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Abraza la soberbia que hay en ti, porque detrás de ella hay un niño
no querido.
Abraza la exigencia que hay en ti, porque detrás de ella hay un niño
que no ha sentido el Amor.
Abraza al “agradador eterno” que hay en ti porque detrás de él hay
un niño rechazado.
Abraza la ira y el enojo que hay en ti, porque detrás de ella hay un
niño abandonado.
Abraza al solitario que hay en ti, porque detrás de él hay un niño
excluido y discriminado.
Abraza la desgana, la apatía, la falta de sentido, porque detrás de
todo esto, está tu niño padeciendo ser quién no es…
Abraza el dolor que hay en ti, porque detrás de él hay un niño
lastimado.
Los niños que habitan dentro de nosotros, están empezando a
manifestarse
y no pararán hasta ser escuchados.
Por favor, desde lo más profundo de mi corazón te pido, no los
silencies más.
Aprender a integrarlo, a comprenderlo, a abrazarlo, a
liberarlo, devolverlo a la vida…
ésta es la tarea de hoy.
Clarissa Pinkola
Tu carácter se construye alrededor de determinadas experiencias básicas y de las
suposiciones sobre ti mismo y el mundo que de ellas se derivan. Esta organización
se expresa a través de tu psiquismo, la forma de tu cuerpo, tu respiración, el
tipo de relaciones que mantienes, la elección de tu profesión y del ambiente en
el que te mueves, tu conducta
Hace unas semanas ya hablamos del libro de Martín Siems “Tu cuerpo sabe la
respuesta”, hoy me centro específicamente en su segunda parte, en lo que se
refiere al carácter. Wilhelm Reich fue el primero en relacionar la teoría caracterial
psicoanalítica con la estructura corporal y el fluido energético del cuerpo. Los
diferentes tipos de carácter descritos a continuación pretenden ayudar a que
aprendas a percibirte como un sistema que se construye, tanto corporal como
psicológicamente, alrededor de determinadas experiencias primarias y
sentimientos y sistemas de creencias básicos. No es mi intención clasificarte
dentro de uno de los tipos de caracteres o meterte en un apartado, y, por
supuesto, tú tampoco deberías hacerlo. ¿Preparado?
CARÁCTER ESQUIZOIDE
Cuando pase el esquizoide, notarás pronto sensaciones de poca claridad y
confusión durante la conversación.
Su sensación básica le dice que el mundo no es seguro, sino
peligroso y que en cada momento puede ocurrir una catástrofe. El esquizoide se
siente lejano y extraño, como un ser de otro mundo.
A nivel corporal: La persona que lleva siempre su energía hacia dentro, tendrá
los pies y manos frías. Todo el cuerpo da la sensación de estar poco vivo y tenso;
sobre todo en las articulaciones se notarán muchas tensiones. Las tensiones en el
área del cuello y la nuca “dividen” la cabeza y el cuerpo. La respiración es
superficial y se ve dificultada por grandes tensiones en la zona del diafragma.
A nivel psico-emocional: El esquizoide no puede mostrar y sacar sus
sentimientos, el mundo es demasiado peligroso para ello. Sin embargo, con
frecuencia no percibirá todas estas tensiones, ya que su conciencia se ha
desplazado del cuerpo a la cabeza. Tenderá a no mirará a los ojos y evitar el
contacto.
CARÁCTER ORAL
Si ahora te cruzas con el carácter oral, le reconocerás porque suscita en ti
compasión y deseo de ayudar.
A nivel corporal: El pecho está hundido, el estómago algo hacia fuera, las rodillas
curvadas hacia atrás, para que por lo menos le sostenga su esqueleto, y la cabeza
está algo inclinada hacia delante. Todo su cuerpo expresa: “Pero si nada tiene
sentido”, y carencia, ya que nunca se obtiene el suficiente aire.
Los puntos fuertes del oral son sus capacidades sociales. captar las necesidades
de los demás.
CARÁCTER PSICOPÁTICO
Cuando un psicópatico pase a tu lado, le reconocerás porque sentirás miedo.
El tema del carácter psicopático es el poder Su sentimiento
primario es: temor a ser oprimido o explotado, si se muestra débil. Alguien ejerció
poder sobre él, la madre le trataba casi siempre de forma autoritaria o
conquistadora y le utilizaba para sus necesidades.
Su estrategia es: “Antes de dejarme manipular, prefiero manipular yo”.
A nivel corporal: Su cuerpo tiene una pose de imposición, toda su energía tiende
hacia arriba y tiene una mala base en las piernas y los pies. Hasta el estómago
está estirado hacia arriba. El cuerpo está formado como si corriera siempre el
peligro de ser oprimido y empequeñecido.
CARÁCTER MASOQUISTA
Cuando te encuentras a un masoquista, le reconocerás porque te vas a enfadar.
De alguna manera conseguirá enfadarte, y encima te avergonzarás de ello, porque
una persona tan amable y que además sufre tanto, no debería suscitarte ira.
El sentimiento principal: “Siempre me ocurre lo peor”, “No valgo nada” y “No soy
libre”. Al masoquista sólo se le ha querido cuando era bueno y obedecía. Casi
siempre, se le ha manipulado y engañado, y no siempre por una madre autoritaria,
sino muchas veces por una madre cálida, pero sobreprotectora.
A nivel corporal: Está fuertemente formado, tiene un contacto con el suelo que es
casi demasiado bueno y un cuerpo carnoso y voluminoso, que parece un tronco
de árbol y expresa: “A mí no me mueves”. Tiene la constante impresión de que le
empujan desde atrás, y por ello, su espalda se apoya fuertemente hacia atrás.
A nivel psico-emocional: Su vida está manipulada por cualquier cosa, por su
mujer, su madre, sus hijos, su trabajo, y, en general, todo lo imaginable menos por
él mismo. Tiene una barrera a la hora de actuar: le cuesta trabajo ser activo y
obrar.
Los primeros cuatro dramas del carácter se forman con la primera persona de
referencia, es decir, la mayoría de las veces, la madre. Los últimos dos dramas, el
rígido y el histérico, se forman algo más tarde y tienen más que ver con el padre.
CARÁCTER RÍGIDO
El tema del rígido es el rendimiento.
La estrategia del rígido es esforzarse todavía más. “Sólo tengo que ser un poco
mejor, y entonces quizás estaré bien”. Y toda su vida será un único esfuerzo, pero
nunca estará satisfecho de sí mismo. Porque mientras esté presente en su interior
la frase: “No estoy bien, tal y como soy”, ninguna proeza, por muy grande que sea,
le dará la impresión de estar bien hecha.
A nivel corporal: Tiende a apoyar todo su cuerpo hacia delante, a tirar los
hombros hacia atrás y ahuecar la espalda. Además, tiene una presión constante
en su cuerpo, como si alguien enfrente de él le estuviera impidiendo mostrar lo
que sabe hacer. En general, el rígido tiene el cuerpo mejor proporcionado de todos
los caracteres, porque su problema también es el último en aparecer. Pero la gran
tensión de los músculos, que se extiende por todo el cuerpo, le dificulta la vida.
La situación primaria del histérico es la misma que la del rígido. La niña pequeña
no se siente aceptada por su padre. Pero la estrategia de la niña pequeña no es
rendir todavía más, como lo hace el rígido, sino llamar más la atención.
Desarrollo personal. Sondas para el carácter histérico serían: “Estás bien, tal y
como eres. No tienes que hacer nada para que te quiera. Te veo, te comprendo, te
escucho. Puedes abandonarte con toda tranquilidad. Yo te recogeré.”