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Recursos y materiales para la enseñanza

Los recursos para la enseñanza son materiales variados que los y las docentes
podemos incorporar para enriquecer nuestras propuestas educativas, tanto a distancia
como de manera presencial. Para comenzar el recorrido de esta clase es importante
señalar la distinción entre recursos y materiales educativos. Al respecto Pere Marquès
(2007) considera que cualquier material puede utilizarse con fines educativos no
obstante, no todos los materiales fueron producidos con esa intencionalidad.
Es decir, existen una diversidad de materiales que podemos utilizar para acompañar y
favorecer procesos de enseñanza, aún cuando originalmente no hayan sido pensados
para tal situación. De todos modos, podemos adaptarlos y contextualizarlos para
incorporarlos a las propuestas que generemos. La cultura digital contemporánea e
internet nos permite utilizar materiales muy diversos a los que nosotrxs convertimos en
educativos porque los incorporamos en una propuesta con tal fin. A modo de ejemplo
podemos incorporar un fragmento de una película comercial para problematizar alguna
temática de nuestro interés.
Por eso vamos a distinguir:
Material o medio didáctico: cualquier material elaborado con la intención de facilitar
los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Por ejemplo, un manual, una guía de
lectura, un libro de texto o un software que permite hacer prácticas en física, química,
matemáticas son medios didácticos porque están hechos con ese propósito.
Recurso educativo: es cualquier material que, en un contexto educativo determinado,
es utilizado con una finalidad didáctica o para facilitar el desarrollo de actividades
formativas.
Por ejemplo: Una película, una canción, un poema, una obra de arte, una nota
periodística se vuelven recursos educativos si están insertos en una propuesta
educativa.
Un video documental sobre la historia del Movimiento Obrero producido por Canal
Encuentro es material didáctico en tanto su intención es favorecer y facilitar procesos
de enseñanza sobre esa temática en particular. “Tiempos modernos”, “La Patagonia
Rebelde” o “La sal de la tierra” son producciones cinematográficas que podemos
contextualizar y utilizar con la misma finalidad pero no fueron pensadas con un
propósito didáctico.
En términos generales, cuando hablamos de materiales didácticos nos referimos a
“aquellas producciones incorporadas a una propuesta de enseñanza con el
propósito de favorecer y permitir otras posibilidades de encuentro con los
contenidos que pretendemos transmitir y propician otros modos de interacción
entre estudiantes. Los pensamos entonces como aquellas “materialidades” que
posibilitan el despliegue de estrategias de enseñanza para acompañar procesos de
apropiación de saberes. Textos escritos e impresos, gráficos, fotografías, videos,
audios, mapas conceptuales, ilustraciones, gráficos, presentaciones multimediales y
una diversidad de objetos engrosan el listado de posibles recursos que permiten mediar
y enriquecer los aprendizajes.
_________________________________
Para pensar y explorar
Pensemos un momento en nuestras propias prácticas de enseñanza
¿Incorporamos habitualmente materiales?¿De qué tipo? ¿Seleccionamos materiales
con propósitos pedagógicos o recursos que se “vuelven” pedagógicos a partir de alguna
propuesta que diseñamos? ¿Reconocen algunos materiales o recursos que “funcionen”
mejor que otros? ¿Hay algún tema requiera la incorporación de materiales para ser
mejor comprendido? ¿Cuáles?

