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·..«Les autoridades eclesiásticas podrán mantener en un .

pu
de -responsabilidad a un dirigente de Acción Católica que una
y otra vez. reincida en doctrinas por lo menos colindantes con
la herejía. Pero ante Dios es muy grave la. labor de sembrar
desconcierto en .el pueblo fiel, socevendo tosoimientos de su fe...» .

Miret Magdalena y" la teologJa por lo ci


~qbk Por FELIX DE MONTEMAR
En tíempos de la por algunos añorada República española cum- masíado ahogados por esquemas intelectuales que nos impedían
plió sus' siete añitos el hijo de un labrador andaluz, y su padre -lai- pirar con normalídad.» Vamos, por fin, a romper las cadenas
co él- se presentó al alcalde del pueblo para decirle que quería que los teólogos clericales han tenido hasta ahora aherrojada
que su hijo hiciera la primera comunión, pero por lo civil. Algo pa- tra razón, y pueden ustedes prepararse para presenciar cosas
recido le está sucediendo a nuestro admirado amigo Miret Magda- rables. Por lo menos de esta vez sí que van a salir adelante la
lena, cuyo nombre -muy a pesar' nuestro- ocupa con frecuen- tad religiosa, la píldora, la superevolución de Teilhard de
cia lugar preferente en los titulares de nuestra revista. En números la panacea universal, la piedra filosofal y el elixir de larga
pasados de su triunfal «magazine» venia a decirnos muy serio que Dios nos perdone, pero no podemos evitar pensar
en la Iglesia no se había hecho nada que valiera la pena hasta el señor M. M., a pesar de tanto alarde de modernismo,
advenimiento de los seglares. Ahora nos sale con el registro más cido en el siglo de la Ilustración. Cuando nos vemos obligados
concreto de El ocaso de los teólogos, sosteniendo que, hay que rele- gar su prosa nos suena poco más o menos que las huecas
gar al desván de los trastos inservibles, o peor aún, perjudicia- das de los abates, empelucados que compartían los opíparo s
les, toda la labor hecha durante veinte siglos por los teólogos cle- tes del barón de Holbach en los salones rococó de París.
ricales para abrir paso a la que están elaborando él y otros cuantos y mucho más lo dijeron ya, y mejor, el abate Galiani, el
seglares talentudos, Es decir, que ha llegado el momento de aña- nal, el padre Sarpi y, entre nosotros, el canónigo Muñ.
dir a la teología una nueva diferencia específica, contraponiendo la el abate Llorente, el abate Marchena y el abate Martel. Y,
seglar a la clerical. a Voltaíre, basta dar un repaso a la Profesión de fe, del
Pues bien, en principio no tenemos nada que objetar. La teolo- boyano que Rousseau intercala en su Emilio. A este
gía, que es un producto elaborado por la razón humana a base de revista «Triunfo» nos van a descubrir las novedades
los datos suministrados por la revelación, ante todo debe ser cien- samíento y del líbre examen luterano. Por esto, M. M. «toca 11
cia, y ciencia humana, ya que =-perdón por el latinaje- «pejorem el ocaso del clericalismo teológico: el último y más sutil
sequitur semper conclusio partera». Y en cuanto ciencia, daIo mis- clericalismos, porque atenaza lo único que puede hacerno
mo que la haga un clérigo o un seglar. Lo clerical o lo secular son deramente libres: la razón humana iluminada por el Evangt
simples modalidades extrínsecas que nada añaden ni quitan a la todo hombre de buena voluntad quiere y debe
calidad del producto científico. Da lo mismo que haga astronomía: ejercitar».
un canónigo como Copérníco o un seglar como Galileo. Da lo mis- Pero, ¿es que piensa en serio ese muy señor nuestro qu
mo que haga matemáticas un' clérigo como el P. Tosca o un seglar el número 229 de su revista trienfal no se ha conocido ni 11,1
como Einstein. No hay ciencia ni teología clerical, sino simplemen- en el mundo la libertad de pensar en temas religiosos, y (1\
te ciencia teológica, buena o mala. San Agustín escribió sobre temas 'han hecho las más variadas tentati~s de teología puramen
teológicos antes de ordenarse de sacerdote, y escribió admirable- ¿Cree de veras que hasta ahora n se ha inventado la pl\1
mente bien. Pero después de recibir las órdenes siguió escribiendo una teología exclusivamente raciona, elaborada con plonu
sobre teologíae sírr descender- de=caltdad. Si=-ah01'aIos=seglares.r-díee de pensamiento, sin sujeción a trabas clericales de nínut
Henrico Mireto Magdalena, dejan un poco 'a un lado sus múltiples ¿Y está convencido que bastan esas solas condiciones
óbligaclones~ysedéilican·a la teología, llevando a cabo la magna seeularídad=- para elaborar una teología verdadera ClUO
empresa de resolver los tremendos problemas viejos y nuevos que de dar respuesta a los tremendos problemas que 01 LOIIII
tiene planteados esta ciencia, no podremos menos de roiícítanes y al que se añaden los que plantea ht míamn rovolaoíén ell,1
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les, toda la labor hecha durante veinte siglos por los teólogos cle- tes del barón de Holbach en los salones rococ6 de París. Todo
ricales para abrir paso a la que están elaborando él y otros cuantos y mucho más lo dijeron ya, y mejor, el abate Galiani, el abut,(j I
seglares talentudos, Es decir, que ha llegado el momento de aña- nal, el padre Sarpi y, entre nosotros, el canónigo Muñoz Tol'!
