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CAPITULO 15
1. LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Las causas posibles incluyen encefalitis vírica, neurotoxinas, enfermedad vascular cerebral,
lesión cerebral, empleo de fenotiazida y exposición al monóxido de carbono. Sin embargo,
la gran mayoría de las enfermedades de Parkinson aparecen sin causa conocida o
aparente. La evolución suele ser progresiva y la muerte suele estar causada por una
neumonía por aspiración o atragantamiento.
La crisis parkinsoniana, que es una urgencia médica, suele estar causada por un
traumatismo emocional o por incumplimiento de la forma de las medicaciones prescritas.
Es un incremento brusco y severo de la bradicinesia, rigidez muscular y temblores que
pueden conducir a taquicardia, hiperpnea y parálisis muscular, provocando la incapacidad
para tragar o para mantener la vía aérea permeable.
Etapa 1: Inicial.
Afectación unilateral de las extremidades.
Debilidad mínima.
Temblores en brazo y pierna.
Etapa 2: Leve
Afectación bilateral de las extremidades.
Caras similares a las máscaras (inexpresivos).
Marcha pesada, lenta.
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Etapa 3: Enfermedad moderada
Aumento en los trastornos de la marcha.
Etapa 4: Incapacidad intensa.
Acinesia.
Rigidez.
Etapa 5: Dependencia completa.
1.2. TRATAMIENTO
. Tratamiento general
Fisioterapia: Mantener la movilidad articular y marcha adecuadas
Terapia ocupacional: Ayudar al paciente a participar en las actividades de
la vida diaria (AVD)
Logopedia: Facilitar la comunicación.
Psicoterapia: Facilitar que el paciente asuma la naturaleza crónica de la
enfermedad.
. Tratamiento farmacológico
El objetivo terapéutico es mejorar la transmisión nerviosa dopaminérgica, y aliviar
los síntomas de la enfermedad. Entre los fármacos utilizados se
encuentran: anticolinérgicos, antihistamínicos, dopaminérgicos y
agonistas de la dopamina.
. Tratamiento quirúrgico
Talamotomía esterotáxica: Produce una pequeña lesión en el núcleo
ventrolateral del tálamo para aliviar el temblor contralateral y la rigidez.
Neurotrasplante: Tratamiento experimental en el que células productoras
de dopamina de la médula suprarrenal se trasplantan dentro del núcleo
caudado.
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ayudará para identificar posteriormente cualquier modificación. También debemos observar
la respuesta a la administración de medicamentos.
Casi todos los ancianos con un trastorno cinético tienen alguna alteración funcional y
quizás algún tipo de disfunción conductual. La valoración de enfermería y los hallazgos
obtenidos durante la exploración nos permiten identificar los diagnósticos de enfermería
más comunes, entre los que destacamos:
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. Deterioro de la comunicación verbal debido a los problemas con la pronunciación
y enunciación, a la incapacidad de mover los músculos faciales y a la incapacidad
de escribir.
. Afrontamiento ineficaz del paciente y su familia en relación con su enfermedad.
. Déficit de conocimientos respecto al diagnóstico y al mantenimiento del hogar.
Como enfermeros de atención primaria debemos educar al paciente y a su familia con el fin
de que ambas partes puedan llevar una vida satisfactoria, que cubra todas sus necesidades y
en la que no este presente el estrés, la inseguridad, la pérdida de control, etc. Por ello,
basaremos la educación sanitaria en los diagnósticos de enfermería que puedan presentarse
en un paciente con enfermedad de Parkinson.
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2. ACCIDENTE CEREBROVASCULAR AGUDO (ACV)
La importancia del ACV viene dada viene dada por los siguientes aspectos:
. Epidemiología: 200 nuevos casos por cada 100.000 habitantes por año.
. Mortalidad: Es la segunda causa de muerte en los ancianos. En la fase aguda
mueren alrededor del 30% (20-40%).
. Incapacidad: Sólo la mitad de los que sobreviven alcanzan un grado de
recuperación suficiente para poder vivir de manera independiente.
