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1. TEMA
RELACIONES INTERPERSONALES
2. TÍTULO
4. FORMULACIÓN DE PREGUNTAS
4.1. General:
4.2. Específicas:
4.2.2. ¿Cuál debe ser la relación del yo con el otro en relación a los
bienes económicos?
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5. OBJETIVOS
5.1. General:
5.2. Específicos:
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cumplía con este objetivo, el pueblo incluso podía sublevarse. Y se puede seguir
citando a otros como Santo Tomás Moro, Rousseau, Kant, Marx, etc. Levinas
propone una filosofía basada en el reconocimiento del otro como sujeto ante quien
se es responsable de su bien. No puede el hombre desentenderse de la necesidad
del otro.
7. LÍMITES Y ALCANCE
8. METODOLOGÍA
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9. CAPÍTULO 1
9.1. Las ideas filosóficas de Levinas respecto al deber ser de la relación con el
otro.
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humano que pide justicia. El otro es aquél que hace que el yo tenga una identidad,
el que hace que el yo sea quien es. Sin el otro no sé quién soy.
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de los mitos al que consideraban irracional. El hombre moderno piensa que la
sociedad del progreso implica creer que todos son iguales. Así se podrá lograr que
el mundo sea mejor.
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anónimos que tienen en común la creencia en las obras o metarrelatos. La
singularidad entonces es alienada por la totalidad, que pone al individuo
relacionado con la obra pero no con su manera de ser en el mundo. No puede ser
captado tal como es. La totalidad no permite ver más allá de la teoría al ser físico
tal como aparece a la vista.
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Entonces la vivencia experiencial de la totalidad deja de ser
encarnada convirtiéndose en objetiva. Sólo lo pensante es formal. La experiencia
es sólo objetiva, lo que lleva a la alienación de la trascendencia. El cuerpo pasa a
ser un objeto con un vacío existencial propio de la totalidad. Además la
objetividad de la experiencia convierte la historia en un tiempo absoluto, a
diferencia de la singularidad, que posee un tiempo sincronizado, ordenado. Los
que historiadores sólo presentan las obras del sujeto, lo que exteriormente pudo
realizar, de sus hechos. Todo queda reducido al hecho en la totalidad. Los otros
tiempos desaparecen, existe sólo el tiempo universal que relata la historia
verdadera según cómo los hechos sucedieron. El tiempo que pertenece al hombre
y a la mujer en singular, el interior, queda obnubilado al englobarse dentro del
tiempo universal. Se sacrifican la singularidad y la interioridad.
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Según el sujeto ante el otro se sienta afectado, cambia la relación y
surge la responsabilidad por el otro. Gracias a este tipo de relación se le puede
conocer más al otro, conocimiento que sería muy limitado en el caso de que sólo
se le haya mirado como objeto. Aparecen múltiples develamientos porque se da la
on categorías formales al conocerle al otro. La relación en el ámbito de lo infinito
rompe con el pensamiento a priori, formal. El otro es extraño y a la vez no
objetable, porque desborda las categorías del pensamiento. El otro no se puede
abarcar dentro de un concepto, porque entonces se estarían reduciendo al Mismo,
es decir a lo que uno es capaz de comprender, a una situación de poder disponer
del otro. El otro es un absoluto que es anterior a todo universal o a cualquier
razón. No es un objeto de mercancía.
El hombre está acostumbrado a observar tantas cosas todos los días que
debido a la frecuencia con que son observados, ya son convierten en objetos
ordinarios y se pierde la admiración por ellos. Lo mismo sucede con los demás
seres humanos. De tanto ver tantos rostros, desaparece la novedad de cada uno de
ellos. No importa si es un compañero de trabajo, alguien de quien recibimos un
servicio o un ser amado. Los rostros, de ser vistos con tanta frecuencia, casi se los
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compara con objetos. Y esto es lo que lleva a la totalización todo aquello que pasa
por los sentidos. La relación debe superar la mera experiencia sensible. Mirar al
otro debe ser distinto a como se mire un objeto, por ejemplo un árbol, un pájaro o
una casa.
Para que se pueda ver algo, por ejemplo un objeto, se necesita de la luz.
Por medio de ésta los objetos podrán ser vistos, aunque al ver un objeto no se mira
a la luz, la cual está en un espacio vacío. Pero esta luz no es algo que no exista
aunque no se la vea. La luz se relaciona con la conciencia, la cual ilumina lo
exterior al hombre. Gracias a esta iluminación el hombre le da un sentido a todo lo
que ve. Porque las cosas en sí, fuera de la conciencia no tienen ningún sentido o
valor. Es la conciencia la que hace que las cosas sean comprensibles, que tengan
una forma para la interioridad.
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es superior, trascendente a toda fachada. Al otro no se le puede percibir de manera
abstracta, sino que hace que uno se comprometa existencialmente,
independientemente de cualquier sensibilidad. El Rostro del otro no le puede dejar
a uno indiferente.
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El camino que sirve de puente para relacionarse con el otro en el
marco de la trascendencia es el lenguaje. Gracias al lenguaje el otro puede
manifestarse en su alteridad infinita. El conocimiento del otro no se agota en el
discurso que pueda decir, no se le puede catalogar sólo por lo que diga, “la palabra
se pronuncia aún en el silencio”2.
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del otro, la da a entender al verdugo que su absoluta Trascendencia ha triunfado,
más allá del dolor.
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10. CAPÍTULO 2
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otro. Dice sobre esto Levinas: “¿Por qué me sentiría responsable en presencia del
Rostro? Es esa justamente la respuesta de Caín cuando se le pregunta, ¿dónde está
tu hermano?, y él contesta: ¿soy acaso el guardián de mi hermano? Es el Rostro
del Otro tomado por una imagen en otras imágenes, y cuando la Palabra de Dios
que aquél encarna permanece desconocida. No hay que ver en la respuesta de
Caín ni una burla a Dios, ni el tono ingenuo de un niño: "yo no, el otro". La
contestación de Caín es sincera; sólo le falta la ética; hay sólo ontología: yo soy
yo y él es él. Somos seres ontológicamente separados”8.
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el “no matarás”. El no matar no se refiere sólo al hecho físico de matar al otro con
un revólver sino que también se puede matar al otro de muchas maneras, como
siéndole indiferente, no ocupándose de él o abandonándolo. Y frente al otro se es
más en el sentido de que se puede disponer de los propios bienes para ayudarlo en
sus necesidades.
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BIBLIOGRAFÍA
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