, y que los linfoci- antígeno y restringida por las moléculas de clase I del complejo princi-
tos T CD4+ CD45RO+ constituían linfocitos T colaboradores. pal de histocompatibilidad (MHC) de clase I de los linfocitos T CD8+.
Esta subclasificación entre linfocitos “naive” y “memoria” es Los linfocitos T CD4+ son también los responsables de las reacciones
igualmente aplicable a los linfocitos T CD8+ (tabla 20.1). de hipersensibilidad retardada. Parte de su acción cooperadora se
Datos recientes indican que los linfocitos T CD4+, cuando debe a las interleucinas y otras citocinas que liberan una vez activa-
se hallan activados de forma crónica y persistente por el antí- dos por el antígeno, al que reconocen unido a las moléculas MHC de
geno, tienden a diferenciarse en dos subtipos funcionales, clase II en la membrana de las células presentadoras del antígeno
(APC). Su actividad cooperadora con los linfocitos B se debe también
denominados Th1 y Th2, caracterizados por su capacidad a contactos físicos, como se muestra en la figura 20.6 (véase el texto).
para producir un diferente espectro de citocinas en respues-
ta al estímulo antigénico. No hay marcadores fenotípicos que
identifiquen estas células, lo que sólo puede hacerse tras su
cultivo in vitro y análisis de las citocinas que producen. Los desarrollen las células Th1 es esencial la presencia de IL-12,
linfocitos Th1 secretan, sobre todo, IL-2, IFN-γ y TNF-β, mien- la cual es secretada por macrófagos infectados, mientras que
tras que los Th2 producen IL-4, IL-5, IL-6 e IL-10. Los Th1 se- para que se desarrollen las Th2 parece esencial la IL-4. Es in-
rían muy efectivos para promover las reacciones de hipersen- teresante señalar que entre los linfocitos Th1 y Th2 se esta-
sibilidad retardada, en las que las citocinas, como el IFN-γ blecen interacciones mutuamente inhibidoras, ya que la IL-
activan los macrófagos aumentando su capacidad microbici-
da, reacciones de importancia decisiva para la erradicación
de los gérmenes patógenos de crecimiento intracelular. Los TABLA 20.1. Características fenotípicas de los linfocitos T
Th2, en cambio, serían más eficaces para ayudar a los linfoci- humanos “vírgenes” y “memoria”
tos B a desarrollar una respuesta de anticuerpos, particular-
mente de clase IgE, lo cual traduce el potente efecto de la IL- Linfocitos T
Características fenotípicas
4 para promover el cambio de clase hacia esa Ig. Las clonas Vírgenes Memoria
Th2 podrían estar más implicadas en procesos alérgicos por
anticuerpos de clase IgE, así como en las infecciones por pa- CD45RA* +++ -
rásitos helmintos. Como se muestra en la figura 20.10, tanto CD45RO* - +++
el subtipo Th1 como el Th2 procederían de las células Thp CD29** ++ +++
CD44 ++ +++
(“p” de primarias o “naive” y quiescentes, es decir, que toda-
L-selectina (CD62L) +++ +/-
vía no han encontrado al antígeno), las cuales, al ser estimu- CD2 ++ +++
ladas por el antígeno durante períodos cortos, se converti- CD58 (LFA-3) + +++
rían en Th0, capaces de secretar todas las citocinas, tanto las CD54 (ICAM-I) +/- +/++
propias de Th1 como las de Th2. Con la estimulación crónica CD50 (ICAM-3) ++ +++
persistente por el antígeno, las Th0 evolucionarían hacia * Isoformas de alto peso molecular (CD45RA) y bajo (CD45RO) de la molécu-
células Th1 o Th2, las cuales podrían revertir a un estado de la CD45.
reposo como células memoria, adoptando de nuevo el feno- ** Cadena β2 común de las integrinas que se une a las distintas cadenas α
tipo funcional de Th0, aunque probablemente expresando (CD49 a-f) para formar heterodímeros no covalentes (moléculas también de-
nominadas VLA).
el fenotipo de células memoria, es decir, con la isoforma LFA: antígeno de función leucocitaria; ICAM: moléculas de adhesión intercelu-
CD45RO en lugar de la CD45RA (véase antes). Para que se lar.

2675
INMUNOLOGÍA

Activación de los linfocitos T a través del TCR-CD3


y moléculas accesorias de la membrana de los linfocitos T
“Naive” Thp
que intervienen en la regulación de esta activación
y quiescentes
Cuando el TCR de un linfocito T se une al antígeno presen-
tado por las moléculas MHC en la membrana de las células
presentadoras del antígeno (véase más adelante) o de las cé-
IL-2
IFN-γ lulas diana, se transducen señales al interior del linfocito que
Estimulación corta Th0 conducen a su activación y entrada en la fase G1 del ciclo
(no crónica) IL-4
IL-5 celular; aumentan su tamaño, adquieren aspecto blástico y
IL-10
pasan a expresar antígenos de activación como el receptor
de la transferrina y el receptor de la IL-2, al igual que ocurre
Estimulación Th1 Th2
con los linfocitos B. Si se trata de un linfocito T CD4+, se acti-
crónica – – van los genes de la IL-2 y las otras citocinas, pasando a secretar
IL-2, la cual, tras unirse al IL-2R, media la proliferación de las
IFN-γ IL-4 propias células T activadas. La perturbación del TCR-CD3 tras
IL-2 IL-10
su unión al antígeno pone en marcha la transducción de se-
ñales activadoras al interior de la célula que son parecidas a
Activación MØ las indicadas antes para los linfocitos B y que se detallan en
Respuesta de
(hipersensibilidad anticuerpos Receptor antigénico de las células T. Hay muchas moléculas
retardada) (particularmente de la membrana linfocitaria que están implicadas en poten-
de IgE) ciar la activación y adhesión de los linfocitos T a través del
Respuesta de
anticuerpos IgG TCR-CD3; de forma genérica se denominan accesorias por-
que el estímulo primario y específico de la activación está
determinado por el TCR-CD3. Dichas moléculas se unen a li-
Fig. 20.10. Subtipos en que pueden dividirse los linfocitos CD4+ co- gandos presentes en la membrana de las células con las que
laboradores (Th) según el espectro de citocinas que secretan en res- los linfocitos T interaccionan durante las respuestas inmunes
puesta al estímulo antigénico. Las flechas con signo negativo indican o durante su ontogenia: células presentadoras del antígeno
efectos inhibidores (véase el texto). IFN-γ : interferón gamma; IL: inter- (véase más adelante), células B, células diana de los linfoci-
leucina. MØ = macrófagos. tos T citotóxicos, células de la estroma tímica. Tales interac-
ciones adhesivas estabilizan la unión del linfocito T con esas
células en cuya membrana se halla el antígeno +MHC reco-
10 y la IL-4 (producidas por los Th2) inhiben la proliferación nocido por su TCR, y ello puede ser crítico para lograr una
de los Th1, mientras que el IFN-γ (producido por los linfoci- activación óptima a través del TCR, especialmente cuando
tos Th1) inhibe la de los Th2 (fig. 20.10). Estos subtipos fun- su afinidad de unión al antígeno +MHC sea baja. Además de
cionales se hallaron inicialmente en el sistema murino. Su la adhesión, estas interacciones suelen implicar la transduc-
existencia en el hombre también puede objetivarse cuando ción de señales intracelulares (“segundas señales”) que com-
se cultivan in vitro células T CD4+ humanas estimuladas in plementan e intensifican la señal (“primera señal”) transdu-
vivo de forma crónica y persistente con el antígeno. En la ac- cida por el TCR-CD3. Las principales moléculas de este tipo
tualidad existe gran interés por el estudio de esos subtipos son CD2, cuyo ligando es CD58, y la integrina CD11a/CD18,
funcionales de linfocitos T en diversas enfermedades infec- que tiene tres ligandos denominados ICAM-1 (CD54), ICAM-2
ciosas y autoinmunes y en los pacientes atópicos. e ICAM-3 (CD50). El CD58 se expresa en casi todas las células
Durante muchos años gozó de gran predicamento la idea hematopoyéticas, incluyendo las células B del centro germi-
de que existía un subtipo de linfocitos T especializados en nal, y también en células no hematopoyéticas, como endote-
suprimir las respuestas de un modo específico de antígeno lios; los hematíes de carnero expresan un análogo de CD58,
(linfocitos T supresores), al que se atribuía un papel esencial por lo que se unen a los linfocitos T a través de CD2, dando
en la regulación de las respuestas, así como en garantizar la lugar al fenómeno clásico de la formación de rosetas con di-
tolerancia a lo propio. Se creía que estos linfocitos T supreso- chos hematíes. Las moléculas CD4 y CD8 con su unión a las
res constituían un subtipo de los linfocitos T CD8+. Actual- regiones no polimórficas de las moléculas MHC de clase II y
mente estas nociones se consideran en su mayor parte como clase I, respectivamente, cumplen también el papel de esta-
fruto de una interpretación simplista de fenómenos comple- bilizadoras de la unión, así como de transductoras de seña-
jos. De todas formas, hay modelos experimentales en los que les. La molécula CD28 se une al ligando CD80 (B7) presente
se puede demostrar la existencia de fenómenos de supresión en células B activadas y transduce potentes señales de acti-
antigenospecíficos mediados por células T, pero su naturale- vación. Existen otras moléculas accesorias, como la molécu-
za precisa está por aclarar. la CD5 que se une a CD72 expresado por las células B, así
Todo lo dicho se refiere a los linfocitos T que expresan el como la molécula CD40L que se expresa en linfocitos T acti-
TCR α-β, que es el mayoritariamente expresado. Sin embar- vados y que constituye el ligando de la molécula CD40 ex-
go, una pequeña parte de los timocitos (1-5%) y de los linfo- presada en los linfocitos B; la interacción CD40L-CD40 tiene
citos T de sangre periférica (menos del 5-10%) no expresan una importancia crítica para la cooperación T-B como ya se
TCR α-β, sino otro tipo de TCR, TCR δ-γ. Paradójicamente, los ha indicado. La molécula CD45 es también esencial para la
genes del TCR δ-γ son los primeros en reordenarse durante la activación de los linfocitos T a través del TCR-CD3, de un
ontogenia. Su expresión en la membrana va asociada a las modo semejante a como lo es para la activación de los linfo-
moléculas CD3, al igual que ocurre con el TCR α-β. Los timo- citos B a través de la mIg.
citos con TCR δ-γ no pasan por el estadio de coexpresión de
CD4 y CD8, y en la sangre periférica aparecen también sin ex-
presar ni CD4 ni CD8, si bien algunos pueden ser CD8+. Son Linfocitos grandes granulares
proclives a albergarse en territorios epiteliales; en el ratón se y células natural killer
hallan sobre todo en la piel y las submucosas, mientras que
en el hombre son frecuentes entre los linfocitos intraepitelia-
les del tracto gastrointestinal. Su repertorio de especificida- Los linfocitos grandes granulares (LGL) tienen un tamaño
des antigénicas es muy reducido y se ignora cuál es su fun- algo mayor que los típicos linfocitos pequeños y presentan
ción, pudiendo estar implicados en la defensa contra una granulación azurófila dispersa en su relativamente
gérmenes patógenos en las mucosas. abundante citoplasma. Constituyen el 5-15% de las células

2676
ÓRGANOS Y CÉLULAS DEL SISTEMA INMUNITARIO

mononucleadas de la sangre periférica. En su mayoría co- sófilos y mastocitos; y se describen en la sección Hematolo-
rresponden a células NK (natural killer o “células asesinas” o gía. Aquí se hará referencia a las células accesorias que están
“células agresoras”); se trata de linfocitos que no reordenan implicadas en la fase inductora de la respuesta inmune, a las
ni expresan los genes del TCR ni de las inmunoglobulinas y que se denomina de forma genérica células presentadoras
que presentan actividad citotóxica frente a ciertas células del antígeno (APC); algunas de ellas, los monocitos-macrófa-
neoplásicas (como la línea celular eritroleucémica K562), gos, son también elementos críticos de la fase efectora de las
actividad que, al contrario de la de los linfocitos Tc, carece respuestas inmunes.
de especificidad y de restricción por el MHC. No está claro Los linfocitos T CD4+ cumplen un papel regulador esen-
todavía cuál es la naturaleza del receptor de las células NK cial en todas las respuestas inmunitarias y, por tanto, el reco-
para reconocer a sus dianas ni cuáles son las estructuras nocimiento del antígeno por este subtipo linfocitario es un
que reconoce. Fenotípicamente se definen por no expresar hecho crucial para el inicio de toda respuesta inmune. Estos
ni TCR-CD3 ni mIg y por expresar CD56 (Leu19), CD16 (re- linfocitos no reconocen al antígeno original e intacto, como
ceptor de FcγIII) y CD57. Expresan también CD7, así como ocurre con los anticuerpos, sino a un fragmento procesado
grados variables de otros antígenos de células T como CD2 y del antígeno, “presentado” sobre las regiones polimórficas de
CD8, marcadores lípicos de células mieloides como CD11b las moléculas MHC de clase II en la membrana de otras célu-
y moléculas de activación como CD38. Expresan la cadena las. Las células que expresan de forma constitutiva molécu-
β de IL-2R y, en presencia de altas concentraciones de esta las MHC de clase II y que son capaces de interiorizar (por fa-
interleucina, proliferan y desarrollan actividad citotóxica gocitosis o endocitosis) el antígeno y de “procesarlo”
contra diversas dianas celulares neoplásicas. Las denomina- (degradarlo) en sus vesículas endocítico-lisosómicas y luego
das células LAK (o células activadas por linfocinas) que se presentarlo en la membrana unido a las moléculas MHC de
generan cuando las células mononucleadas de sangre peri- clase II para que pueda ser reconocido por el TCR de los lin-
férica se cultivan con altas concentraciones de IL-2, proba- focitos T CD4+, se consideran APC profesionales (tabla 20.2).
blemente corresponden a las células NK. Éstas muestran Los monocitos-macrófagos han sido las APC profesionales
también actividad K o citotoxicidad dependiente de anti- más estudiadas. Otras APC profesionales más eficaces aun
cuerpo, lo cual denota que lisan cualquier célula diana que que los monocitos-macrófagos, incluyen las células dendríti-
se halle recubierta por anticuerpos IgG, al unirse éstos por cas y los linfocitos B. Otras células que no expresan MHC de
su extremo Fc al FcγR (CD16). Una pequeña proporción de clase II de forma constitutiva pueden convertirse en APC fa-
los LGL normales puede corresponder a verdaderos linfoci- cultativas si, por el efecto de ciertas citocinas (IFN-γ o TNF-
tos T (CD3-TCR+), por lo general CD8+ y en algunas ocasio- α), son inducidas a expresar moléculas MHC de clase II. La
nes CD4+. Pueden expresar algunos de los marcadores de capacidad de los linfocitos B de funcionar como APC consti-
células NK, como CD57 e incluso CD56 y CD16, y mostrar ac- tuye la base de la cooperación T-B para la respuesta de anti-
tividad citotóxica del tipo NK cuando se cultivan con altas cuerpos tal como ya se ha indicado y se detalla en Respuesta
concentraciones de IL-2. Estos linfocitos T con morfología de anticuerpos. Las células de Langerhans de la piel son las
de LGL corresponden probablemente a células T activadas células dendríticas más conocidas. Migran por los conductos
in vivo. Además, parte de las LAK también corresponden a linfáticos aferentes hacia los ganglios linfáticos regionales,
este tipo de células T activadas. La vía madurativa ontogéni- donde aparecen como las células “veladas” y luego lo hacen
ca de las células NK no se conoce, si bien datos recientes in- como células dendríticas interdigitadas entre los linfocitos T
dican que pueda guardar relación madurativa con los linfo- de la zona paracortical del ganglio. Las células dendríticas
citos T. Se cree que las células NK desempeñan un papel en del bazo y del timo son del mismo tipo y proceden de las
la inmunidad no específica contra células infectadas por vi- CHP de la médula ósea a través de una vía diferenciadora no
rus así como contra células neoplásicas. bien conocida. Expresan gran cantidad de moléculas MHC
de clase II, pero no fagocitan ni expresan receptores FcγR ni
receptores de complemento (tabla 20.2), y no se sabe si en-
Células accesorias. Células presentadoras docitan, por lo que todavía no está claro cómo interiorizan el
del antígeno antígeno, si lo hacen, y cómo lo procesan. Las células den-
dríticas centrofoliculares de los folículos linfoides de los gan-
glios linfáticos no expresan MHC de clase II y, por tanto, no
Se denominan células accesorias o auxiliares del sistema funcionan como APC de los linfocitos T CD4+, pero en cam-
inmune a todas aquellas que no participan en el reconoci- bio son potentes APC para los linfocitos B del folículo con
miento específico del antígeno pero que son necesarias para los que están en estrecho contacto. Gracias a sus receptores
que los linfocitos T y/o B puedan reconocerlo y activarse tras FcγR y del complemento (CD21, CD35) estas células pueden
su contacto con éste (fase inductora de la respuesta inmune) fijar en su membrana gran cantidad de antígeno que forme
y/o para que los linfocitos específicos de antígeno o sus pro- parte de inmunocomplejos con anticuerpos IgG o IgM que
ductos específicos (anticuerpos) o no específicos (citocinas) hayan fijado el complemento. Los antígenos así atrapados
puedan desencadenar funciones biológicas que permitan pueden permanecer durante meses, lo cual es esencial para
erradicar el antígeno (fase efectora de la respuesta inmune). mantener los linfocitos B memoria y para garantizar la induc-
Las células accesorias que participan en la fase efectora in- ción de respuestas secundarias de anticuerpo. Los monoci-
cluyen todas las células fagocíticas y todos los leucocitos tos-macrófagos, a través de sus receptores FcγR y receptores
que participan en las respuestas inflamatorias (monocitos- del complemento, pueden igualmente presentar el antígeno
macrófagos, polimorfonucleares neutrófilos, eosinófilos, ba- a los linfocitos B.

TABLA 20.2. Células presentadoras del antígeno


Receptores Fcγ
Fagocitosis MHC de clase II Presentan antígeno a
y del complemento
Monocitos ++ ++ + Linfocitos T y B
Células de Langerhans – – +++ Linfocitos T
Células dendríticas interdigitadas – – +++
de la paracorteza ganglionar Linfocitos T
Células dendríticas foliculares – +++ – Linfocitos B
Linfocitos B – ++ ++ Linfocitos T
MHC: complejo principal de histocompatibilidad.

2677
INMUNOLOGÍA

Las células que funcionan como APC de los linfocitos T BANCHEREAU J, ROUSSET F. Human B lymphocytes: phenotype, prolife-
CD4+, además de presentar el antígeno en asociación con las ration and differentiation. Adv Immunol 1992; 52: 125-262.
moléculas MHC de clase II, deben ser capaces de suministrar BARCLAY AN, BIRKELAND ML, BROWN MH, BEYERS AD, DAVIS SJ, SOMOZA
CH et al. The leukocyte antigen FactsBook. Londres, San Diego,
las “segundas señales” antes mencionadas. Estas “segundas Academic Press, 1993.
señales” son de dos tipos: a) producción de citocinas como BURROWS PD, COOPER MD. B-cell development in man. Curr Opin Im-
IL-1, IL-6, TNF-α e IL-12 que contribuyen a estimular a los lin- munol 1993; 5: 201-206.
focitos T, y b) expresión en su membrana de ligandos o con- MUÑOZ A, GALLART T, VIÑAS O, GOMIS R. Increased CD5+-positive B
trarreceptores de las moléculas accesorias presentes en la lymphocytes in type I diabetes. Clin Exp Immunol 1991; 83: 304-
membrana linfocitaria promotoras de la interacción física en- 308.
tre APC y linfocito T, indicadas antes. En ausencia de estos NOESSEL CJM, LANKESTER AC, VAN LIER RAW. Dual antigen recognition
factores coestimulantes, la perturbación del TCR-CD3 induce by B cells. Immunol Today 1993; 14: 8-11.
PAUL W (ed). Fundamental immunology, 3.a ed. Nueva York, Raven
en los linfocitos T un estado de activación limitado en que Press, 1993.
expresan IL-2R pero no llegan a secretar IL-2, por lo que no PEÑA J, BORREGO F, SOLANA R. Reconocimiento de las células NK: Im-
hay proliferación sino un estado de “anergia”. plicación de las moléculas de histocompatibilidad. Inmunología
1993; 12: 110-117.
ROITT IM, BROSTOFF J, MALE D (eds.) Inmunología, 3.a ed. Barcelona,
Bibliografía especial Masson-Salvat, 1994.
ARAMBURU J, LÓPEZ-BOTET M. Células “Natural Killer”: mecanismos de TRINCHIERI G. Interleukin-12 and its role in the generation of Th1 cells.
reconocimiento de células diana. Inmunología 1993; 12: 101-109. Immunol Today 1993; 14: 335-338.

Moléculas que reconocen el antígeno:


anticuerpos y receptor antigénico de las células T
T. Gallart, A. Pacheco y J.R. Regueiro

Concepto. Los linfocitos B y T reconocen el antígeno


mediante receptores de membrana: anticuerpos o inmu- Anticuerpos o inmunoglobulinas*
noglobulina de membrana (mIg) en el caso de los B, y re-
ceptor antigénico de los linfocitos T (TCR) en el caso de
los T. Las mIg también se denominan BCR (receptor anti- Aspectos generales y patrón estructural básico
génico de las células B). El TCR y los anticuerpos compar-
ten la característica esencial de que las cadenas polipeptí- Los anticuerpos son glucoproteínas sintetizadas por los lin-
dicas que los integran, poseen regiones constantes (C) y focitos B que tienen la propiedad de unirse de forma especí-
variables (V), y que las regiones V forman el sitio de unión fica a otras moléculas a las que se denomina antígenos. En
al antígeno y determinan su especificidad. Un mecanismo tanto que glucoproteínas se las denomina inmunoglobulinas,
especial de recombinación somática de los genes que co- y muestran una gran heterogeneidad, debida sobre todo a la
difican las inmunoglobulinas y el TCR garantiza que estos enorme diversidad de las regiones variables (regiones V) que
receptores se distribuyan de forma clonal, esto es, cada forman el sitio de unión al antígeno y determinan la especifi-
clona expresa unas mismas regiones V, es decir, una única cidad antigénica de cada una de ellas. Hay que tener presen-
especificidad antigénica, que será distinta de la de otras te que el repertorio de actividades anticuerpo que puede
clonas. La diversidad de especificidades antigénicas distri- presentar un individuo en un momento dado es potencial-
buidas entre las distintas clonas de linfocitos es enorme, mente superior a 106. Sin embargo, todas las moléculas de in-
por lo que cualquiera de los múltiples (millones) antíge- munoglobulina presentan un patrón estructural común con-
nos exógenos que en un momento dado penetra en el or- sistente en una unidad básica de cuatro cadenas: dos
ganismo tiene altas probabilidades de encontrar (seleccio- cadenas pesadas idénticas (o cadenas H, de heavy, en in-
nar) algunos linfocitos T y B que expresen un receptor glés) y dos cadenas ligeras también idénticas (o cadenas L,
capaz de reconocerlo. Sin embargo, el TCR y los anticuer- de light, en inglés), unidas entre sí por enlaces disulfuro,
pos difieren de modo radical en dos aspectos. Por un como se muestra en la figura 20.11 (las dos cadenas H uni-
lado, los anticuerpos aparecen como receptor de membra- das entre sí y cada cadena H con una cadena L). La molécu-
na y como moléculas libres, al ser secretadas en grandes la adopta la configuración espacial en forma de Y; cada bra-
cantidades por los linfocitos B implicados en una respues- zo de la Y está formado por la mitad de cada cadena H y una
ta inmune, mientras que el TCR actúa sólo como receptor cadena L entera, y el tronco está intregrado por la mitad de
de membrana. Por otro lado, los anticuerpos, tanto los se- las dos cadenas H. Los brazos de la Y están dotados de cierto
cretados como los que actúan de BCR, se unen directa- grado de movilidad, y la zona de las cadenas H sobre la que
mente al antígeno, tanto si es soluble como si forma parte giran se denomina, por ello, región bisagra y se corresponde
de una estructura particulada (célula o microrganismo), con la zona por donde esas cadenas H se unen entre sí me-
sin necesidad de molécula intermediaria. Por el contrario, diante los enlaces disulfuro (fig. 20.11).
el TCR sólo reconoce fragmentos degradados (“procesa- Hay cinco clases distintas de inmunoglobulina, IgG, IgA,
dos”) de antígeno, siempre que dichos fragmentos aparez- IgM, IgD e IgE (según el orden de mayor a menor concentra-
can en la membrana de otras células, unidos a las regiones ción sérica), con cuatro subclases de IgG (IgG1-4) y dos sub-
polimór-ficas de las moléculas del complejo principal de clases de IgA (IgA1-2). Estas clases y subclases están determi-
histocompatibilidad (MHC), que actúan como moléculas
“presentadoras” del fragmento antigénico. Aquí se expo-
nen los principales datos sobre la estructura, función y ge-
nética de los anticuerpos y del TCR. *T. Gallart

2678
MOLÉCULAS QUE RECONOCEN EL ANTÍGENO: ANTICUERPOS Y RECEPTOR ANTIGÉNICO DE LAS CÉLULAS T

Sitios de unión al Ag Albúmina

NH2 VH Cadena VH
pesada
VL VL
Fab
CH1 CH1
Cadena
ligera CL CL
γ
β
Zona bisagra α2
Papaína α1

CH2 CH2
Pepsina
(+) (–)
FC

Hidratos CH3
de carbono CH3

COOH IgM
IgG
Fig. 20.11. Representación esquemática de la IgG1 humana, que
puede considerarse la estructura básica prototípica de todas las inmu- IgA
noglobulinas. Se indican los extremos aminoterminal (NH2) y carboxi- Albúmina
terminal (COOH) de las cadenas. Se ha omitido la representación de
los enlaces disulfuro intradominio. V: región variable; C: región cons-
tante; H: cadena pesada de 450 aminoácidos y 56 kD de peso mole- Fig. 20.12. Movilidad electroforética de la IgM, la IgG y la IgA séri-
cular; L: cadena ligera de 212 aminoácidos y 23 kD de peso molecu- cas de un individuo normal. Arriba, electroforesis proteica del suero
lar; I: enlace disulfuro. Se indican también las regiones Fab y Fc. con las fracciones correspondientes a la albúmina y a las globulinas
(α1, α2, β y γ). Abajo, inmunoelectroforesis usando anticuerpos con-
tra todas las proteínas séricas. Se indican los arcos de inmunoprecipi-
tación correspondientes a albúmina, IgG, IgA e IgM.
nadas por las diferentes clases y subclases de cadenas H, las
cuales se designan con la correspondiente letra griega mi-
núscula: γ1-4, α1-2, µ, δ y ε (tablas 20.3 a 20.5). En cambio, sólo Las concentraciones séricas de IgG, IgA e IgM son conside-
hay dos tipos de cadenas ligeras, designadas k y λ. Por tanto, rables, mientras que las de IgD e IgE son muchísimo menores
cada clase y subclase de inmunoglobulina puede ser bien de (tabla 20.3). La diversidad estructural de las inmunoglobuli-
tipo k, bien de tipo λ. En el hombre la proporción de inmu- nas se refleja también en su heterogeneidad electroforética
noglobulina de tipo k predomina sobre la de tipo λ, en una (fig. 20.12). Para llegar a conocer la estructura de las inmu-
relación aproximada de 60:40. Las clases y subclases de in- noglobulinas tuvo una importancia decisiva el uso de inmu-
munoglobulina difieren no sólo en la estructura primaria (se- noglobulinas monoclonales, que aparecen en forma de una
cuencia de aminoácidos) de sus cadenas H, sino también en banda homogénea en el proteinograma sérico en los pacien-
el grado de polimeración (dímeros en el caso de la IgA, pen- tes con mieloma múltiple y macroglobulinemia de Wal-
támeros en el caso de la IgM) de la estructura básica, en el denström.
número de enlaces disulfuro entre cadenas H y en el grado Las enzimas proteolíticas papaína y pepsina rompen los
de glucosilación (tabla 20.3 y véase más adelante). La estruc- anticuerpos IgG por la zona bisagra (fig. 20.11). La papaína
tura básica común de la figura 20.11 corresponde, de hecho, lo hace en el residuo 224, proporcionando tres fragmentos,
a la IgG1 humana. dos de ellos idénticos denominados Fab (o fragmento que

TABLA 20.3. Características de las cinco inmunoglobulinas humanas


Característica IgG IgA* IgM IgD IgE
Presentación En forma En forma En forma En forma En forma
monomérica monomérica pentamérica monomérica monomérica
dimérica
Cadenas H γ α µ δ ε
Número de dominios C de las cadenas H 3 3 4 3 4
Peso molecular de las cadenas H (kD) 46-51 52-56 70 69 73
Peso molecular de la inmunoglobulina 146 (IgG1) 160 970 184 188
entera (kD) (monomérica)
Tipo de cadenas L κoλ κoλ κoλ κoλ κoλ
Contenido en hidratos de carbono (%) 2-3 7-11 12 9-14 13
Vida media (días) 21 6 10 3 2
Concentración sérica media (mg/dL) 1.200 215 160 3,5 0,025
* La IgA secretora es un dímero de IgA1 o IgA2 unido al componente secretor, y su peso molecular es de 385 kD.

TABLA 20.4. Funciones efectoras de las inmunoglobulinas humanas dependientes de la región Fc


Función efectora* IgG1 IgG2 IgG3 IgG4 IgM IgA IgD IgE
Fijación del complemento (vía clásica) ++ + +++ – +++ – – –
Transferencia placentaria + + + + – – – –
Unión a la proteína A estafilocócica +++ +++ – +++ – – – –
Unión a la proteína G estreptocócica +++ +++ +++ +++ – – – –
* La unión a receptores Fc se indica en la tabla 20.5.

2679
INMUNOLOGÍA

TABLA 20.5. Distribución celular de los receptores Fc de las inmunoglobulinas


Receptores Fc IgG1 IgG2 IgG3 IgG4 IgA IgM IgD IgE
FcγRI (CD64) (alta afinidad) Mo ++ –/+ +++ + – – – –
FcγRII (CD32) Mo, PMN, plaquetas, ++ –/+ +++ –/+ – – – –
linfocitos B, células endoteliales
(placenta)
FcγRIIIa (CD16) LGL/NK, Mo, linfocitos T* +++ –/+ ++ ++ – – – –
FcγRIIIb (CD16) neutrófilos +++ –/+ ++ –/+ – – – –
FcεR (alta afinidad) – – – – – – – +++
Basófilos/mastocitos
FcεRIIA (baja afinidad) (CD23) – – – – – – – +
Linfocitos B
FcεRIIB (baja afinidad) (CD23) – – – – – – – +
Eosinófilos, plaquetas, células
dendríticas linfocitos T*,
carcinomas nasofaríngeos
FcαR Mo, linfocitos T* (CD89) – – – – + – – –
FcµR **linfocitos T* – – – – – + – –
FcδR** linfocitos T* – – – – – – + –
LGL/NK: linfocitos grandes granulares/natural killer; Mo: monocitos; PMN: polimorfonucleares.
*Linfocitos T activados
** Su naturaleza molecular no está identificada.

contiene el sitio de unión al antígeno (del inglés, antigen bin- minio, que adopta una configuración tridimensional (plega-
ding), cada uno de ellos corresponde a cada uno de los bra- miento) globular compacta en forma de barril. Las cadenas L
zos de la Y; el tercer fragmento, denominado Fc, correspon- tienen dos de estos dominios que se corresponden con la re-
de al tronco de la Y (dominios CH2 y CH3). La pepsina gión VL y la CL. Las cadenas H tienen 4 (γ, α y δ) o cinco (µ
escinde las cadenas en las posiciones 234 y 333 con lo y ε) dominios; el primero corresponde a la región VH, y los
que se generan dos fragmentos, uno denominado F(ab’)2, que restantes se hallan en la región constante (dominios CH),
corresponde a dos fragmentos Fab unidos por un puente existiendo tres (CH1-3) en las cadenas γ, α y δ, y cuatro
disulfuro, y otro, el pFc’, que corresponde a la mitad del frag- (CH1-4) en las µ y ε. Entre los dominios CH1 y CH2 se halla la
mento Fc (el dominio CH3). región bisagra, excepto en las cadenas µ y ε, en las que está
Los primeros 110 aminoácidos (extremo aminoterminal) sustituida por un dominio adicional, CH2, el cual no se co-
de cada cadena H y L varían mucho de una inmunoglobuli- rresponde con el CH2 de las otras cadenas. Las cadenas µ y
na a otra, por lo que se denomina región variable (VH para α tienen un péptido de 18 aminoácidos al final del último do-
las cadenas H y VL para las cadenas L). El resto de cada ca- minio CH que interviene en la dimerización de la IgA y pen-
dena H y L constituye la región constante (CH para las cade- tamerización de la IgM (véase más adelante). Hay muchas
nas H, y CL para las cadenas L), porque su secuencia amino- moléculas completamente distintas de las inmunoglobulinas
ácida es idéntica para todas las cadenas H de la misma clase cuya estructura se organiza en dominios que guardan cierta
y subclase y para todas las cadenas L del mismo tipo. El sitio similitud con el “dominio inmunoglobulínico”, por lo que se
de unión al antígeno está formado por la conjunción de las las considera integrantes de la denominada “superfamilia in-
regiones VH y VL y determina la especificidad anticuerpo de munoglobulínica” o superfamilia de los genes inmunoglobu-
cada inmunoglobulina. Cada unidad molecular básica de in- línicos, a la cual pertenecen el TCR, el CD3 y el CD4, así
munoglobulina es divalente, es decir, tiene dos sitios de como las moléculas MHC de clase I y clase II entre otras mu-
unión al antígeno idénticos, que pueden unirse simultánea- chas.
mente a dos determinantes antigénicos idénticos (fig. 20.11).
En las regiones CH, principalmente de la región Fc, es
donde se hallan localizadas las cadenas glucídicas, cuya pro- Funciones de las inmunoglobulinas: actividad
porción y tipos varían de una clase a otra (tabla 20.3). No se anticuerpo y funciones efectoras
conoce la función exacta de las cadenas glucídicas, pero
pueden tener implicaciones patológicas; así, en la artritis reu- La función primaria de las inmunoglobulinas es la de ser
matoide, la tuberculosis y la enfermedad de Crohn hay un anticuerpos, es decir, unirse de forma específica (comple-
aumento de IgG sin galactosa (agalactosil-IgG). mentaria) al antígeno, función que radica en la conjunción de
Dentro de las regiones VH y VL se hallan tres regiones hi- las regiones VH-VL. El análisis por cristalografía de rayos X
pervariables también denominadas regiones determinantes de la unión Ag/Ac indica que el sitio de unión al antígeno es
de la complementariedad (CDR) porque están implicadas en una cavidad o hendidura, dentro de la cual encaja de forma
contactar con el antígeno; las regiones intermedias se deno- complementaria la superficie del epítopo o determinante an-
minan regiones de entramado o región FW (del inglés, frame- tigénico (parte o región de la molécula antigénica a la que se
work). En cada región VH y VL hay tres CDR (CDR1, CDR2, une), y que las paredes de la cavidad que establecen contac-
CDR3) y cuatro regiones de entramado (FW1, FW2, FW3, tos directos con el antígeno son las regiones hipervariables o
FW4). Por la homología de las secuencias aminoacídicas, se CDR, particularmente la CDR3, de ambas regiones VH y VL.
comprobó que las regiones VH y VL podían agruparse en Si bien las regiones FW no contactan con el antígeno, su inte-
subgrupos o familias. Recientemente, el análisis de la homo- gridad es esencial para mantener la configuración tridimen-
logía del DNA ha permitido redefinir y ampliar la clasifica- sional e integridad del sitio de unión al Ag.
ción de dichas familias, existiendo 7 (VH1-7) para las cade- Por otro lado, las regiones C del extremo Fc condicionan
nas H, cuatro para las cadenas kappa (Vκ1-4), y un número, una serie de reacciones moleculares y celulares, denomi-
todavía no bien precisado, pero no inferior a 7 para las cade- nadas funciones efectoras, que tienen gran trascendencia
nas ligeras lambda (Vλ1-7). biológica porque determinan las consecuencias que tendrá
La cristalografía de rayos X demostró que la estructura de para el organismo la unión del anticuerpo con el antígeno,
las cadenas H y L se organiza en módulos o dominios estruc- y para la destrucción o eliminación de éste. Dichas funcio-
turales homólogos (dominio inmunoglobulínico). Cada do- nes efectoras incluyen la capacidad de: a) activar el comple-
minio tiene unos 105-115 aminoácidos, con un asa central de mento; b) unirse a la membrana de otras células (monocitos,
65-70 aminoácidos formada por un puente disulfuro intrado- macrófagos, neutrófilos, eosinófilos, basófilos, mastocitos y otras

2680
MOLÉCULAS QUE RECONOCEN EL ANTÍGENO: ANTICUERPOS Y RECEPTOR ANTIGÉNICO DE LAS CÉLULAS T

células, incluidos los propios linfocitos B y T) a través de su IgG1, IgG2, IgG3 e IgG4, cuyas proporciones en el suero son de
fijación a receptores para el Fc, presentes en su membrana; 66, 23, 7 y 4%, respectivamente. Estas subclases difieren en el
c) atravesar la placenta, y d) unirse a ciertas proteínas micro- número de enlaces disulfuro de la zona bisagra que unen las
bianas, como la proteína A del Staphylococcus aureus de la dos cadenas H, el cual oscila desde 2 en la IgG1 (fig. 20.11)
cepa Cowan I y la proteína G estreptocócica. Hay diferencias hasta 15 en la IgG3. También difieren en su grado de unión a
entre las distintas clases y subclases de las Ig en cuanto a su los receptores Fc de la IgG y en su capacidad de unirse a la
capacidad de presentar estas propiedades (tabla 20.4). La proteína A estafilocócica. Todas ellas, excepto la IgG4, acti-
simple unión de un anticuerpo al antígeno puede en muchos van el complemento por la vía clásica cuando se unen al an-
casos ser efectiva para neutralizar la patogenicidad de un tígeno (tablas 20.3 a 20.5).
germen o una toxina microbiana, pero en general resultaría
poco eficaz para destruir a los gérmenes portadores del antí- IgA. Sigue a la IgG en cuanto a la concentración sérica. Es la
geno si: a) la unión Ac-Ag no causara la activación del com- inmunoglobulina mayoritariamente producida por el tejido
plemento, el cual desencadena potentes reacciones inflama- linfoide asociado a las mucosas (MALT), y la que predomina
torias y determina la lisis del germen y su fagocitosis por las en las secreciones externas (calostro y leche, saliva, árbol
células fagocíticas; b) el anticuerpo no se uniera por su extre- traqueobronquial, tubo digestivo, bilis, flujo vaginal). La IgA
mo Fc a la membrana de las células fagocíticas, lo que pro- sérica es en gran parte monomérica, pero también puede ser
mueve la endocitosis de la molécula antigénica o la fagocito- dimérica o incluso polimérica. Su dimerización, al igual que
sis de la partícula (p. ej., un germen) sobre la que se halla la la pentamerización de la IgM, se logra gracias a la cadena J,
molécula antigénica a la que se ha unido el anticuerpo (véan- un polipéptido de 137 aminoácidos (con 8 cisteínas), sinteti-
se Complemento e Inmunidad e infecciones). Las moléculas zado por las propias células secretoras de anticuerpos, que
que promueven la fogocitosis de una partícula se denominan forma enlaces disulfuro con la penúltima cisteína del deca-
opsoninas (del griego, “preparar para comer”). Los anticuer- octapéptido carboxiterminal de las cadenas µ y α. La IgA di-
pos y ciertos fragmentos de componentes del complemento mérica de las secreciones con cadena J aparece unida a la
(C3b) son las opsoninas más poderosas. Los anticuerpos fija- pieza de transporte o componente secretor (CS), una proteí-
dores de complemento (IgM, IgG1, IgG3) son opsonizantes de na de unos 80 kD. Actualmente se sabe que esta proteína es,
forma indirecta al causar la generación de C3b; si, además, en realidad, la parte extracelular, escindida por proteólisis,
su extremo Fc se une a receptores Fc de la membrana de las de un receptor de membrana de gran afinidad por los extre-
células fagocíticas, son opsonizantes de forma directa como mos Fc de las inmunoglobulinas polimerizadas que conten-
ocurre con la IgG. Estos mecanismos efectores de los anti- gan cadena J (poli-Ig; IgA e IgM). Tal receptor de poli-Ig perte-
cuerpos que sirven para provocar la destrucción de un ger- nece a la “superfamilia inmunoglobulínica”, tiene un peso
men, pueden también ser causa de lesiones inmunopatológi- molecular de 100 kD, es sintetizado por las células epiteliales
cas; además, estos mecanismos son los mismos que usan los de los territorios mucosos y se expresa abundantemente en
autoanticuerpos patogénicos para producir lesiones en las la membrana abluminal de las células epiteliales. Una vez
enfermedades autoinmunes. Si el anticuerpo es capaz de que dicho receptor se ha unido a las poli-Ig sintetizadas por
unirse con alta afinidad a receptores Fc presentes en la mem- las células B de la submucosa, el conjunto es endocitado y
brana de los basófilos y mastocitos, como ocurre con la IgE, transportado dentro de la vesícula endocítica por el interior
la unión con el antígeno de la IgE fijada sobre esas células de la célula (transcitosis), hasta llegar a la membrana lumi-
causará su desgranulación y la consiguiente reacción de hi- nal, momento en que se rompe el receptor, liberándose a la
persensibilidad inmediata. luz la poli-Ig unida al CS. Ello ocurre sobre todo con la IgA,
Actualmente se conoce con gran detalle la estructura géni- que es la inmunoglobulina predominantemente producida
ca y proteica de los receptores Fc de la IgG (FcγR) y de la IgE por el MALT. Hay dos subclases de IgA, IgA1 e IgA2; en el sue-
(FcεR). Hay tres tipos de FcγR (CD16, CD32, CD64) y dos ti- ro predomina la primera, mientras que en la IgA secretora se
pos de FcεR, uno de alta afinidad (FcεRI), presente en los hallan ambas clases. La presencia del CS en la IgA secretora
mastocitos y basófilos, y otro de baja afinidad (FcεRII o le concede resistencia a las enzimas proteolíticas, lo que es
CD23) que se expresa en los linfocitos B y otras células (tabla ventajoso para actuar en las secreciones externas, donde se
20.5). Los tres FcγR y el FcεRI pertenecen a la superfamilia in- cree que protege a la mucosa frente a la adhesión de los gér-
munoglobulínica y todos ellos forman una familia muy com- menes patógenos, actuando probablemente también como
pleja con varias isoformas. Todos estos receptores se caracte- barrera química contra alergenos alimentarios. La IgA puede
rizan porque son potentes moléculas transductoras de activar el complemento por la vía alternativa. Una variante
señales activadoras para las células que los expresan tras su alotípica de la IgA2 (A2m1) carece de enlaces disulfuro entre
ligamiento cruzado por las moléculas de inmunoglobulina al las cadenas L y H.
unirse éstas al antígeno. El CD23 es una molécula que perte-
nece a la familia de lectinas de tipo C (sustancias capaces de IgM. Los anticuerpos IgM son los primeros en aparecer en la
unirse a hidratos de carbono), y existen dos isoformas que filogenia y en la ontogenia y los primeros en expresarse
se expresan en células distintas. Está también el receptor Fc como mIg (en este caso, en forma monomérica, en los linfo-
de la IgA (CD89) que al parecer pertenecería a la familia de citos B), así como los que se producen durante la respuesta
los FcγR. No están identificados los receptores Fc de la IgM y primaria de anticuerpos (véase más adelante y Linfocitos B).
de la IgD, si bien hay recientes evidencias de que puedan Sigue a la IgA en cuanto a concentración sérica y constituye
existir en la membrana de algunas células, como los linfoci- un pentámero de la unidad básica estructural mostrada en la
tos T activados. figura 20.11. Es, pues, decavalente en cuanto a sitios de
unión al antígeno, lo que le concede gran eficacia como an-
ticuerpo aglutinante de las partículas portadoras del antíge-
Principales propiedades de las clases no (gérmenes, hematíes). Las “aglutininas naturales” (anti-
y subclases de inmunoglobulinas cuerpos presentes en el suero sin mediar inmunización
previa conocida), como las isoaglutininas contra los grupos
IgG. Su estructura es la prototípica de las moléculas de in- sanguíneos, son de clase IgM. Su elevado peso molecular
munoglobulina que se muestra en la figura 20.11. Es la pre- (970 kD) determina que esta inmunoglobulina sea exclusiva-
dominante en el suero y el espacio extravascular. Difunde mente intravascular. Recientemente se ha comprobado que
bien a través de las membranas y es la predominante en las parte de la IgM humana puede ser hexámerica en lugar de
secreciones internas (sinovial, pleural, LCR, humor acuoso pentamérica; lo primero ocurriría cuando no interviene la ca-
del ojo), así como la única inmunoglobulina que atraviesa la dena J (véase IgA). Tanto la pentamérica como la hexaméri-
placenta. Los anticuerpos IgG son los que predominan en la ca son eficaces aglutininas y potentes activadoras del com-
respuesta secundaria de anticuerpos. Hay cuatro subclases, plemento cuando se unen al antígeno (tablas 20.3 a 20.5).

2681
INMUNOLOGÍA

IgD. Fue la penúltima inmunoglobulina descubierta (año bos, antígeno y anticuerpo antiidiotipo, compiten por unirse
1965) y representa menos del 1% del total de inmunoglobuli- al mismo sitio de unión del anticuerpo. Por tanto, cabe pen-
nas plasmáticas; asimismo, es ínfima la proporción de célu- sar en “vacunas idiotípicas”, es decir, en usar un anticuerpo
las plasmática normales que la producen. Aunque sus nive- antiidiotipo para inducir anticuerpos contra un determinado
les séricos pueden incrementar en infecciones crónicas, y es antígeno, sin necesidad de emplearlo para la inmunización,
posible detectar anticuerpos IgD contra diversos antígenos, lo que sería de gran interés para ciertos gérmenes patógenos
se desconoce cuál es su función. Paradójicamente, se expre- peligrosos. Los anticuerpos antiidiotipo no sólo aparecen en
sa como mIgD junto a mIgM en la mayoría de los linfocitos B pautas de inmunización experimental deliberada con el idio-
maduros primarios. Su principal función fisiológica parece tipo, sino de forma espontánea durante una respuesta inmu-
estar relacionada con actuar como mIg junto con la mIgM ne normal y pueden estar implicados en la regulación de di-
para promover la activación de los linfocitos B. Su zona bisa- cha respuesta.
gra es particularmente sensible a las enzimas proteolíticas,
hecho que puede tener relación con su escasa vida media.
Inmunoglobulina de membrana y dímero
IgE. Fue la última inmunoglobulina descubierta (año 1967). Ig-α/Ig-β. Seudocadenas ligeras
Su concentración sérica y su vida media son las más bajas de
todas las inmunoglobulinas, pero, en cambio, se halla unida Las mIg se anclan en la membrana por el final de las regio-
a los receptores Fc de alta afinidad presentes en basófilos y nes C de las cadenas H, constituyendo una proteína integral
mastocitos, lo que constituye la base celular y molecular de de membrana que actúa como receptor del antígeno. Las ca-
las reacciones alérgicas por hipersensibilidad inmediata (véa- denas H de las mIg tienen una estructura esencialmente
se Reacciones alérgicas). Ello constituye la contrapartida idéntica a la indicada para las inmunoglobulinas secretadas,
negativa de su probable papel beneficioso frente a las infes- con sólo una pequeña prolongación adicional con una por-
taciones por helmintos, procesos en los que existen grandes ción hidrófoba (lipófila) que permite su anclaje en la bicapa
incrementos de IgE sérica. Los anticuerpos IgE contra hel- lipídica de la membrana celular. La IgA y la IgM de membra-
mintos a través de su unión a los receptores Fc de las distin- na son monoméricas porque dicha prolongación sustituye al
tas células (tabla 20.5) pueden desencadenar reacciones in- decaoctapéptido que se une a la cadena J. Para que se ex-
flamatorias y contribuir a la expulsión de esos parásitos. presen en la membrana se requieren otras dos condiciones:
que estén unidas a las cadenas L y, además, que se hallen
asociadas de forma no covalente a dos cadenas polipeptídi-
Isotipos, alotipos e idiotipos cas denominadas Ig-α (CD79a) e Ig-β (CD79b) que están co-
dificadas por los genes mb-1 y B29, respectivamente. Se trata
Las distintas clases y subclases de Ig y los dos tipos de ca- de dos glucoproteínas de membrana que pertenecen a la su-
denas L constituyen los isotipos de las inmunoglobulinas perfamilia inmunoglobulínica, con un peso molecular de 47
(isotipos = variantes de una molécula presente en todos los y 37 kD, respectivamente, unidas entre sí por un puente disul-
miembros de una especie). Un alotipo es una pequeña va- furo formando un dímero (fig. 20.11). Este dímero es tam-
riante genética de un mismo isotipo heredada de forma men- bién esencial para la transducción de señales al interior de la
deliana, que no se halla en todos los miembros de una espe- célula cuando las mIg se unen al antígeno; esta capacidad
cie; en el caso de las inmunoglobulinas humanas se co- de transducir señales se debe a la activación de varias pro-
nocen variantes alotípicas de las cadenas pesadas γ (deno- teintirosincinasas intracelulares a las que sus prolongaciones
minadas Gm) y α (denominadas Am) y de las cadenas lige- intracitoplasmáticas se hallan asociadas.
ras k (denominadas Km). Se trata de variaciones que por lo Recientemente se ha descubierto que en el estadio de cé-
general sólo afectan un aminoácido y que radican predomi- lula pre-B se sintetizan unas seudocadenas ligeras (ψLC) que
nantemente en las regiones constantes. subrogan la función de las verdaderas cadenas L, mientras
Las regiones VH y VL de una inmunoglobulina individual éstas no se sintetizan. Parte de las cadenas µ sintetizadas por
son distintas de las de las otras y constituyen determinantes las células pre-B se unen a las ψLC y se expresan en la mem-
antigénicos privativos de esa inmunoglobulina individual brana como mIgM subrogada en asociación con el dímero
(idiotipos). Se pueden obtener anticuerpos antiidiotipo que Ig-α/Ig-β, formando lo que se denomina BCR subrogado
constituyan la imagen interna del antígeno externo reconoci- (fig. 20.13). Las ψLC están formadas por la unión no covalen-
do por el anticuerpo portador del idiotipo, en cuyo caso am- te de dos polipéptidos denominados λ5 (o su homólogo en

A B
IgM subrogada
IgM
VH
VH

IgM
VL

Vpre.B

µ1

1
C
CL

λ5 ψLC
Cµ2

C µ2
Cµ3

Cµ3

Ig-β Ig-α Ig-β Ig-α Fig. 20.13. A. IgM de membrana


Ig-α Ig-β Ig-α Ig-β (mIgM) de los linfocitos B y su asociación
Cµ4

Cµ4

con el dímero Ig-α/Ig-β. B. mIgM “subro-


gada” presente en las células pre-B, en las
que las dos cadenas µ se hallan ensam-
Membrana Membrana bladas a las seudocadenas ligeras (ψ-LC),
que sustituyen a las verdaderas mientras
Citoplasma Citoplasma éstas no se sintetizan. Esta mIgM subroga-
da se halla igualmente asociada al dímero
Ig-α/Ig-β (véase el texto). V: región varia-
ble; C: región constante.

2682
MOLÉCULAS QUE RECONOCEN EL ANTÍGENO: ANTICUERPOS Y RECEPTOR ANTIGÉNICO DE LAS CÉLULAS T

V1 V2 V3 Vn D1 D2 D20 J1 J2 J6 Cµ Cδ Cγ3 Cγ1 Cα1 Cγ2 Cγ4 Cε Cα2


DNA
5' 3' línea
germinal

Reordenamiento de D con J

V1 V2 V3 Vn D1 J2 J6 Cµ Cδ Cγ3 Cγ1 Cα1 Cγ2 Cγ4 Cε Cα2


DNA
5' 3' de linfocito B
en desarrollo

Reordenamiento de V con DJ

V1 V2 D1J2 J6 Cµ Cδ Cγ3 Cγ1 Cα1 Cγ2 Cγ4 Cε Cα2


5' 3'

Transcripción

V2D1J6

5' 3' RNA primario

Procesamiento de RNA primario

V D J Cµ

5' 3' mRNA

Traducción en los ribosomas

VH Cµ1 Cµ2 Cµ3 Cµ4


CADENA µ

Fig. 20.14. Esquema de la organización de los genes de las cadenas pesadas humanas presentes en el DNA de la línea germinal y su reordena-
miento durante el desarrollo de los linfocitos B, con la subsiguiente transcripción a RNA y su procesamiento y posterior traducción a proteína con
síntesis de cadenas µ. No se han indicado los seudogenes de la región C; se indican las regiones S ( ❚) delante de cada gen C (véase el texto).

el hombre, 14.1) y Vpre-B, con un peso molecular de 22-26 células no linfoides), dichos genes se hallan muy separados
kD (λ5) y 16-18 kD (Vpre-B); se unen a las cadenas µ de for- entre sí.
ma similar a como lo hacen las auténticas, a través de un en- La región V de las cadenas L está codificada por dos ge-
lace disulfuro con la λ5. Los genes λ5 y Vpre-B tienen gran nes, V y J; el gen V codifica los primeros 95 aminoácidos, y el
homología con las regiones constante y variable de las cade- gen J el resto de la región variable que corresponde a la
nas ligeras λ, respectivamente, y los genes que los codifican cuarta región FW. La región V de las cadenas H está codifica-
se encuentran en el cromosoma donde se hallan los genes da, además de por los genes V y J, por un tercer gen adicio-
de las cadenas ligeras λ (22 humano y 16 murino), siendo es- nal, D, que codifica la parte intermedia entre las codificadas
pecíficos de células B. La función exacta de la mIg subro- por los genes V y J; el gen V codifica los primeros 94-99 ami-
gada (o BCR subrogado) se ignora, pero su expresión en las noácidos que abarcan hasta la CDR2 inclusive, el gen D codi-
células pre-B es crítica para su desarrollo. fica la CDR3 y el gen J el resto de la región VH (parte final de
la CDR3 y cuarta región FW).
La región C de las cadenas H y L está codificada por un
Genética de las inmunoglobulinas y generación único gen. Los genes de la región C se hallan en posición
de la diversidad de las especificidades descendente (hacia el extremo 3’) con respecto a los genes
de la región V. Para las cadenas H hay tantos genes C distin-
anticuerpo tos como clases y subclases de cadenas H, y se agrupan en el
orden siguiente (de 5’ a 3’): Cµ, Cδ, Cγ3, Cγ1, Cε2 (un seudo-
gén), Cα1, Cγ (un seudogén), Cγ2, Cγ4, Cε, Cα2. Delante de
Genes de las inmunoglobulinas presentes en el DNA cada uno de estos genes hay una secuencia de DNA denomi-
de la línea germinal y su reordenamiento somático nada región S (del inglés switch, cambio), excepto en el caso
del gen Cδ, que se halla muy próximo al gen Cµ y comparte
Las inmunoglobulinas están codificadas por tres loci inde- la región S del gen Cµ (fig. 20.14). Estas regiones S son las
pendientes de genes, localizados en cromosomas distintos: que permiten el cambio de clase de las inmunoglobulinas, en
el de las cadenas ligeras κ (cromosoma 2 humano y 6 muri- virtud del cual un mismo conjunto reordenado de genes VH-
no), el de las cadenas ligeras λ (cromosoma 22 humano y DH-JH puede presentarse unido a los distintos genes C que
16 murino) y el de las cadenas pesadas (cromosoma 14 hu- codifican las distintas clases y subclases de cadenas H (véa-
mano y 12 murino). En cada locus hay grupos de genes dis- se más adelante); cada uno de estos genes C está organizado
tintos que codifican la región V y genes que codifican la re- en exones, uno para cada dominio y zona bisagra (si existe),
gión C, y en la línea germinal (DNA embrionario o DNA de separados por intrones. En el caso de las cadenas κ hay un

2683
INMUNOLOGÍA

único gen C, mientras que en el caso de las λ hay varios ge- maduros). Dicha coexpresión se debe a que el gen Cδ se ha-
nes C (hasta 7 en el hombre) que codifican pequeñas varian- lla muy próximo al Cµ sin estar separados por una región S,
tes proteicas de la región C de este tipo de cadenas ligeras por lo que al transcribirse el gen VHDHJH reordenado lo
(esas variantes proteicas pueden ponerse de manifiesto me- hace junto con los genes Cµ y Cδ, y luego, mediante un pro-
diante ciertos anticuerpos). ceso de empalme diferencial del RNA, se producen dos
En la línea germinal de la especie humana hay como míni- mRNA distintos, ambos con la misma región VH pero uno
mo unos 100-200 genes VH, más de 20 genes DH y 6 genes con la región Cµ y el otro con la región Cδ.
JH; en el caso de las cadenas ligeras κ, hay unos 80 genes V y El hecho de que una inmunoglobulina se sintetice para ser
varios genes J; en el caso de las cadenas ligeras λ (el locus expresada en la membrana o para ser secretada, se debe a
menos conocido) humanas, hay una diversidad de genes V un mecanismo de transcripción diferencial del exón que co-
semejante a la de las cadenas κ. La organización de los ge- difica el último dominio C de las cadenas pesadas. Al final
nes de las cadenas ligeras λ difiere de la de los genes H y κ de dicho exón hay otros dos exones (M1 y M2) que codifican
porque cada gen Cλ está unido a un correspondiente gen Jλ, la expresión en la membrana; cuando la transcripción del
formando un complejo. Para que pueda sintetizarse una ca- gen reordenado abarca hasta los exones M, las cadenas H
dena H o L, los genes separados de la línea germinal que las poseen la prolongación adicional para anclarse en la mem-
codifica deben reordenarse hasta yuxtaponerse y formar un brana, y si se detiene antes de dichos exones, las cadenas H
único gen, que luego será transcrito y traducido a proteína. son apropiadas para ser secretadas. Lo primero ocurre en los
Dicho reordenamiento ocurre durante el desarrollo somático linfocitos B, y lo segundo cuando los linfocitos B implicados
de los linfocitos B en la médula ósea o los otros sitios hema- en una respuesta maduran hasta célula secretora de anti-
topoyéticos fetales e implica la yuxtaposición de uno de los cuerpo.
genes V con uno de los genes D y con uno de los J en el caso En una misma clona de células B, los genes VHDHJH reor-
de las cadenas H, y de uno de los genes V y otro J en el denados que inicialmente se expresan con el gen Cµ y Cδ,
caso de las cadenas L, con eliminación de los intrones que con el tiempo pueden expresarse con otros genes C, por
los separan, para formar los genes VDJ-intrón-CH, para las ca- ejemplo, Cγ; es el cambio de clase que caracteriza a la res-
denas H, y VJ-intrón-CL, para las cadenas ligeras. Estos genes puesta secundaria de anticuerpos. Ello implica la recombina-
reordenados se transcriben a RNA primario, y después éste ción de los genes C, a través de las regiones S (p. ej., entre Sµ
es procesado a RNA mensajero con eliminación del intrón y Sγ), de forma que el DNA intercalado entre ellas queda eli-
por escisión y empalme diferencial, con la consiguiente tra- minado, y los genes VHDHJH se expresan ahora con Cγ en
ducción en los ribosomas y síntesis de las correspondientes lugar de con Cµ; la eliminación del DNA intercalado puede
cadenas H o L (fig. 20.14). Los genes VH, DH y JH y VL y JL deberse a la formación de un asa de DNA entre las regiones
de la línea germinal están flanqueados por unas secuencias S y su subsiguiente deleción o a un intercambio desigual en-
señalizadoras o secuencias consenso de DNA (heptámero-12 tre cromátides hermanas durante la mitosis.
pp-nonámero y heptámero-23 pp-nonámero) que guían la co-
rrecta recombinación de estos genes. La recombinación de Generación de la diversidad del repertorio de especificidades
estos genes por emparejamiento de dichas secuencias impli-
ca la eliminación del DNA intercalado entre ellas, ya sea por anticuerpo. Hipermutación somática de los genes
formación de un asa de DNA que luego se escinde (hipótesis reordenados de las inmunoglobulinas
del asa excluida) o bien por intercambio desigual entre cro-
mátides hermanas durante la mitosis. La diversidad de especificidades anticuerpo potencial-
Los reordenamientos de las inmunoglobulinas se produ- mente disponibles distribuidas entre las distintas clonas de
cen durante el desarrollo de los linfocitos B y siguen un or- linfocitos B primarios o “naive” (que no han tenido contacto
den jerárquico muy estricto, comenzando por las cadenas H con el antígeno) surge: de la a) la presencia en la línea ger-
en el estadio de célula pro-B con el reordenamiento de un minal de múltiples genes codificadores de la región VH (VH,
gen DH con otro JH, y luego el reordenamiento de uno de DH y JH) y VL (VL y JL) y las múltiples combinaciones en
los genes VH con el DHJH reordenado. Si el gen VHDHJH re- que pueden reordenarse para formar una determinada re-
ordenado no es productivo (incapaz de transcribirse) siguen gión VH y VL; b) de la existencia de imprecisiones en la
nuevos intentos hasta que uno lo sea o hasta que se agote el unión de esos genes, lo que genera pequeñas variaciones
material en ambos cromosomas 14 y la célula aborte. Tan adicionales, así como el hecho de que pueden adicionarse
pronto como uno es productivo, cesa todo otro reordena- (en el caso de las cadenas H) pequeñas secuencias (deno-
miento de las cadenas H, se sintetizan cadenas µ y se inician minadas uniones H) sintetizadas sin molde, y que son proba-
los reordenamientos de las cadenas ligeras κ con el mismo blemente debidas a la desoxinucleotidiltransferasa terminal
proceso de intentos sucesivos hasta que uno sea productivo, (TdT), y c) de la combinación de las distintas cadenas H y L.
momento en que cesa todo otro reordenamiento, con lo que Se calcula que las dos primeras causas citadas pueden deter-
la célula pasará a expresar mIgMκ. Si fracasan todos los reor- minar hasta unas 10.000 distintas cadenas H, lo cual dada la
denamientos κ en uno u otro cromosoma 2, se inicia el mis- combinación de las distintas cadenas H y L, puede significar
mo proceso en los genes de las cadenas λ en el cromosoma un repertorio primario de 1011 anticuerpos de distinta especi-
22; cuando uno sea productivo, cesa todo otro reordena- ficidad. Probablemente sólo se usa una parte (106) de este
miento y la célula pasará a expresar mIgMλ. Este control re- enorme repertorio potencial. Sin embargo, su existencia ga-
trorregulado de los reordenamientos y su funcionamiento a rantiza que cualquier antígeno extraño que entre en el orga-
modo de “ruleta rusa” determina que en cada célula B el re- nismo tenga probabilidades de encontrar linfocitos B que lo
ordenamiento génico productivo y expresado de cada cade- reconozcan, y así poder inducir una respuesta.
na H y L, corresponda sólo a uno de los dos alelos cromosó- La fuente de diversidad se incrementa en el repertorio se-
micos (el materno o el paterno), lo que clásicamente se cundario o linfocitos B que han tenido contacto con el antíge-
conoce como fenómeno de la exclusión alélica (una excep- no (linfocitos B memoria) por las hipermutaciones somáticas
ción respecto de todas las células de vertebrados con organi- puntuales que los genes VHDHJH y VLJL reordenados y ex-
zación cromosómica diploide, en las que se expresan los dos presados pueden experimentar, proceso que ocurre con la
alelos de un gen activo). Ello garantiza que una célula B (y respuesta al antígeno y que suele ser concomitante con el
su clona) exprese inmunoglobulina de un solo tipo de cade- cambio de clase de inmunoglobulina. Estas mutaciones con-
nas ligeras (bien de tipo κ, bien de tipo λ), así como una úni- sisten en cambios nucleotídicos que afectan unos pocos ami-
ca región VH y una única región VL y, por tanto, una misma noácidos en las CDR (sobre todo en la CDR3) y que pueden
especificidad anticuerpo. determinar cambios en la afinidad y especificidad de los anti-
Los linfocitos B con mIgM (bien κ, bien λ) pasan poco cuerpos; los que incrementan la afinidad para el antígeno son
después a coexpresar IgM e IgD de membrana (linfocitos B los que salen primados y su aparición es típica de la respues-

2684
MOLÉCULAS QUE RECONOCEN EL ANTÍGENO: ANTICUERPOS Y RECEPTOR ANTIGÉNICO DE LAS CÉLULAS T

ta de anticuerpos secundaria (hipermutaciones somáticas “di- Es posible, además, obtener AcMo biespecíficos, por hibri-
rigidas por el antígeno”; véase Respuesta de anticuerpos). dación de dos hibridomas productores de distintos anticuer-
pos o por conjugación química, de modo que en una mo-
Aplicación clínica del estudio de los genes lécula de inmunoglobulina uno de los sitios de unión
reconozca una molécula y el otro, otra molécula. Es también
de las inmunoglobulinas factible “humanizar” AcMo murinos colocando las regiones
El análisis del reordenamiento de los genes de las inmuno- V de este anticuerpo junto a las regiones C de IgG humana e,
globulinas en el DNA genómico de células linfoides neoplási- incluso, hacer modificaciones menores, como injertar sólo
cas, por la técnica de southern blotting, es de gran utilidad una CDR del AcMo de una especie en el AcMo de otra, o mo-
para filiar su linaje linfoide y su monoclonalidad, cuando dificar exclusivamente unos pocos aminoácidos de la CDR
ello no es posible mediante el análisis fenotípico de los mar- de un AcMo para que éste adquiera una especificidad y una
cadores linfocitarios, como ocurre en ciertas leucemias linfo- afinidad determinadas.
blásticas agudas y ciertos linfomas. En lugar de la técnica de
southern blotting puede usarse también una aproximación
basada en la técnica de la reacción en cadena de la polime- Bibliografía especial
rasa (PCR) mediante cebadores apropiados. Este tipo de téc- DE LA FUENTE MA, EGILE C, PEREIRA A, JUAN M, VIVANCO F, ROELCKE D et
nica por PCR y siguiente secuenciación del DNA amplificado al. Molecular characterization of a monoclonal IgMk (GAS) anti-
se emplea también para conocer los genes usados por anti- Gd cold agglutinin (CA). Its coexistence with a monoclonal IgG3k
cuerpos y autoanticuerpos humanos cuando se ha consegui- (GAS) without CA activity that might be clonally related to IgM-
do inmortalizar las células B que los producen. GAS. Blood 1994; 83: 1.310-1.322.
DELESPESSE G, SARFATI M, WU CY, FOURNIER S, LETELLIER M. The low-affi-
nity receptor for IgE. Immunol Rev 1992; 125: 77-97.
Obtención de anticuerpos monoclonales MELCHERS F, KARASUYAMA H, HAASNER D, BAUER S, KUDO A, SAKAGUCHI N
et al. The surrogate light chain in B-cell development. Immunol
por hibridación somática in vitro Today 1993; 14: 60-68.
MORRISON SL. In vitro antibodies: Strategies for production and appli-
y por “diseño génico” cation. Ann Rev Immunol 1992; 10: 239-266.
RAVETCH J, KINET JP. Fc receptors. Ann Rev Immunol 1991; 9: 457-492.
Desde 1975 la hibridación somática in vitro se aplica para RETH M. Antigen receptors on B lymphocytes. Ann Rev Immunol
inmortalizar clonas de células B normales productoras de un 1992; 10: 97-121.
anticuerpo determinado y así obtener un anticuerpo mono- SANDOR M, LYNCH RG. Lymphocyte Fc receptors: The special case of T
cells. Immunol Today 1993; 14: 227-231.
clonal (AcMo) in vitro. Consiste en fusionar in vitro las célu- SCHATZ DG, OETTINGER MA, SCHLISSEL MS. V(D)J recombination: Mole-
las B normales (que no pueden sobrevivir in vitro más allá de cular biology and regulation. Ann Rev Immunol 1992; 10: 359-384.
unos pocos días) del animal inmunizado con el antígeno en
cuestión con una línea de células mielomatosas dotadas de
crecimiento continuo in vitro, así como de ciertas caracterís-
ticas metabólicas, y de incapacidad de producir inmunoglo-
bulinas por sí mismas. Con la fusión se consiguen células hí-
Receptor antigénico de las células T*
bridas (“hibridomas”) que secretan las inmunoglobulinas de
las células B normales a la vez que están dotadas de la in- Concepto. Los linfocitos B reconocen antígenos libres o solu-
mortalidad de las mielomatosas, siendo fácilmente clona- bles mediante su receptor antigénico de superficie (que es una
bles. Las especies en las que se obtienen esos AcMo son pre- inmunoglobulina). En el caso de los linfocitos T, el antígeno es
dominantemente el ratón y, en menor medida, la rata y el primero degradado y procesado en el interior de las células
hámster, por cuanto sólo en estas especies son disponibles lí- presentadoras de antígeno (APC). Por último, los fragmentos
neas mielomatosas verdaderamente apropiadas. No existen, procesados son expuestos en la superficie de la célula presen-
por ejemplo, líneas mielomatosas adecuadas de uso univer- tadora, en el seno de una molécula del complejo principal de
sal para inmortalizar linfocitos B humanos. Ello puede conse- histocompatibilidad (MHC de clase I o de clase II) (véase siste-
guirse, sin embargo, mediante transformación con el virus de ma HLA). El linfocito T, a través de su receptor específico
Epstein-Barr (VEB), e hibridación somática posterior con he- (TCR), sólo reconoce dichos fragmentos cuando se asocian a
teromielomas (hombre × ratón). Los anticuerpos convencio- una molécula MHC en la membrana de una APC (fig. 20.15).
nales o anticuerpos policlonales obtenidos del suero de un Además del TCR, las células T expresan en su membrana deter-
animal inmunizado (antisuero) con un determinado antíge- minadas proteínas de superficie, denominadas colectivamente
no, aunque sean muy específicos de dicho antígeno, consti- moléculas accesorias, cuya función principal es estabilizar la
tuyen una población heterogénea de anticuerpos proceden- interacción inicial entre la célula T y la célula presentadora
tes de varias clonas, que reconocen distintos epítopos de la (como CD4, CD8, CD2). Esta interacción inicial facilita el poste-
misma molécula antigénica e, incluso, distintas configuracio- rior reconocimiento del antígeno por el TCR.
nes de un mismo epítopo; su calidad, además, variará de un Asociado a las dos proteínas polimórficas que constituyen
lote a otro. Asimismo, para obtenerlos hay que disponer del el TCR se encuentra un grupo de proteínas monomórficas de-
antígeno purificado tanto para inmunizar el animal como nominado en conjunto CD3, que forman así el complejo
para luego aislar los anticuerpos específicos, lo cual es sólo TCR-CD3. Las cadenas CD3 son imprescindibles para la trans-
practicable en pocos casos. Las ventajas de los AcMo radi- misión de la señal de reconocimiento antigénico al interior
can en que: a) constituyen un reactivo homogéneo, una úni- celular, estando probablemente implicadas en las interaccio-
ca molécula de anticuerpo que reconoce un único epítopo o nes del TCR con las moléculas accesorias antes citadas.
determinante antigénico; b) son producidos por una fuente Cuando ocurre el reconocimiento entre el TCR y la molé-
celular inmortal, y c) más importante aún, se pueden obtener cula MHC que lleva el antígeno, se desencadena una casca-
contra preparaciones impuras del antígeno, incluso contra da de reacciones bioquímicas en el citoplasma de la célula
moléculas cuya existencia se ignora, y será el AcMo el que T, que origina el proceso de activación, estando también im-
sirva para identificar esta molécula, siempre que se disponga plicadas en estas reacciones las moléculas accesorias (fig.
del material (una célula, un germen) en el que dicha mo- 20.16). Si, por el contrario, no se produce dicho reconoci-
lécula se halle presente. Por esa razón, los AcMo han signifi- miento, ambos tipos celulares (linfocito T y célula presenta-
cado un avance inmensurable en todos los campos de las dora) se separan sin cambios.
ciencias biomédicas para la caracterización e identificación
de nuevas moléculas, así como para fines diagnósticos in vi-
tro e in vivo y para fines terapéuticos. *A. Pacheco y J.R. Regueiro

2685
INMUNOLOGÍA

puentes disulfuro intracatenario. Es en esta región V, junto


Célula presentadora
con la región J (y con la D en el caso de las cadenas β), don-
de reside la variación clonotípica del TCR.
La región C de ambas cadenas tiene 138-179 aminoácidos,
formando tres dominios diferenciados:
1. Un gran dominio extracelular que contiene tres cisteí-
nas (dos de ellas forman un puente intracatenario, y la terce-
ra está implicada en la unión de las cadenas α y β).
2. Un pequeño dominio transmembrana, con estructura
en α-hélice, donde destaca la presencia de aminoácidos con
carga positiva probablemente implicados en las interaccio-
nes con las cadenas CD3 (cuyos aminoácidos transmembra-
HLA na están cargados negativamente).
3. Un tercer dominio, de sólo cinco aminoácidos que for-
Ag ma la región citoplasmática.
El receptor γ-δ se expresa en una población minoritaria de
β linfocitos T periféricos que, en su mayoria, carecen de las
moléculas de superficie CD4 y CD8 (también se encuentra
α TCR en una pequeña proporción de timocitos y en linfocitos del
epitelio intestinal). La estructura de este heterodímero, de 75-
110 kD, es análoga al TCR α-β. La cadena γ está formada por
una región V, una región J y una región C (en cuyo dominio
transmembrana aparece un residuo con carga positiva). La
cadena δ consta de una región V, una región D, una región J
y una región C, con dos residuos con carga positiva en el do-
minio transmembrana.

ε
δ
γ
Cadenas monomórficas (CD3)
ζ
ζ Asociadas al TCR hay al menos cuatro cadenas monomór-
ficas: CD3 γ, de 25-28 kD; CD3 δ, de 20 kD, CD3 ε, de 20 kD y
CD3
CD3 ζ, de 16 kD.
Linfocito T Transducción Las cadenas CD3 γ, CD3 δ (ambas glucosiladas) y CD3 ε
de señal (no glucosilada) guardan una gran homología genética y es-
tructural entre sí. Las tres cadenas están formadas por una re-
gión extracelular, con un puente disulfuro que forma un
Fig. 20.15. Estructura y función del complejo TCR-CD3. El TCR reco- dominio característico de la superfamilia de las inmunoglo-
noce antígenos presentados por moléculas del complejo principal de
histocompatibilidad (MHC). Ag: antígeno; HLA: moléculas humanas; bulinas, una región transmembrana, con un residuo cargado
TCR: receptor de la célula T. negativamente implicado en la interacción con el TCR, y una
región citoplasmática, de 44-81 aminoácidos, de tamaño sufi-
ciente para transducir señales al interior celular (en este do-
Estructura proteica del complejo TCR-CD3 minio citoplasmático de las cadenas CD3 γ y CD3 δ aparecen
residuos de serina susceptibles de fosforilación).
El complejo TCR-CD3 consta de dos partes bien diferencia- La cadena CD3 ζ se asocia al TCR en forma de homodíme-
das, tanto estructural como funcionalmente (fig. 20.15). ro ζζ (fig. 20.15). Tiene una estructura distinta de las otras
proteínas CD3, ya que su dominio extracelular consta única-
TCR. Heterodímero con un peso total de 86 kD cuyas dos ca- mente de 9 aminoácidos, mientras que el dominio intracelu-
denas polipeptídicas, denominadas α y β, están unidas cova- lar está formado por 112 aminoácidos y tiene seis tirosinas
lentemente por puentes disulfuro. Es la porción específica que se fosforilan cuando el receptor de la célula T se activa.
del receptor, por lo tanto polimórfica, y en ella se da la varia- Dicha fosforilación está implicada en la transducción de la
ción clonotípica que permite el reconocimiento de más de señal de activación.
1015 antígenos diferentes (es decir, cada linfocito T tiene un
TCR único e irrepetible). Existe un isotipo del TCR que se en-
cuentra en una pequeña subpoblación (inferior al 5%) de cé- Genética
lulas T y está formado por cadenas γ y δ en lugar de α y β.
Este heterodímero tiene una estructura similar al TCR α-β, y
su función biológica aún no está claramente determinada.
Cadenas polimórficas
CD3. Es la porción invariable del complejo y está formado Al igual que ocurre con las inmunoglobulinas, los genes
por, al menos, cuatro proteínas unidas no covalentemente, que codifican las cadenas del TCR están formados por la
denominadas γ, δ, ε y ζ. unión de elementos génicos separados que codifican para
las regiones V, D, J y C. El reordenamiento génico (proceso
mediante el cual se genera la gran diversidad de receptores
Cadenas polimórficas (TCR) antigénicos), tanto de las inmunoglobulinas como del TCR,
Existe una gran similitud entre la estructura de las inmuno- es dependiente de la presencia de secuencias de ADN espe-
globulinas y las cadenas α y β del TCR. Ambas cadenas poli- cíficas adyacentes a los segmentos génicos que se reordenan
peptídicas constan de una región variable (V), una región (véase más adelante).
constante (C) y una región de unión (J, del inglés joining) si- El gen TCR β se encuentra localizado en el cromosoma 7.
tuada entre las dos anteriores. La cadena β tiene, además de Contiene dos secuencias intercambiables, C β1 y C β2, que
las regiones V, J y C, una región de diversidad (D) situada en- codifican el dominio C. Cada una de estas secuencias lleva
tre V y J. asociada 6-7 segmentos J y un segmento D. A continuación
La región variable de las cadenas α y β está formada por de estos dos grupos de genes C-J-D se localizan 25-30 elemen-
102-119 aminoácidos y contiene dos cisteínas implicadas en tos génicos que codifican para la región V.

2686
MOLÉCULAS QUE RECONOCEN EL ANTÍGENO: ANTICUERPOS Y RECEPTOR ANTIGÉNICO DE LAS CÉLULAS T

CD28 CD45 CD4/CD8 TCR

CD3

lck fyn PLC


DAG
PKC activa

Citoplasma IP3 PKC inactiva


Fosforilación
Fosforilación de diversas
de diversas proteínas
proteínas
Cinasa
activa
Ca2+

+ –

Núcleo RNA
Cinasa pol
inactiva

RE

Interleucina 2

Fig. 20.16. Activación del linfocito T. El reconocimiento de antígeno agrega diversas moléculas en un punto de la membrana celular. La actua-
ción causa múltiples eventos tempranos (fosforilación y desfosforilación de proteínas, hidrólisis de fosfolípidos de membrana, aumento de la con-
centración de Ca2+) y, finalmente, la inducción de genes como el de la IL-2. DAG: diacilglicerol; IP3: inositoltrifosfato; PKC: proteína serincinasa C;
PLC: fosfolipasa C; RE: retículo endoplásmico; RNA pol: RNA polimerasa.