Edad Tabaco
Cardiopatías Obesidad
Diabetes Sedentarismo
De forma general describiremos las principales características que pueden estar en mayor o
menor grado presentes en un ACV:
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expresión, lectura y escritura, entre otros aspectos. La enfermera debe estar
entrenada para no provocar situaciones incómodas para el propio paciente
2. Función motora y movilidad. Hemiplejía o parálisis de un lado del cuerpo. La
fuerza, la resistencia, el equilibrio y la capacidad están afectados, por tanto
debemos valorarlo para planificar adecuadamente los planes de cuidados.
3. Parálisis central del facial. Está presente la desviación de la comisura bucal
hacia el lado sano, imposibilidad de cerrar el párpado del lado afecto.
4. Disfagia. Los músculos de la deglución pueden quedar paralizados.
5. Disfunciones visuales. Comprenden la pérdida del campo visual, (este hecho
puede originar riesgos funcionales importantes para el anciano), visión doble y,
en ocasiones, nistagmus (movimiento de sacudida irregular del globo ocular).
6. Incontinencia de esfínteres. La urinaria como consecuencia de la vejiga atónica
o neurógena que se desencadena por el ACV; la incontinencia de heces no suele
manifestarse en la fase aguda y el estreñimiento.
7. Labilidad emocional o trastornos cognitivos. Debemos abordarlos teniendo en
cuenta que a veces están provocados por el propio problema orgánico, y
tendremos que valorar las implicaciones para su recuperación.
Como enfermeros del equipo de salud, una vez informados de los ancianos de nuestra área
que han sido remitidos del hospital, debemos realizar una visita domiciliaria para la
recogida de información necesaria para planificar junto a la familia lo que será la
recuperación del anciano después de su ACV.
Situaciones que hay que tener en cuenta en la valoración por enfermería para poder
planificar los cuidados adecuados.
Cuando se afecta la porción anterior del lóbulo frontal (área de Broca), el lenguaje
siempre está alterado, puede incluso carecer de lenguaje expresivo, tiende a omitir los
verbos, usa frases cortas y señala objetos que no puede nombrar (anomia). A veces la
única forma de comunicación presente en los ancianos es la manifestación de
palabrotas.
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Cuando se afecta la porción posterior del lóbulo frontal (área de Wernicke), es más
frecuente que se pierda la capacidad de comprensión, tiende a hablar mucho y es difícil
entenderlo porque construye palabras nuevas sin sentido y articula mal las frases.
Asimismo, la presencia de disfunciones visuales puede dificultar en algunos momentos
la comunicación no verbal. En concreto, el anciano tiene dificultades para recibir e
interpretar los mensajes que le llegan del exterior y para expresar sus pensamientos o
deseos.
También un déficit del campo visual puede provocar muchos riesgos funcionales al
anciano, la percepción posicional o la presencia de determinadas partes del cuerpo
puede estar disminuida debido a los trastornos cognitivos y de desorientación presentes
en el ACV; todo ello unido al propio proceso de envejecimiento con la disminución de
la agilidad de movimiento y debilidad muscular. Así pues, podemos establecer que un
anciano afecto de un ACV presentará un alto riesgo para las actividades de la vida
diaria y su autocuidado. A modo de ejemplo podríamos citar las alteraciones que están
presentes en un anciano con afectación del hemisferio cerebral dominante; bañarse,
vestirse y desvestirse, ir al lavabo, pasar de silla a cama, controlar los esfínteres y poder
alimentarse solo.