Criterios para la selección e incorporación de recursos a situaciones de


enseñanza
¿Hay alguna receta o fórmula para evaluar el material que decidimos utilizar en
nuestras clases? Consideremos más bien que es posible construir algunos criterios que
permitan seleccionar y evaluar materiales a la hora de elegirlos para el desarrollo de
nuestros proyectos de enseñanza.
En este apartado las y los invitamos a revisar algunos interrogantes que permitan
orientar nuestras decisiones al momento de seleccionar recursos.
¿En qué instancias del desarrollo de la clase incorporamos recursos?, ¿cuál es su
sentido?, ¿Qué esperamos que las y los estudiantes logren a partir de la interacción con
esos materiales?
¿Queremos que se informen, que conozcan, que distingan, reconozcan? ¿Queremos
que produzcan?
Estos materiales ¿Movilizan, provocan, invitan? ¿Son apoyos para exposiciones o
desarrollo de algunos temas? o ¿Promueven la experimentación, la sensibilización, la
reflexión y la comunicación?
¿De qué modos las y los invitamos a participar de la propuesta?, es decir, ¿cómo
queremos interpelar a las y los estudiantes?
A partir de lo que proponen algunos autores (Danieli, Ruiz Juri, et. al.: 2010)
desarrollamos a continuación algunas dimensiones que podemos tener en cuenta al
momento de seleccionar materiales educativos o contextualizar recursos:

 Soporte material: Consideramos que cualquier objeto cultural/ simbólico tiene dos
dimensiones: una material y otra conceptual. Cuando hablamos de soporte nos
referimos a las materialidades en las que se expresan determinadas ideas o
conceptos. ¿Cuál es el soporte del material que seleccionamos? Impreso y/o digital.

¿Qué lenguajes integra el material? Palabra escrita, palabra oral, lenguaje visual,
sonoro, etc.

Este aspecto es relevante en tanto nos permite planificar la situación en la estos


materiales van a circular, verificar que sea accesible para las y los estudiantes
(legible) y también que sea atractivo, que llame la atención y que invite a recorrerlo.
Por ejemplo: si decidimos trabajar con audios, es necesario verificar que sean audibles
y también contar con el equipamiento necesario para poder reproducirlo.

 Modos de representación de los contenidos: ¿Cómo están presentados los


contenidos? Están organizados por capítulos, partes enumeradas; presenta una
hoja de ruta; propone diferentes recorridos alternativos; etc. Incluye resúmenes
que presenten y síntesis los temas. Complementa los contenidos con gráficos,
esquemas, mapas, ilustraciones, etc. ¿Permiten definir o producir secuencias de
lecturas o actividades?

 Contextualización y saberes previos: ¿El material seleccionado dialoga con los


conocimientos y saberes previos de las y los estudiantes? ¿Contempla sus perfiles,
sus necesidades y demandas? ¿En qué aspectos? Es necesario contar aquí con un
diagnóstico/ un reconocimiento de los saberes y experiencias previas de las y los
estudiantes con los trabajamos. Aquí nos preguntamos si el material seleccionado
requiere contextualización previa antes de ofrecerlo, si demanda la lectura o trabajo
con materiales complementarios, si requiere explicaciones.

Por ejemplo: ocurre a veces que elegimos producciones audiovisuales o bien textos
literarios para utilizarlos como disparadores de alguna temática. En este punto es
necesario considerar el reconocimiento previo que las y los estudiantes tengan de la
obra seleccionada porque puede que requiera un tiempo previo la familiarización con el
recurso propuesto. En ese caso el efecto que conseguimos puede ser diferente al
previsto al momento de pensar en nuestra intervención docente.

 Interacciones e interpelación: ¿Qué tipos de recorridos y procesos de


aprendizajes promueve el material? Permite por ejemplo reconocer y distinguir
clasificaciones, categorías, posibilita comparar distintas perspectivas, promueve la
reflexión sobre algún hecho, contenido, tema, invita al debate para construir puntos
de vista, etc.¿Brinda acceso a los contenidos?, ¿habilita recorridos diversos sobre
algún contenido? ¿propicia la construcción y comunicación de los contenidos? ¿Qué
tipo de interacción propicia el material? Entre estudiantes y docentes; entre
estudiantes entre sí; entre ellos y la comunidad, etc.

Estos interrogantes no necesariamente se responden ante cualquier material o recurso,


sin embargo consideramos que permiten construir algunos indicios que nos posibilitan
la selección de diversos materiales. También pueden ser una guía para animarnos a
construir nuestros materiales propios. (En el último capítulo de la clase vamos a
desarrollar algunas pistas.
Formatos, lenguajes y modos de representación de
contenidos
Decíamos anteriormente que uno de los criterios para seleccionar materiales y recursos educativos es el
soporte material y otro el modo de representación de los contenidos. Recuperamos ambos criterios para
explorar algunas posibilidades que nos ofrecen los formatos y lenguajes digitales en general y los
audiovisuales en particular.

