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Coordinador general de Publicaciones del C.B,C.

: Ernesto Abramoff
Director-de Publicaciones del C.B.C.: Darlo Sztajnszrajber
Directora de arte: lvfatía Laura Piaggio

Corrección de estilo: Claudia López


Diseño de tapa: Maria Laura Piaggio
Diseño de inteñor: Ariel Sykuler
Diagramación: Oficina de Publicaciones CBC

Lectura critica especializada: Guillermo A. Obiols


La filosofía en la escuela
Caminos para pensar su sentido
© l.a UBA y los Profesores Secundarlos
Extensión Universitaria
Universidad de Buenos Aires
Buenos Aires, 1996 ·
Av. Corrientes 2038, 3er. piso (1045) Capital Federal
Alejandro A Cerletti - Walter O. Kohan
Tei·fax, 951-6060/6389/6743/7387 (int. 117)
ISBN 950-29·0292-0

Oficina de Publlcaciones del C.B.C.


Universidad de Buenos Aires
Ciudad Universitaria, Pabellón UT P.B.
TeL 781-9601
(14-28) Buenos Aires, República Argentina

Este libro es una coedición de la Secretaria de Extensión Universitaria (programa


La UBA y los Profesores Secundaños) y la Oficina de Publicaciones del Oclo
Básico Común, de la Universidad de Buenos Aires.

Impreso en Argentina ~ Printed in Argentina


Queda hé"cho el depósito que previene la ley 11. 723
Primera edición: abril de 1996

La reproducción total o pardal de éste libro, en cualquler forma que sea, Idintica o mcdifi- La UBA y los Profesores Secundarios
cada1 escrita a máqui.'1a, por elslstema "multigraph", mim.e6grafo, impreso, pc-rfotooopias,
fotodupllcacl6n, etc., no autorlzada por los editores1 viola derechos reservados. Cualquier Oficina de Pubücaciones del C.B. C.
u.1itlzaci6n deb2 ser pre\,lfamente sollcltada.
Deseamos expresar nuestro agradecimiento·a Mónica Cabre-
ra, Mónica Cragnolínl, Ma. Gabriela D'Odorico y Alejandro
Ranóvsky, por su cuidadosa lectura de los borradores y por las
importantes observaciones que, desde sus diferentes puntos de vis-
ta, nos han formulado; a Beatriz von Bi/derling por la sugerencia
de varios textos que aparecen en el libro; y a Guillermo Obiois por
su atenta iectum del trabajo final.
Estos diversos aportes nos han permitido enriquecer la pro-
puesta inicial y JJegar así a esta presentación que, de todos modos,
no deja de ser un punto de partida para seguir pensando sobre
una inquietud compartida: la filosofía y su enseñanza.

Los autores

Programa La UBA y los Profesores Secundarios

Director
Alejandro A. Cerle!ti
Vicedirectora
Victoria Orce

Coorcünadores
Gustavo Bombini
Gustavo Wolovelsky
Claudia L6pez
81

Capítulo 4

¿Qué es la filosofía?

La filosoffa, que crea la subjetividad que


reflexiona, es el proyecto de romper
la clausura a nivel del pensamiento.
Castoriadis) C., "¿El fin de la filosofía?"

a. La preguurd:a sobre síi misma

El carácter profundamente controversia] de la filosofía se ve


con-oborado por la histórica dificultad para alcanzar consenso en la
comunidad füosófica sobre una definición o concepto de füosofía. En
efecto, uno de los problemas clásicos de la filosofía surge no bien se
intenta determinar "¿qué es la filosofía?". Resulta significativo que ni
siquiera en momentos acotados de tiempo los filósofos han logrado
acordar una respuesta a tal pregunta. Pues las innumerables propues-
tas realizadas a Jo largo de la historia de la disciplina en ningún caso
han logrado acallarla. Antes bien, la pregunta "¿qué es la filosofía?"
renace una y otra vez, ante cada intento de respuesta definitiva.
82 La filosofía en la úcuela /A. Cerletti • W. Kohan
¿Qué es la filosofía? 83