El gen TCR α se encuentra, junto con el TCR δ, en el cro- c) por último, se produce un reordenamiento de un gen de
mosoma 14. La organización génica de la cadena α se puede la región C, dando lugar al DNA reordenado y completo que
dividir en tres regiones: una única secuencia que codifica habría así creado una especificidad al azar. Para la mayor
para la región C α, 50-100 segmentos J y 75-100 segmentos V. parte de la región V, el reordenamiento implica una deleción
La estructura genética del TCR γ-δ guarda una gran simili- de secuencias V.
tud con el TCR α-β. El gen TCR γ se localiza en el cromosoma Hay una serie de factores que explican la enorme diversi-
7, carece de segmentos D, como el TCR α, y contiene 14 seg- dad de TCR posibles: a) la multiplicidad de genes V; b) la
mentos V, seguidos de dos grupos diferentes de segmentos J unión aleatoria de los múltiples segmentos de los genes V, D,
y C, como el TCR β. El grupo de genes que codifican para la J y C; c) la diversidad de unión que resulta de una fusión im-
cadena δ se encuentra localizado entre los genes de TCR α precisa entre los últimos segmentos, responsable de delecio-
(cromosoma 14) y consta de tres genes V, dos D y tres J. Aun- nes y adiciones de nucleótidos, que da origen a una diferen-
que hay menos secuencias variables en el TCR γ-δ, su variabi- cia en el número de aminoácidos (este cierto grado de
lidad potencial es mayor que la de TCR α-β debido al alto flexibilidad es una característica que sólo poseen los linfo-
número de diferentes tipos de unión V-D-J posibles en el pri- citos T), y d) la asociación al azar de las dos cadenas (α-β y
mero. γ-δ) que constituyen el receptor.
En contraste con las inmunoglobulinas, los genes de TCR
no parecen diversificarse mediante mutaciones somáticas de
Reordenamiento y generación de diversidad los genes reordenados, posiblemente debido a la necesidad
Las secuencias adyacentes a los segmentos V, D y J tienen, de reconocimiento de las moléculas HLA.
como los de las inmunoglobulinas, determinadas secuencias
(heptámero-espaciador-nonámero) que están implicadas,
como señal de reconocimiento, en el reordenamiento somá-
Cadenas monomórficas
tico. El mecanismo de reordenamiento sigue tres etapas: En el hombre, los genes que codifican para CD3 γ, δ y ε es-
a) interacción de las secuencias complementarias de uno de tán localizados en el brazo largo del cromosoma 11. La es-
los genes D y J, al azar; b) el gen V sigue un mecanismo aná- tructura genética de CD3 γ y CD3 δ es muy similar, mientras
logo, constituyéndose segmentos V-D-J; los segmentos V po- que la de CD3 ε difiere ligeramente en relación con los otros
drían asociarse con los J cuando no existe la región D, y dos genes. Mediante el estudio comparado de secuencias se

2687
INMUNOLOGÍA

ha podido confirmar la relación de estos dos genes con la su- su unión a la célula presentadora. Sus ligandos naturales,
perfamilia de las inmunoglobulinas. La expresión de los ge- CD58 y CD54, respectivamente, se expresan en la superficie
nes CD3 γ, δ y ε parece estar coordinada y regulada por fac- de todas las células que realizan la función presentadora.
tores reguladores comunes. Otras moléculas del linfocito T que intervienen en el proceso
El gen CD3 ζ, por su parte, se encuentra en el cromosoma de adhesión son CD5, CD28 y CD40L, cuyos ligandos son, res-
1 y difiere profundamente de los otros genes CD3, tanto en su pectivamente, CD72, CD80 y CD40.
estructura como en su regulación (se expresa, por ejemplo, Las moléculas CD4 y CD8 constituyen una categoría distin-
en células natural killer, mientras que CD3 γ, δ y ε se expre- ta dentro del mecanismo de adhesión, ya que, al igual que
san sólo en linfocitos T). para el TCR, sus ligandos naturales son las glucoproteínas
MHC de clase I (para la molécula CD8) y MHC de clase II
(para la CD4). El fenotipo CD4/CD8 de un linfocito T determi-
Función na su función efectora: CD4 está presente en la mayoría de
los linfocitos T colaboradores, mientras que CD8 se presenta,
Las funciones del TCR α-β son, durante el desarrollo en el principalmente, en los linfocitos T con función citotóxica y
timo del linaje T, participar en la selección positiva y negativa, supresora. Es lógico que las células T con fenotipo CD8 reco-
y, en la periferia, el reconocimiento de antígenos exógenos. nozcan antígenos en el contexto de moléculas MHC de clase
En ambas situaciones es necesaria la activación celular (fig. I, ya que éstas tienen una distribución tisular universal, pu-
20.16), durante la cual se inducen diversos programas funcio- diéndose realizar así la función citotóxica, reconocimiento y
nales en los linfocitos T: síntesis de factores de crecimiento y lisis de cualquier célula del organismo que se encuentre in-
maduración denominados linfocinas, síntesis de perforinas, fectada por virus. Las moléculas MHC de clase II, en cambio,
selección clonal, proliferación celular, etc. En el reconoci- tienen una distribución restringida, en general, a células con
miento antigénico, además del TCR α-β desempeñan un papel capacidad de endocitar gérmenes patógenos o antígenos
fundamental otras moléculas de superficie (entre ellas se en- (macrófagos, linfocitos B, células dendríticas).
cuentran CD4 o CD8, CD2, CD28, CD45, etc.). El proceso de re- Las moléculas de adhesión también desempeñan un im-
conocimiento es distinto en el caso del TCR γ-δ, ya que en los portante papel en la transducción de señal y activación de la
linfocitos que utilizan ese receptor no se expresan las molécu- célula T. Se sabe que, al igual que la unión de estas molécu-
las accesorias CD4 ni CD8 (no se puede producir la unión las incrementa la afinidad de la interacción TCR/antígeno,
HLA-II/CD4 o HLA-I/CD8). La molécula presentadora de antí- también intervienen activamente en el proceso de transduc-
geno para el TCR γ-δ no se conoce aún con precisión, como ción de señal (CD2, CD45, CD4, CD8 y CD28 son moléculas
tampoco la función biológica del propio TCR γ-δ. imprescindibles para que se produzca la activación de la cé-
lula T).
En el timo (linfocitos T inmaduros)
El desarrollo de las células T en el timo (timocitos) está
Activación del linfocito T
controlado por el TCR α-β en dos procesos críticos, la selec- Cuando el TCR reconoce al complejo MHC/péptido antigé-
ción positiva y la selección negativa. La selección positiva es nico, bien en el timo o en la periferia, se producen una serie
el proceso por el cual los timocitos cuyo TCR reconoce mo- de reacciones bioquímicas en el interior celular; algunas
léculas MHC de clase I o II de las células del epitelio cortical ocurren en segundos o minutos (fenómenos tempranos) y
del timo son seleccionadas para sobrevivir, eliminándose to- otras en horas o días (fenómenos tardíos). Son mejor conoci-
das las células que no tienen afinidad por el MHC de las cé- dos los fenómenos asociados a reconocimiento de antígeno
lulas de su propio organismo. En la selección negativa entran por los linfocitos T maduros, aunque se piensa que en el
en una muerte celular programada (apoptosis) las células timo tienen lugar fenómenos similares, pero con distintas
que se unen con alta afinidad a los complejos MHC-péptido consecuencias (selección positiva y/o negativa).
endógeno presentados por las células de la estroma medular Los principales fenómenos tempranos asociados a la acti-
del timo. Con este proceso se garantiza la eliminación de los vación de la célula T son los siguientes: a) fosforilación/des-
linfocitos T autorreactivos. Una vez producidas las seleccio- fosforilación de diversas proteínas en la membrana y en el ci-
nes positiva y negativa, las células supervivientes (menos del toplasma; b) hidrólisis de ciertos fosfolípidos de membrana,
3%) dejan de expresar uno de los dos correceptores (CD4 o y c) aumento de la concentración de iones de calcio en el ci-
CD8), dando lugar a células CD4+ CD8– TCR α-β y CD4– toplasma. La causalidad de estos fenómenos no está bien de-
CD8+ TCR α-β maduras. La regulación de la mutua exclusión terminada, pero una posible interpretación de los datos dis-
de los genes CD4 y CD8 no está aún esclarecida. El proceso ponibles sería la siguiente (fig. 20.16). El reconocimiento del
selectivo que sufren los linfocitos con TCR γ-δ no se conoce antígeno en la APC agrega en un punto de la membrana
aún con precisión. del linfocito T proteínas normalmente dispersas en la mem-
brana, obligándolas a interaccionar entre sí. El CD45, que tie-
ne actividad fosfatasa, activa por desfosforilación a una pro-
En los órganos periféricos (linfocitos T maduros) teína asociada al TCR con actividad tirosincinasa (es decir,
Una vez fuera del timo, el linfocito T se adhiere a distintos que fosforila otras proteínas en residuos de tirosina) denomi-
tipos celulares, sobre los que reconoce antígenos exógenos. nada p59fyn. Otra proteincinasa que también resulta activada
Los linfocitos T con TCR α-β se dividen en dos grandes subti- en pocos segundos es p56lck, que está asociada a CD4 y CD8.
pos: los que reconocen antígenos presentados por moléculas La tirosincinasa p59fyn, a su vez, fosforila otras proteínas, en-
MHC de clase I (mayoritariamente CD8) y los que lo hacen tre ellas CD3 ζ, provocando que otra tirosincinasa, llamada
sobre moléculas MHC de clase II (CD4 en su mayoría). El ZAP70, se una a esta cadena CD3 ζ fosforilada. El conjunto de
TCR reconoce simultáneamente el antígeno extraño y la mo- moléculas activadas anteriores activa, a su vez, a una enzima
lécula MHC de la célula presentadora. Sólo un pequeño nú- que hidroliza fosfolípidos denominada fosfolipasa C gamma
mero de estos complejos pueden ser reconocidos por las re- (PLC-γ). La PCL-γ activada hidroliza un fosfolípido de mem-
giones Vα/Vβ del TCR. Por esta razón, el reconocimiento del brana, denominado fosfatidilinositol-4,5-bifosfato (PIP2),
complejo MHC/péptido antigénico es un proceso dinámico dando origen a dos productos: inositol-1,4,5-trifosfato (IP3) y
que incluye un primer paso de complejas interacciones célu- diacilglicerol (DAG). El IP3 media un rápido incremento de
la-célula, antes de que se produzca un contacto productivo la concentración de calcio libre en el citoplasma mediante la
que dé lugar a la activación celular. En estas interacciones apertura de canales de membrana en orgánulos de almace-
preliminares participan múltiples moléculas accesorias. namiento de Ca2+ (el retículo endoplásmico) y en la mem-
CD2 y CD11a/CD18 son las moléculas de adhesión prima- brana plasmática. Como consecuencia de ello, se activa una
ria del linfocito T que contribuyen a potenciar la afinidad de serie de proteínas serincinasas dependientes de Ca2+ mal co-

2688
INTEGRINAS Y OTRAS MOLÉCULAS DE ADHESIÓN

nocidas que fosforilan en residuos de serina a otras proteí- Deficiencias funcionales


nas, entre ellas probablemente factores de transcripción que
así se activan e inducen en el núcleo la síntesis de proteínas Se ha caracterizado un defecto temprano de activación en
relevantes [como la interleucina 2 (IL-2) en linfocitos CD4 o el cual las células T son incapaces de proliferar, sintetizar IL-2
perforinas en los CD8]. o expresar el receptor para la IL-2 en respuesta a diversos es-
El DAG, por otro lado, es el encargado de translocar una tímulos, aunque los niveles de linfocitos T permanecen nor-
proteína serincinasa citosólica (PKC) a la membrana plasmá- males. Como el defecto afecta otras moléculas de membrana
tica, donde adquiere la forma activa, dependiente del calcio. además de al complejo TCR-CD3, se postula que esta defi-
La PKC activa provoca la fosforilación de varias proteínas en ciencia puede ser el resultado de una señal defectuosa de di-
residuos de serina o treonina (entre ellas probablemente chos receptores de membrana a la PLC-γ.
CD3 γ y CD3 δ), lo que desencadena la activación de la ma- También se han encontrado pacientes con deficiencias de
quinaria nuclear como se explicó antes (síntesis de IL-2, per- activación a través del TCR-CD3, que son restablecidas me-
forinas, etc.). diante activadores de la PKC. En este caso la alteración pare-
Entre los fenómenos tardíos asociados a la activación de ce ser más tardía en la cadena de reacciones de transmisión
la célula T están, por tanto, la transcripción de múltiples ge- de la señal (en la propia PLC, aumento de calcio intracelu-
nes, como los de diversas citocinas [IL-2, interferón gamma lar, etc.; fig. 20.16).
(IFN-γ), IL-3, IL-4, IL-5, IL-6], receptores (IL-2R) y otras molé- Otros pacientes parecen presentar defectos aún más tar-
culas (HLA de clase II, moléculas de adhesión, etc.). Final- díos, puesto que son incapaces de transcribir los genes de
mente, la proliferación celular de los linfocitos T activados ciertas citocinas como la IL-2. Al menos en un caso se han
garantiza la expansión de las pocas células capaces de reco- detectado anomalías en factores de transcripción.
nocer el antígeno exógeno, lo que ayuda a amplificar la res- En individuos afectos de determinados tumores se ha ob-
puesta inmune. servado que los complejos TCR-CD3 de sus linfocitos T tienen
una baja expresión de la cadena CD3 γ y carecen totalmente
de la cadena CD3 ζ. Los niveles de las cinasas p56lck y p59fyn
Enfermedades asociadas también se encuentran reducidos. Estos cambios pueden ser
la base de la falta de rechazo al tumor en dichos enfermos.
Se han descrito diversas enfermedades causadas o asocia-
das a deficiencias que afectan de forma selectiva ciertas mo-
léculas del complejo TCR-CD3 (defectos estructurales) o
Oligoclonalidad y enfermedad
bien a la transmisión de la señal de activación al interior ce- Los linfocitos T constituyen, en condiciones normales, una
lular (deficiencias funcionales). población policlonal en la que están representadas, en pro-
Estas deficiencias producen alteraciones en el sistema in- porciones equivalentes, todas las regiones variables de las
munitario: disminución del número de linfocitos, inhibición cadenas TCR α y TCR β. Sin embargo, diferencias en la confi-
de la proliferación celular, reducción de la síntesis de citoci- guración de los genes del receptor clonotípico o en la selec-
nas, etc. Las consecuencias clínicas que se derivan de estos ción intratímica pueden afectar el repertorio de linfocitos T,
defectos son variadas y más o menos graves (infecciones re- existiendo una reducción de determinadas clonas y un au-
currentes, enfermedades autoinmunes, etc.). mento de los niveles de otras. Estas alteraciones pueden de-
tectarse analizando la expresión de las regiones variables de
las cadenas α y β de estas células, y se ha demostrado que se
Deficiencias estructurales asocian a ciertas enfermedades autoinmunes.
Hasta el momento se han descrito, en el hombre, dos defi-
ciencias que afectan la porción CD3 del complejo, debidas a
mutaciones de los genes que codifican para las cadenas γ
y ε. En ambos tipos de enfermos hay una disminución del
número de moléculas de membrana del complejo TCR-CD3
y un defecto de función celular. También se ha descrito la Bibliografía especial
deficiencia de la proteína tirosincinasa ZAP70. ARNAIZ-VILLENA A, TIMÓN M, RODRÍGUEZ-GALLEGO C, PÉREZ-BLAS M, CORELL
Las distintas subpoblaciones de linfocitos T no se encuen- A, REGUEIRO JR. Human T-cell activation deficiencies. Immunol To-
tran afectadas de la misma forma en estas deficiencias, ya day 1992; 13: 259-265.
que en la de la cadena CD3 ε la subpoblación CD4 está fuer- BIERER B, SLECKMAN B. The biologic roles of CD2, CD4 and CD8 in T
temente disminuida, en la de la cadena γ la población afec- cell activation. Ann Rev Immunol 1989; 579-599.
TERHORST C, REGUEIRO JR. T cell activation. En: LACHMANN PJ, PETERS
tada es la CD45RA, y en la de ZAP70 es la subpoblación CD8. DK, ROSEN FS, WALPORT MJ (eds). Clinical aspects of immunology,
Esto parece sugerir que ciertas cadenas CD3 son más necesa- 5.a ed. Londres, Blackwell Scientific Publications, 1993; 447-466.
rias en unos tipos de células T que en otros o bien que unas WEISS A. T cell antigen receptor signal transduction: A tale of tails
interaccionan mejor que otras con las moléculas accesorias. and cytoplasmic Protein-tirosin kinases. Cell 1993; 73: 209-212.

Integrinas y otras moléculas de adhesión


F. Sánchez-Madrid y R. González-Amaro

Concepto. Múltiples fenómenos biológicos, normales y pato- trombosis son también dependientes de fenómenos de adhe-
lógicos, dependen de la aposición célula-célula o de la adhe- sión celular mediados por receptores específicos de mem-
rencia de células a componentes de la matriz extracelular. brana.
La respuesta inmune, tanto su inducción y regulación, como Diversas funciones celulares, como la citotoxicidad media-
su fase efectora, requiere fenómenos de adhesión celular. La da por células, la presentación de antígenos a linfocitos T o
localización preferente de las células inmunes en ciertos teji- la agregación plaquetaria, son ejemplos de interacciones ce-
dos (placas de Peyer, ganglios linfáticos, etc.), la cicatriza- lulares mediadas por ligandos y receptores de membrana. Se
ción, la metástasis de células tumorales, la inflamación y la han identificado múltiples moléculas de adhesión celular y,

2689
INMUNOLOGÍA

en la mayoría de ellas, se han clonado y secuenciado los


genes y definido con precisión sus características bioquími-
cas. El conocimiento anterior ha permitido la agrupación de
estas moléculas en tres familias principales: selectinas, super-
familia de las inmunoglobulinas e integrinas. Un grupo adicio-
nal está constituido por moléculas involucradas en la locali-
zación preferente de células inmunes a ciertos tejidos
(homing), los receptores de migración y las diriginas.
Cuatro fenómenos son esenciales para comprender la fun-
ción de las moléculas de adhesión celular: a) algunas de
ellas poseen la capacidad de incrementar reversiblemente la
afinidad por su ligando; b) la expresión de los receptores de
adhesión es variable en diferentes tipos celulares; c) la expre-
sión de algunas de ellas varía según el estado de activación
de una célula, y d) al interaccionar con su ligando son capa-
ces de generar señales que influyen sobre el estado de acti-
vación celular. Los fenómenos anteriores explican, por ejem-
plo, la transición de un leucocito de un estado adherente a
uno no adherente o bien la mayor eficacia de un linfocito ac-
tivado para interaccionar con células presentadoras de antí-
geno (APC).
En este capítulo se expondrán las características bioquími-
cas y funcionales de las moléculas de adhesión, su modo de
interacción y el papel que desempeñan en fenómenos nor-
males (p. ej., respuesta inmune) y patológicos (inflamación,

a
metástasis, etc.).

Familia de las selectinas


Las selectinas son glucoproteínas con una estructura pecu-
liar: un dominio tipo lectina, otro tipo factor de crecimiento
epidérmico y varios dominios similares a aquellos que se en-
cuentran en proteínas que unen complemento (fig. 20.17).
Se han descrito tres selectinas, que se designan en la actuali-
dad según el tipo celular donde se identificaron inicialmen-
te: selectina E (endotelio), selectina P (plaquetas) y selectina
L (leucocitos).
Las selectinas desempeñan un papel fundamental en las
etapas iniciales de la adhesión de linfocitos, monocitos y
neutrófilos al endotelio y plaquetas. El reconocimiento de
sus ligandos se lleva a cabo a través de su dominio lectina y
depende de la presencia de Ca2+.
La selectina L se definió inicialmente como un receptor de
migración específico de linfocitos denominado MEL-14. Su
expresión se circunscribe a la mayoría de los linfocitos, neu-
trófilos y monocitos. Esta selectina participa en la extravasa-
ción de neutrófilos a sitios de inflamación, específicamente
en la adhesión al endotelio activado. Estudios realizados in
vivo indican que la selectina L interviene en la adhesión ini-
cial y el rodamiento (rolling) de los leucocitos sobre el endo-
telio, fenómeno que precede a la unión firme y a la extrava-
sación en el proceso inflamatorio. Durante su activación, los
leucocitos liberan selectina L, generándose una forma solu-
ble que puede ser detectada en el suero. La selectina L inter-
acciona con la dirigina vascular GlyCAM-1 (tabla 20.6) y esta
unión es la responsable de la adhesión de los linfocitos a vé-
nulas poscapilares de ganglios linfáticos y su siguiente migra-
ción.
La selectina E (ELAM-1) participa en la adhesión de neu-
trófilos, monocitos y una subpoblación de linfocitos T me-
moria a células endoteliales activadas por la interleucina 1
(IL-1) o el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α). La expre-
sión de la selectina E está restringida a células endoteliales
activadas in vivo o in vitro, siendo destacada su expresión en
los procesos inflamatorios de la piel y de la membrana sino-
vial. La selectina E reconoce, mediante su dominio lectina, li-
gandos que poseen oligosacáridos del grupo Lewisx y Lewisa
sializados, como la molécula CLA que se expresa en algunos
linfocitos T.
La selectina P (CD62, GMP-140, PADGEM) se encuentra en
los gránulos α de las plaquetas y se expresa rápidamente
en la membrana tras la activación de éstas con trombina u

2690
Selectinas

Superfamilia
inmunoglubinas

ICAM-1

VCAM-1

Integrinas

LFA-1
(αLβ2)

VLA-1
(α4β1)

s-s-
Dominio tipo
proteína que
s-s-

s-s-

une complemento

Dominio tipo
inmunoglobulina
s-s-

s-s-
s-s-

s-s-

epidérmico
a
s-s-

s-s-

Sitio de unión
a Ca2+y Mg2+
s-s

s-s-

Dominio tipo factor


de crecimiento
-

s-s-

Fig. 20.17. Representación esquemática de la estructura de las mo-

la unión de plaquetas activadas a neutrófilos y monocitos y,


al igual que la selectina L, interviene en el rodamiento o ad-
herencia inicial de los leucocitos sobre las células endotelia-
les. La selectina P interacciona con proteínas de membrana
que poseen oligosacáridos del grupo LewisX sializado, así
como con otros ligandos no sializados.

Superfamilia de las inmunoglobulinas


Los receptores de adhesión que pertenecen a esta superfa-
milia comprenden un grupo importante de glucoproteínas
de membrana que poseen regiones o dominios estructurales
semejantes a los de las inmunoglobulinas (fig. 20.17). A esta
superfamilia pertenecen moléculas con función y distribu-
ción celular muy diversa. Muchas de ellas se expresan en lin-
focitos e incluyen los receptores para el antígeno de los
linfocitos B y T (TCR), el complejo CD3 asociado a TCR, mo-
léculas HLA clases I y II, CD4, CD8, CD22 y CD28. Todas ellas
s-s-

Dominio
tipo
lectina

Regiones ricas
en cisteína

léculas que pertenecen a las diferentes familias de receptores de adhe-


sión.

otros estímulos. También está presente en los cuerpos de


Weibel-Palade de las células endoteliales y, al igual que ocu-
rre en plaquetas, se transloca rápidamente a la membrana
durante la activación endotelial. La selectina P participa en
INTEGRINAS Y OTRAS MOLÉCULAS DE ADHESIÓN

están involucradas en la respuesta y el reconocimiento inmu- dad β pueda asociarse a subunidades α diferentes ha permi-
nes. tido clasificar las integrinas en varias subfamilias: a) β1, que
La superfamilia de las inmunoglobulinas también incluye comprende al heterodímero αvβ1 y a las moléculas VLA (very
múltiples moléculas de adhesión celular, como CD2, LFA-3 late activation antigens), compuestas por una subunidad β1
(CD58), ICAM-1 (CD54), ICAM-2, ICAM-3 (CD50), VCAM-1 y común y una de nueve subunidades α diferentes (β1/α1-α9);
CD31. b) β2 o integrinas específicas leucocitarias, formadas por una
La molécula CD2 posee dos dominios de tipo inmunoglo- subunidad β2 común y una de tres subunidades α diferentes
bulina y se expresa en todos los linfocitos T y en la mayor (β2/αH, αm, αX); c) subfamilia β3 o citoadhesinas (β3/αIIb, αv),
parte de las células NK. Cuando CD2 se une a su ligando y d) subfamilia β7, de expresión restringida a leucocitos
principal (LFA-3) cambia su conformación y envía señales (β7/α4, αE). La descripción reciente de otras subunidades β
de activación celular. CD59 es también un ligando fisiológi- (β4-β8) llevará sin duda a nuevas clasificaciones (tabla 20.6).
co de CD2. LFA-3, que también posee dos dominios de tipo En la actualidad, esta familia de receptores está constitui-
inmunoglobulina, se expresa tanto en células de origen he- da por, al menos, 22 heterodímeros α-β diferentes. El sitio de
matopoyético como no hematopoyético. Existen diversas iso- unión al ligando está formado por regiones de las cadenas α
formas de LFA-3 dependiendo de su tipo de anclaje a la y β, y la interacción receptor-ligando depende habitualmente
membrana, las cuales parecen tener una afinidad similar por de la presencia de Ca2+ y Mg2+. La propiedad de asociarse
CD2. Los expresión de CD2 y LFA-3 aumenta durante la acti- una cadena β a más de una cadena α diferente, y viceversa,
vación de los linfocitos T. confiere a esta familia de receptores un mecanismo de gene-
Tres miembros de la superfamilia de las inmunoglobuli- ración de diversidad que permite interaccionar con múlti-
nas, ICAM-1, 2 y 3, actúan como ligandos para la integrina ples ligandos.
leucocitaria LFA-1. Estas tres moléculas contienen cinco, dos Las subunidades α son glucoproteínas transmembrana de
y cinco dominios de tipo inmunoglobulina, respectivamente. un tamaño variable de 120-180 kD, con una región extracelu-
ICAM-1 es una molécula inducible en la superficie de las cé- lar en la que la porción N-terminal contiene siete dominios
lulas endoteliales activadas, células epiteliales, macrófagos y homólogos de aproximadamente 60 aminoácidos. La por-
linfocitos activados. ICAM-2 se expresa de forma constitutiva ción citoplasmática posee entre 15 y 35 residuos.
en el endotelio y en la mayoría de los leucocitos, mientras Las diferentes subunidades β son glucoproteínas trans-
que ICAM-3 se restringe a células de origen hematopoyético membrana de 90-110 kD con dominios extracelulares, por-
(monocitos, linfocitos y neutrófilos). ICAM-3 participa en las ción citoplasmática y dominio intracelular. Algunos rasgos
interacciones interleucocitarias que son esenciales en la ini- estructurales destacables en las cadenas β son la presencia
ciación de la respuesta inmune. de: a) regiones muy conservadas en la mitad del dominio ex-
VCAM-1 se expresa en células endoteliales activadas in tracelular, posiblemente implicadas en la interacción con el
vivo e in vitro y sus principales ligandos son las integrinas ligando; b) cinco dominios ricos en cisteínas cercanos a la
VLA-4 y α4β7. VCAM-1 participa en la adhesión de linfocitos, zona de inserción con la membrana, y c) secuencias de fos-
monocitos y eosinófilos a endotelios activados. Dicha mo- forilación en tirosinas o en serinas/treoninas en las regiones
lécula de adhesión se caracteriza por la presencia de un nú- citoplasmáticas.
mero variable de dominios tipo inmunoglobulina. La forma La región citoplasmática de las cadenas β interacciona
predominante de VCAM-1 en el endotelio contiene siete do- con componentes del citosqueleto y puede estar implicada
minios, pero también se han descrito formas con seis, ocho e en la generación de señales intracelulares. En las cadenas α
incluso una forma con tres dominios, específica de tejidos in- y β opera un mecanismo de generación de diversidad mole-
flamados y anclada a la membrana por una unión de tipo cular mediante un ayuste (splicing) alternativo de sus mRNA
fosfatidilinositol. que da origen a isoformas que contienen dominios citoplas-
Todas estas isoformas están codificadas por un gen único máticos distintos.
y se generan por un mecanismo de ajuste o procesamiento
(splicing) alternativo del mRNA correspondiente. VCAM-1
también se expresa en células dendríticas, ciertos macrófa-
Distribución y función
gos, sinoviocitos y en precursores de células de músculo es- Subfamilia β1. La cadena β1 común puede encontrarse aso-
triado. Se ha encontrado que la interacción de VCAM-1 con ciada a 9 cadenas α diferentes. Con la excepción de los neu-
VLA-4 es esencial en la unión de leucocitos a endotelio, en la trófilos, todas las células del organismo expresan en su mem-
respuesta inmune e inflamatoria, en la unión de precursores brana una o más integrinas β1 (tabla 20.6).
hematopoyéticos a la estroma de médula ósea y en la dife- VLA-1 y VLA-2 son indetectables en los linfocitos B, linfoci-
renciación muscular. tos T no activados y timocitos, pero se expresan en bajos ni-
veles en monocitos y linfocitos T activados. VLA-6 está ausen-
te en los linfocitos B y presente en los monocitos y existen
Familia de las integrinas bajos niveles en timocitos y linfocitos T. Los receptores para
fibronectina VLA-3, VLA-4 y VLA-5 se expresan de forma va-
Dentro de esta familia se incluyen receptores para compo- riable en los leucocitos. VLA-4 se expresa de forma homogé-
nentes de la matriz extracelular y receptores implicados en la nea en los monocitos, timocitos y linfocitos B, y de modo he-
adhesión intercelular que desempeñan un papel esencial en terogéneo en los linfocitos T. Algo similar ocurre con VLA-5,
la regulación de la adhesión y la migración celular. cuya expresión no es uniforme en los linfocitos, presenta ni-
El término integrina refleja la capacidad de dichas molécu- veles medios en monocitos y está prácticamente ausente en
las para conectar el medio extracelular con el medio intrace- timocitos y linfocitos B.
lular, generando señales en ambos sentidos. De este modo, Los heterodímeros VLA funcionan como receptores de
la interacción de las integrinas con sus ligandos transmite se- componentes de la matriz extracelular. Este reconocimiento
ñales intracelulares que conducen a cambios en la morfolo- es múltiple, de modo que la mayoría de las integrinas β1 pue-
gía celular y en la expresión de determinados genes e inclu- den interaccionar con más de un ligando extracelular, y la
so a la puesta en marcha de procesos de proliferación especificidad de la interacción receptor-ligando depende del
celular. Por otra parte, el estado de activación celular puede tipo celular que expresa la integrina. A modo de ejemplo, la
regular la actividad funcional de estos receptores, como la integrina VLA-2 puede actuar como receptor para laminina o
afinidad de la unión a sus ligandos. para colágeno en diferentes tipos celulares. Por otra parte,
Desde el punto de vista de su estructura, las integrinas son un mismo componente de la matriz puede unirse a varias in-
heterodímeros compuestos por dos cadenas polipeptídicas tegrinas. Así, la laminina es un ligando para VLA-1, VLA-2,
de membrana, denominadas α y β, que están asociadas de VLA-3, VLA-6 y VLA-7; el colágeno para VLA-1, VLA-2, VLA-3,
forma no covalente (fig. 20.17). El hecho de que una subuni- y la fibronectina para VLA-3, VLA-4, VLA-5 y αvβ1.

2691
INMUNOLOGÍA

TABLA 20.6. Familia de receptores de adhesión: miembros, distribución celular y ligandos


Familia de receptores de adhesión celular Ligandos Distribución celular
Superfamilia de inmunoglobulinas
CD2 (T11) CD58 (LFA-3), CD59 Células T, NK
CD4 MHC-clase II Células T, monocitos
CD8 MHC-clase I Células T
CD28 B7/BB1 Células T
CD31 ND CE, monocitos
CD22 CD45RO Células G
ICAM-1,2,3 LFA-1 (CD11a/CD18) Amplia
VCAM-1 α4β1, α4β7 Amplia

Selectinas
Selectina L (LAM-1) GlyCAM-1, CD34, MadCAM-1 Leucocitos
Selectina E (ELAM-1) sLex, sLea, CLA, CE
Selectina P (CD62) sLex + proteína CE, plaquetas

Integrinas
Subfamilia β1
α1β1 (VLA-1) COL, LM Amplia
α2β1 (VLA-2) COL, LM Amplia
α3β1 (VLA-3) COL, LM, FN Amplia
α4β1 (VLA-4) FN, VCAM-1 Leucocitos, Melan
α5β1 (VLA-5) FN Amplia
α6β1 (VLA-6) LM Plaquetas, granulocitos
α7β1 LM Melan
α8β1 ND Ep, neuronas, Melan
αvβ1 VN, FN Ep, neuronas
Subfamilia β2
αLβ2 (LFA-1 o CD11a/CD18) ICAM-1, ICAM-2, ICAM-3 Leucocitos
αMβ2 (Mac-1 o CD11b/CD18) ICAM-1, FG, C3bi, fX Células mieloides
αXβ2 (gp150,95 o CD11c/CD18) FG, C3bi Células mieloides, células B
Subfamilia β3
αIIbβ3 (gpIIb-IIIa) FG, vWF, VN Plaquetas
αVβ3 FG, vWF, VN, FN CE
Subfamilia β7
α4β7 (α4βP) MadCAM-1, FN, VCAM-1 LIE, células T y B activadas
αEβ7 (αIELβ7) ND LIE, linfomas T
Leucemias B
Otras integrinas
α6β4 LM Ep (hemidesmosomas)
αVβ5 VN Ep
αVβ6 FN Ep
αVβ8 ND ND
αVβu ND Fibroblastos
LRI ND Granulocitos

Otros receptores
CD44 Ácido hialurónico, FN, COL, dirigina de la mucosa Amplia
GlyCAM-1 Selectina L CEa
MadCAM-1 α4β7 , selectina L CEa
CE: célula endotelial; CEa: células endoteliales altas; COL: colágeno; Ep: células epiteliales; FG: fibrinógeno; FN: fibronectina; fX: factor X de la coagulación; LIE: lin-
focitos intraepiteliales; LM: laminina; Melan: células de melanoma; ND: no determinado; VN: vitronectina; vVW: factor de Von Willebrand. sLex y sLa: Lewisx y Lewisa
sializados.

La interacción de las diferentes integrinas β1 con proteínas naje mieloide y células NK, aunque ambas están también
de la matriz puede realizarse compitiendo por el mismo sitio, presentes en ciertas leucemias B. Además, p150,95 puede en-
sitios que solapan, o bien sitios distintos. Esto último es lo contrarse en células dendríticas, ciertas clonas de células T
que sucede con la interacción de VLA-4 y VLA-5 con fibro- citotóxicas y en linfocitos B activados.
nectina, o de VLA-1 y VLA-6 con laminina. LFA-1 participa en los fenómenos de citotoxicidad media-
Determinadas integrinas β1, como es el caso de VLA-4, da por linfocitos T y células NK, citotoxicidad dependiente
pueden también actuar en interacciones intercelulares. de anticuerpo mediada por macrófagos y granulocitos, y en
Como se ha expuesto previamente, VLA-4 se une a VCAM-1 y la respuesta proliferativa de los linfocitos T y B. En todas es-
participa así en la unión de linfocitos, monocitos y eosinófi- tas funciones, LFA-1 interviene mediante su interacción con
los a células endoteliales activadas. VLA-4 también está im- al menos uno de sus tres ligandos celulares conocidos:
plicado en fenómenos de agregación leucocitaria, en la acti- ICAM-1, ICAM-2 e ICAM-3, todos ellos miembros de la superfa-
vidad citotóxica de los linfocitos T y en la diferenciación del milia de las inmunoglobulinas (tabla 20.6). Las interacciones
músculo esquelético. de LFA-1 con ICAM-1 e ICAM-2 en la superficie de las células
endoteliales pueden facilitar los procesos de extravasación
Subfamilia β2. La expresión de las integrinas, LFA-1 (αLβ2), leucocitaria, mientras que la interacción de LFA-1 con ICAM-
Mac-1 (αMβ2) y p150,95 (αXβ2), que han sido codificadas 3 y también ICAM-1 es importante en interacciones entre leu-
como los antígenos de diferenciación CD11a, CD11b y cocitos, como actividad citotóxica y cooperación T-T, T-B y
CD11c/CD18 (tabla 20.6), está restringida a leucocitos. LFA-1 T-APC.
(CD11a/CD18) está presente en los linfocitos, células NK, mo- Las integrinas Mac-1 y p150,95 también intervienen en la
nocitos y granulocitos. La expresión de Mac-1 (CD11b/CD18) interacción de monocitos y granulocitos con el endotelio.
y p150,95 (CD11c/CD18) está más restringida a células de li- Mac-1 también puede interaccionar con el ligando ICAM-1 y

2692
participa en los fenómenos de agregación y quimiotaxis de
neutrófilos y monocitos. Mac-1 es también un receptor
de complemento (CR3) y participa en la fagocitosis de partí-
culas o agentes infecciosos opsonizados con C3bi. Mac-1 se
une al factor X de la coagulación y, al igual que p150,95, inter-
acciona con fibrinógeno.

Subfamilia β3. La integrina αIIbβ3 (gpIIb-IIIa) es la proteína


más abundante de la superficie plaquetaria y funciona como
receptor de fibrinógeno, aunque también puede unirse a fi-
bronectina, factor de Von Willebrand y trombospondina. Su
unión al fibrinógeno sólo ocurre tras la activación de las pla-
quetas y es responsable de la agregación plaquetaria.
El receptor de vitronectina (αvβ3) se expresa en las plaque-
tas y células endoteliales y en la mayoría de las células me-
senquimales. Además de unir vitronectina, puede interaccio-
nar con varios ligandos como fibrinógeno, trombospondina
y factor de Von Willebrand.
La subunidad αv puede encontrarse asociada de forma al-
ternativa con otras cadenas β diferentes, como β1, β3, β5, β6 y
β8, dando lugar a heterodímeros con funciones diferentes
y con capacidad para unir otros ligandos.

Subfamilia β7. Los dos miembros de esta familia, α4β7 y αEβ7,


se expresan selectivamente en leucocitos, en particular en
los linfocitos que se localizan en el tejido linfoide asociado a
mucosa intestinal. La integrina α4β7 se expresa en subpobla-
ciones de linfocitos T y en todos los linfocitos B de la sangre.
Dicha integrina dirige la migración de linfocitos a placas de
Peyer, donde interacciona con el ligando MadCAM-1 expre-
sado por endotelios de vénulas poscapilares (tabla 20.6).
α4β7 interacciona también con fibronectina y VCAM-1, los
dos ligandos conocidos de VLA-4 (α4β1).

Otras integrinas. En los últimos años se han descubierto


nuevas asociaciones αβ, que aumentan considerablemente
la diversidad molecular y funcional de las integrinas (tabla
20.6). Por ejemplo, la cadena β4 se asocia a α6, actúa como
receptor de laminina en células epiteliales y es un compo-
nente de los hemidesmosomas.

Regulación de la expresión y la función de las integrinas


Durante los procesos de activación y diferenciación leuco-
citarias se producen cambios en la biosíntesis y la expresión

Fig. 20.18. Distintos tipos de interac-


ción entre las integrinas y sus correspon-
dientes ligandos.
Leucocito

Linfocito

Plaqueta

Linfocito
gpII-IIIa
(αIIbβ3)
LFA-1
(αLβ2)

VLA-5
(α5β1)

α4β7
a INTEGRINAS Y OTRAS MOLÉCULAS DE ADHESIÓN

celular de las integrinas; de este modo, las células pueden


variar sus capacidades adherentes dependiendo de los nive-
les de expresión en el repertorio de integrinas. Las células
mieloides activadas aumentan considerablemente su conte-
nido de Mac-1 y p150,95 al efectuar una translocación y fu-
sión con la membrana plasmática de gránulos intracelulares
que contienen almacenadas estas integrinas. De forma análo-
ga, los linfocitos T activados expresan un mayor número de
moléculas LFA-1 y VLA-4, y en el curso de una activación
prolongada se induce la expresión de VLA-1 y VLA-2. Igual-
mente, las células T memoria expresan mayores niveles de
LFA-1, VLA-4, VLA-5 y VLA-6 que las células T que no han es-
tado en contacto con su antígeno correspondiente. Este he-
cho puede explicar los patrones diferentes de recirculación y
tráfico que presentan ambas subpoblaciones de linfocitos T,
así como las diferencias en su interacción con las proteínas
de matriz y con las células endoteliales.
Las células pueden también modular la afinidad de la inter-
acción de las integrinas con sus ligandos. Los procesos de
activación celular aumentan la afinidad de las integrinas,
como se ha demostrado en varias de las integrinas de las
subfamilias β1, β2 y β3. La naturaleza bioquímica de las reac-
ciones moleculares que regulan la afinidad de las integrinas
por sus ligandos aún no están claramente establecidas. Es
posible que la fosforilación de las regiones citoplasmáticas
de las cadenas β regule dicha actividad, así como la interac-
ción de las integrinas con componentes del citosqueleto (ta-
lina y α-actinina).
Por otra parte, la interacción de las integrinas β1 y β2 con
sus ligandos correspondientes proporciona señales acceso-
rias de activación a los linfocitos T. Por tanto, existe una co-
laboración sinérgica entre integrinas y el complejo TCR-CD3
que es importante para la regulación adecuada de la res-
puesta inmune. Las señales intracelulares que aparecen mo-
dificadas por la interacción de las integrinas con sus ligandos
incluyen los niveles de Ca2+ y de AMP cíclico y la actividad
del antiportador Na+/H+. En monocitos, la interacción de las
integrinas β1 con sus ligandos actúa como una señal primaria
que regula la expresión de diferentes genes, entre ellos los
de varias citocinas implicadas en la inflamación.
La activación de tirosincinasas también puede estar invo-
lucrada en las vías de señalización a través de integrinas. Se
han identificado varios sustratos de dichas enzimas en proteí-
nas del citosqueleto e, incluso, en otras tirosincinasas locali-
zadas en los contactos focales de adhesión celular.

Fibrinógeno
-S-S-
S-
S

S-
S-S

S
-S-S-
ICAM-2

Fibronectina

gpIIb-IIIa
(αIIbβ3)

MadCAM-1
Endotelio

Matriz
extracelular

Plaqueta

Célula
endotelial
alta

2693
INMUNOLOGÍA

B
Endotelio

Selectina P

Gly CAM-1

Selectina E

ICAM-1

ICAM-2

VCAM-1

Leucocito

Endotelio
s-s

s-s

s-s
s-s

s-s

s-s
s-s

s-s

Diriginas y otros receptores de adhesión


s-s

s-s
s-s

Contacto
s-s

aleatorio
s-s s-s

Activación
endotelial

Aquí se incluyen glucoproteínas de membrana que inter-


vienen en la migración selectiva de leucocitos a los órganos
linfoides. Las proteínas del grupo de CD44 son los constitu-
yentes más importantes de esta familia, que también com-
prende otras moléculas de adhesión que, debido a su estruc-
tura, pertenecen a otras familias de receptores ya descritas,
como la selectina L, las integrinas de la subfamilia β7 e inclu-
so las integrinas LFA-1 y VLA-4.
El receptor CD44 se expresa en la mayoría de las células, par-
ticipa en la interacción de los leucocitos con el endotelio y ac-
túa como un receptor para el ácido hialurónico. Existe una gran
cantidad de formas diferentes de CD44 (isoformas) y algunas de
éstas son utilizadas por leucocitos en estados determinados
de activación y también por tumores con gran capacidad de
producir metástasis. Se ha establecido una asociación entre la
expresión de algunas de estas isoformas de CD44 y la capaci-
dad de producir metástasis por parte de determinados tumores.

2694
a
Selectinas
Diriginas

Rodamiento

Activación
de leucocito

Medidores solubles
de inflamación
LFA-1

VLA-4
(α4β1)
Leucocito

sLex-proteína

Selectina L

CLA

Unión firme

Quimiotaxis
Fig. 20.19. A. Moléculas de adhesión
(receptores-ligandos) que participan en la
interacción entre un leucocito y una célu-
la endotelial. B. Modelo cooperativo que
muestra las diferentes etapas en el proce-
so de extravasación leucocitaria y la parti-
cipación de los diferentes receptores de
adhesión.

Integrinas

Extravasación

Colágeno
Interacción con
matriz extracelular

Las diriginas son moléculas de adhesión que se expresan


en las células endoteliales altas de los tejidos linfoides. Las
diriginas GlyCAM-1 y MadCAM-1 son proteínas con un grado
muy alto de glucosilación que actúan como ligandos para la
selectina L y la integrina α4β7, respectivamente. MadCAM-1 se
expresa en las células endoteliales de las vénulas del tejido
linfoide asociado a mucosas y contiene en su estructura do-
minios tipo inmunoglobulina, por lo que podría considerarse
un miembro de esa superfamilia.
La figura 20.18 ilustra los diferentes modos de interaccio-
nar de las moléculas de adhesión celular con sus diferentes
ligandos.

Moléculas de adhesión y enfermedad


En el proceso inflamatorio, distintos receptores de adhe-
sión participan de un modo cooperativo en las diferentes eta-
pas de la interacción de los leucocitos con el endotelio y con
INTEGRINAS Y OTRAS MOLÉCULAS DE ADHESIÓN

otras células (fig. 20.19). Así, las diriginas y las selectinas son algunas isoformas de CD44 o de otras moléculas de adhesión
responsables de la interacción inicial o rodamiento de los (ICAM-1, VLA-2, VLA-4) se ha correlacionado con la capaci-
leucocitos sobre las células endoteliales. Esta primera inter- dad de estas células para unirse a endotelio y producir me-
acción, junto con diferentes mediadores solubles de inflama- tástasis.
ción, desencadena la etapa siguiente en la que intervienen Las moléculas de adhesión celular participan también en
otras moléculas de adhesión. En esta segunda etapa, las inte- la patogenia de múltiples enfermedades infecciosas. Así, al-
grinas LFA-1 y VLA-4 se unen a ligandos de la superfamilia de gunas de estas moléculas actúan como receptores de agen-
las inmunoglobulinas (ICAM-1,2 y VCAM-1) y este fenómeno tes infecciosos intracelulares. Tales son los casos de CD4
es responsable de la adhesión firme de los leucocitos al en- (HIV), VLA-2 (ecovirus I), ICAM-1 (rinovirus, Plasmodium fal-
dotelio. La extravasación de estos leucocitos y su posterior ciparum), VLA-5 (Yersinia sp) y Mac-1 (Bordetella pertussis,
migración hacia el tejido inflamado depende de la interac- Leishmania sp). Por otra parte, la lesión tisular que ocurre en
ción de diferentes integrinas β1 con proteínas de la matriz ex- diversas enfermedades infecciosas (meningitis, hepatitis víri-
tracelular. ca, sepsis por bacterias gramnegativas) es consecuencia de
Para llevar a cabo su migración, los leucocitos mononu- fenómenos inflamatorios que son dependientes de molécu-
cleares (linfocitos y monocitos) emplean un repertorio de las de adhesión celular.
integrinas diferentes a los leucocitos polimorfonucleares.
Así, los linfocitos y monocitos pueden utilizar tanto la vía
de adhesión VLA-4/VCAM-1 como la vía LFA-1/ICAM-1,2 Moléculas de adhesión y terapia
para unirse a los endotelios, mientras que los neutrófilos se
unen a través de las integrinas de la subfamilia β2 (LFA-1 y Las deficiencias congénitas de moléculas de adhesión,
Mac-1/ICAM-1). El papel de las integrinas β2 en la respuesta como el caso de pacientes con LAD, pueden tratarse en la
inflamatoria está dramáticamente ilustrado en los pacientes actualidad con trasplante de médula ósea. En el futuro, la te-
que presentan una deficiencia congénita de la expresión de rapia génica puede ser la mejor opción.
las integrinas leucocitarias de la subfamilia β2. Este síndro- Los fenómenos inflamatorios, al ser dependientes de mo-
me de deficiencia de adhesión leucocitaria (LAD) es poco léculas de adhesión, pueden, en teoría, ser eliminados con
frecuente y se hereda de un modo autosómico recesivo. antagonistas de estas moléculas. De acuerdo con lo anterior,
Los pacientes con LAD presentan un cuadro clínico carac- diversos modelos experimentales han indicado que anticuer-
terizado por infecciones graves y recurrentes debidas a bac- pos monoclonales contra integrinas presentes en leucocitos
terias extracelulares, retraso en la caída del cordón umbili- (VLA-4, subunidad β2 o CD18) o contra sus ligandos expresa-
cal y ausencia de formación de pus. En los casos graves, los dos en el endotelio (VCAM-1, ICAM-1) son capaces de preve-
pacientes mueren a los pocos años de vida. Los leucocitos nir o disminuir significativamente el fenómeno inflamatorio.
de los pacientes con LAD grave carecen por completo de Estos hallazgos corresponden tanto a procesos autoinmunes
integrinas β2, lo que incapacita fundamentalmente a los como a rechazo de injertos y procesos infecciosos. En la ac-
neutrófilos y monocitos para generar fenómenos inflamato- tualidad, se están llevando a cabo diversos protocolos de te-
rios. El defecto genético de la LAD consiste en mutaciones rapia antiadhesión en el hombre con anticuerpos monoclo-
heterogéneas que alteran la expresión o la estructura de la nales. La terapia dirigida contra moléculas de adhesión
subunidad β2 común. El importante papel de las selectinas celular, con anticuerpos, péptidos sintéticos o ligandos solu-
en la adhesión leucocitaria resulta evidente en los pacien- bles podrá ser de utilidad en enfermedades inflamatorias, in-
tes con deficiencia congénita de la expresión de oligosacá- fecciosas y tumorales, así como en estados trombofílicos.
ridos del grupo Lewisx sializado, los cuales forman parte de
los ligandos de las selectinas E y P. Estos pacientes presen-
tan también un defecto importante en la quimiotaxis y la Bibliografía especial
adhesión leucocitaria, así como infecciones recurrentes y
BEVILACQUA MP. Endothelial-leukocyte adhesion molecules. Annu Rev
grupo sanguíneo Bombay (hh). Se ha propuesto denominar Immunol 1993; 11: 767-804.
a este defecto LAD tipo 2. BUTCHER EC. Leukocyte-endothelial cell recognition. Three (or more)
La importancia de las moléculas de adhesión en la fun- steps to specificity and diversity. Cell 1991; 67: 1.033-1.036.
ción plaquetaria se hace también evidente cuando ocurren HELMER ME. VLA proteins in the integrin family: Structures, functions,
defectos funcionales de las integrinas expresadas por estas and their role on leukocytes. Annu Rev Immunol 1990; 8: 365-400.
células. Se ha descrito que la ausencia de VLA-2 en las pla- HYNES RO. Integrins: Versatility, modulation, and signaling in cell ad-
quetas impide la agregación de éstas en respuesta a coláge- hesion. Cell 1992; 69: 11-25.
no. Asimismo, defectos de la expresión o estructura de la in- POSTIGO AA, GARCÍA-VICUÑA R, LAFFON A, SÁNCHEZ-MADRID F. The role of
adhesion molecules in the pathogenesis of rheumatoid arthritis.
tegrina αIIb/β3 son los responsables de la pobre función Autoimmunity 1993; 15: 1-8.
plaquetaria observada en la trombastenia de Glanzmann. No POSTIGO AA, SÁNCHEZ-MADRID F. Adhesion and homing molecules.
se ha determinado con precisión el papel exacto de las mo- Transplant Proc 1993; 25: 65-69.
léculas de adhesión en la patogenia de los estados trombofí- SÁNCHEZ-MADRID F, CORBÍ AL. Leukocyte integrins: structure, function
licos. Sin embargo, es necesario recordar que la agregación and regulation of their activity. Semin Cell Biol 1992; 3: 199-210.
de plaquetas, así como la unión de éstas a fibrinógeno y su SÁNCHEZ-MADRID F, NAGY J, ROBBINS E, SIMON P, SPRINGER TA. A human
adherencia a leucocitos, son fenómenos dependientes de di- leukocyte differentiation antigen family with distinct α-subunits
versas moléculas de adhesión. and a common β-subunit: the lymphocyte function associated an-
tigen (LFA-1), the C3bi complement receptor (OKM1/Mac-1) and
El fenómeno de metástasis implica la migración de células the p150,95 molecule. J Exp Med 1983; 158: 1.785-1.803.
tumorales a través de la matriz extracelular, su paso a la cir- SPRINGER TA. Adhesion receptors of the immune system. Nature 1990;
culación y su posterior extravasación. En todos los pasos an- 346: 425-434.
teriores están también implicadas moléculas de adhesión ce- SPRINGER TA. Traffic signals for lymphocyte emigration: The multistep
lular. El nivel de expresión por ciertas células tumorales de paradigm. Cell 1994; 76: 301-314.

2695
Antígenos. Reconocimiento del antígeno
por los anticuerpos y los linfocitos T
D. Jaraquemada y T. Gallart

Antigenicidad, inmunogenicidad, epítopos respuesta inmune de anticuerpos T (véase Respuesta de anti-


cuerpos). Por otro lado, tiene gran importancia práctica, por
y haptenos cuanto el principio hapteno-portador se usa para obtener an-
ticuerpos contra sustancias de gran interés biológico sin ca-
La antigenicidad de una molécula se refiere a que su es- pacidad inmunogénica, como ciertas hormonas, metabolitos
tructura posee partes –denominadas determinantes antigéni- y fármacos. Tiene también interés clínico, puesto que sustan-
cos o epítopos– capaces de unirse específicamente al sitio cias simples (como medicamentos) que por sí mismas care-
de unión de los anticuerpos o de fijarse a las moléculas del cen de inmunogenicidad se pueden convertir en inmunogé-
complejo principal de los histocompatibilidad (MHC) de for- nicas si, al ponerse en contacto con el organismo, se unen a
ma que sean reconocidas por el sitio de unión del receptor proteínas propias, pudiendo inducir una respuesta que sea
de los linfocitos T (TCR). La inmunogenicidad se refiere a la causa de lesiones (véanse Lesiones por reacciones de hiper-
capacidad de inducir la respuesta inmune. Una molécula in- sensibilidad retardada, e inmediata, Lesiones por inmuno-
munogénica (o inmunógeno) implica necesariamente que complejos y Reacciones alérgicas a los medicamentos).
es antigénica, pero una molécula antigénica (o antígeno) Los estudios sobre los epítopos reconocidos por los linfo-
puede no ser inmunogénica ya que la inducción de una res- citos B y T de un mismo antígeno proteico tienen grandes im-
puesta inmune, por ejemplo de anticuerpos, implica comple- plicaciones clínicas prácticas para el diseño de vacunas efi-
jas interacciones entre linfocitos T colaboradores, células caces, para comprender por qué aparecen las enfermedades
presentadoras de antígenos (APC) y linfocitos B, lo que de- autoinmunes o la alergia atópica e intentar diseñar inmuno-
pende de muchos otros factores aparte del reconocimiento terapias para estas enfermedades.
del antígeno por las Ig de membrana (mIg) de linfocitos B. Los epítopos reconocidos por los linfocitos B en un antíge-
Así, componentes orgánicos muy simples o péptidos muy pe- no proteico pueden ser secuenciales o conformacionales se-
queños pueden ser reconocidos como antígenos por las mIg gún que sea más importante la presencia de determinados
de ciertas clonas de linfocitos B y por los anticuerpos una aminoácidos en la secuencia primaria o la conformación
vez producidos, pero carecen de inmunogenicidad por sí tridimensional de la proteína, respectivamente. Es más fre-
mismos. Este tipo de antígenos se denominan haptenos y cuente que los anticuerpos reconozcan epítopos conforma-
para convertirse en inmunogénicos deben unirse a una pro- cionales, en cuyo caso los anticuerpos dejan de reaccionar
teína portadora o “portador” (véase más adelante). cuando el antígeno está desnaturalizado y fragmentado. De
Una molécula será tanto más antigénica e inmunogénica todas formas se pueden obtener anticuerpos contra cual-
para el sistema inmune de un individuo determinado cuanto quier péptido sintético lineal, y estos anticuerpos son capa-
más distinta sea su composición con respecto a las sustan- ces en muchos casos de unirse a la proteína nativa.
cias presentes en el individuo y especie al que éste pertenez-
ca. Ello se debe a que normalmente las clonas linfocitarias Especificidad y reactividad cruzada.
reactivas con los componentes propios (autoantígenos) son
eliminadas físicamente (deleción clonal) o funcionalmente Anticuerpos poliespecíficos
(anergia clonal) (véase Tolerancia). La especificidad de un anticuerpo para su epítopo presen-
Cuanto más compleja y de mayor peso molecular sea la te en una molécula antigénica determinada, depende del
estructura molecular de un antígeno, mayor será su capaci- grado de complementariedad con que encaje el epítopo en
dad de ser inmunogénico. Así, las proteínas son las sustan- el interior del sitio de unión del anticuerpo. Si dos sustancias
cias más inmunogénicas, los hidratos de carbono lo son me- distintas contienen partes o regiones idénticas o muy simila-
nos y los lípidos muy poco. res, los anticuerpos policlonales (obtenidos en un animal
por inmunización) contra una de ellas pueden reaccionar
también con la otra, si bien más débilmente; ello se debe a
Epítopos reconocidos por los anticuerpos que entre la población de anticuerpos hay algunos que reco-
nocen epítopos localizados en la región compartida por am-
La respuesta de anticuerpos contra una proteína requiere bas sustancias. Es el fenómeno clásicamente denominado de
la cooperación de linfocitos T CD4+ específicos de epítopos reactividad cruzada. Un anticuerpo monoclonal (AcMo)
de la misma molécula distintos de los epítopos reconocidos contra un antígeno complejo, como una proteína, reconoce
por los linfocitos B (antígenos dependientes de los linfocitos un único epítopo en dicha proteína; si este epítopo concreto
T). Cuanto mayor y más compleja sea una proteína, mayor se halla también en otra proteína muy distinta de la primera,
será su inmunogenicidad, dado que mayor es el número de el AcMo reaccionará también contra ella.
epítopos reconocibles por los linfocitos B y los linfocitos T Los anticuerpos pueden ser extraordinariamente específi-
colaboradores. En una misma proteína hay muchos más epí- cos de un epítopo determinado; así, es posible distinguir va-
topos reconocibles por los anticuerpos (los circulantes y riaciones sólo en un grupo químico (p. ej., que un aminoáci-
los que actúan como receptor del antígeno de los linfoci- do esté, o no, fosforilado) o en la posición espacial de dicho
tos B) que por los linfocitos T colaboradores. Un hapteno grupo o su configuración óptica. Sin embargo, desde que ha
puede equipararse a un epítopo individual y por ello debe sido posible obtener con gran facilidad AcMo, se ha observa-
añadírsele un “portador” proteico que pueda ser reconocido do, tanto en el sistema murino como humano, que muchos
por linfocitos T CD4+ para que ayuden a los B a producir an- anticuerpos del repertorio normal preinmune (animales sin
ticuerpos contra el hapteno. ningún contacto con antígenos) son poliespecíficos o polirre-
El sistema experimental hapteno-portador, ideado por activos, capaces de reaccionar con distintas sustancias sin
LANDSTEINER en los años treinta, sirvió para determinar la ex- aparente relación estructural entre ellas (es decir, no se trata
quisita especificidad de los anticuerpos y es todavía vigente de una reactividad cruzada convencional por similitud par-
para investigar los factores que gobiernan la inducción de la cial de los antígenos, sino de una propiedad del sitio de

2696
ANTÍGENOS. RECONOCIMIENTO DEL ANTÍGENO POR LOS ANTICUERPOS Y LOS LINFOCITOS T

unión). Estos anticuerpos poliespecíficos son sobre todo de munoanálisis (ELISA) con el antígeno unido a la fase sólida
clase IgM, codificados por genes de las regiones V no muta- para detectar la afinidad funcional o avidez de estas pobla-
dos, y son principalmente expresados por los linfocitos B ciones de anticuerpos, averiguando la concentración de antí-
CD5+. Los antígenos a los que se unen incluyen autoantíge- geno soluble necesaria para causar una inhibición del 50%
nos, como DNA de una sola hebra, Fc de la IgG (actividad de la unión del anticuerpo al antígeno inmovilizado.
factor reumatoide), proteínas del citosqueleto y antígenos
exógenos microbianos. Debido a su tendencia a reaccionar
con autoantígenos, y dada su presencia en los individuos Reconocimiento del antígeno por las células T
normales sin ninguna relación con una inmunización delibe-
rada con un antígeno, se los denomina también autoanticuer- Identificar los epítopos reconocidos por los linfocitos T es
pos naturales. La base molecular de su polirreactividad no mucho más complejo que analizar los reconocidos por anti-
está aclarada, ni tampoco se conoce cuál es su significado fi- cuerpos. Los linfocitos T no reconocen proteínas en solución
siológico, ni su relación con la generación de autoanticuer- sino sólo fragmentos peptídicos pequeños, producto de la
pos patogénicos monoespecíficos que aparecen en las enfer- degradación del antígeno en el interior de la APC o célula
medades autoinmunes. diana, unidos a moléculas del MHC en su sitio (ranura o hen-
didura) de unión al antígeno. Se trata, pues, de una inter-
acción trimolecular entre dos células: por un lado, el TCR
Afinidad y avidez de los anticuerpos (receptor de antígeno) presente en la membrana de los linfo-
La afinidad de un anticuerpo es la fuerza con que su sitio citos T y, por otro, el péptido antigénico unido a las molécu-
de unión se une a su epítopo correspondiente y está determi- las de MHC en la membrana de las APC. Esta interacción es
nada por el grado de complementariedad y las fuerzas de un proceso controlado genéticamente: los linfocitos T sólo
atracción que se establecen entre la superficie del sitio de reconocen el antígeno presentado por un alelo de MHC com-
unión y la del epítopo. En la reacción antígeno-anticuerpo partido entre la célula respondedora y la presentadora. Es el
(Ag-Ac) sólo intervienen enlaces no covalentes y, por tanto, fenómeno de la restricción por el MHC del reconocimiento del
se trata de una reacción reversible, que puede ser analizada antígeno por las células T, originalmente descrito a partir de
termodinámicamente: los experimentos de ZINKERNAGEL y DOHERTY (1974) en la res-
puesta de células T citotóxicas al virus de la coriomeningitis
Ka linfocitaria (LCV), restringida por MHC de clase I. Más tarde
→ Ag-Ac
Ag + Ac ← se comprobó que el reconocimiento del antígeno por los lin-
Kd focitos T colaboradores estaba restringido por las moléculas
MHC de clase II.
donde Ka y Kd son, respectivamente, las constantes de asocia- Para analizar la especificidad de las células T se requiere
ción y disociación. Aplicando la ley de acción de masas se obtener células T estimuladas por el antígeno por cultivo ce-
obtiene la constante de equilibrio, KA, que es una medida de lular in vitro y su crecimiento continuo con interleucina 2 (IL-
la afinidad: 2) y siguiente clonación. Analizar su reactividad específica
Ka [Ag-Ac]1 con el antígeno implica probar su de citotoxicidad (linfocitos
KA = = T citotóxicos) con las células diana portadoras en su mem-
Kd [Ag]·[Ac] brana del antígeno, o su respuesta proliferativa y producción
de IL-2 o IL-4 frente a antígenos proteicos (linfocitos T CD4+
donde [Ag-Ac] es la concentración de antígeno unido, [Ag] colaboradores) en presencia de APC. Este tipo de estudios y
la de antígeno libre y [Ac] la de anticuerpo libre. En situa- el uso de antígenos completos o de péptidos sintéticos corres-
ción de equilibrio, se cumplirá que la mitad de los sitios de pondientes a partes distintas del antígeno que podían sustituir
unión estarán unidos al antígeno, por lo que [Ac] = [AgAc] a éste, permitió la interpretación molecular del fenómeno de
y, por tanto: la restricción por el MHC de la especificidad de las células T.
122 Esto se logró primero para las células T colaboradoras, com-
KA = probándose que, para reconocer un antígeno proteico exóge-
[Ag] no, éste debía ser internalizado por las APC y “procesado” en
su interior, es decir, degradado en péptidos, que luego se
Lo cual significa que cuanto mayor sea la afinidad de un unen a las moléculas MHC de clase II y son presentados a las
anticuerpo, menor será la concentración de antígeno nece- células T. Estudios semejantes para células T citotóxicas con-
saria para que éste se una a la mitad de los sitios de unión tra virus de la gripe restringidas por las moléculas MHC de cla-
del anticuerpo. La afinidad de los anticuerpos tiene grandes se I demostraron que dichas células tampoco reconocen el
implicaciones fisiopatológicas, puesto que determina la efi- antígeno original sino fragmentos de éste unidos a las molé-
cacia de la reacción Ag-Ac y, por tanto, la presentación de culas MHC de clase I. En 1987, al lograrse analizar un cristal
las distintas funciones efectoras de los anticuerpos tras su de una molécula HLA de clase I, se pudo demostrar que las
unión al antígeno. La respuesta inmune normal se caracteri- moléculas MHC poseen en sus partes polimórficas una “cavi-
za por el aumento de la afinidad de los anticuerpos IgG du- dad o ranura”, que se halla ocupada por material correspon-
rante la respuesta secundaria, y en ciertas enfermedades au- diente a péptidos inmunogénicos reconocidos por las células
toinmunes las lesiones causadas por los autoanticuerpos T. Más tarde se ha podido demostrar que las moléculas MHC
dependen más de la afinidad que del título. de clase II también poseen dicha ranura.
En términos químicos estrictos, la medida de la afinidad
sólo es aplicable cuando se dispone de fragmentos Fab de Características de los péptidos antigénicos presentados
un AcMo y del epítopo individual al que se une (p. ej., un
hapteno). En condiciones normales los anticuerpos son una por las moléculas MHC de clases I y II
población heterogénea de anticuerpos divalentes (IgG) o de- El uso de péptidos sintéticos ha servido para identificar los
cavalentes (IgM) con distintos grados de afinidad por el antí- epítopos reconocidos por células T en una gran variedad de
geno, y éste es multivalente (múltiples epítopos). En este antígenos, ya sean proteínas exógenas purificadas (incluidos
caso se habla de avidez o afinidad funcional, la cual es mu- los alergenos), antígenos intracelulares, como proteínas víri-
cho mayor que la suma de la afinidad de los distintos sitios cas, o autoantígenos, como proteína básica de la mielina.
de unión de los anticuerpos, porque la mayor valencia incre- Los epítopos se identifican por análisis sistemático de la reac-
menta la fuerza de unión. Desde un punto de vista fisiopato- tividad de clonas de células T frente a varios péptidos sola-
lógico es probable que la avidez sea mucho más relevante pados que abarcan la molécula antigénica completa. Estos
que la afinidad. Se han desarrollado métodos de enzimoin- estudios indicaron que los epítopos reconocidos por las célu-

2697
INMUNOLOGÍA

2. Los epítopos naturales unidos a las moléculas MHC de


MHCA de clase I
clase II, reconocidos por el TCR de los linfocitos T colabora-
dores (CD4+): a) son más largos que los asociados al MHC de
clase I, puesto que tienen 10-25 aminoácidos; b) no muestran
una homogeneidad específica de alelo tan clara; c) los moti-
Péptido
vos estructurales específicos de alelo corresponden a regio-
nes centrales o core, las cuales presentan 2-3 posiciones de
anclaje, mientras que los extremos quedan libres y “sueltos”,
permitiendo longitudes diversas, y d) los péptidos unidos a
moléculas de clase II proceden principalmente de proteínas
endógenas que han entrado en la célula por endocitosis o
Cavidad Bolsillo bien de proteínas exógenas que en su vía biosintética pue-
de unión Molécula de clase I específico den pasar por un compartimiento endolisosómico.
al péptido de alelo Este tipo de estudios tiene gran importancia para el diseño
de vacunas sintéticas eficaces, para identificar autoantígenos
en enfermedades autoinmunes y diseñar posibles protocolos
Péptidos predominantemente derivados de inmunoterapia, así como para conocer mejor la respuesta
de proteínas citosólicas a los alergenos de los pacientes con alergia atópica.
MHCA de clase II
Péptido
Biología del procesamiento y presentación del antígeno
por las moléculas MHC de clases II y I
Las moléculas MHC de clases II y I muestran una diferente
especialización para presentar el antígeno según la proce-
Posición
12-25 dencia intracelular o extracelular de éste. Las moléculas
Posición
1 MHC de clase II están especializadas en la presentación de
antígenos extracelulares (cualquier antígeno proteico exóge-
no) que entren en la célula presentadora por endocitosis o
Molécula de clase II Bolsillo fagocitosis, mientras que las de clase I están especializadas
específico
Cavidad de alelo en la presentación de antígenos procedentes de proteínas ci-
de unión tosólicas sintetizadas por la propia célula (como una proteí-
al péptido
na vírica en una célula infectada). Ello está condicionado
por las distintas vías biosintéticas seguidas por las moléculas
Péptidos predominantemente derivados de proteínas MHC de clases II y I (fig. 20.21).
que se hallan en el compartimiento endolisosómico Las cadenas pesadas (α) y ligeras (β2-microglobulina, β2µ)
que forman las moléculas de clase I se sintetizan en el retículo
endoplásmico, donde se ensamblan, formando un heterodí-
Fig. 20.20. Unión de péptidos antigénicos a las moléculas MHC de mero físicamente inestable a temperatura fisiológica. La pre-
clase I y clase II para ser reconocidos por las células T.
sencia de péptidos antigénicos de 8-10 aminoácidos es esen-
cial para la formación de heterodímeros α-β2µ estables.
las T eran péptidos lineales de 9-18 aminoácidos, y sobre es- Durante este proceso, la cadena α se asocia dentro del re-
tos datos se efectuaron análisis comparativos de secuencia y tículo endoplásmico a una molécula de 88 kD (calnexina), de
se establecieron métodos predictivos de la estructura de los la que se disocia al unirse al péptido. Otras proteínas acceso-
péptidos que se unen a las moléculas MHC para ser recono- rias aún poco conocidas pueden asociarse a la cadena α du-
cidos por las células T, basándose en la premisa de que, para rante el ensamblaje. Una vez formado, el heterodímero estable
unirse a dichas moléculas, debían tener unos motivos estruc- (α-β2µ-péptido) sigue el proceso de exocitosis común a las
turales comunes. Ninguno de estos métodos ha resultado su- moléculas de membrana, es decir, del retículo endoplásmico
ficientemente exacto, y recientemente se han empleado mé- son transportadas al aparato de Golgi y, desde éste, pasan a la
todos informativos más poderosos. Además, en lugar de membrana plasmática a través de un sistema vesicular.
estudiar un péptido antigénico exógeno artificial que se une Los péptidos que se unen a las moléculas MHC de clase I
a las moléculas MHC, se ha usado la estrategia inversa, es de- en el retículo endoplásmico proceden generalmente de pro-
cir, analizar los péptidos antigénicos naturales unidos a la teínas citosólicas o nucleares que se han degradado en el ci-
“cavidad o ranura” de las moléculas MHC. Dichos péptidos tosol. Los péptidos producidos como consecuencia de esta
naturales se obtienen por elución ácida y luego son secuen- degradación son transportados a la luz del retículo endoplás-
ciados, para lo que recientemente se ha puesto en marcha la mico mediante un transporte activo dependiente del ATP lle-
microsecuenciación por espectrometría de masas en tán- vado a cabo por unas proteínas transportadoras de péptidos
dem, una técnica de gran poder informativo. El conjunto de (TAP, del inglés transporters associated with antigen presenta-
datos disponibles permite las siguientes generalizaciones: tion), consistentes en dos subunidades (TAP-1 y TAP-2) an-
1. Los epítopos naturales unidos a las moléculas MHC de cladas a la membrana que forman un heterodímero. Median-
clase I reconocidos por los linfocitos T citotóxicos (CD8+): te el estudio de mutantes deficientes en expresión de MHC
a) son secuencias lineales de 8-9 aminoácidos; b) son especí- de clase I y en presentación de antígeno, se han localizado
ficos de alelo, es decir, la serie de péptidos que se une a los genes que codifican estas proteínas dentro de la región
cada alelo tiene características estructurales homogéneas; de los genes del MHC de clase II. Se han descrito péptidos
c) pueden proceder de cualquier proteína endógena sinteti- procedentes de las secuencias señales que pueden unirse al
zada por la propia célula, principalmente de proteínas del ci- MHC de forma independiente de la TAP, probablemente tras
tosol, y d) los motivos estructurales específicos de alelo se degradación proteica dentro del retículo endoplásmico.
basan en la homogeneidad de las posiciones extremas (2 y 9 Otros genes dentro de la región de clase II del MHC, LMP2 y
en general) que se unen a los bolsillos laterales de la cavidad LMP7, que codifican subunidades de un complejo de protea-
de unión a péptido de cada alelo. En casos de péptidos más sas citosólico denominado proteasoma, pueden estar involu-
largos (10 aminoácidos, como en HLA-B27) los extremos si- crados en la producción de péptidos citosólicos que van a
guen estando fijos, quedando la parte central del péptido ar- ser transportados al retículo endoplásmico.
queada hacia fuera, expuesta para su reconocimiento por el Las cadenas α y β que forman el heterodímero de las molé-
TCR (fig. 20.20). culas MHC de clase II también se sintetizan en el retículo en-

2698
ANTÍGENOS. RECONOCIMIENTO DEL ANTÍGENO POR LOS ANTICUERPOS Y LOS LINFOCITOS T

Antígeno
exógeno


ae
nd
oli
so
MHC só
de clase I mi
ca
MHC de clase II

Ii
?

Trans Golgi

Antígeno
Golgi endógeno
Lisosoma

Retículo endoplásmico

Antígeno TAP
endógeno MHC MHC de clase II
de clase I + Ii

Fig. 20.21. Vías de procesamiento y presentación del antígeno por las moléculas MHC de clase I y clase II a las células T. TAP: proteína trans-
portadora de péptidos; Ii: cadena invariante asociada a las moléculas MHC de clase II (CD74).

doplásmico. Dentro de éste se asocian a una tercera cadena procesados, y su punto de unión a las moléculas MHC de cla-
polipeptídica, la cadena invariante (li), formando un trímero se II no se produce en la “ranura” de las zonas polimórficas
α-β-li. Dicha asociación impide a la molécula de clase II unir- sino en otras adyacentes, por lo que su reconocimiento por
se a un péptido dentro del retículo endoplásmico. Además, la las células T no presenta restricción por el haplotipo MHC.
cadena invariante dirige el transporte de las moléculas MHC En lo que concierne al TCR, no se unen en la conjunción for-
de clase II a través del aparato de Golgi a un compartimiento mada por las regiones Vα-Vβ, como ocurre con los antígenos
de la vía endolisosómica, aún no totalmente definido, donde convencionales, sino sólo en determinados elementos Vβ.
se separa por proteólisis, dejando dímeros α-β libres para unir Dado que el número de dichos elementos es limitado, y uno
péptidos procedentes de la degradación proteolítica de antí- de ellos puede ser usado por muchas clonas distintas, todas
genos que han entrado en la vía endocítica. aquellas que expresan la región Vβ a la que se una el super-
Los péptidos antigénicos que se unen a las moléculas antígeno se verán estimuladas por éste. En el ratón hay supe-
MHC de clase II proceden, en su mayor parte, de proteínas rantígenos endógenos (retrovirus del tumor mamario muri-
extracelulares que entran en la célula por endocitosis. La no). Los exógenos corresponden a toxinas y otros productos
unión del péptido y las moléculas MHC de clase II en los en- microbianos, como las enterotoxinas estafilocócicas y toxina
dolisosomas es independiente de la TAP pero parece reque- del shock tóxico estafilocócico, o las exotoxinas estreptocó-
rir una función codificada también dentro de la región de cicas. Los cuadros clínicos causados por dichas toxinas,
clase II del MHC, que aún no se ha definido. La presentación como el shock tóxico por estafilococos y por estreptococos,
de proteínas citosólicas a través de moléculas MHC ha sido se deben a su capacidad de ser superantígenos de las células
demostrada y es también independiente de la TAP y sensible T, las cuales liberan múltiples citocinas que son las que po-
a agentes lisosomotrópicos como la cloroquina, lo cual su- nen en marcha, de forma directa o indirecta, la reacción
giere que la unión al MHC de clase II de los péptidos proce- inflamatoria sistémica responsable del cuadro clínico. En la
dentes de proteínas endógenas también se lleva a cabo en actualidad existe gran interés por los superantígenos micro-
un compartimiento de la vía endocítica. En células en repo- bianos como agentes potencialmente implicados en el desen-
so se ha demostrado que los ligandos naturales de las molé- cadenamiento de ciertas enfermedades autoinmunes.
culas de clase II proceden mayoritariamente de proteínas ci-
tosólicas que pueden entrar en la vía endolisosomal.
Bibliografía especial
BIJLMAKERS MJ, PLOEGH HL. Putting together an MHC class I molecule.
Superantígenos Curr Opin Immunol 1993; 5: 21-26.
Se trata de sustancias capaces de estimular una respuesta JARAQUEMADA D, MARTÍ M. Presentación de antígeno a células T: dife-
proliferativa de una gran proporción de clonas distintas de rentes vías de procesamiento para moléculas de clase I y clase II
del complejo principal de histocompatibilidad. Inmunología
células T (3-30%), semejando la estimulación por lectinas mi- 1991; 10: 109-117.
togénicas como la fitohemaglutinina. El número de linfocitos RAMENSEE HG, FALK K, RÖTZSCHKE O. MHC molecules as peptide recep-
T específicos de un antígeno convencional es muy bajo (me- tors. Curr Opin Immunol 1993; 5: 35-44.
nos de 1/10.000), por lo que la respuesta proliferativa in vitro UNANUE ER, CERROTINI JC. Antigen presentation. FASEB J 1989; 3:
suele ser indetectable. Los superantígenos no necesitan ser 2.496-2.502.

2699
Complemento
S. Rodríguez de Córdoba y F. Vivanco Martínez

Concepto. Se denomina complemento a un complejo siste-


ma multiproteico con más de 30 componentes, en su mayo- Activadores Activadores
Vía clásica Vía alternativa
ría proteínas plasmáticas, cuyas funciones principales son la
defensa frente a la infección por microrganismos y la elimi-
nación del torrente sanguíneo de los complejos antígeno-an- C4 C3
ticuerpo (Ag-Ac) (inmunocomplejos) circulantes. El comple-
mento es uno de los mecanismos efectores más importantes C1q(r2s2) C1q(r2s2) C3(H2O),Bd C3(H2O),B
de la respuesta inmune natural. Cuando una partícula extra-
ña (o microrganismo) se introduce en el organismo, normal- C4b C3b D
mente provoca la activación del complemento. El resultado
de su activación y posterior amplificación es que se deposi- C2 B
tan grandes cantidades de algunos componentes del comple-
mento sobre las partículas responsables de la activación, lo C4b,2 C3 C3b,B
que determina su destrucción (lisis) si se trata de un organis-
mo celular y/o su eliminación por la células del sistema fago- C2b Ba D
cítico. Dicha activación se puede conseguir por dos vías dife-
rentes, denominadas clásica y alternativa. La clásica se inicia C4b,2a C3b,Bb
generalmente por la unión de anticuerpos al antígeno, es de-
cir, por la formación de complejos Ag-Ac, mientras que la al- C3a
ternativa constituye una vía de activación independiente del
reconocimiento del agente activador por anticuerpos, repre- C3b
sentando pues, un elemento de la inmunidad innata que no
requiere el desarrollo de una respuesta específica. Ambas C3b-C4b,2a C3b-C3b,Bb
vías están organizadas de manera que, tras su activación,
funcionan como sistemas de amplificación en cascada. Su C5
característica principal es la formación de una enzima, la C3-
convertasa, capaz de activar el C3, que es el componente C5b
mayoritario y más importante del sistema del complemento
(fig. 20.22). C6 C7
Un sistema efector tan poderoso como el complemento re-
quiere una regulación bien precisa, pues, de lo contrario, su C8 C9
activación podría resultar peligrosa para el propio organis-
mo. Dicha regulación está encaminada a garantizar la efecti- C5b-9
vidad de la activación del complemento contra agentes ex- MAC
traños y, a la vez, proteger a las células del huésped del daño
accidental que tal activación podría causarles. Fig. 20.22. Esquema de las vías de activación del complemento.
Los componentes en negrita son enzimas activas. Las flechas de trazo
doble corresponden a roturas enzimáticas.
Mecanismos de activación del complemento
Vía clásica
El C4b, a diferencia del C4 nativo, posee un sitio de unión
La vía clásica la forman los componentes C1, C4, C2 y C3 para el C2. Éste, unido al C4b, es escindido por el C1s a C2b y
(tabla 20.7). El C1 es la molécula responsable de la activación C2a, formándose la C3-convertasa de la vía clásica C4b,2a,
de la vía clásica. Ello depende de su interacción con los inmu- con el centro catalítico en C2a y con especificidad para C3.
nocomplejos o agregados que contienen IgG o IgM. También La C3-convertasa es una enzima lábil (disminuye un 3% cada
puede activarse, en ausencia de anticuerpos, por muchos ti- segundo), pero consigue activar numerosas moléculas de
pos de bacterias, virus y células infectadas por ellos, lípido A, C3, liberando un péptido de 74 aminoácidos o C3a, que es
lipopolisacáridos y enzimas lisosomales. una potente anafilatoxina. Al igual que el C4b, el fragmento
El C1 está compuesto por una molécula de unión, C1q, y mayor, C3b, es capaz de unirse covalentemente a las molé-
las proenzimas C1r y C1s. El C1q posee seis regiones globula- culas de su entorno. Algunas moléculas de C3b se unen de
res que interaccionan con las moléculas de anticuerpo en modo covalente al C4b, que estaba unido al activador, for-
los agregados Ag-Ac. De esta manera, el C1q reconoce antí- mándose complejos covalentes activador-C3b-C4b,2a. Este
genos densamente cargados de IgG y no es activado de for- complejo es la denominada C5-convertasa (fig. 20.22). Los dí-
ma inespecífica por la IgG monomérica circulante. meros covalentes C4b-C3b poseen alta afinidad por C5. Allí
El hecho fundamental en la activación del C1 es la conver- unido, la hidrólisis proteolítica de C5 por esta convertasa pro-
sión de las proenzimas C1r y C1s a proteasas activas. El C1 duce una nueva anafilatoxina, C5a, de gran potencia biológi-
activado es capaz de activar al C4 y al C2 por proteólisis limi- ca, y un fragmento mayor, C5b, que es el iniciador de la fase
tada. La molécula de C4 es activada liberando un pequeño lítica (véase más adelante).
fragmento, C4a, que es una de las anafilatoxinas del comple-
mento. El fragmento C4b posee un grupo tioéster muy reacti-
vo que le permite unirse covalentemente a las moléculas de
Vía alternativa
su entorno. Aunque el proceso de unión de C4 es muy inefi- La vía alternativa está formada por los componentes C3,
caz (sólo el 5% del C4 disponible queda unido), este es un factor B y factor D, y por las proteínas reguladoras factores H
paso de amplificación, pues cada molécula de C1s consigue e I y properdina (tabla 20.7). Esta vía constituye un sistema
dejar unidas más de 30-40 moléculas de C4b. de reconocimiento de sustancias extrañas que no requiere

2700
COMPLEMENTO

enorme amplificación de la activación, depositándose gran


TABLA 20.7. Proteínas del sistema del complemento número de moléculas de C3b.
Componente Peso molecular Cromosoma Concentración El C3b se une indiscriminadamente a todas las partículas y
(kD) (µg/mL) células, incluyendo las propias; sin embargo, la vía alternati-
va se activa de forma específica sobre determinados sustra-
Vía clásica
tos. Esto se consigue gracias a un conjunto de proteínas regu-
C1q 460 1 80
ladoras (tabla 20.7) que inactivan selectivamente el C3b
C1r 83 12 50
sobre las células propias, pero no sobre los gérmenes patóge-
C1s 83 12 50
nos u otros activadores. Son sustancias activadoras de la vía
C4 205 6 600
alternativa todas aquellas que impiden que las proteínas re-
C2 102 6 20
guladoras actúen sobre el C3b fijado. En otras palabras, los
C3 185 19 1.300
activadores permiten la formación de la C3-convertasa esta-
Vía alternativa ble C3b,Bb,P sobre ellos. Entre los activadores típicos de la
Factor D 24 – 1 vía alternativa se incluyen bacterias grampositivas y gramne-
Factor B 92 6 210 gativas, hongos, virus, células infectadas, algunas líneas celu-
C3 185 19 1.300 lares tumorales, tripanosomas, hematíes de pacientes con he-
moglobinuria paroxística nocturna, inmunocomplejos, polen
MAC y otros. La activación de la vía alternativa produce la unión
C5 190 9 70 covalente de gran cantidad de moléculas de C3b sobre el ac-
C6 120 5 64 tivador, lo que permite su fagocitosis y el inicio de la activa-
C7 110 5 56 ción de la fase lítica.
C8 150 1 (α1β) 9 (8) 55 Entre las moléculas de C3b generadas por la C3-converta-
C9 71 5 59 sa, algunas se unen al C3b de la propia enzima formando dí-
meros covalentes C3b-C3b, que dan lugar a la C3/C5-conver-
Reguladores tasa, activador-C3b-C3b,Bb. Los dímeros covalentes C3b-C3b
C1-inhibidor 110 11 200 son aceptores de alta afinidad para C5, que así unido es aho-
C4BP 500 1 (α1β) 250 ra escindido a C5a y C5b, como ocurría en la vía clásica. La
Factor H 150 1 480 rotura de C5 es el último paso de naturaleza enzimática (pro-
Factor I 88 4 35 teolítica) que ocurre durante la activación.
Anafilatoxina inactiva 310 – 35
Proteína S 83 – 505
Properdina 220 X 20 Regulación de la activación
En sentido estricto, el complemento no es un sistema que
Proteínas de membrana
deba ser activado, pues ambas vías están activadas constan-
CR1 (CD35) 250-160 1
temente, in vivo, aunque con baja intensidad. Los activa-
CR2 (CD21) 145 1
dores simplemente aceleran o disparan la activación, su-
MCP (CD46) 45-70 1
perando el riguroso control del conjunto de las proteínas
DAF (CD55) 70 1
reguladoras presentes en plasma y en la membrana de diver-
CR3 (CD11b/CD18) 165 (α) 16
sos tipos celulares (tabla 20.7).
95 (β) 21
La activación del complejo C1 se halla bajo el control del
CR4gp150,95
C1-inhibidor (C1-Inh), que interacciona reversiblemente con
(CD11c/CD18) 150 (α) –
el C1 no activado y así impide la activación espontánea de la
95 (β) 21
proenzima C1r. Además, el C1-Inh se une covalentemente
C3a/C4aR 95 –
con las formas activadas (proteasas) de C1r y C1s, bloquean-
C5aR ≈ 45 –
do su centro activo y formando complejos C1-Inh-C1r-C1s-C1-
HRF (C8bp) 65 –
Inh que se separan de C1q. La determinación clínica de estos
C1qR ≈ 65 –
complejos es un indicador útil de la activación de la vía clá-
CD59 (protectina) 20 –
sica. El efecto inhibidor del C1-Inh es habitualmente supera-
MAC: complejo de ataque a la membrana. do por los activadores de la vía clásica y, en particular, por
los complejos Ag-Ac.
Las actividades espasmogénicas y mediadoras de procesos
anticuerpos. El proceso de activación se basa en las caracte- inflamatorios de las anafilatoxinas C3a, C4a y C5a son rápida-
rísticas estructurales especiales de C3. mente controladas en sangre por la carboxipeptidasa N, que
Fisiológicamente, un pequeño porcentaje de moléculas elimina la arginina (Arg) carboxiterminal de estos fragmen-
nativas de C3, sin necesidad de activación, hidroliza de ma- tos. Esta arginina es esencial para la actividad de C3a y C4a,
nera espontánea su enlace tioéster, lo que genera moléculas pero la C5a, exenta de arginina terminal, mantiene todavía
de C3i [también denominadas C3(H2O)]. El C3i es capaz de una considerable actividad quimiotáctica. La determinación
combinarse con el factor B, el cual, así unido, es escindido cuantitativa de anafilatoxinas en plasma, por radioinmuno-
por el factor D a Bb, produciéndose el complejo C3(H2O), Bb análisis (RIA) o por enzimoinmunoanálisis (ELISA), es ac-
o C3-convertasa de iniciación (fig. 20.22). El centro catalítico tualmente un método excelente para evaluar la activación
está en Bb. La formación de esta enzima en fase fluida es el del complemento.
comienzo de toda activación de la vía alternativa. La C3-con- La regulación de las C3/C5-convertasas por el factor I es el
vertasa inicial es capaz de hidrolizar C3 a C3b, que se unirá punto central del control de la activación. En presencia de
de forma constante, aunque en muy baja extensión, a toda cofactores séricos específicos (el factor H o la C4BP), el fac-
célula, inmunocomplejo o partícula. Una vez fijado el C3b, tor I hidroliza C3b o C4b, determinando la pérdida de funcio-
se le une el factor B, que será nuevamente activado por el nes biológicas de ambas moléculas y, en particular, la de for-
factor D a Bb, formándose una C3-convertasa más estable mar las convertasas. En el control de las C3-convertasas
(C3b,Bb), capaz de producir gran número de moléculas de participan también proteínas presentes en las membranas ce-
C3b. La properdina tiene capacidad de unirse a esta enzima, lulares (tabla 20.7). Entre ellas destacan CR1 (CD35), CR2
formándose la convertasa C3b,Bb,P que posee una vida me- (CD21) y la proteína cofactor de membrana (MCP, CD46),
dia mucho mayor. Como el producto de esta enzima es de que son proteínas integrales típicas, y el factor acelerador de
nuevo C3b, se van a formar nuevas moléculas de enzima al la descomposición (DAF, CD55) que está anclado a la mem-
asociarse a nuevas moléculas de factor B. El resultado es una brana por una estructura glucofosfolipídica. CR1 tiene una

2701
INMUNOLOGÍA

función que engloba las de C4BP y factor H. Posee capaci- brana formando estructuras que la debilitan y la vuelven per-
dad de reconocer ambos, C3b y C4b, acelera la velocidad de meable a solutos de pequeño tamaño y agua. Si el número
disociación de ambas C3/C5-convertasas y actúa como co- de agregados de C5b-C8 es grande, puede provocar la lisis
factor del factor I en la inactivación de C3b y C4b. Además, celular. El complejo C5b-C8 es un receptor para C9, que de-
CR1 participa en el transporte y la eliminación de los inmu- termina su inserción en la membrana y su polimerización.
nocomplejos circulantes. Esta polimerización del C9 unido a C5b-C8 favorece la agre-
CR2 se encuentra predominantemente en linfocitos B y es gación de complejos C5b-C8 y amplifica las lesiones que pro-
capaz de unir C3d,g, que se comporta como un modulador duce. El resultado final es la formación de un canal o poro
del crecimiento de las células B. El significado funcional de transmembrana que permite el libre intercambio de agua y
este hecho parece relacionarse con la inducción de la forma- provoca la lisis de la célula afectada. El tamaño de los poros
ción de anticuerpos, pero es un tema no establecido definiti- formados es muy heterogéneo dependiendo de la densidad
vamente. de C5b-C8, del tipo de célula, de la disponibilidad de C9, etc.
El DAF (CD55) y la MCP (CD46) son dos proteínas que ac- El ensamblaje del MAC se halla bajo el control de inhi-
túan como reguladores intrínsecos de la activación del com- bidores plasmáticos y de inhibidores presentes en las mem-
plemento sobre la propia célula en la que están presentes, branas. Los inhibidores solubles, como la proteína S (vitro-
evitando la formación de la C3-convertasa sobre la membra- nectina), uniéndose a los complejos C5b-C7, evitan la lisis
na. Su importancia como proteínas “protectoras” se refleja en accidental de células próximas al lugar de activación. Ade-
que ambas, MCP y DAF, se expresan sobre la mayoría de las más, impiden un gasto inútil de C9. Los inhibidores de mem-
células del organismo. La presencia de MCP y DAF permite brana, como el factor de restricción homólogo (HRF o C8bp)
explicar por qué las células propias no son dañadas durante o la protectina (CD59), protegen a la célula sobre la que se
la activación continua de bajo nivel de la vía alternativa. En encuentran, al interferir en la inserción de C8 y de C9. Am-
partículas o microrganismos extraños que no poseen estos bos inhibidores de membrana protegen de la lisis sólo si las
reguladores, la vía alternativa es amplificada rápidamente, y proteínas del complemento que está activándose pertenecen
el agente extraño, eliminado. a la misma especie (fenómeno de la restricción homóloga).

