Professional Documents
Culture Documents
Aquí abajo figura un párrafo que parece que contiene algunos errores. Léalo
pensando que en realidad, no contiene ningún error y verá que usted está en
condiciones de entender lo que está escrito. Acá va:
Etso es pquore no lemeos cada ltera por sí msmia sino que la paalbra es un tdoo.
Con todo, uno podría suponer que esto sólo pasa en castellano, pero el siguiente
párrafo sugiere algo distinto:
Ahora bien: ¿cómo funciona el cerebro? ¿Cuánto del texto uno lee y
cuánto anticipa lo que debería decir? Está claro que una niña o un niño que recién
están aprendiendo a leer tienen un nivel de concentración totalmente diferente al
de un adulto, pero una vez que uno superó ese período, es muy probable que ya les
suceda lo mismo. En algún lugar, uno lee cada palabra como un todo y no usa la
‘unidad letra’ como uno podría suponer.
Esto sugiere una pregunta (que me parece inmediata): ¿sucede solamente con lo
que uno lee o también con lo que uno escucha?
Les advertí que era ‘casi’ seguro que “Tití” no escucharía todo lo que yo le diría y era
muy posible que terminara imaginando parte del texto adjudicándome cosas que
yo no diría y negando otras que sí habría de pronunciar. En alguna parte es como si
uno pusiera la mente en ‘control remoto’ y se retirara a pensar por su cuenta
aunque físicamente se encontrase allí. Este fue l diálogo cuando Tití volvió a la
mesa.
–Decime, “Tití”: ¿no tendrás en tu casa algún reportaje que le hubiéramos hecho a
Menotti en la época de Sport 80? (Nota: Sport 80 era un programa de radio que
hacíamos en la ‘vieja’ Radio Mitre cuando Víctor Hugo recién había llegado a la
Argentina)
—Sí –me contestó “Tití”–. Yo creo que tengo varios cassettes en mi casa… (y se
quedó pensando).
–Haceme un favor –le dije–. ¿Por qué no me los traés la semana que viene cuando
cenemos acá otra vez? Yo los escucho, los borro y no te los devuelvo nunca más.
—Está bien, Adrián —me dijo sin mayores sobresaltos—. Pero no me empieces a
presionar todos los días. Yo sé que los tengo, pero no recuerdo exactamente dónde.
Cuando los encuentre, te los traigo.
Moraleja: ante la risa generalizada, “Tití” seguía sin poder comprender qué había
pasado. En realidad había sido sólo un “conejillo de Indias” para el experimento. Yo
creo que muchas veces no nos concentramos en escuchar, porque “asumimos” lo
que el otro va a decir.
Cuando le pregunté si podía repetir lo que había dicho… sí, pudo… y lo que no
podía creer era que si bien había escuchado todo, lo había transformado en lo que
quería escuchar.
Obviamente, solo puedo describir lo que sucede pero no sabría cómo terminar de
explicar las razones por las que uno ‘lee’ aunque esté mal escrito y ‘escucha’ algo
que no fue dicho.