Ciiando en una conversación aparecen los conceptos de físi-


ca, qufnlica, medicina o historia) los participantes1 en general, a~o­ Así, la imposibilidad de afinnar de manera unívoca lo que la filo-
cian con e/los algo muy concreto. (... ) Con la filosofía no ocurre lo sofía es, su carácter inasible, lejos de ser un problema considerable
mismo. Supongamos que le preguntásemos a un profesor de filoso· para la práctica de la filosofía y su enseñanza, puede ser una fuente
fía qué es la filosofía. Si tenemos suerte y damos por casualidad con muy productiva de posibilidades al pensamiento, siempre que hagamos
un espeCialista que no rechace por principio fas definiciones, nos de cada ocasión en que nos preguntamos "¿qué es Ja filosofía?" un
dará un'f. Pero si aceptamos esa defin/ción, pronto comprobaremos, ejercicio filosóíico. Por otra parte, siempre que hagamos filosofia -en
presumiblemente, que no es) de ninfiún modo, Ja que se reconoce un aula o fuera de ella- implícita o e<plícitamente nos habremos pre·
en genefal y en todas partes. Entonces podrfamos dirigirnos a otras guntado y respmdído fugazmente "¿qué es la filosofía?". En este sentí·
autoridqdes, o también leer manuales modernos o antiguos. Esto do, la filosofía siempre se preguntará "¿qué es la filosofía?" aun
aument4'rfa nuestra confusión. (... ) En suma, podemos considerar sabiend~, o mejor dic~o, precisamente porque sabe que esa pre~nta
como hecho demostrado que quien utiliza la expresión "filosofía" no podra ser respondida de una vez y para siempre. Porque afirmará
comparre con su público muy poco nlás que una idea vaga. en ese intento fallido de respuesta el carácter, polémico y problemáti·
. (Horkheimér, M., 1'La función social de la filosofía" (1940), en co de la propia tarea. Y lo que es aún más signifieatívo, abrirá el
T~oría crítica, trad. cast., Buenos Aires: Amorrorlu, 1990. p. 272~274) cueslionamiento y la indagación sin fin que está en el corazón de Ja
' :
· filosof!a y constituye su mayor riqueza.
Aisí pues, la p9lémica y Ja controversia generadas entre los filó· Nos hacemos una y otra vez la misma pregunta, pero de un
la
sofos sobre qué es filosofía señala algo sobre su naturaleza: su ca· modo siempre diferente. En este sentido, el carácter cuestionador,
polémico Y problemático de esta pregunta enseña y señala el camino
rácter c\lesiionador y cuestionable, cbntroversial e inasible. Con la
pregunt~ por su naturaleza, la filosofía hace emerger la interrogación de la filosofía, un camino que está más ligado al cuestionarniento que
y probl~matización propias de su tarea, una y otra vez, ante cada a la certeza, al debate que a la aceptación, a la controversia que a la
respuesta que intenta definirla. Por cierto, ni bíen se comprende el unanimidad. Un camino que señala una invitación a pensar.
carácter de la filosofía, esta imposibilidad de deflnlción está lejos de
ímplicari un obstáculo y refleja una oportunidad para el pensamiento [... ] la filosofía requiere que todo lo que su propia racionali-
que está; a la base de toda pregunta filosófica. Porque cada intento de dad no comprende sea puesto en cuestión. La pretensión filosófica
responc\er qué es la filosofía no cierra la pregunta sino que la enrique- de no saber nada no# es otra cosa que una invitación a pensar., a
J.t •

ce y po\encia tan pronto como hacem.os de esos intentos un ejercicio pensar en con;unto , a pensar unos con·otros. Un "entrenamien-
problerriatizador que no se incomoda por su permanencia: Por ello, a to filosófico" lleva Ja siguiente inscripción: 'Vení, pensá conmigo,
pesar d~ la ímposib!lldad de ser respondida, esta interrogación no ha encontremos juntos Ja verdad'.
sido abi>ndonada y cada filosofía implica un nuevo intento por (Heller, A, A Radical Philosophy [Una fllosoffa radical) (1978).
repreguhtarla y responderla. Las preguntas todas de la filosofía, pre· trad. ingi., Oxford: Basil Blackwell, 1984, p. 9-10, trad. cast. propia.)
guntas Íclásicas>I como "¿por qué hay Ser y no más bien nad~?i', <I ¿qué
es la v~rdad?", "¿qLté puedo conocef?"~ 11 ¿en qué clase· de mundo Podría plantearse kl siguiente objeción: ¿puede practicarse y
queremps vivir?" o preguntas más idealizadas como "¿líe.nen dere· enseñarse filosofía sin tener al menos una idea acotada (ya no una
chos lo& seres vivos no hwnanos?", "¿piensan las computadoras?" o definición) de Ja misma? La respuesta parece obvia: no. Aun cuando
"¿es condenable el aborto?" tienen también ese mismo ca!ácter que no hagamos explícita esa idea, nuestra práctica implicitamen±e mos-
se
en la pr¡¡gunta por la naturaleza de la filosofía presenta de manera trará el camino tomado. En otras palabras, pragmáticamente se afir-
más cn.tda y radical. mará siempre una aproximación a la filosofía cada vez que se la ejerce
o se l~. enseña.
84 La Íilosofía en la escuela/ A Cerletti - W. Kohan ¿Qué es Ja filosofía? 85