Fase lítica. Ensamblaje del complejo de ataque Genética del complemento


a la membrana
La fase lítica comienza con la rotura del C5, catalizada por Déficit de complemento
las C5-convertasas, en los fragmentos C5a y C5b, siendo este
último el núcleo del ensamblaje del complejo de ataque a la En el hombre se han descrito casos de déficit del comple-
membrana (MAC). El C5b asociado a la membrana a través to para casi todos los componentes del complemento (tabla
de los dímeros C3b-C3b o C4b-C3b, actúa de receptor de C6. 20.8). Normalmente estos individuos padecen infecciones
Una vez incorporado éste, el complejo C5b-C6 permanece frecuentes y/o enfermedades asociadas a inmunocomplejos.
unido débilmente a C3b hasta el momento en que se in- Los déficit se transmiten con carácter autosómico recesivo,
corpora C7. En este momento el complejo trimolecular es decir, los individuos afectos son homocigotos para este
C5b,C6,C7 se vuelve anfifílico, generándose un sitio hidrófo- defecto. Los individuos heterocigotos son fáciles de identifi-
bo en la molécula de C7 que le permite anclarse fuertemente car porque su suero contienen aproximadamente la mitad
en la bicapa lipídica. Allí, el complejo C5b,C6,C7 se agrega de los niveles normales del componente en cuestión. La úni-
formando oligómeros de distinto contenido. La siguiente ca excepción a este modelo es el déficit de C1-Inh, que se he-
molécula que se incorpora al MAC es C8. El complejo reda según un modelo autosómico dominante. En general, la
C5b,C6,C7,C8(C5b-C8) tiende a agregarse dentro de la mem- situación clínica de los pacientes con déficit genéticos del

Tabla 20.8. Deficiencias de complemento


o
Componente N. de casos Sintomatología y comentarios
Vía clásica
C1q > 10 Enfermedades por inmunocomplejos, infecciones repetidas
C1r < 10 LES, glomerulonefritis, infecciones repetidas
C1s < 10 LES
C4A Frecuente (10%) Enfermedades por inmunocomplejos, infecciones repetidas
C4B Frecuente (10%) Infecciones repetidas
C2 > 50 LES. Más del 90% asintomáticos
Vía alternativa
Factor D < 10 Infecciones repetidas de vías respiratorias
Properdina < 10 Meningitis
C3 > 10 Infecciones repetidas, enfermedades por inmunocomplejos
Vía lítica
C5 > 10 Infecciones repetidas por Neisseria, LES
C6 > 10 Infecciones repetidas por Neisseria, LES
C7 > 10 Infecciones repetidas por Neisseria, LES
C8 > 10 Infecciones repetidas por Neisseria, LES
C9 Común en Japón Asintomáticos
Reguladores
C1-inhibidor Muy común (> 500) Angioedema hereditario. LES. Determina niveles bajos de C2 y C4
Factor I < 10 Infecciones repetidas. Determina valores bajos de C3 y factor B
Factor H Raro Meningitis
CR1 No genético. Problemas asociados a inmunocomplejos
CR3 > 10 Infecciones repetidas. Se acompaña de déficit de LFA-1 y gp150,95
DAF No genético. Hemoglobinuria paroxística nocturna
LES: lupus eritematoso sistémico; DAF: factor acelerador de la descomposición.

2702
COMPLEMENTO

complemento refleja el papel biológico y la importancia de en los mecanismos responsables de la biosíntesis del anclaje
los distintos componentes in vivo. Sorprendentemente, algu- glucolipídico.
nos individuos toleran los déficit del complemento mucho El déficit genético de CR3 (CD11b/CD18) se acompaña
mejor que otros, incluso hasta el punto de que no es extraño siempre del déficit de otras dos proteínas de membrana,
encontrar individuos clínicamente normales entre los porta- p150,95 y LFA-1. El defecto se debe a la ausencia de la cade-
dores de déficit de componentes del complemento. na β, la cual es compartida por estas tres moléculas, y que es
La vía clásica es necesaria para mantener los inmunocom- necesaria para la expresión de estas proteínas en la membra-
plejos en solución y facilitar su eliminación. De hecho, la na. Estos pacientes sufren infecciones por estafilococos y
manifestación más común en los déficit de los componentes pseudomonas y mueren en los primeros años, por lo que son
de la vía clásica es la presencia de enfermedades asociadas candidatos al trasplante de médula ósea (véase Deficiencia
a inmunocomplejos. La importancia de la vía alternativa de adhesión leucocitaria en Hematología e Inmunodeficien-
como mecanismo inespecífico de defensa del organismo cias).
contra la infección por microrganismos se refleja en el carác- Los niveles de CR1 en la superficie de los hematíes están
ter excepcional de los déficit de estos componentes. No exis- controlados genéticamente. Los individuos que padecen lu-
te ningún individuo con déficit de factor B y sólo se conoce pus eritematoso sistémico, SIDA o lepra lepromatosa presen-
uno con déficit parcial de factor D. El déficit de properdina tan niveles muy bajos de CR1 en sus hematíes por un proce-
se hereda de forma recesiva ligado al cromosoma X, por lo so adquirido como consecuencia de la propia enfermedad.
que sólo ocurre en varones. Su mayor complicación clínica La determinación de los niveles de CR1 es un buen índice
la constituyen las infecciones frecuentes. para el seguimiento de estos enfermos.
Los déficit en la fase lítica provocan infecciones recurren-
tes por Neisseria, seguramente por la capacidad de este
microrganismo para sobrevivir al sistema inmunitario como
Organización genética
parásito intracelular en los macrófagos. El C9 parecería inne- Cada componente del complemento (o subunidad en el
cesario, ya que todos los portadores de déficit completo de caso de C1q, C8 o C4BP) está codificado por un solo locus
C9 son aparentemente normales. autosómico donde la expresión de los alelos es codominan-
Los déficit de los componentes reguladores son raros y lle- te. El C4, sin embargo, está codificado por más de un locus.
van al consumo de los componentes del complemento. En En el hombre se han descrito polimorfismos genéticos para
los déficit que determinan consumo de C3 los pacientes su- todos los componentes del complemento estudiados. Nor-
fren infecciones bacterianas repetidas por ausencia de opso- malmente una población contiene una variante común, una
nización. o dos variantes menos frecuentes y varias variantes raras. Las
Hay dos situaciones patológicas, la glomerulonefritis me- frecuencias de las variantes cambian a menudo de una raza
sangiocapilar y la lipodistrofia parcial, en las que existe una (o población) a otra. Con la excepción de los genes nulos,
gran estabilización de las C3-convertasas, debido a que se las variantes polimórficas descritas no determinan diferen-
producen anticuerpos frente a los componentes activados de cias funcionales notables.
estas convertasas. Tales autoanticuerpos o factores nefríticos La localización cromosómica de la mayoría de los genes
suelen ser de clase IgG. La estabilización de las C3-converta- que codifican componentes del complemento es conocida
sas produce un consumo continuado de C3, por lo que estos (tabla 20.7). Además, el estudio de la organización de los ge-
pacientes poseen niveles muy bajos de C3. nes del complemento ha mostrado que algunos se reúnen en
El déficit de C1-Inh se asocia a angioedema hereditario. Su agrupamientos o grupos de ligamiento. Este es el caso de C2,
cuadro clínico, con ataques repetidos de edema agudo, se C4 y factor B localizados dentro del complejo principal de
debe al papel del C1-Inh como inactivador no sólo del C1 histocompatibilidad (genes MHC de clase III) y de MCP, CR1,
sino también de proteasas de los sistemas de la calicreína, la CR2, DAF, C4BP y factor H (sistema regulador de la activa-
coagulación y la fibrinólisis. La ausencia de C1-Inh lleva a ción del complemento o RCA). Estos agrupamientos se han
la activación continua de C1, que hidroliza a C2 y C4, cuyos encontrado en todas las especies estudiadas.
valores son muy bajos en los pacientes afectados. El déficit Los genes de C2 y factor B son únicos, mientras que exis-
de tipo I (85% de los casos) se caracteriza porque el nivel de ten al menos dos genes, C4A y C4B, que codifican C4. Parece
C1-Inh medido inmunoquímicamente y funcionalmente es claro que el C2 y el factor B, lo mismo que el C4A y el C4B, se
sólo un 15-30% del valor normal. Los individuos afectados ex- han originado por duplicación génica. Su gran similitud, es-
presan un alelo normalmente y el otro contiene una muta- tructural y funcional, así lo refleja. La frecuencia en el hom-
ción que impide la expresión de la proteína en plasma. En el bre de genes nulos para C4A y C4B es particularmente eleva-
tipo II (15% de los casos) el nivel C1-Inh detectado por méto- da, por lo que no es difícil encontrar haplotipos que no
dos inmunoquímicos es normal o elevado, pero la actividad expresen C4 o que sólo expresan el producto de uno solo de
funcional está reducida a un 15-30% de la normal. Los indivi- los dos loci. Los genes de clase III codifican componentes del
duos afectados poseen un alelo normal y el otro presenta complemento que participan en la formación de las C3-con-
una mutación que produce la expresión de una proteína no vertasas. Es muy interesante que el otro gran agrupamiento
funcional. Además del déficit genético del C1-Inh, se ha des- de genes del complemento, el sistema RCA, codifique para
crito la existencia de déficit adquirido de C1-Inh. Este último componentes del complemento que regulan la actividad de
se asocia a la presencia de enfermedades proliferativas de estas C3-convertasas.
linfocitos B y se cree que está causado por anticuerpos anti- El sistema RCA está localizado en el brazo largo del cro-
idiotipo que determinan el consumo, no sólo del C1-Inh, sino mosoma 1. Todos los genes del sistema RCA codifican proteí-
también de C1q. La determinación de los valores de C1q en nas relacionadas estructuralmente, que actúan como pro-
suero permite diferenciar ambas situaciones. La administra- teínas reguladoras. Cada una de éstas se halla organizada en
ción de danazol estimula la síntesis hepática del inhibidor. unidades de 60 aminoácidos (denominadas SCR, short con-
Los pacientes con hemoglobinuria paroxística nocturna sensus repeat) que se repiten a lo largo de la totalidad, o casi
sufren lisis de sus hematíes por la carencia de DAF, HRF y la totalidad, de la cadena polipeptídica. Algunos componen-
CD59. Estas proteínas utilizan un anclaje glucolipídico para tes del RCA, como el CR1, tienen hasta 32 de estos dominios
mantenerse sobre la membrana de la célula, donde, como SCR. Se han encontrado SCR en otras proteínas no codifica-
ya se ha indicado, desempeñan un papel protector de la ac- das en el RCA. Algunas de ellas son componentes del com-
ción inespecífica del complemento. Los déficit de DAF y plemento, como C2, factor B, C1r y C1s. En estos casos, sin
HRF no son hereditarios ni se limitan a estas proteínas. Ade- embargo, los SCR siempre representan una parte menor de la
más, no afectan a todas las células del organismo. El origen estructura total de la proteína. Desde el punto de vista fun-
de las células afectadas está, aparentemente, en una pobla- cional, la presencia de SCR se asoció inicialmente con la ca-
ción clonal de células hematopoyéticas que son defectuosas pacidad de interaccionar con C3b o C4b, por lo que al con-

2703
INMUNOLOGÍA

junto de las proteínas organizadas a partir de SCR se lo deno- un gran aumento en la expresión de proteínas de adhesión
minó superfamilia de las proteínas copuladoras de C3b/C4b, sobre la membrana celular. Además, se moviliza el ácido ara-
(C3b/C4b binding proteins). Hoy en día se considera que los quidónico, que es metabolizado a prostaglandinas y leuco-
SCR son sólo un dominio estructural, muy estable en cuanto trienos, particularmente LTB4, y se liberan interleucina 1, fac-
a su conformación, que se utiliza para multitud de funciones, tor de necrosis tumoral y otras citocinas que actúan a su vez
de un modo análogo a la unidad estructural básica que ca- sobre diversos tipos celulares.
racteriza a los anticuerpos (dominio de inmunoglobulina). Durante el paso de la sangre por circuitos extracorpóreos
se produce una notable producción de anafilatoxinas, con
las consiguientes secuelas clínicas. El contacto del plasma
Eliminación de los inmunocomplejos con las membranas de los hemodializadores produce la acti-
circulantes vación de la vía alternativa, que es más o menos acusada se-
gún la naturaleza química de la membrana. La activación y
la consiguiente producción de C3a y C5a se acompaña de
En el curso de las respuestas inmunes la interacción de los una granulocitopenia transitoria durante los primeros minu-
antígenos con los anticuerpos produce la formación de agre- tos de la diálisis. Unos efectos similares, pero más intensos,
gados Ag-Ac (inmunocomplejos). In vitro estos agregados se producen durante la derivación cardiopulmonar, en la
precipitarían, pero in vivo el complemento impide que esto cual se produce un notable secuestro vascular de leucocitos,
ocurra. La incorporación de componentes del complemento en particular en los pulmones. En este caso, además de la ac-
en los agregados impide la formación de agregados grandes tivación de la vía alternativa al comienzo del proceso, se pro-
e insolubles, en un proceso denominado inhibición de la in- duce la activación de la vía clásica, como consecuencia de
munoprecipitación. Si por alguna razón patológica los inmu- la perfusión de protamina al final de la intervención para
nocomplejos llegan a precipitar, como a veces ocurre, en neutralizar la actividad anticoagulante de la heparina. Los
particular en el riñón o en los pulmones, el complemento es complejos protamina-heparina se comportan como comple-
capaz de solubilizar los complejos precipitados, disgregándo- jos Ag-Ac y activan eficazmente la vía clásica. La determina-
los y produciendo una intensa reacción inflamatoria. El com- ción de los valores de C3a y C4a en estos pacientes tiene, al
ponente fundamental responsable de estos fenómenos es el parecer, un valor pronóstico en la evolución postinterven-
C3b que, al unirse covalentemente a los anticuerpos que for- ción.
man el inmunocomplejo, los mantiene solubles por un me-
canismo desconocido.
El C3b sobre los inmunocomplejos es reconocido por el Defensa frente a la infección por bacterias,
receptor CR1 presente en la superficie de varios tipos celula- virus y parásitos
res sanguíneos (fundamentalmente hematíes y polimorfonu-
cleares). La captación de inmunocomplejos mediada por Una gran variedad de bacterias gramnegativas son lisadas
CR1 es llevada a cabo principalmente por los hematíes, debi- por el complemento a través de la vía clásica o alternativa,
do a que el CR1 sobre estas células representa más del 90% en ausencia de anticuerpos. El componente responsable es
del CR1 presente en las células sanguíneas. Además, el CR1 el lipopolisacárido (LPS) y algunas proteínas de la pared
se distribuye sobre la membrana del hematíe en agrupacio- bacteriana (porinas). Los componentes del MAC afectan sólo
nes, lo que facilita su interacción con el C3b, y no en forma la capa más externa de las bacterias gramnegativas, pero fa-
de monómeros dispersos como ocurre sobre los polimorfo- cilitan la entrada de la lisozima, produciéndose la lisis. Las
nucleares. Estudios in vivo han mostrado que durante el paso cápsulas de polisacáridos de las que se recubren algunas
de los hematíes por el hígado o el bazo, los inmunocomple- bacterias gramnegativas las impermeabiliza frente a la ac-
jos en su superficie son transferidos específicamente a célu- ción lítica del complemento.
las del sistema mononuclear fagocítico en estos órganos, que Las bacterias grampositivas son mucho más resistentes al
se encargan de su eliminación. complemento que las negativas. El gran grosor de la capa de
La importancia del sistema del complemento en la elimi- peptidoglicano y los polisacáridos capsulares, presentes en
nación de los inmunocomplejos circulantes se refleja en la muchas de las cepas más patógenas, las protegen de la ac-
elevada frecuencia con que los déficit de componentes ini- ción lítica del complemento. Sin embargo, muchas cepas
ciales del complemento se asocian a enfermedades debidas son opsonizadas por C3b y C4b y son así ávidamente fagoci-
o mediadas por inmunocomplejos circulantes. La presencia tadas. Los neumococos pueden activar la vía clásica en pre-
de un complemento intacto y funcional es, de hecho, un sis- sencia de la proteína C reactiva (PCR) porque los complejos
tema de protección frente a posibles procesos autoinmunes. entre el polisacárido C del neumococo y la PCR se compor-
tan como complejos Ag-Ac, probablemente debido a la simi-
litud estructural de la PCR con los anticuerpos IgG.
Respuesta inflamatoria: las anafilatoxinas El papel del complemento en la defensa frente a los virus
no se limita a las fases en las que existen partículas víricas li-
La activación del complemento es un mecanismo muy po- bres, sino que también participa en la eliminación de células
tente para iniciar y amplificar los procesos inflamatorios. Los infectadas por virus. En muchos casos la activación del com-
productos de activación del complemento promueven la plemento por virus es dependiente de la unión previa de los
quimiotaxis y la activación de leucocitos. Las anafilatoxinas anticuerpos y ocurre, por tanto, por la vía clásica. La repeti-
C3a, C4a y C5a estimulan la quimiotaxis de neutrófilos y la ción de motivos antigénicos en las envolturas víricas facilita
desgranulación de basófilos y mastocitos, con la consiguien- el agrupamiento de moléculas de anticuerpo y, por consi-
te liberación de histamina y leucotrienos. Como consecuen- guiente, la activación. Los virus recubiertos de membranas
cia se produce la contracción del músculo liso, un notable son normalmente lisados por acción del MAC, mientras que
incremento de la permeabilidad vascular y la migración de aquellos cuya cubierta más externa es el cápside, son opso-
neutrófilos y monocitos al lugar de la activación. La denomi- nizados y fagocitados. En algunos casos, los receptores de
nación de anafilatoxina no se corresponde con las activida- complemento sobre las células son usados por los virus para
des antes descritas para C3a, C4a y C5a, que deberían consi- propagar la infección. Por ejemplo, el CR2, cuyo ligando espe-
derarse factores espasmogénicos. cífico es C3d,g, es también el receptor del virus de Epstein-
El C5a es el factor más potente, ya que es 100 veces más Barr, en linfocitos B. Un fenómeno similar ocurre con el recep-
activo que el C3a y 1.000 veces más que el C4a o C5adesArg. tor CR3 sobre los macrófagos y algunos flavivirus. De manera
El C5a es extremadamente potente al actuar sobre los neutró- análoga, los componentes del complemento depositados en
filos, produciendo su quimiotaxis, aumento de adherencia y el virus HIV-1 aumentan su capacidad infectiva en células con
desgranulación. La unión de C5a a los receptores produce receptores CR1, CR2 y CR3 (macrófagos y linfocitos).

2704
SISTEMA HLA

Las células infectadas por virus también activan el comple- plejos. El CR1, además, prolonga la supervivencia de xenoin-
mento en presencia de anticuerpos específicos frente a las jertos, retrasando el rechazo hiperagudo, una reacción me-
proteínas víricas expresadas en la superficie celular. Además, diada por anticuerpos y complemento.
células infectadas con el virus de la parotiditis, el Sendai, el Se espera que, en un futuro próximo, estas proteínas re-
sincitial respiratorio y los herpesvirus, así como células infec- combinantes tengan aplicaciones terapéuticas en el hombre
tadas por el virus de Epstein-Barr, activan directamente el para tratar procesos autoinmunes e inflamatorios que impli-
complemento en ausencia de anticuerpos. quen la activación del complemento.
Algunos parásitos son capaces de activar la vía alternativa.
Sin embargo, sólo en algunos casos la activación resulta be-
neficiosa para el huésped. El complemento impide, por
ejemplo, la diseminación de Entamoeba histolytica o de Bibliografía especial
Leishmania tropica, pero facilita la entrada de Babesia CAMPBELL RD, LAW SKA, REID KBM, SIM RB. Structure, organization,
y Leishmania donovani en el interior celular, a través de los and regulation of the complement genes. Ann Rev Immunol 1988;
receptores CR1 y CR3, que reconocen C3b e iC3b deposita- 6: 161-195.
dos sobre el parásito. COLTEN H, ROSEN FS. Complement deficiencies. Ann Rev Immunol
1992; 10: 809-834.
CRUSE JM, LEWIS RE (eds). Complement today, vol. 1. Basilea, Karger,
1993.
Inmunoterapia con proteínas reguladoras HARBECK RJ, GICLAS PC. Diagnostic immunology laboratory manual.
Nueva York, Raven Press, 1991.
Muy recientemente se han utilizado con éxito, en anima- LAW SKA, REID KBM. Complement. Londres, IRL Press, 1988.
les, tratamientos con proteínas reguladoras recombinantes, MORGAN BP. Complement. Clinical aspects and relevance to disease.
como CR1 y DAF. Estas moléculas, solubles, expresan las Nueva York, Academic Press, 1990.
mismas funciones que cuando están en la membrana y son MÜLLER-EBERHARD HJ. Molecular organization and function of the
complement system. Ann Rev Biochem 1988; 57: 321-347.
capaces de reducir de forma muy significativa el tamaño del PARKER CM (ed). Membrane defenses against attack by complement
infarto, en ratas a las que previamente se les ha inducido una and perforins. Berlín, Springer, 1992.
isquemia miocárdica, o la reacción inflamatoria dependiente ROTHER K, TILL GO. The complement system. Nueva York, Springer,
del complemento inducida por inyección de inmunocom- 1988.

Sistema HLA
J. Vives Puiggròs

Concepto. El sistema HLA constituye el sistema principal de tos génicos no codificantes. De tal manera que en realidad
histocompatibilidad humano. Está compuesto por una serie sólo son de interés los loci HLA A, B, C de la clase I y HLA-
de proteínas de membrana que se hallan codificadas por ge- DR, DP, DQ de la clase II. Los productos de estos genes se
nes situados en una región cercana al centrómero en el bra- hallan implicados en la presentación a las células T de los
zo corto del cromosoma 6 (fig. 20.33 A). Su función en el sis- antígenos procesados. Entre los loci de las clases I y II se en-
tema inmunitario consiste en combinarse con péptidos que cuentra también un conjunto heterogéneo de genes denomi-
han sido procesados por las células presentadoras de antíge- nados de clase III que codifican, entre otras proteínas, los
nos (APC), formando un complejo que puede ser reconoci- componentes del complemento C2, C4 y Bf, la proteína de
do por las células T. Los antígenos de histocompatibilidad no shock térmico (heat shock protein) HSP 70 y los genes codi-
sólo tienen esta función, sino que también son imprescindi- ficantes de los factores de necrosis tumoral (alfa y beta). En-
bles para la cooperación celular. Dos células no pueden co- tre los loci HLA-DMB y HLA-DOB se hallan los genes TAP-1,
laborar para llevar a término una respuesta inmune eficaz si TAP-2 y LMP-2, LMP-7. Las proteínas codificadas por los ge-
no poseen en su membrana idénticos antígenos de histocom- nes TAP tendrían la función de transportar los antígenos
patibilidad. En realidad, estos antígenos deberían denomi- procesados, en tanto que los productos de los genes LMP
narse de otra forma, pero inicialmente se denominaron de (large multifunctional protease) formarían parte de complejos
histocompatibilidad ya que en los animales de experimenta- citoplasmáticos, denominados proteasomas, implicados en
ción se observó que la supervivencia de los trasplantes era la degradación de proteínas en el citoplasma.
mayor cuanta más similitud existía entre donante y receptor El sistema HLA es el sistema más polimórfico que se cono-
en relación con estos antígenos. En el hombre fueron descu- ce. De toda la región HLA, los loci más polimórficos son pre-
biertos en los leucocitos, y por eso se los denominó human cisamente aquellos cuyos productos están involucrados en la
leukocyte antigens (HLA). En general, al sistema genético presentación antigénica (HLA, A, B, C y HLA-DR, DP, DQ).
que codifica a este tipo de antígenos se lo designa con las si- La mayoría de estos loci poseen varias decenas de alelos.
glas MHC (complejo principal de histocompatibilidad). Teniendo en cuenta el gran número de loci del sistema HLA
y la gran variedad de alelos para cada locus, es altamente
improbable encontrar en una población determinada a dos
Estructura génica individuos no emparentados que posean los mismos antíge-
nos HLA.
Los genes codificantes de los antígenos del sistema HLA se Todos los genes de la región HLA son codominantes, ex-
dividen en dos tipos: clase I y clase II. Los loci de los antíge- presándose los dos alelos de cada locus. Cada individuo po-
nos de clase I se hallan más cerca de la zona telomérica, see, por tanto, dos alelos para cada locus. Uno procedente
como se muestra en la figura 20.23. Los loci de clase II descri- del padre y otro de la madre. Al conjunto de alelos de siste-
tos en la actualidad son ya más de 20 (tabla 20.9) y se hallan ma HLA que se halla en un mismo cromosoma, es decir, que
más próximos al centrómero que los de clase I. Ambos tipos ha sido heredado de uno de los dos progenitores, se lo deno-
de loci incluyen un gran número de seudogenes y fragmen- mina haplotipo. Todo individuo poseerá dos haplotipos HLA,

2705
INMUNOLOGÍA

A Clase II Clase I

HLA-G
HLA-C

HLA-H
HLA-B

HLA-X

HLA-E

HLA-A
DQB2
DQA2
DQB3
DQB1
DQA1

HLA-F
DPB1

HLA-J
DPA2

DPA1

DMA
DMB
DQB
DNA

DRB
DRA
DPB
Centrómero Telómero
0 1.000 2.000 3.000 4.000

LMP-2
TAP-1
LMP-7
TAP-2

C4B
C4A
BF
C2
H5P7O
TNF-α
TNF-β
Clase III

B Padre Madre

a A3 Cw7 B7 DR15 DQ6 c A1 Cw7 B8 DR17 DQ2


b A29 Cw5 B44 DR7 DQ2 d A26 Cw6 B38 DR11 DQ7

a A3 Cw7 B7 DR15 DQ6 a A3 Cw7 B7 DR15 DQ6 b A29 Cw5 B44 DR7 DQ2 a A3 Cw7 B7 DR15 DQ6
c A1 Cw7 B8 DR17 DQ2 c A1 Cw7 B8 DR17 DQ2 c A1 Cw7 B8 DR17 DQ2 c/d A1 Cw7 B8 DR11 DQ7
Hijo 1 Hijo 2 Hijo 3 Hijo 4

C Clase I Clase II
E Región HLA-DQ
NH2
BI AI
S Cromosoma 1 DQI
α1 α1 S β2
α2
NH2 BI AI
S Cromosoma 2 DQ2
α3 S S β2-Micro α2 S β2
S S

Membrana

COOH COOH 1β 1α 1β 2α 2β 1α 2β 2α
β α

α1 α2

Fig. 20. 23. A. Mapa génico del sistema HLA. TNF: factor de necrosis tumoral. B. Transmisión genética. C. Estructura molecular de los antígenos
de clases I y II. D. Estructura cuaternaria de la molécula HLA. Obsérvese cómo a partir de los dominios α1 y α2 se forma una cavidad para albergar
el péptido intramolecular. E. Ejemplo de combinaciones entre cadenas α y β para formar las diversas moléculas de clase II.

2706
SISTEMA HLA

TABLA 20.9. Nomenclatura de los genes de la región HLA nucleadas del organismo, en tanto las de clase II tienen una
distribución celular más restringida. Fundamentalmente los
Nombre Características moleculares
antígenos de clase II se hallan presentes en los linfocitos B,
HLA-A Clase I cadena α monocitos-macrófagos, células dendríticas, células epitelia-
HLA-B Clase I cadena α les del timo y precursores hematopoyéticos inmaduros. No
HLA-C Clase I cadena α obstante, en determinadas circunstancias, pueden expresar-
HLA-E Fragmento Hind III 6,2-kb asociado con clase I se también en otros tipos celulares. Tal es el caso de los linfo-
HLA-F Fragmento Hind III 5,4 kb asociado con clase I
HLA-G Fragmento Hind III 6,0 kb asociado con clase I
citos T activados o de células endoteliales y epiteliales que
HLA-H Seudogén clase I asociado se hallan involucradas en procesos inflamatorios o bajo los
con fragmento Hind III 5,4 kb efectos de algunas citocinas como el interferón gamma.
HLA-J Seudogén clase I asociado Si bien tanto las moléculas de clase I como las de clase II
con fragmento Hind III 5,9 kb son dímeros formados por dos cadenas polipeptídicas, su
HLA-DRA DR cadena α composición es distinta (fig. 20.23 C). Las moléculas de clase I
HLA-DRB1 DR cadena β1 determina las están formadas por una cadena pesada y otra ligera con pe-
especificidades DR1, DR2, DR3, DR4, DR5, etc. sos moleculares de 45 y 12 kD, respectivamente. La cadena
HLA-DRB2 Seudogén con secuencias DR similar a β
HLA-DRB3 DR cadena β3 determina las
pesada está codificada por el respectivo gen HLA-A, B, C, en
especificidades DR52 y Dw24, Dw25 y Dw26 tanto la cadena ligera es la β2-microglobulina, cuyo gen codi-
HLA-DRB4 DR cadena β4 determina especificidad DR53 ficante no se halla en la región HLA sino en otro cromosoma,
HLA-DRB5 DR cadena β5 determina especificidad DR51 el 15. Esta cadena ligera es común para todos los antígenos
HLA-DRB6 Seudogén DRβ presente de clase I, mientras que la cadena pesada es distinta para
en los haplotipos DR1, DR2, y DR10 cada alelo, es decir, el polimorfismo reside en la cadena pe-
HLA-DRB7 Seudogén DRβ presente sada. A diferencia de las moléculas de clase I, las dos cade-
en los haplotipos DR4, DR7 y DR9 nas que constituyen los dímeros de las moléculas de clase II
HLA-DRB8 Seudogén DRβ presente
en los haplotipos DR4, DR7 y DR9
están codificados por genes situados en la región HLA. Estos
HLA-DRB9 Seudogén DRβ, fragmento aislado dímeros están compuestos por dos cadenas polipeptídicas
HLA-DQA1 DQ cadena α distintas denominadas α y β, con un peso molecular de 32 y
HLA-DQB1 DQ cadena β 28 kD, respectivamente. Todas las moléculas HLA-DR, DP
HLA-DQA2 DQ secuencia relacionada con la cadena α y DQ están formadas por cadenas α y β, cada una de ellas
HLA-DQB2 DQ secuencia relacionada con la cadena β codificada por uno de los genes que se exponen en la figura
HLA-DQB3 DQ secuencia relacionada con la cadena β 20.23 y en la tabla 20.9. En general, las cadenas α son cons-
HLA-DOB DO cadena β tantes, en tanto que las β son polimórficas, siendo en estas
HLA-DMA DM cadena α
HLA-DMB DM cadena β
últimas donde reside el polimorfismo. No obstante, en algu-
HLA-DNA DN cadena α nos casos el polimorfismo puede localizarse en la cadena α.
HLA-DPA1 DP cadena α Una peculiaridad de las moléculas de clase II es que en la
HLA-DPB1 DP cadena β membrana se hallan formando dímeros, es decir, se expre-
HLA-DPA2 Seudogén DP relacionado con la cadena α san formando dímeros de dímeros, es decir, complejos de
HLA-DPB2 Seudogén DP relacionado con la cadena β cuatro cadenas.
Las moléculas HLA pertenecen a la denominada superfa-
TAP-1 Transportador abc milia de las inmunoglobulinas. Es decir, presentan formas es-
TAP-2 Transportador abc
tructurales típicas de las inmunoglobulinas (en la fig. 20.23
LMP-2 Secuencia relacionada con el proteasoma se ilustran como semicírculos). Estas estructuras se observan
LMP-7 Secuencia relacionada con el proteasoma también en muchas otras moléculas de membrana, como al-
gunas moléculas de adhesión (ICAM-1, ICAM-2, etc.). Si bien
TAP: proteína transportadora de péptidos; LMP: large multifunctional protease.
la codificación génica del las moléculas de clases I y II es dis-
tinta, su estructura terciaria es semejante. La estructura ter-
ciaria de las cadenas pesadas de las moléculas de clase I in-
uno procedente del padre y otro de la madre. Teniendo en cluye tres dominios globulares denominados α1, α2 y α3,
cuenta que la transmisión genética del sistema HLA es de estando los dos últimos estabilizados por puentes de sulfuro
tipo mendeliano, existe un 25% de probabilidades de que los intracatenarios. En los dominios α1 y α2 radican las variacio-
hermanos de una misma familia compartan los dos haploti- nes en la secuencia de aminoácidos que determinan la alo-
pos, un 50% de que compartan un solo haplotipo y un 25% antigenicidad o polimorfismo. Estos tres dominios, junto con
de que no compartan ninguno. Por ello, es relativamente alta la β2 microglobulina, se hallan en la parte externa de la
la probabilidad de encontrar dos individuos HLA idénticos membrana celular. La cadena pesada presenta una porción
dentro de una misma familia. En la figura 20.23 B se ilustra la hidrófoba que se inserta en la membrana y un fragmento hi-
transmisión genética del sistema HLA, donde puede obser- drófilo intracitoplasmático en su extremo carboxiterminal.
varse que los hijos 1 y 2 comparten los mismos haplotipos, En cuanto a las moléculas de clase II, ambas cadenas poseen
entre sí y un solo haplotipo con el hijo 3. Este esquema no se dos plegamientos formando sendos dominios globulares de-
sigue cuando se produce un entrecruzamiento genético en el nominados α1, α2 y β1, β2 (fig. 20.23 C). Ambas cadenas atra-
interior de la región HLA, en cuyo caso se hereda un haploti- viesan la membrana celular, poseen una pequeña porción
po que no está presente como tal en los padres y que es fruto hidrófoba que se inserta en la membrana y un fragmento car-
de una unión complementaria de dos fragmentos de un ha- boxiterminal intracitoplasmático.
plotipo de cada uno de los progenitores. En la figura 20.23 B Una característica destacable, tanto de las moléculas de
el hijo 4, al presentar un entrecruzamiento genético, genera clase I como las de clase II, es su estructura cuaternaria. Es
un nuevo haplotipo, lo que impide que pueda presentar una la estructura que cabría esperar por su función. Ambas mo-
compatibilidad total con los restantes hermanos. léculas forman una cavidad en la que se inserta el péptido
que presentan (fig. 20.23 D). Hace ya varios años que se
conoce esta estructura en las moléculas de clase I, pero ha
Estructura molecular sido muy recientemente que se ha descrito la estructura tri-
dimensional de las moléculas de clase II, observándose que
Los antígenos HLA de clases I y II se diferencian no sólo estas moléculas también forman dicha cavidad. La única
por estar codificados por grupos de genes distintos, sino tam- diferencia residiría en que las moléculas de clase II se pre-
bién por su distribución celular y estructura bioquímica. Las sentan formando dímeros (cuatro cadenas). Esta distinta
moléculas de clase I se hallan presentes en todas las células configuración en la membrana podría explicar la mayor ca-

2707
INMUNOLOGÍA

pacidad de estas moléculas de transducir señales al interior preguntas que se plantean ante este rechazo son dos: a) qué
de la célula. es lo que se reconoce como extraño en el trasplante y
b) quién se encarga de llevar a término el rechazo del órgano
trasplantado. Este segundo interrogante fue contestado por
Determinación de los antígenos HLA Sir PETER MEDAWAR al demostrar que el sistema inmunitario
(tipificación HLA) era el responsable de rechazar el órgano trasplantado. La pri-
mera pregunta se resolvió cuando se descubrió la existencia
La serología ha sido y aún es la principal técnica para la de los sistemas de histocompatibilidad. Se observó que en to-
identificación de los antígenos HLA. Los antisueros específi- dos los vertebrados, e incluso en especies evolutivamente in-
cos para los distintos antígenos se obtienen a partir de una feriores, existen antígenos de histocompatibilidad. Las distin-
de las tres fuentes siguientes: a) mujeres embarazadas que se tas especies poseen varios sistemas de histocompatibilidad,
han inmunizado con los antígenos paternos presentes en el siendo uno de ellos el que tiene mayor importancia. En la es-
feto; b) pacientes politransfundidos que han producido anti- pecie murina el principal sistema de histocompatibilidad es
cuerpos contra los antígenos presentes en los leucocitos de el sistema H-2, y en la especie humana es el sistema HLA. La
la sangre transfundida, y c) enfermos trasplantados que han existencia de varios sistemas de histocompatibilidad explica
presentado reacciones de rechazo contra el órgano trasplan- el hecho de que la identidad total del HLA no sea suficiente
tado. Durante mucho tiempo la serología, mediante la técni- para el éxito de un trasplante. De esta manera, un trasplante
ca de microtoxicidad, ha sido el método más empleado para entre dos hermanos que hayan heredado los mismos haploti-
describir nuevos antígenos o para conocer los antígenos HLA pos HLA de sus progenitores requerirá también la ayuda de
de los distintos individuos. En los últimos años han surgido inmunodepresores para que no sea rechazado, si bien las do-
diversas técnicas que han permitido describir nuevos antíge- sis necesarias serán muy inferiores a las que se utilizan en un
nos que no eran detectados por métodos serológicos. Entre trasplante entre individuos no emparentados. El único tras-
estos métodos se incluyen varias técnicas celulares y bioquí- plante que no requerirá ningún tipo de inmunodepresión es
micas. No obstante, el método más importante de todos ellos el que se lleva a término entre dos hermanos gemelos univi-
y que progresivamente va reemplazando a los métodos sero- telinos. En este caso, donante y receptor comparten todos los
lógicos, especialmente para la determinación de los antíge- antígenos de histocompatibilidad de todos los sistemas y, en
nos de clase II, es el denominado tipificación DNA, con el la práctica, es como si se tratara de un autotrasplante.
cual se ponen en evidencia, mediante técnicas diversas, las Como hemos visto, la existencia de un alto grado de com-
diferencias en la secuencia de DNA que conducen a la codi- patibilidad de HLA entre donante y receptor es una condi-
ficación de los distintos alelos. En la actualidad, en la mayo- ción importante pero no suficiente. El éxito actual del tras-
ría de los laboratorios se efectúa la tipificación de las molé- plante como instrumento terapéutico es multifactorial. Junto
culas de clase I mediante técnicas serológicas, mientras que a la compatibilidad HLA, el avance en las técnicas quirúrgi-
para la identificación de los antígenos de clase II la tipifica- cas y la administración de eficaces fármacos inmunodepre-
ción del DNA está sustituyendo a la serología, ya que ésta no sores son elementos imprescindibles para obtener una bue-
puede discriminar a todos los alelos existentes. Así, por ejem- na supervivencia de los órganos trasplantados.
plo, el antígeno HLA-DR2 descrito por serología engloba en Los problemas inmunológicos de los diversos tipos de tras-
realidad a varios antígenos que poseen un determinante anti- plante son semejantes en todos ellos, con excepción del
génico en común. Las técnicas de tipificación del DNA per- trasplante de médula ósea (TMO). Este trasplante consiste en
miten identificar los diversos antígenos que se engloban den- la perfusión intravenosa al receptor de médula ósea aspirada
tro del HLA-DR2. al donante. Al ser el aspirado rico en células inmunocompe-
Otro dato de interés en cuanto a la interpretación de los tentes, el mecanismo de rechazo es bidireccional, pues am-
resultados serológicos consiste en que las diferencias entre bos sistemas inmunes (el del receptor y el del donante, cons-
los antígenos de clase I son fruto de cambios de aminoáci- tituido por los linfocitos presentes en la suspensión medular
dos en la cadena pesada de la molécula, mientras que en los transfundida) reconocen como extraños al oponente y pue-
antígenos de clase II las diferencias se deben a la suma de de producirse, por un lado, el rechazo de la médula ósea y,
las diversas combinaciones de las cadenas α y β de los genes por otro, un cuadro denominado enfermedad del injerto con-
presentes en la zona HLA-DR o DQ, como se observa en la tra el huésped, en el que los linfocitos del donante reaccio-
fig. 20.23 E, y al polimorfismo de dichas cadenas. Como las nan contra los antígenos de histocompatibilidad del recep-
técnicas de tipificación del HLA han sido y aún son muy in- tor. Ello origina un cuadro clínico grave, que en ocasiones
completas, una manera muy útil de conocer si dos indivi- puede llegar a ser mortal. Por ello, la pareja donante-receptor
duos poseen los mismos antígenos de histocompatibilidad idónea es la formada por dos hermanos HLA idénticos, es de-
consiste en efectuar lo que se denomina un cultivo linfocita- cir, hermanos que han heredado los mismos haplotipos de
rio mixto. Este método se basa en cultivar conjuntamente lin- los progenitores y cuyo cultivo linfocitario mixto es negativo.
focitos de dos individuos, que en la mayoría de los casos son En muchas ocasiones el enfermo que requiere un TMO no
el donante y el receptor de un trasplante de órganos. Esta dispone de hermanos HLA idénticos. Por este motivo se han
técnica se basa en el hecho de que los linfocitos proliferan creado registros internacionales de donantes de médula ósea
cuando reconocen a antígenos de clase II distintos de los que permiten encontrar donantes apropiados para estos ca-
propios. La presencia o la ausencia de proliferación celular sos.
indica si los dos individuos poseen los mismos antígenos En relación con los trasplantes de órganos sólidos, como
HLA de clase II. La ausencia de proliferación es indicativa de riñón, hígado o corazón en los que no está involucrado el sis-
la existencia de identidad o gran similitud antigénica entre tema inmune del donante, para evitar el rechazo en estos
los dos individuos. trasplantes se combinan siempre dos parámetros en grado
variable según el tipo de trasplante. Dichos parámetros son
la compatibilidad HLA y la inmunodepresión. La situación
Sistema HLA y trasplantes clínica del receptor y la posibilidad de terapéutica sustitutiva
son los factores que determinan su grado de implicación. En
El descubrimiento de los sistemas de histocompatibilidad el trasplante renal, en el que existe la diálisis renal como te-
y su posterior estudio exhaustivo han sido paralelos a la utili- rapéutica sustitutiva, es posible esperar para realizar el tras-
zación de los trasplantes como instrumento terapéutico. Su- plante hasta disponer de un donante con un grado de com-
perados los problemas quirúrgicos que plantea un trasplante, patibilidad aceptable. En el trasplante de otros órganos,
el principal obstáculo que debía superarse para lograr el éxi- como corazón o hígado, las medidas para evitar el rechazo
to de esta nueva vía terapéutica era la barrera inmunológica. se centran en la inmunodepresión, ya que no es posible en la
En situaciones normales todo trasplante es rechazado. Las mayoría de los casos esperar a tener un donante compatible.

2708
SISTEMA HLA

TABLA 20.10. Asociación entre HLA y enfermedades* suero del receptor con los linfocitos del donante obtenidos a
partir de sangre periférica o de un ganglio linfático. Cuando
Enfermedades asociadas Riesgo
a clase I
Antígeno
relativo
esta prueba cruzada es positiva, el trasplante está contraindi-
cado.
Espondilitis anquilopoyética B27 96,7 Debido a la utilización de todos los factores antes mencio-
Síndrome de Reiter B27 26,3 nados, en la actualidad el grado de supervivencia de los ór-
Enfermedad intestinal B27 10,2 ganos trasplantados es muy alentador. A los 5 años, la super-
crónica vivencia de los riñones trasplantados es del 90% cuando el
Artritis reactivas
Salmonella B27 35,4 donante es un hermano HLA idéntico y del 80% si comparten
Yersinia B27 21,4 un haplotipo. Cuando se utilizan órganos procedentes de ca-
Campylobacter B27 13,2 dáveres, la supervivencia es también muy satisfactoria. A los
Gonorrea B27 10,2 5 años es del 80% en los primeros trasplantes y del 75% en
Artritis juvenil oligoarticular B27 15,5 los pacientes retrasplantados. En relación con los trasplantes
Uveítis anterior B27 8,2 de corazón, la supervivencia a los 3 años es del 70 y del 42%
Enfermedad de Behçet B51 7,9 en los trasplantados de corazón y pulmón. Los trasplantes de
Psoriasis vulgar Cw6 12,1 hígado se asocian a una supervivencia al año del trasplante
Hemocromatosis A3 6,7
del 70%.
Enfermedades asociadas Riesgo
Antígeno
a clase II relativo
Asociación entre HLA y enfermedades
Narcolepsia DQA1 0102 615
DQB1 0602 800
DRB5 0101 600 Poco tiempo después de describirse el sistema H-2, princi-
DRB1 1501 700 pal sistema de histocompatibilidad murino, se observó que
DQ1 140 existía una asociación entre algunos de sus alelos y la fre-
DR15 400 cuencia de padecer cierto tipo de leucemia murina. Este he-
Enfermedad celíaca DQA1 0501 12 cho motivó que se buscara este mismo tipo de asociación
DQB1 0201 42 entre el sistema HLA y enfermedades humanas. Nunca se ha
DRB1 0301 20 observado ningún tipo de asociación significativa entre antí-
DR3/3 12 genos HLA y leucemias, pero, sorprendentemente, se han en-
DR3/7 20
DR7/5 8 contrado asociaciones en diverso grado entre la presencia
Nefropatía membranosa DQB1 0201 22 de unos antígenos determinados y la frecuencia de aparición
idiopática DRB1 0301 17 de distintas enfermedades. Por ejemplo, el 95% de los indivi-
Diabetes tipo I DQA1 0301/DQB1 0302 9 duos con espondilitis anquilosante son HLA-B27-positivos,
DQA1 0501/DQB1 0201 9 mientras que la frecuencia de este antígeno en la población
Tiroiditis de Hashimoto DQA1 0301/0302/DQB1 0301 9 normal es inferior al 10%. Asociaciones similares pueden
Síndrome nefrótico afectar tanto a antígenos de clase I como de clase II. Las en-
idiopático DQA1 0201 5,3 fermedades asociadas a antígenos de clase II son más nume-
DR7 6,4
Artritis reumatoide DR1 6,8 rosas y heterogéneas, aunque en la mayoría de ellas existen
DR4 10,7 componentes autoinmunes en su patogenia. Se han postula-
Nefropatía mesangial DR10 6,6 do diversas hipótesis para explicar estas asociaciones, pero
IgA idiopática por el momento no existe aún una explicación satisfactoria
*El grado de asociación entre un antígeno HLA y una enfermedad determina-
que aclare sus bases moleculares.
da se evalúa mediante el riesgo relativo (RR), que puede definirse como la El grado de susceptibilidad a padecer una enfermedad de-
probabilidad que tiene un individuo con un antígeno HLA determinado de pa- terminada conferida por los distintos antígenos puede cuanti-
decer la enfermedad para la que dicho antígeno está asociado, en relación ficarse mediante el denominado riesgo relativo. En la tabla
con otro individuo que no lo posea; se calcula con la fórmula:
+ –
20.10 se expone el riesgo relativo de las distintas asociacio-
R = P– C+ donde: nes, así como las asociaciones con antígenos de clase II de-
P C
terminados mediante tipificación DNA. Las tipificaciones de
P y C y representan el número de enfermos y controles,respectivamente, y +
y – indican el número de enfermos o controles con dicho antígeno o sin él,
clase I y algunas de clase II se han valorado mediante técni-
respectivamente. Cuanto más elevado (por encima de 1) sea el valor de RR, cas clásicas de serología.
mayor es la frecuencia del antígeno entre la población enferma.
Bibliografía especial
TSUJI K, AIZAWA M, SASAZUKI T. HLA 1991. Proceedings of the Eleventh
International Histocompatibility Workshop and Conference. Ox-
Además de los parámetros indicados, en todo tipo de tras- ford, Oxford University Press, 1992.
plantes es necesario descartar en el suero del receptor la pre- BURAKOFF S, LAFFERTY K. Transplantation. Curr Opin Immunol 1993; 5:
sencia de anticuerpos dirigidos contra los antígenos del do- 745-803.
nante. Para ello antes del trasplante se realiza lo que se JUAN M, GAYA A, VIVES J. Avances en la genotipificación de los antíge-
denomina una prueba cruzada, consistente en enfrentar el nos HLA. Inmunología 1992; 2: 44-50.

2709
Interleucinas y otras citocinas
T. Gallart y J. Vives Puiggròs

Concepto. Cuando los linfocitos T y monocitos-macrófa- Citocinas proinflamatorias


gos son estimulados por el antígeno producen una amplia
variedad de mediadores proteicos solubles que actúan go-
bernando su propia actividad celular así como la de otras
Interleucinas 1 (IL-1) y 6 (IL-6), factor de necrosis tumoral
células con las que entran en contacto. Tales mediadores re- alfa (TNF-α)
sultan esenciales para la regulación de la amplitud, la dura-
ción y el tipo de la respuesta inmune, así como la intensidad Se consideran conjuntamente porque estas citocinas com-
y la naturaleza de la inflamación local y/o sistémica que di- parten muchos de sus múltiples efectos y una puede inducir
cha respuesta provoca, pudiendo tener también efectos so- la producción de las otras en determinadas células y, ade-
bre la hematopoyesis. Históricamente se han designado con más, son producidas de forma coordinada por los monoci-
diversos términos genéricos (linfocinas, monocinas, inter- tos-macrófagos en respuesta a diversos estímulos (antígeno,
leucinas). Dado que hoy se sabe que pueden ser producidos lectinas, endotoxinas, complejos antígeno-anticuerpo, mura-
por muchos tipos celulares además de por linfocitos (linfoci- mil-dipéptidos). También son producidas por otros tipos ce-
nas), monocitos-macrófagos (monocinas) y leucocitos (in- lulares como las células endoteliales y los fibroblastos y, en
terleucinas), es más apropiado designarlos citocinas, es de- el caso de la IL-6 y el TNF-β, también por los linfocitos T tras
cir, mediadores proteicos producidos por células que su activación por el antígeno (fig. 20.24).
regulan la actividad de éstas y otras células. Su estudio fue
un campo muy confuso durante años, cuando sólo existían TABLA 20.11. Citocinas e inflamación
ensayos funcionales para caracterizarlas. Como la mayoría
Citocinas Efectos
de estas moléculas tienen multiplicidad de efectos y actúan
a bajísimas concentraciones, muchas de ellas han sido “des- IL-1, TNF Efectos sobre endotelios
cubiertas” varias veces como factores distintos, según el en- Actividad procoagulante
sayo funcional usado. En los últimos años, la situación ha Producción de prostaciclina (potente
cambiado por completo, debido a que la aplicación de la vasodilatador y antiagregante plaquetario)
Expresión de moléculas de adhesión (ICAM-1
genética molecular ha permitido aislar los genes y obtener y 2 y ELAM) que favorecen la adhesión
el producto que codifican de forma pura y en cantidades ili- de los leucocitos y su extravasación
mitadas mediante la tecnología de DNA recombinante; mu- Producción de IL-1 e IL-6
chas de estas citocinas recombinantes se usan en ensayos Producción de factores quimiotácticos
clínicos. En estos momentos, el aislamiento de nuevas cito- para los leucocitos, promoviendo
cinas es un campo muy activo, estimándose que cada 2 me- su extravasación (IL-8, CSF)
ses se aísla una nueva. TNF Aumenta la expresión de moléculas HLA
Las citocinas pueden considerarse como un nuevo tipo de de clase I
Efecto sobre neutrófilos
hormonas polipeptídicas con un peso molecular bajo (infe- TNF Activación, desgranulación, explosión
rior a 80 kD) que, en general, actúan de forma autocrina/pa- actividad oxidativa
racrina, aunque a veces pueden circular por la sangre y ac- Incremento de la expresión de CD18
tuar de forma endocrina como la interleucina 6 (IL-6) o el facilitando adhesión a sus ligandos
factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α). Su producción ocu- (ICAM-1 y 2)
rre de forma transitoria durante la activación celular en res- IL-1 Neutrofilia
puesta a un estímulo. Se unen a receptores específicos de Efecto sobre monocitos-macrófagos
membrana cuya expresión, sobre todo de los de alta afini- IL-1, TNF Activación
dad, suele ser también un fenómeno transitorio durante la Producción de prostaglandinas
activación celular en respuesta al estímulo. Las citocinas de- Producción de IL-1
ben considerarse miembros de un sistema o red funcional Efecto sobre hepatocitos
con retrorregulaciones positivas y negativas entre sí, dado IL-1, TNF, IL-6 Síntesis de proteínas de fase aguda
que una citocina no actúa sola sino con otras producidas IL-6 Disminución de la producción de albúmina
concomitantemente por la misma célula y, además, puede Efecto sobre el SNC
inducir, potenciar o inhibir la producción de otras citocinas IL-1, TNF, IL-6 Fiebre
y/o modular negativa o positivamente los efectos de dichas IL-1 Somnolencia, anorexia
citocinas. Son pleiotrópicas, es decir, ejercen múltiples efec- Efecto sobre fibroblastos
tos al actuar sobre diversos tipos celulares en los que indu- IL-1, TNF Crecimiento, síntesis de prostaglandinas,
cen distintos efectos, así como redundantes, esto es, compar- colagenasa e IL-6
ten muchos de los efectos. La importancia fisiopatológica de
Otros efectos
este sistema y de sus enormes potencialidades terapéuticas TNF, IL-1 Caquexia
no ha hecho más que empezar a conocerse. Sobre los efec- Osteólisis
tos de las citocinas hay que tener dos precauciones: la mayo- Degradación de cartílago
ría de los datos se refieren a efectos in vitro, en los que se Reabsorción ósea y cartilaginosa
usan concentraciones, en general, mucho más elevadas que Activación de células sinoviales
las operativas en los microambientes in vivo; por otro lado, Citostasis/citólisis de ciertos tumores
los efectos atribuidos a una citocina pueden ser debidos a TNF Shock endotóxico y shock tóxico
otra todavía desconocida, cuya producción es inducida por por exotoxinas estafilocócicas
y estreptocócicas
la primera. Aquí sintetizamos los datos de sólo algunas citoci-
nas, las mejor conocidas y relevantes en la respuesta inmune IL: interleucina; TNF: factor de necrosis tumoral; CSF: factor estimulante de co-
e inflamatoria. lonias; CD: cluster of differentiation.

2710
INTERLEUCINAS Y OTRAS CITOCINAS

MHC de clase II

IL-1
Inflamación TNF-α Mo Ag
IL-6

MHC de clase I IL-12



Célula diana –

T CD8 Activación T CD4

IL-13

Virus IL-2
IL-4
IFN-γ
IL-6
T CD8 IL-2 T CD4 IL-3
IL-13
IL-10
IL-5

IFN-γ IL-3
Hematopoyesis
GM-CSF
IFN-γ

T CD8 T CD4 IL-12

IFN-γ
NK
Proliferación
Expansión clonal

Fig. 20.24. Esquema general simplificado de las principales citocinas producidas por los linfocitos T y monocitos-macrófagos (Mo) tras su acti-
vación por el antígeno (Ag). Se destaca el papel esencial de la interleucina 2 (IL-2) como factor de crecimiento autocrino/paracrino de los linfoci-
tos T CD4+ que permite la amplificación clonal de los que están implicados en la respuesta a un complejo Ag + MHC de clase II, así como la de
los linfocitos Tc CD8 + implicados en una respuesta contra un Ag vírico al que reconocen en asociación con las moléculas MHC de clase I. La IL-4
desempeña también, aunque en menor medida, un papel de mediador autocrino/paracrino de la proliferación de las células T. Se señalan algu-
nos de los efectos interactivos entre linfocitos T, Mo y células NK a través de las citocinas (véase el texto); las flechas de trazo discontinuo indican
efectos positivos; la flechas de trazo continuo con signo negativo (–) indican efectos negativos. No se representan los efectos de esas citocinas so-
bre los linfocitos B, ni las citocinas secretadas por los subtipos funcionales (Th1 y Th2) de célula CD+ activadas de forma crónica por el Ag (veáse
el texto, Respuestas inmunes y Linfocitos T). GM-CSF: factor estimulante de colonias granulocíticas-monocíticas; IFN: interferón; MHC: complejo
principal de histocompatibilidad; TNF: factor de necrosis tumoral. ●: IL-2, ▲: IL-4; U: IL-ZR; V: IL-4R.

Las múltiples actividades de estas citocinas pueden divi- han defraudado las excesivas esperanzas depositadas en él
dirse en tres tipos: a) mediadores de la inflamación local y como posible agente antineoplásico, debido a sus efectos tó-
sistémica; b) activación linfocitaria, y c) efectos sobre la he- xicos.
matopoyesis, como promover la maduración de progenitores En cuanto a los efectos de estas citocinas sobre la activa-
mieloides al estimular (IL-1 y IL-6) la producción de factores ción linfocitaria, tanto la IL-1 como el TNF-α y la IL-6 actúan
estimulantes de colonias hematopoyéticas o bien al poten- proporcionando señales “accesorias” para promover la proli-
ciar la respuesta de dichos progenitores a la IL-3. feración de los linfocitos T en respuesta al estímulo antigéni-
Los múltiples efectos inflamatorios locales y sistémicos se co. Se cree que su papel consiste en promover la prolifera-
indican en la tabla 20.11. Respecto al TNF-α, hay que señalar ción dependiente de IL-2 (véase más adelante). La IL-6
que se desconocen los mecanismos por los que causa citóli- promueve también la diferenciación de los linfocitos T cito-
sis/citostasis directa de ciertas células tumorales, mientras tóxicos a partir tanto de timocitos como de linfocitos T ma-
que los efectos in vivo de necrosis hemorrágica de tumores duros. El TNF-α y el TNF-β inducen la proliferación de los lin-
se atribuyen a los fenómenos proinflamatorios y procoagu- focitos B activados, y la IL-6 promueve la diferenciación de
lantes que induce en los endotelios de los vasos neoplásicos. los linfocitos B activados hacia células secretoras de anti-
El TNF-α y el interferón gamma (IFN-γ) actúan sinérgicamen- cuerpos. Las células plasmáticas del mieloma utilizan la IL-6
te para ciertos efectos, como la inducción de moléculas HLA como factor de crecimiento autocrino. Una excesiva produc-
de clases I y II y de moléculas de adhesión leucocitaria ción de IL-6 está implicada en la patogenia de la enfermedad
(ICAM-1) en endotelios y epitelios. de Castleman (véase la sección Hematología) y en enferme-
El TNF-α es el principal mediador inflamatorio responsa- dades autoinmunes con gran producción de gammaglobuli-
ble del shock endotóxico y del shock tóxico causado por nas como la artritis reumatoide. Asimismo, ciertos tumores
exotoxinas estafilocócicas y estreptocócicas. De momento, (mixoma cardíaco, cáncer cervical y carcinoma de vejiga)
los ensayos clínicos del TNF-α en enfermos con neoplasias producen grandes cantidades de esta citocina.

2711
INMUNOLOGÍA

En el mieloma múltiple existen niveles séricos aumenta-


dos de IL-6, los cuales se correlacionan con la proliferación
in vivo de las células mielomatosas, constituyendo un signo
de mal pronóstico. MHC de clase II
Ag APC

Familia de quimiocinas (interleucina 8)


Se trata de un conjunto de citocinas quimiotácticas (de
ahí el nombre de quimiocinas) que tienen un papel crítico
IL-6
como iniciadoras y promotoras de las reacciones inflamato-
rias. Son producidas por una gran variedad de células en res- Fase G0 T
puesta a estímulos exógenos (endotoxina, virus) o endóge- TNF-α
nos, como las citocinas IL-1 y TNF-α, y se caracterizan por
tener un efecto quimiotáctico sobre distintos leucocitos u IL-1
otras células (fibroblastos, células de melanoma), en las que
determinan un incremento de su adhesión a las células en-
doteliales y/o su activación. Tienen un peso molecular bajo
Fase G1 inicial T
(8-11 kD) y se han dividido en dos subfamilias, alfa y beta,

Fases del ciclo celular


basándose en criterios estructurales y en la localización cro-
mosómica (cromosoma 4, las alfa; cromosoma 17, las beta).
Cada subfamilia está constituida por varios miembros, pero
aquí sólo se considerará uno de ellos, la interleucina 8 (IL-8),
que es la mejor conocida y forma parte de la subfamilia de Fase G1 T IL-2R
quimiocinas alfa. La IL-8 es producida por monocitos-macró-
fagos, neutrófilos, fibroblastos, células endoteliales y linfoci-
tos T, y es un potente factor quimiotáctico para los neutrófi- IL-2
los, basófilos y una pequeña población de linfocitos T CD4+
y CD8+. En los neutrófilos causa su activación y aumenta la
expresión de integrinas (β2), lo que determina su adhesión al
endotelio facilitando su diapédesis y extravasación. No pro-
voca fiebre ni induce proteínas de fase aguda, pero causa
neutrofilia. Se detecta en la circulación de pacientes con en-
fermedades inflamatorias y traumatismos extensos en los fo-
cos inflamatorios de diversas enfermedades, como en la si- T
Fase S
novial de la artritis reumatoide y las lesiones psoriásicas. (proliferación)
T

Interleucina 2 (IL-2)
T T
La IL-2 es producida fundamentalmente por los linfocitos T
CD4 en respuesta al estímulo antigénico. Como ya se indica-
do, este subtipo de linfocitos T tiene una importancia clave,
ya que proporciona “ayuda” para que se desarrollen todas
las respuestas inmunes, no sólo las mediadas por células T Fig. 20.25. Esquema del papel de la interleucina 1 (IL-1), el factor de
sino también la de producción de anticuerpos por los linfoci- necrosis tumoral alfa (TNF-α) y la IL-6 para promover la activación de los
tos B y la generación de linfocitos T citotóxicos. Esta “ayuda” linfocitos T colaboradores en reposo, estimulados por la unión con el Ag+
se debe en gran parte a las interleucinas que liberan, entre moléculas MHC de clase II de su receptor. Papel de IL-2 como factor de
las que ocupa un lugar central la IL-2. Ésta funciona como un crecimiento de las células T una vez activadas. APC: célula presentadora
del antígeno; MHC: complejo principal de histocompatibilidad.
factor de crecimiento autocrino/paracrino de los propios lin-
focitos T CD4+ y CD8+ específicos del antígeno que permite
su expansión clonal (fig. 20.25). Los linfocitos T CD4+ reco- Interleucinas 4 (IL-4) y 13 (IL-13)
nocen al antígeno en la membrana de las células presenta-
doras del antígeno (APC) en asociación con las moléculas La IL-13 es una de las últimas citocinas caracterizadas,
MHC de clase II. Esta interacción con el antígeno induce un pero se ha visto que es parecida a la IL-4 en sus efectos y en
estado de activación que las hacen progresar hacia la fase G1 su estructura. Ambas se localizan en el cromosoma 5 huma-
del ciclo celular, con lo que pasan a producir IL-2 (y otras ci- no en una región donde se hallan también otras citocinas
tocinas) y a expresar receptores de la IL-2 en su membrana. [IL-3, IL-5, factor estimulante de colonias granulocíticas-mo-
La IL-2 interacciona con el receptor y es internalizada, lo nocíticas (GM-CSF)]. La IL-4 es producida principalmente
cual determina que la célula progrese en el ciclo celular y por linfocitos T CD4+, aunque probablemente sea también
prolifere. producida por basófilos y mastocitos, y actúa sobre los linfo-
La producción de IL-2 y otras citocinas (IL-4, IL-10, IL-5, citos B, los T y los monocitos-macrófagos. En los linfocitos B,
IFN-γ y otras) por los linfocitos T ocurre de forma transitoria induce: a) aumento de la expresión de moléculas MHC de
tras su activación por el antígeno; se inicia a las 4-12 h y dura clase II y CD23 en linfocitos B quiescentes y proliferación
sólo horas o pocos días. La eficacia como fármaco inmuno- de linfocitos B activados por antiinmunoglobulina y por el
depresor de la ciclosporina A se debe esencialmente a su ca- anticuerpo monoclonal (AcMo) CD40 así como la madura-
pacidad para impedir la transcripción de los genes de la IL-2 ción hacia célula secretora de inmunoglobulina y el cambio
y de las otras citocinas. de clase de IgM hacia IgG4 e IgE humanas. En los linfocitos T
Además de los linfocitos T, la IL-2 actúa también sobre los actúa como factor de crecimiento independiente de la IL-2
linfocitos B activados, en los que promueve su proliferación de corta duración y está implicada en promover el creci-
y diferenciación, así como sobre las células natural killer miento de timocitos inmaduros. Es una citocina típicamente
(NK), en las que induce producción de IFN-γ, proliferación y secretada por las células Th2, y tienen un papel esencial jun-
actividad citolítica. Actúa también sobre los monocitos, en to a la IL-10 para que se desarrolle ese subtipo funcional de
los que induce producción de IL-1. linfocitos T CD4+, así como para inhibir la generación de lin-

2712
INTERLEUCINAS Y OTRAS CITOCINAS

focitos Th1 (véase Linfocitos T). La IL-4 puede tener efectos los linfocitos B, promoviendo su proliferación y maduración
negativos sobre la expresión del receptor de la IL-2, inhibien- hacia células secretoras de inmunoglobulinas, y también
do la respuesta a la IL-2 de células B y T, lo cual probable- puede tener efectos promotores del crecimiento de mastoci-
mente refleja el hecho de que el receptor de alta afinidad de tos. El virus de Epstein-Barr codifica un péptido de 17 kD que
la IL-2 y la IL-4 comparten la cadena gamma común. In vivo tiene gran analogía con la IL-10 (IL-10 vírica).
presenta también efectos antineoplásicos. La IL-13 tiene los
mismos efectos que la IL-4 en las células B, pero en cambio
no actúa sobre los linfocitos T, y muestra potentes y comple- Interleucina 12 (IL-12)
jos efectos activadores sobre los monocitos-macrófagos, in-
crementando en ellos la expresión de moléculas de adhe- La IL-12 (también conocida como factor estimulante de las
sión y moléculas MHC de clase II, así como su función como células NK) es una citocina heterodimérica (formada por la
APC, pero inhibiendo la producción de citocinas proinflama- unión covalente de dos cadenas de peso molecular 40 y 35
torias (IL-1, IL-6, TNF-α) y la expresión de otras moléculas kD) producida sobre todo por monocitos-macrófagos en res-
como los receptores Fc (CD64, CD32, CD16). Al igual que la puesta a bacterias, productos bacterianos o parásitos, si bien
IL-2, promueve la producción de IFN-γ por las células NK. puede ser producida por linfocitos B activados. Tiene varios
efectos sobre los linfocitos T y las células NK, en los que pro-
mueve la activación y proliferación y la secreción de citoci-
Citocinas producidas por los linfocitos T nas, particularmente IFN-γ, siendo una citocina de presencia
activados con efectos hematopoyéticos: obligada para que se generen células Th1. Por el contrario, la
IL-10 y la IL-4 (producidas por las células Th2) ejercen efec-
interleucinas 3 (IL-3) y 5 (IL-5), GM-CSF tos negativos sobre su producción. La IL-12 tiene importancia
crítica para que se generen respuestas de tipo Th1 que con-
En el hombre estas citocinas compiten entre sí por el mis- ceden protección en las infecciones por parásitos.
mo receptor. Son producidas sobre todo por los linfocitos T
activados, si bien los mastocitos, los monocitos, los fibroblas-
tos y las células endoteliales pueden también producirlas. La
IL-3 (o hematopoyetina multiespecífica) promueve el creci-
Interferones
miento de los progenitores hematopoyéticos de todas las se- Los IFN son una familia de polipéptidos de los que existen
ries hemáticas (eritroide, granulocíticos-macrófagos, eosinó- tres tipos: IFN-α, IFN-β e IFN-γ. Los dos primeros son produci-
filos, megacariocitos, basófilos) e incrementa la actividad dos por leucocitos y fibroblastos, respectivamente, tras la es-
funcional de los eosinófilos y monocitos maduros, pero no la timulación por virus o polirribonucleótidos. El IFN-γ es pro-
de los neutrófilos. El GM-CSF actúa como factor de creci- ducido por los linfocitos T activados por el antígeno o
miento de los progenitores de la serie mieloide (granulocitos mitógenos inespecíficos, así como por las células NK estimu-
y monocitos-macrófagos) e incrementa la actividad funcio- ladas por IL-2 o por el anticuerpo CD16. El IFN-α es en reali-
nal de los neutrófilos y monocitos maduros. La IL-5 tiene un dad una familia de 20 variantes producidas por sendos ge-
efecto restringido sobre los eosinófilos, de los que constituye nes, mientras que los otros dos son codificados cada uno por
el principal regulador de su crecimiento y activación. No un solo gen.
está claro que promueva la proliferación de linfocitos B acti- Aparte de los efectos antivíricos y antiproliferativos, los
vados y su maduración hacia células secretoras de inmuno- IFN ejercen potentes efectos inmunomoduladores, sobre
globulinas. La IL-5 forma parte del espectro de citocinas que todo el IFN-γ, el cual tiene menos efectos antivíricos y anti-
secretan las células T CD4+ Th2 (véase Linfocitos T). proliferativos. Tales efectos reflejan probablemente su capa-
cidad para incrementar la expresión de moléculas HLA. To-
Interleucina 7 (IL-7) dos los IFN aumentan la expresión de moléculas HLA de
clase I, y el IFN-γ, además, incrementa la expresión de mo-
léculas HLA de clase II en monocitos (pero no en linfocitos
Es producida por las células de la estroma de la médula B), e induce la expresión de dichas moléculas en tipos celu-
ósea y se cree que es un factor importante en el desarrollo de lares que normalmente no las expresan, como células endo-
los progenitores linfoides B y T. Actúa promoviendo la proli- teliales y epiteliales, lo que puede facilitar la inducción de
feración de los precursores inmaduros (células pre-B y pre- respuestas autoinmunes; en la inducción de este efecto el
pre-B) de los linfocitos B, mientras que los linfocitos B madu- IFN-γ y el TNF-α actúan sinérgicamente. Inducen también la
ros, incluso los activados con antiinmunoglobulina no expresión de moléculas de adhesión, concretamente de los
responden. Asimismo, promueve la proliferación de los timo- ligandos de las integrinas leucocitarias (ICAM) en endotelios
citos más inmaduros (CD4-CD8-) por un mecanismo inde- y epitelios.
pendiente de la IL-2. En los linfocitos T periféricos maduros El IFN-γ induce actividad citolítica en las células NK y,
causa proliferación si están coestimulados con mitógenos. dado que estas células producen IFN-γ al ser estimuladas por
En este último caso, la IL-7 parece promover la proliferación las células diana, se produce una retrorregulación positiva
dependiente de IL-2 (incrementando la producción de IL-2 de su actividad, que resulta incrementada por la IL-2, la cual,
y/o la expresión de su receptor). como se indicó antes, induce actividad proliferativa y pro-
ducción de IL-2. El IFN-γ es una de las citocinas típicamente
Interleucina 10 (IL-10) producidas por el subtipo funcional Th1 de linfocitos T
CD4+, y tiene la propiedad de ser un potente activador de los
La IL-10 es una citocina con potentes propiedades inhibi- monocitos-macrófagos, lo que constituye la base de que las
doras sobre unas células y estimulantes sobre otras. Es pro- células Th1 sean tan efectivas para determinar las respuestas
ducida por los linfocitos T activados, así como por otros mu- de hipersensibilidad retardada.
chos tipos celulares (células B activadas, macrófagos,
linfomas de células queratinocitos). Es una de las citocinas
producidas por las clonas de células T CD4+ y del tipo Th2. Receptores de las citocinas. Receptor de la
Inhibe: a) la proliferación de las células Th1 y la secreción interleucina 2 y su cadena gamma común
de citocinas por estas células y por las células NK; b) la se-
creción de citocinas proinflamatorias (I1-1, TNF-α, II-6, IL-8) a los receptores de las interleucinas 4 y 7
por los monocitos-macrófagos, y c) la expresión de molécu-
las MHC de clase II por los monocitos-macrófagos y su fun- Las citocinas se unen a receptores específicos de la mem-
ción de APC. En cambio, ejerce efectos estimulantes sobre brana de las células, con lo que se internalizan y mediatizan

2713
INMUNOLOGÍA

LIF CNTF

IL-6 6-CSF
IL-3 IL-5 GH-CSF

IL-2 IL-4 IL-7 IL-9

α
α α
α α
γ γ γ
α

gp 130
β

LIFBP

LIFBP
gp 130

gp 130
β β

Dominio estructural
definidor de la
superfamilia

Fig. 20.26. Cadenas que integran los receptores de alta afinidad de la superfamilia de receptores citocínicos (o superfamilia de receptores de la
hemopoyetina). El dominio estructural que define a la familia está formado por dos regiones globulares, cada una con 7 hojas β-laminares. Nótese
(se indica mediante flechas) cómo varios receptores de citocinas distintas comparten una misma cadena: cadena gamma receptor de IL-3, IL-5 y
factor estimulante de colonias granulocíticas-monocíticas (GM-CSF); cadena gp 130 común de los receptores de IL-6, LIF y CNTF. Obsérvese que
la cadena alfa del IL-2R no pertenece a esta superfamilia. LIF: factor inhibidor de la leucemia; GH-CSF: factor estimulante de colonias granulocíticas.