dir a la teología una nueva diferencia específica, contraponiendo la el abate Llorente, el abate Marchena y el abate Martel. Y, sin IH 1I
seglar a la clerical. " a Voltaire, basta dar un repaso a la Profesión de fe del Vicarl/I
Pues bien, en principio no tenemos nada que objetar. La teolo- boyano que Rousseau intercala en su Emilio. A este paso, "11
gía, que es un producto elaborado por la razón humana a base de revista «Triunfo» nos van a descubrir las novedades del Iíbrn l'
los datos suministrados por la revelación, ante todo debe ser cien- samiento y del líbre examen luterano. Por esto, M. M. «toca a 1'1'1·
cia, y ciencia humana, ya que =-perdón por el latinaje- «pejorem el ocaso del clericalismo teológico: el último y más sutil eJl
sequítur semper conclusio partem». Y en cuanto ciencia, daIo mis- clericalismos, porque atenaza lo único que puede hacernos VI'"
mo que la haga un clérigo o un seglar. Lo clerical o lo secular son deramente libres: la razón humana iluminada por el Evangelio,
simples modalidades extrínsecas que nada añaden ni quitan a la todo hombre de buena voluntad quiere y debe espontáneanu.
calidad del producto científico. Da lo mismo que haga astronomía: ejercitar».
un canónigo como Copérníco o un seglar como Galileo. Da lo mis- Pero, ¿es que piensa en serio ese muy señor nuestro que 111'
mo que haga matemáticas un" clérigo como el P. Tosca o un seglar el número 229 de su revista tritlnfal no se ha conocido ni ejemtt
como Einstein. No hay ciencia ni teología clerical, sino simplemen- en el mundo la libertad de pensar en temas religiosos, y que 111'
te ciencia teológica, buena o mala. San Agustín escribió sobre temas han hecho las más variadas tentativas de teología puramente s(lWI
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mente bien. Pero después de recibir las órdenes siguió escribiendo una teología exclusívamente racional, elaborada con plena libll I
sobre-teología; sin descender- de calidad. Si ahora los seglares, dice de pensamieñto, sin sujeción a trabas clericales de ninguna ('1.•
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tiene planteados esta ciencia, no podremos menos de felícitarles y al que se añaden los que plantea la misma revelación del EvanL!I'1
de felicitarnos sinceramente. Pueden estar seguros de que por nos- presenta a la inteligencia humana?
otros no ha de quedar. Desde ahora vamos a encargar una buena Teología seglar ha habido mucho antes de que existieran clé:
traca de cohetes de los que más ruido metan, para celebrar el acon- en el mundo. Desde que la. inventaron los presocráticos, siempn
tecimiento. Con mucho gusto les dejaremos el gobernalle para habido en todas las filosofías un apartado especial destinado 11
que ensayen sus singladuras teológicas. Aunque, por si acaso, nos vestigar sobre el tema de Dios, y esto es, ni más ni menos, la teon
reservaremos en el camarote un chaleco salvavidas. La memoria es natural. Pero ¿qué avances efectivos y POSitiv0S ha logrado 1111
una cosa un poco molesta, y no podemos evitar acordarnos de un de que se hicieran cargo de ella los teólogos clericales? Seglll
zapatero que se llamó Jacobo Boehme, que se casó con una viuda y libres fueron en la antigüedad Aristóteles, Séneca, Plotino y Prt»
rica, dejó la lezna y se dedicó a escribir sobre teología, dándole Libres y seglares fueron Descartes, Spinoza, Hobbes y Leibnl
vueltas en su libro La aurora que se levanta al problema de cómo los- tiempos modernos. Seglares y libres fueron Cherbury, GrelO
salen de la nada eterna Dios y todas las demás cosas. También nos Voltaire y Rousseau en el tiempo de la Ilustración. Libres y seglh
acordamos de otro seglar que se llamaba Mahoma, de profesión jefe fueron Kant, Hegel y Krause en tiempos más cercanos a nosoh
de caravanas de camellos, que se casó con la viuda Kadiya y pudo Todos ellos, y otros infinitos, se han esforzado por desentrañru
dedicarse a hacer una poda teológica en los dogmas cristianos, de problema de Dios o por llenar esa X gigantesca a que ll~ga la "
los que apenas dejó más que lo buenamente tolerable a la razón ligencia humana en la cumbre de la filosofía con alguna cosa,