Los cambios ocurridos en nuestras sociedades en los últimos años no sólo implican transformaciones a
nivel de estructuras productivas de la vida social sino fundamentalmente a cambios en los modos de
simbolizar y representar el mundo. Es decir, el desarrollo tecnológico produce cambios en cuanto a la
concepción del tiempo y del espacio, de los modos de vincularnos y de experimentar nuestra existencia.
Somos usuarios de celulares, y eso implica, por ejemplo la posibilidad de ser ubicados en cualquier
momento y cualquier lugar. La conectividad permite trabajar en línea e interactuar con infinito número de
personas para resolver cuestiones laborales, asistimos a conferencias de personas que no están presentes
en el recinto sino a través de una pantalla, por mencionar algunos ejemplos.

Estas nuevas posibilidades tecnológicas también hacen posibles nuevas formas de expresión y percepción.
En este sentido, emergen nuevos lenguajes que tienen efectos en la formas de configuración del saber y
los procesos simbólicos de apropiación y adquisición cognitiva.
Este es un punto sensible puesto que las tecnologías ponen en circulación nuevos lenguajes y códigos,
modifican la experiencia de lectura y escritura –mensajes de texto, twitter, chat, memes -, proponen nuevos
modos de leer, de ver el mundo. Estas modificaciones inciden también en los procesos de construcción de
conocimiento y en el reconocimiento de los espacios legítimos de producción de saberes.
___________________________
Para leer y reflexionar

En Mendoza un docente de Literatura de nivel secundario les propuso a sus estudiantes analizar los textos
de Sor Juana Inés de la Cruz a través de memes que citan a la célebre escritora mexicana y que circulan
masivamente por redes sociales.
Compartimos una nota periodística que relata la experiencia:
Decilo con memes: original propuesta para estudiar literatura en una escuela mendocina

¿Qué opinan de esta experiencia? ¿Consideran posible abordar con este tipo de producciones una obra
de la literatura clásica de Latinoamérica? ¿Se imaginan trabajando algún tema a partir del uso de
memes?
_____________________________

¿Más que mil palabras?

El mundo de las imágenes se volvió un espacio interesante para abordar desde distintas disciplinas que
ponen el eje en la centralidad de la experiencia audiovisual en las sociedades contemporáneas. La
experiencia humana con la imagen se ha diversificado y ampliado al ritmo del desarrollo de las tecnologías
de la información y la comunicación. El crecimiento de las redes sociales virtuales, las aplicaciones que
permiten compartir fotografías en línea y el acceso a dispositivos electrónicos para la producción de
imágenes (cámaras digitales portátiles, teléfonos celulares con cámaras incorporadas, etc.) amplían las
posibilidades de circulación y exposición a las imágenes y también posibilitan a cualquier persona la
producción y modificación de imágenes en cualquier momento. Producimos imágenes en cualquier
momento del día, en diversas situaciones cotidianas. Podemos hacerlo porque accedemos de manera
sencilla a dispositivos que nos permiten realizar operaciones técnicas (tomar una foto, editarla, ponerle
filtros, etc) que en otro momento eran solo dominio de profesionales.

Esta realidad modifica el estatuto de las imágenes y potencia la aparición de nuevas estéticas y nuevas
formas narrativas: los fenómenos de youtubers o de instagramers, constituyen un mundo que está
explotando, del que poco sabemos y donde las prácticas no están estabilizadas aún (Verón, 2013:5) y que
a su vez nos proponen nuevas formar de contar, de narrar y de representar el mundo.
Ahora bien, en nuestro quehacer docente en el marco de disciplinas de las ciencias sociales, la
incorporación de otros lenguajes distintos a la palabra - tal el caso de las imágenes o las producciones
audiovisuales- ¿opera como un complemento ilustrativo del texto? (piensen aquí en los manuales
escolares con los que seguro nos hemos vinculado en algún momento) o bien ¿trabajamos con estos
lenguajes como posibilidad para promover otros modos de construcción de conocimiento?
No es una tarea fácil, estamos más acostumbrados/as a pensar nuestras clases desde el texto, desde la
palabra. Así es que pensamos, leemos, escribimos y en ocasiones exploramos materiales construídos con
otros lenguajes para articularlos con nuestro "texto" ya escrito.