2, IL-3, IL-4, IL-5, IL-6, IL-7, IL-9, IL-13, GM-CSF, y varios de ellos
comparten una cadena común para formar el receptor de
alta afinidad (fig. 20.26). No es posible aquí detallar los dis-
IL-2 tintos receptores, por lo que sólo mencionaremos al receptor
de la IL-2 (IL-2R), que es un elemento clave en la regula-
CD25 IL-2 Rγ (p64) ción de la respuesta inmune, ya que la proliferación mediada
IL-2 Rα Cadena Afinidad por IL-2 es el principal mecanismo para amplificar el número
(p55) de linfocitos T específicos durante una respuesta. El IL-2R de
α Baja alta afinidad se forma por la asociación de tres cadenas, alfa
Membrana
β Intermedia (CD25), beta (CD122) y gamma, de las que sólo la beta y la
Citoplasma gamma pertenecen a la mencionada superfamilia. Cada una
αβ Intermedia de ellas, por separado, tiene afinidad baja, intermedia o nula,
αβγ Alta
como se indica en la figura 20.27. La cadena alfa es altamente
IL-2 Rβ (p70-75) inducible tras la activación, mientras que la beta se halla ya
CD122 γ No se une expresada en ciertas células, como las NK, los monocitos y en
β ciertas subpoblaciones de linfocitos T. La cadena beta es
esencial para la internalización de la IL-2 y los efectos funcio-
nantes, lo mismo que la gamma, mientras que la cadena alfa
carece de efectos funcionantes. Recientemente se ha com-
Fig. 20.27. Cadenas del receptor de la IL-2 y afinidad de la unión a probado que la cadena gamma se utiliza también para formar
la IL-2 de las cadenas solas o asociadas. los receptores de alta afinidad del IL-4R y del IL-7R. Delecio-
nes en el gen de dicha cadena gamma determinan la inmuno-
deficiencia combinada grave ligada al cromosoma X.
los cambios de la actividad celular. Los receptores de alta afi-
nidad son los únicos relevantes desde un punto de vista fun-
cional; su número es escaso o nulo en las células no estimu-
ladas. En general, estos receptores están formados por varias
unidades (dos o tres) y sólo cuando todas ellas se hallan ex-
presadas y asociadas es cuando se forma el receptor de alta Bibliografía especial
afinidad. En la circulación, en la orina, y en otros líquidos or-
gánicos, así como en el sobrenadante de los cultivos de célu- BURKE F, STUART NAYLOR M, DAVIES B, BALKWILL F. The cytokine wall
las, aparecen formas solubles, truncadas de los receptores, cell. Immunol Today 1993; 165: 165-168.
DE LA CALLE-MARTÍN O, ALBEROLA-ILA J, ENGEL P, INGLÉS J, FABREGAT V,
los cuales pueden actuar como inhibidores naturales endó- BARCELO JJ et al. Impaired post-transcriptional expression of inter-
genos de las citocinas; tales receptores solubles se han detec- leukin-2 receptor in Pokeweed mitogen-activated T cells. Eur J Im-
tado como mínimo para la IL-1, la IL-2, la IL-4 y la IL-6. Los re- munol 1992; 22: 897-902.
ceptores de varias citocinas forman parte de una misma GAYA A, DE LA CALLE O, YAGÜE J, ALSINET E, FERNÁNDEZ D, ROMERO M et
superfamilia de receptores citocínicos que incluyen los de IL- al. IL-4 inhibits IL-2 synthesis and IL-2-induced up-regulation of IL-

2714
RESPUESTAS INMUNES

2R alfa but not IL-2Rbeta in human T cells. J Immunol 1991; 146: PAUL WE, SEDER RA. Lymphocytes responses and cytokines. Cell 1994;
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Respuestas inmunes
T. Gallart y J. Vives Puiggròs

Concepto y tipos de respuesta inmune. Se entiende por


respuesta inmune el conjunto de procesos que, como conse-
cuencia del contacto de las células del sistema inmunitario 100.000
con un antígeno inmunogénico, conduce a la expansión de
las clonas linfocitarias específicas para dicho antígeno, así 10.000

Titulo de anticuerpos
como las diversas funciones efectoras que éstas pueden de- 1.000
sarrollar y la forma en que éstas o sus productos (específicos IgM
o inespecíficos) operan sobre el antígeno. En determinados 100 IgG
casos y condiciones del sistema inmunitario, el encuentro 10
con el antígeno puede conducir a un fenómeno contrario al
de la respuesta: un estado de tolerancia para tal antígeno, 1
que es tan específico como la propia respuesta (véase Tole-
0
rancia). 2 4 6 8 10 12 16 20 24 28 32
Básicamente, es posible distinguir dos grandes tipos de
respuesta: la desarrollada por los linfocitos B, los cuales en
respuesta al estímulo antigénico producen anticuerpos, y la Inmunización primaria Inmunización secundaria
de los linfocitos T, que puede ser muy heterogénea, como ya con BSA con BSA
se ha indicado (véase Órganos y células del sistema inmune)
y se detalla más adelante. Históricamente, a la primera se la
ha llamado respuesta humoral, porque el estado de inmuni- Fig. 20.28. Respuesta de anticuerpos primaria y secundaria. BSA: al-
búmina sérica bovina.
dad o propiedades efectoras de los anticuerpos frente al antí-
geno se podía transferir de un animal a otro con el suero. A
las respuestas de los linfocitos, también por razones histó-
ricas, se las ha designado respuesta celular o mediada por que se mantiene durante unos días (3-5) y luego desciende
células, porque el estado de sensibilización frente a un antí- progresivamente en los siguientes 10-15 días (fig. 20.28). Si
geno en este tipo de respuestas, como la capacidad de desa- más tarde, por ejemplo 20 días después de la estimulación
rrollar una reacción cutánea retardada, no podía ser transfe- primaria, se repite la inmunización con el mismo antígeno y
rida pasivamente de un animal a otro mediante el suero, sino se procede de nuevo a medir los anticuerpos en el suero, se
con células sanguíneas. Es evidente que, de acuerdo con los observará la respuesta de anticuerpos secundaria, que se dis-
conocimientos actuales, ambos tipos de respuesta implican tingue de la primaria en que: a) los anticuerpos aparecen
(ya sea en la fase inductora o efectora o en ambas) interac- más rápidamente y duran más tiempo; b) el título (concen-
ciones celulares y mediadores humorales. Hay una distin- tración) de anticuerpos alcanza un valor mucho más alto;
ción de tipo negativo que es más aproximada a la realidad: c) los anticuerpos son predominantemente de clase IgG, y d)
las respuestas mediadas por células son aquellas en las que la afinidad de los anticuerpos es mayor (fig. 20.28).
no intervienen los anticuerpos. En lugar de medir el título de anticuerpos en el suero en
modelos experimentales murinos, la respuesta de anticuer-
pos puede monitorizarse, midiendo el número de células se-
Respuesta de anticuerpos cretoras de anticuerpo (mediante la técnica de los halos he-
molíticos de Jerne o con diversas variantes de esta técnica)
Respuesta primaria y secundaria que aparecen entre las células esplénicas. La cinética de los
hechos es la misma, sólo que la detección de las células se-
La respuesta de anticuerpos frente a un antígeno determi- cretoras de anticuerpo precede en 1-2 días a la detección de
nado puede ser de dos tipos: primaria y secundaria. La res- anticuerpos séricos.
puesta primaria ocurre cuando es la primera vez que el siste- La base celular de estas respuestas radica en el proceso de
ma inmunitario entra en contacto con el antígeno en activación, proliferación y diferenciación hacia célula secre-
cuestión (estimulación o inmunización primaria). La res- tora de anticuerpos que experimentan los linfocitos B al unir-
puesta secundaria se produce cuando el sistema inmunitario se al antígeno a través de sus inmunoglobulinas de membra-
encuentra al antígeno por segunda vez o en subsiguientes na (mIg). Este proceso ha sido detallado en el apartado de
ocasiones (estimulación o inmunización secundaria). La res- los linfocitos B y es altamente dependiente de la coopera-
puesta primaria se caracteriza porque, después de la admi- ción de linfocitos T CD4+ (véase más adelante). Las caracte-
nistración del antígeno, hay una fase de latencia de 5-7 días rísticas de mayor potencia y rapidez de la respuesta secun-
en la que no aparecen anticuerpos en el suero. Sigue luego daria o respuesta anamnésica se deben a que durante la
una fase en que la concentración de los anticuerpos séricos respuesta primaria se han expansionado los linfocitos B y T
aumenta de forma geométrica hasta alcanzar una meseta seleccionados por el antígeno, de forma que al administrar el

2715
INMUNOLOGÍA

antígeno por segunda vez hay una mayor cantidad de linfoci- las de adhesión: a) CD40 (presente en el linfocito B) y su li-
tos B y T que lo reconocen y que actúan como células me- gando CD40L (que aparece en la membrana del linfocito T
moria. Además, las células B memoria generadas durante la activado); b) CD28 (presente en la membrana del linfocito
proliferación de los linfocitos B en la respuesta primaria han T) y su ligando CD80 (B7) (que aparece en la membrana del
experimentado el cambio de la parte constante de las mIg linfocito B activado), y c) la interacción bidireccional a tra-
(de IgM a IgG). El cambio de clase de IgM a IgG va apareja- vés de la integrina CD11a/CD18 (presente en los linfocitos T y
do, además, con la aparición de hipermutaciones puntuales B) y su unión a sus ligandos ICAM-1 (CD54), ICAM-2 e ICAM-3
en las partes variables de las inmunoglobulinas que determi- (CD50) que se expresan en la membrana de los linfocitos T y
nan cambios en el sitio de unión al antígeno, lo que les con- B cuando se activan (CD54 e ICAM-2) o que ya están expre-
fiere mayor afinidad por éste. Estas hipermutaciones consti- sadas en los linfocitos T y B quiescentes (CD50) (como se de-
tuyen la base del fenómeno de la maduración de la afinidad talló en la fig. 20.6 en Linfocitos B). La activación de los linfo-
de los anticuerpos durante la respuesta secundaria. Tal fenó- citos T y B determina que la integrina CD11a/CD18 adopte
meno se refiere a que a medida que la respuesta secundaria una forma “activa”, ganando afinidad por sus ligandos. Si la
progresa, la afinidad de los anticuerpos IgG se incrementa, activación del linfocito T CD4+ es óptima pasará a secretar
hecho que no ocurre o es poco frecuente que ocurra con los interleucina 2 (IL-2) y otras citocinas (IL-4, IL-6, IL-10). La IL-4
anticuerpos IgM de la respuesta primaria. Se sabe que la ma- contribuye a activar los linfocitos B y, junto con la IL-2, pro-
duración de la afinidad es dependiente tanto del mayor tiem- mueve su proliferación. La IL-2 y la IL-4 median también la
po transcurrido desde la inmunización secundaria como de proliferación del propio linfocito T CD4+ activados. La IL-4,
la menor dosis de antígeno usada en ésta. Se cree que con la IL-2, la IL-6 y la IL-10 promueven la maduración del linfoci-
dosis pequeñas de antígeno, éste selecciona predominante- to B hacia célula secretora de anticuerpos, momento en que,
mente las clonas de linfocitos B cuyas mIg tengan mayor afi- si es una respuesta primaria, secretará grandes cantidades de
nidad por el antígeno, mientras que si se usan dosis más al- la IgM que antes expresaba en la membrana. La IL-4, además,
tas, se seleccionan tanto las clonas de alta como de baja puede inducir el cambio de clase de las mIg (de IgM a IgG4 e
afinidad, con lo que la afinidad media (o avidez) de la po- IgE). La interacción CD40-CD40L es esencial para que se lle-
blación de anticuerpos producida no se habrá incremen- ve a cabo todo este proceso, de forma que en los pacientes
tado. en que dicha interacción no es factible por anomalías en el
gen del CD40L, se produce una grave inmunodeficiencia de
Cooperación entre linfocitos T y B para la respuesta anticuerpos, la agammaglobulinemia con hiper-IgM (véase
Linfocitos B e Inmunodeficiencias). El resultado final de este
de anticuerpos frente a antígenos dependientes de proceso es que se generan células secretoras de anticuerpos
los linfocitos T contra el hapteno, así como linfocitos B memoria específicos
del hapteno y linfocitos T CD4 memoria específicos del por-
Para que los linfocitos B específicos contra determinados tador; en este símil del hapteno-portador, el hapteno significa
epítopos de un inmunógeno proteico puedan activarse, proli- el epítopo reconocido por el linfocito B de una molécula in-
ferar y diferenciarse hacia células secretoras de anticuerpos munogénica dependiente de los linfocitos T (una proteína),
específicos contra dichos epítopos, se requiere la ayuda de y el portador, un epítopo distinto del mismo inmunógeno re-
linfocitos T específicos para otros epítopos del mismo antíge- conocido por el linfocito T CD4+. En una respuesta primaria,
no. Esto quedó claro hace ya años (final de la década de los es decir, cuando tanto el linfocito B como el T son primarios
sesenta y principio de los setenta) al estudiar la respuesta de y quiescentes, es probable que el linfocito B no sea una APC
anticuerpos frente a un hapteno mediante la inmunización efectiva para lograr activar de forma óptima al linfocito T
con un complejo hapteno-portador (véase Antígenos). Tales CD4+; éste probablemente se preactiva en la vecindad frente
experimentos demostraron que los linfocitos B específicos al mismo epítopo del portador mediante otra APC, como un
del hapteno requieren la ayuda de linfocitos T específicos macrófago o una célula dendrítica (fig. 20.29; véase también
para epítopos del portador. Un antígeno proteico puede la fig. 20.6 en Linfocitos B).
equipararse a un complejo hapteno-portador (o a un conglo-
merado de complejos antígeno-portador, según la comple- Centro germinal de los folículos linfoides y su papel
jidad epitópica de dicho antígeno), en el que el hapteno
representa los epítopos del antígeno reconocido por los lin- en la respuesta de anticuerpos
focitos B, mientras que el portador representa los epítopos re- In vivo, la cooperación celular T-B ocurre en los órganos
conocidos por los linfocitos T. linfoides secundarios (p. ej., un ganglio linfático). Tras unos
Actualmente se sabe que esta cooperación T-B se estable- 3-4 días de inyectar el antígeno, la activación primaria de los
ce gracias a que el linfocito B actúa de célula presentadora linfocitos B se produce en la zona extrafolicular, donde se
del antígeno (APC), para el linfocito T CD4+. Las mIg del lin- hallan linfocitos T y células dendríticas interdigitadas y por la
focito B se unen al hapteno y, como consecuencia de esta que los linfocitos B circulan tras su entrada en el ganglio por
unión, se internaliza el conjunto hapteno-portador; éste es la vénula de endotelio alto. Los linfocitos B activados y proli-
“procesado”, de forma que un fragmento del portador es pre- ferantes por un lado maduran hasta célula secretora, aban-
sentado unido a las moléculas del complejo principal de his- donan el ganglio y migran hacia la médula ósea, donde aca-
tocompatibilidad (MHC) de clase II en la membrana del lin- ban de madurar hasta célula plasmática. Parte de los lin-
focito B, donde será reconocido por un linfocito T CD4+ focitos B proliferantes (“blastos”) se dirigen hacia el folículo
cuyo receptor (TCR) sea complementario (específico) del linfoide, donde se inicia la formación del centro germinal,
fragmento del portador +MHC de clase II. Esta interacción fí- hecho que empieza a ser perceptible a los 4-7 días de haber
sica específica de antígeno y restringida por el MHC de clase inyectado el antígeno y dura unas 3 semanas. En cada folícu-
II entre linfocitos T y B es esencial para que se active de for- lo entran sólo 2-3 linfocitos B activados, los cuales se multi-
ma óptima el linfocito B, puesto que los antígenos proteicos plican de forma exponencial, dando origen a 10.000 centro-
tienen escasa densidad de un mismo epítopo, por lo que no blastos, lo que ocurre en la zona oscura del centro germinal.
pueden causar un fuerte ligamiento entrecruzado de las mIg, Los centroblastos no expresan mIg o apenas lo hacen, mi-
con lo que las señales transducidas son escasas; en ausencia gran hacia la zona clara basal adoptando la morfología de
de un linfocito T CD4+ específico del portador, un linfocito B centrocitos que expresan mIg (de diversos isotipos pero ha-
se activará parcialmente pero, en lugar de proseguir su acti- biendo perdido la expresión de mIgD); la mayoría de los
vación, probablemente muere. Cuando ocurre dicha interac- centrocitos mueren por apoptosis y luego son fagocitados
ción, es también esencial, para que la activación mutua en- por los macrófagos, que aparecen con los cuerpos “tingibles”
tre linfocito T y B sea óptima, que se establezcan otros en su citoplasma. Los centrocitos que sobreviven pasan a la
contactos físicos entre linfocitos T y B a través de las molécu- zona clara apical, donde pueden seguir dos caminos: con-

2716
RESPUESTAS INMUNES

Péptido del Ag
portador

Citocinas
MO/DC
IL-2
IL-4
IL-10
IL-4 IL-2 IL-4 IL-6
T
CD4
MHC clase II

MHC clase II

B
B B
AFC Anticuerpos
antihapteno

Linfocitos B
en reposo
específicos
del hapteno

Activación Proliferación Diferenciación

Fig. 20.29. Esquema de la cooperación celular entre linfocitos T y B para la respuesta de anticuerpos frente a un antígeno dependiente de los lin-
focitos T, aquí representado por un complejo hapteno-portador (véase el texto). Nótese que sólo la etapa inicial de activación de los linfocitos B es
específica de antígeno; los efectos de las citocinas que promueven la proliferación de los linfocitos B activados y su maduración hacia AFC son
completamente inespecíficas del antígeno. MO/DC: monocito, célula dendrítica; IL: interleucina; s—■: complejo hapteno-portador (■ = portador;
s = hapteno); Ag: antígeno; AFC: célula formadora de anticuerpos.[Sobre las interacciones físicas entre linfocito T y B mediadas por las molécu-
las CD40 y su ligando CD40L, CD28 y su ligando CD80 (B7), y la integrina CD11a/CD18 y sus ligandos ICAM-1 (CD54), ICAM-2 e ICAM-3 (CD50),
véanse el texto y la fig. 20.6 en Linfocitos B.]

vertirse en linfocitos B memoria y volver a recircular o bien Respuesta de anticuerpos a los antígenos independientes
madurar hasta célula secretora de anticuerpo y migrar hacia de los linfocitos T
la médula ósea donde madurarán hasta células plasmáticas
que tienen pocos días de vida media (fig. 20.30). Hay un pequeño número de sustancias que son capaces
Durante la intensa proliferación de los centroblastos, se de inducir respuesta de anticuerpos sin la cooperación de
producen el cambio de clase de las mIg y las hipermutacio- linfocitos T, por lo que se las denomina antígenos indepen-
nes somáticas de los genes de las regiones V. Estas muta- dientes de los linfocitos T. Se han caracterizado sobre todo
ciones se cree que ocurren al azar, pudiendo incrementar o en el sistema murino e incluyen el lipopolisacárido (LPS) de
disminuir o abolir la unión al antígeno; sólo sobreviven aque- la endotoxina bacteriana, la flagelina polimérica microbiana,
llos centrocitos cuyas mIg han experimentado mutaciones el dextrano, el levano, así como los polímeros de D-aminoáci-
que incrementen su unión al antígeno. La unión al antígeno dos. Todos ellos se caracterizan por ser estructuras poliméri-
presente en las células dendríticas centrofoliculares rescata a cas en las que los determinantes antigénicos se repiten mu-
los centrocitos de la apoptosis, hecho que se verá potencia- chas veces y por ser muy resistentes a la degradación
do por la unión simultánea del CD21 de los linfocitos B al metabólica. Al revés de lo que ocurre con los antígenos de-
complemento presente en el antígeno opsonizado, o unido a pendientes de los linfocitos T, las respuestas primaria y se-
los receptores de complemento de las células dendríticas cundaria de anticuerpos frente a los antígenos independien-
centrofoliculares (véase Linfocitos B). La interacción de la tes de los linfocitos T son de intensidad y características
molécula CD40 con su ligando CD40L también rescata a los semejantes, y en ambos casos se producen sólo, o predomi-
centrocitos de la apoptosis; en el centro germinal hay un 5% nantemente, anticuerpos IgM. Es decir, los antígenos inde-
de linfocitos T CD4+ activados, que probablemente represen- pendientes de los linfocitos T parecen incapaces de inducir
tan linfocitos T CD4+ específicos que han migrado allí junto células memoria que permitan la respuesta secundaria con
con los B y que expresan CD40L. Las células memoria gene- el cambio de clase de IgM a IgG que ésta implica, lo que de-
radas en la respuesta primaria desarrollarán la respuesta se- muestra la importancia de la cooperación de los linfocitos T
cundaria en los folículos, siguiendo el mismo proceso de for- CD4+ para que esto ocurra. El mecanismo por el que son ca-
mación del centro germinal, que en este caso será más paces de activar a las células B sin la colaboración de los lin-
rápido e intenso que en la respuesta primaria. Cierto grado focitos T se atribuye a que, al haber gran densidad epitópica,
de estimulación persistente de los linfocitos B memoria por causan un fuerte ligamiento entrecruzado de las mIg, lo que
el antígeno presente en las células dendríticas centrofolicula- determinaría una fuerte señal activadora. Otro rasgo común
res es, al parecer, un hecho esencial para la persistencia de de los antígenos independientes de los linfocitos T es que
las células B memoria. cuando se usan a bajas dosis se comportan como antígenos,

2717
INMUNOLOGÍA

Médula
ósea
Linfocitos B
memoria Células
secretoras
de anticuerpos

Célula
Centrocitos plasmática
Célula dentrífica
Centro folicular Ag pequeños

Manto Centrocitos Apoptosis


folicular grandes
Linfocitos B
mIgM/ mIg D
(primarios, Centroblastos
quiescentes, (Cambio de clase Ig
circulantes) hipermutación genes
de la región VH/VL)

Entrada de
Zona Zona linfocitos B
clara clara Zona activados en
Fig. 20.30. Formación del centro germi-
apical basal oscura la paracorteza nal en los folículos linfoides de los órga-
nos linfoides secundarios durante la res-
puesta de anticuerpos (véase el texto).

es decir, estimulan sólo las clonas de linfocitos B específicos, cinas liberadas, son capaces de activar los macrófagos y dar
pero a altas dosis actúan como activadores policlonales, es lugar a las reacciones de hipersensibilidad retardada. Los lin-
decir, que activan a otras muchas clonas de linfocitos B pro- focitos T CD8+ reconocen al antígeno en asociación con las
ductores de anticuerpos con otras especificidades. El LPS es moléculas MHC de clase I y, una vez activados, lisan a las cé-
el mejor ejemplo de este tipo de activador policlonal en el lulas que lo presentan. Además de estas acciones, los linfoci-
sistema murino. Se ignora todavía cuál es el mecanismo por tos T CD4+ y CD8+ de un individuo reconocen, respectiva-
el que se comportan como activadores policlonales. En el mente, a las regiones polimórficas de las moléculas MHC de
hombre, uno de los mejores activadores policlonales de cé- las clases I y II alogénicas expresadas por los individuos ge-
lulas B para pruebas in vitro lo constituye el virus de Epstein- néticamente distintos de la misma especie; este fenómeno,
Barr por cuanto infecta los linfocitos B (a los que penetra por denominado alorreactividad, constituye la base del rechazo
su unión a la molécula CD21), y determina su activación y de los injertos entre individuos MHC-incompatibles y de la re-
proliferación. En condiciones apropiadas, este proceso pue- acción del injerto contra el huésped. La activación de los lin-
de finalizar con la inmortalización de los linfocitos B infecta- focitos T CD4+ colaboradores se ha detallado en el apartado
dos, que se convierten en líneas celulares capaces de crecer Linfocitos T, y las actividades de las diversas interleucinas, en
in vitro de forma indefinida. El concepto de activadores poli- el de Interleucinas; la función de los linfocitos T cooperado-
clonales de las células B tiene interés fisiopatológico por res para las respuestas de anticuerpos se ha descrito en los
cuanto plantea la posibilidad de que, en determinadas con- epígrafes precedentes. Aquí se considerarán la respuesta de
diciones, productos bacterianos y virus puedan fomentar los linfocitos T citotóxicos, la alorreactividad y la respuesta
una activación policlonal in vivo de células B productoras de de hipersensibilidad retardada.
autoanticuerpos y actuar como uno de los factores implica-
dos en la etiopatogenia de ciertas enfermedades autoinmu- Citotoxicidad celular específica y restringida
nes. Es probable que muchos hidratos de carbono bacteria-
nos se comporten como antígenos independientes de los por las moléculas de clase I del MHC
linfocitos T. Los linfocitos T citotóxicos reconocen al antígeno en aso-
ciación con las moléculas de clase I en la membrana celular
de otras células y, una vez activados, lisan dichas células (a
Respuestas mediadas por células T las que se denomina células diana). La restricción por las
moléculas MHC de clase I de los linfocitos T citotóxicos se
Tipos descubrió antes que la restricción de los linfocitos T CD4+
por las moléculas MHC de clase II. En dichos experimentos
En respuesta al antígeno, los linfocitos T desarrollan múlti- se comprobó que los linfocitos T citotóxicos generados en
ples actividades. Los linfocitos T CD4+ o linfocitos T colabo- ratones tras su infección con un virus determinado, sólo
radores desarrollan un papel fundamental como células coo- lisan las células infectadas con dicho virus siempre que estas
peradoras, tanto para las respuestas de anticuerpos por parte células pertenezcan a la misma cepa (expresan las mismas
de los linfocitos B como para las respuestas de citotoxicidad moléculas MHC de clase I) de la que proceden los linfocitos
específica de los linfocitos T CD8+. Los linfocitos T CD4+ coo- T citotóxicos.
peradores reconocen al antígeno en asociación con las mo- Se cree que el principal papel fisiológico de los linfocitos
léculas MHC de clase II en la membrana de las APC, con lo T citotóxicos es intervenir en la eliminación de las células in-
que se activan, liberan IL-2 y otras interleucinas [IL-4, IL-5, fectadas por virus. La mayoría de los linfocitos T citotóxicos
IL-6, interferón gamma (IFN-γ) y otras]; la función coopera- son CD8+. Sin embargo, existe cierta proporción de linfocitos
dora depende en gran parte de la acción de tales interleuci- T CD4+ que pueden ser citotóxicos, por ejemplo frente a antí-
nas. Asimismo, los linfocitos T CD4+, a través de las interleu- genos víricos, pero su especificidad está restringida por las

2718
RESPUESTAS INMUNES

moléculas MHC de clase II (véase Linfocitos T). En los mode- na, hecho que ocurre en una tercera fase más tardía. La per-
los experimentales, los linfocitos T citotóxicos se generan forina no siempre está presente en todos los linfocitos T cito-
frente a antígenos víricos, tras la infección con el virus como tóxicos. Éstos no se destruyen, y después de destruir una cé-
se ha indicado antes. Asimismo, en ciertas infecciones víri- lula diana pueden volver a lisar otra.
cas humanas puede demostrarse que se generan linfocitos T
citotóxicos frente a antígenos víricos. Otro sistema muy usa-
do como modelo de este tipo de respuesta es generar linfo-
Citotoxicidad inespecífica y no restringida por el MHC
citos T citotóxicos frente a moléculas MHC de clase I alo- La lesión citotóxica que las células natural killer (NK) y las
génicas (aloantígenos), ya que, como se ha señalado, los células activadas por linfocinas (LAK) (véase Células del sis-
linfocitos T CD8+ reconocen directamente a las moléculas tema inmune) infieren a las células diana obedece a los mis-
MHC de clase I alogénicas (véase más adelante Alorreactivi- mos mecanismos antes citados. La diferencia fundamental
dad). entre estas células y los linfocitos T citotóxicos específicos y
La generación de linfocitos T citotóxicos, al igual que la restringidos por el MHC radica en que su actividad citotóxica
respuesta de anticuerpos, obedece a los mismos principios es inespecífica y no presenta restricción por el MHC. No está
de selección por el antígeno (p. ej., un virus) del peque- claro todavía cuál es la estructura que las células NK recono-
ño número de linfocitos específicos preexistentes antes del cen en la célula diana, ni tampoco cuál es la naturaleza de
estímulo antigénico y a la amplificación clonal (aumento su receptor para reconocer a la célula diana. Conviene desta-
del número de los miembros de cada clona) de tales linfoci- car que ciertas clonas de linfocitos T citotóxicos que expre-
tos mediante un proceso de proliferación. El número incre- san el TCR α-β y que son específicas de antígeno y restringi-
mentado de linfocitos T específicos, como consecuencia de das por MHC de clase I, cuando se mantienen en cultivo
la respuesta primaria, garantiza que la respuesta secundaria continuo in vitro con IL-2 pueden adquirir la capacidad de
sea más potente y rápida. Así, el rechazo de un segundo in- ejercer actividad citotóxica inespecífica y no restringida. La
jerto MHC-incompatible es mucho más rápido que el prime- razón de este hecho se desconoce. Finalmente, hay que
ro. Se cree que la serie de acontecimientos que subyace a mencionar la “citotoxicidad inducida por lectinas” que se
esta respuesta obedece al siguiente esquema. Los linfocitos T utiliza con propósitos experimentales. Consiste en el cultivo
CD8+ citotóxicos, al unirse al antígeno unido a moléculas de linfocitos T con lectinas, como fitohemaglutinina o conca-
MHC de clase I propias o bien a moléculas MHC de clase I navalina A, o también mediante anticuerpos contra el com-
presentes en células alogénicas (p. ej. las de un órgano tras- plejo TCR-CD3 tales estímulos inducen un estado de activa-
plantado MHC-incompatible) se activan y pasan a expresar ción en todos los linfocitos T que tienen potencialidad
receptores de IL-2; para que puedan proliferar y expresar su citotóxica, independientemente de la especificidad y la res-
función citolítica, requieren una fuente de IL-2 que normal- tricción por el MHC.
mente es proporcionada por los linfocitos T CD4+ próximos,
activados por su unión al antígeno unido a moléculas MHC
de clase II o a moléculas MHC de clase II de células alogéni-
Alorreactividad
cas (presentes entre el tejido injertado MHC-incompatible). Los términos alorreactividad o alorreconocimiento desig-
En respuesta a la IL-2, además de proliferar, los linfocitos T nan el hecho de que una gran proporción de los linfocitos T
CD8+ activados pueden efectuar una lisis celular, de forma de un individuo reconocen a las moléculas MHC alogénicas
que, cuando entran en contacto con las células diana que (también denominadas aloantígenos), es decir, las variantes
expresan el antígeno, las lisan. polimórficas expresadas por otros individuos genéticamente
El procesamiento de los antígenos víricos y su presenta- distintos de la misma especie; los linfocitos T CD8+ recono-
ción por el MHC de clase I se detalla en Antígenos. Recono- cen a las moléculas MHC de clase I, y los linfocitos T CD4+ a
cimiento del Ag por anticuerpos y linfocitos T. las moléculas MHC de clase II.
La citotoxicidad se mide mediante una prueba in vitro en La proporción de linfocitos T que reconocen a las molécu-
la que se cultivan los linfocitos y las células diana marcadas las MHC de otro individuo puede ser de hasta el 10%. Dada
con 51Cr durante un período corto (usualmente 4 h). La des- la gran variedad polimórfica de moléculas MHC que se halla
trucción de la célula diana determina la liberación al medio presente entre los miembros de una especie determinada,
del isótopo, por lo que la medida de la radiactividad de di- esto parece indicar que la mayoría de los linfocitos T son alo-
cho medio permite una evaluación cuantitativa del grado de rreactivos. Es decir, el TCR de un determinado linfocito T
citotoxicidad. El mecanismo por el cual los linfocitos T cito- CD4+, además de reconocer a un péptido antigénico deter-
tóxicos destruyen la célula diana implica tres fases. La prime- minado unido a las moléculas MHC de clase II autólogas, re-
ra es rápida (5 min) y consiste en la adhesión estrecha entre conocería también a moléculas MHC de clase II alogénicas,
el linfocito T citotóxico y la célula diana, que requiere la pre- y el TCR de un determinado linfocito T CD8+, además de re-
sencia de iones magnesio, energía metabólica e integridad conocer a un péptido antigénico unido a las moléculas MHC
de los microfilamentos. Además del reconocimiento del antí- de clase I autólogas, reconocería a moléculas MHC de clase I
geno unido a moléculas MHC de clase I por el TCR-CD3, esta alogénicas. La base molecular del alorreconocimiento no
fase es mediada por la adhesión entre la molécula LFA-1 está aclarada. Se consideran varias posibilidades, entre las
(CD11a/CD18) y su ligando, el CD54 (ICAM-1), así como en- que destacan que el TCR reconozca directamente las regio-
tre la molécula CD2 y su ligando, el CD58 (LFA-3), además nes polimórficas de las moléculas MHC alogénicas o bien
de la adhesión de la molécula CD8 a las regiones no polimór- que reconozca péptidos endógenos que permanecen unidos
ficas de las moléculas MHC de clase I, tal como se ha indica- a dichas moléculas; la última hipótesis es la más verosímil.
do en el apartado Linfocitos T. El linfocito T citotóxico polari- La gran proporción de linfocitos T alorreactivos determina
za su centro organizador de los microtúbulos y el aparato de que la respuesta a estos antígenos tras una estimulación pri-
Golgi hacia la zona de contacto con la célula diana, y su maria sea ya muy considerable. La respuesta a los aloantíge-
membrana forma protrusiones que se interdigitan con la de nos sólo se produce en condiciones artificiales: in vivo, tras
esta última. En una segunda etapa, que dura unos 3-5 min y la implantación de células alogénicas, como en los trasplan-
que es dependiente de la presencia de calcio y de la tempe- tes de tejidos, o in vitro, mediante el cultivo linfocitario mixto
ratura (37 °C), la célula citotóxica se desgranula y vierte enzi- [o reacción mixta linfocitaria (MLR)] en el que se cultivan
mas degradativas (serinproteasas) llamadas granzimas, así linfocitos de dos individuos. En dicha reacción in vitro, si
como perforina, una molécula homóloga del C9 que en pre- tales individuos son MHC-incompatibles, al cabo de unos
sencia de calcio se polimeriza y se une a la diana formando 5 días se observa una respuesta proliferativa que se debe a la
poros en su membrana. Interviene también un proceso de activación y la proliferación de los linfocitos T de cada uno
degradación del DNA y destrucción apoptótica de la célula de los dos individuos frente a las moléculas MHC del otro. En
diana. Todo ello conduce a la destrucción de la célula dia- este caso se trata de un cultivo mixto bidireccional. Usual-

2719
INMUNOLOGÍA

mente se practica de forma unidireccional, para lo cual las TABLA 20.12. Características de los macrófagos activados
células de uno de los individuos, que actuarán como células
Volumen celular aumentado
estimulantes (S), son tratadas para impedir su proliferación Mayor adherencia a las superficies
(p. ej., irradiándolas), mientras que las del otro individuo ac- Más lisosomas
túan como células respondedoras (R). Los acontecimientos Capacidad fagocítica aumentada
celulares que ocurren en la MLR consisten en que los linfoci- Liberación de IL-1, TNF-α, IL-12, IL-6
tos T CD4+ de las células respondedoras reconocen a los alo- Mayor actividad bactericida
antígenos MHC de clase II expresados por los monocitos y Mayor expresión de molécula de adhesión
las células B de las células estimulantes, con lo que se acti- Actividad tumoricida
van y pasan a producir IL-2 y otras citocinas, así como a ex- Incremento de la expresión de receptores para Fc
Aumento de la expresión de moléculas de clase II del MHC
presar receptores de la IL-2, tras lo cual se produce su prolife- Liberación de proteasas neutras
ración mediada por IL-2. A su vez, los linfocitos T CD8+ de las Liberación de hidrolasas ácidas
células respondedoras reconocen a los aloantígenos MHC de Producción de prostaglandinas y leucotrieno C
clase I en las células estimulantes, lo que induce su activa- Producción de componentes del complemento
ción y pasan a expresar receptores de la IL-2, por lo que la Producción de factores de la coagulación
IL-2 producida por los linfocitos T CD4+ permite su prolifera- Consumo de glucosa
ción. Estos linfocitos T CD8+ activados son linfocitos T citotó- Liberación de metabolitos del oxígeno (peróxido de hidrógeno
xicos que lisan las células con el mismo haplotipo MHC que y anión superóxido)
las usadas para su generación. La MLR tiene gran importan- IL: interleucina; TNF-α: factor de necrosis tumoral alfa.
cia práctica para determinar la compatibilidad MHC para los
trasplantes de médula ósea.
La alorreactividad de los linfocitos T es la que determina paracortical (área de células T) de los ganglios regionales
el rechazo agudo de los injertos de órganos MHC-incompati- más próximos al lugar de la inoculación, e implica que el an-
bles, lo que explica la importancia de las pruebas de tipifica- tígeno sea procesado y presentado en asociación con las mo-
ción de antígenos MHC pretrasplante para garantizar la máxi- léculas MHC de clase II por los macrófagos o células dendríti-
ma compatibilidad MHC entre donante y receptor y así evitar cas para que pueda ser reconocido por los linfocitos T CD4+
el rechazo del injerto. Dicho rechazo es causado por la res- específicos. Así, éstos se activan y pasan a producir IL-2 y a
puesta de los linfocitos T CD8+ citotóxicos contra las molécu- expresar receptores de IL-2, lo que permite su proliferación
las MHC de clase I del injerto, así como por la activación de mediada por la IL-2. El resultado es un incremento del núme-
los linfocitos T CD4+ contra las moléculas MHC de clase II ex- ro de linfocitos T CD4+ específicos, los cuales, al retornar al
presadas por las células dendríticas y monocitos que se ha- estado de reposo, volverán a recircular. Tras la inoculación
llen presentes en el tejido trasplantado. Los linfocitos T CD4+ secundaria del mismo antígeno, éste es presentado por los
no sólo pueden contribuir a que se genere la respuesta de macrófagos y las células dendríticas de la piel, y los linfocitos
linfocitos T CD8+ citotóxicos, al proporcionarles una fuente T CD4+ específicos circulantes experimentan su activación in
de IL-2 que permita su proliferación, sino que, además, ellos situ, liberando interleucinas que, como el IFN-γ, causan la
mismos son capaces de causar lesiones al atraer y activar a atracción de macrófagos hacia el lugar de la reacción y su
los monocitos hacia el lugar del injerto, por un mecanismo activación. De esta forma se incrementan la actividad fagocí-
de tipo de hipersensibilidad retardada (véase más adelante). tica y microbicida de los macrófagos y, por tanto, los fenó-
En la actualidad se sabe que este papel de los linfocitos T menos inflamatorios, que se expresan en forma de la lesión
CD4+ puede ser tan importante o más que el de los linfocitos subcutánea. Cabe señalar que en esta respuesta hay dos
T citotóxicos. acontecimientos: el inicial y fundamental depende de la acti-
La alorreactividad de los linfocitos T también determina la vación de los linfocitos T CD4+ específicos por el antígeno,
reacción del injerto contra el huésped. Ésta se desarrolla mientras que la activación de los macrófagos es consecuen-
cuando se trasplantan células inmunocompetentes MHC-in- cia de las citocinas secretadas por dichos linfocitos T CD4+
compatibles a un individuo inmunodeprimido, por lo que las activados, los cuales actúan de forma inespecífica.
células T del receptor no pueden reaccionar contra aquéllas El IFN-γ es una de las principales citocinas responsables de
y rechazarlas. Constituye una grave complicación del tras- la activación de los macrófagos, y se ha llegado a la conclu-
plante de médula ósea, ya que entre estas células hematopo- sión de que el anteriormente designado factor activador de
yéticas trasplantadas se hallan presentes linfocitos T maduros los macrófagos (MAF) corresponde, con gran probabilidad,
que se activarán al reconocer a los antígenos MHC de los teji- en su mayor parte al IFN-γ. El factor de necrosis tumoral alfa
dos del receptor (véase la sección Hematología). La reac- (TNF-α), que es producido por los macrófagos, también es
ción del injerto contra el huésped puede también presentar- un potente activador de éstos (tabla 20.12). El factor inhibi-
se cuando se realizan transfusiones de sangre a un paciente dor de la migración de los macrófagos (MIF), que también
inmunodeprimido o con una inmunodeficiencia primaria sería secretado por los linfocitos T y que in vitro se detecta
grave. Por esta razón la sangre debe ser irradiada antes de la por su capacidad para impedir la migración aleatoria de los
transfusión, con el fin de impedir que los linfocitos T alo- monocitos, actuaría facilitando la acumulación de macrófa-
rreactivos proliferen. gos hacia el lugar de la reacción. Como ya se ha indicado
(véase Linfocitos T) los linfocitos T CD4+ del tipo Th1, con su
característica producción de IFN-γ, son los más eficaces para
Hipersensibilidad retardada mediar esta respuesta.
Esta respuesta se debe a que los linfocitos T CD4+, una vez La reacción cutánea de tipo tuberculínico se puede obser-
activados por el antígeno, liberan interleucinas que atraen a var también con antígenos solubles de otros microrganismos
macrófagos y los activan, lo que incrementa su capacidad fa- como Mycobacterium leprae y Leishmania tropica cuando se
gocítica y microbicida y causa el fenómeno inflamatorio. El inyectan a individuos previamente sensibilizados. Otras for-
ejemplo paradigmático de esta reacción lo constituye la reac- mas de reacción de hipersensibilidad retardada son los gra-
ción cutánea a la tuberculina. nulomas inmunes y las dermatitis de contacto. La diferencia
Si se inocula el antígeno en la piel de un individuo no sen- entre el granuloma y la reacción de tipo tuberculínico radica
sibilizado, no aparece reacción alguna, ya que el número de sólo en la forma de presentación del antígeno y ocurre cuan-
linfocitos T CD4+ es muy bajo, pero si, unos días más tarde, do éste es un microrganismo patógeno con gran capacidad
se vuelve a inocular el mismo antígeno, se observa la típica de multiplicación y de resistencia a los efectos microbicidas de
reacción a las 24-48 h. Ello se debe a que, tras la estimula- los macrófagos, así como cuando el antígeno se halla unido
ción primaria, se produce la amplificación clonal de los lin- a partículas inertes. (Los granulomas inmunes y la dermatitis
focitos T CD4+ específicos. Este proceso ocurre en la zona de contacto se detallan más adelante en Lesiones por reac-

2720
TOLERANCIA

ciones de hipersensibilidad retardada.) Las reacciones de hi- Bibliografía especial


persensibilidad retardada tienen una importancia fundamen- MÖLLER G (ed). Germinal centers in the immune response. Immunol
tal como mecanismo de resistencia frente a las infecciones Rev 1992; 126: 5-178.
por microrganismos de crecimiento intracelular, por cuanto MÖLLER G (ed). Chronic graft rejection. Immunol Rev 1993; 134: 5-116.
es uno de los principales mecanismos que permite erradicar- MUÑOZ C, NIETO A, MORENO C, JANSA M, VIVES J. Affinity maturation in
los o impedir la progresión de la infección. Sin embargo, the arsonate system: lack of dominance of high-affinity antibody
como toda respuesta inflamatoria, su desarrollo implica ne- populations. Immunology 1986; 58: 541-544.
cesariamente un grado más o menos notable de lesiones. PAUL WE (ed). Fundamental immunology, 3.a ed. Nueva York, Raven
Press, 1993.
Cuando el antígeno es una sustancia inocua, como ocurre ROITT IM, DELVES PJ (eds). Encyclopedia of immunology, vols 1, 2, 3,
con los que causan las dermatitis de contacto, esta respuesta Londres, Academic Press, 1992.
constituye no sólo una reacción inútil para proteger al hués-
ped sino la causa del proceso patológico.

Tolerancia
R. Pujol Borrell

Concepto. La interacción del sistema inmunitario con un an- están presentes, si bien se hallan en un estado de inactividad
tígeno puede desencadenar dos tipos de respuestas que son funcional, así como la ignorancia clonal, es decir, que las
“programas” diametralmente opuestos: uno es activo y dirigi- clonas linfocitarias autorreactivas están presentes y capacita-
do a la eliminación del antígeno y otro es inhibidor y de das para responder pero no lo hacen porque el antígeno les
“aceptación” de dicho antígeno. Este programa inhibidor, en resulta inaccesible o no es apropiadamente “presentado”
virtud del cual el sistema inmune no responde en lo sucesivo para que puedan reconocerlo. La deleción, la anergia y la ig-
a un antígeno determinado, se denomina tolerancia (a dife- norancia clonales son los principales mecanismos de induc-
rencia de lo que ocurre en la inmunodepresión, en la que la ción y mantenimiento de la tolerancia. Cada uno de ellos
inhibición de la respuesta es generalizada). puede intervenir a nivel central (timo o médula ósea para las
El establecimiento de tolerancia frente a los componentes células T y B, respectivamente) o periférico (órganos linfáti-
propios (autoantígenos) es un proceso fundamental para el cos secundarios y tejidos). Existen además otros mecanis-
normal funcionamiento del sistema inmunitario y probable- mos, como la supresión e interacciones idiotípicas, que ten-
mente sea la razón de la existencia de la tolerancia. Sin em- drían un papel en la regulación de la respuesta inmune y,
bargo, también se puede inducir tolerancia a antígenos aje- por tanto, pueden intervenir también en el mantenimiento
nos mediante ciertas manipulaciones. de la tolerancia.
A principios de siglo, EHRLICH comprobó que los animales
no producían anticuerpos contra los hematíes autólogos y
acuñó el concepto de horror autotoxicus para describir esta Tolerancia T
incapacidad del sistema inmunitario para responder contra
los autoantígenos. Más tarde (1945), OWEN observó que terne- Deleción clonal. El mecanismo fundamental –aunque no el
ras gemelas dicigotas que habían compartido la circulación único– de tolerancia T a nivel central es la deleción de las
placentaria eran quimeras hematopoyéticas, es decir, conte- clonas de timocitos autorreactivos en el timo. En el timo ocu-
nían y toleraban células hemáticas de la otra ternera genéti- rren dos procesos aparentemente contradictorios: la selec-
camente distinta. Esto sugirió que el contacto con el antíge- ción positiva de aquellos linfocitos cuyo receptor es capaz
no (Ag) durante la vida fetal inducía tolerancia en lugar de de reconocer las moléculas HLA propias y la eliminación de
inmunidad, y fue la base de experimentos realizados durante las células T autorreactivas. Aunque se ha propuesto un mo-
los años cincuenta por MEDAWAR y otros, que demostraron delo en el que las células del epitelio tímico cortical serían
que, una vez adultos, los ratones a los que durante la etapa responsables de la selección positiva mientras que células de
neonatal se les habían inyectado células esplénicas de otros origen hematopoyético situadas en la médula mediarían la
ratones genéticamente distintos, toleraban injertos de piel de selección negativa, los datos experimentales con respecto a
estos últimos. Estos estudios revelaron las propiedades de la cómo se determina cada tipo de selección no son conclu-
tolerancia: a) es específica del antígeno Ag; b) es un fenóme- yentes. La hipótesis más fácil de comprender es la que postu-
no adquirido, de forma que el sistema inmunitario puede res- la la existencia de dos umbrales de afinidad diferentes para
ponder frente a cualquier antígeno y “aprende” a no respon- el receptor antigénico de los linfocitos T (TCR) y el complejo
der frente a algunos, y c) los linfocitos inmaduros son más HLA-péptido propio: los linfocitos portadores de TCR con afi-
susceptibles a la tolerancia. Dichos conceptos fueron incor- nidades bajas e intermedias por los complejos HLA-péptido
porados ya por BURNET y FENNER en su Hipótesis de la selec- propio serían seleccionados positivamente (a efectos prácti-
ción clonal sobre el funcionamiento del sistema inmunitario, cos se habrían seleccionado todos los linfocitos capaces de
formulada en 1956, la cual ha resultado ser cierta en sus ras- reconocer el HLA propio), mientras que aquellos cuyo TCR
gos esenciales. Según esta teoría, la tolerancia a los autoantí- tuviera una afinidad alta serían seleccionados negativamen-
genos es el resultado de que el contacto de los linfocitos te. Por tanto, en el timo morirán timocitos por tres razones
inmaduros con los autoantígenos durante la vida fetal provo- distintas: a) fallo en la producción de un TCR funcional a tra-
que la eliminación física de aquellas clonas que los recono- vés de los procesos de recombinación de los segmentos V, J
cen (deleción clonal). La existencia de este mecanismo ha y D de las cadenas α y β del TCR (véase Receptor antigénico
sido claramente demostrado en los últimos años mediante de las células T); b) incapacidad de su TCR de reconocer al-
sistemas experimentales con ratones transgénicos. Hoy se gún complejo HLA-péptido incluso con una afinidad relativa-
sabe que la deleción clonal afecta los linfocitos T y B, y que mente baja, y c) reconocimiento con muy alta afinidad del
si bien tiene una importancia decisiva, no es el único meca- TCR de complejos HLA-péptido propio. El mecanismo de
nismo de la tolerancia a lo propio. Existe también la anergia muerte de los timocitos en todas estas circunstancias es la
clonal, fenómeno que consiste en que las clonas linfocitarias apoptosis.

2721
INMUNOLOGÍA

Tiroides Fig. 20.31. Los autoantígenos de los


distintos tejidos y órganos periféricos tie-
Paratiroides nen un grado variable (representado me-
diante círculos concéntricos) de acceso en
Glándula el microambiente tímico donde son dele-
suprarrenal cionadas (o silenciadas por anergia clo-
Pulmones Timo
nal) las clonas linfocitarias de células T
en desarrollo que adquieren un receptor
antigénico autorreactivo. Esta accesibili-
Riñón dad es máxima en el caso de las células
hematopoyéticas y mínimo en el SNC,
Piel y anejos ojos y gónadas masculinas. El grado de
tolerancia central (que se establece en el
Sangre
timo) de las células T frente a los autoan-
Estómago tígenos es menor a medida que nos aleja-
Músculo mos del círculo central. Recíprocamente,
Hígado los episodios inflamatorios que produzcan
la rotura del aislamiento relativo de estos
órganos originará más fácilmente respues-
Hipófisis tas autoinmunes cuanto más periférica
sea su situación en el diagrama. El aisla-
miento o grado de “secuestro” o silencio
Páncreas endocrino inmunológico de los tejidos no depende
sólo de barreras físicas, como en el caso
Cerebro
Gónadas de los representados en el círculo más ex-
Úvea y terno, sino también de la expresión o no
globo ocular de moléculas de histocompatibilidad, de
adhesión y de receptores de asentamiento
linfocitario que condicionan el estableci-
miento de mecanismos periféricos de tole-
rancia.

El proceso de deleción de las clonas autorreactivas en el chas células están en una situación de anergia que se puede
timo no puede ser exhaustivo so pena de reducir drástica- superar mediante tratamiento con concentraciones altas de
mente el repertorio de linfocitos T disponible para responder interleucina 2 (IL-2). Este estado de anergia se produce pro-
a los antígenos ajenos, por lo que se mantienen en circu- bablemente por la presentación “incompleta” de los antíge-
lación clonas capaces de reconocer antígenos de los teji- nos periféricos. Este concepto parte de la hipótesis de que la
dos “periféricos” (por periféricos se entienden todos los tejidos activación de todo linfocito requiere dos señales: una prime-
que no forman parte del sistema hematopoyético y el timo) ra señal generada por el contacto del TCR con el complejo
(fig. 20.31). Se ha demostrado, por ejemplo, la existencia en HLA-péptido apropiado y una segunda señal normalmente
animales normales de clonas capaces de reconocer colágeno generada por el contacto con células presentadoras de antí-
tipo II, proteína básica de la mielina, receptores de acetilcoli- geno “profesionales” (es decir, macrófagos y células dendríti-
na y los islotes de Langerhans. Normalmente, estas clonas au- cas). La segunda señal mejor estudiada es la generada por la
torreactivas no responden a antígenos periféricos. Las razones ocupación del receptor CD28 de los linfocitos por su ligando
de esta ausencia de respuesta pueden ser de dos tipos: (B7) de las células presentadoras de antígenos (APC). Otras
Ignorancia, indiferencia clonal o silencio inmunológico. Es- moléculas, como citocinas e incluso ciertas moléculas de
tos tres términos, prácticamente equivalentes, describen el si- adhesión y los receptores CD4 y CD8, probablemente contri-
guiente mecanismo: la mayoría de las células parenquimato- buyen a la segunda señal, que puede variar según el estadio
sas de los tejidos periféricos –desde las células musculares madurativo de los linfocitos. Dado que en la periferia las cé-
hasta las neuronas– no expresan moléculas de HLA de clase lulas parenquimatosas, incluso cuando expresan HLA de cla-
II, un requerimiento esencial para el reconocimiento de los se II, no poseen –que se sepa– actividad coestimuladora, al
antígenos por parte de los linfocitos CD4+ de tipo colabora- interaccionar con los linfocitos autorreactivos los anergiza-
dor. Normalmente, estas células periféricas tampoco expre- rían.
san moléculas de adhesión (p. ej., ICAM-1) que faciliten el
contacto con ellas, y las células endoteliales de los capilares
que las rodean no expresan niveles suficientes de moléculas Tolerancia B
de adhesión o receptores de “asentamiento” linfocitario. La
circulación de linfocitos a través de estos tejidos periféricos Está bien establecido que una notable proporción de lin-
es, en situación normal, muy reducida y, por tanto, la proba- focitos B del repertorio normal primario (células B recién for-
bilidad de encuentro con su autoantígeno en forma inmuno- madas que no han tenido contacto con el antígeno) expre-
génica, remota. El resultado es que los linfocitos autorreacti- san inmunoglobulina de membrana (mIg) con actividad
vos se mantendrán indiferentes frente a células periféricas anticuerpo contra autoantígenos. Dentro de las células B au-
que, si bien contienen antígenos reconocibles por ellos, los torreactivas hay que mencionar a la subpoblación de linfoci-
mantienen inmunológicamente silentes. tos B CD5+ polirreactivos y autorreactivos (véase Linfocitos
Anergia clonal. Se ha demostrado que algunas células T B). Hay que señalar, sin embargo, que no existen linfocitos B
circulantes autorreactivas no responden a la presentación reactivos con autoantígenos ampliamente distribuidos e im-
del autoantígeno en el contexto apropiado. Se cree que di- portancia biológica decisiva como los antígenos de los gru-

2722
TOLERANCIA

pos sanguíneos ABO o los antígenos de histocompatibilidad. to. Obviamente esta posibilidad suscita un gran interés por
Además, afortunadamente, estos linfocitos B autorreactivos, su aplicación práctica en el trasplante de órganos, así como
en condiciones normales, no desarrollan una respuesta, ya en todos los procesos inmunopatológicos, incluidas las en-
que para ser activados por un antígeno los linfocitos B re- fermedades autoinmunes.
quieren la colaboración de linfocitos T CD4+ específicos de Estudios realizados por MITCHINSON durante los años sesen-
otros epítopos del mismo antígeno, y el repertorio de linfo- ta demostraron que se podía inducir tolerancia por inyec-
citos T CD4 es poco autorreactivo. Esta limitación no es ab- ción intravenosa repetida de antígenos proteicos solubles, to-
soluta y, de hecho, falla cuando el sistema se enfrenta a un lerancia que se mantenía incluso cuando se intentaba
autoantígeno que contenga (en la misma molécula o en mo- revertirla inyectando el antígeno con adyuvante. La dosis del
léculas físicamente asociadas) epítopos reconocidos por lin- antígeno determinaba el que se obtuviera respuesta inmune
focitos B autorreactivos junto a epítopos exógenos reconoci- o tolerancia; con dosis intermedias (microgramos) se produ-
bles por el repertorio de linfocitos T CD4. Este sería el caso cía respuesta, mientras que con dosis bajas (nanogramos) o
de una molécula microbiana que tenga reactividad cruzada altas (más de 10 mg) se inducía tolerancia. Estos estudios in-
(mimetismo molecular) con un componente propio con dicaron, además, algunos de los principales elementos que
epítopos reconocidos por células B o bien un fármaco que influyen en la dirección que toman las respuestas, como:
se conjugue a una proteína propia; la célula B autorreactiva a) la vía de administración del antígeno, siendo la intraveno-
puede entonces activarse y secretar autoanticuerpos al reci- sa (infrecuente en la naturaleza) la menos inmunogénica,
bir ayuda de las células T CD4+ que reconocen los epítopos mientras que la subcutánea es muy inmunogénica, especial-
extraños. Este mecanismo, clásicamente denominado “cor- mente si se produce inflamación local, y b) peso molecular y
tocircuito” de las células T, se cree que explica muchas de características del antígeno, de forma que aquellos con un
las respuestas de autoanticuerpos inducidas por fármacos o peso molecular inferior a 6 kD no suelen ser inmunogénicos,
por componentes microbianos con mimetismo molecular y las sustancias apolares y solubles son las menos inmunogé-
con componentes propios. Hay que tener en cuenta, ade- nicas. Por otro lado, dichos estudios indicaron que la induc-
más, que durante su respuesta frente a los antígenos exóge- ción de tolerancia requiere un intervalo de varios días para
nos, las células B diversifican su repertorio de actividades establecerse, lo que probablemente indica que, al igual que
anticuerpo (repertorio secundario de células B) por los me- ocurre con la inducción de respuesta inmune, para que se
canismos de hipermutación somática de los genes de las re- produzca la inducción de tolerancia es necesario cierto gra-
giones VH y VL, con lo que se pueden generar autoanticuer- do de expansión clonal; asimismo, requiere la persistencia
pos de alta afinidad. del antígeno, de forma análoga a lo que ocurre para la induc-
Esta alta frecuencia de células B autorreactivas en el reper- ción y el mantenimiento de la memoria.
torio primario se explica porque éstas no sufren un proceso Una situación de gran interés práctico es la inducción de
de selección negativa durante su desarrollo en la médula tolerancia a antígenos de histocompatibilidad que se consi-
ósea, tan radical y riguroso como ocurre con los linfocitos T gue en el trasplante de órganos mediante la administración
en el timo. Al igual que en el caso de las células T, la de- de ciclosporina. Este estado de tolerancia es atribuido al
leción clonal es el principal mecanismo de tolerancia central efecto inhibidor de la ciclosporina sobre la producción de
(en la médula ósea), mientras que la anergia clonal lo sería IL-2; ello puede originar situaciones similares a la presenta-
en la periferia. Estudios con ratones que expresan transgenes ción incompleta y generar anergia frente a los antígenos de
codificadores de autoanticuerpos contra distintos tipos de histocompatibilidad. En la actualidad existen fundadas espe-
autoantígenos indican que las células B fuertemente auto- ranzas de que el mejor conocimiento de los mecanismos de
reactivas contra autoantígenos de membrana celular de am- tolerancia periférica haga posible el diseño de protocolos
plia distribución, como las moléculas del complejo principal de alotrasplante y xenotrasplante que no requieran el uso de
de histocompatibilidad (MHC) de clase I, son delecionadas a inmunodepresores.
nivel central y no se hallan en la periferia. En cambio, cuan- Por otro lado, dado que en las enfermedades autoinmunes
do se trata de autoantígenos proteicos solubles, los linfocitos se pierde espontáneamente la tolerancia hacia los autoantí-
B autorreactivos no son delecionados, sino que aparecen en genos, se está intentando reinstaurarla por diversos procedi-
la periferia pero son anérgicos, es decir incapaces de activar- mientos. Entre ellos cabe citar la “vacunación” con clonas de
se frente al antígeno. El hecho de que un autoantígeno favo- las células T autorreactivas relevantes (previamente inactiva-
rezca la deleción en lugar de la anergia depende de su ma- das), con péptidos correspondientes a sus TCR o con análo-
yor capacidad para inducir un fuerte ligamiento cruzado de gos de los epítopos dominantes del autoantígeno y el “trata-
las mIg, lo que se da en el caso de los autoantígenos multiva- miento” con anticuerpos monoclonales dirigidos contra el
lentes de membrana. Dicho “puenteo” de las mIg de los linfo- TCR, las moléculas accesorias CD4 y CD45 o las moléculas
citos B en desarrollo generaría una fuerte señal activadora de adhesión LFA-1 e ICAM-1. Con el mismo objetivo se está
que, en ausencia de una segunda señal proporcionada por administrando también el autoantígeno por vía oral (esta vía
las células T (probablemente vía CD40), conduciría a la es normalmente telerogénica) e intratímica. Todos estos pro-
apoptosis de la célula B; si este “puenteo” es menor, como cedimientos son efectivos en determinadas situaciones y mo-
ocurre con los antígenos solubles, se favorecería la anergia. delos experimentales, pero queda por dilucidar cuáles serán
Por otro lado, las células B autorreactivas generadas en el útiles en la práctica clínica.
repertorio secundario, es decir, por el mecanismo de hiper-
mutación somática del centro germinal de los folículos linfoi-
des durante una respuesta frente a un antígeno exógeno, se- Mecanismos reguladores de la respuesta
rían igualmente eliminadas por deleción clonal o silenciadas inmune
por anergia clonal, incluso si el antígeno se hallara bien re-
presentado en el microambiente del centro germinal, al fal- La intensidad y la calidad de una respuesta inmune están
tarles la ayuda (vía CD40) de células T CD4+ específicas del determinadas por factores inherentes al antígeno, como do-
mismo autoantígeno (véase Respuesta de anticuerpos). sis, forma de presentación y vía de administración, y por el
fondo genético del individuo, particularmente de su haploti-
po HLA y, dentro de éste, de sus genes HLA de clase II. Las
Inducción de tolerancia en el adulto moléculas HLA de clase II son esenciales para la presenta-
ción del antígeno a las células T CD4+, las cuales realizan
Si bien la tolerancia a los antígenos propios es el aspecto funciones de cooperación para todo tipo de respuestas, in-
fisiológico de la tolerancia y se instaura en el sistema inmuni- cluidas las respuestas de anticuerpos. La capacidad de las
tario inmaduro del feto o del animal recién nacido, es posi- moléculas HLA de clase II para unirse y presentar apropiada-
ble inducir experimentalmente tolerancia en el animal adul- mente un antígeno determinado condiciona la capacidad

2723
INMUNOLOGÍA

alta o baja de un individuo para desarrollar respuestas frente De acuerdo con esta hipótesis, existiría un repertorio de célu-
a dicho antígeno. Antes de conocerse esta función de las mo- las T supresoras (fenotipo CD8+) inhibiendo constantemente
léculas MHC de clase II, se creía que existían genes condicio- el repertorio de células T colaboradoras CD4+ autorreactivas.
nantes de la capacidad de respuesta inmune (genes Ir) liga- Las dificultades para clonar células T con actividad supreso-
dos al locus del MHC que codifica las moléculas MHC de ra, la ambivalencia supresión-colaboración de algunas clo-
clase II, cuando en realidad tales genes eran los propios ge- nas obtenidas y la falta de caracterización a nivel molecular
nes que codifican las moléculas MHC de clase II. del fenómeno de supresión mantienen un interrogante sobre
Una vez instaurada, la respuesta adaptativa depende de la toda esta área. Hoy en día se tiende a pensar que las células
cinética del antígeno. Un antígeno cuya concentración au- supresoras son clonas de linfocitos productoras de citocinas
menta rápidamente –como ocurre con un microrganismo in- con efecto inhibidor como IL-10 y el factor transformante del
vasor– evoca una respuesta progresivamente más intensa crecimiento beta (TGFβ).
hasta que la cantidad de antígeno resulte masiva, en cuyo Por otro lado, hay que considerar las interacciones idiotí-
momento se producirá una parálisis de la respuesta inmuno- picas. En 1974 JERNE llamó la atención sobre el hecho de que
lógica. Los antígenos persistentes a niveles constantes deter- los determinantes antigénicos configurados por las partes va-
minan una respuesta crónica con tendencia a ser de baja riables de las cadenas H y L de las inmunoglobulinas consti-
intensidad. A medida que la cantidad de antígeno libre dis- tuían en sí un amplio repertorio de autoantígenos (idiotipos).
minuye y es enmascarado por el anticuerpo ya formado, la Dado que el repertorio de anticuerpos circulantes va varian-
respuesta disminuye. do de acuerdo con los estímulos del medio ambiente, así
Los mecanismos de regulación de estos perfiles de res- también se irán produciendo nuevos idiotipos. El sistema in-
puestas son conocidos de forma incompleta. Se sabe que la mune no hará caso omiso de este amplio repertorio de auto-
presencia de anticuerpos en exceso frena la respuesta, pro- antígenos cambiantes, sino que responderá contra ellos en
bablemente porque bloquea el contacto del antígeno con la forma de segundos anticuerpos (antiidiotipos) complemen-
célula B correspondiente; además, los anticuerpos IgG, al tarios a los primeros y que tendrán además un efecto modu-
unirse a los receptores FcIgG de las células B transducen se- lador positivo o negativo. Es imposible que una interacción
ñales inhibidoras a las células B. Los complejos antígeno-an- similar entre linfocitos T ejerza un papel regulador aún más
ticuerpo (Ag-Ac) favorecen la presentación del antígeno por central. Se ha postulado que una mala regulación de estos
las APC, ya que algunas de estas células, como macrófagos y mecanismos originaría respuestas autoinmunes. Aunque to-
células dendríticas centrofoliculares de los folículos linfoides dos estos conceptos resultan atractivos, no se han validado
de los ganglios linfáticos, tienen receptores para complemen- plenamente en el sistema inmune humano.
to y Fc de las inmunoglobulinas. Las células dendríticas cen- A pesar del gran avance en el conocimiento de los proce-
trofoliculares son, de hecho, células especializadas en captar sos moleculares subyacentes a la generación de la diversi-
complejos Ag-Ac y presentar de este modo el antígeno a las dad de los anticuerpos y del TCR, reconocimiento celular de
células B del folículo. Las células B del centro germinal im- los mecanismos de las funciones de las citocinas, nos halla-
plicadas en una respuesta experimentan un proceso de mos aún lejos de comprender el funcionamiento global del
apoptosis que reduce la población específica de antígeno sistema inmune y su regulación. Tanto la tolerancia a lo pro-
previamente expandida una vez que ya no es necesaria. pio como su fallo, las enfermedades autoinmunes, son el
Otro factor que afecta la regulación del tipo de respuesta resultado de dicho funcionamiento global, por lo que no es
está dado por la dinámica entre subtipos funcionales Th1 y extraño que su conocimiento sea todavía incompleto.
Th2 de células T CD4+ (véase Linfocitos T).
Las células Th1 producen sobre todo IL-2 e interferón gam- Bibliografía especial
ma (IFN-γ) y favorecen el desarrollo de células T CD8+ y reac-
ciones de hipersensibilidad retardada. Las células Th2 produ- GOODNOW CG, CROSBIE J, ADELSTEIN S, LAVOIE TB, SMITH-GILL SJ, BRINK RA
cen sobre todo IL-4, IL-5, IL-6 e IL-10 y favorecen una respues- et al. Altered immunoglobulin expression and functional silencing
of self reactive B lymphocytes in transgenic mice. Nature 1988;
ta humoral intensa. Estos tipos de respuesta son mutuamente 334: 676-682.
excluyentes, pero se puede pasar de una a la otra (hecho HARTLEY SB, CROSBIE J, BRINK R, KANTOR AB, BASTEN A, GOODNOW CC. Eli-
que se observa en ciertas infecciones como la lepra). El tipo mination from peripheral lymphoid tissues of self reactive B lym-
de respuesta es fundamental para su eficacia y la regulación phocytes recognizing membrane bound antigens. Nature 1991;
del paso de una forma a otra tiene gran importancia y parece 353: 765.
depender de las citocinas y del contexto de la presentación OHASHI PM, OEHEN S, BUERKI K, PIRCHER H, OHASHI CT, ODERMATT B et al.
del antígeno. Ablation of tolerance and induction of diabetes by virus infection
Durante la expansión de la respuesta inmune actúan va- in viral antigen transgenic mice. Cell 1991; 65: 305-317.
OLDSTONE MBA, NEREMBERG M, SOUTHERN P, PRICE J, LEWICKI H. Virus in-
rios mecanismos reguladores cuya importancia fisiológica es fection triggers insulin dependent diabetes mellitus in a transge-
aún poco conocida. A este respecto hay que considerar el nic model: Role of antiself virus immune response. Cell 1991; 65:
descubrimiento de GERSHON, en 1974, de que en el curso de 319-331.
la respuesta inmune se generaba actividad supresora capaz TSUBATA T, WU J, HONJO T. B-cell apoptosis induced by antigen recep-
de inhibir la reacción inmunológica en marcha, lo que llevó tor crosslinking is blocked by a T-cell signal through CD40. Nature
al concepto de células T supresoras específicas de antígeno. 1993; 364: 645-648.

2724
Inmunidad e infecciones
M. Fresno Escudero

Concepto de infección. La infección es el establecimiento ral o innata (es natural porque no aumenta por inmuniza-
de una interacción entre un huésped y un parásito que con- ción repetida). Aunque no es específica de antígeno, tiene la
duce a la multiplicación de éste en los tejidos del primero. ventaja de intervenir rápidamente durante una infección
Existen dos extremos en esta relación: que el parásito prolife- aguda y puede permitir la supervivencia del huésped hasta
re y mantenga su número sin producir lesiones (coloniza- que las respuestas específicas congreguen nuevas defensas.
ción) o bien que ello cause signos y síntomas de inflamación En contraste, la inmunidad específica de antígeno, también
o de perturbación funcional de los órganos del huésped (en- denominada adquirida o adaptativa porque se incrementa
fermedad infecciosa). Entre colonización y enfermedad in- por inmunización repetida con el antígeno que la induce,
fecciosa manifiesta se encuentran las infecciones subclínicas tarda días o semanas en aparecer tras la exposición primaria;
o inaparentes. sin embargo, con frecuencia es indispensable para una com-
Una amplia variedad de virus, bacterias, protozoos, hon- pleta resolución de la enfermedad. Aunque se describan por
gos y helmintos infectan a los seres humanos. La capacidad separado, la mayoría de los mecanismos de defensa son sis-
de un microrganismo determinado para originar una enfer- temas íntimamente asociados que rara vez actúan de forma
medad (patogenicidad) depende del balance entre su poder aislada.
patógeno intrínseco o virulencia y los recursos defensivos uti-
lizados por el huésped para neutralizarla. Entre éstos el más
importante es el sistema inmunitario, que ha evolucionado
Inmunidad innata o no específica de antígeno
probablemente para combatir la agresión externa de organis- La inmunidad innata o natural abarca todos los mecanis-
mos parásitos. La virulencia es un término relativo; muchos mos mecánicos químicos y celulares que previenen la colo-
microrganismos cuya virulencia habitual es baja, pueden nización o infección de individuos normales por los micror-
ocasionar enfermedad grave en huéspedes con inmunidad ganismos del entorno, e incluyen: a) barreras anatómicas; b)
deprimida y se los denomina microrganismos oportunistas. secreciones; c) antagonismo microbiano; d) fagocitos; e) cé-
Los factores de virulencia son los mecanismos que permiten lulas natural killer (NK); f) complemento, y g) citocinas.
a un microrganismo colonizar, proliferar, invadir y destruir El primer escalón protector está constituido por las barre-
los tejidos del huésped. Existen dos tipos principales: a) fac- ras físicas y químicas proporcionadas por la piel y las muco-
tores que estimulan la colonización, proliferación e invasión sas. Los agentes patógenos pueden colonizarlas, pero son
tisular, como moléculas de superficie (adhesinas), y b) toxi- incapaces de penetrar tales superficies. El bajo pH del estó-
nas bacterianas. Éstas son proteínas secretadas (exotoxinas) mago, la vagina o la orina y los cilios o capa mucosa del epi-
o lipopolisacáridos estructurales de las bacterias gramnegati- telio de las vías respiratorias actúan impidiendo la propaga-
vas (endotoxinas). Las exotoxinas pueden originar una enfer- ción hacia el interior de los microrganismos que colonizan
medad sin infección previa y actuar a considerable distancia los orificios externos. Las secreciones del organismo contie-
causando perturbaciones funcionales de órganos corporales nen numerosas proteínas importantes en la defensa antimi-
o generalizadas, como sucede en el síndrome del shock tóxi- crobiana, como lisozima que digiere el peptidoglicano de las
co por estafilococos, la difteria y el tétanos. bacterias; contienen también elementos de la inmunidad es-
Tanto si la infección es clínicamente evidente como si no pecífica como anticuerpos de clase IgA secretora que inhi-
lo es, su resultado final puede ser: a) resolución, cuando las ben la unión del microrganismo a la mucosa.
defensas eliminan el agente patógeno agresor, acompañada, La piel y las mucosas son ricas en flora microbiana propia
con frecuencia, de inmunidad completa para una reinfec- que protege frente a la colonización por otros microrganis-
ción; b) infección crónica, cuando las defensas se contrarres- mos potencialmente patogénicos, de varias maneras, a) ocu-
tan con los factores de virulencia microbianos, y c) persisten- pan un nicho ecológico compitiendo con los agentes pa-
cia o latencia del microrganismo en los tejidos del huésped, tógenos por nutrientes y modificando el pH, la pO2, etc.;
normalmente aislado, sin causar enfermedad. Cualquier dis- b) producen sustancias antibacterianas, como las colicinas
minución de los mecanismos de vigilancia puede originar por Escherichia coli letales para patógenos entéricos como
una reactivación de la infección mucho tiempo después. A Salmonella spp y Shigella spp, y c) inducen inmunidad por
la persona que padece infecciones latentes se la denomina reacción cruzada con otros microrganismos.
portador. Las células fagocíticas de la sangre constituyen una impor-
Existen factores genéticos y adquiridos que favorecen la tante defensa contra la infección y son de dos tipos: polimor-
infección. Parece existir una mayor asociación de ciertas in- fonucleares (PMN) y fagocitos mononucleares. Los PMN son
fecciones como tuberculosis y lepra a ciertos alelos de HLA las células que primero acuden al sitio de infección y su nú-
o a ciertos aletipos de inmunoglobulinas. Hay también facto- mero aumenta considerablemente a partir de los precursores
res adquiridos que afectan la susceptibilidad a la infección: de la médula ósea. Los fagocitos son atraídos por sustancias
a) edad (en algunas los síntomas de algunas infecciones víri- quimiotácticas difundidas desde la región infectada. Las bac-
cas revisten menor gravedad en niños que en adultos); b) terias producen formilpéptidos, mientras que otros microrga-
sexo y factores hormonales; c) traumatismos; d) nutrición; e) nismos activan la vía alternativa del complemento, generan-
fármacos; f) presencia de otras infecciones (los mecanismos do C5a. Además, los fagocitos secretan leucotrieno (LTβ4).
son muy variados, pero la razón suele residir en la inmuno- Ambos son quimiotácticos y promueven la adhesión al endo-
depresión que acompaña a la mayoría de las infecciones, telio y la migración de los leucocitos de la sangre a los teji-
como el SIDA, y g) otras enfermedades, como el cáncer. dos.
Los fagocitos producen una serie de moléculas que me-
dian su acción antiparasitaria. Entre ellas se incluye una serie
Mecanismos de defensa antiinfecciosa de compuestos microbicidas extremadamente básicos que
incluyen defensinas (un conjunto de péptidos homólogos
Las reacciones de defensa pueden producirse de una for- que dañan una gran variedad de microrganismos procariotas
ma específica o inespecífica. Las respuestas inespecíficas y eucariotas), lisozima, lactoferrina, catepsina y elastasa.
constituyen lo que se denomina respuesta o inmunidad natu- También producen complemento, que sirve para eliminar

2725
INMUNOLOGÍA

ciertas bacterias directamente o, en presencia de anticuer- complemento; d) favorecen la fagocitosis (opsonización) a


pos, promover la opsonización e incrementar la permeabi- través de la unión de los receptores Fc de los monocitos, ma-
lidad celular asociada a las respuestas inflamatorias. Los crófagos y PMN, y e) promueven las ADCC.
eosinófilos contienen una serie de proteínas tóxicas que des- Las células T CD8+ citotóxicas destruyen células infecta-
truyen helmintos. Los mecanismos más importantes de das con parásitos intracelulares a través del reconocimiento
destrucción implican productos derivados del consumo del antígeno asociado al MHC, median preferentemente la
de oxígeno, conocido también como explosión respiratoria, actividad antivírica, aunque también son efectivas contra al-

como O2 (radical superóxido), H2O2 (peróxido de hidróge-

gún protozoo intracelular como Theileria parva. Su acción
no) y H (radical hidroxilo). Sin embargo, recientemente un

puede ser directamente citotóxica o debida a la secreción de
nuevo mecanismo que implica intermediarios reactivos de linfocinas como IFN-γ.
nitrógeno, como el óxido nítrico se ha demostrado como el
más importante en la destrucción de agentes patógenos por
macrófagos, especialmente los intracelulares. Inmunidad frente a bacterias
Las células NK son un grupo de linfocitos grandes granula-
res que destruyen algunas células infectadas por virus y pará- Existe una serie de aspectos de la interacción huésped-pa-
sitos intracelulares mediante citotoxicidad directa no especí- rásito que tienen gran influencia tanto en la supervivencia
fica de antígeno y no restringida por el complejo principal de del parásito como en el tipo de respuesta inmune protectora,
histocompatibilidad (MHC) o por mecanismos de citotoxici- como la vía de entrada y el tipo de multiplicación y disemi-
dad celular dependiente de anticuerpos (ADCC). Los media- nación. Una vez dentro del organismo, los parásitos pueden
dores solubles como citocinas secretadas por macrófagos y tener una replicación intracelular, obligada o facultativa, o
linfocitos T y NK pueden considerarse parte de la inmunidad extracelular. Los microrganismos pueden, pues, clasificarse
natural, aunque su cantidad aumenta después de una res- de un modo general según su tipo de replicación y la forma
puesta inmune específica. Las endotoxinas bacterianas esti- en que desarrollan la enfermedad (patogenia) más que se-
mulan la síntesis de interleucina 1 (IL-1) y factor de necrosis gún su origen filogenético.
tumoral (TNF) por macrófagos, aumentando localmente su Las bacterias de crecimiento extracelular son eliminadas
adhesión al endotelio. El TNF desempeña un papel central principalmente por los mecanismos microbicidas de los fa-
en la respuesta antiinfecciosa por sus propiedades inflamato- gocitos, por lo que la inmunidad natural depende de PMN,
rias. Además, el TNF activa los mecanismos microbicidas de monocitos y macrófagos. La resistencia a la digestión es un
los fagocitos y estimula la citotoxicidad de otras células efec- determinante de virulencia. La activación del sistema del
toras inmunes, como los eosinófilos, las células NK y los lin- complemento en ausencia de anticuerpos también desempe-
focitos T. Los virus inducen varios interferones (IFN), los cua- ña un papel importante. El peptidoglicano de las bacterias
les tienen un papel muy importante en la resistencia a ciertas grampositivas y el lipopolisacárido de las gramnegativas acti-
infecciones víricas. Son capaces de activar la acción antivíri- van la vía alternativa del complemento. La inmunidad humo-
ca de varias maneras, todas ellas sinérgicas: bloqueo de la re- ral es la defensa principal contra las bacterias extracelulares.
plicación vírica, aumento en la expresión de MHC, activa- Los polisacáridos de las cápsulas bacterianas son muy inmu-
ción de las células NK y de los macrófagos. nogénicos y estimulan directamente la producción de IgM
por los linfocitos B. La principal respuesta protectora es la
producción de IgG inducida por células Th2.
Inmunidad adquirida o antígeno específica Algunas bacterias sobreviven e incluso se pueden replicar
Está constituida por la respuesta inmune, es decir, la res- en el interior celular, siendo pues parásitos intracelulares fa-
puesta de los linfocitos T y B, que se caracteriza por la espe- cultativos u obligados. Las bacterias patógenas son resisten-
cificidad y la memoria y puede ser de tres tipos según sean tes a los mecanismos microbicidas de los fagocitos, los cua-
sus mecanismos efectores: a) respuesta de anticuerpos por les resultan por tanto, bastante ineficaces en el control de la
los linfocitos B; b) generación de linfocitos T CD8+ citotóxi- infección. En las fases iniciales de la infección, las células
cos (específicos de antígeno y restringidos por las moléculas NK parecen ser las responsables de la protección. La elimina-
MHC de clase I, y c) activación de macrófagos por linfocitos ción de las bacterias intracelulares se debe principalmente a
T CD4+ específicos de antígeno y restringidos por las molécu- los macrófagos activados. Los macrófagos normales no son
las MHC de clase II (respuestas de hipersensibilidad retarda- capaces de controlar la infección pero sí si son activados por
da). En la inducción de todas estas respuestas tienen un pa- citocinas producidas por las células Th1 principalmente
pel esencial la función cooperadora de los linfocitos T CD4 y IFN-γ y TNF. Las células Th2 no parecen ser importantes. La
los dos subtipos funcionales, Th1 y Th2, en que estas células protección es un fenómeno local asociado a la formación en
pueden bifurcarse a lo largo de una respuesta que implica lesiones granulomatosas, que constituyen un marcador histo-
una estimulación antigénica crónica y persistente (véase Lin- lógico, donde la erradicación no es estéril y por lo tanto la
focitos T). Las células Th1, que se caracterizan por secretar enfermedad se convierte en crónica.
IL-2, IFN-γ y TNF-α, son particularmente eficaces, gracias a es-
tas citocinas, en la activación de las células fagocíticas, y
esto es esencial para incrementar su actividad microbicida Inmunidad frente a virus
y la resolución de infecciones por agentes patógenos intrace-
lulares. Las células Th2, caracterizadas por secretar IL-4, IL-5, Los virus son parásitos intracelulares obligados que se re-
IL-6, IL-10 e IL-13, son más eficaces que las Th1 en la coopera- plican en el interior celular y se pueden clasificar según su
ción con los linfocitos B en la producción de anticuerpos. El tipo de diseminación: extracelular (poliovirus), intracelular
entorno de citocinas determina que se genere un tipo u otro; (herpes) o mediante integración celular (retrovirus). La pro-
la generación de Th1 y la consiguiente producción de IFN-γ tección frente a los virus depende de su tipo de disemina-
inhibe la generación de Th2, y éstas, mediante la producción ción y se produce en dos etapas: en la fase inicial cuando el
de IL-4 e IL-10, impiden el desarrollo de las Th1. Este entorno virus tiene que invadir las células o después cuando el virus
de citocinas se halla inicialmente determinado por las célu- intracelular es inaccesible a los anticuerpos. Existen tres me-
las que participan en la inmunidad innata a una infección canismos de inmunidad natural: a) producción de IFN por
como monocitos-macrófagos-mastocitos y células NK y de- las células infectadas, que protege a otras de la infección; b)
pende, además, de factores genéticos, cantidad de inóculo, células NK que, en ausencia de anticuerpos específicos, son
vía de entrada, etc. capaces de lisar células infectadas por varios virus y cuya ac-
Los anticuerpos tienen muchas funciones en la defensa tividad es incrementada por el INF, y c) macrófagos. Las res-
antiinfecciosa: a) previenen la unión de los gérmenes a sus puestas específicas suelen estar mediadas por una combina-
receptores; b) neutralizan las toxinas; c) activan el sistema de ción de respuesta humoral y celular. Los anticuerpos en el

2726
INMUNIDAD E INFECCIONES

suero y en las secreciones constituyen la mejor protección (como ocurre con Plasmodium), y d) mimetismo con antíge-
en las fases iniciales de la infección y en las enfermedades en nos propios de estructuras del huésped como T. cruzi.
las que la viremia está estrechamente relacionada con la 3. Variación antigénica, conocida especialmente bien en
patogénesis (poliomielitis, sarampión, paperas, viruela). Los algunos tripanosomas africanos, como Trypanosoma brucei y
anticuerpos pueden neutralizar el virus extracelular o sensi- ciertos virus. Existe también en Plasmodium y en Giardia lam-
bilizar las células infectadas para que sean lisadas por el blia, pero su papel en la evasión es más controvertido. La va-
complemento. El principal mecanismo protector en las infec- riación puede ser por mutación, cambio de genes o por re-
ciones establecidas y en las que presentan diseminación in- combinación genética y puede ser rápida (T. brucei) o lenta
tercelular o integración celular es la citotoxicidad mediada (virus de la gripe de una epidemia a otra).
por linfocitos T CD8+. 4. Evasión de los sistemas microbicidas. Se pueden agrupar
en tres categorías: inhibición de la activación de la cascada
del complemento, de la opsonización del germen patógeno o
Inmunidad frente a protozoos y metazoos de la lisis de éste. Prácticamente todos los microrganismos
grampositivos y los hongos son resistentes a la destrucción
Estos organismos son los más complejos y han desarrollado mediada por el complemento. Después de la entrada en las
numerosos y complicados mecanismos de evasión; por consi- células existen básicamente tres tipos de evasión: a) inhibi-
guiente, la respuesta inmune protectora necesita ser multifac- ción de la fusión entre el fagosoma y el lisosoma como Toxo-
torial y, por esta razón, las enfermedades por protozoos y hel- plasma gondii, Mycobacterium tuberculosis o Legionella pneu-
mintos son a menudo crónicas. Suelen estar muy adaptados a mophila; b) salida al citoplasma como Mycobacterium leprae,
resistir las defensas innatas del huésped. La respuesta inmune Listeria monocytogenes o T. cruzi; y c) resistencia a la degra-
está determinada por su tipo de replicación y sus mecanis- dación de los lisosomas, siendo capaces de vivir a pH ácido
mos de evasión. Así, la producción de IgE específica se obser- como Leishmania o Salmonella typhi.
va con frecuencia en infecciones por helmintos. Se debe a 5. Modificación de la respuesta inmune del huésped. Para
que éstos estimulan a las células Th2 que producen IL-4 nece- evitar ser eliminados por el sistema inmunitario, los parásitos
saria para la síntesis de IgE. Los experimentos in vitro sugieren inducen generalmente una supresión de la respuesta inmu-
que la ADCC con IgE de los eosinófilos desempeña un papel ne. Los mecanismos son muy variados e incluyen la induc-
importante en la protección contras estos parásitos. La resolu- ción de células supresoras, la síntesis de análogos de recep-
ción de la infección activa en protozoos intracelulares como tores de citocinas, como ciertos virus, o la inducción de la
Leishmania y Toxoplasma depende de la apropiada interac- subpoblación Th no protectora.
ción entre los macrófagos y los linfocitos Th1. Se requiere la Los mecanismos de escape y evasión de la respuesta in-
combinación de anticuerpos y células T (Th1 y CD8) para mune determinan en muchos casos la patogenia de la enfer-
prevenir la infección frente a parásitos de ciclo biológico medad más que el tipo de microrganismo. Así, Mycobac-
complejo como Trypanosoma cruzi y Plasmodium. Las células terium e Histoplasma se han adaptado a sobrevivir en el in-
CD8 actúan, en parte, a través de mecanismos de citotoxici- terior del macrófago encargado de destruirlos y el resultado
dad y, en parte, mediante la producción de IFN-γ. es que la enfermedad que producen es muy similar. También
La subdivisión de las células T CD4+ en Th1 y Th2 ha re- T. brucei y Borrelia provocan variación antigénica y, como
presentado uno de los mayores avances en la comprensión consecuencia, determinan una variación febril cíclica.
de la respuesta inmune, particularmente en enfermedades
infecciosas. El predominio de una subpoblación u otra de
linfocitos T (Th1, Th2 o CD8) y de las respectivas linfocinas TABLA 20.13. Lesiones por mecanismos inmunopatogénicos
promueve la resistencia o la susceptibilidad en la mayoría de en las enfermedades infecciosas
las infecciones por protozoos y helmintos. Así, en el caso
de Leishmania las células Th1 promueven resistencia, y las Tipo de lesión/mecanismo* Enfermedad/agente patógeno
Th2, exacerbación de la infección. La mayoría de los helmin- Por reacciones de Ascaris (pulmón)
tos como Heligmosomoides polygyrus, Nippostrongylus brasi- hipersensibilidad inmediata Fluido del quiste hidatídico
liensis, Onchocerca volvulus y Wuchereria bancrofti inducen o de tipo I
principalmente Th2. Por el contrario, en Trichinella spiralis y Por autoanticuerpos citotóxicos Anemia: Mycoplasma
Schistosoma mansoni las Th1 son protectoras. Ciertos agentes o reacciones de Miocarditis: Tripanosoma cruzi
patógenos se caracterizan por estimular diferentes clases de hipersensibilidad de tipo II Miocarditis: estafilococo
Th en diferentes estadios de la infección, como Plasmodium. Por depósitos de Eritema nodoso: estreptococos
inmunocomplejos o reacción Glomerulonefritis:
de hipersensibilidad estreptococos
Mecanismos de los gérmenes para evadir de tipo III Meningococos
la respuesta inmune Hepatitis B
Fiebres cuartanas: Plasmodium
Desafortunadamente, cada parásito se ha adaptado de la Alveolitis alérgica a hongos
manera más conveniente para su propia supervivencia, desa- Coagulación intravascular Septicemia
rrollando complicados sistemas de evasión de las respuestas diseminada
protectoras del huésped. Cada parásito tiene su sistema de Por reacciones de Granuloma por tuberculosis,
evasión particular, y la mayoría de ellos emplean varios mé- hipersensibilidad retardada lepra
todos. Enfrentados al ataque del sistema inmunitario de los de tipo IV Granuloma: Schistosoma
vertebrados, los parásitos usan principalmente cinco técni- Leishmania
cas de evasión: Encefalitis vírica
1. Reclusión anatómica, escondiéndose en el interior celu- Producción excesiva Shock endotóxico por LPS
lar o en lugares del cuerpo donde los ataques inmunes son de citocinas (factor Shock tóxico tipo 1 (TSST1)/
menos efectivos, como los quistes de la hidatidosis. de necrosis tumoral, Estafilococos
2. Modificación de la antigenicidad. Esto se puede conse- interleucina 1 y activación Malaria cerebral/Plasmodium
guir por: a) absorción de proteínas del huésped, fenómeno de macrófagos)
bastante frecuente en helmintos; los antígenos pueden ser *La designación de tipos I a IV para referirse al tipo de lesión inmunopatogéni-
glucoproteínas de hematíes, moléculas de MHC, albúmina, ca corresponde a la clasificación de Gell y Coombs, muy popular entre los au-
inmunoglobulina, etc.; b) liberación de antígenos al medio tores ingleses. (Sobre tales lesiones por mecanismos inmunes, véanse Lesiones
por inmunocomplejos, Reacciones alérgicas mediadas por anticuerpos IgE
evitando su interacción con el microrganismo; c) cambio de y Lesiones por reacciones de hipersensibilidad retardada.) LPS: lipopolisa-
antígenos durante los diferentes estadios del desarrollo cárido.