pura y a las razones vitales. Tampoco podemos rechazar el mal pen- la Idea hegeliana.jcon la Voluntad de Schopenhauer, con la Vid
samiento de otro seglar médico que se llamaba Miguel Servet, ei Bergson, con la Materia de Carlos Marx o con la Nada de Heido~p••
cual, no contento con descubrir la circulación de la sangre, escribió Sépalo o no· el señor M. M., en toda la historia del pensamiento
el Christianismi Restitutio, en que hay páginas que merecen haber mano se vienen repitiendo los esfuerzos desesperados del hon
sido firmadas en Cieínpozuelos. Otro seglar, BIas Pascal, dejó sus para llenar ese hueco, para dar una respuesta al problema teolé
matemáticas y su física y se metió a escribir las Provinciales, en el Pero ¿cree el escritor tríunñsta que ninguno de esos señores lElII
más puro sentido jansenista. Seglar fue también Descartes, y sus seglares y libres ha logrado hacer una ciencia teológica ni síqt
disquisiciones teológicas en las Meditaciones fueron premiadas con comparable de lejos a la de los teólogos clericales como San
un lugar reservado en el índice de libros prohibidos. No lo decimos tín, San Buenaventura, Santo Tomás de Aquino o Suárez? ¿
por nada, pero hay cosas que la memoria no nos permite echar en atreve a sentenciar dogmáticamente que todo eso no constituye JI
olvido. . que una «teología insegura, radicalmente insegura, que
combatir»? El sesudo Leibniz tuvo que calentar las orejas al
El escritor triunfista no logra disimular el gozo de su invento, de Marío Nizzolius diciéndole que hay en esos mamotretos t¡.,
que, como a don Quijote en su primera salida, le revienta por las gicos mucho más oro puro del que son capaces de comprende:
cinchas del caballo. Como un nuevo Rodrigo de 'I'ríana, alza la voz espíritus superficiales. El mismo M. M., que en un artículo ante.
para anunciarnos una nueva etapa en la historia de la Teología. Una se extasiaba ante el método fenomenológico de Husserl, tiene
toología seglar, hecha por seglares y para seglares, que ~ndrá a le- ocasión de apreciar hasta dónde se lleva el rigor y la
vuntarse como una radiante aurora, con perlas, aljófares y todo lo pensamiento en el método escolástico de los artículos en las
111'1111111, HC1llro el desmayado ocaso de la teología de los clérigos, medievales. Es difícil que se filtre ninguna ambigüedad entre 01
111111 t'l\ 1111111111 ~ll/;lOf¡no han hecho más que poner de manifiesto su
tramado de un procedimiento en que, precisamente al planten:
111/1111.,\1', y 1111 Incapacidad. Ahora vamos a tener, no
cuestión de si existe Dios, se empieza por ponerla en duda (
11:.1111"1,, .y ,.I·PIII·IIIII\ c'ln las realidades e inquietudes después se alinean los argumentos en contra, luego los de
¡I 1ji"lIi iUlI'IIIII)""'111'111 dll ('fll(h~ monacal», ni «una
1.11" 1'111.-.110-1111 IH'Ill0H vivido de-
{'(mllc'lm/C'I!, a latl ma
1\ lli'IIl()('rndn ('H (~(lnRtltllll'ln
CII11<1111"1 1\ ,
uruts, 11 rncunünuilu, ,~CI/Jrt' Iodo, a asegurar
olio/! ,,1\1'1\ nllos, como unu sociedad anéní- el predominio de las izquierdas.» ¡Lo que te
mu mns do las quo rigon, administran y ex- digo! Es inexplicable ese ansia que maní-
plotan. En cuanto a las elecciones generales, fiestan actualmente hombres muy importan-
lo mismo. Quieren oonducirlas, hacerlas ellos tes de la política, de las finanzas y hasta de
sobre la base de una ley electoral que ase- la religión por la Democracia, las libertades
gure el fraude, que legalice la engañifa, que de asociación, y de reunión, las de los partí-
entontezca y corrompa al pueblo en vez de dos y las de los soberanos derechos del pue-
servirle e interpretarle .... ¡Verás! He estu- blo a elegir sus mandatarios para el ejercí-
diado bien el asunto ... Los paladines de la cio 'del Poder en todas las esferas de la Ad·
Democracia política -que no de la social ministración pública! ¡Fíjate, amigo! ¡Un
'ho antos de que existieran-clérl y económica- y de los derechos absolutos hombre, un voto! ¿No te parece un escarnio
ron los presocráticos, siempre del hombre, aunque este hombre sea la bes- después de todo lo vivido y experimentado?