En el anciano que ha sufrido un ACV se manifiesta una serie de cambios y factores que
inciden de manera negativa en su posterior rehabilitación, ya que cambia la forma de
pensar, sentir o incluso de visualizarse ellos mismos. Si a este hecho sumamos los
demás cambios sufridos, como la incontinencia, las dificultades de movimiento que van
a desencadenar la pérdida de la autonomía del anciano, la implicación directa en su
autoestima es evidente. Todo ello lo valoraremos a través de la expresión del anciano de
retraimiento y labilidad emocional presentes en la valoración. La labilidad emocional es
un problema orgánico asociado a lesiones de la región pseudobulbar. Por tanto,
debemos conocerla y diferenciarla de la depresión también a veces presente en los
pacientes que han sufrido un ictus. Como enfermeros debemos informar al paciente y
familia de este tipo de conductas y su origen para hacer más tolerables estas respuestas
inesperadas de los ancianos.
Las alteraciones en los procesos del pensamiento también están relacionadas con la
zona y la extensión del hemisferio afectado. Puede llegar a sufrir un deterioro
importante de la capacidad de pensar en abstracto, hay presencia de déficit de
orientación, síndrome del deterioro del juicio; quizás la máxima expresión en estos
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pacientes sea el llamado síndrome demencial. Y a diferencia de la propia demencia se
suele manifestar con:
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Una vez conocidos los problemas presentes en este tipo de pacientes nuestra labor debe
orientarse de manera simultanea hacia la educación y cuidados directos del enfermo y la
familia.
Acciones o actividades:
- Asegurarse que el paciente oye y ve correctamente, en caso necesario suministrar
audífono y lentes.
- Ambiente distendido, bien iluminado, colocarse frente al paciente y con la luz de frente.
- Emplear un tono normal (no gritar).
- Llamar la atención del paciente antes de hablar.
- Utilizar frases cortas, hablar muy despacio y emplear un lenguaje concreto.
- Evitar preguntas con doble sentido.
- Dar el tiempo necesario para responder sin sensación de impaciencia.
- No corregir los errores, asentir sólo en caso de que se le entienda.
- Expresar agrado cuando la persona es atendida.
- Ignorar las palabras mal sonantes.
- La comunicación es más fácil cuando el anciano no está cansado siendo la mañana
mejor que la tarde/noche.
- Facilitar el uso de gestos, mímica u otras señales si hay una deficiencia importante, pero
se recomienda no mezclar la palabra con un sistema de comunicación no verbal.
RECOMENDACIONES PRÁCTICAS
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. Explicar que los ejercicios especiales pueden ayudar a fortalecer y controlar los músculos
del rostro y la lengua, mejorará la comunicación verbal y ayudará a prevenir el
atragantamiento.
. Enséñele a levantarse de la silla sentándose en el borde del asiento, apoyando las manos
en los apoyabrazos, inclinándose ligeramente hacia delante, a mover los pies hacia atrás y
después balancearse arrítmicamente en la silla unas cuantas veces antes de intentar
levantarse.
. Si el paciente toma levodopa hay que evitar los preparados vitamínicos o los cereales
fortificados que contienen piridoxina, al igual que las dietas con alto contenido proteico ya
que pueden interferir con la acción del fármaco.
. Enséñele los efectos secundarios que podrían presentarse y que debe comunicarlo al
equipo de salud, ya que a veces desaparecen ajustando la dosis.
. Aconseje a los pacientes que pisen sobre un objeto o línea imaginaria; les ayudará a elevar
algo más los pies y a incrementar su capacidad de andar a grandes zancadas.
. Haga que el paciente practique movimientos difíciles, como volverse. Enséñele a hacerlo
mediante la realización de un gran círculo.
. Aconséjele que realice los ejercicios de movimiento articular a diario y que haga los
ejercicios para mejorar la flexibilidad, la fuerza, la marcha y el equilibrio.
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SÍNTESIS
Como hemos podido observar a lo largo del tema de los cuidados de enfermería son
muchos y variados, abarcando todas las áreas de la vida diaria y afrontando todas las
deficiencias que presentan en las áreas física, comunicativa, sensorial, emocional, etc.
Requiere por parte de la enfermera conocimientos en fisiopatología, técnicas,
complicaciones, rehabilitación y dominio de los recursos de la comunidad que puedan ser
utilizados por el anciano y su familia para mejorar y obtener algún tipo de ayuda.
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