2727
INMUNOLOGÍA

Trastornos de la inmunidad e infección Se dan cuatro tipos de reacciones de la clasificación de GELL


y COOMBS. Reacciones de tipo I o hipersensibilidad inmedia-
ta ocurren en ciertas infecciones por gusanos helmintos (p.
A menudo se debe pagar un precio por eliminar al patóge- ej., la eosinofilia de la filariasis y la anafilaxia de la hidatido-
no. No están claros los factores que determinan que ciertas sis). También puede haber autoanticuerpos producidos por
alteraciones inmunológicas estén asociadas a unas infeccio- el germen que actúen sobre las células que expresan el au-
nes y no a otras. La enfermedad puede ser mediada por el toantígeno activando el complemento, como ocurre en la
parásito o por la propia respuesta del huésped. Algunos mi- anemia hemolítica asociada a la infección por Mycoplasma
crorganismos requieren que se produzca lesión para su dise- pneumoniae. Las reacciones de tipo III, lesiones causadas
minación. En otros casos ésta se produce como consecuen- por depósito de inmunocomplejos constituyen probable-
cia de la infección y replicación, para permitir colonización, mente el mecanismo más común de desarrollo de las lesio-
para evadir la respuesta inmune o debido a toxinas. En la ta- nes que aparecen durante una infección. Pueden ocurrir de
bla 20.13 se muestran los mecanismos inmunopatogénicos dos maneras: a) los complejos formados durante la infec-
más importantes en las diferentes infecciones. ción pueden quedar atrapados en varios órganos y ocasio-
Las respuestas inmunes adaptativas pueden ser potencial- nar una reacción inflamatoria debido a la activación del
mente peligrosas por dos razones: complemento (p. ej., lepra, malaria, infección por neumoco-
1. Autoinmunidad. A menudo ésta es consecuencia del mi- cos, sífilis), o b) grandes cantidades de antígeno se pueden
metismo antigénico utilizado como mecanismo de evasión depositar en algunos órganos, donde se unen los anticuer-
de la respuesta inmune realizado por varios microrganismos: pos produciendo una reacción de Arthus. Entre los numero-
estreptococos, Klebsiella, Mycobacterium, Plasmodium y T. sos ejemplos cabe destacar: la glomerulonefritis en las infec-
cruzi, helmintos, etc. Existe cada día más la creencia de que ciones por estreptococos, las fiebres cuartanas de la malaria
ciertas enfermedades autoinmunes tienen una causa infec- y las alveolitis de las infecciones por hongos como Aspergi-
ciosa debido a la similitud antigénica entre microrganismos llus. Las reacciones de tipo IV o de hipersensibilidad retar-
y componentes del huésped; por ejemplo, adenovirus y glia- dada se deben a la activación de los macrófagos por las
dina de trigo (enfermedad celíaca), Klebsiella y HLA-B27 (es- citocinas liberadas por linfocitos T CD4+ específicos y deter-
pondilitis anquilosante). También pueden ser debidas a la minan lesiones inflamatorias crónicas que culminan en la
activación policlonal que producen compuestos de la mem- formación de granulomas y fibrosis. En algunas infecciones
brana de numerosos microrganismos: Plasmodium, bacterias, el daño causado de esta manera es mayor que el producido
Trypanosoma, algunos herpesvirus, etc. por el microrganismo en sí mismo (p. ej., encefalitis víricas,
2. Hipersensibilidad. Un exceso de respuesta puede ser da- tuberculosis, lepra, leishmaniasis, esquistosomiasis, hepatitis
ñina para el huésped con destrucción de tejidos normales. víricas).

TABLA 20.14. Microrganismos patógenos predominantemente asociados a la destrucción de las barreras externas anatómicas
y a las deficiencias de los elementos específicos e inespecíficos de la inmunidad
Defecto Bacterias Hongos Virus Protozoos
Destrucción de barrera anatómica
Cavidad oral Estreptococos alfahemolíticos Candida Herpes simple
Tracto gastrointestinal Estafilococos Candida Herpes simple
Enterococos Citomegalovirus
Bacillus fragilis
Clostridium perfringens
Piel Estafilococos, Candida
Estreptococos Aspergillus
Corynebacterium spp
Bacillus spp
Pseudomonas aeruginosa
Tracto urinario Estreptococos Candida
P. aeruginosa
Esplenectomía Streptococcus pneumoniae Babesia spp
Haemophilus influenzae
Fagocitos Estafilococos Candida
Estreptococos Aspergillus
Enterobacter spp
Klebsiella pneumoniae
P. aeruginosa
Escherichia coli
Clostridia spp
Linfocitos T Mycobacterium Cryptococcus neoformans Varicela Pneumocystis carinii
Nocardia asteroides Histoplasma capsulatum Herpes simple Toxoplasma gondii
Salmonella spp Coccidioides immitis Citomegalovirus Cryptosporidium
Legionella Candida Epstein-Barr Leishmania spp
Listeria monocytogenes Sarampión
Vacunal
Inmunoglobulinas S. pneumoniae Enterovirus Giardia lamblia
Staphylococcus aureus Hepatitis A y B
H. influenzae Rotavirus
Neisseria spp
Complemento Estafilococos
S. pneumoniae
H. influenzae
Neisseria spp

2728
INMUNIDAD Y TUMORES

También la producción excesiva de ciertas citocinas pue- tes, para formular un enfoque diagnóstico adecuado y para
de causar graves lesiones. El ejemplo más dramático lo cons- iniciar un plan profiláctico y terapéutico más idóneo. En la
tituye el papel de TNF en el shock séptico y en la malaria ce- tabla 20.14 se resumen los agentes infecciosos más frecuen-
rebral. La inhibición de un tipo de Th, con la consiguiente tes en los distintos tipos de defectos de la inmunidad.
estimulación del otro, está asociada a las manifestaciones pa- Una mejor comprensión de todos estos fenómenos de las
tológicas de muchas enfermedades. Así, se ha propuesto que relaciones huésped-parásito es fundamental para conseguir
puede ser una causa de la etiología del SIDA. Las relaciones vencer las infecciones mediante una estimulación correcta
huésped-parásito cambian constantemente. Cada especie de la respuesta inmune que permita: a) corregir los factores
ocupa un nicho ecológico, pero los seres humanos pueden que predisponen a la infección; b) una quimioprofilaxis y,
cambiar su entorno e influir en la etiología de sus propias en- sobre todo, una mejor inmunoprofilaxis pasiva que incluya,
fermedades infecciosas. Dos ejemplos son de actualidad: la además de inmunoglobulinas, citocinas, y c) mejorar enor-
transmisión de L. pneumophila a través de los sistemas de memente los procesos de inmunización activa.
aire acondicionado la convierte en patógena, y la industria
farmacéutica ha creado los tampones de celulosa para la hi- Bibliogrfía especial
giene femenina, los cuales constituyen un nuevo microam-
biente donde los estafilococos pueden vivir y producen la to- ASH C, GALLAGHER BR (eds). Immunoparasitology today. Amsterdam.
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una infección, y los microrganismos causales más frecuen- Diego, Academic Press, 1990.

Inmunidad y tumores
I. Algarra y F. Garrido

Nacimiento de la inmunología tumoral. TABLA 20.15. Aportaciones fundamentales en inmunología


Estudios de trasplantes de tumores en animales tumoral
Año Autores Aportaciones fundamentales
El concepto de la posible existencia de un papel específi- 1906 EHRLICH* Descripción de los primeros experimentos
co para el sistema inmunitario en el control y la eliminación de trasplante de tumores en roedores
de células tumorales ha estimulado enormemente a los in- 1943 GROSS Primeras inmunizaciones frente a tumores
munólogos desde comienzos de siglo y ha creado posterior- inducidos por agentes químicos
mente una gran expectación en cuanto a la posible implica-
1953 FOLEY Evidencias que indican la posible existencia
ción de dicho sistema en la prevención y el tratamiento del 1957 PREHN de antígenos específicos tumorales en
cáncer (tabla 20.15). La observación básica en que se apoyó 1960 KLEIN tumores originados por metilcolantreno
este concepto fue que animales a los que se les había induci- (TATA)
do un tumor podían convertirse en resistentes frente al creci-
1974 KRIPKE Descripción de posibles antígenos
miento del mismo tumor cuando se realizaba una segunda asociados a tumores inducidos por luz
inyección de células tumorales vivas. Estos trabajos iniciados ultravioleta reconocidos por linfocitos T
por EHRLICH en 1906 fueron posteriormente confirmados por
BASFORD en 1908, quien demostró que la resistencia creada 1975 KIESSLING Primeras evidencias de que las células NK
pueden intervenir como mecanismo de
por el animal a una nueva inyección de células tumorales defensa antitumoral
podía deberse a mecanismos inmunológicos de defensa.
Este fenómeno describía la adquisición de un estado de in- 1986 TOWNSEND Descubrimiento de la presentación de
munidad que permitía a los animales neutralizar el creci- antígenos en forma de péptidos asociados
a las moléculas de los MHC
miento del mismo tumor pero no de otro.
Sin embargo, no fue hasta el uso de las cepas endogámi- 1992 BOON Descripción de los primeros genes que
cas de ratones (cepas de animales genéticamente idénticos codifican péptidos que definen a los
que aceptan trasplantes de piel entre ellos) en los años cua- antígenos de rechazo tumoral
renta y cincuenta por GROSS, FOLEY y PREHN cuando se pudo *Citado por L. GROSS, 1943. TATA: antígenos específicos de tumor asociados a
determinar que diferentes factores genéticos desempeñaban trasplante; MHC: complejo principal de histocompatibilidad.
un papel muy importante en el trasplante de tejidos norma-
les y tumorales, y que tumores inducidos por diferentes agen- minaron antígenos específicos de tumor asociados a trasplan-
tes químicos presentaban antígenos que podrían inducir una te (TATA). Este tipo de modelo experimental fue uno de los
respuesta inmunológica dando lugar al rechazo de células más usados para determinar la respuesta inmunológica fren-
tumorales trasplantadas (fig. 20.32). Estos antígenos se deno- te a tumores y para estudiar la inmunogenicidad y la especifi-

2729
INMUNOLOGÍA

Tumor A inducido
en ratón

Extirpación Inyección
del tumor de células del tumor A
irradiadas

Ratón sin inmunizar Ratón inmunizado Ratón inmunizado


frente al tumor A frente al tumor A

Segunda inyección de células del tumor A

Crecimiento del tumor A Rechazo del tumor A Rechazo del tumor A

Tumor B inducido
en ratón
Ratón inmunizado
frente al tumor A

Crecimiento del tumor B


Fig. 20.32. Experimentos que demues-
en ratón inmunizado contra tran la existencia de antígenos de tras-
el tumor A plante específicos de tumor en tumores
experimentales murinos. Sólo los anima-
les que han sido inmunizados con el tu-
mor son capaces de rechazar una segun-
da inyección de células del mismo tumor.

cidad antigénica de las células tumorales. Posteriormente, El mayor reto de los últimos 25 años ha consistido en iden-
KLEIN demostró que los animales portadores del tumor prima- tificar los mecanismos inmunológicos del rechazo in vivo de
rio adquirían un estado de inmunidad que les permitía re- tumores, así como los antígenos específicos de tumor reco-
chazar células tumorales del mismo origen. Esta protección nocidos por estos mecanismos. Ambas preguntas han sido
inmunológica no era extensible a otros tumores originados en parte contestadas.
con el mismo agente cancerígeno, indicando con ello que
los TATA eran específicos de ese tumor. Resultados similares
se obtuvieron con tumores producidos con otros agentes quí- Mecanismos de defensa antitumoral.
micos y en diferentes modelos animales. Estos experimentos Linfocitos T y células NK
permitieron una definición más operacional de estos antíge-
nos y demostraron su enorme complejidad y variedad. En los años setenta, ZINKERNAGEL y DOHERTY descubrieron
En tumores inducidos experimentalmente por virus oncogé- que los linfocitos T reconocían y atacaban a las células infec-
nicos también se detectó la presencia de antígenos específicos tadas por virus sólo si éstas compartían con los linfocitos las
del tumor asociados a trasplante. En estos casos a diferencia moléculas derivadas del complejo principal de histocompati-
de los TATA descritos anteriormente para los tumores origina- bilidad (MHC) (fenómeno de restricción). Esto hizo tomar
dos por agentes químicos, los antígenos específicos de tumor un enorme protagonismo a dichas moléculas, que hasta en-
son productos víricos y comunes para todos los tumores origi- tonces sólo habían estado involucradas en los fenómenos de
nados por el mismo tipo de virus. Por ejemplo, células trans- alorrespuesta (rechazo de trasplante entre individuos distin-
formadas por el virus SV40 expresan el mismo antígeno de tos de la misma especie).
trasplante codificado por un gen vírico. En el caso de los ade- En este sentido los estudios moleculares realizados sobre
novirus, los genes E1A y E1B son esenciales para la transforma- los mecanismos de reconocimiento antigénico han permiti-
ción oncogénica y son reconocidos por el sistema inmunoló- do determinar que tanto las moléculas del MHC como el re-
gico a través de una respuesta celular de los linfocitos T. ceptor de las células T (TCR) son estructuras básicas y esen-

2730
INMUNIDAD Y TUMORES

ciales para la presentación y el reconocimiento de los antíge- pueden crecer y escapar a los mecanismos de defensa del or-
nos de células infectadas por virus y en células tumorales. ganismo proviene de los cambios en la expresión de antíge-
Hoy en día se acepta que la inmunidad mediada por célu- nos de histocompatibilidad de clase I en la superficie de di-
las T tiene gran importancia en el rechazo de tumores experi- chas células tumorales. Se dispone de mucha información
mentales de origen vírico, químico e inducidos por radiacio- en relación con las variaciones en la expresión de estos antí-
nes ultravioleta en animales. Estos últimos tumores han sido genos tanto en tumores animales como en tumores huma-
extensamente estudiados por KRIPKE en la década de los años nos. En el sistema humano se ha demostrado que los tumo-
setenta. res presentan a menudo pérdidas de uno o varios de los
A mediados de los ochenta, TOWNSEND realizó un importan- alelos de los antígenos HLA que influyen directamente sobre
te descubrimiento en células infectadas por virus al demos- los mecanismos de presentación de péptidos inmunogénicos
trar que los linfocitos T reconocían los antígenos víricos a las células T del sistema inmune. Aunque por lo general es-
como pequeños péptidos de 9 aminoácidos alojados en el in- tas pérdidas están asociadas a mecanismos transcripciona-
terior de las moléculas de los MHC. Estos conocimientos, les, son numerosos los mecanismos por los cuales se pueden
unidos a la descripción de la estructura tridimensional de las inducir, siendo característica por ejemplo en el cáncer de co-
moléculas de histocompatibilidad realizada por el grupo de lon una mutación o deleción de genes que codifican para la
STROMINGER, han revolucionado los conceptos sobre la pre- β2-microglobulina.
sentación antigénica a los linfocitos T. Es importante destacar que la expresión de las moléculas
Recientemente, THIERRY BOON ha demostrado, en el masto- del MHC en células tumorales requiere la asociación a un
citoma murino P815, la existencia de un gen que es capaz de péptido antigénico determinado. En este caso, el péptido
codificar un péptido antigénico tumoral que es reconocido puede desempeñar un papel crítico en la estabilización de la
específicamente por linfocitos T citotóxicos CD8+. Estos estu- estructura de la molécula del MHC de clase I, siendo la pérdi-
dios representan la primera caracterización molecular de un da o las alteraciones en su procesamiento otra de las causas
antígeno de rechazo tumoral como un péptido que es expre- por las cuales las células tumorales pueden evadir los meca-
sado espontáneamente en un tumor y que es reconocido en nismos de defensa del organismo. En los casos en los que el
el contexto de los MHC. Este mismo autor ha demostrado rechazo tumoral está mediado por linfocitos T citotóxicos, la
en tumores humanos que los linfocitos T citotóxicos de san- pérdida de TATA y/o de antígenos del MHC puede producir
gre periférica derivados de pacientes con melanoma son ca- el mismo resultado.
paces de reconocer específicamente las células diana. Estos Sin embargo, se han descrito otros factores para evadir los
estudios han permitido identificar un gen que codifica un sistemas inmunológicos de defensa. Uno de ellos implica
péptido que es presentado por la molécula HLA A1 a linfoci- que las células tumorales crecen con mayor rapidez que el
tos T CD8+ citotóxicos autógenos. Este gen se expresa en el tiempo que el sistema inmune requiere para activar sus me-
30% de los melanomas así como en otro tipo de tumores. Al canismos. Por otra parte, la activación de factores bloquea-
igual que en el mastocitoma murino P815, los genes que co- dores así como de células supresoras puede representar im-
difican estos péptidos sólo se expresan en células tumorales portantes vías de escape en determinados tumores. Este
y son presentados al sistema inmunológico a través de una último mecanismo parece ser bastante importante depen-
molécula determinada del MHC. diendo del antígeno expresado por el tumor, pero en algu-
Otro de los mecanismos de defensa inmunológicos frente nos casos la supresión puede que sea ejercida por otros antí-
al desarrollo tumoral y formación de metástasis son las célu- genos no relacionados con él.
las natural killer (NK). Esta población de células, descrita en
sus inicios por KIESSLING y HEBERMAN en los años setenta, se ca-
racteriza por ser activa contra células infectadas por virus,
células hematopoyéticas inmaduras y células con muy bajos
niveles de diferenciación. Posteriormente se comprobó que
podían eliminar células tumorales por un mecanismo que, a
diferencia del que presentan los linfocitos T citotóxicos, no
estaba restringido por los antígenos del MHC. Quizás ésta sea Bibliografía especial
la diferencia más importante entre ambos mecanismos de BJORKMAN PJ, SAPER MA, SAMRAOUI B, BENNETT WS, STROMINGER JL, WILEY
defensa. Asimismo, se comprobó que no era necesario que DC. Structure of the human class I histocompatibility antigen,
hubiese habido una sensibilización previa a un antígeno de- HLA-A2. Nature 1987; 329: 506-512.
terminado para activarlas, lo cual indicaba que podían ac- BOON T. Toward a genetic analysis of tumor rejection antigens. Adv
tuar como primera línea de defensa. Cancer Res 1992; 58: 177-210.
Los estudios iniciados por KARRË en los años ochenta FOLEY EJ. Antigenic properties of methylcholanthrene induced
sobre el mecanismo de acción de esta población celular de- tumors in mice of the strain of origen. Cancer Res 1953; 13: 835-
837.
mostraron que se dirige fundamentalmente hacia células tu- GROSS L. Intradermal immunization of C3H mice against a sarcoma
morales que presentan unos niveles muy bajos o práctica- that originated in an animal of the same line. Cancer Res 1943; 3:
mente nulos de antígenos del MHC de clase I, aunque esta 326-333.
no es la regla general. Sin embargo, no todas las células tu- KLEIN G, SJÖGREN HO, KLEIN E, HELLSTRÖM KE. Demostration of resistan-
morales son sensibles a las células NK. Se ha demostrado ce against methylcholanthrene induced sarcomas in the primary
que el tratamiento de células de sangre periférica con la in- autochthonous host. Cancer Res 1960; 20: 1.561-1.572.
terleucina 2 (IL-2) activa una población de células denomi- KIESSLING R, KLEIN E, WIGZELL H. “Natural” killer cells in the mouse. I.
nadas LAK (células activadas por linfocinas) que son capa- Cytotoxic cells with specificity for mouse Moloney leukemia cells.
Specificity and distribution according to genotype. Eur J Immunol
ces de eliminar células tumorales resistentes a la acción de 1975; 5: 112-117.
las células NK. Este es el caso de la respuesta antitumoral ob- KRIPKE ML. Antigenicity of murine skin tumors induced by ultraviolet
servada en pacientes con carcinoma de células renales y en light. J Natl Cancer Inst 1974; 53: 1.333-1.336.
melanoma. PREHN RT, MAIN JM. Immunity to methylcholanthrene induced
sarcomas. J Natl Cancer Inst 1957; 18: 769-778.
TOWNSEND ARM, ROTHBARD J, GOTCH FM, BAHADUR G, WRAITH D, MC MI-
Mecanismos de escape de los tumores CHAEL AJ. The epitopes of the influenza nucleoprotein recognized
by cytotoxic T lymphocytes can be defined with short peptides.
Cell 1986; 44: 959-968.
Las células cancerosas son genética y fenotípicamente me- ZINKERNAGEL RM, DOHERTY PC. MHC-restricted cytotoxic T cells: studies
nos estables que las células normales y pueden cambiar con on the biological role of polymorphic major transplantation anti-
rapidez, evitando así los mecanismos de defensa antitumo- gens determining T cell restriction specificity, function and res-
ral. Una de las razones por las cuales las células tumorales ponsiveness. Adv Immunol 1979; 27: 51-63.

2731
Enfermedades autoinmunes
J.L. Rodríguez Sánchez

Concepto. Las enfermedades autoinmunes son la consecuen- éstos dependen no sólo del sistema HLA sino también de
cia patológica de una respuesta inmune contra componentes otros sistemas genéticos todavía no definidos. Por otro lado,
del propio huésped. Esto significa que en todos los individuos el hecho de que el grado de concordancia entre gemelos mo-
se hallan presentes células linfocitarias capaces de reconocer nocigotos nunca sea superior al 70% indica que hay también
autoantígenos, si bien las clonas potencialmente más peligro- factores no genéticos o ambientales que intervienen en el de-
sas se encuentran bajo un estricto control. Dicho control en- sarrollo de una enfermedad autoinmune.
tra de lleno en el tema de la tolerancia a lo propio, que de-
pende de mecanismos de deleción clonal (eliminación Agentes infecciosos, mimetismo molecular
física) y anergia clonal (inactivación funcional) que las célu-
las T y B específicas contra autoantígenos experimentan du- y proteínas de estrés
rante su desarrollo en los órganos linfoides primarios (toleran- Entre los factores ambientales destacan los agentes infec-
cia central), mecanismos que pueden también operar en la ciosos. Son varios los mecanismos por los que podrían ac-
periferia, con los linfocitos T y B maduros (tolerancia periféri- tuar como iniciadores de la aparición de una enfermedad
ca). La falta de respuesta a ciertos autoantígenos puede de- autoinmune:
berse también a ignorancia clonal, esto es, a que los autoantí- 1. Pueden funcionar como superantígenos mediante la ac-
genos se hallen en sitios biológicamente no accesibles para el tivación policlonal de linfocitos T y/o B, lo que además pue-
sistema inmunitario o que no sean apropiadamente “presen- de determinar una gran liberación de citocinas que rescaten
tados” a las células T (véase Tolerancia). La alteración en un a determinadas clonas autorreactivas de su estado de aner-
momento dado de cualquiera de estos mecanismos de con- gia funcional y también promover una respuesta antígeno-di-
trol puede dar origen a un estado de autoinmunidad patológi- rigida en parte de estas clonas.
ca y la generación de una enfermedad autoinmune. 2. Pueden causar la modificación de un autoantígeno, creán-
dose un neoantígeno capaz de desencadenar una respuesta
que actuaría sobre el autoantígeno.
Factores etiopatogénicos, genéticos 3. Es posible que una célula infectada por un virus exprese
y ambientales de las enfermedades proteínas víricas que desencadenen una respuesta conven-
cional; dicha respuesta, al destruir las células infectadas,
autoinmunes puede determinar liberación de autoantígenos que en un in-
dividuo genéticamente predispuesto sean capaces de inducir
De ninguna enfermedad autoinmune se conocen los facto- una respuesta contra ellos.
res etiopatogénicos precisos que causan la rotura de los me- 4. Los virus que infectan a las propias células linfocitarias
canismos de autotolerancia ni los mecanismos íntimos que podrían destruir o alterar la función de determinadas subpo-
conducen a su desarrollo. Sin embargo, puede afirmarse blaciones de linfocitos con función reguladora de la respues-
que son enfermedades poligénicas y multifactoriales, en el ta inmune.
sentido de que en su desarrollo intervienen tanto una predis- 5. Los anticuerpos y/o linfocitos T generados en una res-
posición genética fundamentada en más de un sistema géni- puesta inmune contra componentes de un agente infeccioso
co como factores no genéticos o ambientales. (virus, bacterias, protozoos, hongos) pueden reaccionar en
La participación de factores genéticos es indicada por los forma cruzada con ciertos componentes del propio huésped,
siguientes datos: a) mayor incidencia en algunas razas o et- al presentar estos últimos ciertos epítopos compartidos con
nias de ciertas enfermedades autoinmunes, como artritis reu- el componente microbiano. Este fenómeno de reactividad
matoide (AR), lupus eritematoso sistémico (LES) o diabetes cruzada entre componentes de un huésped y componentes
mellitus tipo I y mayor frecuencia de una enfermedad autoin- de un agente infeccioso suele designarse como mimetismo
mune determinada entre los familiares de pacientes con di- molecular.
cha enfermedad (p. ej., el 10% de los pacientes con LES tie- 6. Los anticuerpos contra un germen pueden inducir una
nen uno o más familiares que padecen la misma afección); respuesta contra su idiotipo, y es posible que estos anticuer-
b) sobre diferencias sustanciales entre gemelos monocigotos pos antiidiotipo, al constituir una imagen interna del antíge-
y dicigotos en la concordancia para padecer una determina- no microbiano, se unan a las mismas estructuras a las que se
da enfermedad autoinmune; así, la concordancia para el LES adhiere el germen para infectar el organismo, lo que repre-
entre gemelos monocigotos es del 57%, mientras que entre di- sentaría una forma más sutil de mimetismo molecular.
cigotos es del 5%; diferencias similares se observan con la El papel del mimetismo molecular como factor iniciador
artritis reumatoide y la diabetes mellitus tipo I, con 34% frente del desarrollo de una enfermedad autoinmune es defendido
al 5%, en el primer caso, y 50% frente al 10%, en el segundo, y en la actualidad por muchos autores. Uno de los primeros
c) asociación entre ciertos alelos del sistema HLA y determi- ejemplos de mimetismo molecular se halló en la fiebre reu-
nados procesos autoinmunes, siendo las más claras y conoci- mática (autoanticuerpos contra el tejido cardíaco que reac-
das las siguientes: HLA-B27 presente en el 96% de los pacien- cionan también con antígenos del estreptococo). Actual-
tes con espondilitis anquilosante, y HLA-DR4 de los subtipos mente se conocen más de 20 proteínas distintas de agentes
Dw4, Dw14, así como DR1 en el 80-90% de los pacientes con infecciosos que comparten epítopos con autoantígenos. El
AR; casi el 100% de los pacientes con pénfigo vulgar son HLA- paradigma del mimetismo molecular se da en aquellas mo-
DR4/Dw52 o DR6; asociaciones menos significativas correla- léculas con un amplio grado de similitud, situación que se
cionan el LES con los alelos DR2 y DR3, la polimiositis con cumple con las moléculas filogenéticamente muy conserva-
DR3 y el síndrome de Sjögren primario con DR3 y DRw52. Sin das. Mecanismos de esta índole podrían estar en la base de
embargo, hay que destacar el carácter incompleto de estas la respuesta autoinmune frente a ciertos componentes nu-
asociaciones y que sólo una pequeña fracción de los indivi- cleares muy conservados, como es el caso de los antígenos
duos que presentan un determinado alelo HLA desarrollarán reconocidos por los autoanticuerpos antinucleares (véase
la enfermedad con la que dicho alelo se asocia. Estos datos más adelante).
indican que en el desarrollo de las afecciones autoinmunes Un tipo de proteínas filogenéticamente muy conservadas
desempeñan un papel esencial los factores genéticos y que que hoy en día despiertan gran interés como posibles diana

2732
ENFERMEDADES AUTOINMUNES

de una respuesta autoinmune a través de un mecanismo de varones y que los estrógenos pueden exacerbar el LES y otras
mimetismo molecular lo constituyen las denominadas pro- afecciones autoinmunes.
teínas del estrés o del choque térmico (HSP, del inglés heat
shock proteins). Son proteínas producidas por todas las célu-
las, procariotas y eucariotas (desde las bacterias hasta las cé- Clasificación de las enfermedades autoinmunes:
lulas de mamíferos, incluido el hombre) en respuesta a situa- sistémicas y específicas de órgano
ciones de estrés por estímulos adversos, como el calor y
otros muchos, y que actúan concediendo protección a la cé- Las enfermedades autoinmunes se clasifican en sistémicas
lula que sufre tal estrés. El grado de similitud entre las HSP o no específicas de órgano y específicas de órgano. Entre las
homólogas de distintas especies es muy alto; basta señalar primeras se incluyen aquellas en las que se afectan múltiples
que entre la HSP 70 de Escherichia coli y la humana existe órganos y sistemas y suelen asociarse a una hiperreactividad
una identidad del 50%. Las HSP se unen temporalmente a de linfocitos B y una gran variedad de autoanticuerpos (tabla
muy diversas proteínas, actuando como “carabinas o rodri- 20.16). Su paradigma es el LES, pero incluye también la es-
gones”, es decir, forman complejos macromoleculares con clerodermia, las dermatomiositis y polimiositis y la AR. En las
componentes propios muy diversos, lo cual, unido a su capa- específicas de órgano, como la miastenia grave, el pénfigo y
cidad de translocarse en distintos compartimientos celulares la tiroiditis de Hashimoto, se afecta sólo un órgano o un tipo
(citoplasma, mitocondria, núcleo) durante los momentos del celular concreto de un órgano determinado, y se asocian a
estrés, las convierte en buenas candidatas para ser diana de autoanticuerpos selectivamente dirigidos contra dicho órga-
una respuesta autoinmune. Los siguientes datos apoyan esta no o tipo celular (tabla 20.17); estos autoanticuerpos son es-
noción. pecíficos de especie o muestran más reactividad con los antí-
1. La artritis por adyuvante de la rata (que remeda ciertos genos de la propia especie. Desde el punto de vista de la
aspectos de la AR humana) puede transferirse mediante la instauración de la respuesta autoinmune, todo hace pensar
administración de linfocitos T específicos contra un epítopo que en las enfermedades autoinmunes específicas de órgano
de la HSP 65 kD de Mycobacterium tuberculosis, una bacteria existirían alteraciones cuantitativas o cualitativas relaciona-
que forma parte del adyuvante completo de Freund que es el das con alguno o algunos antígenos del órgano diana, mien-
agente inductor de esta enfermedad experimental. tras que en las sistémicas el factor más importante sería el
2. En la cepa de ratones NOD (diabéticos no obesos) que fracaso de la regulación inmunológica con una hiperactiva-
desarrollan diabetes mellitus tipo I de forma espontánea, se ción policlonal, aunque restringida.
detecta material reactivo con anticuerpos anti-HSP 65 de mi- Existe un grupo de enfermedades autoinmunes cuya inclu-
cobacterias unos 2 meses antes del inicio de la diabetes, sión en las dos categorías citadas resulta difícil por el hecho
mientras que 2 semanas después de éste se produce una se- de que presentan características de ambos grupos: afectan
roconversión, pasándose a detectar anticuerpos contra la exclusiva o preferentemente un órgano, pero existen autoan-
HSP 65 propia (murina). ticuerpos contra estructuras antigénicas diversas, sobre todo
3. En el suero de pacientes con LES, AR y enfermedad de nucleares. Entre ellas destacan la cirrosis biliar primaria, la
Crohn se pueden detectar anticuerpos contra diversas HSP hepatitis autoinmune y el síndrome de Sjögren.
microbianas.
Enfermedades autoinmunes sistémicas.
Sustancias químicas Caracterización de autoanticuerpos
Sustancias químicas del medio ambiente pueden también Una característica de las afecciones autoinmunes sistémi-
actuar como iniciadores de una enfermedad autoinmune. cas es la presencia de autoanticuerpos contra antígenos de
Así, es bien conocida la capacidad de ciertos medicamentos, localización intracelular (nucleoplasma, citoplasma, matriz
como la hidralazina y la procainamida, para inducir la apari- nuclear, nucléolo) normalmente inaccesibles, antígenos que
ción de LES y cierto tipo de autoanticuerpos antinucleares destacan por ser moléculas filogenéticamente muy conserva-
(antihistonas), o de la alfametildopa para inducir la forma- das, como DNA, histonas, ciertas enzimas (tabla 20.16).
ción de autoanticuerpos IgG contra los hematíes y causar La relación entre los autoanticuerpos y las manifestacio-
anemia hemolítica autoinmune, o de los anestésicos halota- nes clínicas constituye un campo de gran interés para la in-
no y ácido tienílico para inducir la formación de autoanti- vestigación. Con la progresiva caracterización molecular de
cuerpos contra el citocromo P450 y la expresión de hepatopa- los autoantígenos, ha quedado claro que las enfermedades
tía. Por otro lado, el cloruro mercúrico induce, en animales autoinmunes se asocian a un determinado panel de autoanti-
de experimentación (ratas y ciertas cepas de ratones), anti- cuerpos. La mayoría de estos autoanticuerpos van dirigidos
cuerpos antinucleares y un cuadro del tipo del LES, que in- contra antígenos nucleares.
cluye nefritis por depósito de inmunocomplejos. Uno de los Algunos de los anticuerpos antinucleares (ANA) se han
mecanismos de acción puede ser que la sustancia química asociado específicamente a una enfermedad y se utilizan
actúe modificando un antígeno propio y que dicho neoantí- como marcadores para su diagnóstico. Esto ocurre con los
geno desencadene una respuesta que actúa contra el auto- anticuerpos anti-DNA nativo y anti-Sm en el LES, el anti-Scl-70
antígeno; éste sería el caso de la alfametildopa para inducir en la esclerodermia difusa, el anticentrómero en el síndrome
autoanticuerpos IgG antieritrocitarios. de CREST (calcinosis, Raynaud, dismotilidad esofágica, es-
clerodactilia y telangiectasias) y antisintetasas de RNA de
transferencia en la dermatomiositis-polimiositis. Otros auto-
Factores hormonales anticuerpos se encuentran en diversas entidades como las
Las hormonas sexuales femeninas, por razones y mecanis- antihistonas en el LES y en el lupus inducido por fármacos, el
mos todavía desconocidos, intervienen de algún modo en fa- anti-U1-RNP en el LES, en la enfermedad mixta del tejido
vorecer la aparición de enfermedades autoinmunes, como lo conjuntivo y en algunos casos de esclerodermia, el anti-La y
sugiere el altísimo predominio de la mayoría de estas enfer- el anti-Ro en el LES y en el síndrome de Sjögren.
medades en las mujeres sobre los varones. La relación mu- Algunos de los autoantígenos descritos desempeñan fun-
jer/varón puede llegar a ser de 50:1 en la tiroiditis de Hashi- ciones que son biológicamente esenciales para las células
moto, la cirrosis biliar primaria y la hepatitis autoinmune; de eucariotas. Así, los RNPsn (U1, U2, U4, U5 y U6) están involu-
9:1 en el LES, el síndrome de Sjögren y la enfermedad de Gra- crados en el proceso de rotura y empalme del RNA mensaje-
ves, y de 4:1 en la diabetes mellitus tipo I y la AR. Conviene ro nuclear; el Scl-70 es un producto de degradación de la to-
precisar también que, por razones desconocidas, la castra- poisomerasa I que interviene en procesos de reparación del
ción aumenta la respuesta inmune, que las mujeres produ- DNA. La enzima nucleolar RNA-polimerasa I transcribe el
cen, en general, respuestas de anticuerpos más altas que los RNA ribosómico. Las sintetasas del RNA de transferencia in-

2733
INMUNOLOGÍA

TABLA 20.16. Especificidades antigénicas por autoanticuerpos en enfermedades autoinmunes sistémicas


Autoantígenos Características Ácidos nucleicos Asociación
nucleares moleculares asociados clínica
DNA nativo DNA doble cadena DNA 48-60% LES
DNA desnaturalizado DNA cadena simple DNA 70% LES
Histonas H1, H2A, H2B, H3, H4 Ninguno 70% LES
Sm Proteínas de 28 kD (B), 29 kD (B’) U1, U2, U4, U5, U6 30% LES
15 kD (D), 13 kD (C)
U1RNP Proteínas de 33 kD (A), 22 kD (C), U1 (RNA) 100% EMTC, 30% LES, 20% esclerodermias
70 kD
U2RNP Proteínas 30 kD (A’), 27 kD (B’’) U2 (RNA) 15% EMTC, 15% escleromiositis
SS-A/Ro Proteínas 60 kD, 52 kD Y1-Y5 80% síndrome de Sjögren primario, 30% LES
SS-B/La Fosfoproteína 48 kD Transcritos RNA 50% síndrome de Sjögren primario, 15% LES
polimerasa III
RNP ribosomal Fosfoproteínas de 38, 16, 15, P8, P1, P2 5s y 5,8s RNA 5-10% LES
Ku Proteínas de 70 y 80 kD DNA 19% LES, 39% escleropolimiositis (Japón)
PCNA/ciclina Proteína 36 kD Ninguno 5% LES
Scl-70 (topoisomerasa I) Proteína 100 kD, producto de 70 kD Ninguno 25% esclerodermia (más en la forma difusa)
Centrómero Proteínas de 17,80 y 140 kD Ninguno 55-98% CREST, 22% esclerodermia proximal
Jo-1 (histidil-tRNA) Proteína histidil-tRNA de 50 kD t-RNA histidina 20% miositis. Síndrome antisintetasa
PL-7 Treonil-tRNA-sintetasa 80 kD t-RNA treonil 3% polimiositis-dermatomiositis
PL-12 Alanil-tRNA-sintetasa 110 kD tRNA alanil 3% polimiositis-dermatomiositis
OJ Isoleucil-tRNA-sintetasa 150 kD tRNA isoleucil y otros 2% polimiositis
EJ Glicil-tRNA-75 kD tRNA glicil 2% dermatomiositis
SRP Partícula señal de reconocimiento S4 varios tRNA 4% polimiositis grave
Mi-2 Complejo proteico 240 kD Ninguno 8% dermatomiositis
PM-Scl 16 proteínas. Antígeno de 100 kD Ninguno 8% escleromiositis
56 kD Proteína de 56 kD RNA no tipificado 87% diversas miositis
RNA-polimerasa 13 proteínas de 210-215 kD Ninguno 4% esclerodermia
Fibrilarina Proteína de 34 kD U3 8% esclerodermia. Algún caso de LES
NOR-90 Proteína de 90 kD Ninguno 2% esclerodermia. Otros esporádicos
To Proteína ? 7,2, 8,2 RNA nucleolar Algún caso de LES
RNP heterogéneo Proteínas de 44 kD y 32 kD RNA nuclear 100% EMTC, 65% LES que tienen anti-U1-RNP
heterogéneo

LES: lupus eritematoso sistémico; EMTC: enfermedad mixta del tejido conjuntivo; CREST: calcinosis, Raynaud, alteración de la motilidad esofágica, esclerodactilia,
telangiectasias; RNP: ribonucleoproteína.

TABLA 20.17. Enfermedades autoinmunes específicas Enfermedades autoinmunes específicas de órgano


de órgano y autoanticuerpos asociados a ellas
El número de enfermedades a las que se adjudica un me-
Enfermedad Autoanticuerpo canismo autoinmune específico de órgano se ha incrementa-
Oftalmopatía simpática Autoantígenos de la retina y do con el tiempo debido, por una parte, al desarrollo de téc-
otros antígenos de la úvea nicas más sensibles para la detección de autoanticuerpos y,
Miastenia grave Antirreceptor de acetilcolina por otra, al empleo de técnicas de estudio funcional, que
Pénfigo Antiproteína 130 kD de células permiten demostrar el efecto que producen dichos anticuer-
de epitelio escamoso pos.
Dermatitis herpetiforme Antirreticulina, gliadina, Un dato que se debe tener en cuenta en las enfermedades
endomisio autoinmunes específicas de órgano es que la respuesta au-
Enfermedad de Goodpasture Antimembrana basal toinmune puede producir distintos efectos en el órgano dia-
glomerular
Anemia perniciosa Antifactor intrínseco, na. Así, en algunos casos los autoanticuerpos son estimulan-
anticélula parietal gástrica, tes, como ocurre en la enfermedad de Graves, mientras que
bomba de protones en otros producen un bloqueo de receptores, como en la
Enfermedad celíaca Antirreticulina, gliadina, diabetes resistente a la insulina asociada a acantosis nigri-
endomisio cans, en la que los anticuerpos contra el receptor de la insuli-
Gastritis atrófica tipo A Anticélula parietal gástrica, na impiden la función fisiológica de dicha hormona. En otras
bomba de protones enfermedades los anticuerpos, aunque son de ayuda para el
Diarrea crónica idiopática Anticitoplasma de epitelio diagnóstico, no parecen desempeñar un papel patogénico
infantil velloso del intestino
Enfermedad de Cushing Antirreceptor de ACTH relevante, ya que la destrucción del órgano estaría mediada
Enfermedad de Addison Antimicrosomas de células por el ataque de linfocitos T y macrófagos. Este podría ser el
suprarrenales caso de los anticuerpos contra los islotes pancreáticos (ICA)
Diabetes insulinorresistente Antirreceptor de insulina en la diabetes tipo I. Por último, en ciertos casos en el suero
Otros autoanticuerpos se describen en el texto
de un mismo enfermo coexisten anticuerpos estimulantes y
bloqueadores, como ha podido demostrarse en algunos pa-
cientes con enfermedad de Graves. La tabla 20.17 recoge los
tervienen en la aminoacilación de los RNA de transferencia autoanticuerpos más frecuentes y significativos en diversas
correspondientes, participando por tanto en la síntesis de enfermedades autoinmunes específicas de órgano.
proteínas. El antígeno PCNA es una proteína auxiliar de la La activación preferente de determinadas subpoblaciones
DNA-polimerasa delta, que interviene en la replicación del de linfocitos T CD4 cooperadores (Th) podría dirigir la res-
DNA. La proteína La parece ser un factor esencial para con- puesta inmune más hacia la producción de autoanticuerpos
cluir la transcripción. Así pues, los autoanticuerpos de este (linfocitos Th2) o más hacia la producción de citocinas infla-
tipo de enfermedades autoinmunes parecen reconocer epí- matorias y activadoras de macrófagos (linfocitos Th1), lo que
topos muy conservados en el curso de la evolución y relacio- influiría poderosamente en los mecanismos de lesión del ór-
nados con la función de la molécula contra la que van dirigi- gano o de los órganos afectados en las enfermedades autoin-
dos (TAN, 1988). munes.

2734
ENFERMEDADES AUTOINMUNES

Hallazgos principales de algunas enfermedades ha descrito incremento de los linfocitos B CD5+ en la sangre
periférica.
autoinmunes En el 80% de los casos de síndrome de Sjögren prima-
rio hay anticuerpos anti-Ro y anti-La. En el síndrome primario
Lupus eritematoso sistémico hay asociación con HLA-B8 y DR3. Existe hipergammaglobu-
linemia y frecuente asociación a LES, AR, esclerodermia y ci-
En más del 95% de los casos se comprueban ANA positi- rrosis biliar primaria.
vos. Los anti-DNA de doble cadena o nativo son positivos en Recientemente se ha demostrado que el 30% de los pa-
el 40-60% de los casos, aunque esta cifra es estimativa, ya que cientes con síndrome de Sjögren primario tienen en su suero
varía mucho según el estado de actividad o inactividad de la anticuerpos que reaccionan con la proteína P24 gag de HIV.
enfermedad, así como con el tratamiento con glucocorticoi- En ninguno de estos casos se encuentran anticuerpos anti-Ro
des. En el caso de LES activo puede llegar a ser del 90%. Es- o anti-La.
tos anticuerpos son marcadores diagnósticos, ya que sólo se
encuentran en esta entidad, pronósticos, puesto que su título
suele incrementarse en momentos de actividad de la enfer-
Esclerodermia
medad, y patogénicos, pues al menos algunos de ellos consti- Hay infiltración de linfocitos T en la dermis y ANA positivos
tuyen complejos con DNA que forman parte de depósitos pa- en el 90% de los casos. Los anticuerpos antitopoisomerasa
togénicos en glomérulos renales. Los anti-Sm se encuentran (anti-Scl-70) están en el 25% de los casos. Los anticuerpos an-
en el 25-30% de los pacientes. Otros anticuerpos contra es- ticentrómero pueden reconocer los antígenos denominados
tructuras nucleares y citoplasmáticas que pueden estar pre- CENP-A, CENP-B y CENP-C. Dichos anticuerpos se encuentran
sentes en el suero de pacientes con LES se recogen en la en el 22% de los pacientes con esclerodermia con esclerosis
tabla 20.16. Existen también: hipergammaglobulinemia, aso- proximal y en el 55-98%, según distintos autores, de los pa-
ciación a HLA-A1, B8, DR2 y DR3 y valores séricos del com- cientes con el denominado síndrome de CREST. Un dato de
plemento disminuidos; según los factores afectados es po- interés es la falta de anticuerpos anticentrómero y antitopoi-
sible reconocer la siguiente distribución de patrones: C3, C4 somerasa I en un mismo paciente; este hecho, junto a la alta
y CH50 bajos en el LES activo; C4 normal y C3 y CH50 bajos especificidad de ambos anticuerpos para la esclerodermia,
en el LES crónico, y C3 normal y C4 y CH50 bajos en el LES sugeriría más de una vía para llegar a la misma enfermedad.
agudo. Otros anticuerpos menos frecuentes y específicos para esta
En algunos casos se ha descrito una disminución de la fun- entidad se describen en la tabla 20.16. Se ha descrito incre-
ción supresora. mento funcional de linfocitos T colaboradores y activación de
La presencia de determinados autoanticuerpos permite, células mononucleares con secreción de interleucina 1 (IL-1).
en algunos casos, clasificar los LES en los siguientes subgru-
pos:
1. Títulos altos de anticuerpos antirribosomales (anti-P),
Polimiositis y dermatomiositis
psicosis lúpica, serositis, trombocitopenia y pneumonitis. Uno de los datos inmunológicos fundamentales de estas
2. Anti-Ro+: fotosensibilidad, nefropatía menos frecuente y entidades es la presencia de infiltrados linfocitarios, localiza-
menos grave. dos sobre todo en el endomisio, a expensas de células T acti-
3. Anti-U1-RNP: alta frecuencia de fenómeno de Raynaud vadas, en los que predominan las CD4+, aunque también se
y nefropatía menos frecuente y de menor gravedad. encuentran linfocitos CD8+ y macrófagos. En las dermato-
4. Lupus cutáneo subagudo: anti-Ro+, DR3+ y frecuente miositis también se detectan linfocitos B, de localización pe-
asociación con déficit de C2. rivascular. Es frecuente la asociación a otras enfermedades
5. Lupus neonatal: anti-Ro+ y/o anti-La, eritema anular, autoinmunes, como AR, LES, síndrome de Sjögren o esclero-
bloqueo auriculoventricular. dermia, configurando a veces un cuadro de solapamiento o
6. Anticoagulante lúpico: abortos de repetición en el pri- superposición, como el denominado esclerodermatomiositis.
mer trimestre del embarazo, migraña, trombosis, trombocito- En más del 90% de los casos existen ANA y/o anticuerpos
penia, enfermedad cardíaca y trastornos neurológicos. anticitoplasmáticos, aunque con la técnica de inmunofluo-
rescencia convencional más del 80% pueden pasar inadverti-
dos. Las sintetasas para los RNA de transferencia de histidil,
Artritis reumatoide treonil, alanil, isoleucil y glicil son estructuras diana de algu-
Se observan infiltrados de células T en la membrana sino- nos de los anticuerpos que se encuentran en estas entidades.
vial. Hay factores reumatoides monoespecíficos y poliespecí- Otros antígenos, como el denominado SRP o partícula señal
ficos. Existe un defecto de glucosilación de la región C gam- de reconocimiento que interviene en fenómenos de translo-
ma de la IgG, debido a una deficiencia en la actividad cación, tienen, al igual que los anteriores, una localización
galactosiltransferasa de los linfocitos. La baja galactosilación citoplasmática. Por el contrario, Mi-2 y el denominado 56 kD
de la IgG podría convertir en inmunogénica la porción Fc de tienen una localización nuclear y el PM-Scl es preferente-
la molécula de IgG y ocasionar, en consecuencia, la produc- mente nucleolar. También pueden detectarse anticuerpos
ción de factores reumatoides. contra Ku, UIRNP, U2RNP, Ro y La en los sueros de estos pa-
Existe asociación al HLA-DR4 (65 frente al 27% en los con- cientes. La frecuencia de dichos anticuerpos es baja (2-3% de
troles) y al DR-1. Se observa una respuesta deficiente de los los pacientes), con excepción de los anticuerpos anti-56 kD,
linfocitos B frente al virus de Epstein-Barr. Los ANA son posi- que se encuentra en el 87% de los casos y el anti-Jo-1 o histi-
tivos en el 35-40% de los enfermos, lo que se asocia a mayor dil-RNA de transferencia-sintetasa presente en el 18-20% de
afección extrarticular. Otros hallazgos consisten en inmuno- los pacientes. Los pacientes con anti-Jo-1 presentan a menu-
complejos en el líquido sinovial, complemento disminuido do un síndrome denominado de antisintetasas, que incluye
en líquido sinovial e incremento de linfocitos B CD5+ en san- miositis, enfermedad pulmonar intersticial, artritis, fenómeno
gre periférica. de Raynaud y fiebre.
Mención especial merecen también los anticuerpos anti-
Mi-2 que, aunque presentes sólo en el 8% de los enfermos,
Síndrome de Sjögren son casi exclusivos de la dermatomiositis.
Se observa un infiltrado linfocitario en glándulas salivales
y lagrimales, a expensas sobre todo de células T CD4+, aun-
que también se encuentran CD8+ y un 20% de linfocitos B.
Cirrosis biliar primaria
Tanto los linfocitos infiltrantes como las células epiteliales Hay destrucción inflamatoria de los conductillos biliares
acinares y ductales expresan moléculas HLA de clase II. Se portales por infiltración linfoide y granulomas. Con frecuen-

2735
INMUNOLOGÍA

cia se asocia al síndrome de Sjögren; a diferencia del síndro- tes de su caracterización se denominó AR y que ha resultado
me de Sjögren primario o del asociado a otras enfermedades ser una serina tRNA-proteína. Dicho subgrupo incluye muje-
del tejido conjuntivo, la presencia de anticuerpos anti-Ro y res jóvenes con amenorrea, estrías e hipergammaglobuline-
anti-La es poco frecuente (20 y 6%, respectivamente). La acu- mia y que responden pobremente a los inmunodepresores.
mulación de linfocitos en muy diversos órganos es bastante Otros aspectos a menudo comunes en los pacientes con
común. Hay hipergammaglobulinemia, sobre todo por incre- hepatitis crónica activa autoinmune incluyen: hipergamma-
mento de IgM. Se comprueba también la presencia de IgM globulinemia, hiperfunción de los linfocitos B, asociación a
monomérica en el suero. En más del 90% de los casos hay HLA-B8 (80% de los casos) y valores de complemento sérico
anticuerpos antimitocondriales dirigidos contra un antígeno disminuidos.
denominado M2. Los antígenos mitocondriales reconocidos
por dichos anticuerpos (anti-M2) han sido caracterizados en
los últimos años: la cadena E2 de la dihidrolipoamida-acetil-
Pénfigo vulgar
transferasa del complejo piruvato-deshidrogenasa es la diana Es la enfermedad dermatológica en la que más claramente
más frecuente de los anticuerpos antimitocondriales (más se ha demostrado una base autoinmune. Desde el punto de
del 90% de los casos). La cadena E1α del complejo piruvato- vista genético existe una asociación superior al 90% con el
deshidrogenasa, la acetiltransferasa E2 del complejo cetoáci- subtipo Dw10 del antígeno de histocompatibilidad DR4 y
do-deshidrogenasa y la succiniltransferasa E2 del complejo con el DR6 y el DQ1.3. Más del 80% de los pacientes tienen
cetoglutarato-deshidrogenasa, reconocidas por el 68, el 38 y en su suero anticuerpos contra un antígeno presente en el
el 39%, respectivamente, de los sueros constituyen los otros epitelio escamoso estratificado, con un peso molecular de
antígenos mitocondriales diana de los anticuerpos presentes 130 kD y que se ha denominado antígeno del pénfigo vulgar.
en el suero de pacientes con cirrosis biliar primaria. Otros an- Recientemente se ha demostrado que dicho antígeno inter-
ticuerpos antimitocondriales, como los anti-M4 y anti-M8, viene en la adhesión entre células epiteliales y que tiene una
que se han descrito asociados siempre a los anti-M2, los pri- alta homología molecular con miembros de la familia de las
meros con significación clínica para formas mixtas de cirro- cadherinas, que son moléculas de adhesión celular depen-
sis biliar primaria y hepatitis crónica activa y los anti-M8 para dientes de calcio. Anticuerpos contra el antígeno del pénfigo
formas más rápidamente progresivas de la cirrosis biliar pri- vulgar desarrollan un papel patogénico directo. Los hijos de
maria, no han podido correlacionarse con los mencionados madres con pénfigo activo nacen con lesiones ampollares
anteriormente. Por otra parte, en los denominados antígenos acantolíticas, debido a la transferencia pasiva de los anti-
M4 y M8 no se ha efectuado la caracterización molecular de cuerpos de la madre a través de la placenta. Por otra parte, la
forma clara. transferencia pasiva de los anticuerpos a ratones recién naci-
Anticuerpos contra otro antígeno mitocondrial, denomina- dos o a explantes de piel humana produce acantólisis. Existe
do M9, se detectan en las fases iniciales de la enfermedad una correlación entre el título de estos anticuerpos y la acti-
cuando todavía son negativos otros anticuerpos antimitocon- vidad de la enfermedad.
driales. Otros anticuerpos que se detectan en el 25% aproxi-
madamente de estos pacientes, en algunos casos en ausen-
cia de anticuerpos antimitocondriales, van dirigidos contra
Diabetes mellitus tipo I
una proteína de la envoltura nuclear. Se comprueba la presencia de anticuerpos contra diversos
antígenos, algunos de ellos sin caracterización molecular
hasta el momento; entre ellos, los más representativos son:
Hepatitis crónica activa autoinmune Anticuerpos contra células de los islotes (ICA). El antígeno,
El denominado Brighton Report hace referencia a los crite- quizás un glucolípido, aún no ha sido caracterizado.
rios diagnósticos generados por un grupo de 27 expertos, Anticuerpos antiinsulina. Se han descrito en el suero del
reunidos bajo los auspicios de la International Association for 50% de los pacientes en estadios preclínicos y clínicos de ini-
the Study of the Liver y publicado en Hepatology en octubre cio reciente.
de 1993. Antidescarboxilasa del ácido glutámico (GAD). El GAD
La primera medida adoptada por dicho grupo ha consisti- existe en dos formas derivadas de genes separados que codi-
do en sustituir el nombre de hepatitis crónica activa autoin- fican para proteínas GAD-65 y GAD-67 que tienen un 65% de
mune por el de hepatitis autoinmune, ya que todas las enfer- identidad de aminoácidos. Ambas formas se encuentran en
medades autoinmunes son crónicas y, por otra parte, la altas concentraciones en neuronas y en células beta del pán-
enfermedad puede ser inactiva mucho tiempo. Los criterios creas. Aunque se han descrito anticuerpos contra ambas for-
recomendados para el diagnóstico de esta entidad incluyen: mas, los correspondientes a 65 kD se han detectado con
1. Criterios de hepatitis crónica activa: a) también dura- mayor frecuencia (80% de las formas preclínicas). Reciente-
ción de los síntomas de 6 meses, aunque se prefiere que sólo mente se ha descrito que células T de pacientes con diabetes
sean 3 para no retrasar el tratamiento; b) niveles incrementa- tipo I proliferan en respuesta a GAD recombinante. Resulta-
dos de aminotransferasas, al menos 3 veces superiores a los dos similares se han publicado en relación con GAD-67 re-
límites normales; c) concentración de gammaglobulina al combinante. Estos datos sugieren que en dichas moléculas
menos 2 veces superior a la normal, y d) aspectos histológi- existen epítopos que intervienen en el reconocimiento inmu-
cos compatibles. ne celular T y que podrían desempeñar un papel fundamen-
2. Criterios específicos para la hepatitis autoinmune: a) au- tal en el desarrollo de la respuesta autoinmune en la diabe-
sencia de otra patogenia conocida; b) aspectos histológicos tes tipo I. En este sentido se orientan dos trabajos muy
apropiados, y c) marcadores serológicos autoinmunes. recientes en los que se demuestra una pérdida espontánea
En relación con los marcadores serológicos autoinmunes, de tolerancia frente a GAD por parte de linfocitos T de la
la presencia de ciertos anticuerpos ha permitido definir tres cepa de ratones NOD (diabéticos no obesos), que es un mo-
formas de esta entidad: a) con anticuerpos anti-LKM (cito- delo de diabetes tipo I. Dicha pérdida de tolerancia se corre-
cromo P450 db1), más frecuente en niños y adultos jóvenes; laciona con el momento de iniciarse la insulitis y parece pre-
b) con anticuerpos antimúsculo liso (antiactina), más fre- via a la instauración de la respuesta frente a otros antígenos.
cuente en mujeres jóvenes, denominada también forma clá- Este hecho puede tener una importancia transcendental
sica; con elevada frecuencia se acompaña de ANA positivos, (siempre que en el hombre se produzca la misma secuencia
y c) con anticuerpos anti-SLA (antígeno soluble del hígado), de acontecimientos), pues implicaría al antígeno GAD como
más frecuente en mujeres jóvenes con ANA negativos y bue- iniciador y primer responsable de los acontecimientos au-
na respuesta al tratamiento inmunodepresor. toinmunes en la diabetes de tipo I.
Recientemente se ha descrito otro subgrupo caracterizado Autoanticuerpos contra otros antígenos. Entre ellos se inclu-
por la presencia de anticuerpos contra un antígeno que an- yen el anti-37 kD/40 kD, que es un fragmento tríptico de GAD-

2736
ENFERMEDADES AUTOINMUNES

65, y el anti-38 kD (proteína parcialmente purificada de la focitos T CD4+ que reconocen péptidos correspondientes a
membrana de los gránulos secretores de insulina; anticuer- la cadena alfa y a la cadena delta del receptor.
pos contra este antígeno se encuentran en el 30% de los pa- El 90% de los pacientes presentan timitis. En estos casos la
cientes con enfermedad de inicio reciente). hiperplasia del timo incluye infiltración por linfocitos B, for-
Otros aspectos inmunológicos de la diabetes tipo I son: mando folículos linfoides con centros germinales en la mé-
a)infiltrado linfoide de los islotes (insulitis), preferentemente dula del timo. En el suero del 10% de pacientes con timoma
a expensas de linfocitos T citotóxicos; b) rechazo rápido con se encuentran a menudo anticuerpos contra antígenos del
insulitis de páncreas trasplantados, y c) asociación con DR3, músculo estriado.
DR4, de modo que un alelo u otro se encuentra en el 90-95% Tras la timectomía se produce una mejoría considerable, lo
de los pacientes diabéticos, mientras que la frecuencia en la que indica que el timo desempeña un papel importante
población no diabética es del 40-45%. Los DR4 positivos son como agente productor de autoanticuerpos, emisor de antíge-
DQw3.2 en el 90-95% de los casos, en comparación con el 60- no o proporcionador de células T que intervienen en la disre-
65% de la población no diabética. La cadena beta DQ 3.2 de gulación de la respuesta frente al receptor de acetilcolina.
los pacientes diabéticos contiene un residuo no cargado (se- Al menos algunos de los anticuerpos antirreceptor de ace-
rina o valina) en lugar de un ácido aspártico en posición 57. tilcolina son patogénicos, como lo demuestran las miastenias
Este mismo hallazgo se observa en los ratones NOD. El posi- transitorias neonatales que presentan los hijos de madres
ble papel de este hecho en la instauración de la enfermedad con miastenia grave, debido a la transferencia pasiva de anti-
aún no se ha aclarado. El HLA-DR2 se considera un alelo pro- cuerpos a través de la placenta. La miastenia grave con timi-
tector. tis se asocia a A1, Cw7, B8, C4AQo, C4B1, Bfs, DR3.

Tiroiditis de Hashimoto Vasculitis


Hay infiltrados inflamatorios con daño tisular limitado al ti- Es un síndrome que incluye un grupo heterogéneo de enti-
roides. El infiltrado está constituido por linfocitos, células dades cuyo aspecto fundamental es la inflamación de la pa-
plasmáticas y macrófagos, algunos organizados en folículos red vascular. Puede afectar vasos de cualquier calibre y loca-
linfoides secundarios, lo que indica una respuesta inmunoló- lizarse en cualquier punto del organismo. Los órganos más
gica in situ. afectados suelen ser la piel, el cerebro, los pulmones y los ri-
Clonas de linfocitos T CD4+ obtenidas del infiltrado glan- ñones.
dular proliferan in vitro frente a células tiroideas autógenas. El descubrimiento de anticuerpos que reaccionan con an-
En más del 90% de los casos hay autoanticuerpos para la tígenos del citoplasma de los granulocitos, conocidos genéri-
tiroglobulina humana, en el 30-40% de los pacientes para el camente con las siglas de ANCA, en el suero de pacientes
segundo componente del coloide, y en el 85-100% para el an- con diversos tipos de vasculitis, ha determinado nuevas di-
tígeno microsomal (peroxidasa tiroidea). Los anticuerpos an- mensiones en las enfermedades con base autoinmune para
tiperoxidasa tiroidea y antitiroglobulina pueden actuar como algunas de las entidades.
citotóxicos para las células tiroideas, ya que ambos antíge- En la granulomatosis de Wegener se detectan ANCA que
nos se pueden expresar en la membrana celular. reaccionan con una serinproteasa (mieloblastina) presente
Los mecanismos patogénicos que llevan a la destrucción en los gránulos azurófilos de los granulocitos humanos, que
de la glándula están mediados por los anticuerpos que reac- se conoce con las siglas PR3; su frecuencia se aproxima al
cionan con los antígenos en la membrana celular y la conse- 100% en los casos de enfermedad generalizada activa y es
cuente activación del complemento y por células con activi- del 50% en la fase inicial de la enfermedad. En pacientes en
dad citotóxica dependiente de anticuerpos. remisión completa no se detectan dichos anticuerpos y
en los casos de remisión parcial su título disminuye conside-
rablemente. Su valor como signo premonitorio es muy alto,
Enfermedad de Graves ya que los anticuerpos se detectan con cierta antelación a
Hay anticuerpos estimulantes del tiroides [antirreceptor los rebrotes. Se han descrito también anticuerpos anti-PR3,
de hormona tirostimulante (TSH)] en el 90% de los casos, y aunque con muy poca frecuencia, en casos de poliarteritis
anticuerpos antitiroglobulina y antiperoxidasa tiroidea en el microscópica, síndrome de Churg-Strauss y poliarteritis nudo-
25 y el 50%, respectivamente, de los pacientes. Se observa in- sa clásica.
filtración linfocitaria difusa, mucho menos abundante que Otro tipo de ANCA reconocen la mieloperoxidasa, otra
en la tiroiditis de Hashimoto, a expensas de células T activa- enzima de los neutrófilos. Se detectan anticuerpos antimielo-
das, CD4+ y, en menor cantidad, CD8+. peroxidasa en pacientes con diferentes tipos de vasculitis
Los anticuerpos antirreceptor de TSH con frecuencia per- que incluyen: poliarteritis microscópica, síndrome de Churg-
tenecen a un solo tipo de cadena ligera, kappa o lambda, lo Strauss y glomerulonefritis rápidamente progresiva.
que sugiere que se desarrollan a partir de una población de Tanto los anticuerpos anti-PR3 como antimieloperoxidasa
células B restringida. son capaces de activar neutrófilos in vitro, sobre todo si éstos
Los autoanticuerpos promueven in vitro el crecimiento de han sido preparados previamente por incubación con factor
las células tiroideas, por lo que al parecer desempeñan un de necrosis tumoral. Esta activación ocasionaría la libera-
papel en el aumento del tamaño de la glándula. ción del material de los gránulos de los neutrófilos; la reac-
La responsabilidad de los anticuerpos antirreceptor de ción de los anticuerpos con los antígenos correspondientes
TSH en la patogenia del hipertiroidismo se demuestra con- formaría complejos localmente, desencadenando un proce-
vincentemente por el cuadro de hipertiroidismo que presen- so inflamatorio local. Esta serie de acontecimientos apoyaría
tan los hijos recién nacidos de madres con enfermedad de un papel patogénico para los ANCA.
Graves, cuadro clínico que desaparece cuando catabolizan
los anticuerpos transferidos de la madre.
La oftalmopatía de la enfermedad de Graves se asocia a la Bibliografía especial
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Hay anticuerpos antirreceptor de acetilcolina en el 90% de GOLD DP, SURCH CHD, SLLINS KS, SCHRODER K, SPRENT J, WILSON DB. Rat
los casos. Los anticuerpos reconocen epítopos presentes en T cell reponses to superantigens. II. Allelic diferences in V beta 8.2
las cadenas alfa del receptor. Se han encontrado también lin- and V 8.5 beta chains determine responsiveness to staphylococal

2737
INMUNOLOGÍA

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Inmunodeficiencias primarias y secundarias


N. Matamoros Flori

Concepto. El sistema inmunitario humano está formado por TABLA 20.18. Pruebas de laboratorio para el estudio
múltiples órganos, células y moléculas cuya función es la de de las inmunodeficiencias
reconocer, neutralizar y eliminar los microrganismos y sus- Respuesta humoral
tancias extraños al organismo. Cuando un germen patógeno Cuantificación de inmunoglobulinas séricas
penetra en el organismo, el sistema inmunitario produce una Titulación de anticuerpos naturales: isohemaglutininas
respuesta en la que colaboran de forma coordinada elemen- contra grupos sanguíneos
tos con un alto grado de especificidad, los linfocitos T y B, y Titulación de anticuerpos universalmente presentes:
otros que carecen de esta especificidad, las células fagocíti- antiestreptolisinas
cas y el sistema del complemento. Las células fagocíticas, Titulación de anticuerpos posvacunación: antitétanos,
antineumococo
principalmente los polimorfonucleares y los monocitos-ma- Recuento porcentual y absoluto de linfocitos B: CD19, CD20,
crófagos, tienen como función eliminar de forma precoz el inmunoglobulinas de membrana
microrganismo invasor y evitar su diseminación. Estas célu- Respuesta proliferativa de linfocitos B a mitógenos
las llegan al foco inflamatorio atraídas por sustancias produ- y producción de inmunoglobulinas in vitro
cidas en la propia zona, las quimiotaxinas, que son capaces
de activar y modificar su membrana haciéndolas aptas para Respuesta celular
su función destructora; por otro lado, existe una activación Recuento porcentual y absoluto de linfocitos T: CD2, CD3,
directa de los fagocitos al entrar en contacto con el germen. CD7, CD4, CD8
Respuesta proliferativa in vitro de linfocitos T a mitógenos:
Los factores del sistema del complemento y los anticuerpos PHA, PWM; respuesta a antígenos: toxoide tetánico
también colaboran en la eliminación del germen. Respuesta a anticuerpos anti-CD3, CD2, CD28 y CD43
Todos los componentes específicos e inespecíficos de este Pruebas cutáneas de hipersensibilidad retardada:
complejo sistema son necesarios para desarrollar una res- estreptocinasa-estreptodornasa, PPD, candidina
puesta inmune capaz de defender al organismo de las agre-
siones externas a que se ve sometido a lo largo de la vida. Sistema mononuclear-fagocítico
Las inmunodeficiencias primarias y secundarias son enfer- Prueba del nitroazul de tetrazolio
medades causadas por alteraciones cualitativas o cuantitati- Quimiotaxis. Fagocitosis
Presencia de moléculas de adhesión CD11/CD18
vas de uno o más componentes específicos (linfocitos T y B)
o inespecíficos (complemento y células fagocíticas) del siste- Sistema del complemento
ma inmunitario que determinan una mayor susceptibilidad a CH50 (actividad hemolítica de la vía clásica)
padecer infecciones. Las inmunodeficiencias primarias deri- AP50 (actividad hemolítica de la vía alternativa)
van de la alteración intrínseca del sistema inmunitario; las se-
cundarias pueden deberse a distintas causas, entre las que Hemograma completo
destacan los tratamientos inmunodepresores, las infecciones Recuento, fórmula y morfología leucocitaria
víricas, las pérdidas proteicas graves y otras enfermedades PHA: fitohemaglutinina; PWM: mitógeno pokeweed (o mitógeno de la Phitolac-
capaces de modificar negativamente la respuesta inmune. ca americana).
El estudio de las distintas inmunodeficiencias primarias
ha contribuido de forma importante al conocimiento del sis-
tema inmunitario. Paralelamente, el desarrollo de la biolo-
gía molecular y la genética han permitido identificar en los dios posteriores. El estudio analítico general para hacer la
últimos años un número importante de nuevas inmunodefi- primera aproximación al diagnóstico de inmunodeficiencia
ciencias primarias, conocer las alteraciones causantes de al- debe incluir la cuantificación de las inmunoglobulinas séri-
gunas de las descritas hace años, mejorar los procedimien- cas; su normalidad no descarta la presencia de un defecto
tos diagnósticos y conseguir tratamientos más específicos y de la función anticuerpo, por lo que deben estudiarse los an-
efectivos. ticuerpos naturales y los inducidos posvacunación. Hay que
llevar a cabo un recuento y fórmula sanguínea, el estudio fe-
Diagnóstico. Por lo general es el médico clínico quien pri- notípico de los linfocitos T y B, sus valores absolutos y por-
mero sospecha la existencia de una inmunodeficiencia. La centuales y la respuesta a distintos mitógenos y antígenos.
causa más común de consulta es la presencia de infecciones Existen determinaciones analíticas imprescindibles para el
de repetición, con características de gravedad y/o frecuencia diagnóstico de algunas inmunodeficiencias que se comenta-
atípicas. En la historia clínica deben recogerse detalladamen- rán al realizar su descripción. En la tabla 20.18 se resumen
te los antecedentes familiares y realizarse una minuciosa ex- las técnicas de laboratorio más útiles para el diagnóstico y la
ploración física, datos imprescindibles para orientar los estu- clasificación de las inmunodeficiencias.

2738
INMUNODEFICIENCIAS PRIMARIAS Y SECUNDARIAS

TABLA 20.19. Clasificación de las inmunodeficiencias Clasificación de las inmunodeficiencias primarias. Des-
primarias (OMS, 1992) de 1969 y con el patrocinio de la OMS, un comité de exper-
tos se reúne periódicamente para clasificar las inmunodefi-
Inmunodeficiencias combinadas ciencias primarias; en estas reuniones se incluyen nuevas
Inmunodeficiencias por defecto predominantemente
de anticuerpos enfermedades, se revisan las conocidas y se dan orientacio-
Otras inmunodeficiencias bien definidas nes sobre procedimientos diagnósticos y terapéuticos. La ta-
Otras inmunodeficiencias primarias bla 20.19 recoge la última de estas clasificaciones realizada
Deficiencias del sistema del complemento en 1992.
Deficiencias de la función fagocitaria
Síndromes asociados a la inmunodeficiencia
Inmunodeficiencias combinadas
Cuadro clínico. Los cuadros infecciosos de repetición son Las inmunodeficiencias combinadas se caracterizan por
los trastornos asociados con mayor frecuencia en los pacien- presentar alteraciones tanto de las células T como de las B.
tes inmunodeficientes, sin distinción entre las inmunodefi- Son hereditarias y su evolución espontánea lleva a la muerte
ciencias primarias o secundarias. Las neoplasias y los fenó- en la primera infancia. La historia clinicofamiliar es siempre
menos atópicos y autoinmunes también presentan una sugestiva: presencia de procesos infecciosos graves víricos
mayor incidencia. El cuadro infeccioso puede no destacar asociados o no a otras infecciones bacterianas y/o fúngicas
por la excepcionalidad de los gérmenes que lo producen, en los primeros meses de la vida, en muchas ocasiones pro-
pero sí por su frecuencia o cronicidad; en otros casos el ger- ducidos por gérmenes oportunistas, importante retraso pon-
men no es habitual en la población normal, dato que facilita dostatural y parientes próximos muertos en la primera infan-
la sospecha diagnóstica de inmunodeficiencia. El tipo de in- cia. La ausencia de adenopatías y sombra tímica junto a una
fección guarda clara relación con el tipo de inmunodeficien- intensa linfopenia son datos constantes. El diagnóstico pre-
cia que presenta el paciente; en las inmunodeficiencias con coz y la instauración, si es posible, de una terapia correctora
defecto predominante en la formación de anticuerpos las in- de la deficiencia son fundamentales para la supervivencia
fecciones bacterianas son las que dominan, siendo menos del paciente. Las distintas inmunodeficiencias combinadas,
habituales las víricas y casi inexistentes las fúngicas. En este su herencia y sus principales alteraciones inmunes se reco-
tipo de inmunodeficiencias, especialmente la inmunodefi- gen en la tabla 20.20.
ciencia variable común, el hallazgo de Giardia lamblia es
muy frecuente. En las inmunodeficiencias combinadas, en
general las más graves, y en las que se encuentran afectadas
Inmunodeficiencia combinada grave (forma clásica)
tanto la respuesta humoral como la celular, los virus constitu- La forma clásica de inmunodeficiencia combinada grave
yen el mayor problema infeccioso, junto con los hongos y, fue descrita por primera vez en una familia suiza que presen-
en ocasiones, los protozoos; las infecciones bacterianas, aun- taba varios niños afectados. Las inmunoglobulinas séricas
que frecuentes, tienen un mejor pronóstico. En las deficien- fueron indetectables y se la denominó agammaglobulinemia
cias del sistema mononuclear-fagocítico, gérmenes como “tipo suizo”. Posteriormente se observó una importante linfo-
Staphylococcus aureus, estreptococo, Pseudomonas y bacte- penia, a expensas de los linfocitos T y B, y una profunda alte-
rias de crecimiento intracelular obligados son habituales. Las ración de la inmunidad celular. El cuadro se acompañaba
infecciones de repetición por bacterias del género Neisseria de infecciones graves de etiología vírica, bacteriana y fúngi-
son un rasgo común y típico de la mayoría de las deficien- ca. Actualmente se la conoce como forma clásica de inmu-
cias del sistema del complemento. nodeficiencia combinada grave. Los pacientes presentan un
La incidencia de neoplasias en las inmunodeficiencias pri- timo con ausencia total de zona corticomedular, corpúscu-
marias es superior a la de la población normal, es muy eleva- los de Hassal y linfocitos. Su herencia es variable, pudiendo
da en el síndrome de Wiskott-Aldrich y la ataxia-telangiec- ser autosómica recesiva o ligada al cromosoma X. En la for-
tasia; en su mayor parte son proliferaciones del sistema lin- ma autosómica recesiva existe una reparación defectuosa
foide; en la inmunodeficiencia variable común, la asocia- del DNA. En la forma ligada al sexo el número de linfocitos B
ción más frecuente es con el carcinoma gástrico. Las causas puede ser normal o en ocasiones elevado; por esta razón se
de esta elevada asociación entre neoplasia e inmunodefi- postuló una alteración localizada en una célula posterior a la
ciencia no están bien definidas; una de ellas podría ser la célula madre, ya comprometida con la estirpe T, que explica-
manipulación defectuosa de virus oncogénicos por un siste- ría la normalidad de la línea B. Investigaciones recientes han
ma inmunitario alterado. demostrado que el gen que codifica la cadena gamma del re-
Otra asociación importante es la atopia, cuya presencia es ceptor de la interleucina 2 (IL-2) coincide con el locus de la
casi constante en los pacientes con síndrome de hiper-IgE, de- inmunodeficiencia combinada grave ligada al cromosoma X,
ficiencia de IgA o síndrome de Wiskott-Aldrich; posiblemente ambos situados en el cromosoma Xq13. Los pacientes estu-
las causas de esta asociación son múltiples, pero producen diados con esta inmunodeficiencia, pertenecientes a diferen-
en última instancia una alteración en la respuesta mediada tes familias, presentan distintas mutaciones del gen del
por IgE. En el caso de la deficiencia de IgA, una mala o nula receptor gamma de la IL-2 (véase Interleucinas y otras citoci-
protección frente a antígenos inhalados o ingeridos, como nas). Este hallazgo tiene importantes implicaciones en el
consecuencia de una barrera sinopulmonar o intestinal inmu- diagnóstico prenatal y posnatal, en la detección de portado-
nológicamente defectuosa, es la causa de las manifestaciones ras y en el desarrollo de un futuro tratamiento génico para
atópicas de estos pacientes. Los procesos autoinmunes son esta inmunodeficiencia. Actualmente, la terapia de elección,
también frecuentes en algunas inmunodeficiencias, como la en caso de existir un donante compatible, es el trasplante de
deficiencia de IgA, el síndrome de hiper-IgM y algunas defi- médula ósea (TMO).
ciencias del sistema del complemento; sin embargo, estos
cuadros presentan características biológicas y clínicas que los
diferencian de los que padecen los individuos sin inmunode-
Deficiencia de adenosindesaminasa
ficiencia. La inmunodeficiencia por deficiencia de adenosindesami-
Asimismo, no es infrecuente la detección en suero de au- nasa (ADA) representa el 25% de todas las inmunodeficien-
toanticuerpos en porcentaje superior al de la población nor- cias combinadas graves; su herencia es autosómica recesiva
mal, a edades más tempranas y sin traducción clínica; es y es indiferenciable clínicamente de la forma clásica; infec-
importante realizar un seguimiento analítico de estos autoan- ciones graves víricas, fúngicas y bacterianas son también la
ticuerpos, ya que se desconoce si pueden evolucionar a en- regla en este cuadro. La gravedad de la inmunodeficiencia
fermedad autoinmune. se relaciona con la cantidad de ADA residual. En general, los

2739
INMUNOLOGÍA

TABLA 20.20. Inmunodeficiencias combinadas


Nombre Posible patogenia Herencia Alteraciones
Inmunodeficiencia combinada grave Mutaciones en la cadena γ del IL-2R Ligada al sexo ↓ Inmunoglobulinas T
↓ Células T
Células B, N o ↑
Deficiente reparación del DNA AR ↓ Todas las inmunoglobulinas
↓ Células T
Células B, N o ↓
Deficiencia de adenosindesaminasa Presencia de metabolitos tóxicos AR ↓ Todas las inmunoglobulinas
(ADA) Progresiva ↓ células T
Progresiva ↓ células B
Deficiencia de purina-nucleósido- Presencia de metabolitos tóxicos AR Inmunoglobulinas N o ↓
fosforilasa (PNP) Células B, N
Progresiva ↓ células T
Deficiencia HLA clase II Transcripción defectuosa AR Inmunoglobulinas N o ↓
de las moléculas de clase II Células B, N
Células T, N
Disgenesia reticular Defecto en la maduración AR Pancitopenia
de células T, B y mieloides
Deficiencia de CD3 γ o CD3 ε Defecto de transcripción de las AR Inmunoglobulinas N
cadenas γ o ε del CD3 Células B, N
Células T, N
Deficiencia de CD8 Defecto de maduración AR Inmunoglobulinas N
de células T CD8+ Células B, N
Células T ↓
↓: disminución; ↑: aumento; AR: autosómica recesiva; IL-2R: receptor de la interleucina 2; N: normal.

enfermos presentan un número reducido de linfocitos T, una que puede intentarse es el TMO en caso de tener un donante
baja respuesta a mitógenos y antígenos e hipogammaglobuli- compatible.
nemia. El gen que codifica para esta enzima en el cromoso-
ma 20 presenta mutaciones y deleciones. La ADA, enzima
del metabolismo purínico, cataliza de forma irreversible el
Deficiencia de antígenos de histocompatibilidad de clase II
paso de adenosina a inosina; su ausencia produce un paro Esta inmunodeficiencia combinada grave, con herencia
metabólico y la acumulación intracelular de adenosina (Ad), autosómica recesiva, se caracteriza por la ausencia de mo-
desoxiadenosina (dAd) y desoxiadenosintrifosfato (dAdt). léculas HLA de clase II, como consecuencia de un fallo en la
La acumulación, especialmente de dAdt, bloquea la activa- síntesis de las cadenas alfa y beta de estas moléculas. Esta
ción y proliferación del linfocito T, al inhibir la ribonucleóti- deficiencia es evidente en los linfocitos B, macrófagos, célu-
do-reductasa. Recientemente se ha demostrado una estrecha las de Langerhans y dendríticas y no se expresan al activar
relación entre la molécula de activación del linfocito T, los linfocitos T. Los linfocitos T y B se hallan en proporciones
CD26, y la ADA; se sugiere que CD26 sería el receptor para la normales en la periferia, pero la inmunidad celular está alte-
ADA. Este hallazgo implicaría a la ADA en la activación de rada por la imposibilidad de reconocer antígenos en ausen-
la célula T y su falta conduciría a la inmunodeficiencia. En cia de los antígenos de clase II. La función B es variable; en
este sentido, la pobre respuesta de algunos pacientes a la te- algunos casos existe una profunda hipogammaglobulinemia
rapia con ADA unida a polietilenglicol, a pesar de disminuir y en otros todas las inmunoglobulinas son normales. Las ma-
los niveles de dAd, indicaría que la acumulación de estas nifestaciones clínicas son también variables, en relación con
sustancias no es la causa de la inmunodeficiencia. La detec- el grado de afectación del sistema inmunitario, pero en gene-
ción de la deficiencia enzimática, habitualmente en los he- ral son superponibles a las que presentan las inmunodefi-
matíes, y la clasificación correcta de esta inmunodeficiencia ciencias combinadas. Esta falta de homogeneidad clínica y
son fundamentales para aplicar terapéuticas adecuadas en analítica parece indicar la presencia de distintas alteraciones
estos pacientes. genéticas capaces de producir esta deficiencia. El TMO se ha
aplicado con éxito variable.
Deficiencia de purina-nucleósido-fosforilasa
Al igual que ocurre en la deficiencia de ADA, la deficien-
Disgenesia reticular
cia de purina-nucleósido-fosforilasa (PNP) produce un paro Esta inmunodeficiencia combinada es la que se presenta
en el metabolismo de las purinas, que impide el paso de ino- con menor frecuencia. Se encuentran afectadas y con un de-
sina y guanosina a hipoxantina, guanina y finalmente ácido sarrollo defectuoso múltiples estirpes celulares: linfocitos T,
úrico; secundariamente se produce acumulación intracelular B y células mielomonocíticas; su herencia es autosómica re-
de desoxiguanosina (dG) que pasa mediante fosforilación a cesiva. Las infecciones graves aparecen en el período neona-
desoxiguanosinmonofosfato (dGm) y desoxiguanosintrifosfa- tal inmediato, como consecuencia de la grave pancitopenia
to (dGt), metabolito capaz de inhibir la ribonucleótido-re- que caracteriza el cuadro. En alguno de los casos descritos
ductasa, bloquear la síntesis de DNA y producir la muerte ce- se ha intentado el TMO con resultados por lo general negati-
lular. Este es el mecanismo por el que se explica en la vos.
actualidad la aparición de esta inmunodeficiencia. No es
arriesgado pensar que, al igual que la ADA, la PNP pueda es- Deficiencia de CD3 γ o CD3 ε
tar directamente relacionada con la activación de la célula T
y sea por esta vía que cause la inmunodeficiencia. Estas dos nuevas inmunodeficiencias han sido incorpora-
La herencia es autosómica recesiva. Los pacientes presen- das en la última clasificación de la OMS. Se caracterizan por
tan una grave alteración de la inmunidad T y una respuesta B una anómala expresión y función del complejo TCR-CD3,
normal, que se deteriora al avanzar la enfermedad; pueden consecuencia de mutaciones en los genes que codifican las
aparecer autoanticuerpos, fenómenos autoinmunes y, en cadenas CD3 γ o CD3 ε y deben considerarse deficiencias de
ocasiones, gammapatías monoclonales. El único tratamiento activación del linfocito T.