apartado especial destinado a h tia que abriría en España cientos de fosas ¡Opina, hombre! ¿Qué me dices? ¡Un hom-
to es, ni más ni menos, la teoloj! -¡:;enor -opiné-, ·al pueblo español no le para miles de mártires, como la de Para- bre, un voto!
rlvos y positivos ha logrado anl como' forma de gobierno, la Democracia. cuellos, suelen desentenderse de cumplir sus -Yo le digo a Su Alteza Real con todos
IL lOA teólogos clericales? Seglu
países como el nuestro, donde, por lo deberes y afanarse por el aseguramiento de los respetos que los «demócratas» de ahora
rllltóteles, Séneca, Plotino y Prot eada ciudadano es un estadista, un sus haberes". Así ocurrió en las postreras no quieren eso de un hombre, un voto. Lo
, Spinoza, Hobbes y Leibniz y un supremo juez y se cree capa- elecciones generales de la Democracia espa- que quieren es UN HOMBRE, UN BOTE.
y llbres fueron Cherbury, GrOI'1 ra levantar estados, ganar batallas ñola de febrero de 1936.,. Lo que menos' les ¡Y a reanudar lo de antes! A chupar del
do la Ilustración. Libres y seglar los más arduos y complicados pro- importaba a los demócratas era «el"gobierno bote". _
ttempos más cercanos a nosotn la Democracia se divide en tantos par- del pueblo por el pueblo y para el pueblo»,
han esforzado por des{lntrañar como ciudadanos hay inscritos en el Lo fundamental era el gobierno de los «tie- El Príncipe, con visible enfado, rechazó mi
X gigantesca a que llega la electoral. Por eso, los regímenes de- mocraiasw por-les «demócratas» para los «de· chocarrero dictamen. :l- ;.
»,
la filosofía con alguna cosa, tll que existieron en España' (bajo mácratasw. No había que crear el acceso de
de Schopenhauer, con la Vida monárquico o republicano y a pesar la voluntad popular al ejercicio de.la sobe- PATRICIO DE LA CALLE
o con la Nada de Heidegltl'r,
historia del pensamiento

(Viene de ·13/pá,ginaan teríor.r Y vamos a terminar poniéndonos serios. Las autoridades civiles
favor, después se discute racionalmente la cuestión con toda la podrán permitir a un escritor desbarrar semanalmente todo cuanto
argumentativa de la lógica y, finalmente, se da solución a las quiera en Ultil. revista. Las autoridades eclesiásticas podrán mante-
Lo que pasa es que para leer hace falta buena vista ner en un puesto de responsabilidad a un dirigente de Acción Ca-
anteojos, y éstos no siempre están al alcance de los tólica que una y otra vez reincide en doctrinas por lo menos colín-
superficiales que tienen que llenar, como sea, un par de dantes con la herejía. Pero ante Dios es muy grave la labor de
sensacionalistas en las páginas de un «magazine», ínter- sémbrar el, desconcierto en el pueblo fiel, socavando los cimientos
sus ligerezas mentales entre las ligerezas de ropa de las de su fe y haciéndole perder la confianza en las enseñanzas de quíe-
artistas colindantes. nes podrán equivocarse como hombres, pero que han dedicado sus
Y no crea el articulista de «Triunfo» que nosotros pensamos que esfuerzos a crear una teología que, hoy por hoy, es la que tenemos,
basta ser clérigo para tener garantía de hacer una buena labor teo- mientras no logren superarla esos seglares que ahora quieren su-
lógica. Teólogo y clérigo fue el repulsivo Guíllermo Farel, que, junto plantarlos. Para nosotros tiene más valor el elogio que el Papa ha
con Calvino, atizó con leña verde la hoguera de Miguel Servet. dedicado expresamente a los teólogos que realizaron su labor ea-
Clérigo, aunque no teólogo, es su admirado Teilhard de Chardin, llada, agotadora y eficaz en el Concilio, que las ligerezas de cualquier
que a estas alturas nos 'ha salido con un concordismo de la peor amateur improvisado. La humildad es la compañera de los sabios.
ley intentando acomodar las etapas de la evolución a 10$ seis días Santo Tomás declaraba al fin de su vida que todo lo que había
del Génesis, cuando ya no hay ningún exegeta que admita semejante escrito era paja. Pero no tuvo jamás el orgullo de menospreciar
cosa, y que nos ha armado un cóctel de doctrinas evolucionistas de a ninguno de sus predecesores o contemporáneos. Buena lección
Darwin, Sper¡.cer, Hegel y Bergson, que si no explota es porque se para quien, a la manera de Descartes, viene ahora a salirnos con
ve que todavía quedan cabezas resistentes a prueba de bomba. un nuevo Discurso del método en teología.

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