¿Es posible imaginar situaciones de enseñanza en donde incorporemos recursos propongan otras
interpelaciones a las y los estudiantes? ¿Cómo pensar procesos de enseñanza en donde se movilicen y
activen procesos de producción de saberes vinculados también con las sensaciones y las emociones?

La narrativa audiovisual, como dice la directora de cine Lucrecia Martel, permite un juego que no es el
discursivo o el que no está ligado a la lengua (2005), en este sentido, trabajar con otros lenguajes invita
pensar en clave de esos lenguajes. Pensar en imágenes, en sonidos, en generar climas a partir de la puesta
en circulación de esos códigos.
____________________________
Para pensar y reflexionar

¿Utilizan en sus clases o propuestas de enseñanza materiales construídos con otros lenguajes (digitales,
audiovisuales, sonoros)? ¿Utilizan imágenes? ¿De qué modo se utilizan las imágenes? ¿Complementan
el texto? ¿Son objetos a partir de los cuáles se propone abordar algún contenido? ¿Se utilizan como
disparadores de discusiones o debates?
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Formatos, lenguajes y modos de representación de


contenidos
Decíamos anteriormente que uno de los criterios para seleccionar materiales y recursos educativos es el
soporte material y otro el modo de representación de los contenidos. Recuperamos ambos criterios para
explorar algunas posibilidades que nos ofrecen los formatos y lenguajes digitales en general y los
audiovisuales en particular.
Los cambios ocurridos en nuestras sociedades en los últimos años no sólo implican transformaciones a
nivel de estructuras productivas de la vida social sino fundamentalmente a cambios en los modos de
simbolizar y representar el mundo. Es decir, el desarrollo tecnológico produce cambios en cuanto a la
concepción del tiempo y del espacio, de los modos de vincularnos y de experimentar nuestra existencia.
Somos usuarios de celulares, y eso implica, por ejemplo la posibilidad de ser ubicados en cualquier
momento y cualquier lugar. La conectividad permite trabajar en línea e interactuar con infinito número de
personas para resolver cuestiones laborales, asistimos a conferencias de personas que no están presentes
en el recinto sino a través de una pantalla, por mencionar algunos ejemplos.

Estas nuevas posibilidades tecnológicas también hacen posibles nuevas formas de expresión y percepción.
En este sentido, emergen nuevos lenguajes que tienen efectos en la formas de configuración del saber y
los procesos simbólicos de apropiación y adquisición cognitiva.

Este es un punto sensible puesto que las tecnologías ponen en circulación nuevos lenguajes y códigos,
modifican la experiencia de lectura y escritura –mensajes de texto, twitter, chat, memes -, proponen nuevos
modos de leer, de ver el mundo. Estas modificaciones inciden también en los procesos de construcción de
conocimiento y en el reconocimiento de los espacios legítimos de producción de saberes.
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Para leer y reflexionar

En Mendoza un docente de Literatura de nivel secundario les propuso a sus estudiantes analizar los textos
de Sor Juana Inés de la Cruz a través de memes que citan a la célebre escritora mexicana y que circulan
masivamente por redes sociales.
Compartimos una nota periodística que relata la experiencia:
Decilo con memes: original propuesta para estudiar literatura en una escuela mendocina

¿Qué opinan de esta experiencia? ¿Consideran posible abordar con este tipo de producciones una obra
de la literatura clásica de Latinoamérica? ¿Se imaginan trabajando algún tema a partir del uso de
memes?
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¿Más que mil palabras?