2740
INMUNODEFICIENCIAS PRIMARIAS Y SECUNDARIAS

La deficiencia de CD3 γ se ha descrito en dos hermanos. El genos con los que se haya inmunizado previamente al indivi-
cuadro clínico de uno de ellos fue el típico de una inmuno- duo como el toxoide tetánico o diftérico; para valorar la res-
deficiencia combinada grave: diarrea intratable, falta de cre- puesta específica a hidratos de carbono se recomienda utili-
cimiento e infecciones víricas graves; por el contrario, el se- zar las vacunas neumocócica o meningocócica. La pauta
gundo hermano no presentaba proceso patológico alguno. que se ha de seguir en todos estos estudios es la titulación de
El déficit de CD3 ε es consecuencia de la aparición de una anticuerpos específicos antes de la vacunación y a las 3-4 se-
mutación puntual en el gen que codifica esta cadena, en el manas de ésta. El estudio de la inmunidad celular debe reali-
cromosoma materno; la alteración paterna no es conocida. zarse para completar el estudio de la inmunodeficiencia.
En ambas inmunodeficiencias el número de linfocitos T y B El cuadro clínico más frecuente asociado a las deficien-
circulantes es normal, al igual que las cifras de inmunoglobu- cias de anticuerpos es el de infecciones bacterianas de repe-
linas plasmáticas. La herencia en ambos casos es autosómica tición. El aparato respiratorio es el más afectado; es frecuen-
recesiva. te que el paciente presente bronquiectasias y distintos grados
de insuficiencia respiratoria; la gravedad de estas alteracio-
nes está en relación directa con el tiempo transcurrido desde
Deficiencia de linfocitos T CD8 el inicio del proceso patológico, la realización del diagnósti-
La deficiencia de linfocitos T CD8 se ha descrito en una fa- co de inmunodeficiencia y la instauración de los tratamien-
milia, con herencia autosómica recesiva. Los linfocitos B y tos adecuados. Las otitis de repetición y la sinusitis crónica
las inmunoglobulinas plasmáticas presentan valores norma- son también manifestaciones habituales. Son frecuentes los
les, los linfocitos T acusan la deficiencia de la población cuadros malabsortivos graves, asociados o no a la infesta-
CD8. La clínica es variable entre los miembros de la familia. ción por G. lamblia; en ocasiones una dieta de exclusión es-
tricta, como si se tratara de un cuadro de intolerancia a ali-
mentos, ha dado buenos resultados en pacientes con un
Inmunodeficiencias predominantemente estado nutricional muy precario secundario a esta afección
de anticuerpos digestiva. Existe una discreta asociación con enfermedades
autoinmunes; sin embargo, es frecuente la presencia de auto-
anticuerpos circulantes sin traducción clínica. El diagnóstico
Las inmunodeficiencias predominantemente de anticuer- precoz, el tratamiento antibiótico, en ocasiones continuo
pos son consecuencia de alteraciones intrínsecas de la célu- con rotación de antibióticos para evitar las resistencias, una
la B o secundarias a anomalías de otras poblaciones celula- intensa fisioterapia respiratoria y el tratamiento con gamma-
res que influyen directa o indirectamente en su desarrollo o globulina intravenosa han cambiado de forma espectacular
capacidad funcional y le impiden convertirse en célula pro- el pronóstico y la calidad de vida de estos enfermos.
ductora de anticuerpos. Estas inmunodeficiencias son las
más numerosas y constituyen casi el 50% de todas las inmu-
nodeficiencias primarias (tabla 20.21). El hallazgo analítico
Agammaglobulinemia ligada al sexo
más significativo es la ausencia total o parcial de todas o de Fue la primera inmunodeficiencia primaria descrita, en
algunas de las inmunoglobulinas o sus subclases. Sin embar- 1952 por BRUTON, quien la diagnosticó en un joven con infec-
go, para establecer el diagnóstico de este tipo de inmunode- ciones bacterianas de repetición y una importante hipogam-
ficiencias en ocasiones se requieren estudios complementa- maglobulinemia. Es quizás una de las inmunodeficiencias
rios a la simple dosificación de inmunoglobulinas. Uno de primarias mejor estudiadas y de la que se describió, a princi-
ellos es el estudio de la función anticuerpo, valorada por la pios de 1993, la alteración genética que la produce. Su he-
presencia de anticuerpos naturales como las isohemaglutini- rencia está ligada al cromosoma X, afecta por lo tanto a varo-
nas o antiestreptolisinas y los inducidos posvacunación; los nes; las mujeres de la familia pueden ser portadoras sanas de
antígenos más recomendados para realizar estas inmuniza- la enfermedad; habitualmente existen antecedentes familia-
ciones activas son el bacteriófago Ø 174, útil para valorar la res de tíos, primos maternos u otros hijos varones, con proce-
respuesta primaria y secundaria, o la revacunación con antí- sos infecciosos de repetición y muertes prematuras. Los nive-

TABLA 20.21. Deficiencias predominantemente de anticuerpos


Nombre Posible patogenia Herencia Alteraciones
Agammaglobulinemia ligada al sexo Deleciones y mutaciones puntuales LS ↓ Todas las inmunoglobulinas
en los genes que codifican para ↓ Células B
una tirosincinasa de células B
Síndrome de hiper-IgM Deficiencia en la expresión de LS IgM, IgD ↑ o N
de CD40L en linfocitos T Células B (IgM, IgD) +, N
↓ IgD, IgA, IgE
Defecto en el cambio de isotipos AR
Desconocida
Deleción de cadenas pesadas Deleción en el cromosoma 14q32 AR Ausencia IgG1 o IgG2, IgG4
de inmunoglobulinas Esporádica de IgE e IgA2
Deficiencia de cadena kappa Mutación puntual en el cromosoma AR ↓ Inmunoglobulinas κ
2p11 Respuesta de anticuerpos, ↓ o N
Células B, N o ↓ B kappa+
Deficiencia de IgA Defecto de diferenciación AR ↓ IgA1-IgA2
a células B IgA+ Desconocida
Deficiencia de subclases IgG Defectos en la diferenciación Desconocida ↓ De uno o más isotipos IgG
de isotipos
Inmunodeficiencia variable común Múltiples AR, AD ↓ De múltiples isotipos
Desconocida
Hipogammaglobulinemia Retraso en la maduración B Desconocida ↓ IgG-IgA
transitoria del lactante Frecuente
en familia
con otras
inmunodeficiencias
AD: autosómica dominante; AR: autosómica recesiva; LS: ligada al sexo.

2741
INMUNOLOGÍA

les de IgG son siempre bajos, inferiores a 250 mg/dL, y los de por la acción de distintas citocinas secretadas por las células
IgA e IgM, ausentes o muy disminuidos. La respuesta de anti- T y por contactos físicos entre células T y B a través de varias
cuerpos es nula y los linfocitos B maduros (CD19, CD20) pe- moléculas. Una de estas moléculas es el antígeno CD40 expre-
riféricos están ausentes, rasgo éste que es característico de la sado en la membrana de las células B, que se une a la molé-
enfermedad. Por el contrario, en la médula ósea se observa cula CD40L, expresada en las células T activadas. Los linfoci-
un número normal de linfocitos pre-B, lo cual indica que el tos T de los pacientes con síndrome de hiper-IgM ligado al
defecto radica en un bloqueo selectivo del desarrollo de los cromosoma X son incapaces de expresar CD40L cuando se
linfocitos B, ya que las demás poblaciones linfocitarias son activan, lo que sugiere una posible relación causal con la en-
normales. Recientemente se ha podido confirmar este extre- fermedad. Estos pacientes presentan deleciones en el gen de
mo, al aislarse el gen causante de la enfermedad. Este gen CD40L, que se localiza en el cromosoma X (véase Linfocitos
pertenece a la familia de los protooncogenes src y codifica B). La corrección mediante terapéutica génica de este defec-
una tirosincinasa expresada en células B; en las familias afec- to puede ser la solución definitiva para estos pacientes, que
tas presenta distintas deleciones y mutaciones puntuales. El en la actualidad se benefician de tratamientos sustitutivos
hallazgo y la descripción de este defecto genético revisten con gammaglobulina intravenosa.
una importancia fundamental para profundizar en el conoci-
miento de esta inmunodeficiencia, estudiar correctamente
las portadoras y realizar el diagnóstico prenatal.
Deleción de genes de cadenas pesadas de inmunoglobulinas
Las células T presentan alteraciones fenotípicas y funcionales La deficiencia de algunos isotipos de inmunoglobulinas
de la subpoblación CD4+, probablemente secundarias a las de puede deberse en ocasiones a deleciones presentes en los
los linfocitos B, sin que se conozca con precisión su significado. genes que codifican las regiones constantes de estas inmuno-
Clínicamente los pacientes presentan infecciones bacteria- globulinas. Estudios poblacionales realizados en Italia y Sue-
nas de repetición de inicio precoz, por lo común en los pri- cia demuestran que el 10-20% de los individuos estudiados
meros 6-9 meses de vida, que en muchas ocasiones determi- son portadores de este tipo de deleciones. La mayoría de
nan el ingreso hospitalario por su gravedad; el curso de la ellos son sanos, lo que indica la existencia de mecanismos
enfermedad puede complicarse seriamente debido a la in- compensadores que impiden su manifestación clínica.
fección por Mycoplasma sp, cuya manifestación más grave es
la artritis, que es dolorosa, de difícil resolución y de la que se
han conseguido algunas remisiones parciales con dosis altas
Deficiencia de cadena kappa
de gammaglobulina; también puede aparecer una infección Normalmente, las inmunoglobulinas con cadenas ligeras
crónica por echovirus, generalmente de curso insidioso y kappa predominan, en una proporción aproximada de 2:1, so-
mortal y en la que se han intentado altas dosis de gammaglo- bre las inmunoglobulinas con cadenas ligeras lambda. En la
bulina o suero hiperinmune para echovirus, sin resultados bibliografía se recoge un número reducido de pacientes con
positivos. Las infecciones del aparato digestivo son frecuen- infecciones de repetición de gravedad variable y deficiencia
tes y habitualmente están causadas por G. lamblia, Campylo- selectiva de inmunoglobulinas con cadenas kappa. La causa
bacter sp, Yersinia sp y Cryptosporidium sp. Los varones con parece residir en la existencia de una o varias mutaciones
hipogammaglobulinemia o agammaglobulinemia que pre- puntuales en los genes que codifican para esta cadena.
sentan manifestaciones clínicas antes de los primeros 2 años
de vida y no tienen antecedentes familiares pueden conside-
rarse una variante de la enfermedad, que aparecería como
Deficiencia de IgA
consecuencia de mutaciones ocurridas en el propio indivi- Es la más frecuente de las inmunodeficiencias primarias.
duo. La descripción de agammaglobulinemia en niñas sugie- Su diagnóstico exige la presencia de una concentración de
re la existencia de una forma autosómica recesiva, aunque IgA sérica inferior a 5 mg/dL. En este déficit, los linfocitos
son pocos los casos descritos. El diagnóstico precoz y el tra- IgA+ son incapaces de madurar hasta células plasmáticas
tamiento con dosis elevadas de gammaglobulina intravenosa productoras de IgA. En Europa su frecuencia estimada es de
han mejorado mucho la calidad y expectativa de vida de es- 1/500 individuos, mientras que en Japón es de 1/18.500. Un
tos pacientes, que han empezado a superar la segunda y la gran porcentaje de individuos con deficiencia de IgA son sa-
tercera décadas de la vida. Tras la localización del defecto nos. Su herencia no está bien establecida. Es interesante se-
genético en la forma ligada al cromosoma X, queda abierta ñalar que, en ocasiones, esta deficiencia y la inmunodefi-
la puerta para la terapia génica de esta enfermedad. ciencia variable común aparecen en distintos miembros de
una misma familia, lo que puede sugerir una patogenia co-
mún. Es frecuente su asociación a deficiencias de subclases
Hipogammaglobulinemia con hiper-IgM de IgG, especialmente de IgG2, que siempre deben estudiarse
Los pacientes afectos de hipogammaglobulinemia con hi- en el contexto de un paciente con deficiencia de IgA. Desde
per-IgM presentan niveles séricos bajos de IgA, IgG e IgE y el punto de vista molecular, los genes que codifican las cade-
normales o aumentados de IgM e IgD; sus linfocitos B circu- nas α1 y α2 de la IgA son normales, al igual que su expresión
lantes, numéricamente normales, expresan de forma exclusi- en la membrana linfocitaria. No obstante, estos linfocitos co-
va IgM e IgD en su superficie. El cuadro clínico se caracteriza expresan mayoritariamente IgM, lo que sugeriría cierta inma-
por infecciones bacterianas recurrentes, enfermedades au- durez celular. Estudios recientes señalan la posible asocia-
toinmunes y la aparición de síndromes linfoproliferativos en ción de esta deficiencia con el sistema HLA y los antígenos
un porcentaje elevado de pacientes. de clase III relacionados con el locus del factor C4 del com-
El cuadro típico es de herencia ligada al sexo, aunque se plemento. Las manifestaciones clínicas, en los pacientes que
ha descrito un número reducido de pacientes con herencia las presentan, son variables. Las infecciones más importantes
autosómica recesiva. Existen algunos casos comunicados son las respiratorias de repetición, de distinta gravedad, aso-
como inmunodeficiencia secundaria a una rubéola neona- ciadas en ocasiones a cuadros de asma. La afectación diges-
tal, analíticamente indistinguibles de las formas hereditarias. tiva puede ser infecciosa y en ocasiones está relacionada
Al igual que para la agammaglobulinemia ligada al cromo- con distintas alergias alimentarias. En esta inmunodeficien-
soma X, recientemente se ha descrito la alteración molecular cia las manifestaciones atópicas, especialmente cutáneas, y
causante de esta inmunodeficiencia. Los linfocitos B de los las enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide,
pacientes con síndrome de hiper-IgM ligado al cromosoma X el lupus eritematoso y la anemia hemolítica, son frecuentes.
son incapaces de realizar el switch o cambio en la produc- La gammaglobulina intravenosa puede estar indicada en los
ción de los distintos tipos de inmunoglobulinas y pasar de cé- casos con manifestaciones clínicas infecciosas. En estos pa-
lulas productoras de IgM/IgD a productoras de otros isotipos cientes debe analizarse la presencia de anticuerpos anti-IgA
de inmunoglobulinas. Este proceso de cambio está regulado circulantes, antes de iniciar el tratamiento con gammaglobu-

2742
INMUNODEFICIENCIAS PRIMARIAS Y SECUNDARIAS

lina, ya que pueden ser la causa de reacciones anafilácticas antibióticos y gammaglobulina intravenosa, con las dosis e
graves y, en alguna medida, desaconsejar el tratamiento; intervalos adecuados, ha mejorado notablemente la esperan-
siempre deben utilizarse los preparados comerciales que pre- za y la calidad de vida de estos pacientes.
senten los niveles de IgA contaminante más bajos.
Hipogammaglobulinemia transitoria de la infancia
Deficiencia selectiva de subclases de IgG Durante los primeros 3-6 meses de vida, el niño presenta
El diagnóstico de la deficiencia de una o más subclases de una hipogammaglobulinemia fisiológica, como consecuen-
IgG suele realizarse ante un paciente con bronquiectasias cia de la disminución paulatina de la IgG materna, adquirida
graves no catalogadas o infecciones recurrentes respiratorias a través de la placenta y el inicio progresivo de la produc-
de predominio bacteriano, por lo general neumonías de re- ción propia de anticuerpos. En el caso de que esta última se
petición y sin hipogammaglobulinemia. En la actualidad, las retrase, aparece la denominada hipogammaglobulinemia
técnicas para cuantificar estas subclases están bien estanda- transitoria de la infancia, que puede persistir hasta los 2 o
rizadas y permiten un diagnóstico fiable; sin embargo, la len- 3 años; los niveles de inmunoglobulinas totales se sitúan en-
ta maduración de los niveles séricos de estas proteínas en la tre 200 y 400 mg/dL y el número de linfocitos B es normal. Es
infancia y el amplio intervalo de normalidad aconsejan ser una inmunodeficiencia poco frecuente, con escasas manifes-
muy restrictivo en su diagnóstico, especialmente en los ni- taciones clínicas, que en muchas ocasiones no se diagnosti-
ños; siempre deben realizarse como mínimo dos determina- ca; afecta por igual a ambos sexos, lo que la diferencia de la
ciones para confirmarlo. Estos pacientes reordenan de forma agammaglobulinemia ligada al sexo. La incidencia parece
correcta los genes para las zonas constantes de las cadenas ser superior en familiares de individuos afectos de deficien-
pesadas de las inmunoglobulinas, y se ignora el porqué se cia de IgA o inmunodeficiencia variable común. El paciente
produce menos proteína. La deficiencia más frecuente es la debe controlarse hasta que normalice la producción de in-
de IgG2, cuya consecuencia es la imposibilidad de producir munoglobulinas, y las pautas de vacunación han de retrasar-
anticuerpos antipolisacárido. El tratamiento con gammaglo- se hasta que exista una respuesta correcta de anticuerpos, la
bulina se indicará según la susceptibilidad a las infecciones, cual es recomendable comprobar midiendo la tasa de anti-
que en ocasiones es tan importante como la de los pacientes cuerpos específicos posvacunación. La necesidad de trata-
con inmunodeficiencia variable común. miento con gammaglobulina es excepcional.

Inmunodeficiencia variable común Otras inmunodeficiencias bien definidas


La inmunodeficiencia variable común, conocida también
como síndrome variable común o hipogammaglobulinemia En este apartado se incluyen cuadros que, junto a la inmu-
adquirida, es un síndrome heterogéneo caracterizado por nodeficiencia, presentan otras características que permi-
una franca panhipogammaglobulinemia. Por lo general, la ten definirlos de forma individualizada. Son el síndrome de
suma de IgA, IgG e IgM es inferior a 500 mg/dL. Existe una Wiskott-Aldrich, la ataxia-telangiectasia y el síndrome de Di
pobre o nula respuesta en anticuerpos e infecciones bacte- George (tabla 20.22).
rianas de repetición, especialmente respiratorias y digestivas.
Un cuadro de insuficiencia respiratoria grave es la principal
causa de muerte de estos pacientes. La presencia de autoan-
Síndrome de Wiskott-Aldrich
ticuerpos sin traducción clínica es frecuente, así como una El síndrome de Wiskott-Aldrich es una inmunodeficiencia
mayor incidencia de procesos neoplásicos, en especial, car- con herencia ligada al sexo; el gen que codifica para este sín-
cinoma gástrico y linfomas. No se conoce cuándo se inicia la drome se localiza en la zona p1.1 del cromosoma X. Los pa-
inmunodeficiencia, pero las manifestaciones clínicas apare- cientes afectos presentan trombocitopenia, eccema e infec-
cen sobre todo en la adolescencia o entre la tercera y la ciones bacterianas de repetición. Con la edad, avanza el
cuarta décadas de la vida. Afecta por igual a ambos sexos y deterioro inmune, se agravan las afecciones infecciosas y
la herencia es variable. Los linfocitos B son capaces de ac- aparecen con frecuencia procesos linfoproliferativos. Dismi-
tivarse y proliferar in vitro a distintos estímulos, pero la ma- nuyen de forma progresiva los linfocitos T y la respuesta a
yoría de ellos no secretan inmunoglobulinas o lo hacen de mitógenos y antígenos. Los valores de inmunoglobulinas séri-
forma deficitaria. Las respuestas celulares son también varia- cas son bajos para la IgM y elevados para la IgA. La respuesta
bles; algunos pacientes no responden a estímulos mitogéni- de anticuerpos está conservada para antígenos proteicos y el
cos o antigénicos, mientras que otros lo hacen correctamen- título de anticuerpos naturales es bajo. Las plaquetas son
te. Suele haber una disminución de los linfocitos B y T CD4+. más pequeñas que las normales y su vida media es inferior;
En un principio se consideró que esta inmunodeficiencia era la coagulopatía que aparece como consecuencia de estas al-
consecuencia de la alteración intrínseca del linfocito B; sin teraciones plaquetarias suele ser, junto al eccema, la primera
embargo, hallazgos recientes han demostrado una importan- y más grave manifestación de la enfermedad. Los cuadros
te alteración en la inmunidad mediada por células T. Es mo- infecciosos de repetición justifican el tratamiento con gam-
tivo de discusión si la alteración B es primaria o secundaria a maglobulina intravenosa. El TMO se ha intentado con poco
la de las células T o si bien las dos poblaciones linfocitarias éxito. En este síndrome están alterados los procesos de glu-
presentan alteraciones. El tratamiento de forma precoz con cosilación, lo que determina una expresión deficitaria de

TABLA 20.22. Otras inmunodeficiencias bien definidas


Nombre Posible patogenia Herencia Alteraciones
Síndrome de Wiskott-Aldrich ¿Defecto de glucosilación en células LS ↓ IgM, ↓ Ac. anti-polisacáridos
hematopoyéticas? Células B, N
Progresiva ↓ células T
Ataxia-telangiectasia Defecto de reparación del DNA AR ↓ IgA, IgE y subclases IgG
↑ IgM
Síndrome de Di George Embriopatía Desconocida Inmunoglobulinas N o ↓
Células B, N
Progresiva ↓ células T
AR: autosómica recesiva; LS: ligada al sexo; Ac: anticuerpos.

2743
INMUNOLOGÍA

TABLA 20.23. Otras inmunodeficiencias primarias ción tímica; por lo general estos enfermos mejoran con la
edad al desarrollarse el timo residual, llegando a tener un
Deficiencia primaria de células CD4+
Deficiencia primaria de células CD7+
comportamiento inmune casi normal y, por tanto, sin pre-
Deficiencia de interleucina 2 sentar procesos patológicos. El tratamiento mediante tras-
Deficiencia múltiple de citocinas plante de timo o con hormonas tímicas es una indicación
Deficiencia en la transducción de señales excepcional en los casos de la forma total del síndrome. La
gammaglobulina puede ser de utilidad en los pacientes con
la forma parcial que presenten infecciones bacterianas de
repetición.
ciertas glucoproteínas de las membranas linfocitaria y pla-
quetaria, entre ellas la sialoforina (CD43), moléculas funda-
mentales para la activación del linfocito T y la transducción Otras inmunodeficiencias primarias
de señales al interior celular. No se ha podido demostrar la
causalidad entre la alteración genética responsable del sín- Por primera vez la OMS recoge en su clasificación un redu-
drome de Wiskott-Aldrich y estas deficiencias. cido número de inmunodeficiencias agrupadas bajo el epí-
grafe “otras inmunodeficiencias primarias”, que se resumen
en la tabla 20.23. Su patogenia es actualmente desconocida y
Ataxia-telangiectasia el número de casos descritos muy limitado.
Esta enfermedad se caracteriza por un cuadro de ataxia,
telangiectasias vasculares e inmunodeficiencia variable con
afectación de los linfocitos T y B; se hereda de forma autosó-
Deficiencia primaria de linfocitos CD4
mica recesiva; los enfermos presentan una incidencia muy Se ha descrito un reducido número de pacientes con valo-
elevada de neoplasias y una sensibilidad extrema a las radia- res bajos persistentes de linfocitos CD4, una respuesta a mitó-
ciones ionizantes. La ataxia aparece antes de los 2 años de genos y antígenos deficiente, en ocasiones discreta hipogam-
vida, seguida de dificultades en el habla y coreatetosis; las te- maglobulinemia e infecciones de repetición fundamental-
langiectasias se inician en la esclerótica. Las infecciones de mente micóticas, en los cuales se ha descartado por comple-
repetición son inicialmente bacterianas y afectan sobre todo to la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana
el tracto respiratorio; más tarde se producen infecciones víri- (HIV). Actualmente se desconoce la causa de esta inmuno-
cas, que pueden ser graves. El estudio analítico muestra una deficiencia, cuyo pronóstico es grave.
linfopenia progresiva, a expensas sobre todo de la población
T CD4. La IgA y la IgE presentan valores bajos y algunos pa-
cientes asocian deficiencias de IgG2 e IgG4. La ataxia-telan-
Deficiencia primaria de linfocitos CD7
giectasia es una enfermedad genéticamente heterogénea; se La bibliografía recoge un caso de inmunodeficiencia com-
encuentran múltiples alteraciones cromosómicas, en particu- binada grave asociada a la ausencia de expresión del antíge-
lar roturas y translocaciones, localizadas en el brazo largo no CD7.
del cromosoma 14 y, en menor número, en el 11. Estas ano-
malías tienen también su expresión en la producción de ni-
veles elevados de alfafetoproteína y antígeno carcinoembrio-
Deficiencia de interleucina 2
nario, útiles para el diagnóstico precoz de la enfermedad. La Se ha descrito un niño con un cuadro clínico compatible
reparación del DNA es defectuosa, debido a alteraciones en con una inmunodeficiencia combinada grave y número de
las enzimas que intervienen en su regulación, síntesis y repa- linfocitos T y B circulantes normales. La deficiente respuesta
ración; esto explica la extrema susceptibilidad de estos pa- a mitógenos de las células T se corrige in vitro al añadir IL-2,
cientes a las radiaciones ionizantes. No existe tratamiento pero tras la estimulación de células T no se produce IL-2. Se
efectivo, y el progresivo deterioro inmune y neurológico con- ha demostrado que esta producción deficiente de IL-2 es
duce a la muerte, habitualmente en la adolescencia. La gam- consecuencia de un defecto previo al proceso de transla-
maglobulina intravenosa puede estar indicada en los pacien- ción, con ausencia de mRNA para la IL-2. La existencia de IL-2
tes que presentan deficiencias de subclases de IgG. recombinante permite una terapia sustitutiva en este y otros
síndromes en los que se demuestra una relación causal entre
la ausencia o anormalidad de esta molécula y la inmunodefi-
Síndrome de Di George ciencia.
El síndrome de Di George es una malformación congénita
múltiple, que afecta el normal desarrollo de los órganos de-
rivados del tercero y el cuarto arcos faríngeos: el timo y las
Deficiencia de múltiples citocinas
glándulas paratiroideas. En la mayoría de los casos pueden Estudios moleculares han demostrado que 2 niños con in-
demostrarse deleciones en el cromosoma 22q11. Caracterís- munodeficiencia combinada grave y deficiente secreción de
ticas fenotípicas de estos enfermos son el hipertelorismo, la IL-2, IL-4, IL-5 e interferón gamma (IFN-γ) presentan una alte-
micrognatia y la implantación baja de los pabellones auricu- ración funcional del factor nuclear de células T activadas
lares. Este síndrome puede presentarse de dos formas: par- (NF-AT), molécula reguladora e imprescindible para que se
cial o total. La forma total es poco frecuente, ya que es habi- realice la transcripción de los genes de estas citocinas.
tual la presencia de restos tímicos o tejido tímico ectópico.
La linfopenia suele ser un hallazgo constante y es conse-
cuencia de la linfopenia T; estos linfocitos en ocasiones pre-
Deficiencia en la transducción de señales
sentan un fenotipo inmaduro, superponible al del timocito y Recientemente se ha descrito un reducido número de pa-
caracterizado por la expresión de CD1 y/o coexpresión de cientes con infecciones graves de repetición y alteraciones
CD4 y CD8. En ocasiones, a unos linfocitos B normales en la en la transducción de señales. Entre las moléculas implica-
periferia se asocian una discreta hipogammaglobulinemia y das en esta alteración se encuentran distintos receptores de
una respuesta de anticuerpos postinmunización deficitaria. la membrana como el receptor de la célula T (TCR), CD3,
La tetania hipocalcémica secundaria al hipoparatiroidismo CD2 o CD43; in vitro estas alteraciones quedan reflejadas en
suele ser la causa del primer ingreso hospitalario y orienta la deficiente proliferación T, fallo en la secreción de IL-2 y
en muchas ocasiones el diagnóstico. Las manifestaciones en la expresión en la membrana de su receptor IL-2R; la mo-
clínicas presentes en el síndrome de Di George total son las vilización del calcio intracelular y la producción de diacilgli-
de una inmunodeficiencia combinada grave. En la forma cerol no son normales. La respuesta de anticuerpos inducida
parcial las manifestaciones varían según el grado de afecta- posvacunación no es normal y las pruebas cutáneas frente a

2744
INMUNODEFICIENCIAS PRIMARIAS Y SECUNDARIAS

distintos antígenos son negativas. No se conoce actualmente TABLA 20.24. Deficiencias del sistema del complemento
la lesión molecular causante de la inmunodeficiencia.
Localización
Deficiencia Herencia Trastorno asociado
cromosómica
Deficiencias del sistema del complemento C1q AR Autoinmune. LES/l 1
C1r AR Autoinmune. LES/l 12
El sistema del complemento es un pilar fundamental de la C4 AR Autoinmune. LES/l 6
inmunidad innata del organismo. Está constituido por un nu- C2 AR Autoinmune. LES/l 6
meroso grupo de proteínas y glucoproteínas que interaccio- vasculitis, polimiositis
C3 AR Infecciones piógenas 19
nan entre sí y participan, de forma directa o a través de sus C5 AR Autoinmune. LES/l 9
productos de activación, en procesos como la inflamación, Infecciosa (Neisseria)
la opsonización y la citotoxicidad directa frente a células y C6 AR Autoinmune. LES/l 5
microrganismos. Existen deficiencias congénitas de casi to- Infecciosa (Neisseria)
dos los componentes de este sistema; la herencia es autosó- C7 AR Autoinmune. LES/l 5
mica recesiva y los individuos heterocigotos se detectan por- Infecciosa (Neisseria)
que son portadores de aproximadamente la mitad de la C8 α AR Autoinmune. LES/l 1
proteína deficitaria. El diagnóstico se establece midiendo Infecciosa (Neisseria)
C8 γ AR Autoinmune. LES/l 9
la capacidad hemolítica total del sistema, en el que actúan Infecciosa (Neisseria)
todos los componentes, obteniéndose valores muy bajos o C8 β AR Autoinmune. LES/l 1
nulos. Las técnicas para medir la vía clásica de activación Infecciosa (Neisseria)
o la alternativa son la del CH50 y la AP50, respectivamente. C9 AR Infecciosa (Neisseria) 5
El componente deficitario puede determinarse individual- C1-inhibidor AD Edema angioneurótico 11
mente valorando su concentración como proteína o bien por familiar
su capacidad hemolítica dentro del sistema. La normaliza- Factor I AR Infecciones piógenas 4
ción de la capacidad hemolítica al añadir la proteína defici- Factor H AR Infecciones piógenas 1
Factor D ¿AR o LS? Infección por Neisseria ?
taria confirma la deficiencia. Properdina LS Infección por Neisseria X
Las deficiencias del sistema del complemento se asocian
principalmente a dos tipos de afecciones: las infecciones de AD: autosómica dominante; AR: autosómica recesiva; LES/l: síndrome pareci-
do al lupus eritematoso sistémico; LS: ligada al sexo.
repetición producidas fundamentalmente por estafilococos y
estreptococos, gérmenes cuya destrucción depende de pro-
cesos de fagocitosis y muerte intracelular, y las producidas factor del sistema del complemento a padecer estas afeccio-
por Neisseria; en segundo lugar se asocian a enfermedades nes.
producidas por inmunocomplejos; estos procesos autoinmu-
nes asociados a deficiencias del complemento presentan ca-
racterísticas clínicas y analíticas que los diferencian de los
Deficiencias del C3 y componentes de la vía alternativa
cuadros típicos no asociados a estas deficiencias. El C3 es el componente mayoritario del sistema del com-
La incidencia de estas deficiencias es baja; sin embargo, el plemento. Su deficiencia provoca la ausencia de producción
mayor acceso a las técnicas de estudio, el hallazgo de una de C3a y C3b y de la C5-convertasa que inicia la activación
elevada frecuencia de alelos nulos de ciertos componentes del complejo de ataque. Se han descrito deficiencias de los
en la población normal y el reconocimiento en estudios fa- factores I y H, cuya consecuencia es una mala cataboliza-
miliares de individuos asintomáticos que presentan deficien- ción del C3b, la activación incontrolada del C3 y la deficien-
cia, hacen sospechar que su número real sea muy superior. cia secundaria de este factor. Los trastornos asociados son
En la tabla 20.24 se recogen las deficiencias primarias de este las infecciones de repetición, especialmente producidas por
sistema, la localización cromosómica de la alteración y su Neisseria sp; es frecuente la presencia de glomerulonefritis,
herencia. vasculitis y un síndrome urémico-hemolítico asociado a défi-
Las enfermedades por inmunocomplejos, como el lupus cit de factor H.
eritematoso sistémico (LES) o la crioglobulinemia mixta La deficiencia de properdina provoca la alteración de la
esencial, el shock séptico, la circulación extracorpórea o la vía alternativa al no estabilizarse la enzima C3/C5-convertasa;
presencia de autoanticuerpos frente a alguna de las proteí- las afecciones asociadas con mayor frecuencia son las sepsis
nas del sistema como el C1q o el C3bBb (C3-NF), pueden ser o meningitis por Neisseria sp, habitualmente de curso mortal
causa de deficiencias secundarias del complemento. en horas. La deficiencia de factor D es infrecuente y también
se asocia a infecciones por Neisseria sp, lo que confirma la
importancia de la vía alternativa en la respuesta a estos gér-
Deficiencias de los componentes de la vía clásica menes. La deficiencia del factor B sólo se ha descrito en for-
Este grupo incluye las deficiencias de C1q, C1r, C1s, C2 mas heterocigotas.
y C4, asociadas a enfermedades por inmunocomplejos, es-
pecialmente el LES; este síndrome presenta peculiaridades
como la ausencia de autoanticuerpos típicos del LES [anti-
Deficiencia de los componentes terminales
cuerpos antinucleares (ANA)] y el ser en su mayoría Ro+. Los componentes terminales del C5 al C9 forman el deno-
El mecanismo de esta asociación no es bien conocido; minado complejo de ataque; la deficiencia de uno de ellos
quizás una deficiente eliminación de inmunocomplejos cir- inhibe su formación. Las más frecuentes son la de C6 y la de
culantes y tisulares por parte de un sistema del complemento C7. Se asocian a meningitis meningocócica de repetición, ra-
alterado ocasiona el depósito de dichos complejos en los te- ras veces de curso fulminante. Su incidencia entre los pa-
jidos, la inflamación de éstos y la liberación de autoantíge- cientes que sufren meningitis de repetición o infecciones por
nos, con producción secundaria de autoanticuerpos e inmu- serotipos de meningococos poco comunes es elevada; tam-
nocomplejos. Por otra parte, la estrecha relación que existe bién son frecuentes las septicemias gonocócicas y, más ex-
entre los genes que codifican el C2, el C4 y el complejo prin- cepcionales, las enfermedades por inmunocomplejos.
cipal de histocompatibilidad (MHC) en el cromosoma 6, la
elevada incidencia de procesos autoinmunes en parientes
heterocigotos de individuos con deficiencia completa de C2
Deficiencia de C1-inhibidor
y en los individuos con alelos nulos del C4, especialmente el La deficiencia congénita del C1-inhibidor es una de las de-
C4AQO, sugieren la existencia de un factor genético adicio- ficiencias más frecuentes del sistema del complemento. Su
nal que predispondría al individuo con deficiencia de algún herencia es autosómica dominante y sus manifestaciones clí-

2745
INMUNOLOGÍA

TABLA 20.25. Defectos de la función fagocitaria*


w Nombre Posible patogenia Herencia Alteraciones
Enfermedad crónica granulomatosa Defecto metabólico LS, AR Prueba del NAT negativa
Citocromo b N o ↓
Defecto de adhesión leucocitaria Deficiencia de moléculas AR Deficiencia de integrinas
de adhesión leucocitarias: CD11a/CD18
CD11b/CD18, CD11c/CD18
Deficiente adherencia y endocitosis
Deficiencia de glucosa-6- Deficiencia enzimática AR ↓ Muerte intracelular
fosfato-deshidrogenasa
Deficiencia de mieloperoxidasa Deficiencia enzimática AR ↓ Muerte intracelular
Deficiencia de gránulos secundarios Deficiencia de mRNA lacto-ferritina AR ↓ Muerte intracelular
AR: autosómica recesiva; LS: ligada al sexo; NAT: nitroazul de tetrazolio.
*Estas enfermedades se estudian en la sección Hematología.

nicas más frecuentes son brotes repetitivos y por lo general TABLA 20.26. Otros síndromes asociados a inmunodeficiencia
autolimitados de angioedema, que afectan principalmente la
cara, la orofaringe, las extremidades y el abdomen. En oca- Anomalías cromosómicas
Síndrome de Bloom
siones el cuadro de angioedema puede ser importante y po- Síndrome de Fanconi
ner en peligro la vida del paciente, si no se toman las medi- Síndrome de Down
das adecuadas. Es muy importante realizar un diagnóstico Condensación anormal de heterocromatina en cromosomas
precoz, para que el enfermo pueda tomar precauciones ante 1.9 y 16
la aparición de los brotes. El diagnóstico se establece en el
laboratorio mediante la determinación de los niveles séricos Síndromes multisistémicos hereditarios
de la proteína y el estudio de su capacidad funcional. Apro- Albinismo parcial
ximadamente el 80% de las deficiencias son cuantitativas, Síndrome de Chediak-Higashi
Hipoplasia cartílago-pelo
con valores séricos de la proteína inferiores al 20% del valor Agenesia del cuerpo calloso
normal; los restantes pacientes tienen una proteína no fun-
cionante, debido a la aparición de mutaciones puntuales en Defectos metabólicos hereditarios
el gen que codifica el C1-inhibidor. El tratamiento con andró- Deficiencia de transcobalamina 2
genos, que aumentan la síntesis de C1-inhibidor, se ha mos- Acrodermatitis enteropática
trado efectivo y está indicado en los pacientes que presentan Oroticoaciduria hereditaria tipo I
una alta frecuencia de cuadros de edema. Existe C1-inhibi- Deficiencia de biotina dependiente de carboxilasa
dor purificado que, por su corta vida media, no puede utili-
Hipercatabolismo de inmunoglobulinas
zarse como terapia sustitutiva; su uso debe limitarse a situa- Hipercatabolismo familiar de inmunoglobulinas
ciones de urgencia o para prevenir el edema en el transcurso Linfangiectasia intestinal
de intervenciones quirúrgicas. Investigaciones recientes in-
tentan explicar esta deficiencia por un mecanismo molecu- Otros síndromes
lar no descrito previamente, a través del cual se produciría Síndrome de hiper-IgE
una transinhibición de la expresión del gen normal a través Candidiasis mucocutánea crónica
de los productos derivados del alelo mutante. Hiposplenia o asplenia
Susceptibilidad anómala al virus de Epstein-Barr

Deficiencia de receptores del complemento


La deficiencia del receptor tipo I para el complemento Otros síndromes asociados
CR1 (CD35), detectada en pacientes con LES, hizo pensar
que sería una causa predisponente de la enfermedad; sin a inmunodeficiencias
embargo, actualmente se considera un hecho adquirido
como consecuencia de la enfermedad. La deficiencia gené- En la tabla 20.26 se recogen los síndromes congénitos y
tica del receptor CR3 (CD11b/CD18) se produce en la defi- hereditarios que pueden en ocasiones asociarse a inmunode-
ciencia de adhesión leucocitaria (LAD) que, como se men- ficiencia. Aquí se describirán aquellos en los que la inmuno-
cionó antes, se debe al déficit genético de CD18 o ca- deficiencia es un componente importante: el síndrome de hi-
dena β común de las integrinas leucocitarias; dicha cadena per-IgE, la candidiasis mucocutánea crónica y el síndrome
es común para las tres integrinas leucocitarias: LFA-1 linfoproliferativo ligado al sexo, secundario a la infección
(CD11a/CD18, CD11b/CD18 o CR3 y p150,95 o CD11c/CD18). por el virus de Epstein-Barr. Se citan también brevemente
La LAD, que cursa como una inmunodeficiencia combinada otros síndromes que en ocasiones se asocian a inmunodefi-
grave, se estudia con mayor detalle en otra sección de esta ciencia y que se estudian con más detalle en otros capítulos
obra (tabla 20.25) (véase la sección Hematología). de esta obra.

Defectos de la función fagocitaria Anomalías cromosómicas


El síndrome de Bloom se caracteriza por un acusado retra-
Los defectos de la función fagocitaria constituyen un gru- so del crecimiento, inestabilidad cromosómica, fotosensibili-
po de enfermedades recogidas de forma individualizada en dad, eritema facial y telangiectasias. La incidencia de neo-
la clasificación de la OMS (tabla 20.25). Sus peculiares carac- plasias es muy elevada en este síndrome. La respuesta de las
terísticas no permiten restringirlas al capítulo de inmunodefi- células T está alterada y puede haber también una discreta
ciencias primarias y se desarrollan en otra sección de esta hipogammaglobulinemia. La herencia es autosómica recesi-
obra (véase la sección Hematología). Entre ellas, dos de las va. La anemia de Fanconi presenta alteraciones cutaneosque-
que han sido mejor estudiadas en estos últimos años son la léticas, neutropenia, respuesta T disminuida y deficiencia
enfermedad granulomatosa crónica y la LAD, déficit genéti- parcial de IgA. El síndrome de Down o trisomía 21 puede en
co de la cadena β (CD18) de las integrinas leucocitarias. ocasiones asociarse a cierto grado de inmunodeficiencia, ex-

2746
INMUNODEFICIENCIAS PRIMARIAS Y SECUNDARIAS

presada por un número bajo de células T y baja respuesta a S. aureus y la dermatitis crónica pruriginosa y con frecuencia
mitógenos y, a veces, por una deficiencia selectiva de IgG2. sobreinfectada. Son habituales las otitis, sinusitis y neumo-
El cromosoma 21 es portador del gen para el receptor del in- nías, entre las que, además de S. aureus, se aíslan con fre-
terferón, lo que explicaría la mayor sensibilidad de los linfo- cuencia estreptococo A, Haemophilus influenzae y Candida
citos de estos pacientes a esta citocina. La condensación albicans.
anormal de la heterocromatina de los cromosomas 1, 9 y 16 La causa que produce las elevadas cifras de IgE no es co-
se ha descrito en 6 niños con infecciones respiratorias de re- nocida y tampoco su relación con los cuadros infecciosos de
petición, malabsorción, facies dismórfica y retraso de creci- repetición. Estudios recientes han demostrado que la IL-4
miento; la alteración inmune que puede ocasionar esta afec- induce la secreción de IgE por células mononucleadas de
ción no está definida. La herencia podría ser autosómica individuos normales, mientras que el IFN-γ tiene un efecto
recesiva. antagónico; es un tema controvertido la existencia de una
disregulación en la producción de estas moléculas en este
síndrome. La mejor terapéutica es la profilaxis antibiótica, el
Síndromes multisistémicos hereditarios drenaje quirúrgico de los abscesos y, en los casos en que se
No es sorprendente el hecho de que síndromes que afec- demuestran anomalías de la respuesta de anticuerpos, la
tan varios órganos presenten alteraciones del sistema inmu- gammaglobulina intravenosa, que es efectiva; se reducen los
nitario. El síndrome de Chediak-Higashi se caracteriza por la cuadros infecciosos y en ocasiones disminuyen las cifras de
presencia de gránulos gigantes en todas las células nuclea- IgE, posiblemente a través de un mecanismo inmunorregula-
das, discretas anomalías en los granulocitos y una actividad dor.
NK defectuosa. La inmunodeficiencia asociada al albinismo
parcial, caracterizada por la acumulación anormal de mela-
nina en los melanocitos, puede presentar una baja actividad
Candidiasis mucocutánea crónica
NK. Algunos pacientes con hipoplasia cartílago-pelo presen- Es una inmunodeficiencia poco frecuente que se caracte-
tan deficiencia celular. La agenesia del cuerpo calloso se ha riza por la persistencia y cronicidad de infecciones cutaneo-
asociado en ocasiones a inmunodeficiencia. mucosas producidas por Candida sp. La inmunidad celular
específica frente a los antígenos de Candida es nula. Su etio-
logía es desconocida; en algunos pacientes se ha descrito la
Defectos metabólicos hereditarios deficiencia de manasa en sus monocitos. En esta enferme-
La deficiencia de transcobalamina 2 causa una profunda al- dad se debe descartar la presencia de un trastorno endocri-
teración de la hematopoyesis, de la proliferación linfocitaria no, ya que no es infrecuente su asociación a poliendocrino-
y de la regeneración epitelial, debido a un transporte defec- patías familiares, que requieren una orientación terapéutica
tuoso de la vitamina B12, factor clave en estos procesos; la hi- diferente. El tratamiento de elección en la forma típica lo
pogammaglobulinemia es el dato más llamativo y la adminis- constituyen los antifúngicos.
tración de vitamina B12 revierte el proceso. La acrodermatitis
enteropática se caracteriza por un cuadro de eccema, dia-
rrea, malabsorción e infecciones respiratorias de repetición.
Hiposplenia o asplenia
La terapia con cinc habitualmente mejora el cuadro. La oroti- La falta de bazo congénita o adquirida (posquirúrgica o
coaciduria tipo I se acompaña de linfopenia T. El déficit de traumática) aumenta el riesgo de sufrir sepsis neumocóci-
carboxilasa dependiente de biotina se asocia a deficiencia de cas; la respuesta frente a virus y parásitos también es defec-
IgA y de linfocitos T; el tratamiento correcto con biotina re- tuosa.
suelve el cuadro.
Inmunodeficiencia por susceptibilidad anómala
Hipercatabolismo de las inmunoglobulinas al virus de Epstein-Barr
Algunos procesos patológicos presentan hipercatabolismo Este grave síndrome aparece tras la primoinfección por
de las inmunoglobulinas y deben distinguirse de las deficien- el virus de Epstein-Barr (VEB) en individuos previamente
cias primarias en su producción. En el hipercatabolismo fami- sanos. Los pacientes que superan el cuadro linfoproliferati-
liar, la hipogammaglobulinemia siempre se asocia a hipoal- vo agudo, que puede confundirse en ocasiones con una
buminemia, alteraciones óseas y del metabolismo de la leucemia aguda, pueden presentar luego agammaglobuli-
glucosa e infecciones de repetición. En la linfangiectasia in- nemia, anemia aplásica o desarrollar finalmente un linfo-
testinal se pierden linfocitos e inmunoglobulinas por vía in- ma. En casos excepcionales se consigue la recuperación
testinal y se producen una importante hipogammaglobuline- completa del cuadro. En la mayoría de los casos la heren-
mia y una grave linfopenia, principalmente a expensas de cia está ligada al sexo; se han descrito casos esporádicos en
linfocitos T CD4+. El cuadro suele evolucionar mal, aunque mujeres y algunas familias tienen un patrón autosómico re-
se intente la terapia sustitutiva con gammaglobulina intrave- cesivo.
nosa.

Síndrome de hiper-IgE
Nuevas inmunodeficiencias
El síndrome de hiper-IgE es una inmunodeficiencia poco Con posterioridad a la clasificación de la OMS de 1992 se
frecuente caracterizada por una elevación importante de la describió un nuevo síndrome caracterizado por infecciones
IgE sérica, acompañada de dermatitis crónica e infecciones de repetición, enanismo y retraso mental, secundario a la de-
bacterianas recurrentes, especialmente sinopulmonares y cu- ficiencia del ligando Sialyl-Lewis X para la E-selectina (véase
táneas. La mayoría de los casos son esporádicos, aunque se Integrinas y otras moléculas de adhesión). Esta deficiencia
han descrito algunas familias con herencia autosómica do- impide una adhesión y agregación celulares adecuadas, pro-
minante con penetración incompleta. La hiper-IgE y la eosi- cesos fundamentales en la respuesta celular a la infección. A
nofilia son datos presentes en todos los pacientes; otros ha- diferencia de lo que ocurre en la LAD por déficit de CD18, la
llazgos frecuentes son los anticuerpos antiestafilococo del expresión celular de CD18 es normal. Los autores proponen
tipo IgE, la disminución de linfocitos T CD8+ y la deficiente denominar deficiencia de adhesión leucocitaria tipo II (LAD-
respuesta de anticuerpos a antígenos polisacáridos y/o pro- II) a esta nueva inmunodeficiencia, y LAD-I a la debida al dé-
teicos asociada o no al déficit de IgG2. Las manifestaciones ficit de CD18.
clínicas más características son los abscesos cutáneos recidi- En la tabla 20.27 se resumen las nuevas inmunodeficien-
vantes sin signos inflamatorios causados principalmente por cias incluidas en la clasificación de la OMS de 1992.

2747
INMUNOLOGÍA

TABLA 20.27. Nuevas inmunodeficiencias manifestaciones digestivas en pacientes en los que no se de-
tecta G. lamblia o Campylobacter han sido corregidas en oca-
Deficiencia primaria de células CD4
Deficiencia primaria de células CD7 siones con dietas libres de gluten y azúcares.
Deficiencia de interleucina 2 Actualmente son cada vez más numerosas las terapias es-
Deficiencia múltiple de citocinas pecíficas encaminadas a sustituir o corregir el defecto causan-
Deficiencia en la transducción de señales te de la inmunodeficiencia. En el siguiente apartado se descri-
Deficiencia de CD3 γ o CD3 ε ben los tratamientos usados con mayor frecuencia y cuya
Deficiencia de CD8 aplicación cuenta con un alto grado de estandarización.
Deficiencia de adhesión leucocitaria (LAD-II, E-selectina) Tratamiento con gammaglobulina. El tratamiento con gam-
LAD: deficiencia de adhesión leucocitaria. maglobulina está indicado sobre todo en las inmunodefi-
ciencias con defecto predominantemente de anticuerpos,
aunque son también útiles como terapia coadyuvante en las
combinadas graves.
Mapa cromosómico, diagnóstico prenatal En la actualidad existe un número importante de gamma-
y detección de portadoras globulinas comerciales para uso intramuscular o intraveno-
so. La gammaglobulina intramuscular, utilizada ampliamente
La aplicación de técnicas de biología molecular en el diag- en la década de los setenta, ha sido sustituida en gran medi-
nóstico de las inmunodeficiencias primarias ha permitido es- da por las de administración intravenosa; sus principales
tablecer el patrón hereditario y la alteración cromosómica de ventajas son: tener una vida media superior (21-26 días frente
un número importante de inmunodeficiencias primarias. Téc- a 7-10 días), mantener la molécula de inmunoglobulina com-
nicas como el estudio de los fragmentos de restricción de lon- pleta, posibilidad de dar dosis más altas, administración in-
gitud polimórfica (RFLP) y la reacción en cadena de la poli- dolora y número inferior de reacciones de tipo anafiláctico;
merasa (PCR) han permitido que se inicie la detección de estas reacciones pueden ser secundarias a la presencia de
portadoras y el diagnóstico prenatal. En las tablas 20.28 y agregados de IgG o de restos de IgA en pacientes con defi-
20.29 se recogen los resultados de estos estudios. ciencia de IgA y anticuerpos anti-IgA circulantes. Las dosis
deben ajustarse para cada paciente y se deben conseguir ni-
Tratamiento de las inmunodeficiencias primarias. Estos veles de IgG séricas no inferiores a 500 mg/dL; las dosis más
trastornos se asocian principalmente a cuadros infecciosos utilizadas son de 250-300 mg/kg de peso cada 21 días; pue-
de repetición, por lo que el tratamiento precoz y correcto de den aumentarse hasta 500 mg/kg en pacientes con bron-
estos procesos es un pilar fundamental para mejorar el pro- quiectasias graves o en las agammaglobulinemias congénitas
nóstico de estos pacientes. En ocasiones pueden estar acon- con el fin de prevenir la aparición de infecciones víricas cró-
sejados tratamientos de larga duración, con rotación de di- nicas. Otra opción consiste en reducir el tiempo entre perfu-
versos antibióticos con el fin de evitar resistencias. Las siones a 15 o, incluso, 7 días.
El parámetro más valorable para establecer la dosis co-
rrecta de gammaglobulina es la evolución clínica; un trata-
TABLA 20.28. Alteraciones cromosómicas miento correcto disminuye de forma notable los cuadros in-
en las inmunodeficiencias primarias fecciosos de repetición de los pacientes.
Trasplante de médula ósea. El TMO, cuando existe un do-
Inmunodeficiencia combinada grave ligada al sexo Xq13.1-13.3 nante HLA-compatible, es la terapéutica de elección para al-
Agammaglobulinemia ligada al sexo Xq21.3-22
Hipogammaglobulinemia con hiper-IgM gunas inmunodeficiencias primarias. Se ha aplicado en las
ligada al sexo Xq26-27 inmunodeficiencias combinadas graves asociadas o no a de-
Síndrome de Wiskott-Aldrich Xp11.22-11.3 ficiencia de ADA o PNP, la disgenesia reticular, el síndrome
Ataxia-telangiectasia 11q-22.3 de Wiskott-Aldrich, la deficiencia de antígenos HLA de clase II
Enfermedad crónica granulomatosa ligada al sexo Xp21.1 y la deficiencia de proteínas de adhesión. Los resultados son
Enfermedad crónica granulomatosa autosómica cada vez más alentadores, si bien el principal problema resi-
recesiva de en el hallazgo de un donante compatible, aunque última-
p22 phox 16q24 mente se han conseguido buenos resultados con donantes
p47 phox 7q11.23
p67 phox 1q25 haploidénticos. En la actualidad se utiliza en estos casos el
Deficiencia de adenosindesaminasa 20q13-ter tratamiento previo de la médula ósea con anticuerpos mono-
Deficiencia de purina-nucleósido-fosforilasa 14q13.1 clonales (AcMo) que, al unirse al linfocito T, bloquean el re-
Defecto de adhesión leucocitaria 21q conocimiento del antígeno y evitan la reacción de injerto
Deficiencia de cadena kappa 2p11 contra huésped, cuya aparición es grave, puede cronificarse
Deleción de cadenas pesadas y producir la muerte del paciente en la mayoría de los casos.
de inmunoglobulinas 14q 32.3 La reconstitución del sistema inmunitario se manifiesta por
Síndrome de Di George 22q11 la mejoría clínica, la aparición de linfocitos T y B y la produc-

TABLA 20.29. Diagnóstico prenatal de las inmunodeficiencias primarias


Inmunodeficiencia (ID) Sangre de cordón umbilical o células amnióticas RFLP informativos
Agammaglobulinemia ligada al sexo Ausencia de linfocitos B +
ID combinada grave ligada al sexo Ausencia de linfocitos T +
ID combinada grave autosómica recesiva Ausencia de linfocitos T y B –
Deficiencia de adenosindesaminasa (ADA) Deficiencia de ADA en hematíes *
Deficiencia de purina-nucleósido-fosforilasa (PNP) Deficiencia de PNP en hematíes *
Síndrome de Wiskott-Aldrich Linfocito “pelado” por microscopia electrónica +
Defecto de adhesión leucocitaria Deficiencia de CD18 en granulocitos/monocitos *
Enfermedad crónica granulomatosa ligada al sexo Producción anormal de radicales O2 +
Enfermedad crónica granulomatosa autosómica Producción anormal de radicales O2 *
recesiva
Deficiencia de antígenos del MHC de clase II Ausencia de antígenos de clase II en –
linfocitos/monocitos
RFLP: polimorfismo de longitud de los fragmentos de restricción. MHC: complejo principal de histocompatibilidad.
*En estudio.

2748
INMUNODEFICIENCIAS PRIMARIAS Y SECUNDARIAS

ción de anticuerpos y de respuestas celulares. La presencia cia secundaria, que en ocasiones puede llegar a ser grave;
de mosaicismo para antígenos HLA o alotipos enzimáticos entre ellos los principales son las neoplasias, las pérdidas
confirman el éxito del trasplante. proteicas y las hepatopatías crónicas, que se deben tener en
Otros tratamientos. Alrededor de 30 pacientes con inmu- cuenta en el momento de adoptar una actitud terapéutica.
nodeficiencia combinada grave asociada a deficiencia de En los países subdesarrollados, la malnutrición constituye
ADA han sido tratados con adenosindesaminasa bovina uni- una de las principales causas de inmunodeficiencias secun-
da a polietilenglicol (PEG-ADA) con buenos resultados. La darias; en algunos de dichos países (centroafricanos), el
mayoría presenta una importante mejoría clínica y recupera- SIDA es también uno de los principales problemas sanitarios.
ción variable pero evidente y prolongada de sus funciones
inmunes. En esta línea, también se ha utilizado la IL-2 unida
a polietilenglicol (PEG-IL-2) como tratamiento, en un grupo
Síndrome de inmunodeficiencia adquirida
de pacientes con inmunodeficiencia variable común, con re- El SIDA es una inmunodeficiencia secundaria que aparece
sultados alentadores. como consecuencia de la infección por el retrovirus de la in-
La terapia génica es una opción terapéutica que será apli- munodeficiencia humana (HIV). El principal dato inmunoló-
cable en un futuro no muy lejano a un número importante gico que la caracteriza es la progresiva y acusada disminu-
de inmunodeficiencias primarias. Puede ser el tratamien- ción del número de linfocitos T CD4 y la correspondiente
to de elección para aquellas inmunodeficiencias en las que inversión del cociente CD4/CD8. Clínicamente presenta un
se conoce el defecto molecular que las produce. En este sen- período asintomático de duración variable en los distintos in-
tido, y a pesar de los buenos resultados obtenidos al tratar dividuos. La alteración del sistema inmune no se limita al dé-
la inmunodeficiencia combinada grave por deficiencia de ficit de linfocitos T CD4+ sino que, más adelante, en el curso
adenosindesaminasa con la enzima unida a polietilenglicol de la infección, las células presentadoras de antígeno, mono-
(ADA-PEG), recientemente se ha iniciado un protocolo de te- citos y células dendríticas también resultan afectadas. Existe
rapia génica para esta inmunodeficiencia. Se ha conseguido también una activación policlonal de los linfocitos B, la cual
un retrovirus inocuo, portador del gen de la ADA humana; se asocia a un déficit de respuesta de anticuerpos frente a es-
las células infectadas con este retrovirus son capaces de ex- tímulos antigénicos. Esta profunda alteración del sistema in-
presar in vivo ADA humana en todas las estirpes hemato- mune determina que los pacientes se comporten clínicamen-
poyéticas del receptor. Un estudio colaborativo europeo ha te como si padecieran una inmunodeficiencia primaria
iniciado su aplicación en algunos pacientes previamente se- combinada grave. La presencia de infecciones por gérmenes
leccionados. Existen también dos protocolos muy avanzados oportunistas a lo largo de la enfermedad, sobre todo en la
para utilizar terapia génica en la enfermedad crónica granu- fase final, es una constante, al igual que la aparición de neo-
lomatosa. En términos generales son candidatas a este tipo plasias de distinto origen.
de tratamiento las inmunodeficiencias en que recientemente En las fases iniciales de la infección, la viremia es muy ele-
se ha detectado el defecto molecular que las produce, como vada; disminuye luego de forma progresiva y se establece un
la agammaglobulinemia ligada al sexo o el síndrome de hi- período de latencia, que inevitablemente evoluciona hacia
per-IgM. un estadio de alta replicación vírica, disminución progresiva
de los linfocitos CD4+ y desarrollo de la enfermedad. El re-
ceptor para el virus es el antígeno CD4 presente en las mem-
Inmunodeficiencias secundarias branas celulares de los linfocitos T CD4+ y los monocitos-ma-
crófagos. Las respuestas humoral y celular contra el HIV que
Las inmunodeficiencias secundarias son más frecuen- se desarrollan en las primeras fases de la infección consi-
tes que las primarias y aparecen en un individuo previamen- guen suprimir la replicación vírica e instaurar la fase de la-
te dotado de un sistema inmunitario normal como conse- tencia. Tras la unión del retrovirus a la molécula CD4 y su fu-
cuencia de efectos nocivos ambientales (yatrógenos, infec- sión con la membrana celular, el RNA vírico se transcribe a
ciosos, malnutrición). Las funciones inmunitarias que se DNA de doble cadena en virtud de la transcriptasa inversa ví-
alteran son variables y se normalizan si se consigue eliminar rica. Dicho DNA luego queda integrado en el DNA celular. La
la causa que las produce. Las principales causas de inmuno- activación de las células T CD4+ infectadas es necesaria tan-
deficiencias secundarias en los países industrializados son to para la integración del DNA vírico como para que dicho
las yatrógenas y la infección por el virus de la inmunodefi- DNA vírico integrado se transcriba en RNA y conduzca final-
ciencia humana que causa el denominado síndrome de in- mente a la replicación vírica. Dicha replicación implica un
munodeficiencia adquirida (SIDA). Si bien los pacientes pue- efecto citopático para las células T CD4+ infectadas. Las teo-
den presentar un síndrome de infecciones de repetición, en rías para explicar este efecto citopático son varias: el exceso
general las pruebas inmunológicas, con excepción del SIDA, de citoplasma linfocitario de DNA vírico no incorporado, la
no suelen aportar datos de interés para el diagnóstico o el formación de complejos intracitoplasmáticos entre la proteí-
tratamiento. La esplenectomía es una de las causas más co- na vírica gp120 y las moléculas de CD4, la destrucción de
nocidas de inmunodeficiencia secundaria, aunque en la ac- precursores T CD4+, la formación de células gigantes multi-
tualidad suele dejarse un pequeño resto de tejido esplénico nucleadas constituidas por T CD4+ infectadas y agregados de
capaz de compensar, en ocasiones de forma muy completa, T CD4+ no infectadas, así como a un mecanismo de muerte
la totalidad del órgano. por apoptosis.
Otra de las causas más corrientes de inmunodeficiencias Además de ser el receptor para el HIV, la molécula de CD4
secundarias la constituyen los fármacos denominados inmu- es una pieza fundamental para el correcto funcionamiento
nodepresores. Entre ellos se incluyen los glucocorticoides y de los linfocitos, por cuanto constituye el ligando natural de
la mayoría de los productos que se utilizan como antineoplá- las regiones no polimórficas de las moléculas MHC de clase II,
sicos. Las sales de oro, el levamisol, la azatioprina, la penici- expresadas en las células presentadoras de antígeno. Esta in-
lamina y la sulfasalazina pueden producir hipogammaglobu- teracción entre CD4 y moléculas MHC de clase II es impres-
linemia, que en ocasiones afecta selectivamente la IgA, dato cindible para el reconocimiento de los antígenos por las
que es importante tener en cuenta antes de realizar el diag- células T CD4+. La unión de la proteína vírica gp120 a la mo-
nóstico de estas inmunodeficiencias de anticuerpos y catalo- lécula CD4 en las membranas celulares rompe este mecanis-
garlas como primarias. La ciclosporina A inhibe la respuesta mo fundamental de la respuesta inmune. Por otra parte, la
inmune celular y se utiliza por esta acción para evitar el re- unión de las moléculas MHC de clase II y la proteína gp120 al
chazo en el trasplante de órganos. mismo ligando, el CD4, indica que quizá compartan algunos
La edad (vejez o prematuridad) es un factor que predispo- determinantes antigénicos, como ocurre con la IL-2 y la pro-
ne a padecer un grado variable de inmunodeficiencia. Algu- teína gp120. La presencia de estas homologías entre el HIV y
nos procesos patológicos causan per se una inmunodeficien- moléculas fundamentales de la respuesta inmune puede ori-

2749
INMUNOLOGÍA

ginar la formación de anticuerpos con reactividad cruzada, BALLON M, LEVINSON A, STIEHM R. Mechanisms and uses of intravenous
capaces de suprimir o destruir el sistema inmunitario. Otro immune globulin in primary and secondary deficience disorders.
mecanismo importante en la progresión de la infección deri- J Allergy Clin Immunol 1988; 84: 565-648.
CHATILA T, CASTIGLI E, PAHWA R, PAHWA S, CHIRMULE N, OYAIZU T et al.
va de la activación que se produce en los linfocitos T, lo que Primary combined immunodeficiency resulting from defective
aumenta la replicación vírica y favorece la infección de nue- transcription of multiple T-cell lymphokine genes. Proc Natl Acad
vos linfocitos CD4. Esta destrucción de linfocitos CD4 altera Sci USA 1990; 87: 10.033-10.037.
gravemente la función de cooperación celular. Los linfocitos FAUCI AS. The human immunodeficiency virus: Infectivity and me-
B se hallan activados de forma policlonal por productos del chanisms of pathogenesis. Science 1988; 239: 617-622.
propio HIV y producen in vitro grandes cantidades de inmu- FISHER A. Severe combined immunodeficiencies. Immunodef Rev
noglobulinas; en este contexto, la aparición de autoanticuer- 1992; 3: 83-100.
pos sin traducción clínica de enfermedad autoinmune es fre- HANSON LA, SÖDESTRÖM T, OXELIUS VA (eds). Immunoglobulin subclass
deficiencies. Basilea, Karger, Monograf Allergy. 1986.
cuente. En estos momentos no existe una terapia curativa de KORTHAUER U, GRAF D, MAGES H, BRIÈRE F, PADAYACHEE M, MALCOLM S et
la enfermedad, por lo que la destrucción progresiva e irrever- al. Defective expression of T-cell CD40 ligand causes X-linked im-
sible del sistema inmunitario conduce a la muerte del pa- munodeficiency with hiper-IgM. Nature 1993; 361: 539-543.
ciente. Los datos clínicos, epidemiológicos y patológicos de MATSUMOTO S, SAKIYAMA Y, TADASHI A, GALLAGHER R, TAGUCHI Y. Progress
esta enfermedad, así como las características del HIV se con- in primary immunodeficiency. Immunol Today 1992; 13: 4-5.
sideran en otra sección de esta obra (véase Enfermedades in- VETRIE D, VORECHOVSKY I, SIDERAS P, HOLLAND J, DAVIES A, FLINTER F et al.
fecciosas). The gene involved in X-linked agammaglobulinaemia is a mem-
ber of the src family of protein-tyrosine kinases. Nature 1993; 361:
Bibliografía especial 226-233.
WHO SCIENTIFIC GROUP ON IMMUNODEFICIENCY. Primary immunodeficien-
ARNAIZ-VILLENA A, TIMÓN M, RODRÍGUEZ-GALLEGO C, PÉREZ-BLAS M, CORELL cies diseases. Report Immunodef Rev 1992; 3: 195-236.
A, MARTÍN-VILLA JM et al. Human T-cell activation deficiences. Im-
munol Today 1992; 13: 259-265.

Lesiones por inmunocomplejos


F. Ortiz Maslloréns

Los anticuerpos, que desempeñan una función muy impor- TABLA 20.30. Clasificación de los mecanismos
tante en la defensa y protección frente a agentes infecciosos inmunopatogénicos*
o de otra naturaleza, también pueden ser responsables de le-
siones orgánicas o alteraciones funcionales al reaccionar Reacción de tipo I: anafiláctica, dependiente de reaginas
Reacción de tipo II: citotóxica o citostimulante
con antígenos presentes en el organismo. Los mecanismos Reacción de tipo III: lesión por complejos antígeno-anticuerpo
por los que esto ocurre son muy variados, con frecuencia Reacción de tipo IV: retardada, de tipo tuberculínico, mediada
complejos, y no difieren esencialmente de los que entran en por células
juego para lograr los efectos defensivos. En todo caso, puesto
que la acción perjudicial del anticuerpo requiere su unión Tomada de COOMBS y GELL, 1963, y modificada en 1975.
*También denominados reacciones de hipersensibilidad.
con el antígeno formando complejos Ag-Ac, cabe englobar
los fenómenos de inmunopatogenicidad mediada por anti-
cuerpos bajo la denominación de lesiones o trastornos por portadoras. Si bien el mecanismo inmunopatogénico puesto
complejos inmunes o inmunocomplejos. Expresamente se ex- en marcha es en principio independiente de la fuente del an-
cluyen de esta consideración las reacciones de mecanismo tígeno, ésta puede influir en la duración y extensión de la le-
anafiláctico, mediados por anticuerpos de clase IgE. sión o el trastorno funcional, ya que los antígenos propios y
Los antígenos que intervienen en la formación de inmuno- los procedentes de microrganismos capaces de persistir, re-
complejos pueden estar fijos sobre la superficie de células o plicarse o integrarse en el propio cuerpo pueden estar pre-
en estructuras extracelulares (membranas basales, fibras del sentes y actuar durante un tiempo mucho más prolongado
tejido conjuntivo, etc.) o encontrarse libres en el plasma o en que numerosos antígenos exógenos, frente a los cuales la ex-
los espacios de los tejidos. En el primer caso, la lesión se ini- posición suele ser esporádica o limitada. Sin embargo, no es
cia en el lugar donde se encuentra el antígeno (reacción de infrecuente que una lesión iniciada por reacción contra un
tipo II de la clasificación de COOMBS y GELL; tabla 20.30); en el antígeno exógeno se perpetúe secundariamente por la pues-
segundo caso, la lesión se inicia en el lugar donde se deposi- ta en marcha de mecanismos autoinmunes.
tan los complejos Ag-Ac después de su formación y eventual Los anticuerpos implicados son usualmente de clase IgG o
transporte por la corriente sanguínea o los líquidos intersti- IgM, dotados de una reconocida actividad proinflamatoria,
ciales (reacción de tipo III de COOMBS y GELL). En ocasiones basada en su capacidad para precipitar, para activar el siste-
no cabe hablar de localización, por tratarse de la neutraliza- ma del complemento y para reclutar y activar células efecto-
ción o inhibición de sustancias solubles, potencialmente an- ras, interaccionando con receptores de su membrana.
tigénicas, cuya actividad es necesaria para el normal funcio-
namiento del organismo.
El antígeno puede ser un componente del propio organis- Formación de los inmunocomplejos
mo, en su estado nativo o modificado por radiaciones u
otros agentes físicos o químicos, o bien una sustancia ajena a Según la diferente localización del antígeno, la formación
él: componentes o productos de agentes infecciosos, medi- de los complejos Ag-Ac presenta dos modalidades: fijación
camentos o sus metabolitos, sustancias tóxicas, contaminan- primaria o directa del anticuerpo sobre el tejido diana o de-
tes ambientales, etc., que unas veces actúan como antígenos pósito secundario de complejos Ag-Ac libres preformados, el
completos y otras como haptenos, uniéndose a proteínas del cual, a su vez, puede ocurrir por dos mecanismos diferentes:
propio organismo que desempeñan el papel de moléculas a) los inmunocomplejos se forman localmente en los espa-

2750
LESIONES POR INMUNOCOMPLEJOS

cios de los tejidos, en las paredes de los pequeños vasos o en ejemplo conocido de una enfermedad por inmunocomple-
su luz y se depositan en el mismo lugar de formación o en su jos circulantes es la enfermedad del suero, frecuente en los
proximidad inmediata, y b) los inmunocomplejos se forman tiempos en que el tratamiento de algunas enfermedades in-
en la corriente circulatoria, a través de la cual pueden alcan- fecciosas, como la difteria, consistía en la administración de
zar cualquier lugar del organismo, depositándose allí donde grandes cantidades de sueros heterólogos hiperinmunes. Las
existen estructuras favorables para ello. manifestaciones de la enfermedad (artritis, nefropatía, vascu-
litis, erupción cutánea, acompañadas de fiebre) aparecían
unos 10-12 días después de la administración del suero o an-
Fijación primaria o directa del anticuerpo tes si el paciente ya había tenido un contacto previo con la
El anticuerpo se pone en contacto, generalmente a través misma proteína heteróloga o con otra que mostrase antigeni-
de la circulación y en otros casos por producción local, con cidad cruzada con ella. (El autor ha tenido la curiosa expe-
el antígeno que se halla presente en el tejido como compo- riencia personal de haber padecido 2 veces la enfermedad
nente de éste, o al que ha llegado por infección, ingestión, del suero: una en su forma clásica, por la administración de
inhalación u otra vía de contacto o penetración de un agente suero de caballo para el tratamiento de una difteria, y otra
exógeno. Una vez que el anticuerpo se une al antígeno con más leve y acelerada, por haber servido voluntariamente
avidez y en cantidad suficiente, se inicia la lesión in situ por como receptor en experimentos que implicaban la inyección
alguno de los mecanismos de daño que se describen más intradérmica de pequeñas cantidades de suero de conejo.)
adelante y que pueden consistir en una acción directa del Posteriormente se desarrollaron modelos experimentales de
anticuerpo o en la activación de sistemas efectores. Son enfermedad del suero aguda o crónica, que han servido para
ejemplos de lesión por fijación primaria de anticuerpos conocer el mecanismo patogénico de algunas enfermedades
sobre el tejido diana la miastenia, en la que el anticuerpo humanas: diversas formas de glomerulonefritis, lesiones rena-
contra el receptor de la acetilcolina altera estructural y fun- les y vasculares del lupus eritematoso diseminado, y otras.
cionalmente la placa motora del músculo estriado, y las ane- En la enfermedad del suero aguda, las lesiones se produ-
mias hemolíticas debidas a la acción de anticuerpos contra cen por el depósito de inmunocomplejos formados en la cir-
componentes normales de los hematíes o contra medicamen- culación entre el antígeno todavía presente y el anticuerpo
tos o sus metabolitos, unidos en calidad de haptenos a su su- que comienza a hacer su aparición en la sangre. Los prime-
perficie. ros inmunocomplejos formados en presencia de un gran ex-
ceso de antígeno, son de pequeño tamaño y muy solubles e
incapaces de depositarse en los tejidos y de activar el siste-
Formación local de inmunocomplejos libres ma de complemento. A medida que disminuye la disponibili-
Por lo general la formación local de inmunocomplejos se dad de antígeno y aumenta la cantidad y la afinidad del anti-
produce entre un antígeno (r) que ha llegado a un tejido por cuerpo formado, la composición de los inmunocomplejos va
inhalación, inyección u otra vía o se ha producido en él fisio- cambiando hacia una relación de equivalencia y, finalmen-
lógicamente o como consecuencia de invasión o prolifera- te, hacia un exceso de anticuerpos. Los inmunocomplejos
ción microbiana local y el anticuerpo específico, presente en con un gran exceso de anticuerpos, grandes y casi insolu-
la circulación local o extravasado a los espacios intercelula- bles, son rápidamente fagocitados y eliminados de la circula-
res, extravasación que es a menudo favorecida por el estado ción antes de que puedan depositarse en ningún tejido. Son
de inflamación local concomitante, con vasodilatación y au- los inmunocomplejos próximos a la relación de equivalen-
mento de permeabilidad capilar. Los inmunocomplejos for- cia, con un exceso ligero o moderado de antígenos, los que
mados localmente tienden a depositarse en las paredes de suelen tener mayor capacidad patogénica, porque se deposi-
los pequeños vasos o en su proximidad o en localizaciones tan con mayor facilidad y porque su composición los hace
como el revestimiento seroso de cavidades o espacios (p. ej., en general más aptos para activar el sistema del complemen-
la sinovial de las articulaciones). El paradigma experimental to, el cual se halla casi siempre implicado como mecanismo
de este tipo de lesión lo constituye el fenómeno de Arthus, efector importante en la génesis de las lesiones. En procesos,
descrito por este autor a principio de siglo cuando, tras inmu- clínicos o experimentales, de carácter más crónico o de evo-
nizar conejos siguiendo una pauta de inyecciones subcutá- lución fluctuante, la reactivación o el agravamiento de las le-
neas repetidas de una proteína heteróloga, observó que, a siones no depende tanto de la cantidad de inmunocomple-
medida que avanzaba el proceso de inmunización y sobre jos formados como de su composición, que condiciona su
todo en los animales que respondían con mayor producción patogenicidad. Por esta razón, la cuantificación de los inmu-
de anticuerpos precipitantes, se producía una lesión inflama- nocomplejos circulantes, para la que existe una enorme diver-
toria, con edema, necrosis y hemorragia en el sitio de inyec- sidad de técnicas, basadas en diferentes principios y cuyos re-
ción del antígeno. Un equivalente humano de este fenómeno sultados, por tanto, no son necesariamente concordantes,
es la reacción local que puede ocurrir tras inyecciones sub- resulta un procedimiento útil y clínicamente valioso, pero en
cutáneas repetidas de agentes terapéuticos, como la insulina. todo caso imperfecto, ya que no son inmunocomplejos pre-
Otro ejemplo es la alveolitis alérgica extrínseca, producida sentes en la sangre los responsables de la lesión de los teji-
por la inhalación de polvos orgánicos (esporas de hongos en dos, sino los que llegan a depositarse en éstos, cuya presen-
el caso del pulmón de granjero, deyecciones desecadas de cia y composición sólo pueden ser apreciadas mediante el
aves en la enfermedad pulmonar de los criadores de pájaros, análisis inmunohistológico de material biópsico.
etc.) en individuos que han desarrollado, a lo largo de una
exposición prolongada, un título suficiente de anticuerpos
frente a los antígenos contenidos en ellos. Depósito de inmunocomplejos
Formación de inmunocomplejos libres en el torrente La formación de complejos Ag-Ac ocurre continuamente
en la sangre y en los tejidos, como resultado de la actividad
circulatorio normal del sistema inmune. Existen mecanismos de disocia-
Se forman inmunocomplejos libres en la circulación cuan- ción, solubilización y aclaramiento de los inmunocomplejos,
do, después de una llegada única o de corta duración del an- que evitan su acumulación en cantidades excesivas y dificul-
tígeno, éste se encuentra todavía en la circulación en el mo- tan, por tanto, una eventual acción patogénica. Entre esos
mento en que se inician la síntesis y el paso a la sangre del mecanismos destacan la actividad normal del sistema del
anticuerpo formado en respuesta a la estimulación antigéni- complemento y la existencia de receptores selectivos en la
ca, o bien cuando existe una entrada persistente o repetida superficie de células de la sangre y de los tejidos. Un fracaso
de antígeno en la circulación, y éste se va encontrando con de los mecanismos de control, ocurrido de forma primaria o
el anticuerpo que se forma de manera continuada. El primer como resultado de una sobrecarga prolongada, puede facili-

2751
INMUNOLOGÍA

tar o contribuir a la génesis de lesiones por dichos comple- nismo de la citotoxicidad celular dependiente de anticuer-
jos. pos (ADCC), que implica la activación de células killer, o
El depósito de inmunocomplejos libres no ocurre al azar, bien por lisis mediada por complemento. La ADCC actúa
sino de acuerdo con patrones peculiares para cada enferme- principalmente sobre tejidos compactos (p. ej., tiroiditis),
dad. Entre los factores, todavía incompletamente conocidos, mientras que la secuencia lítica del complemento afecta con
que facilitan su depósito, destacan el aumento de permeabili- mayor frecuencia las células en suspensión (p. ej., reaccio-
dad de la pared vascular (por aminas vasoactivas, anafilotoxi- nes hemolíticas por transfusión de sangre incompatible, cri-
nas derivadas de componentes del complemento u otros sis de hemólisis intravascular en anemias hemolíticas), aun-
agentes), la presión elevada en el interior de los vasos (que que también puede actuar sobre células fijas (como ocurre
favorece el depósito en los capilares glomerulares, donde la en la miastenia).
presión es mucho mayor que en otros tejidos), las turbulen- 4. Opsonización, por el anticuerpo solo o por fijación, me-
cias en la corriente sanguínea (que favorecen el depósito en diada por anticuerpos, de los primeros componentes del
las bifurcaciones arteriales o en redes vasculares complejas, complemento. Es importante sobre todo la fijación de frag-
encargadas además de funciones de filtración, como los glo- mentos de C3, que ejercen un estímulo poderoso sobre la fa-
mérulos renales, los plexos coroideos y los cuerpos ciliares), gocitosis de las células opsonizadas, gracias a la abundancia
el tamaño de los inmunocomplejos (los más pequeños pue- y afinidad de receptores celulares para dichos fragmentos. La
den atravesar la membrana basal glomerular y depositarse en destrucción inmune de elementos formes de la sangre (he-
su lado epitelial, mientras que los de mayor tamaño quedan matíes, leucocitos, plaquetas) se lleva a cabo principalmente
retenidos del lado endotelial) y su propia composición (el por este mecanismo: las células son opsonizadas por anti-
carácter catiónico de las moléculas de inmunoglobulina y cuerpos y complemento en el torrente circulatorio, para ser
ácido nucleico favorece el depósito de los complejos DNA- destruidas después a un ritmo acelerado, sobre todo en el hí-
anti-DNA en la membrana basal glomerular, cargada negativa- gado o el bazo.
mente; cambios en el grado y la calidad de la glucosilación 5. Alteración funcional (estimulación, inhibición o bloqueo
de las moléculas de inmunoglobulina pueden condicionar de funciones y actividades normales de las células), sin le-
no sólo la formación de inmunocomplejos con el factor reu- sión orgánica ni destrucción celular evidente. Un anticuerpo
matoide, sino también su depósito en la sinovial; algunos an- específico para el receptor de la hormona tirostimulante
tígenos integrantes de inmunocomplejos muestran un alto (TSH) de las células tiroideas suplanta a la hormona hipofisa-
grado de afinidad por componentes de los tejidos). ria, sin estar sometido a los mecanismos de control retrógra-
En los casos en que hay una fijación directa o primaria de do de ésta, y es responsable del aumento de secreción hor-
anticuerpo, no se puede hablar con propiedad de depósito monal en la tirotoxicosis. La diabetes insulinorresistente de
de inmunocomplejos. Sin embargo, no siempre es fácil preci- la acantosis nigricans se debe al bloqueo del receptor para la
sar si lo primero que ocurre es la fijación del antígeno en el insulina por un anticuerpo contra dicho receptor. En la ane-
tejido, a la que sigue la del anticuerpo, o si todo empieza por mia perniciosa, los anticuerpos contra el factor intrínseco
el depósito de una cantidad mínima de inmunocomplejos gástrico impiden la conjugación de éste con la vitamina B12 o
nacientes, que después siguen creciendo in situ por aposi- interfieren en la absorción intestinal del conjugado, agravan-
ción de nuevas moléculas de antígenos y de anticuerpos. do los efectos de la ya deficiente producción de factor intrín-
Esta duda no se plantea cuando el antígeno es un compo- seco causada por la atrofia de la mucosa gástrica.
nente normal del propio tejido lesionado. Finalmente, es necesario resaltar que los mecanismos que
intervienen en cada caso suelen ser múltiples y complejos.
Así, en la miastenia grave, Ac contra el receptor nicotínico
Mecanismos de lesión por los inmunocomplejos de acetilcolina bloquean la unión al receptor de la acetilcoli-
na liberada en cantidad normal en las terminaciones nervio-
Son varios los mecanismos por los que los inmunocomple- sas, causan una endocitosis acelerada de la molécula del re-
jos resultan lesivos: ceptor que conduce a la disminución de su expresión, y, con
1. Interferencia física con funciones como la filtración o la participación del C, desestructuran los pliegues sinápticos de
difusión gaseosa a través de membranas. Por ejemplo, la al- la fibra muscular, todo lo cual contribuye a hacer más difícil
veolitis alérgica extrínseca, una de cuyas primeras manifesta- la transmisión del impulso nervioso a la célula muscular es-
ciones es el trastorno en la difusión del monóxido de carbo- triada. En otros casos, mecanismos de inmunopatogenicidad
no (disminución de la DLCO). por Ac se suman a los mediados por células sensibilizadas
2. Inflamación en el sitio de formación o de depósito de (hipersensibilidad de tipo retardado, citotoxicidad por linfo-
los inmunocomplejos, a cuya producción contribuye de ma- citos T), dando patrones más o menos complejos. El conoci-
nera decisiva la activación del sistema del complemento, miento de los mecanismos por los cuales los Ac, actuando
junto con la de los endotelios vasculares, muchas veces im- directamente o previa la formación de IC libres, y eventual-
plicados en forma inmediata. Todos los sistemas enzimáticos mente en combinación con otros factores inmunitarios, de-
y celulares (cininas, coagulación, fibrinólisis, mastocitos, pla- terminan la producción de lesiones orgánicas o alteraciones
quetas, etc.) que participan en cualquier proceso inflamato- funcionales, puede servir de ayuda para la instauración de
rio, produciendo los cambios vasculares y celulares caracte- medidas preventivas y terapéuticas eficaces.
rísticos a través de la liberación de citocinas, aminas vaso-
activas, eicosanoides y otros mediadores, pueden resultar
activados, directamente o por medio del complemento en
estos procesos inmunopatogénicos. La destrucción de los
tejidos se debe sobre todo a la liberación de enzimas y otros
componentes y metabolitos de las células inflamatorias Bibliografía especial
(principalmente neutrófilos), acumulados y activados en el COOMBS RRA, GELL PGH. Classification of allergic reactions responsi-
sitio de la reacción como expresión final del aumento en ble for clinical hypersensitivity and disease. En: GELL PGH, COOMBS
el flujo sanguíneo, en la permeabilidad capilar y en la mi- RRA, LACHMANN PJ (eds). Clinical aspects of immunity, 3.a ed. Ox-
gración de células al tejido afecto. La respuesta inflamatoria ford, Blackwell Scientific Publications, 1975; 761-781.
es un ingrediente más o menos conspicuo (muchas veces el DIXON FJ, COCHRANE CC, THEOFILOPOULOS AN. Immune complex injury.
más importante) en la génesis de lesiones por inmunocom- En: SAMTER M (ed). Immunological diseases. Boston, Little, Brown,
1988; 233-259.
plejos en muy diversos órganos y tejidos (glomerulonefritis, NAPARSTEK Y, PLOTZ PH. The role of autoantibodies in autoimmune
vasculitis, etc.). disease. Annu Der Immunol 1993, 11: 79-104.
3. Citotoxicidad, entendiendo como tal cualquier forma de ORTIZ F. Serum sickness in man. Serologic studies in a case due to
afectación estructural de las células. Puede ser por el meca- rabbit serum. J Allergy 1966; 37: 274-283.

