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Esos tres vicios son susceptibles de afectar a todos los contratos, sin
excepción; ya sean sinalagmáticos, unilaterales, onerosos, gratuitos;
individual, colectivos, de mutuo acuerdo, adhesión, etcétera. Por eso
se dice que esos tres vicios constituyen el derecho común de la teoría
de los vicios del consentimiento. El art. 1109 no mencionaba la lesión
como vicio del consentimiento, sin embargo, esta, que consiste en un
perjuicio económico que sufre una persona, también constituye un
vicio del consentimiento. Pero a diferencia del error, del dolo y de la
violencia, la lesión es un vicio excepcional del consentimiento,
porque solamente se aplica a determinados, porque solamente se
aplica a determinados contratos, y bajo determinadas condiciones.
Por eso en que la lesión no está consagrada en el art. 1109 del
código civil como vicio del consentimiento.
DEL ERROR
ERROR INCORPORE
A- Es la parte que invoca el error que debe probarlo y demostrar que por
su naturaleza debe acarrear la nulidad del contrato.
B- Hay caso en los cuales el error no produce la nulidad del contrato. Así
ocurrirá cuando el punto sobre el cual recae el error no ha sido
efectivamente tomado en cuenta por las partes, que de común
acuerdo lo han eliminado.
C- Cuando la parte que ha cometido el error incurre en el por su culpa
(por ejemplo, no pidiendo informes a la otra parte) y la nulidades
resultante de tal error perjudica a la otra parte, la responsable deberá
daños y perjuicios a su contratante.
Los Mazeaud consideran que el error se admite incluso cuando no es
conocido por la otra parte contratante, desde el instante en que sería
sustancia y determinante para un contratante normal. Por el contrario
cuando se trata de una cualidad que no habría sido tomada en cuenta
por un contratante normal, el error no se tendría en consideración
más que si la otra parte conocía la cualidad considerada por el errado
y la influencia que el error ha tenido sobre él en el instante de la
perfección del contrato.
El error sobre la persona. El art. 1110 párrafo segundo, del código civil
dice que el error sobre la persona constituye un vicio del
consentimiento cuando se ha contratado en consideración a esa
persona. Esto quiere decir que el error sobre la persona solamente es
tenido en cuenta en aquellos contratos que se concluyen intuitu
personae, de donde se infiere es que cuantas veces en un contrato a
título gratuito una persona ha errado en cuanto a la otra persona su
consentimiento se encuentra viciado. Esto no quiere decir que el error
sobre la persona se encuentre reservado exclusivamente a los
contratos a título gratuito, pues existen algunos contratos a titulo
oneroso, como la venta a titulo de crédito, en donde la persona del
comprador es determinante: al igual ocurre con el arrendamiento. La
persona del comprador o del arrendatario son determinantes para el
vendedor en dos casos citados.
Con relación al efecto del error, este conlleva la nulidad del acto
jurídico que sea celebrado. Pero la naturaleza de esa nulidad
depende de la clase de error en que se incurra. Cuando se trate de un
error obstáculo o impediente, al no existir el consentimiento no hay
contrato y la nulidad sanciona la ausencia de consentimiento por
carecer el contrato por de uno de los requisitos establecidos por el Art.
1108 del código civil para la validez de los contratos, aplicándose la
regla relativa a la nulidad absoluta. Algunos autores consideran que
más que una nulidad absoluta se trata de la inexistencia del acto
jurídico. La nulidad derivada de esta clase de error puede ser invocada
por cualquiera de las partes, y aun por un tercero que demuestre tener
un interés jurídico. Por el contrario, cuando se trata de un error como
vicio del consentimiento la nulidad que ataca el contrato es la nulidad
relativa, y como tal puede ser invocada solamente por la parte a quien
la ley trata de proteger, es decir por el errans.
EL DOLO
CRITERIO DOCTRINAL
CRITERIO JURISPRUDENCIAL
Se precisa pues, que los medios empleados por una de las partes
hayan inducido al otro contratante y que ese error haya llevado a
celebrar el contrato. Ese dolo determinante se denomina también
como dolo principal.
Con relación a la prueba del dolo, ha dicho la última parte del Art. 1116
del código civil que el dolo no se presume: debe probarse. Esta
disposición ha sido en ocasiones interpretada en el sentido de que la
prueba del dolo no puede ser hecha mediante presunciones. Sin
embargo, la corriente más socorrida es la que este dispone es que no
existe una presunción legal. Probar un dolo, es probar un hecho
jurídico, no un acto jurídico, por consiguiente, son admisibles todas los
medios de prueba.
Por una parte, con lleva la nulidad relativa del contrato; perteneciendo
el ejerció de la acción a la víctima, en razón de que el principio es que
todas las nulidades relativas están instituidas para la protección de la
parte a quien la ley trata de proteger.
LA VIOLENCIA
LA LESION
Fuera de los casos de los menores de edad, referidos por el Art. 1305,
los redactores del código civil solamente admiten la lesión como vicio
del consentimiento en los casos siguientes: aceptación de herencia;
las sociedades; la partición; y la compraventa.
Fuera de los casos de los menores de edad, referidos por el art. 1305
los redactores del código civil solamente admiten la lesión como vicio
del consentimiento en los casos siguientes: aceptación de herencia,
las sociedades, la partición y la compraventa.
Dicen los Mazeaud que los redactores del código civil se inspiraron en
una y otra tesis. Porthier consignaba ya algunos argumentos de orden
objetivo y subjetivo, que fueron reproducidos por los redactores del
código civil. De la tesis subjetiva tomaron la sanción de lesión: la
nulidad relativa de protección; de la tesis objetiva admitieron que no se
necesita una investigación subjetiva: la victima de la lesión no tiene
que probar que su consentimiento ha sido viciada.
PRUEBA DE LA LESIÓN
3.- Una vez que los expertos han rendido su dictamen, el juez
pronuncia una segunda resolución decidiendo en cuanto al fondo. No
queda sometido a la opinión de los expertos; debe pedirla, pero no
está obligado a acatarla.
EFECTOS DE LA LESIÓN
Debe observarse que el plazo de dos años establecido por el Art. 1676
para ejercer la acción rescisoria por lesión rompe el plazo común de
cinco años establecido por el art. 1304 del código civil para las demás
nulidades relativas. De ahí que se considera que el plazo del Art. 1676
más que un lazo de prescripción es un plazo perentorio o plazo
prefijado, pues no se suspende en provecho de los incapacitados y de
los ausentes.