El mundo de las imágenes se volvió un espacio interesante para abordar desde distintas disciplinas que
ponen el eje en la centralidad de la experiencia audiovisual en las sociedades contemporáneas. La
experiencia humana con la imagen se ha diversificado y ampliado al ritmo del desarrollo de las tecnologías
de la información y la comunicación. El crecimiento de las redes sociales virtuales, las aplicaciones que
permiten compartir fotografías en línea y el acceso a dispositivos electrónicos para la producción de
imágenes (cámaras digitales portátiles, teléfonos celulares con cámaras incorporadas, etc.) amplían las
posibilidades de circulación y exposición a las imágenes y también posibilitan a cualquier persona la
producción y modificación de imágenes en cualquier momento. Producimos imágenes en cualquier
momento del día, en diversas situaciones cotidianas. Podemos hacerlo porque accedemos de manera
sencilla a dispositivos que nos permiten realizar operaciones técnicas (tomar una foto, editarla, ponerle
filtros, etc) que en otro momento eran solo dominio de profesionales.

Esta realidad modifica el estatuto de las imágenes y potencia la aparición de nuevas estéticas y nuevas
formas narrativas: los fenómenos de youtubers o de instagramers, constituyen un mundo que está
explotando, del que poco sabemos y donde las prácticas no están estabilizadas aún (Verón, 2013:5) y que
a su vez nos proponen nuevas formar de contar, de narrar y de representar el mundo.

Ahora bien, en nuestro quehacer docente en el marco de disciplinas de las ciencias sociales, la
incorporación de otros lenguajes distintos a la palabra - tal el caso de las imágenes o las producciones
audiovisuales- ¿opera como un complemento ilustrativo del texto? (piensen aquí en los manuales
escolares con los que seguro nos hemos vinculado en algún momento) o bien ¿trabajamos con estos
lenguajes como posibilidad para promover otros modos de construcción de conocimiento?
No es una tarea fácil, estamos más acostumbrados/as a pensar nuestras clases desde el texto, desde la
palabra. Así es que pensamos, leemos, escribimos y en ocasiones exploramos materiales construídos con
otros lenguajes para articularlos con nuestro "texto" ya escrito.

¿Es posible imaginar situaciones de enseñanza en donde incorporemos recursos propongan otras
interpelaciones a las y los estudiantes? ¿Cómo pensar procesos de enseñanza en donde se movilicen y
activen procesos de producción de saberes vinculados también con las sensaciones y las emociones?

La narrativa audiovisual, como dice la directora de cine Lucrecia Martel, permite un juego que no es el
discursivo o el que no está ligado a la lengua (2005), en este sentido, trabajar con otros lenguajes invita
pensar en clave de esos lenguajes. Pensar en imágenes, en sonidos, en generar climas a partir de la puesta
en circulación de esos códigos.
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Para pensar y reflexionar

¿Utilizan en sus clases o propuestas de enseñanza materiales construídos con otros lenguajes (digitales,
audiovisuales, sonoros)? ¿Utilizan imágenes? ¿De qué modo se utilizan las imágenes? ¿Complementan
el texto? ¿Son objetos a partir de los cuáles se propone abordar algún contenido? ¿Se utilizan como
disparadores de discusiones o debates?
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A modo de cierre
En este módulo propusimos un recorrido que permita reconocer las posibilidades que se despliegan a partir
de incorporación de recursos en diversas situaciones de enseñanza. En el trabajo en entornos virtuales, los
recursos circulan en soportes digitales, esta condición hace posible su almacenamiento y también amplifica
las oportunidades de circulación del material. Esta situación demanda por un lado, la construcción de
criterios de búsqueda y selección de material y, por el otro, nos pone en perspectiva el debate por la
circulación libre de material educativo, de estudio y de divulgación. En tal sentido, recuperar y plantear la
discusión de la necesidad de producir material con licencias no privativas se vuelve necesario y esencial en
el contexto de instituciones de educación pública.

Por último, reconociendo la tarea docente como una actividad intelectual y productiva, ofrecimos algunas
pistas para pensarnos como productores de contenidos y de recursos a partir de los cuáles podamos
fortalecer, enriquecer y ampliar nuestra tarea educativa.

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