2752
Reacciones alérgicas mediadas por anticuerpos IgE
C. Lahoz Navarro, M. Blanca Gómez y C. Picado

Fisiopatología y pruebas diagnósticas Dada la gran variedad de posibles antígenos, han sido rela-
tivamente pocos los aislados y secuenciados. Para conocer
in vitro* su naturaleza es necesario analizar la composición del ex-
tracto antigénico, que es la solución derivada del tratamiento
Concepto. Las reacciones alérgicas mediadas por anticuer- del antígeno crudo con soluciones acuosas, que permiten la
pos IgE o reacciones de hipersensibilidad inmediata (o hi- liberación de las sustancias hidrosolubles. En dicho extracto
persensibilidad de tipo I según la clasificación de GELL y CO- se hallan tanto las sustancias alergénicas como sustancias
OMBS) constituyen reacciones inflamatorias de instauración irrelevantes desde el punto de vista alergénico y sustan-
inmediata, aunque a veces semirretardada, causada por la li- cias irritantes inespecíficas (endotoxinas, micotoxinas y sus-
beración masiva de mediadores inflamatorios (como histami- tancias vasoactivas) que hay que distinguir de las propia-
na, triptasa, prostaglandinas y leucotrienos) por basófilos y mente alergénicas.
mastocitos, como consecuencia de la unión de un antígeno Los extractos antigénicos, solos o mezclados, se emplean
a anticuerpos IgE fijados, por su extremo Fc, en la membrana en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades alérgi-
de dichas células. Tales mediadores son los causantes de las cas. La Unión Internacional de Sociedades de Inmunología
manifestaciones clínicas, las cuales, según la vía de acceso y (IUIS) ha definido criterios y creado preparaciones estándar
el grado de difusión intracorporal del alergeno, pueden que sirven de referencia para la preparación de los múltiples
adoptar una forma localizada, como la rinitis o el asma, o ge- extractos por las distintas compañías farmacéuticas.
neralizada, como las reacciones anafilácticas desencadena- A medida que se han ido identificando y aislando ma-
das por medicamentos, picaduras de insectos o ciertos ali- yor número de antígenos, la nomenclatura ha ido compli-
mentos. Son procesos con una alta incidencia, que pueden cándose, incluso con varios nombres para el mismo antígeno
llegar a afectar hasta el 20% de la población caucásica. Ato- según el grupo de investigadores que lo caracterizase. Para
pia es un término acuñado en los años veinte para designar evitar mayor confusión se ha llegado a un consenso interna-
la asociación familiar, y por tanto su base hereditaria, de la cional y la IUIS propuso que al antígeno purificado se lo de-
tendencia de ciertos individuos a padecer una o varias de es- nominase con las tres primeras letras del género en itálica,
tas reacciones tras la exposición a ciertas sustancias antigéni- un espacio y a continuación la primera letra de la especie,
cas. De ahí la denominación de alergia atópica o enfermeda- también en itálica y después de otro espacio un número ro-
des atópicas para referirse a estos procesos. Los antígenos mano que identifique la importancia del alergeno, de modo
involucrados en este tipo de reacciones reciben el nombre que el alergeno principal lleva el número I. Por ejemplo, al
genérico de alergenos y son de naturaleza muy diversa (me- alergeno principal del polen del olivo se lo denomina Ole e I
dicamentos, pólenes, polvo doméstico, venenos de insectos, y al antígeno mayor derivado del Dermatophagoides pteronis-
alimentos, productos derivados de epitelios animales o de sinus Der p I.
ácaros microscópicos). Se trata de sustancias ubicuas a las El mayor avance en el conocimiento de los antígenos ha
que todos los individuos se hallan expuestos. El hecho de sido el aportado por la biología molecular, y hoy día el pro-
que actúen como alergenos no depende de propiedades in- blema de la purificación de los alergenos se ha resuelto con
trínsecas que los distingan de los restantes antígenos conven- las técnicas de DNA recombinante. La disponibilidad de antí-
cionales (sustancia extraña al organismo), sino de la capaci- genos purificados ha servido para identificar los epítopos de
dad de ciertos individuos de desarrollar una respuesta de esos antígenos que reaccionan con receptores de los linfoci-
anticuerpos IgE contra ellos. Tales anticuerpos se fijan por su tos B (y con la IgE) y los que reaccionan con los linfocitos T.
extremo Fc en la membrana de los basófilos y mastocitos de Los alergenos inhalantes o aeroalergenos son glucoproteí-
los distintos territorios (sensibilización), donde pueden per- nas asociadas a partículas biógenas, como pólenes, produc-
manecer durante semanas, por lo que, cuando se produce tos derivados del epitelio de animales y polvo doméstico, y su
un nuevo contacto con el alergeno, su unión a dos o más tamaño oscila entre 3 y 70 µm; los mayores son los pólenes,
moléculas de IgE fijada desencadena la desgranulación brus- seguidos de las esporas de los hongos y, las más pequeñas,
ca de esas células y la aparición inmediata de las manifesta- las partículas de polvo, de alrededor de 5 µm. La importan-
ciones clínicas; dicha reacción inmediata, además, puede ir cia del tamaño de las partículas se debe a que la mucosa de
seguida de una reacción de fase tardía, que aparece unas ho- las vías respiratorias ejerce una función defensiva que impi-
ras después de la inmediata. de que partículas mayores de 20 µm alcancen el árbol bron-
quial, de manera que las que llegan a los alveolos son de
3 µm. Existen otros factores importantes en cuanto a la sensi-
Alergenos bilización, como el tipo de polinización de las plantas, de
forma que las anemófilas, en las que el polen es transportado
Se denominan alergenos a los antígenos que inducen, en por el aire desde la antera al estigma donde se deposita, son
determinadas circunstancias, la síntesis de anticuerpos IgE más sensibilizantes que las plantas en las que los insectos
que median una reacción alérgica, cuando el antígeno entra transportan los granos de polen, que constituyen la mayoría.
en contacto con, al menos, dos moléculas de anticuerpo fija- La climatología es otro factor que se ha de tener en cuenta,
dos a los receptores FcIgE en la membrana de basófilos y pues el grado de humedad y las temperaturas son importan-
mastocitos, produciendo la agregación de dichos receptores. tes en la germinación; por esta razón se efectúan estudios es-
La naturaleza de los alergenos es extraordinariamente di- tacionales y anuales de niveles de partículas reactivas para
versa y son varias las vías por las que el alergeno o antígeno información de los enfermos alérgicos.
entra en contacto con el organismo; la más común de ellas Los árboles de pólenes más significativos son: el cedro
es la vía aérea, pero sin descartar la digestiva y la intracutá- (Cryptomeria japonica) cuyo antígeno principal es el Cry j I
nea. de 45 kD, el olivo (Ole e I, 19 kD), el abedul (Bet v I) y el ro-
ble (Quercus alba, Que a I, 17 kD). Entre las gramíneas desta-
can el polen de la hierba timotea o Phleum pratense (Phl p I,
*C. Lahoz 34 kD), la grama o Dactylis glomerata (Dac g I, 31 kD) y el ba-

2753
INMUNOLOGÍA

llico (Lollium perenne, Lol p I, 34 kD). Dentro del grupo de En los procesos alérgicos (asma, rinitis) se produce una
las ortigas se encuentran la Parietaria judaica (Par j I, 12 kD) correlación estadísticamente significativa entre la aparición
y la Parietaria officinalis (Par o I, 14 kD) y, dentro de las com- de síntomas y los niveles de IgE total, incluso en los casos de
puestas, la ambrosía corta (Ambrosia artemisifolia y elatior) y “alergia intrínseca” en los que no se define un alergeno cau-
la gigante (A. trifida); estas últimas tienen gran importancia sal como agente etiológico. Esto indica que el valor de los ni-
en Estados Unidos. veles de IgE total debe tenerse en cuenta tanto como la de-
Las esporas de los hongos más reactivas son las de Aspergi- mostración de IgE específica. La herencia de estos dos
llus, Cladosporium, Alternaria y Penicillium. parámetros es recesiva y se dan casos de padres no atópicos
Entre los alergenos domésticos destacan los ácaros micros- que pueden tener hijos atópicos (altos niveles de IgE, prue-
cópicos presentes en el polvo, como Dermatophagoides y Eu- bas cutáneas positivas y síntomas de la enfermedad alér-
roglyphus. Se distinguen tres grupos I, II y III, cuyos miembros gica).
presentan reactividad cruzada dentro de cada grupo. Por La respuesta de anticuerpos IgE es dependiente de los lin-
ejemplo, en el grupo I hay reactividad cruzada entre los antí- focitos T y, por tanto, requiere la cooperación de los linfoci-
genos mayores derivados de los Dermatophagoides pteronissi- tos T CD4 restringidos por el MHC específicos de epítopos del
nus, farinae y euroglyfus: Der p I (25 kD), Der f I (25 kD) y Eur alergeno, distintos de los epítopos del mismo alergeno reco-
m I (25 kD). Otra fuente importante de antígenos domésticos nocidos por los anticuerpos IgE. Dado que los linfocitos T
la constituyen los derivados de epitelios de animales como los CD4+ reconocen a péptidos degradados del antígeno (en
gatos (Fel d I, 35 kD) y cucarachas (Blatella germanica, Bla g este caso, alergeno) unidos o presentados en la “ranura” de
I, 20 kD) y la Periplaneta americana (Per a I, 25 kD). las partes polimórficas de las moléculas MHC de clase II, la
Los insectos con capacidad de picar como avispas y abe- capacidad de ciertos individuos para desarrollar una res-
jas o determinadas hormigas son también otra fuente de antí- puesta de anticuerpos IgE frente a un alergeno determinado
genos. Lo mismo ocurre con los alergenos de origen alimen- puede guardar relación con la mayor capacidad de sus molé-
tario: leche de vaca, clara de huevo, frutos secos, semillas, culas MHC de clase II para unirse y presentar epítopos de di-
soja, mariscos y pescados, etc.; además, los alimentos contie- cho alergeno a los linfocitos T CD4+.
nen colorantes y aditivos que pueden ser reactivos. Hay tam- Se ha demostrado que alergenos purificados, tras ser pro-
bién alergenos de origen industrial y profesional, como el dii- cesados por las células presentadoras del antígeno, se unen
socianato de tolueno, que es un producto intermedio en la a las moléculas MHC de clase II como cualquier otro antíge-
fabricación de poliuretano, las sales de platino y níquel. Los no, y cuando se analiza la respuesta específica IgE de los pa-
animales de laboratorio pueden causar alergia entre el perso- cientes alérgicos frente a alergenos altamente purificados y
nal que los manipula. Otros antígenos son los derivados de su relación con el haplotipo HLA de clase II, se encuentran
los medicamentos (generalmente haptenos), que pueden asociaciones altamente significativas. Así, la respuesta al antí-
causar reacciones de anafilaxia, en ocasiones con grave ries- geno derivado de la ambrosía Amb a V y Amb t V está asocia-
go para la vida del enfermo, como en el caso de la alergia a da al haplotipo DR2/Dw2, y la respuesta a los antígenos puri-
la penicilina. ficados derivados del Lollium (Lol p I, Lol p II y Lol p III), lo
está con el DR3. En España, según se ha demostrado, la res-
puesta de anticuerpos IgE frente al antígeno principal del po-
Factores ambientales y genéticos len del olivo Ole e I está asociada a los alelos DRB1*0701/2, y
de la alergia atópica DQB1*0201.
En la actualidad son muy activas las investigaciones sobre
De los conocimientos sobre la estructura de los antígenos la presentación por las moléculas HLA de clase II de alerge-
purificados y clonados se deduce claramente que no existe nos purificados, para determinar los epítopos precisos que
en la estructura o en sus características fisicoquímicas ningu- se unen a tales moléculas y que son reconocidos por los lin-
na cualidad especial que los haga candidatos a inducir una focitos T CD4+ y aquellos que son reconocidos por los linfo-
respuesta de IgE en los pacientes alérgicos. El problema con- citos B.
siste en que los antígenos son ubicuos y todos estamos ex- Para valorar qué factor era más importante en la respuesta
puestos a ellos, pero sólo unos pocos responden produciendo inmune de anticuerpos IgE, si la herencia de los niveles de
anticuerpos IgE, lo cual depende de la interacción de diver- IgE total o la restricción HLA para la presentación del antíge-
sos factores genéticos y ambientales. Respecto a los ambien- no, se efectuó un estudio teniendo en cuenta ambas varia-
tales, hay que destacar que la exposición al antígeno en do- bles; así se comprobó que en relación con la respuesta de
sis pequeñas (µgs) y repetidas, en edades tempranas pueden IgE frente a Lol p III, que está asociada a DR3, existe una aso-
incrementar la tendencia a sufrir procesos alérgicos. Así, la ciación significativa al intervalo de los niveles moderados de
exposición precoz a determinados antígenos hace que niños IgE (entre 100 y 600 ng/mL), de modo que en los pacientes
con carga familiar de alergias puedan responder con forma- con estos niveles, la frecuencia de DR3 es muy alta, pero no
ción de anticuerpos IgE frente a esos antígenos. Los estudios ocurre lo mismo en el intervalo superior de niveles de IgE,
de BJÖRKSTÉN demuestran claramente que factores como la mayores de 1.000 ng/mL. Parecería que los pacientes con ni-
estación climatológica durante la que se produjo el naci- veles moderados de IgE total no tienen facilidad para sinteti-
miento pueden afectar la susceptibilidad a la alergia. Los ni- zarla, al contrario de los que presentan niveles altos, y por
ños nacidos en primavera tienen un riesgo mayor de con- ello los primeros requerirían expresar moléculas HLA de cla-
traer la enfermedad con sensibilizaciones a pólenes de gra- se II (DR3) más óptima para la presentación antigénica y
míneas. Lo mismo ocurre en los niños de familias con aler- para un mejor reconocimiento por las células T.
gias, que en edades tempranas tienen contactos con anima- Según algunos estudios existirían otros factores genéticos
les domésticos o con altos niveles de ácaros que parasitan el relacionados con el control de la capacidad de los basófilos
polvo de la vivienda. Asimismo, la presencia de infecciones para liberar los mediadores, así como con el control de fac-
víricas repetidas incrementa la permeabilidad de las muco- tores que determinan la reactividad bronquial. Por otro lado,
sas y, por tanto, la facilidad de que los antígenos entren en el grupo de HOPKINS y COOKSON en Oxford determinaron que
contacto con el sistema inmunológico. En niños con antece- la atopia, definida como la capacidad de producir respuesta
dentes de alergias, es importante la eliminación del suple- de IgE total y específica, es hereditaria con un carácter auto-
mento de alimentos sólidos y mantener la alimentación ma- sómico dominante, ligado al cromosoma 11q. El gen se here-
terna más de 6 meses, lo que reduce la aparición del eccema da principalmente por vía materna. Este sorprendente hallaz-
atópico y alergias alimentarias. Con respecto a los factores go requiere confirmación. Sin embargo, hay que señalar que
genéticos hay que distinguir dos aspectos distintos: los que el gen que codifica para la subunidad beta del receptor de
determinan los niveles de IgE total y los que determinan la alta afinidad para la IgE, presente en mastocitos y basófilos,
respuesta específica de anticuerpos IgE. también está localizado en el locus 11q13.

2754
REACCIONES ALÉRGICAS MEDIADAS POR ANTICUERPOS IgE

Fig. 20.33. Serie de citocinas que regulan la


respuesta alérgica. Unas potencian la síntesis
de IgE (+) y otras la inhiben (–). Por otra parte Citocinas
que intervienen TCR
existen citocinas que agravan el proceso infla-
en la reacción
matorio de la reacción alérgica, complemen- alérgica Presentación B T
tando la acción de los mediadores. La produc- del alergeno
ción de anticuerpos IgE se puede dividir en tres Síntesis de IgE por el linfocito B CD4
Clase II + ICAM
fases: la primera es la presentación del alerge- alergeno LFA-1
no procesado por la célula presentadora, que degradado
es el linfocito B, al linfocito T, cuyo receptor
IL-1 + Dos señales: reconocimiento
(TCR) reconoce el complejo antígeno de clase IL-2 + a través del receptor
II-fragmento antigénico. En la unión colaboran IL-3 y producción de IL-4
las moléculas CD4 y las de adhesión. La se- IL-4 ++ Th1 Th2
gunda fase es la activación predominante de IL-5 + Activación
IL-10 + del linfocito T IFN-γ IL-4
los linfocitos Th2 con la siguiente activación IL-13 + y síntesis de IgE
de los linfocitos B inducida por las dos señales: IL-2 IL-5
IFN-γ – TNF-α IL-6
el contacto T-B y la interleucina 4 (IL-4). Por úl- TNF TNF-α
TNF-β
timo, la tercera fase consiste en la unión de las TGF – IL-3 IL-3
B
moléculas de IgE a los receptores de las célu- GM-CSF IgE GM-CSF

IgE
las efectoras, con la siguiente unión del antíge- IgE
no y la agregación de los receptores por el IgE
IgE IgE FcεRI

IgE
“puenteo” antigénico y la liberación de los me- Reacción Basófilos
diadores con la aparición de los síntomas de inflamatoria + alergeno
Mastocitos
la enfermedad alérgica. FcεRI: receptor de tipo Fase efectora Mediadores
I del Fc de la IgE; ECF-A: factor quimiotáctico “Puenteo” de receptores Preformados Lipídicos
de eosinófilos; GM-CSF: factor estimulante de Liberación de mediadores LTC4
Síntomas de enfermedad Histamina
las colonias granulocíticas-monocíticas; ICAM: ECF-A LTB4
IL-1 alérgica LTD4
molécula de adhesión intercelular; IFN-γ: inter- IL-6 NCF
Bradicinina LTE4
ferón gamma; LFA-1: antígeno funcional leuco- IL-5 Heparina PAF
citario tipo 1 (CD11a/CD18); LTB4, LTC4, LTD4 GM-CSF Triptasa PGD 2
TNF PGF2α
y LTE4: leucotrienos B4, C4, D4 y E4; NCF: factor
quimiotáctico de los neutrófilos; PAF: factor ac- Vasodilatación
tivador de las plaquetas; PGD2 y PGF2α: prosta- Broncoconstricción
Aumento de la permeabilidad vascular
glandinas D2 y F2α; TNF-α y TNF-β: factores de
necrosis tumoral alfa y beta.

Síntesis de anticuerpos IgE y su regulación. matorias que se producen en la fase tardía después de la reac-
ción inmediata (véase más adelante).
Células y citocinas que intervienen La pregunta que surge es por qué se produce la activación
preferente de los linfocitos CD4+ Th2 en los individuos alérgi-
En la respuesta inmune, los linfocitos B pueden expresar cos. Se sabe que tras la estimulación antigénica, las células
distintos isotipos de cadenas pesadas de inmunoglobulinas que aparecen en primer lugar son las Th0 (que producen
que comparten la misma región VDJ. De esta forma, el “cam- una mezcla de las citocinas de Th1 y Th2) y después se com-
bio de isotipo” permite a una misma clona de linfocitos B prueba en los pacientes alérgicos una presión selectiva hacia
producir anticuerpos de diferentes clases con la misma re- el fenotipo de Th2. El desarrollo de éstas requiere IL-4. Se
gión variable. El cambio de isotipo se debe a la acción de di- sabe que los mastocitos son capaces de liberar IL-4 y que
ferentes citocinas que actúan facilitando la accesibilidad a la esta citocina, al producirse la reacción alérgica con libera-
recombinasa de una región génica concreta (la región del ción de mediadores por el mastocito, puede, además de esti-
cambio). mular la síntesis de IgE, inhibir la producción de IFN-γ por las
La interleucina 4 (IL-4) es la citocina fundamental requeri- células T del tipo Th1. Además, determinados mediadores,
da para la síntesis de IgE, tanto en ratones como en humanos como las prostaglandinas E, que también se producen en la
(fig. 20.33). Esta citocina tiene capacidad para activar la reacción inmediata, suprimen la liberación de citocinas del
transcripción a través del locus ε, produciéndose el cambio tipo de las formadas por las Th1. Una vez secretadas las IL-4 y
de isotipo del anticuerpos en cuestión de Cµ a Cε. Otras cito- la recién descrita IL-13 (véase Citocinas), favorecen el creci-
cinas inhiben este efecto, por ejemplo, el factor transforman- miento de las Th2, cerrándose el círculo. La IL-13, sintetizada
te del crecimiento beta (TGF-β), el factor activador de pla- por las Th2, también activa los linfocitos B, aumentando su
quetas (PAF) y el interferón gamma (IFN-γ). Para la síntesis proliferación y la expresión del antígeno CD23, que es el re-
de IgE el linfocito B requiere una segunda señal, que coope- ceptor para el Fcε de baja afinidad, presente en una variedad
ra con la de la IL-4. Esta segunda señal es muy variada, sien- de células [linfocitos T, B, células dendríticas foliculares, eo-
do la más importante la interacción con el linfocito T, con la sinófilos, plaquetas, monocitos, células de Langerhans y na-
unión del CD40 a su ligando en la célula T (véase Linfoci- tural killer (NK)]. La localización de este receptor en muchas
tos B). de estas células, que son presentadoras de antígenos (APC)
El papel esencial de la IL-4 en la producción de IgE impli- hace que, al unírsele la IgE, se pueda focalizar en la superfi-
ca que el subtipo funcional de linfocitos T CD4+ Th2 intervie- cie celular el antígeno, favoreciendo la presentación de de-
ne como célula colaboradora en la respuesta de anticuerpos terminados epítopos que favorecen la respuesta. Este recep-
IgE frente a los alergenos. Así, las clonas de células T deriva- tor es una proteína transmembranal de 45 kD de tipo II y es
das de pacientes sensibilizados por ácaros (Dermatophagoi- de la familia de lectinas tipo C, algunas de las cuales son mo-
des) o al polen son del tipo Th2. Este subtipo funcional de léculas de adhesión (ELAM-1, GMP 140). Por la acción de en-
linfocitos T CD4+ se caracteriza por producir las citocinas IL- zimas proteolíticas se obtiene un fragmento de CD23 que se
4, IL-5, IL-6 e IL-10, mientras que el subtipo T CD4+ Th1 produ- libera en forma soluble al medio extracelular y que se ha de-
ce IL-2 e IFN-γ (véase Linfocitos T). mostrado que es importante en la potenciación de la res-
Las células Th2 que cooperan en la síntesis de IgE en pa- puesta de IgE. La unión de la IgE a su receptor de tipo II lo es-
cientes alérgicos también participan en las reacciones infla- tabiliza, impidiendo la degradación proteolítica y, por tanto,

2755
INMUNOLOGÍA

disminuyendo la producción del factor potenciador de la biógenas del tipo de la histamina, proteasas neutras como trip-
síntesis de IgE, el CD23 soluble. También se sabe que el CD23 tasa, cimasa y carboxipeptidasa y proteoglicanos como hepa-
en la membrana está físicamente asociado a las moléculas rina y condroitina, responsables de la metacromasia frente a
de DR y tiene otro ligando, además de la IgE, el CD21, que fa- colorantes básicos. Hay otras enzimas que forman el arsenal
vorece la unión entre los linfocitos T y B en la presentación ofensivo de estas células efectoras, del tipo de hidrolasas áci-
de antígeno. das como la betaglucuronidasa y hexosaminidasa, y otras
que intervienen en reacciones inflamatorias oxidativas,
como la peroxidasa y la superóxido-dismutasa. Tanto los
Anticuerpos anafilácticos mastocitos como los basófilos tienen en su superficie recep-
tores de alta afinidad para la cadena pesada de la IgE (Fcε−
La inmunoglobulina responsable de las reacciones alérgi- RI). Cuando se produce la agregación de estos receptores,
cas es la IgE, que se conoce como anticuerpo homocitotrópi- por un lado se inicia la liberación de los mediadores prefor-
co por su tendencia a fijarse sobre los receptores de las célu- mados contenidos en sus gránulos (desgranulación) y, por
las efectoras de especies homólogas. Estos receptores se otro, también se sintetizan de novo mediadores lipídicos a
denominan FcεRI, para distinguirlos de los de baja afinidad o partir de fosfolípidos de la membrana [leucotrienos (LTC4,
FcεRII (CD23) y cuya localización celular se ha indicado an- LTB4) y prostaglandina D2]. Los basófilos son granulocitos
tes. El receptor de alta afinidad está compuesto por cuatro circulantes cuyo contenido en proteasas es muy bajo, por lo
cadenas siendo la cadena alfa la mayor y la que tiene capaci- que, cuando se libera triptasa en una reacción anafiláctica,
dad aislada de unirse a la IgE. se puede afirmar que la célula efectora ha sido el mastocito.
La IgE se une al receptor a través del Fcε, por un dominio La cascada de activaciones enzimáticas que determinan la
extra en la región constante (Cε4). La IgE es termolábil (se desgranulación y la síntesis ex novo de mediadores, comien-
inactiva con el tratamiento durante 30 min a 56 °C); su vida za con la agregación de receptores y con la fosforilización de
media es de 2 días, pero cuando está unida a sus receptores la tirosina-cinasa, internalización del receptor y su fusión al
en las células efectoras, puede permanecer durante sema- citosqueleto y activación de la fosfolipasa C para la genera-
nas, sensibilizando dichas células. La liberación de mediado- ción de segundos mensajeros, fenómeno que está regulado
res se produce cuando dos moléculas de anticuerpo son por proteínas (proteínas asociadas a nucleótidos de guani-
“puenteadas” por el antígeno. na), las cuales al activarse, activan la adenilciclasa causando
Los anticuerpos que presentan los enfermos alérgicos fren- un rápido aumento de AMP cíclico. Se produce también un
te a los diferentes alergenos son, además de los de clase IgE, rápido incremento del calcio libre intracelular dependiente
otros de isotipo IgG, que pueden ser producidos localmente del influjo desde el exterior (canales del calcio), que es esen-
en las mucosas del aparato respiratorio. Si en un suero no cial para estas reacciones, puesto que su inicio es inhibido
hay anticuerpos IgG frente al antígeno, es seguro que tampo- por los agentes quelantes del calcio. La fosfolipasa C hidroli-
co habrá IgE, aunque la situación contraria sí es posible. Los za los fosfatidilinositoles, lo que genera los segundos mensa-
individuos no alérgicos no producen anticuerpos IgG frente a jeros, inositoltrifosfato (IP3) y diacilglicerol (DAG). El prime-
antígenos a los que están expuestos en bajas dosis (pólenes y ro moviliza calcio intracelular, y el segundo activa la pro-
ácaros); por el contrario, cuando la exposición es más inten- teincinasa C. La degradación del DAG por una lipasa origina
sa, como con antígenos alimentarios, pueden aparecer anti- monoacilglicerol (MAG) y ácido araquidónico, el cual dará
cuerpos IgG. lugar a la síntesis ex novo de mediadores lipídicos del tipo
Los anticuerpos de subclase IgG4 son los que predominan de las prostaglandinas y los tromboxanos, si se sigue la vía de
en una respuesta natural o inducida por inyecciones repeti- la cicloxigenación, o los leucotrienos, si se sigue la vía de la
das del alergeno (inmunoterapia). Se pensó que actuaban lipoxigenación. Los LTC4, LTE4 y LTD4 son los integrantes de
bloqueando –anticuerpos bloqueadores– la unión de la IgE las anteriormente denominadas “sustancias de reacción len-
al alergeno. Esta es una de las explicaciones que se han pos- ta de la anafilaxia” (SRS-A) y el LTB4 es un potente agente
tulado para la mejoría de los enfermos alérgicos tras la inmu- quimiotáctico de eosinófilos, mucho más activo que otros
noterapia hiposensibilizante. Los anticuerpos IgG4 no son ca- factores de este tipo presentes en los gránulos, como el fac-
paces de liberar mediadores y se ha visto que pueden inhibir tor quimiotáctico de eosinófilos (ECF-A). Otro mediador lipí-
la reacción de precipitación del antígeno con los anticuer- dico que tiene esta actividad, así como un potente efecto va-
pos IgG1, aunque dichos anticuerpos IgG4 no precipitan en soconstrictor, es el PAF.
condiciones similares. Esto hace pensar que serían funcio- Los mediadores inflamatorios producen diversos efectos,
nalmente monovalentes. Es probable que su acción en la in- entre los que destaca la contracción del músculo liso de las
munoterapia no sea meramente bloqueadora, sino que su vías aéreas. Cuando la histamina se une a los receptores H1
eficacia más bien refleje la desviación de la respuesta de IgE se produce secundariamente una estimulación de receptores
a IgG, lo que de por sí ya es un efecto beneficioso; además, en terminaciones nerviosas aferentes, las cuales, por conduc-
al predominar la proporción de IgG4 sobre la de IgG1, se con- ción antidrómica, liberan sustancia P y otros neuropéptidos,
sigue evitar efectos patológicos, como la acción patógena de con lo que se agrava la reacción inflamatoria. Por otra parte,
los inmunocomplejos, pues la IgG4 no fija complemento. se produce la activación y contracción de las células endote-
Hay otras muchas teorías para aclarar los efectos de la in- liales de las vénulas poscapilares, lo que origina exudación e
munoterapia, siendo la más atractiva la que atribuye dicha infiltración celular. Los antihistamínicos del tipo de la terfe-
mejoría a una potenciación de la respuesta por parte de las nadina y astemizol (antagonistas de los receptores H1), son
células Th1, con abrogación funcional de la subpoblación muy eficaces en las reacciones cutáneas y las rinitis, en las
Th2. que pueden abolir más del 75% de la reacción. En cambio,
apenas neutralizan el broncospasmo, sugiriendo que para
este efecto son más importantes otros mediadores. En efecto,
Células efectoras, mediadores inflamatorios los mediadores lipídicos sintetizados ex novo son los causan-
y su mecanismo de liberación. tes de la contracción bronquial y de la secreción de moco
que contribuyen a la obstrucción de las vías aéreas.
Reacción de fase tardía Otra célula efectora muy importante, sobre todo en las de-
nominadas reacciones de fase tardía o semirretardada, es el
Las células efectoras principales son los mastocitos y los eosinófilo. La reacción de fase tardía es una respuesta infla-
basófilos. Los mastocitos son células derivadas de la médula matoria celular que aparece unas horas después de la reac-
ósea residentes en tejidos, piel, conjuntiva, intestino y tracto ción inmediata típica, en el mismo sitio donde ésta se produ-
respiratorio, que contienen gránulos metacromáticos de co- jo (piel, pulmones, nariz, etc.). En el caso de la piel, a las 4-8 h
lor rojo púrpura, con mediadores en su interior como aminas de la reacción inmediata aparecen eritema, induración y

2756
REACCIONES ALÉRGICAS MEDIADAS POR ANTICUERPOS IgE

sensación urente, con infiltración celular de eosinófilos (atraí- Es posible detectar la IgE sobre los basófilos haciendo reac-
dos por los factores quimiotácticos liberados durante la fase cionar los leucocitos de sangre periférica con distintas con-
inmediata), monocitos y basófilos (desgranulados durante la centraciones de antígeno, para al cabo de 20 min medir la
fase inmediata) así como linfocitos T CD4+ del tipo Th2 que cantidad de histamina liberada o bien observar al microsco-
liberan citocinas capaces de activar a los eosinófilos [IL-5, IL- pio la desgranulación de los basófilos; este último método es
3 y factor estimulante de las colonias granulocíticas-monocí- más inexacto pero más sencillo de realizar.
ticas (GM-CSF)]. La utilidad de los métodos in vitro ha sido muy discutida
Los eosinófilos pueden liberar citocinas, como IL-1, IL-6 y sobre todo cuando se compara con técnicas in vivo. Dicha
otras, mediadores lipídicos, como LTC4 y PAF, y también ra- comparación resulta muy compleja porque es difícil fijar los
dicales libres, agravando la reacción inflamatoria, lo que se límites de sensibilidad. Nuestra opinión es que ambos tipos
refuerza más todavía por la capacidad de los eosinófilos de de técnicas se complementan en su utilidad, sin olvidar que
liberar el contenido de sus gránulos. Estos gránulos contie- lo principal es una anamnesis correcta y completa del pa-
nen proteínas básicas, como la proteína mayor básica ciente alérgico.
(MBP), la proteína catiónica (EPC) y enzimas como la per-
oxidasa que producen lesión tisular en las vías aéreas respi- Bibliografía especial
ratorias, al depositarse en la submucosa, destruir el epitelio BJÖRKSTÉN B, GERRARD JW. Environmental and developmental factors
bronquial y contribuir a la hiperreactividad bronquial. in allergic disease in infancy and early childhood. En: MARSH DG,
BLUMENTHAL M (eds). Genetic and environmental factors in clinical
allergy. Minessota, University of Minessota Press, 1990; 84-96.
Pruebas diagnósticas in vitro CARDABA B, VILCHES C, MARTÍN E, DE ANDRÉS B, DEL POZO V, HERNÁNDEZ
D et al. DR7 and DQ2 are positively associated with IgE response
Hay tres tipos de pruebas que se utilizan con mayor fre- to the main antigen of olive pollen (Ole e I) in allergic patients.
Human Immunol (en prensa 1993).
cuencia en el diagnóstico de la alergia: medición de los nive- DUNNONEN J, AVERSA G, COCKS BG, MC KENZIE ANS, MENON S, ZURAWSKI G
les séricos de la IgE total, medición de los anticuerpos IgE et al. Interleukin 13 induces interleukin 4 independent IgG4 and
frente al alergeno específico y capacidad de los basófilos IgE synthesis and CD23 expression by human B cells. Proc Natl
para liberar histamina u otros mediadores inflamatorios. Acad Sci USA 1993; 90: 3.730-3.734.
También pueden medirse mediadores de los eosinófilos LAUZURICA P, MARURI N, GALOCHA B, GONZÁLEZ J, DÍAZ R, PALOMINO P et
(MBP, ECP) y citocinas liberadas por las células que intervie- al. Olive (Olea europea) pollen allergens - II Isolation and charac-
nen en la reacción anafiláctica. terization of two major antigens. Mol Immunol 1988; 25: 237-244.
Los niveles de IgE son indetectables desde el nacimiento MAEYAMA K, HOHMAN R, METZGER H, BEAVEN MA. Quantitative relation-
ships between aggregation of IgE receptors and generation of in-
hasta los 3 años en controles no alérgicos. A partir de los tracellular signaling and histamine secretion in rat basophilic leu-
3 años de edad van aumentando los niveles séricos, para al- kemia (2H3) cells. J Biol Chem 1986; 261: 2.583-2.592.
canzar valores estables en la pubertad. Las cifras normales de MAGGI E, PARRONCHI P, MANETTI R, SIMONELLI C, PICCINNI MP, RUGIN FS et
IgE obtenidas en nuestro laboratorio son 29 ± 259 kU/L (nive- al. Reciprocal regulatory effects of IFN γ and IL-4 on the in vitro
les medios ± 2 DE), correspondiendo una unidad a 2,4 ng de development of human Th1 and Th2 clones. J Immunol 1992; 148:
proteína. La medición de IgE es útil sobre todo en la edad in- 2.142-2.147.
fantil, porque a la dificultad y poca fiabilidad de las pruebas MARSH DG, ZWOLLO P, ANSARI A. Toward a total human immune respon-
in vivo, a estas edades se añade el hecho de que niveles altos se fingerprint: The allergy model. Adv Biosciences 1989; 74: 65-82.
PARHAN P. Antigen presentation-peptide feeding and cellular cookery.
de IgE pueden tener un valor predictivo sobre futuras afeccio- Nature 1990; 346: 793-795.
nes alérgicas, de manera que el 75% de los niños con padres ROMAGNANI S. Human Th1 and Th2 subsets: doubt no more. Immunol
alérgicos tienen valores elevados de IgE. En los niños sanos, Today 1991; 12: 256-257.
el hallazgo de niveles altos de IgE, por encima de 1 DE de la STANWOTH DR. The discovery of IgE. Allergy 1993; 48: 67-71.
media para su edad, denota un riesgo 10 veces mayor de pa-
decer una enfermedad alérgica en los 2 años siguientes. Esto
es importante, dado que se pueden utilizar medidas profilácti-
cas para evitar la futura sensibilización.
Los niveles más altos de IgE sérica se alcanzan en determi-
Pruebas diagnósticas in vivo*
nadas afecciones cutáneas, como la dermatitis atópica, en la
que dichos niveles se correlacionan con la severidad del ecce- Pruebas cutáneas
ma y con la presencia o no de asma. En los adultos, aproxima-
damente el 50% de los pacientes con alergia extrínseca (debi- La aplicación tópica de un alergeno por vía cutánea se uti-
da a un alergeno conocido), tienen niveles de IgE por encima liza como método diagnóstico en las reacciones alérgicas
de 2 DE sobre el grupo control. Hay enfermedades, como la mediadas por anticuerpos IgE. Se trata de un método simple,
parasitosis por helmintos y la aspergilosis broncopulmonar rápido y de gran sensibilidad. La penetración del alergeno
alérgica, en las que las cifras de IgE son extraordinariamente soluble en la dermis y la interacción con la IgE específica en
elevadas. También hay ciertas inmunodeficiencias que cursan la membrana del mastocito producen la liberación de me-
con IgE elevada, como el síndrome de Wiscott-Aldrich, el de- diadores inflamatorios, incluida la histamina, que se traduci-
nominado síndrome de hiper-IgE y el de Nezelof, en los que rá en una respuesta cutánea positiva en forma de pápula eri-
posiblemente hay una deficiencia en los linfocitos T supreso- tematosa que aparece de forma inmediata en un intervalo
res, por lo que la respuesta de IgE está mal controlada. óptimo de 15-20 min. Posteriormente puede aparecer una
Los métodos de selección para medir los anticuerpos IgE respuesta tardía a las 5-6 h que se resuelve en 24 h. Esta últi-
son los inmunométricos, que tienen sensibilidad suficiente ma corresponde a la denominada fase tardía de las reaccio-
para determinar proteínas, puesto que al estar en muy bajas nes alérgicas inmediatas; no se tiene en cuenta para la valo-
concentraciones se necesita una sensibilidad de alrededor de ración diagnóstica de las pruebas.
1 ng/mL. La IgE específica se mide por técnicas en las que el Hay un gran número de extractos alergénicos en el merca-
alergeno está acoplado a un pequeño disco de nitrocelulosa, do disponibles para su uso diagnóstico, los cuales deben sa-
que se hace reaccionar con el suero del enfermo para poste- tisfacer una serie de criterios y estándares dictados por orga-
riormente añadir un anti-IgE marcado de forma enzimática nismos internacionales (Unión Internacional de Sociedades
(EIA) o radiactiva (RAST). La intensidad de la reacción se de Inmunología). Hay dos formas de practicar las pruebas:
compara con una curva estándar. Otro método más sensible método intradérmico y método de escarificación (prick). En
y cuantitativo, pero más complejo, es el DARIA, que es un ra-
dioinmunoanálisis de doble anticuerpo en el que el antígeno
tiene que ser aislado y purificado para ser marcado con 125I. *M. Blanca Gómez

2757
INMUNOLOGÍA

el primero se inyecta en la dermis el extracto (0,01-0,02 mL), desencadenada por la inhalación de alergenos, que causan
mientras que en el segundo, se deposita una gota del estrac- la liberación de mediadores por los mastocitos de la submu-
to sobre la piel (generalmente, cara anterior del antebrazo) y cosa sensibilizados con anticuerpos IgE. En la mucosa nasal
con una lanceta se practica una finísima escarificación. El hay infiltración de eosinófilos, así como abundantes linfoci-
prick es menos sensible que el intradérmico, pero es más es- tos T CD4+. Clínicamente se caracteriza por crisis de estornu-
pecífico. Por lo común se miden los diámetros de la pápula- dos, intenso prurito nasal, rinorrea y congestión nasal, que,
eritema y se comparan con los de la causada por la histami- además, suelen acompañarse de prurito y congestión con-
na y, según su magnitud, se establecen los distintos grados juntivales y lagrimeo. El prurito nasal (los pacientes se rascan
de positividad. En el prick, la simple aparición de una pápu- la nariz como si se tratara de un tic nervioso) y los síntomas
la de 2 mm puede considerarse una prueba positiva. En el in- conjuntivales no suelen estar presentes en otras formas de ri-
tradérmico se empieza a valorar como resultado positivo cla- nitis. La rinitis alérgica puede ser estacional o perenne. La ri-
ro cuando el área es de 5-10 mm. En general, las pruebas nitis estacional se debe a alergenos polínicos (rinitis políni-
cutáneas son más sensibles que las pruebas in vitro. Aunque ca). El hecho de que un polen sea alergizante depende de
no es frecuente, la realización de las pruebas puede desen- varios factores, entre los que destacan el tamaño, su produc-
cadenar reacciones sistémicas; en manos experimentadas, ción en grandes cantidades, y su distribución por la atmósfe-
éstas tienen una incidencia del 0,03-0,04%. Una prueba posi- ra (aerovagantes). Los pólenes implicados con mayor fre-
tiva frente a un alergeno indica que los mastocitos de la piel cuencia varían según las zonas geográficas; en España son
están sensibilizados con anticuerpos IgE específicos contra los cereales, la Parietaria judaica, y el olivo. La rinitis perenne
el alergeno probado. Sin embargo, ello no implica necesaria- se debe a alergenos presentes de forma continua en el me-
mente la existencia de manifestaciones clínicas y, a veces, dio ambiente del paciente, como los que se encuentran en el
las pruebas positivas son un hallazgo casual. Para evaluar el polvo doméstico, ácaros microscópicos (Dermatophagoides
papel de un alergeno en la aparición de un proceso patológi- pteronissimus) o escamas de animales domésticos, o bien a
co determinado se requiere una valoración clínica del pa- sustancias alergénicas del medio laboral como las involucra-
ciente. Hay que tener presentes también las siguientes cir- das en el desarrollo de asma (véase Asma profesional en la
cunstancias: a) falsas reacciones positivas pueden deberse a sección Neumología).
sustancias irritantes presentes en el extracto o a dermografis- Los pacientes pueden relacionar la aparición de los sínto-
mo; b) fármacos usados para el tratamiento sintomático de mas con determinadas circunstancias que impliquen la ex-
los pacientes alérgicos (antihistamínicos, teofilina, beta- posición al alergeno; en el caso de la rinitis polínica su pre-
drenérgicos, cromoglicato) pueden disminuir o negativizar sentación es claramente estacional, coincidente con las fases
las pruebas; los antihistamínicos pueden negativizarlas hasta de polinización del alergeno implicado. Una anamnesis deta-
10-12 días después de su administración, y algunos de ellos llada y las pruebas cutáneas permiten identificar, en la mayo-
hasta 40 días; la interferencia debida a teofilina o betadrenér- ría de los casos, el alergeno implicado. En la secreción nasal
gicos es menos manifiesta; c) la reactividad puede estar dis- hay abundantes eosinófilos y durante las exacerbaciones
minuida en pacientes con cáncer, insuficiencia renal crónica puede también detectarse eosinofilia periférica. En la rinitis
y eccema, y d) si bien estas pruebas pueden realizarse en ni- alérgica de larga evolución suele ser frecuente la presencia
ños pequeños, la reactividad se incrementa hasta la edad de pólipos e infección de los senos.
adulta, para decrecer a partir de los 60-70 años. En la denominada rinitis eosinofílica no alérgica no se pue-
Aunque actualmente está abandonada por los peligros de de demostrar un alergeno desencadenante. Suele afectar a
transmisión de enfermedades víricas (hepatitis, SIDA), existe adultos y se caracteriza por hidrorrea intensa, seguida de
una forma pasiva de las pruebas cutáneas que se realiza en obstrucción nasal intensa con pérdida de olfato. Los pacien-
un individuo control no alérgico al que se inyecta en la piel tes refieren síntomas continuos, con exacerbaciones por irri-
suero del paciente sensibilizado y, después de 24-48 h, se le tantes inespecíficos (aire frío, perfumes, detergentes, sustan-
inyecta el alergeno. cias mentoladas, humo del tabaco). En la secreción nasal se
hallan abundantes eosinófilos. Con frecuencia hay pólipos
Pruebas de provocación bronquial y nasal nasales y afectación de senos nasales, así como intolerancia
a los antiinflamatorios no esteroides y presencia de asma per-
Se trata de la administración local y deliberada de un aler- sistente. Otras formas de rinitis no alérgica son: a) rinitis vaso-
geno en los bronquios o la nariz de un paciente, para provo- motora, consistente en síntomas recurrentes de congestión y
car una respuesta equivalente a la situación clínica produci- secreción nasales causados por los irritantes indicados, así
da cuando se expone de forma natural al alergeno en como especies culinarias (“rinitis gustatoria”); se considera
cuestión. Se han usado sobre todo como método de investi- un estado de hiperrespuesta de los reflejos nasales frente
gación clínica, si bien también constituyen un instrumento a cambios ambientales; b) rinitis medicamentosa, en la que
diagnóstico que se aplica en algunos casos seleccionados, la congestión nasal es el síntoma predominante, siendo los
como para establecer el papel de neumoalergenos de origen anovulatorios, los antihipertensivos y el uso prolongado de
profesional que causan asma ocupacional. Deben ser practi- vasoconstrictores de aplicación tópica nasal, los medicamen-
cados en el contexto hospitalario por personal especializado. tos involucrados con mayor frecuencia, y c) rinitis asociada
Los detalles de la realización y valoración de estas pruebas al embarazo, al hipotiroidismo y a la adicción a inhalar coca-
deben consultarse en textos especializados. ína; esta última posibilidad no debe olvidarse ante una rinitis
rebelde con obstrucción nasal continuada.
La medida más efectiva para controlar y prevenir la rinitis
alérgica es evitar la exposición al alergeno. Si éste lo constitu-
Formas clínicas* yen los ácaros del polvo doméstico, resulta muy eficaz elimi-
nar moquetas, alfombras y cortinas (y todo tipo de ropajes
Rinitis alérgica** decorativos), lavar la ropa de la cama a temperaturas supe-
riores a 65 °C y cubrir el colchón y la almohada con fundas
de plástico. En el caso de alergenos derivados de animales
La rinitis alérgica es un proceso muy frecuente que puede domésticos, hay que evitar convivir en su compañía. Es difí-
llegar a afectar al 15% de la población; se presenta sobre cil evitar la exposición a los pólenes durante las fases de poli-
todo en niños y adultos jóvenes, siendo rara su aparición des- nización; puede ser útil viajar con las ventanillas del coche
pués de los 45 años. Se trata de una reacción alérgica local cerradas y evitar los viajes a zonas rurales con altas con-
centraciones del polen implicado. Los fármacos para el
tratamiento sintomático incluyen anticongestionantes (vaso-
*C. Picado **M. Blanca Gómez. constrictores), antihistamínicos, cromoglicato sódico y glu-

2758
REACCIONES ALÉRGICAS MEDIADAS POR ANTICUERPOS IgE

cocorticoides. Los descongestionantes son eficaces y pueden haber manifestaciones sistémicas, si bien la urticaria-angio-
usarse en forma tópica (aerosol) o por vía oral. La forma tó- edema forma parte del cortejo sindrómico de las reacciones
pica debe reducirse al mínimo (se recomienda un máximo anafilácticas (véase más adelante).
de 10 días), ya que puede causar rinitis medicamentosa; las Hay otros mecanismos, no mediados por anticuerpos IgE,
fórmulas orales no entrañan este riesgo, pero pueden produ- capaces de inducir la liberación de mediadores como la his-
cir hipertensión en individuos predispuestos y no deben tamina por los mastocitos y basófilos y causar urticaria-angio-
prescribirse en hipertensos. Los antihistamínicos (ebastina, edema. Uno de estos mecanismos, también inmunológico,
terfenadina, astemizol, lorotadina, miquetazina) son eficaces es la activación del complemento y la generación de las ana-
para reducir el prurito y los estornudos, pero tienen poco filotoxinas C3a y C5a, que son responsables de las erupcio-
efecto sobre la congestión nasal. El cromoglicato sódico impi- nes urticariformes en la enfermedad del suero y de otros pro-
de la desgranulación de los mastocitos y, por tanto, previene cesos que cursan con formación de inmunocomplejos. Por
la aparición de los síntomas; sin embargo, carece de efecto otro lado, existen diversos estímulos farmacológicos que
sobre éstos una vez han aparecido, por lo que debe adminis- pueden inducir la liberación de mediadores a través de una
trarse de forma sistemática a lo largo del día (4 veces) para acción directa sobre los basófilos y los mastocitos, como
que sea eficaz. Los glucocorticoides por vía tópica (inhala- morfina, codeína, polimixina, relajantes musculares, etc. Di-
dos), de reciente introducción, son muy eficaces en todos versos agentes físicos ambientales (urticaria física) pueden
los tipos de rinitis, aunque probablemente lo son más en las también causar urticaria (véase más adelante).
alérgicas: los más usados son la budesonida y la beclometa- En la urticaria aguda suele ser fácil identificar el agente in-
sona, a la dosis de 100-400 µg/día, que puede incrementarse ductor con una anamnesis detallada; cuando se trata de epi-
hasta 600-800 µg/día sin que se produzcan efectos sistémicos sodios de repetición, el propio paciente conoce su origen.
preocupantes; pueden producir efectos locales como epista- Las pruebas cutáneas en ocasiones son útiles para la identifi-
xis o costras, los cuales, sin embargo, han disminuido con las cación de alergenos alimentarios e inhalantes, pero para
soluciones acuosas. En casos de molestias muy intensas, que otros alergenos son de menor utilidad. Por el contrario, la ur-
no responden a los glucocorticoides tópicos, se puede recu- ticaria crónica aparece como un proceso “idiopático” en la
rrir al empleo de la vía oral, a la dosis de 30 mg/día de pred- mayoría de los casos; su duración es variable y, a veces, muy
nisona o prednisolona durante 7-10 días, que se retira luego persistente y penosa, si bien con el tiempo tienden a desapa-
de forma brusca y se sigue con los glucocorticoides tópicos y recer de forma espontánea. En ocasiones, la urticaria crónica
antihistamínicos. refleja una lesión vasculítica dérmica por una enfermedad ví-
La inmunoterapia hiposensibilizante está indicada, sobre rica crónica o un proceso autoinmune; la dosificación de
todo, en la rinitis polínica cuando los síntomas no pue- complemento e inmunocomplejos, la velocidad de sedimen-
den controlarse con la medicación farmacológica sencilla tación elevada y la biopsia cutánea, si es necesario, pueden
(antihistamínicos y glucocorticoides tópicos); sólo debe orientar el diagnóstico.
ser practicada por personal especializado, ya que pueden Con respecto al diagnóstico diferencial, hay que tener pre-
producirse reacciones sistémicas graves durante su aplica- sentes las siguientes formas de urticaria-angioedema no me-
ción. diados por anticuerpos IgE:
1. Urticaria a frigore. Las maniafestaciones aparecen, en
general, en el lugar de exposición al frío, si bien cuando di-
cha exposición es intensa y generalizada pueden aparecer
Asma bronquial (véase Neumología) síntomas sistémicos, incluida hipotensión; hay una forma he-
reditaria con carácter autosómico dominante, que se carac-
Urticaria y angioedema* teriza por sensación urente, fiebre, artralgias, cefalea y leuco-
citosis. Hay evidencias de que algunas formas de urticaria a
Se denomina urticaria a la aparición brusca de lesiones frigore pueden ser transferidas por anticuerpos IgE.
cutáneas pruriginosas y eritematosas que suelen elevarse so- 2. La urticaria colinérgica consiste en pequeñas lesiones
bre la piel formando “ronchas o habones”. La misma lesión confluentes en el cuello y el tronco que aparecen tras exposi-
en la parte profunda de la dermis origina grandes zonas ede- ción al calor o la realización de ejercicio físico o en situacio-
matosas en el tejido subcutáneo y se denomina angioedema. nes de ansiedad.
Ambas manifestaciones se pueden presentar por separado o 3. Puede aparecer también urticaria en la zona de la piel
de forma asociada. Se trata de un proceso muy frecuente tras una presión. Las marcas en forma de líneas blancas que
que puede aparecer en cualquier momento de la vida; cuan- aparecen en la piel tras presión o roce superficial, de forma
do dura más de 6 semanas se considera urticaria crónica. La que casi puede escribirse sobre ella, se denomina dermogra-
urticaria-angioedema debida a un mecanismo alérgico por fismo; reflejan una vasoconstricción que va seguida de erite-
anticuerpos IgE suele ser un proceso agudo autolimitado; se ma y prurito.
trata de una reacción inflamatoria cutánea debida a la libera- 4. En ocasiones aparecen lesiones de eritema y prurito tras
ción de mediadores por los mastocitos sensibilizados por an- la exposición al sol, que suelen desaparecer al cabo de 2-3 h.
ticuerpos IgE, como consecuencia de la interacción del aler- Tales lesiones se clasifican en seis tipos según la longitud de
geno con dichos anticuerpos IgE. onda que determina su aparición. Las de tipos I y IV (longitu-
Las lesiones histopatológicas típicas consisten en una infil- des de onda de 280-320 nm y 400-450 nm, respectivamente),
tración perivascular de elementos mononucleares que pue- al parecer pueden ser transferidas por anticuerpos IgE. El
den estar acompañados de eosinófilos. Cuando se observan tipo VI se debe a una protoporfiria eritropoyética. El meca-
lesiones clínicas “urticariformes” y en la histología aparecen nismo, en los tipos II y V se desconoce.
vasos dérmicos con infiltración de neutrófilos y necrosis fibri- 5. La exposición al agua, independientemente de la tem-
noide de la pared, se trata, en realidad, de una forma clínica peratura de ésta, también puede producir urticaria; también
especial de vasculitis leucocitoclástica (urticaria-vasculitis). se ha observado una forma de urticaria por ondas vibratorias
La urticaria aguda por una reacción alérgica debida a anti- con herencia autosómica dominante.
cuerpos IgE aparece de forma inmediata tras la exposición al 6. Angioedema hereditario por déficit genético del inhibi-
alergeno y desaparece al cabo de unos días; el prurito es dor de la Cl-esterasa (véase Complemento e Inmunodeficien-
constante, si bien en el angioedema puede faltar. Los alerge- cias); se ha descrito también una forma adquirida por auto-
nos alimentarios implicados con mayor frecuencia son ma- anticuerpos contra éste en algunos casos de linfomas (véase
riscos, pescados azules y frutos secos. En general, no suele Complemento).
El tratamiento sintomático de la urticaria aguda por anti-
cuerpos IgE consiste en la administración de antihistamíni-
*M. Blanca Gómez cos; están indicados la mequitazina (5 mg/día) y la loratadi-

2759
INMUNOLOGÍA

na (10 mg/día), así como el ketotifeno y la azelastina, antihis- nistrarse por vía intravenosa y luego mantenerse a la dosis de
tamínicos con acción estabilizante sobre la membrana de los 0,9 mg/kg. Para restaurar la presión arterial se administrará
mastocitos y basófilos. Cuando las manifestaciones de la urti- suero salino isotónico o solución de coloides. Puede ser ne-
caria aguda son muy intensas o rebeldes, y en muchos casos cesaria la dopamina en perfusión para mantener la presión
de urticaria crónica, puede ser necesario el tratamiento con arterial. Aunque los glucocorticoides no actúan de forma in-
glucocorticoides por vía oral o parenteral. En la urticaria a mediata, pueden prevenir el curso de los síntomas en las ho-
frigore se recomienda el empleo de ciproheptadina (8-18 ras siguientes. Si la reacción fue intensa, el paciente puede
mg/día). necesitar monitorización durante 24 h.
Una vez superado el episodio, no persiste secuela alguna,
excepto en pacientes de edad avanzada, en los que pueden
Anafilaxia* aparecer complicaciones cardiovasculares o renales después
de la reacción anafiláctica.
Se trata de una reacción sistémica debida a la liberación
masiva de mediadores inflamatorios por los basófilos y mas-
tocitos de los distintos territorios tisulares, que provoca la Reacciones alérgicas a fármacos*
aparición brusca de manifestaciones clínicas en el árbol res-
piratorio, el sistema cardiovascular, la piel y el tracto digesti- Concepto. Se consideran reacciones alérgicas a fármacos las
vo, con broncospasmo, hipotensión, urticaria-angioedema, que se producen como consecuencia de la interacción de me-
vómitos y diarrea, en su forma clínica completa. Por lo gene- dicamentos o sus metabolitos o productos de degradación
ral se debe a un mecanismo mediado por anticuerpos IgE y con anticuerpos o linfocitos sensibilizados. Cuando en este
se desencadena tras la exposición al alergeno por vía paren- tipo de reacción participan anticuerpos IgE, las manifestacio-
teral u oral. Los alergenos pueden ser medicamentos como nes que se observan más a menudo son urticaria y/o angio-
penicilina (una de las causas más frecuentes), hormonas o edema y shock anafiláctico, cuya aparición es inmediata. Exis-
proteínas o los propios extractos alergénicos usados para las ten cuadros clínicos similares que también se consideran
pruebas cutáneas o inmunoterapia hiposensibilizante en los reacciones alérgicas aunque no participe un mecanismo por
pacientes alérgicos, alimentos (pescados, moluscos, crustá- anticuerpos IgE. Algunos autores las denominan reacciones
ceos, huevos, chocolate, frutos secos) y aditivos alimentarios seudoalérgicas. Aquí sólo se referirán las causadas por anti-
(tartracinas y sulfitos) y venenos de las picaduras de insec- cuerpos IgE. Se hará mención especial a la alergia a la penicili-
tos. Hay sustancias que pueden causar reacciones anafilácti- na y a las manifestaciones cutáneas y sistémicas de los analgé-
cas por un mecanismo independiente de los anticuerpos IgE, sicos y antiinflamatorios no esteroides (AINE). También se
en cuyo caso se habla de reacciones anafilactoides. Dicho considerarán las reacciones producidas por los contrastes yo-
mecanismo puede ser inmunológico, por activación del dados, aunque en éstas tampoco se ha demostrado que en su
complemento y generación de anafilotoxinas C3a y C5a, o desencadenamiento intervengan mecanismos IgE específicos.
bien deberse a una acción directa sobre mastocitos y basófi-
los. El ejercicio físico puede también, en ciertas circunstan- Etiología. Se trata de procesos que afectan a un porcentaje
cias e individuos, causar una reacción anafiláctica. Hay tam- bajo de la población. Virtualmente cualquier fármaco puede
bién casos en los que no es posible demostrar una causa inducir una reacción alérgica, aunque los analgésicos antiin-
desencadenante (anafilaxia “idiopática”). flamatorios (AINE) y los betalactámicos representan el por-
Los síntomas se presentan de forma inmediata (5-20 min) centaje más alto. Si bien la lista es extensa, no todos los fár-
tras la exposición al alergeno o agente desencadenante. El pa- macos tienen la misma posibilidad de inducir reacciones
ciente nota prurito, malestar general profundo, opresión torá- alérgicas. Las penicilinas son la causa más frecuente de reac-
cica, vómitos y diarrea. Los síntomas pueden progresar y apa- ción mediada por un mecanismo inmunológico específico.
recer edema laríngeo, broncospasmo e hipotensión. Aunque El riesgo de reacción alérgica a las penicilinas es de 1/50.000
excepcional, puede aparecer hipotensión grave como síntoma tratamientos administrados. En la actualidad, la diversidad
aislado. El infarto de miocardio puede ser una complicación de penicilinas existentes en el mercado es superior en com-
en el curso de la reacción. El diagnóstico es absolutamente clí- paración con las disponibles hace unos años. Existen cinco
nico; a veces el diagnóstico se establece cuando los síntomas grandes grupos: penicilinas, cefalosporinas, cefamicinas, pe-
ya remiten. Ningún dato de laboratorio que pueda obtenerse nemes y monobactamas.
de forma rápida es específico de anafilaxia. La determinación Las reacciones alérgicas a la insulina pueden ser locales o
de histamina, triptasa y prostaglandina D2 (PGD2) puede usar- sistémicas. Las reacciones locales inmediatas pueden estar
se cuando se desea valorar el diagnóstico de forma retrospec- producidas por anticuerpos IgE. La insulina bovina y porcina
tiva; por otro lado, se trata de pruebas no sistemáticas. Cuando difieren de la humana en dos y un aminoácido, respectiva-
junto a la hipotensión hay otras manifestaciones, no se plante- mente, en la secuencia de la cadena A. Los anestésicos loca-
an problemas diagnósticos, sobre todo si existe un anteceden- les han sido implicados en la producción de reacciones alér-
te inmediato de administración de un fármaco u otra forma de gicas. Otros fármacos importantes que pueden producirlas
exposición a un alergeno u otro tipo de agente desencadenan- son sulfamidas, succinilcolina, relajantes musculares y ami-
te sospechoso. Cuando aparece hipotensión como manifesta- noglucósidos.
ción aislada, se plantean problemas de diagnóstico diferencial La utilización de sueros heterólogos en la actualidad es
con cualquier otra circunstancia capaz de originar una hipo- muy rara, pero se están usando como agentes terapéuticos o
tensión brusca, por lo que se requiere una anamnesis detalla- diagnósticos in vivo anticuerpos monoclonales (AcMo) muri-
da para excluir causas cardiovasculares u otras. nos que pueden inducir cuadros de urticaria, vasculitis y en-
Se trata de un cuadro potencialmente muy grave que, si fermedad del suero (véase Lesiones por inmunocomplejos).
no se trata de inmediato de forma apropiada, puede causar Los AINE producen dos tipos de manifestaciones bien dife-
la muerte del paciente. Cuando el causante es un medica- renciadas, cutáneas y respiratorias, que en ocasiones se ha-
mento o picadura de insecto, la absorción del alergeno pue- llan asociadas. Cuando se trata de manifestaciones respirato-
de retrasarse mediante la aplicación de un torniquete y la ad- rias, los fármacos que inhiben la cicloxigenasa suelen tener
ministración de adrenalina a la dosis de 0,3 mg, que puede intolerancia cruzada, pero en relación con los problemas cu-
repetirse con intervalos de 10 min si es necesario. En deter- táneos, en un porcentaje importante de casos sólo un medi-
minadas circunstancias, si la oxigenación no es adecuada, camento puede producir la reacción. El grupo más importan-
puede requerirse la intubación. La aminofilina puede admi- te de medicamentos que inducen reacciones selectivas son
las pirazolonas, pero también se han descrito con paraceta-
mol, diclofenato, diflunisal, glafenina y ácido acetilsalicílico
* M. Blanca Gómez (AAS), entre otros. La glafenina ha dejado de usarse.

2760
REACCIONES ALÉRGICAS MEDIADAS POR ANTICUERPOS IgE

Fisiopatología. Para que un fármaco pueda actuar como an- los casos positivos pueden tener respuesta selectiva a estos
tígeno es necesario que se conjugue en forma multivalente fármacos. En estos casos, el empleo de amoxicilina y ampici-
con una proteína formando un complejo hapteno-proteína. lina para pruebas cutáneas tiene interés diagnóstico. En el
La penicilina forma este complejo mediante la apertura del caso de reacciones anafilácticas graves la realización de
núcleo betalactámico y la unión a un grupo amino proteico. pruebas cutáneas, especialmente con determinantes meno-
A este determinante se lo denomina benzilpeniciloil (BPO). res, puede inducir reacciones anafilácticas graves. En estos
Otros metabolitos pueden inducir reacciones alérgicas, aun- casos se recomienda diluir los preparados para uso in vitro
que la positividad aparece en un porcentaje menor. Las sul- de 100 a 1.000 veces para evitar el riesgo. En general, las
famidas generan un determinante a través de un metabolito pruebas in vitro para cuantificar anticuerpos IgE son menos
activo que se conjuga con las proteínas en el organismo. sensibles, aunque existen circunstancias en las que la prueba
En los casos descritos de la enfermedad del suero no está cutánea es negativa pero el RAST puede ser positivo.
claro cuál es el mecanismo que participa cuando el indivi- Con algunos fármacos como las sulfamidas y los derivados
duo tiene anticuerpos IgE específicos. Las reacciones anafi- pirazolónicos, la simple dilución del medicamento puede dar
lactoides a contrastes yodados pueden estar producidas por una respuesta positiva; en general la sensibilidad de este pro-
la liberación de anafilotoxinas e histamina aunque sin que cedimiento es baja, aunque el valor predictivo positivo es alto.
existan anticuerpos IgE. No existen pruebas cutáneas para el diagnóstico de sensi-
En las reacciones cutáneas inducidas por AAS el mecanis- bilidad a los AINE. Puede requerirse la administración de do-
mo es similar al de las respiratorias. En un porcentaje impor- sis progresivas del medicamento de forma controlada. Por lo
tante de casos los individuos también reaccionan a otros fár- común estas pruebas requieren el uso de placebos. Obvia-
macos que son inhibidores de la cicloxigenasa. Cuando es un mente, como una respuesta mínima puede considerarse
solo fármaco del grupo AINE el que desencadena la reacción diagnóstica, se requiere el estudio simple o a doble ciego.
urticarial y existe buena tolerancia a otros, hay grandes posi- Fármacos como el paracetamol, el dextropropoxifeno o el
bilidades de que sea una reacción mediada por anticuerpos salicilato sódico pueden administrarse a individuos con hiper-
IgE específicos, si bien no está definitivamente demos-trado. sensibilidad a AINE, aunque la administración de dosis altas
de paracetamol (1 g) también puede producir reacciones.
Cuadro clínico. En general las reacciones alérgicas son más En casos de urticaria crónica, la toma de AINE puede en
frecuentes en las mujeres que en los varones. En niños su in- ocasiones agravar su curso. Hay que evitar la confusión de
cidencia es menor. Las dos manifestaciones más comunes creer que todas las manifestaciones han sido inicialmente
son la urticaria y la anafilaxia. El cuadro clínico más grave es desencadenadas por el medicamento. Los antecedentes pre-
el shock anafiláctico. Aunque existe la tendencia a conside- vios de aparición de urticaria, en ocasiones no asociada a la
rar que la vía oral entraña menor gravedad que las vías sisté- toma de medicamentos, despejará las dudas.
micas, la experiencia indica que la administración de penici- No existen pruebas comerciales in vivo para el diagnóstico
linas por vía oral puede producir reacciones mortales. Las de otros medicamentos que no sean las penicilinas. La prácti-
manifestaciones clínicas de la anafilaxia son variables y com- ca sistemática en muchos centros de efectuar pruebas cutáne-
prenden desde sintomatología mínima, con un prurito pal- as virtualmente con cualquier medicamento no está aceptada
mar y plantar moderado, hasta todo el cortejo sintomático como válida y puede inducir reacciones falsas positivas. Por
que aparece en la anafilaxia. Puede haber manifestaciones otro lado, cuando se usan medicamentos que realmente pue-
localizadas y exclusivas, como dificultad respiratoria alta o den inducir una respuesta anafiláctica, el empleo del mismo
edemas de ojos o sólo manifestaciones gastrointestinales, en una prueba cutánea puede inducir una reacción grave.
aunque esta circunstancia es poco frecuente. En ocasiones El diagnóstico debe establecerse en el contexto de otras en-
aparece edema de glotis y se han descrito reacciones del fermedades. En muchos procesos la aparición de un cuadro
tipo de la enfermedad del suero. La administración de con- urticarial en el curso de la administración de un medicamento
trastes yodados produce, en un porcentaje elevado de casos, puede hacer pensar en una relación de causalidad. El antece-
cuadros de náuseas, vómitos y malestar general; en ocasio- dente de reacción al mismo medicamento puede ser útil.
nes se acompaña de síntomas de calor y eritema generaliza- En las reacciones seudoalérgicas, en las que se liberan me-
do que simula una reacción alérgica, pero sólo en un por- diadores por mecanismos no mediados por IgE específica, la
centaje muy bajo se asocia a síntomas graves producidos por sintomatología inducida suele ser de menor intensidad y en
una reacción anafilactoide. ningún caso se producen reacciones anafilácticas graves.
Existen circunstancias en las que un individuo experimen-
Diagnóstico. Un gran número de individuos se diagnostican ta una reacción anafiláctica grave tras la toma de un fármaco
de alérgicos a medicamentos sin que exista la certeza, en y posteriormente desarrolla buena tolerancia tras la siguiente
muchas circunstancias, de que han presentado una reacción administración. Este fenómeno no es habitual, y las dos ex-
alérgica. Por otro lado, síntomas atribuibles al fármaco pue- plicaciones más probables son que simultáneamente el indi-
den no estar producidos por su administración. En otras cir- viduo haya tomado otro fármaco o que se trate de una reac-
cunstancias, la toma de múltiples medicamentos puede com- ción anafiláctica idiopática.
plicar la búsqueda del responsable del cuadro. En los casos No todas las reacciones exantemáticas producidas por pe-
de reacciones cutáneas mediadas por anticuerpos IgE la rea- nicilinas se deben a un mecanismo alérgico mediado por
lización de pruebas cutáneas puede ser útil. Por lo general, IgE; existe también la posibilidad de que este tipo de reac-
éstas se emplean para sustancias proteicas de alto peso mo- ción sea mediada por un mecanismo inmunológico depen-
lecular y para alergia a betalactámicos. Para la penicilina diente de células T (tipo hipersensibilidad retardada) o un
existen conjugados disponibles en el mercado consistentes mecanismo tóxico-idiosincrático.
en el determinante mayor bencilpeniciloil acoplado a polili-
sina (BPO-PLL) y los determinantes menores de penicilina Evolución y pronóstico. En general, los individuos con reac-
(MDM), que consisten en benzil-penicilina y benzil-peniciloi- ciones alérgicas tienden a perder la sensibilidad por el trans-
co. Aunque la evidencia indica que cuando las pruebas cutá- curso del tiempo, aunque el intervalo es variable de un caso
neas son negativas a determinantes mayores y menores de a otro. Los primeros en disminuir son los niveles séricos de
BPO la posibilidad de buena tolerancia a la penicilina es alta anticuerpos IgE específicos y, posteriormente, se negativizan
y la posibilidad de desarrollar una reacción grave es del 1- las pruebas cutáneas. Esto no implica que cuando ambos pa-
3%, la experiencia de diferentes grupos revela que la utiliza- rámetros sean negativos los individuos puedan tolerar el me-
ción de determinantes de penicilina semisintéticas puede au- dicamento, pero existe cierta evidencia basada en la infor-
mentar la eficiencia de las pruebas diagnósticas. Se ha mación retrospectiva de que, con el paso del tiempo, los
demostrado que, en poblaciones donde el consumo de amo- individuos pueden perder sensibilidad. No obstante, se re-
xicilina y otras aminopenicilinas es elevado, hasta el 30% de quieren estudios más controlados para confirmar esta idea.

