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FÍSICACIENCIA
TIEMPO DE LECTURA7 min
27/06/2019 20:00 - ACTUALIZADO: 27/06/2019 22:13
“Es sorprendente, hemos obtenido haces de luz con una nueva
propiedad”, destaca Carlos Hernández García todavía con un punto de
emoción. “Estuvimos mucho tiempo indagando si esto ya existía, si
alguien lo había logrado en alguna otra banda del espectro
electromagnético”, confiesa. La respuesta fue que no. Nadie había
sido capaz de demostrar que un láser puede generar luz en forma de
remolino, como los torbellinos de viento, acelerando o frenando su
propagación sin intervención externa, pero es un logro tan
extraordinario que acaba de publicarse en la revista Science.
El investigador de la Universidad de Salamanca explica este avance
para Teknautas desde Alemania, donde ha acudido a The World of
Photonics Congress, el encuentro internacional más grande sobre
láseres, que concluye hoy en Múnich. También ha recogido el 2019
Fresnel Prize for Fundamental Aspects, el premio de la Sociedad
Europea de Física para investigadores menores de 35 años que
realizan importantes contribuciones en ciencia básica.
Además, “no sólo les hemos dicho cómo generar estos nuevos vórtices,
sino cómo medirlos. En el caso de un vórtice ultravioleta normal ya
es muy complicado, así que hacerlo cuando está acelerándose… Cuando
lo propusimos teóricamente dijimos ‘esto va a ser imposible de
medir’, pero desarrollamos una técnica muy sencilla para que
pudieran comprobar la frecuencia de esos haces de luz y ver
claramente si llevaban torque”.
Aplicaciones aún difíciles de imaginar
Las propiedades de los vórtices de luz normales –los que no tienen
auto-torque– ya han dado lugar a aplicaciones en comunicaciones
ópticas, microscopía, almacenamiento de información y aspectos
relacionados con la física cuántica. Por ejemplo, “pueden atrapar
una partícula y hacer que se quede rotando”, en definitiva,
transmitir giros a la materia.
En realidad, son avances experimentales que apenas se han
materializado en aplicaciones tecnológicas concretas pero que han
abierto grandes expectativas por sus posibilidades de interacción
entre la luz y la materia a escala microscópica y nanoscópica. Una
posibilidad: dentro de los materiales conductores, podrían dar paso
a nuevas formas de transmitir las corrientes.
¿Qué aportará la nueva propiedad de la luz a estas futuras
tecnologías? Los jóvenes investigadores españoles se muestran muy
cautos y sólo se atreven a hablar de que tendrá repercusión en el
campo de la ciencia fundamental en escala nanométrica. “De momento,
hemos visto cómo se genera y hemos conseguido medirlo, pero todavía
no podemos saber a qué se podría aplicar”, afirma Laura Rego,
“tenemos ciertas ideas, sistemas que podrían verse afectados por el
impacto de este nuevo haz de luz, pero desconocemos si en realidad
va a ser algo importante o no, quizá no salga nada nuevo. Es
cuestión de que vayamos viendo para qué se puede usar”, agrega.