You are on page 1of 1

La Hoja Rota

Gonzalo Villava

Hoy por la mañana un respetable notario protagonizó frente a mí un acto


aparentemente baladí y que yo con frecuencia realizo. Se trata de romper un
papel escrito.

El letrado preguntó al funcionario del juzgado si podría romperlo, en vista de


que ya se estaba procesando una corrección del texto, previamente escrito, en
la computadora.

El secretario asintió, moviendo la cabeza, e inmediatamente el notario partió


en dos el pliego, juntó los trozos y los partió de nuevo y así, hasta que
quedaron dieciséis pequeños trozos de papel.

El papel no contenía firma alguna. Tampoco había sido manuscrito. Sólo era
una impresión de computadora y, por tanto, totalmente apócrifa; es decir que
no se le podía atribuir a nadie su autoría.

Al observarlo quedé extrañamente sorprendido.

Me di cuenta de que estaba siendo testigo de un acto irremediable, irremisible,


como la ejecución de un sentenciado a muerte. Si la sentencia fue injusta o
equivocada, no hay nada que hacer.

Es curioso, cuando el notario rompía aquél pedazo de papel noté, en su rostro


una expresión hostil, definitiva. Como si con la destrucción del folio estuviese
vengando una afrenta a su honor o a su persona.

¿Será que, inconscientemente, me vi reflejado en ese espejo?

Así de definitivos son muchos pequeños actos de nuestra vida y; sin embargo,
no nos damos cuenta o no queremos darnos cuenta de ello.

Cada vez que tomamos una decisión, estamos cancelando las demás
posibilidades. Es como si rompiésemos el boleto para entrar a aquellas puertas
que ya decidimos no abrir. Siempre me ha llamado la atención El símil del
árbol de las decisiones. Una vez que escogemos una rama, se presentan dos o
más nuevas ramificaciones por las que transitar. Nuevas opciones que tomar e,
irremisiblemente, otras opciones que cancelar.

Al final, soy el producto de las opciones que a lo largo de mi vida elegí. Elegí
estudiar, elegí casarme con determinada persona, elegí trabajar en mi
profesión, elegí divorciarme, elegí, elegí, elegí. Infinidad de veces, en las cosas
pequeñas y en las grandes.

Y ahora elijo hacerme responsable por esas cosas que yo mismo decidí.

Gonzalo X. Villava Alberú.

You might also like