2761
INMUNOLOGÍA

Tratamiento. En general las medidas terapéuticas están en- cuencias similares de aminoácidos, pero también tienen de-
caminadas a tratar el cuadro grave y a aliviar los síntomas terminantes antigénicos diferentes. Existen otros componen-
desencadenados por la reacción. El tratamiento del cuadro tes en el veneno de bajo peso molecular, como histamina,
clínico de la anafilaxia y la urticaria se han descrito antes. Si bradicinina y péptidos desgranuladores de basófilos que ac-
el fármaco se considera esencial para un paciente con reac- túan como proinflamatorios potenciando la respuesta al ve-
ciones inmediatas frente a dicho fármaco, se puede intentar neno. Existe una alta reactividad cruzada alergénica entre
una desensibilización. Ésta consiste en administrar de forma los diferentes véspidos y poca o nula entre ápidos y véspidos.
progresiva y gradual el fármaco hasta llegar a las dosis tera- Estas diferencias tienen interés en cuanto a las diferentes
péuticas; una vez alcanzadas éstas, el paciente debe conti- consideraciones diagnósticas y terapéuticas. En EE.UU. hay
nuar el tratamiento de forma mantenida, puesto que su inte- estudios detallados sobre la distribución de especies y sensi-
rrupción requeriría la realización de una prueba antes de bilidad en las diferentes poblaciones expuestas, pero en Eu-
administrar de nuevo el fármaco. El mecanismo de la desen- ropa y en otras partes del mundo se dispone de pocos datos.
sibilización es complejo. En general se ha desensibilizado En Europa las especies más relevantes de véspidos son Ves-
con éxito a pacientes con reacciones alérgicas mediadas por pula germanica, Polistes dominulus y Vespa crabro. Las zonas
anticuerpo IgE, aunque también se ha logrado en casos de donde predominan los Polistes son el sur de España, todo el
intolerancia al AAS. La desensibilización consiste en la admi- Levante y zonas del Mediterráneo, incluyendo Francia y
nistración progresiva del fármaco por vía subcutánea u oral a el sur de Italia. No existen en el norte de Europa.
intervalos variables y regulares de tiempo. Se debe utilizar Otros insectos que pueden producir reacciones anafilácti-
exactamente el mismo fármaco que va a ser empleado en el cas son las hormigas. En América del Norte las dos especies
tratamiento. más frecuentes son Solenopsis ritcheri y Solenopsis invicta. En
Europa las diferentes especies de hormigas existentes no in-
Profilaxis. En pacientes que han experimentado reacciones yectan veneno cuando atacan y, por tanto, no producen reac-
anafilácticas o alérgicas a la penicilina, existe la posibilidad ciones anafilácticas. Existe la posibilidad, aunque remota, de
de que la administración de otro fármaco del grupo betalac- que se produzcan reacciones anafilácticas por mordeduras
támico induzca una reacción de reactividad cruzada. La po- de insectos. En estos casos el mecanismo sería por contacto
sibilidad es más alta entre las diferentes penicilinas que entre con proteínas presentes en la saliva.
penicilinas y cefalosporinas. Las cifras comunicadas en la li- Los individuos con reacciones anafilácticas o urticaria sue-
teratura son dispares y varían entre el 5 y el 40%. Esta discre- len presentar en su suero anticuerpos IgE específicos frente a
pancia se debe, en parte, a que los fármacos que se compa- una o varias de las proteínas que componen el veneno. La
raron no fueron los mismos. Hay que considerar la similitud irrupción rápida del veneno en la circulación, facilitada por
entre los diferentes grupos y la semejanza de la estructura la presencia de sustancias vasoactivas, produce en muchas
química de la cadena lateral. Puede decirse que la reactivi- circunstancias una reacción que puede ser mortal. En Améri-
dad entre penicilinas y cefalosporinas de segunda y tercera ca del Norte se comunican 50 muertes por año, aunque estas
generaciones es más baja que con las de primera genera- cifras son inferiores a las reales. Existen circunstancias en las
ción. Asimismo, la reactividad entre penicilinas y monobeta- que los individuos desarrollan una respuesta anafiláctica sin
lactámicos, si existe, es excepcionalmente baja. presencia de anticuerpos IgE específicos; la reacción se con-
La reactividad cruzada entre diferentes sulfamidas y sulfo- sidera una respuesta farmacológica a componentes del vene-
nilureas no se ha estudiado suficientemente. En los casos de no. Existen otros tipos de manifestaciones, como neurológi-
intolerancia a contrastes yodados se recomienda la premedi- cas y de otros órganos y aparatos, de aparición no inmediata,
cación con glucocorticoides y antihistamínicos antes de la cuyo mecanismo no es bien conocido.
realización de la prueba y el empleo de contrastes no ióni- El cuadro clínico más grave es el shock anafiláctico. Por lo
cos. común aparece a los 15-20 min de la picadura. La sintomato-
logía completa consiste en urticaria, eritema generalizado,
angioedema, edema de las vías respiratorias altas, broncos-
Reacciones alérgicas producidas por picaduras pasmo, hipotensión y shock. La localización de la picadura
de himenópteros* puede influenciar en su gravedad. Así, las picaduras próxi-
mas a la cara inducen una reacción más intensa que las loca-
Las manifestaciones producidas como consecuencia de lizadas en las extremidades distales. En un porcentaje eleva-
una picadura de abeja o avispa, que se traduce en una reac- do de los casos, que puede ser hasta del 40%, la reacción
ción inmediata exagerada, se consideran reacciones alérgi- anafiláctica es la primera manifestación de hipersensibili-
cas. Las más graves son la urticaria y el shock anafiláctico, dad. En los niños la sintomatología sistémica predominante
aunque grandes reacciones localizadas también pueden consiste en urticaria generalizada. Se han descrito otras reac-
estar producidas por un mecanismo alérgico. Existen otras ciones, como vasculitis, enfermedad del suero, shock anafi-
reacciones cuya aparición no es inmediata que pueden indu- láctico, neuritis, encefalopatía, cuya aparición no suele ser
cir en determinadas circunstancias una gran extensión regio- inmediata, sino a los varios días de la picadura. Cuando ocu-
nal; generalmente no están mediadas por anticuerpos IgE. En rren numerosas picaduras puede desencadenarse una reac-
este apartado se estudiarán fundamentalmente las reaccio- ción tóxica, cuya aparición es posible en cualquier indivi-
nes inducidas por himenópteros. Los más comunes son la duo. Se considera que cuando un individuo es picado por
abeja (Apis mellifica), la avispa (Vespula germanica) y dife- más de 500-600 insectos se produce una liberación masiva
rentes especies de Polistes. También se mencionarán otras de mioglobina con depósito en los túbulos renales y produc-
reacciones producidas por mordeduras de diferentes insec- ción de necrosis tubular. Aunque la incidencia de reaccio-
tos, como mosquitos y pulgas. nes es mayor en personas jóvenes, la mortalidad es más ele-
Los alergenos son proteínas presentes en el veneno; en la vada en adultos.
actualidad están purificadas y algunas secuenciadas. Los hi- En general el diagnóstico se establece cuando, en presen-
menópteros se dividen en tres grandes superfamilias: apoi- cia de una sola picadura, el individuo desarrolla de forma in-
dea, vespoidea y formicidea. Éstas, a su vez, se dividen en di- mediata una sintomatología intensa. En general, el individuo
ferentes géneros, subgéneros y especies. Los alergenos más puede reconocer si fue un véspido o un ápido el agente cau-
importantes de la abeja son hialuronidasa, fosfolipasa-A2, fos- sal de la picadura, pero la distinción entre la especie de vés-
fatasa ácida y melitina, y en los véspidos, la hialuronidasa, la pido implicado es más difícil. La zona geográfica donde se
fosfolipasa-A1B y el antígeno 5. Estas proteínas comparten se- produjo la picadura, el lugar donde estaba el individuo y la
época del año pueden ser factores que orienten a identificar
la especie. En cualquier caso se requiere la realización de
* M. Blanca Gómez pruebas inmunológicas específicas para identificar el insec-

2762
LESIONES POR REACCIONES DE HIPERSENSIBILIDAD RETARDADA

to. Las pruebas más sensibles y fáciles de realizar son las cu- La aplicación de inmunoterapia hiposensibilizante es un
táneas con los venenos más relevantes, que habitualmente tratamiento considerado para los casos de anafilaxia grave.
son Apis mellifica y Vespula germanica y la especie de Polis- Estudios controlados utilizando extracto corporal total y ve-
tes dominulus. Estos venenos están disponible en el mercado neno puro de abeja han demostrado la eficacia del veneno
para su uso. No existe veneno comercial de especies euro- puro, que protege de picaduras posteriores en más del 90%
peas, como Polistes dominulus, pero en general el uso de las de los casos; durante años se ha aplicado inmunoterapia con
especies americanas (mezcla de diferentes Polistes) suele extracto corporal total sin que se haya demostrado su utili-
producir una respuesta positiva en un porcentaje elevado de dad. Los individuos con urticaria generalizada o gran reac-
los casos, ya que presentan una alta reactividad cruzada in- ción local no son candidatos a inmunoterapia. La duración
munológica. Existen individuos que pueden ser alérgicos a del tratamiento es de 3 a 5 años y no existen parámetros in-
una sola especie. Para establecer cuál fue el insecto desenca- munológicos que indiquen cuándo debe interrumpirse. La
denante se requiere la realización de pruebas in vitro para buena tolerancia a la picadura espontánea o tras provoca-
cuantificar la IgE específica y determinar la reactividad cru- ción es el único indicador de la tolerancia. El mecanismo de
zada. Aunque el diagnóstico de reacciones anafilácticas a producción de la tolerancia no es suficientemente conocido
hormigas no constituye un problema en Europa, en América en la actualidad, aunque se atribuye a la producción de anti-
del Norte existen extractos comerciales de dichas especies cuerpos IgG específicos. No existen preparados comerciales
que pueden utilizarse como se ha descrito para los himenóp- disponibles con veneno de especies de Polistes europeos. En
teros. No existen en la actualidad extractos comerciales de el caso de las picaduras por hormigas, en EE.UU. existen ve-
garantía que faciliten el diagnóstico en el caso de reacciones nenos disponibles para su uso comercial.
anafilácticas producidas por mosquitos u otros insectos. Los individuos que hayan desarrollado reacciones anafi-
El diagnóstico diferencial ha de plantearse con cualquier lácticas deben evitar en lo posible la exposición a ese tipo de
circunstancia en la que aparezca una reacción anafiláctica insectos: evitar las visitas al campo o zonas de césped y pisci-
desconocida en un medio expuesto a estos insectos, como nas, así como vestir ropas oscuras que facilitan el ataque de
los agricultores, los trabajadores de granjas, los jardineros, estos insectos, y utilizar repelentes.
etc. En casos de reacciones graves o muertes de causa no co-
nocida, se recomienda la realización de un estudio en este
sentido. La demostración de la presencia de anticuerpos es-
pecíficos al veneno y la detección de marcadores de anafila- Bibliografía especial
xia pueden en la actualidad hacerse post mortem. En deter- BLANCA M, GARCÍA F, MIRANDA A, CARMONA MJ, GARCÍA J, FERNÁNDEZ J et
minadas circunstancias se ha podido identificar incluso al al. Determination of IgE antibodies to Polistes dominulus, Vespula
insecto que indujo la reacción. germanica and Vespa crabro in sera of patients allergic to vespids.
En general, los individuos con reacciones anafilácticas, es- Allergy 1991; 46: 109-114.
pecialmente las producidas por picaduras de abeja, pueden BLANCA M, VEGA JM, GARCÍA J, CARMONA MJ, TERRADOS S, ÁVILA MJ et al.
presentar reacciones de igual o superior gravedad si vuelven Allergy to amoxicillin with good tolerance to other penicillins:
study of the incidence in subjects allergic to betalactams. Clin Exp
a ser picados. Esto no implica que, tras una gran reacción lo- Allergy 1990; 20: 475-481.
cal, el episodio siguiente sea una reacción anafiláctica. En el CARMONA MJ, BLANCA M, GARCÍA A, FERNÁNDEZ S, BURGOS F, MIRANDA A et
caso de las picaduras por véspidos, tras largos períodos de al. Intolerance to piroxicam in patients with adverse reactions to
no exposición existe una tendencia a perder de forma pro- non steroidal antiinflammatory drugs. J Allergy Clin Immunol
gresiva la sensibilidad. 1992; 90: 873-879.
En un porcentaje bajo, pero importante, de los casos la reac- COKCROFT DW, RUFFIN RE, TRITH PA. Determinants of allergen induced
ción anafiláctica puede producir la muerte. Están particular- asthma: Dose of allergen, circulating IgE antibody concentration
mente expuestos los individuos que realizan trabajos de ries- and bronchial responsiveness to inhaled histamine. Am Rev Res-
pir Dis 1979; 120: 1.053-1.062.
go, como conductores, albañiles, electricistas, etc., los cua- HUNT KJ, VALENTINE MD, SOBOTKA AK, BENTON AW, AMODIO FJ, LICHTES-
les, por sus condiciones laborales, pueden desarrollar una TEIN LM. A controlled trial of immunotherapy in insect hypersensi-
reacción en un lugar de difícil acceso o de riesgo. Por otro bility. N Engl J Med 1978; 299: 157-161.
lado, los individuos de avanzada edad con alteraciones pre- NACLERIO RM, MEIER HL, KAGEY-SOBOTKA A, ADKINSON NF, MEYERS OA,
vias del sistema cardiovascular y que están tomando fárma- NORMAN PS et al. Mediator release after airway challenge with
cos betadrenérgicos presentan mayor riesgo de sufrir una allergen. Am Rev Respir Dis 1983; 128: 597-602.
reacción mortal. SETTIPANE GA, PUDUPAKKAM RK. Aspirin intolerance III: Subtypes, fami-
Los principios generales para el tratamiento sintomático lial occurrence and cross-reactivity with tartrazine. J Allergy Clin
Immunol 1975; 56: 215.
son los descritos antes para la anafilaxia y la urticaria y/o el STEVENSON DD, SIMON RA. Aspirin sensitivity: Respiratory and cuta-
angioedema. Es recomendable que el paciente lleve consigo neous manifestations. En: MIDDLETON E, REED CE, ELLIS EF, ADKINSON
jeringuillas de insulina y ampollas de adrenalina para poder F, YUGINGER (eds). Allergy: Principles and practice, vol 2. San Luis,
usar en caso de emergencia. CV Mosby, 1988; 1.957.

Lesiones por reacciones de hipersensibilidad retardada


F. Leyva-Cobián Álvarez

Concepto etiopatogénico y formas de expresión de la sentadoras del antígeno (APC). En esta reacción, también
hipersensibilidad retardada. Las reacciones denominadas denominada hipersensibilidad de tipo IV según la clasifica-
de hipersensibilidad retardada constituyen reacciones infla- ción de GELL y COOMBS, no intervienen los anticuerpos, a dife-
matorias debidas al reclutamiento y activación de macrófa- rencia de lo que ocurre con las otras formas de mecanismos
gos por el efecto de las citocinas liberadas por linfocitos inmunes de lesiones inflamatorias (o reacciones de hipersen-
T CD4+ (de tipo Th1) al reconocer al antígeno en asociación sibilidad tipos I, II y III, según GELL y COOMBS). Todas estas
con las moléculas del complejo principal de histocompatibi- reacciones inflamatorias o de “hipersensibilidad” tienen en
lidad (MHC) de clase II en la membrana de las células pre- común el hecho de estar iniciadas por una reacción inmuno-

2763
INMUNOLOGÍA

lógica contra un antígeno y ocurrir en un individuo sensibili- TABLA 20.31. Clasificación de las inflamaciones granulomatosas
zado (es decir, el resultado de una reestimulación antigénica
Tipo Ejemplos de agente causal
en una persona que ya ha desarrollado una respuesta inmu-
ne frente a dicho antígeno). No inmunes
Dependiendo de la naturaleza fisicoquímica y la concen- (por cuerpo extraño)
tración del antígeno (soluble o particulado) o el grupo hap- Inactivas Bentonita, talco, plástico
ténico implicados, de la puerta de entrada del individuo y de Activas Sílice, paredes bacterianas
Inmunes
la localización de la respuesta inmune provocada (específi- (hipersensibilidad
ca o no) y de las otras células participantes (además de los retardada)
linfocitos T), la hipersensibilidad retardada se manifiesta ha- Infecciosas Bacterias, hongos, virus
bitualmente de cinco maneras distintas. Por metales Berilio, circonio
Hipersensibilidad retardada frente a antígenos solubles. En Sarcoidosis Agente causal desconocido
general, cuando con fines diagnósticos se efectúan pruebas Experimental Antígenos solubles, transportador insoluble
cutáneas (véase más adelante) con antígenos solubles (puri- Antígenos Hongos, antígenos de aves inhalados
ficados o no) obtenidos de diversos agentes infecciosos particulados
(bacterias, virus, hongos y protozoos), se manifiestan reac-
ciones de hipersensibilidad retardada. Éstas se denominan
también, por razones históricas, conceptuales y clínicas, “hi- tanto, de acuerdo con el grado de participación en el desa-
persensibilidad tipo tuberculínica” y su paradigma lo repre- rrollo de la lesión de los linfocitos específicos de antígeno,
senta la prueba de Mantoux o reacción de la tuberculina. los granulomas pueden clasificarse en: inmunes y no inmu-
Una reacción de hipersensibilidad retardada también se ex- nes o de respuesta a cuerpo extraño (tabla 20.31).
presa cuando un individuo o un animal de experimentación Rechazo de homoinjertos y reacciones de hipersensibilidad
han sido inmunizados con antígenos proteicos puros (gam- retardada. El trasplante de células vivas de un individuo a
maglobulinas, albúminas, etc.) en combinación con adyu- otro de la misma especie (homoinjerto) suele terminar en la
vante de Freund y, posteriormente, se les realiza una prueba destrucción y el rechazo del injerto. Aunque en la naturaleza
cutánea con el antígeno purificado. esta eventualidad no existe (con la excepción del paso de
Hipersensibilidad retardada en las manifestaciones de resis- células de la madre al hijo por vía placentaria o durante la
tencia general frente a infecciones. La inmunidad celular es el lactancia), en la actualidad es una realidad de gran impor-
principal factor de resistencia de un individuo frente a infec- tancia teórica (manipulaciones experimentales en el labora-
ciones por agentes de crecimiento intracelular como mico- torio) y práctica (trasplantes de diversos órganos o tejidos en
bacterias, hongos, virus y protozoos. Esta resistencia ocurre el hombre). De alguna forma, las reacciones de homoinjerto
en cualquier localización anatómica atacada por el micror- son, en esencia, una forma de respuesta de hipersensibilidad
ganismo patógeno y el mecanismo de la lesión es similar al retardada. Por razones obvias, esto sólo puede comprobarse
de las desencadenadas en la piel. experimentalmente utilizando cepas consanguíneas de ani-
Dermatitis por contacto y reacciones adversas a fármacos males.
en otros órganos. En las dermatitis por contacto, la reacción
de hipersensibilidad retardada se induce por un compuesto Histopatología y fisiopatología. Según la naturaleza del
químico reactivo (hapteno) que, tras acoplarse a proteínas antígeno, la localización y duración de la respuesta y las cé-
epidérmicas, actúa como un inmunógeno efectivo. Cuando lulas efectoras participantes, las reacciones de hipersensibili-
tiempo después, se realiza una prueba cutánea con el hapte- dad retardada pueden clasificarse en cuatro tipos (tabla
no (prueba del parche; véase más adelante), se forma de 20.32).
nuevo el conjugado inmunogénico y se desarrolla una hiper- Los macrófagos representan el prototipo celular encontra-
sensibilidad retardada que es discretamente distinta a la des- do en los granulomas y suelen adherirse íntimamente entre sí
crita en el caso de la tuberculina. Una respuesta similar ocu- adoptando un aspecto que recuerda al de las células epite-
rre en ocasiones con fármacos administrados por otras vías, liales (células epitelioides). Algunos se fusionan entre sí, for-
desencadenándose lesiones de hipersensibilidad en órganos mando células gigantes multinucleadas. Estas células repre-
como riñones, pulmones e hígado. Por ejemplo, ciertos fár- sentan un rasgo histopatológico característico de cualquier
macos pueden causar hepatitis alérgicas específicas y, en tipo de inflamación granulomatosa. Varias linfocinas indu-
ocasiones, desarrollar una hepatitis fulminante que puede cen la formación de células gigantes in vitro, como el interfe-
conducir a la muerte. El mecanismo por el que exclusiva- rón gamma (IFN-γ), el factor estimulante de las colonias gra-
mente el hígado resulta afectado es desconocido, si bien en nulocíticas-monocíticas (GM-CSF) y la interleucina 4 (IL-4),
algún caso se han involucrado proteínas hepáticas propias aunque probablemente el papel principal se deba a la mono-
que ayudarían al fármaco a actuar como un hapteno y ad- cina, factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α).
quirir antigenicidad. Durante el tratamiento con sales de oro, Histopatológicamente es importante distinguir entre la le-
un tercio de los pacientes con artritis reumatoide muestran sión dérmica por infección con el bacilo tubérculo vivo (gra-
reacciones de hipersensibilidad retardada en la piel y las mu- nuloma) y la lesión difusa provocada por la inyección de tu-
cosas que aconsejan interrumpir la crisoterapia; en otros ca- berculina en la dermis de un individuo sensibilizado. La
sos se han descrito infiltrados pulmonares intersticiales con
formación de granulomas.
Reacciones granulomatosas. Los granulomas son lesiones TABLA 20.32. Características de las reacciones de hipersensibilidad
resultantes de agregados de fagocitos mononucleares activa- retardada
dos (principalmente macrófagos), muchos de los cuales han Clase Comienzo Duración Células efectoras
fagocitado el agente responsable. Como secuela de esta reac-
ción los fibroblastos producen colágeno que sirve para “em- Dermatitis por contacto 24 h 48-72 h Linfocitos T CD4+,
paredar” virtualmente el agente perjudicial. En determinadas macrófagos
situaciones, esta forma de respuesta es beneficiosa para el in- Tipo tuberculina 24 h 72-96 h Linfocitos T CD4+,
macrófagos
dividuo. No todos los agentes que provocan granulomas lo Granuloma 7-14 días Semanas Linfocitos T CD4+,
hacen a través de procesos inmunológicos, aunque la gran macrófagos,
mayoría (antígenos microbianos inhalados, ciertos metales, fibroblastos,
agentes infecciosos intracelulares) los inducen mediante me- células epiteliales,
canismos inmunológicos específicos. La formación de granu- células gigantes
lomas es también un hecho constante en enfermedades sin Reacción de Jones-Mote 12-24 h 24 h Basófilos,
agente etiológico definido, por ejemplo, la sarcoidosis. Por lo granulocitos

2764
LESIONES POR REACCIONES DE HIPERSENSIBILIDAD RETARDADA

diferencia principal reside en la forma de presentación del TABLA 20.33. Comparación de las características de la reacción
antígeno, aunque el mecanismo patogénico sea el mismo. de hipersensibilidad retardada con la fase tardía de las reacciones
En el granuloma, la reacción celular está centrada alrededor alérgicas mediada por anticuerpos IgE
del foco donde los bacilos tuberculosos (antígenos particula-
dos) están multiplicándose. Hay, por lo tanto, una alta con- Fase tardía de Reacción de
centración antigénica en un área concreta. En la reacción a las reacciones
Características hipersensibilidad
alérgicas mediadas
la tuberculina (antígeno soluble), hay una diseminación an- retardada clásica
por anticuerpos IgE
tigénica intradérmica y la reacción inflamatoria es difusa. Si
en vez de inyectarla en forma soluble, la tuberculina es uni- Aspecto Edema, induración Induración manifiesta
da covalentemente a microsferas de poliacrilamida, se pro- discreta
voca la formación de un granuloma centrado alrededor de la Duración 6-10 h 24-48 h
Eritema previo Sí No
poliacrilamida. La lesión en la dermatitis de contacto es Infiltrado celular 24 h 48 h 24 h 48 h
esencialmente idéntica a la que se produce en la reacción Leucocitos totales ++ ++ ++ ++++
dérmica tuberculínica, con la diferencia de que ocurre en la Linfocitos T ++ ++ ++ +++
epidermis. T CD4+ ++ ++ ++ +++
En 1934, JONES y MOTE describieron una particular forma T CD8+ +/– +/– +/– ++
de hipersensibilidad cutánea caracterizada por una reacción Eosinófilos + + + +/–
inflamatoria en el lugar de la inyección y cuya célula efecto-
ra era el basófilo (representando, a veces, más del 50% del
infiltrado celular). Esta reacción también se denomina hiper-
sensibilidad cutánea basofílica y desaparece al cabo de 24- Las pruebas cutáneas intradérmicas son especialmente úti-
48 h. Es particularmente intensa en cobayas, pero no en rato- les en las siguientes circunstancias: a) para valorar una res-
nes. En el hombre se observan reacciones de Jones-Mote en puesta de hipersensibilidad retardada disminuida o ausente
casos de neumonitis por hipersensibilidad, en reacciones a (anergia) en pacientes concretos; b) para evaluar los resulta-
varios antígenos (virus, protozoos), en el rechazo de aloinjer- dos de los procedimientos terapéuticos; c) para monitorizar
tos, etc. Reacciones muy intensas se han descrito en los sitios el curso de una enfermedad, y d) en ocasiones para estable-
de la picadura de garrapatas y en el punto de entrada de cer- cer (o complementar) una decisión diagnóstica. En diversas
carias de Schistosoma mansoni. circunstancias la evaluación in vivo de la inmunidad celular
Los individuos atópicos, después de exponerse al alergeno de un paciente ayuda a establecer criterios diagnósticos, pro-
específico, sufren una respuesta de hipersensibilidad inme- nósticos o de tratamiento de una enfermedad. En la tabla
diata mediada por anticuerpos IgE seguida, a menudo, por 20.34 se presenta un listado no exhaustivo de entidades clíni-
una reacción tardía. Esta reacción tardía se manifiesta en los cas asociadas a una respuesta de hipersensibilidad retardada
pulmones, ojos, nariz y piel, y el proceso inflamatorio que disminuida o ausente.
provoca es dependiente de IgE, pero, a diferencia de la res- Para evaluar adecuadamente la respuesta celular in vivo
puesta inmediata se caracteriza por un intenso infiltrado de de un individuo mediante la realización de pruebas cutá-
neutrófilos, eosinófilos y células mononucleadas. Se ha suge- neas, se debe: a) utilizar una batería completa de, al menos,
rido que la reacción tardía inducida por un alergeno en pa- seis antígenos diferentes (p. ej., candidina, coccidioidina, an-
cientes atópicos es una forma de hipersensibilidad mediada tígeno de estafilococo, tuberculina, estreptocinasa-estrepto-
por células pero con cinéticas celulares T discretamente dife- dornasa y dermatofitina); b) repetir la prueba con una mayor
rentes a las observadas en la hipersensibilidad retardada clá- concentración de antígeno, si resultó negativo con una pri-
sica (tabla 20.33). mera dosis de menor concentración, y c) medir y anotar los
Fisiopatológicamente, todas las manifestaciones de hi- resultados en milímetros de las áreas de eritema e indura-
persensibilidad retardada dependen de las células T. Por ción a las 24 y 48 h. [Se anotan en milímetros las medidas de
ejemplo, en la dermatitis por contacto, las células de Lan- los dos diámetros mayores de cada área de induración y se
gerhans de la piel (que expresan constitutivamente molé-
culas del MHC de clase II) actúan presentando el antígeno
a las células T CD4+. En otras manifestaciones de hipersen- TABLA 20.34. Entidades clínicas asociadas a anergia cutánea
sibilidad retardada, las células dendríticas, los macrófagos
o, incluso, los eosinófilos son los responsables de presentar Inmunodeficiencias Infecciones
el antígeno a las células T CD4+. Éstas, a su vez, liberan fac- Congénitasa Víricasd
tores de crecimiento y diferenciación (muchos de ellos Ataxia-telangiectasia Parotiditis
con actividad quimiotáctica para otros linfocitos y macró- Síndrome de Wiskott-Aldrich Mononucleosis infecciosa
fagos). Una subpoblación de células T denominada Th1, Síndrome de Di George Rubéola
productora de IL-2 e IFN-γ, posee un papel relevante en Candidiasis mucocutánea Varicela
esta respuesta retardada (véase Linfocitos T y Respuestas Sarampión
Adquiridas
inmunes). Sarcoidosisb Bacterianas
Leucemia linfoide crónica Tuberculosis
Utilización de las pruebas cutáneas en la práctica clíni- Carcinomas Lepra
ca. Las pruebas cutáneas representan el medio más eficaz, Tratamiento inmunodepresor
simple y económico que puede utilizarse para valorar clíni- Artritis reumatoide Fúngicas
camente la respuesta inmune celular en un paciente. Uremia Coccidioidomicosis
Según la forma de administrar el antígeno o producto quí- Cirrosis hepática alcohólica Aspergilosis
mico hapténico, las pruebas cutáneas utilizadas en la prácti- Cirrosis biliar Criptococosis
Cirugía
ca comprenden: las pruebas cutáneas propiamente dichas, Enfermedad de Hodgkinc
mediante la inyección intradérmica de un antígeno soluble,
purificado o no (p. ej., prueba de la tuberculina o reacción a
En muchas ocasiones, los pacientes son niños de corta edad y, por lo tanto,
de Mantoux), y la prueba del parche, que consiste en la apli- las pruebas cutáneas tienen escaso valor para establecer un diagnóstico de in-
cación directa sobre la piel de un compuesto químico; se munidad celular defectuosa.
b
Menos de un tercio de los pacientes diagnosticados de sarcoidosis presentan
usa con la finalidad de establecer la etiología de una derma- anergia cutánea inequívoca.
titis por contacto, así como para, en situaciones selecciona- c
La causa principal y más constante de anergia cutánea en un paciente adulto.
d
das, evaluar la hipersensibilidad retardada en un paciente Algunos pacientes diagnosticados de síndrome de inmunodeficiencia adquiri-
da son anérgicos; sin embargo, no es fácil atribuir dicha situación al HIV, pues-
anérgico a los antígenos comunes [p. ej., sensibilización por to que es posible la coexistencia de enfermedades oportunistas que por sí mis-
dinitroclorobenceno (DNCB)]. mas pueden inducir un estado anérgico.

2765
INMUNOLOGÍA

TABLA 20.35. Antígenos más comunes utilizados en la valoración de la hipersensibilidad retardada en enfermedades infecciosas
Grupo Enfermedad Antígeno o prueba Tiempo de reaccióna
b
Virus Parotiditis Antígeno vírico 24-48 h

Clamidias Linfogranulomatosis venérea Prueba de Frei 24 h

Bacterias Brucelosis Brucelinab 24-48 h


Lepra Leprominac 48 h (reacción de Fernández)
4-5 semanas (reacción de Mitsuda)
Leprosina 72 h
Sífilis Luetinab 24-48 h
Tuberculosis Tuberculina (PPD) 48-72 h

Protozoos Leishmaniasis Prueba de Montenegrod 24-48 h


Toxoplasmosis Toxoplasmina 24 h

Hongos Blastomicosis Blastomicina 24-48 h


Candidiasis Candidinae 24 h
Coccidioidomicosis Coccidioidinaf, esferulinaf 24-48 h
Histoplasmosis Histoplasmina 24-48 h
Tricofitosis Tricofitina 24-48 h
a
Debe evaluarse también a los 10-20 min y 2-6 h puesto que reacciones de hipersensibilidad inmediata pueden interferir la interpretación de la reacción retardada.
b
En desuso, por lo general debido a su alta inespecificidad.
c
Sin utilidad diagnóstica; muchas personas sanas presentan reacciones positivas inespecíficas.
d
Positiva en pacientes con leishmaniasis cutánea localizada y suele ser negativa en pacientes con la forma cutánea difusa y en la leishmaniasis visceral.
e
Poca utilidad clínica (prueba cutánea positiva en aproximadamente el 90% de una población normal).
f
Utilizadas para la evaluación pronóstica de la enfermedad.
PPD: derivado proteico purificado.

calcula, a continuación, la media de estas dos dimensiones. pretarlo adecuadamente. Los resultados pueden estar influi-
Es útil calcular el índice de hipersensibilidad retardada dos por numerosas variables: tipo de piel del paciente, sus-
(IHR), definido como el valor resultante de dividir la suma tancia utilizada para transportar el agente sospechoso, lugar
de todas las induraciones medias por el número de antíge- de la prueba, tiempo y número de lecturas. El número de
nos probados.] Como regla general, una respuesta se con- agentes químicos distintos que pueden causar dermatitis por
sidera positiva si se observa una induración de 5 mm o más, contacto y que son potencialmente utilizables en la prueba
48 h después de la inyección del antígeno. del parche es prácticamente infinito (cosméticos, plantas y
Se considera que un paciente adulto presenta hipersensi- sus derivados químicos, textiles, gomas, productos farmaco-
bilidad retardada disminuida si: a) responde positivamente a lógicos, metales, etc.). Desde un punto de vista general, hay
menos de dos antígenos de un total de seis; b) el IHR a las 48 h dos formas de realizar la prueba del parche: a) elección de
es menor de 1,6-1,7, y c) el paciente no se sensibiliza al unos pocos compuestos químicos establecidos como “sospe-
DNCB. Las pruebas cutáneas en niños de corta edad (espe- chosos” durante la historia clínica, y b) realización de bate-
cialmente en los menores de un año) son de interpretación rías de los alergenos más comunes en el medio ambiente del
dudosa. paciente.
El único procedimiento específico para establecer el diag- La sustancia sospechosa se incorpora sobre un parche de
nóstico de una enfermedad infecciosa consiste en la demos- 1 cm2 (confeccionado de lino, algodón, papel de filtro o pa-
tración directa del agente causal o la prueba de su presencia pel de aluminio) y éste se aplica sobre la piel (a menudo de
por métodos indirectos. No obstante, hay enfermedades en la espalda) del paciente. Para facilitar la absorción percutá-
las que el grado de activación o de extensión de la enferme- nea, el parche se recubre de material impermeable y se fija
dad se asocia a reactividad cutánea a antígenos procedentes con cinta adhesiva. La exposición al agente suele durar 24-48 h.
del agente infeccioso (tabla 20.35). La lectura puede hacerse en ese momento o, en algunos ca-
En este sentido, la prueba cutánea más universal es la de sos, requiere más tiempo (p. ej., en ocasiones una respuesta
la tuberculina. Posee un gran valor para orientar el diagnósti- positiva a la neomicina puede tardar 5-7 días). Hay que tener
co de la infección tuberculosa, pero requiere ser interpreta- presente que en ciertos pacientes, especialmente cuando se
da con suma cautela. Debe tenerse en cuenta que: a) en mu- prueban concentraciones altas de antígeno, pueden apare-
chos individuos una prueba cutánea positiva para un cer reacciones locales exacerbadas (induración muy pro-
antígeno dado persiste durante muchos años; por lo tanto, nunciada, formación de flictenas, dolor y, raras veces, necro-
una única prueba positiva indica exclusivamente que el pa- sis local). Menos frecuentes son las reacciones sistémicas
ciente ha estado infectado por el microrganismo o algún otro que incluyen fiebre y fenómenos anafilácticos.
íntimamente relacionado desde un punto de vista químico
que produce una reacción cruzada (p. ej., “derivado protei-
co purificado”, PPD, es una mezcla compleja de proteínas,
polisacáridos y lípidos que provienen de sobrenadantes de
cultivos de bacilos, tratados mediante calentamiento y preci-
pitación con ácido tricloroacético; el material antigénico
que sobrevive a estos tratamientos es común a muchas mico- Bibliografía especial
bacterias); b) una prueba positiva en un individuo en el que BOROS DL. Granulomatous inflammation. Prog Allergy 1978; 24: 183-
se sabe con certeza que era negativo poco tiempo antes es 268.
una evidencia probable pero no certera de infección recien- GAGA M, FREW AJ, VARNEY VA, KAY AB. Eosinophil activation and T
te, y c) una prueba cutánea negativa no descarta una infec- lymphocyte infiltration in allerged-induced late phase skin reac-
ción pasada o presente. tions and classical delayed-type hypersensitivity. J Immunol 1991;
147: 816-822.
La prueba del parche se utiliza para identificar antígenos y LEYVA-COBIÁN F, ÁLVAREZ C, CARRASCO E, LÓPEZ-HOYOS M, LÓPEZ-MATO
sustancias hapténicas responsables de una dermatitis por MP. Los macrófagos como células efectoras de los parásitos intra-
contacto. Este método, aunque conceptualmente simple, re- celulares. En: RIVAS L, LÓPEZ MC (eds). Nuevas tendencias en para-
quiere una considerable experiencia para ejecutarlo e inter- sitología molecular. Madrid, CSIC, 1993.

2766
INMUNOINTERVENCIÓN

ROMAGNOLI P, SPINAS GA, SINIGAGLIA F. Gold-specific T cells in rheuma- TAKASHIMA T, OHNISHI K, TSUYUGUCHI I, KISHIMOTO S. Differential regula-
toid arthritis patients treated with gold. J Clin Invest 1992; 89: 254- tion of formation of multinucleated giant cells from concanavalin
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SALTINI C, WINESTOCK K, KIRBY M, PINKSTON P, CRYSTAL RG. Maintenance of nol 1993; 150: 3.002-3.010.
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American Society for Microbiology, 1976; 53-63. 1983.

Inmunointervención
J. Vives Puiggròs

Concepto. La inmunointervención consiste en actuar sobre TABLA 20.36. Tipos de inmunointervención


el sistema inmune a fin de potenciar, frenar o modificar la Inmunopotenciación
respuesta inmune. El intento de actuar sobre el sistema inmu- Adyuvantes e inmunostimulantes
ne no es un objetivo reciente. Incluso antes de que se cono- Vacunas
ciera el sistema inmune ya se pretendía modificarlo a través Interleucinas
de actuaciones que tenían como finalidad incrementar “las Transfección proteínas de membrana
defensas del organismo”. En el curso del tiempo se fueron
precisando mejor los objetivos que se pretendían. De esta Inmunodepresión
Glucocorticoides
forma, la obtención de vacunas, cuyo principal objetivo era Citostáticos
la prevención de determinadas enfermedades infecciosas, Suero antilinfocitario
puede considerarse como la primera forma de intervención Inhibidores de la transcripción de IL-2: ciclosporina y FK 506
rigurosa sobre el sistema inmune. En este caso lo que se pre-
tendía era potenciar la respuesta inmune frente a unos gér-
menes determinados. Igualmente, en los inicios de la inmu-
nología experimental los adyuvantes que se aplicaban junto duce únicamente una respuesta inmune frente a elementos
con el antígeno para inducir respuestas inmunes eran tam- concretos, ya sean éstos antígenos tumorales o microbianos.
bién otra forma de inmunointervención. En la actualidad, al Lamentablemente se está aún lejos de este objetivo. Los prin-
conocerse con cierto detalle el funcionamiento celular y mo- cipales inmunopotenciadores se pueden clasificar en uno de
lecular del sistema inmune, es posible manipularlo con ma- los siguientes grupos: adyuvantes e inmunostimulantes, vacu-
yor precisión. Esta mayor capacidad se ha apoyado también, nas, interleucinas, transfección de proteínas de membrana y
en gran parte, en el importante avance en las técnicas de utilización de anticuerpos monoclonales.
biología molecular y celular. No obstante, se ha de señalar Los adyuvantes e inmunostimulantes pretenden incremen-
que estamos en los inicios de una nueva época y que la ma- tar la capacidad de respuesta inmune en forma inespecífica.
yoría de los métodos o elementos utilizados se hallan aún en Los adyuvantes se han utilizado desde hace décadas y se si-
fase experimental. guen utilizando. Su acción consiste en incrementar el poder
En la actualidad la inmunointervención está dirigida funda- inmunogénico de los antígenos. Se han empleado sobre todo
mentalmente a diseñar nuevas vacunas, inducir respuestas en animales de experimentación, aunque recientemente se
efectivas frente a antígeno tumorales, evitar el rechazo de los han usado en el tratamiento de algunos procesos neoplási-
órganos trasplantados y controlar las enfermedades autoin- cos humanos. No obstante, debido a su alta toxicidad y po-
munes y reacciones alérgicas. No es posible comentar con bres resultados su uso en terapéutica se ha abandonado por
amplitud todas las diversas estrategias de intervención inmu- el momento. Los adyuvantes más utilizados, como el adyu-
ne que se están ensayando, por lo que en este capítulo sólo vante completo de Freund, consisten en emulsiones oleo-
se mencionarán y comentarán las más importantes. Esquemá- acuosas de productos bacterianos, como micobacterias o ba-
ticamente, las intervenciones sobre el sistema inmune se divi- cilos muertos de la tuberculosis. Hoy en día se están
den en dos grandes capítulos: inmunopotenciación e inmu- dedicando grandes esfuerzos para obtener adyuvantes más
nodepresión (tabla 20.36). Para facilitar la comprensión, en simples y menos tóxicos. Entre ellos cabe destacar la sapori-
este capítulo seguiremos dicho esquema, si bien se ha de te- na, de origen vegetal, los surfactantes, productos de síntesis
ner presente que, al ser un planteamiento esquemático, tiene química, y los dipéptidos muranílicos, de origen bacteriano.
cierto grado de imprecisión y falta de sutileza. Por ejemplo, la En la actualidad el principal objetivo que se persigue con los
inmunodepresión que se aplica en el trasplante de órganos y adyuvantes consiste en incrementar el poder inmunogénico
en las enfermedades autoinmunes no tiene como objetivo de las vacunas. Su modo de acción se centra básicamente en
principal la inhibición de la respuesta inmune frente a los estimular la producción de interleucinas, activar los macrófa-
órganos trasplantados o los propios órganos, sino inducir o gos y aumentar la capacidad de presentación antigénica.
recuperar una tolerancia específica frente a ellos, es decir, Los inmunostimulantes son sustancias de origen orgánico
que sean reconocidos como propios. que se emplean para aumentar en forma inespecífica la ca-
pacidad inmune de los pacientes. En general, se incluyen en
este apartado las sustancias empleadas en los déficit inmu-
Inmunopotenciación nes adquiridos observados en situaciones de malnutrición o
en períodos posquirúrgicos, postraumáticos, etc. Entre los in-
Se incluyen en este apartado todos los métodos o sustan- munostimulantes cabe citar los péptidos tímicos y algunos
cias que tienen como objetivo colaborar en al inducción de fármacos, como el levamisol. Su acción consistiría en poten-
una respuesta inmune o potenciar una respuesta ya iniciada. ciar de manera inespecífica la producción de interleucinas.
La inmunopotenciación óptima es aquella que potencia o in- Su utilidad clínica es muy incierta.

2767
INMUNOLOGÍA

La administración de vacunas ha sido por ahora la forma plejo formado por la molécula del MHC con el antígeno ex-
más eficaz de inducir y potenciar específicamente el sistema traño, y otra señal proporcionada por la unión de la proteína
inmune. Hasta el momento su aplicación fundamental ha CD28 del linfocito T con el antígeno B7 de la célula presenta-
sido la prevención de enfermedades infecciosas. No obstan- dora de antígeno. Al considerar que un posible fracaso de la
te, frente a algunas enfermedades, y por motivos diversos, ha reacción inmune frente a tumores podría ser la ausencia de
sido difícil poder obtener vacunas eficaces para la protec- la segunda señal, en los modelos experimentales se ha ensa-
ción de las enfermedades infecciosas causadas por los virus yado transfectar el gen codificante de la proteína B7 a las
de la gripe, hepatitis, HIV, etc. Para la obtención de vacunas células tumorales. Los resultados en los modelos experimen-
que protejan frente a los gérmenes causantes de estas enfer- tales han sido muy alentadores, por lo que probablemen-
medades se están ensayando diversas estrategias, basadas ya te muy pronto se ensayará este método en pacientes neoplá-
sea en la utilización de ciertos retrovirus como vectores, en sicos.
el empleo de nuevos adyuvantes o en incrementar la eficacia
de la presentación antigénica. En este apartado se han de
mencionar los intentos para la obtención de vacunas frente a Inmunodepresión
tumores. A diferencia de las anteriores, éstas se caracterizan
por el hecho de que la respuesta inmune inducida por el tu- El objetivo último de la inmunodepresión es conseguir la
mor es posterior al contacto del individuo con el antígeno tu- tolerancia específica y definitiva frente a los antígenos de
moral. La estrategia común, con variantes según los casos, trasplante y recuperar la tolerancia a los autoantígenos en las
consiste en identificar el antígeno tumoral e inocularlo de enfermedades autoinmunes. Este objetivo aún no se ha con-
nuevo al paciente a fin de obtener una respuesta inmune efi- seguido, pero indudablemente se está en vías de ello. Con
caz. Estrategias de este tipo han sido muy estudiadas en ani- los tratamientos inmunodepresores utilizados en un inicio se
males de experimentación y en algunos casos se han ensaya- consiguió una inmunodepresión muy inespecífica, por lo
do en seres humanos con resultados muy dispares. En la que el paciente trasplantado era muy susceptible de padecer
actualidad se están llevando a cabo ensayos clínicos en hu- infecciones. Estos tratamientos se iniciaron en 1950 con los
manos con un antígeno específico de melanoma. glucocorticoides (tabla 20.36). En la década de los sesenta se
La utilización de las interleucinas como terapéutica se introdujeron la azatioprina y los sueros policlonales antilinfo-
basa en considerar que la regulación de la respuesta inmune citos T. Veinte años más tarde se introdujo un fármaco que
es fruto, en gran parte, del equilibrio entre las subpoblacio- mejoró en forma espectacular la terapia inmunodepresora: la
nes Th1 y Th2. La población Th1 produce fundamentalmente ciclosporina. A partir de los inicios de los noventa se introdu-
interleucina 2 (IL-2) e interferón gamma (IFN-γ), en tanto que jeron progresivamente los anticuerpos monoclonales anti-
la población Th2 es la principal productora de IL-4 e IL-10, CD3 (OKT3) y otros inmunodepresores como el FK 506 y la
ejerciendo la IL-4 una intensa acción inhibidora sobre las cé- rapamicina. A continuación analizaremos brevemente por
lulas Th1. Asimismo la IL-4 se considera la interleucina que separado los principales inmunodepresores.
estimula la producción de IgE en las reacciones alérgicas. El Los glucocorticoides ejercen su acción fundamentalmente
predominio de uno de los dos tipos de poblaciones determi- a través de sus efectos antiinflamatorios, si bien actúan tam-
naría la eficacia de la respuesta inmune. Desde esta perspec- bién sobre las células T y B. Debido a sus acusados efectos
tiva, el fracaso del sistema inmune para controlar ciertas in- secundarios se tiende a restringir su uso. Los citostáticos más
fecciones puede considerarse no tanto como una respuesta utilizados, por ser algo selectivos para la serie linfoide, son la
insuficiente, sino más bien como una respuesta inmune ina- ciclofosfamida y la azatioprina. La primera actúa fundamen-
decuada. Esta concepción explica que en la actualidad se talmente sobre los linfocitos B, y la azatioprina es un análogo
estén ensayando experimentalmente métodos para estimular de la 6-mercaptopurina, que actúa inhibiendo el metabolis-
de forma específica las subpoblaciones Th1 productoras de mo de las purinas bloqueando la división celular.
IL-2. Debido a la dificultad para encontrar los estímulos ade- El suero antilinfocitario se obtiene mediante la inmuniza-
cuados, en la práctica clínica se ha optado por administrar ción de animales con linfocitos T o timocitos. Los anticuer-
directamente grandes dosis de IL-2, sobre todo en pacientes pos producidos son específicos y, a pesar de poseer efectos
con procesos neoplásicos. En estos pacientes se ha llegado a secundarios adversos, son bastante efectivos como inmuno-
obtener remisiones parciales y algunas veces completas en depresores. En general, se administran junto con azatioprina
ciertos melanomas y tumores renales. No obstante, hay que y glucocorticoides, siendo éste el protocolo inmunodepresor
mencionar las complicaciones tóxicas que entraña este trata- más utilizado hasta el advenimiento de la ciclosporina.
miento, entre las que se han de mencionar arritmias cardía- De los inhibidores de la transcripción de IL-2, ciclosporina y
cas, infartos de miocardio, vasodilatación generalizada con FK 506, la primera es la más eficaz y más empleada en la ac-
edema, insuficiencia respiratoria, insuficiencia renal, trastor- tualidad. Si bien es algo nefrotóxica a dosis elevadas, su ac-
nos mentales y un incremento en la incidencia de infeccio- ción inmunodepresora supera ampliamente este inconve-
nes. A pesar de estas complicaciones, los resultados alen- niente. Su acción es altamente específica, ya que inhibe la
tadores obtenidos con IL-2 han propiciado que en la actuali- síntesis de la producción de IL-2 en los linfocitos T. Su efecto
dad se ensayen nuevos protocolos terapéuticos en los que la lo ejerce bloqueando uno de los factores de la transcripción
IL-2 se combina con otras interleucinas y quimioterapia. del gen codificante de la IL-2. El inmunodepresor FK 506 ha
En línea con este concepto del papel efectivo de la IL-2 en sido descubierto más recientemente y su mecanismo de ac-
la respuesta inmune, se ha ensayado un método consistente ción es semejante al de la ciclosporina, aunque ambos tie-
en aislar células tumorales del paciente, transfectarlas con el nen una estructura química muy distinta. La ciclosporina es
gen de la IL-2 y reinyectar de nuevo al paciente las células un undecapéptido, en tanto el FK 506 es un macrólido. Re-
transfectadas. La lógica de esta estrategia consiste en que la cientemente se han descrito algunos fármacos que actúan en
IL-2 activaría a los linfocitos específicos para los antígenos tu- forma semejante a los mencionados en este apartado. Entre
morales, los cuales destruirían a todas las células poseedoras ellos cabe citar, por su probable próxima aplicación clínica,
de dichos antígenos. Los resultados obtenidos en los ensayos la rapamicina.
clínicos han sido bastante decepcionantes, pero no tanto La disponibilidad de anticuerpos monoclonales (AcMo)
como para interrumpir las investigaciones por esta vía. contra antígenos de membrana permitió superar el inconve-
Aunque todavía se halla de en fase experimental, la trans- niente que poseían los sueros antilinfocitarios de reaccionar
fección de la proteína de membrana B7 puede constituir una contra todos los linfocitos y, a menudo, también contra otros
modalidad terapéutica esperanzadora. Desde hace unos po- elementos hemáticos debido a reactividad cruzada. Si bien
cos años se sabe que para una adecuada activación de los los AcMo no poseen este aspecto negativo, presentan aún el
linfocitos T son necesarias dos señales, una proporcionada inconveniente de ser de origen no humano, ya que funda-
por la unión del complejo receptor de la célula T con com- mentalmente son de origen murino. Por esta razón, los pa-

2768
PRINCIPALES PRUEBAS INMUNOLÓGICAS DE INTERÉS CLÍNICO

cientes tratados con AcMo presentan una reacción inmune anti-CD4, CD8, CD25, CD28. En modelos murinos se han obte-
contra éstos. A pesar de ello, su uso en la clínica se va exten- nido estados de tolerancia permanente, ya que las células T
diendo progresivamente debido a que en algunas situacio- inicialmente reactivas han sido eliminadas y los nuevos pro-
nes concretas son muy eficaces, como sucede en los recha- genitores de células T maduran en presencia del órgano tras-
zos agudos resistentes al resto de inmunodepresores. Por otra plantado, por lo que se hacen tolerantes a éste. Como conse-
parte, el inconveniente antes mencionado está en vías de re- cuencia, el gran objetivo del tratamiento inmunodepresor se
solución, ya que mediante técnicas de ingeniería genética se halla próximo: no tener que administrar una terapéutica in-
están consiguiendo anticuerpos híbridos que poseen la parte munodepresora durante tiempo indefinido. Se han ensayado
variable de origen murino y la constante de procedencia hu- ya estrategias de este tipo en clínica humana, tanto en tras-
mana. La utilización de AcMo se centra en tres situaciones: plantes como en enfermedades autoinmunes con resultados
tratar las crisis de rechazo, inducir tolerancia en los trasplan- esperanzadores. En cuanto a las inmunotoxinas, desde hace
tes y producir inmunotoxinas para su uso en el tratamiento más de 10 años se han ensayado métodos terapéuticos con-
de algunos procesos neoplásicos. En el trasplante renal, tra procesos neoplásicos consistentes en copular elementos
cuando los métodos habituales de inmunodepresión han fra- tóxicos como ricina a AcMo específicos de antígenos tumo-
casado, se ha ensayado la administración de AcMo anti-CD3 rales, con lo que los efectos tóxicos sólo recaerían sobre las
(una de las formas comerciales se denomina OKT3) en situa- células tumorales. A pesar de la lógica de este planteamien-
ciones de rechazo agudo, obteniéndose con frecuencia re- to, los resultados aplicados a la clínica han sido pobres. No
sultados satisfactorios. El inconveniente de este tratamiento obstante, aún prosiguen las investigaciones para mejorar esta
es su inespecificidad, además de que no puede darse duran- vía terapéutica antineoplásica.
te un tiempo prolongado y de que induce la producción de
anticuerpos antiidiotípicos, dirigidos contra la parte variable,
específica del antígeno del anti-CD3. La inducción de tole- Bibliografía especial
rancia periférica persigue conseguir una tolerancia estable al BRINES R (ed). Immunopharmacology. Immunol Today 1993; 14: 241-
órgano trasplantado o bien recuperan la tolerancia a los au- 332.
toantígenos. El método consiste en administrar, junto al tras- LANZAVECCHIA A. Identifying strategies for immune intervention.
plante, anticuerpos que inhiben la respuesta a éste, como Science 1993; 260: 937-944.

Principales pruebas inmunológicas de interés clínico


T. Gallart Gallart

Estudio de las inmunoglobulinas del suero con producción exclusiva cadenas ligeras (por su bajo peso
molecular se hallan sobre todo en la orina); en las denomi-
y otros líquidos biológicos nadas enfermedades de las cadenas pesadas; en caso de
gammapatías monoclonales de IgG, IgA e IgM de baja con-
Proteinograma electroforético del suero centración, o las infrecuentes inmunoglobulinas monoclona-
y otros líquidos biológicos les de clase IgD, y las excepcionales de clase IgE.

La mayor parte de las inmunoglobulinas séricas se locali- Dosificación de IgG, IgA, IgM en suero
zan en las fracciones gamma y beta del proteinograma elec-
troforético sérico (sobre acetato de celulosa o agarosa). La y otros líquidos biológicos
fracción gamma está integrada en su mayor parte por IgG, y a Se utilizan los métodos de inmundifusión radial simple o
su vez, la mayor parte de la IgG se halla en esta fracción. La la nefelometria. Su dosificación en suero es: a) esencial
fracción beta contiene muchas otras proteínas además ante la sospecha de una inmunodeficiencia primaria o
de IgA, IgM, IgD e IgE y parte de IgG. La fracción gamma de secundaria aunque la electroforesis del suero sea normal; la
las electroforesis del suero ofrece, pues, información aproxi- dosificación de subclases de la IgG (dosificadas por ELISA o
mada sobre los niveles de IgG sérica, permitiendo detectar nefelometría) es obligada ante casos de susceptibilidad a in-
las alteraciones más notorias de estos niveles, ya sea una fecciones, principalmente respiratorias, con valores norma-
disminución (hipogammaglubolinemia) o un incremento he- les o poco disminuidos de la fracción gamma electroforética,
terogéneo (hipergammglobulinemia policlonal); permite situación que puede corresponder a un déficit selectivo de
también identificar gran parte de las inmunoglobulinas mo- IgG2 (véase Inmunodeficiencias); b) es obligada en las gam-
noclonales (gammapatías monoclonales), que se traducen mapatías monoclonales tanto para dosificar inmunoglobu-
por la aparición de bandas estrechas o componentes homo- lina monoclonal como para evaluar si los niveles de las
géneos en las fracciones gamma y beta (y, excepcionalmen- inmunoglobulinas normales residuales son normales o dismi-
te, en la fracción alfa). Es útil también para monitorizar la nuidos, lo cual tiene importancia para ayudar a distinguir los
evolución de los niveles de una inmunoglobulina monoclo- casos de inmunoglobulina monoclonales idiopáticas benig-
nal una vez que ésta ha sido tipificada por inmunofijación o nas de aquellas que evolucionan o son expresión de un mie-
inmunoelectroforesis (véase más adelante). La electroforesis loma (en estas últimas las inmunoglobulinas residuales nor-
de la orina concentrada es también la prueba de elección males suelen estar disminuidas), y c) es útil su dosificación
para detectar la eliminación de cadenas ligeras libres (protei- en la sangre de cordón umbilical para comprobar la presen-
nuria de Bence-Jones), que aparecen en forma de una banda cia de IgM (normalmente sólo existe IgG que corresponde
estrecha usualmente de movilidad gamma rápida. a la IgG materna) ante casos de sospecha de infección
Hay que tener presentes las siguientes limitaciones de la congénita.
electroforesis del suero. Puede ser normal en los déficit de La dosificación sérica de IgD carece de indicaciones diag-
IgA e IgM y de subclases de IgG. Además, ciertas inmunoglo- nósticas conocidas, salvo en los infrecuentes casos de mielo-
bulinas monoclonales pueden pasar inadvertidas: mielomas mas productores de IgD monoclonal.

2769
INMUNOLOGÍA

Fig. 20.34. Tipificación de cuatro sueros (1-4) con distintas gammapatías monoclonales mediante inmunofijación sobre gel de agarosa. El rec-
tángulo superior corresponde a la electroforesis simple (EL). Los rectángulos inferiores corresponden a la inmunofijación de la electroforesis con
anticuerpos contra las cadenas pesadas gamma (G), alfa (A) y mu (M) y contra las cadenas ligeras kappa (K) y lambda (L). Las flechas indican
la banda homogénea de la electroforesis simple y la “inmunofijada” por los anticuerpos, lo que permite identificar la clase de inmunoglobulina
monoclonal y su tipo de cadenas ligeras (se indica entre paréntesis, al lado del número de la muestra).

Con respecto a la dosificación de inmunoglobulinas en lí- La investigación de una inmunoglobulina monoclonal me-
quidos biológicos: a) es útil la dosificación de IgG en el LCR diante inmunofijación y/o inmunoelectroforesis del suero y
en el diagnóstico de procesos neurológicos en los que hay orina concentrada es: a) esencial ante toda sospecha clínica
síntesis local de esta IgG y se halla incrementada con respec- fundamentada de mieloma o macroglobulinemia de Wal-
to a la albuminorraquia, incluso antes de que haya un au- denström o de otro síndrome linfoproliferativo que pueda
mento de la proteinorraquia total, como es el caso de la es- cursar con inmunoglobulina monoclonal, incluso si el protei-
clerosis múltiple y la panencefalitis esclerosante subaguda, y nograma electroforético del suero es normal, y b) obligada
b) la dosificación de IgA en saliva puede ser útil en ciertos ante los siguientes hallazgos de laboratorio, aunque no haya
casos de déficit de IgA (esta IgA salival no debe designarse manifestaciones clínicas: detección de una banda homogé-
IgA secretora, lo cual implicaría medir la IgA unida al com- nea en el proteinograma electroforético o, presencia de crio-
ponente secretor; si bien tal medición es factible y de inte- globulinemia (véase más adelante). Se debe advertir que hay
rés para la investigación de ciertos procesos, no es necesario dos situaciones en las que puede aparecer una banda homo-
para el diagnóstico de los déficit de IgA). génea en la electroforesis sin que esté causada por una in-
munoglobulina monoclonal: si de forma inadvertida se usa
Caracterización de inmunoglobulinas monoclonales plasma en lugar de suero, el fibrinógeno aparece como una
banda estrecha de movilidad gamma rápida; si el suero está
(gammapatías monoclonales o paraproteínas) intensamente hemolizado (por una mala extracción de la
Una inmunoglobulina monoclonal significa que procede sangre o bien por hemólisis intravascular), la hemoglobina
de una sola clona de células B y corresponde a una única puede simular una banda de movilidad beta.
molécula de inmunoglobulina con un solo tipo de cadenas Por otro lado, su investigación en el LCR reviste interés
ligeras y un punto isoeléctrico bien definido, lo que determi- para las gammapatías monoclonales con manifestaciones
na su aparición en forma de una banda estrecha o compo- neurológicas, así como para caracterizar las inmunoglobuli-
nente homogéneo en una separación electroforética (véase nas oligoclonales que pueden aparecer en el LCR en la escle-
Inmunoglobulinas). Las técnicas sistemáticas para detectar- rosis múltiple y en la panencefalitis subaguda esclerosante.
las y tipificarlas (determinar la clase de inmunoglobulina y el En estos últimos casos, la detección de tales bandas oligoclo-
tipo de cadenas ligeras) son la inmunofijación (figura 20.34) nales puede requerir un análisis por electroforesis de isoelec-
y la inmunoelectroforesis; ambas técnicas combinan la sepa- troenfoque. Su investigación en líquido gastroduodenal está
ración electroforética de las inmunoglobulinas y su reacción indicada ante un linfoma intestinal que pueda cursar con
con antisueros específicos contra las distintas cadenas pesa- producción de fragmentos de las cadenas pesadas de la IgA,
das y los dos tipos de cadenas ligeras; actualmente es re- y tales fragmentos no se detectan en el suero.
comendable la primera por ser más sensible así como más
rápida y más fácil de interpretar que la segunda. Las gamma-
patías monoclonales pueden corresponder a una inmunoglo-
Determinación de IgE total y específica
bulina completa (IgG, IgA o IgM, raras veces a IgD y, excep- (Véase Reacciones alérgicas mediadas por anticuerpos
cionalmente, a IgE) con un solo tipo de cadenas ligeras IgE), donde también se detallan las pruebas diagnósticas in
(bien k o λ) o sólo a las cadenas ligeras libres (bien de ti- vivo usadas en este tipo de procesos.
po κ, bien de tipo λ) a fragmentos de las cadenas pesadas de
la IgA o IgG o IgM (enfermedades de las cadenas pesadas).
En ocasiones pueden existir dos o incluso tres inmunoglobu-
Crioglobulinas
linas monoclonales (IgM + IgG; IgG + IgA; IgG + IgD, etc). En Las crioglobulinas son inmunoglobulinas que precipitan
la figura 20.35 se indica la incidencia de las distintas gamma- por exposición al frío (4 °C) y que se redisuelven por calenta-
patías monoclonales. miento a 37 °C. Se debe determinar la proporción de criopre-

2770
PRINCIPALES PRUEBAS INMUNOLÓGICAS DE INTERÉS CLÍNICO

antígeno-anticuerpo (Ag-Ac) circulantes y pueden llegar a


constituir el 40% de las crioglobulinas; en muchos casos se
asocian a procesos que cursan con inmunocomplejos circu-
61,2% (301)
IgG lantes (infecciones agudas y crónicas, cirrosis y conectivopa-
28,7% 56,0%
tías). Recientemente se ha comprobado que las crioglobuli-
nas de tipo II y algunas de tipo III se hallan fuertemente
52,7% asociadas (84% de los casos) a infección por virus de la he-
IgA (118) 21,9% patitis C y en algunos casos también se asocian a marcadores
46,7%
de infección por virus de la hepatitis B.
La investigación de las crioglobulinas es obligada ante ma-
53% nifestaciones clínicas compatibles con el síndrome de crioglo-
IgM (50) 9,3%
47% bulinemia esencial, así como en todas las gammapatías mono-
clonales asociadas a manifestaciones de síndrome de hiper-
viscosidad plasmática, acrocianosis, livedo reticularis o fenó-
IgD (2) 0,7% meno de Raynaud, provocados o no, por exposición al frío.

Determinación de inmunocomplejos circulantes


IgGK+IgMK (1) 0,1%
Si bien está perfectamente establecido el papel patogéni-
N=537 co que el depósito de inmunocomplejos (complejos Ag-Ac)
IgGK+IgAL (2) 0,3% desempeña en muchas enfermedades, la determinación de
los inmunocomplejos séricos (para lo que existe un amplio
número de métodos distintos basados en distintas propieda-
des de los complejos) no es esencial para el diagnóstico de
IgAI+IgMK (1) 0,1% ninguna enfermedad; sin embargo, puede ser útil para el
diagnóstico y la monitorización de los procesos en los que
dicho mecanismo desempeña un papel importante. Su de-
Sólo cadenas ligeras 57% tección no implica una enfermedad con lesiones por depósi-
(Bence-Jones puro) (44) 8,1%
43% to de inmunocomplejos y, a la inversa, pueden no detectarse
en enfermedades con lesiones causadas por este mecanis-
mo; son los complejos depositados en los tejidos los que cau-
Fragmentos cadenas γ (1) 0,1% san el daño, y es su demostración por inmunohistología la
que tiene valor (véase Lesiones por inmunocomplejos).

Fragmentos cadenas γ (8) 1,4% Complemento


La medición del complemento hemolítico total CH50 y la
determinación por inmunodifusión radial simple o nefelome-
Cadenas ligeras κ Cadenas ligeras λ
tría de C3 y C4 son las pruebas practicadas de forma sistemáti-
ca. Su aumento no tiene interés clínico, puesto que puede
ocurrir en todas las situaciones (inflamación, traumatismos)
Fig. 20.35. Incidencia de los distintos tipos de gammapatías mono- que impliquen un incremento de las proteínas de fase aguda.
clonales o paraproteínas sobre un total de 537 casos estudiados du- Su disminución significa: a) consumo por activación de la vía
rante un período de 7 años (enero de 1974 a enero de 1981) en un clásica (por inmunocomplejos) y/o de la vía alternativa; b) fal-
hospital de la ciudad de Barcelona. ta de síntesis que puede deberse a un déficit genético (véanse
Complemento e Inmunodeficiencias). La dosificación de estos
parámetros es: a) esencial ante toda sospecha de déficit gené-
cipitado (una forma simplificada es el criocrito) y, si éste es tico del complemento; en el caso de angioedema angioneuró-
valorable, proceder a su lavado, redisolución y análisis de las tico hereditario los niveles de CH50 y C4 son bajos, y el de C3,
inmunoglobulinas que lo integran mediante inmunofijación normal; es esencial también determinar los niveles de C1-inhi-
o inmunoelectroforesis; según el número de Igs presente en bidor puesto que la enfermedad se debe a un déficit genético
el crioprecipitado y su carácter monoclonal o policlonal, las de este componente (véanse Complemento e Inmunodefi-
crioglobulinas se dividen en los siguientes tipos: ciencias), y b) útil en el diagnóstico de las glomerulonefritis,
Tipo I. Constituidas por una única inmunoglobulina mono- en el diagnóstico y control evolutivo de enfermedades que
clonal, por lo general IgM y, con menor frecuencia, IgG (so- cursen con lesiones por inmunocomplejos, como el lupus eri-
bre todo IgG2 i IgG3), siendo excepcional que se trate de IgA; tematoso sistémico (LES) y en caso de vasculitis; actualmente
por lo común se presentan en las inmunoglobulinas mono- se están introduciendo nuevos métodos por ELISA para medir
clonales asociadas a la macroglobulinemia de Waldenström productos de C3a y C5a que son muy eficaces para establecer
o al mieloma, y constituyen el 20-25% de las crioglobulinas. la existencia de activación del complemento.
Tipo II. Constituidas por IgM monoclonal de tipo k que pre-
senta actividad factor reumatoide (actividad anticuerpo con-
tra Fc de la IgG) e IgG policlonal; constituye alrededor del Autoanticuerpos
25% de las crioglobulinas y puede asociarse a un síndrome
linfoproliferativo o, más a menudo, aparecer como una for- Los procesos autoinmunes pueden afectar diversos órga-
ma idiopática esencial que cursa con artralgias, fenómenos nos y los autoanticuerpos que aparecen en ellos presentan
de insuficiencia vascular periférica por exposición al frío (fe- diversas especificidades. Los procedimientos técnicos para
nómeno de Raynaud, livedo reticularis y acrocianosis), púr- detectarlos están condicionados por la forma disponible del
pura vasculítica, astenia, y, con menor frecuencia, glomeru- antígeno (purificado o no) y/o la facilidad y sensibilidad de-
lonefritis, afección hepática y neuropatía periférica. seadas para su detección. Los métodos son muy variables:
Tipo III. Constituidas por dos inmunoglobulinas (IgM-IgG) inmunofluorescencia indirecta sobre cortes de tejido hema-
o tres (IgM-IgG-IgA) de carácter policlonal; forman complejos glutinación, radioinmunoanálisis (RIA), ELISA, etc. (Véase

2771
INMUNOLOGÍA

ANA Exclusión del Investigar


por inmunofluorescencia Negativo anti-Ro si existe
diagnóstico de LES,
sobre cortes de excepto los clínica y también
higado de rata casos de LES anti-Sm
ANA-negativos
anti-Ro (SS-A)
positivos
Positivo (5% de los LES)
Fluorescencia Fluorescencia
moteada nucleolar
Fluorescencia Fluorescencia
homogénea periférica
Título ≥ 1:50 Título < 1:50

Confirmar anti-DNA Considerar


Título < 1:50 Título ≥ 1:50 esclerodermia
nativo (RIA)

Probablemente
Investigar inducido por fármacos Investigar:
anticuerpos o virus. Realizar control Probablemente Continuar con ScP-70
2-3 semanas después Positivo Negativo
anti-ENA asociado a otras prueba para anti-centrómero
conectivopatías anti-DNA
nativo (RIA)

Otros: Anti-La/Ro Anti-RNP Anti-Sm Negativo o sin Diagnóstico Probablemente


Ko positivo positivo positivo variación de LES asociado
Jo1 a CBP
PM1 o a casos
Ma aislados de
etc. Síndrome Considerar Diagnóstico Probablemente conectivopatías
de Sjögren primario Positivo Negativo
EMTC o LES de LES inespecífico
o secundario

Aumento del título Diagnóstico


Diversas Afección renal Sin afectación renal de LES
conectivopatías

Considerar LES Considerar EMTC Investigar


Anti-RNP
Anti-Sm Considerar Considerar LES
(ENA) biopsia renal subclínico
o cutánea LES inducido por
Considerar fármacos, otras
biopsia renal conectivopatías

Fig. 20.36. Algoritmo orientativo para el diagnóstico de los procesos con anticuerpos antinucleares. ANA: anticuerpos antinucleares; EMTC: enfermedad mixta de tejido conjuntivo; CBP: cirroris biliar prima-
ria; LES: lupos eritematoso sistémico; RIA: radioinmunoanálisis; ENA: antígenos nucleares extraíbles (anti-RNPh, anti-Sm, anti-La, etc.).

2663
PRINCIPALES PRUEBAS INMUNOLÓGICAS DE INTERÉS CLÍNICO

Enfermedades Autoinmunes, para su incidencia y valor diag-


nóstico.)

Anticuerpos antinucleares
Los anticuerpos antinucleares (ANA) son autoanticuerpos
dirigidos contra una gran variedad de estructuras intranuclea-
res: DNA, RNA, desoxirribonucleoproteínas, histonas y otras
proteínas distintas de las histonas. La investigación de los
ANA es imprescindible para el diagnóstico de LES y para su
seguimiento, así como para el diagnóstico de otras conecti-
vopatías: esclerodermia, CREST, conectivopatía mixta, sín-
drome de Sjögren primario y secundario a artritis reumatoide
(AR) y a LES, polimiositis y dermatomiositis.
El método de elección para la dosificación sistemática de
los ANA es la inmunofluorescencia indirecta usando como
sustrato cortes histológicos de hígado de rata congelado.
No sólo es importante averiguar el título (máxima dilución
a la que es positivo) sino también consignar los patrones de
tinción, ya que son sugestivos de diferentes estructuras anti-
génicas, lo cual tiene interés clínico puesto que orienta en re-
lación al diagnóstico diferencial entre el LES y otras conecti-
vopatías, como se resume en el algoritmo de la figura 20.36.
Básicamente, pueden observarse cuatro patrones de tin-
ción nuclear: a) homogénea o difusa de todo el núcleo, que
refleja probablemente una mezcla de anticuerpos dirigidos
contra desoxirribonucleoproteínas, histonas y DNA; b) con
reborde o refuerzo periférico, en el que la tinción del núcleo
se intensifica en su periferia y que traduce la presencia de
anticuerpos contra DNA de doble cadena; c) moteado que
refleja anticuerpos contra antígenos a los que genéricamente
se ha denominado “antígenos nucleares extraíbles” (ENA),
porque se pueden extraer del núcleo en soluciones salinas
isotónicas, y d) nucleolar, en el que, como indica su nombre,
sólo se observan teñidos los nucléolos, lo que revela la pre-
sencia de anticuerpos contra RNA nucleolar, los cuales son
característicos de la esclerodermia (fig 20.37).
Los anticuerpos anti-DNA pueden ser de tres tipos: a) diri-
gidos contra DNA de cadena única (DNA-ss), también deno-
minado desnaturalizado; b) contra DNA de doble cadena
(DNA-ds), también llamado nativo, y c) dirigidos contra de-
terminantes del DNA presentes tanto en el DNS-ds o nativo y
en el desnaturalizado o DNA-ss (anti-DNA-ss-DNA-ds).
Si los ANA tienen un título significativo (superior a 1:50)
hay que proceder a investigar las distintas especificidades de
los anticuerpos antinucleares: anti-DNA, anti-Sm y anti-RNPn y
anti-Ro(SS-A) y anti-ha (SS-B) guiándose por el patrón de tin-
ción de los ANA y en función de la información clínica, como
se esquematiza en el algoritmo de la figura 20.36. Los anti-
cuerpos anti-DNA se valoran con ensayos de RIA y ELISA, que
miden probablemente una mezcla de anti-DNA-ds-DNA-ss y
anti-DNA-ds. Los anticuerpos anti-DNA-ds son patognomóni-
cos de LES, y su título se correlaciona con la actividad clínica.
Los anticuerpos anti-ENA (Sm y RNPn) y los anti-Ro (SS-A)
y anti-La (SS-B) se evalúan mediante diversos métodos de
detección de la reacción Ag-Ac: doble inmunodifusión, con-
trainmunoelectroforesis, hemaglutinación, ELISA y otros.
También se determinan por este tipo de métodos los anti-
cuerpos anti-Scl-70, que pueden tener gran interés en ciertos
casos, pues su presencia es diagnóstica de la esclerodermia.
Los anticuerpos anticentrómero pueden dar un patrón mo-
teado muy fino o no observarse en los cortes de tejido. Para
comprobar su presencia hay que utilizar células en mitosis
como sustratos de la inmunofluorescencia. Su detección tie-
ne interés para el diagnóstico diferencial entre el síndrome
de CREST y la esclerodermia progresiva sistémica (véase En-
fermedades autoinmunes para la incidencia de autoanticuer-
pos).
Fig. 20.37. Anticuerpos antinucleares por inmunofluorescencia indi-
Autoanticuerpos contra la envoltura nuclear recta sobre cortes de hígado de rata. Se muestran los cuatro patrones
que pueden observarse. A. Tinción difusa u homogénea en todo el nú-
El patrón de ANA sobre cortes de tejidos o líneas celulares cleo. B. Moteado. C. Con reborde o refuerzo periférico. D. Nucleolar.
puede adoptar una imagen de fino “anillo” perinuclear que (Véase lámina en color al final del volumen.)

2773
INMUNOLOGÍA

un observador experimentado puede distinguir fácilmente roidea; existen equipos de ELISA para su determinación con
de los ANA con “refuerzo periférico”, más grosero, típico de esta enzima purificada.
los anticuerpos anti-DNA nativo del LES. Van dirigidos contra
componentes de la envoltura nuclear. Estos anticuerpos en
“anillo” se pueden detectar en el 30-50% de los pacientes con
Anticuerpos antiislotes de páncreas
cirrosis biliar primaria (CBP) incluidos algunos casos con au- Son característicos de la diabetes mellitus tipo I, y su pre-
sencia de anticuerpos antimitocondriales. Dichos anticuer- sencia puede preceder al inicio clínico de la enfermedad.
pos reconocen componentes de 200 kD que pueden corres- También pueden estar presentes en el suero de familiares,
ponder a algunos de los componentes del poro nuclear. con riesgo de desarrollar la enfermedad. Se detectan por in-
También pueden detectarse ANA en “anillo” en casos aisla- munofluorescencia indirecta sobre cortes criocongelados de
dos de conectivopatías (LES, síndrome de Sjögren, hepatitis páncreas humano.
crónica activa y esclerodermia). En este caso los anticuerpos
reconocen componentes de la lámina nuclear, pero no los
componentes de 200 kD. Anticuerpos anticélulas parietales gástricas
Son típicos de la anemia perniciosa y de la gastritis atrófi-
ca. Se detectan mediante inmunoflurescencia indirecta so-
Anticuerpos antimitocondriales y antimicrosomas bre cortes criocongelados de estómago de rata.
de hígado-riñon
Los anticuerpos por antimitocondriales (AMA) son carac- Anticuerpos contra antígenos citoplasmáticos
terísticos de la CBP, hallándose en el 90-95% de los casos. Re-
conocen antígeno presentes en todas las mitocondrias, si de los neutrófilos
bien están mucho más expresados en las de las células de Constituyen un marcador diagnóstico de ciertas vasculitis
los túbulos distales del riñón de rata, dando lugar a un patrón necrosantes sistémicas idiopáticas, particularmente, de la
que permite identificarlos por inmunofluorescencia indirec- granulomatosis de Wagener y de la glomerulonefritis rápida-
ta, usando criosecciones de este órgano como sustrato. Se mente progresiva, y están también presentes en otras vasculi-
han identificado varios antígeno mitocondriales (M2, M4, tis de este tipo como la poliarteritis nudosa clásica y el sín-
M8, M9) reconocidos por estos anticuerpos, siendo el M2 que drome de Churg-Strauss. Se trata de autoanticuerpos que
se encuentra típicamente en la absoluta mayoría de los pa- reconocen enzimas lisosomales mieloides, y que dan un
cientes con CBP; la naturaleza de este antígeno corresponde patrón de tinción citoplasmática mediante inmunofluores-
a un complejo enzimático (véase Enfermedades autoinmu- cencia indirecta usando preparaciones citocentrifugadas de
nes). Altos títulos de AMA son característicos de la CBP, pero neutrófilos humanos fijados, siendo este el método más co-
en títulos inferiores pueden hallarse hasta en el 20% de las múnmente empleado para su detección.
hepatitis crónicas activas autoinmunes (hepatitis autoinmu-
ne, según la nomenclatura internacional recientemente reco-
mendada). Factor reumatoide o autoanticuerpos anti-Fc de la IgG
Los anticuerpos antimicrosomas de hígado-riñón (anti- Es imprescindible para el diagnóstico de AR, aunque a tí-
LKM) deben distinguirse de los AMA típicos, con los cuales tulos bajos puede estar presente en otros muchos procesos
se englobaron durante años. Por inmunofluorescencia sobre patológicos.
cortes de hígado y riñón de rata dan un patrón de tinción ci- Los métodos usados más comúnmente detectan sólo anti-
toplasmática centrolubulillar en el hígado de rata, así como cuerpos de clase IgM; para detectar autoanticuerpos anti-IgG,
en el citoplasma de los túbulos proximales de riñón de rata, presente en los pacientes con AR seronegativa, hay que utili-
pero sin reactividad con los túbulos distales. Esta ausencia zar un método de ELISA.
de reactividad con los túbulos distales es lo que permite la
diferenciación con el patrón típico de los AMA reconocedo-
res del antígeno M2, que reaccionan fuertemente con los tú- Anticuerpos antifosfolípidos
bulos distales. Son autoanticuerpos que reconocen fosfolípidos anióni-
Tanto los AMA como los anti-LKM dan fuerte reactividad cos como la cardiolipina (más concretamente el grupo fosfo-
con el citoplasma de otras células usadas como soporte en la diéster, cargado negativamente, de estas moléculas). Son fre-
investigación de otros autoanticuerpos específicos de órgano cuentes en el LES y están asociados a trastornos de la
(p. ej., anticuerpos anticélulas parietales gástricas), por lo coagulación, abortos de repetición y trombocitopenia. Estos
que estas pruebas quedan invalidadas cuando existen altos anticuerpos y algunas de las manifestaciones clínicas pue-
títulos de AMA y anti-LKM. den asociarse también a otras entidades y, en algunos casos,
presentarse de forma primaria (“síndrome de anticuerpos
Anticuerpos antimúsculo liso antifosfolípidos primario”). Tales anticuerpos son los respon-
sables de las reacciones VDRL falsamente positivas. Al reac-
Se hallan con frecuencia en los pacientes con hepatitis cionar con fosfolípidos aniónicos de la membrana de las
crónica activa. Se evalúan midiendo su reactividad con la plaquetas, los anticuerpos fosfolípidos pueden interferir en
muscular gástrica usando cortes de estómago de rata y van el proceso de la coagulación y tener un efecto anticoagulan-
principalmente dirigidos contra la actina. te en los ensayos in vitro, siendo responsables del anti-
coagulante circulante del lupus (AL). Su detección con fines
diagnósticos está indicada en las situaciones clínicas men-
Anticuerpos antitiroideos cionadas. Para medir su presencia se utiliza un ELISA con
La detección de anticuerpos antitiroglobulina y antimicro- cardiolipina y/u otros fosfolípidos aniónicos unidos a la fase
soma de tiroides es imprescindible para el diagnóstico de la sólida.
tiroiditis crónica y el mixedema espontáneo del adulto y
la enfermedad de Graves. Más del 90% de los pacientes con Anticuerpos anti-IgA
tiroiditis presentan un tipo u otro de anticuerpos o ambos. Se
hallan también en el 25-50% de los pacientes con enferme- Se presentan en los pacientes con deficiencia selectiva
dad de Graves y en el 20% de los pacientes con adenocarci- de IgA. Para detectarlos se utilizan métodos de hemagluti-
noma tiroideo. Su detección se realiza por hemaglutinación nación con hematíes recubiertos de IgA o bien ELISA
pasiva con hematíes recubiertos de los antígeno. Los anti- (para sus indicaciones diagnósticas véase Inmunodefi-
cuerpos antimicrosomas van dirigidos contra la peroxidasa ti- ciencias).

2774
PRINCIPALES PRUEBAS INMUNOLÓGICAS DE INTERÉS CLÍNICO

sión, falta de objetividad y bajísimo poder informativo de


este método con respecto a la citofluorimetría.
La determinación de subpoblaciones linfocitarias es obli-
gada ante toda sospecha de inmunodeficiencia primaria o
secundaria. Entre las secundarias es esencial para el control
evolutivo de la infección por HIV, siendo imprescindible
determinar, como mínimo, linfocitos T (CD3+), linfocitos
T CD4+ y linfocitos T CD4+; también es aconsejable medir el
número de linfocitos B (CD19+ o CD20+ o positivos para in-
munoglobulinemia de membrana); la disminución del nú-
mero de linfocitos T CD4+ se correlaciona con la progresión
de la infección hacia la aparición de inmunodeficiencia
(SIDA) (fig. 20.38). En los casos de inmunodeficiencias pri-
marias, además de las anteriores, hay que añadir un mayor
número de marcadores (que se decidirán por consulta con
el laboratorio de inmunología) con el fin de determinar con
precisión el fenotipo de las subpoblaciones de células B y T;
reviste interés caracterizar también la expresión de integrinas
leucocitarias (véase Inmunodeficiencias); puede ser también
conveniente añadir marcadores para enumerar células natu-
ral killer (NK), que se definen por expresar CD16, CD56 y au-
sencia de CD3 y TCR. Asimismo, es obligada la determina-
ción de subpoblaciones linfocitarias en la fenotipificación de
las leucemias y linfomas con expresión en sangre periférica
(véase la sección Hematología) y en casos de hemoglobuli-
nuria paroxística nocturna, para comprobar el déficit de
expresión de las proteínas del complemento utilizando los
anticuerpos monoclonales CD55(DAF), CD59 (protectina) y
CD46 (MCP), déficit que es responsable de esta enfermedad
(véanse Complemento y la sección de Hematología).

Funciones linfocitarias in vitro


Fig. 20.38. Cuantificación por citofluorimetría de flujo de linfocitos T Respuesta proliferativa frente a activadores policlonales
CD3+, CD4+ y CD8+ y linfocitos B (CD20+), por inmunofluorescencia
directa en un paciente infectado por el HIV con manifestaciones clíni- Consisten en cultivar las células linfomonocitarias con di-
cas (HIV) y en individuo sano (control). Se ha empleado doble marca- versas dosis de mitógenos inespecíficos durante varios días y
do con pares de anticuerpos monoclonales (como se indica en las co-
ordenadas que miden la intensidad de fluorescencia), cada uno de medir la proliferación celular evaluando la síntesis de DNA
ellos marcado con un fluorocromo (FITC: fluoresceína; PE: ficoeritroi- mediante la incorporación por las células cultivadas de timi-
na). Nótese la acusada disminución de linfocitos T CD4+ del paciente dina radiactiva. Los mitógenos más utilizados son la fitohe-
en relación con el individuo control. maglutinina y la concanavalina A, que estimulan los linfoci-
tos T, y el mitógeno Pokeweed (PWM), que estimula los
linfocitos T y B. Actualmente se usan también AcMo CD3
como activador policlonal de células T; y además de medir
Factor nefrítico o anticuerpos contra la proliferación se determina también la producción de IL-2 y
otras citocinas. Las pruebas exactas que han de realizar de-
componentes de la C3-convertasa ben decidirse tras la consulta con el laboratorio de inmuno-
logía. Las técnicas de cultivos celulares sólo son asequibles a
Se trata de autoanticuerpos IgG dirigidos contra compo- los laboratorios especializados y la extracción de sangre re-
nentes de la C3-convertasa, que causan una gran estabiliza- quiere cuidados especiales para mantener la esterilidad y la
ción de esta enzima, con el consiguiente consumo persisten- viabilidad de las células que se van a cultivar.
te del C3. Se hallan en pacientes con glomerulonefritis
mesangiocapilar y en la lipodistrofia parcial; su investigación Respuesta proliferativa de las células T frente
es obligada en estas enfermedades, y puede serlo también en
pacientes con déficit (por consumo) de C3 que muestren ni- a los aloantígenos (cultivo linfocitario mixto)
veles muy bajos de este componente. Los linfocitos T tienen la propiedad de proliferar frente a
los linfocitos de otro individuo con antígenos no compati-
bles del locus D del sistema de histocompatibilidad (HLA)
Identificación y recuento de poblaciones (véanse Linfocitos T, Respuestas inmunes y Sistema HLA). La
linfocitarias en sangre periférica metodología es parecida a la indicada para los ensayos de
proliferación frente a mitógenos.
Las subpoblaciones linfomonocitarias definidas por los Es esencial para evaluar la compatibilidad del locus D del
AcMo se determinan usando células viables en suspensión sistema HLA entre donante y receptor en los casos de tras-
(frescas, recién obtenidas o bien tras su descongelación si se plante de médula ósea. Del mismo modo, es importante para
almacenaron por criopreservación). Se emplea inmunofluo- medir la competencia de los linfocitos T ante la sospecha de
rescencia directa (con el AcMo murino directamente marca- inmunodeficiencia primaria.
do con un fluorocromo) o indirecta, en cuyo caso se utiliza
un segundo anticuerpo contra las inmunoglobulinas de ra-
tón marcado con un fluorocromo. Las células fluorescentes
Síntesis in vitro de inmunoglobulinas
se evalúan por citoflurimetría de flujo. Si bien es posible eva- Se trata de una prueba más compleja todavía que las de
luarlas también mediante microscopia de inmunofluorescen- proliferación linfocitaria antes indicadas. Su realización pue-
cia, ello es poco recomendable, dada la lentitud, impreci- de ser conveniente para el diagnóstico preciso de un déficit

2775
INMUNOLOGÍA

primario de anticuerpos en el que haya linfocitos B circulan- LOZANO F, PARÉS A, BORCHE L, PLANA M, GALLART T, RODES J et al. Auto-
tes (p. ej., inmunodeficiencia variable común), con el fin de antibodies against nuclear encelope-associated proteins in pri-
discernir si el déficit se debe a un defecto para la diferencia- mary biliary cirrhosis. Hepatology 1988; 8: 930-938.
ción de los linfocitos B o a falta de cooperación de los
T CD4. El sistema más clásicamente usado consiste en un
cultivo in vitro de las células mononucleadas de sangre peri- Bibliografía general
férica con el mitógeno policlonal Pokeweed (extraído de la ABBAS AK, LICHTMAN AH, POBER JS (eds). Cellular and molecular im-
Phitolacca americana). Este mitógeno induce a los linfocitos munology. Filadelfia, WB Saunders, 1991.
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presentes y su funcionamiento esté indemne. Al cabo de ven Press, 1993; 235-282.
7 días de cultivo hay que dosificar las distintas inmunoglobu- BERZOFSKI JA, BERKOWER IJ, EPSTEIN SL (eds). Antigen-antibody interac-
linas (IgM, IgG, IgA) en los sobrenadantes de los cultivos con tions and monoclonal antibodies, 3.a ed. Nueva York, Raven
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Se trata de una metodología asequible sólo a laboratorios 1.379.
especializados. Tiene dos grandes campos de aplicaciones UIS/WHO REPORT. Laboratory investigations in clinical immunology:
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población está sensibilizada, con lo que en realidad se ex- NOSSAL GJV. Negative selection of lymphocytes. Cell 1994; 76: 229-
plora una respuesta secundaria de hipersensibilidad retarda- 239.
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