Es por todo esto que, a la vez que planteamos el carácter pro- En el cap. 3 (b) sostuvimos que el malestar frente al orden o
piamente cuestionador, controversial y polémico de la filosofía, hare- estado de cosas y el interrogante molesto sobre el sentido de Ja expe-
mos explkltos nuestros supuestos acerca de la pregunta "¿qué es la riencia cotidiana constituyen, tanto como se consideraban el asombro)
filosofía?". No estamos cediendo a la tentación de explicitar la res- la duda o las situaciones límites, los pasos primeros del filosofar y filo-
puesta a esta pregunta corno un modo de purificar a la filosofía de sus sofía. Pero también, y sobre todo, la percepción de que ese orden de
abismos más interesantes y hacerla así "torable" a los planes de estu- las cosas tiene grietas que, por lo general, se obvian significar. La filoso-
dio institucionales. Antes bien, nos propo_ne.i:nos·llevar a cabo un ejer- fía como crítica radical surge como un intento por superar la ;lliñovili-
cicio de reflexión filos6fica para poner de manifiesto lo quei de todas d~d que emerge de la a~eptación pasiva -usualmente acrítica o mgenua-
maneras, estaría presente. de !Os estados de "normalidad", marcando una irrupción, una disconti-
Nuestra propuesta se asienta, además en esa positividad que nUidad; es un intento por mostrar el carácter extra-ordinario de lo que
todos los aspectos fallidos de definición dejan ver y señalan. En otras se presenta como ordinario o común; es una búsqueda de reconocer lo
palabras, la pplérnica y el cuestionamiento que signan la vida históri- a-normal en lo normal; es una pretensión de ir más allá de lo visible o
ca de la filosofía forman parte sustantiva de nuestra concepción de evidente. Es un ensayo por superar cuestionando, revocando, movili-
ella. Naturalmente, no pretendemos constituir esta propuesta en una zando los supuestos y fundamentos de ese orden.
definición acabada y certera, sino poner en juego explícita y abierta~
mente lo que de todos modos tendria 1ugar. Nuestra aprox1maci6n a Cuando se dijo que la tensión entre filosoffa y realidad es
la filosofía implica el 'reconocimiento de que toda filosofía que se pre- fundamenta!, no comparable a las dificultades ocasionales que debe
cie de su carácter crítico comienza por buscar su propio punto de afrontar la ciencia en la vida de ld sociedad, ello se referfa a la
partida preguntando qué es la filosofía. · tendencia, inherente a la filosofía, a no dejar que el pensamiento
se interrumpa en ninguna parte y a someter a un control especial
[ ... j no hay náda que pueda dejarse a un lado del trabajo que todos aquelios factores de la vida que, por lo comtínt son tenidos
un fíiósofo ha hecho; cada filósofo tiene que hacer ese trabajo por por fuerzas fijas, incontrastables, o por leyes eternas. (... }La filoso-
sí mismo. Habiéndolo hecho" tiene que encon.trar la mejor manera fía, en oposición a otras disciplinas, no tiene un campo de activi-
de presentarlo de manera tal que otros aprendan de él. Aprender dad fijamente delimitado dentro del ordenamiento existente. Este
de él es encontrarle sentido en la manera en que ha sido presenta- ordenamiento de vída, con su jerarquía de valores, constituye un
do, hacer sus preguntas, entrar en sus discusiones. Pero habiendo problema en sí mismo para la filosoffa. Si la ciencia puede aún
aprendido de élt uno tiene que encontrar su propia voz y su propia acudir a datos establecidos que le senalan el camino, la filosofía,
manera de trabajar. Dado, entonces, que en filosofía cada persona en ca,mbio, debe siempre confiar en sí misma.. en su propia activi-
tiene que encontrar su propio punto de pi:rrtida y llevar a cabo su dad teórica.
propio trabajo, no podemos hablar de progreso en la propia filoso- (Horkheimer1 M., 1'1..a función social de la filosofía" {1940),
/fa; no hay ningún cuerpo de conocimie.ntos que crezca en la histo- en Teoría crftica, trad. cast., Buenos Aires~ Amorrorlu, 1990, p. 279)
ria de la filosoffa.
La filosofía que concebimos, entonces, se opone a la presenta-
(Dilman, !., "Can Philosophy speak about life?" ["¿Puede la filosofía
hablar acerca de la vida?"], en Grlffiths, A. Ph. (ed.}). The Impulse to ción de la realidad como algo natural, necesario, o eterno. La griega
philosophise fEJ impulso a filo~ofar], Suplemento a Phflosophy, búsqueda de la sabidur!a, de la mejor vida posible, resulta siempre
Royal lnstitute of Philospphy Suplement: 33, Carnbridg:e: inconforme y renuente a aceptar acríticamente lo imperante. Hay
University Press, 1992, p. 110, trad. casi. propia.} una oposición radical entre la filosofía y el status quo, entre el cues-
tionar de la primera y el reposar del segundo.
86 La filosofía en la escuela / A. Cer\etti - W. Kohan ¿Qué es la filosofía? 87

Al menos desde Platón, la filosofía ha sido consciente de esta Lecturas


histórica y aún vigente oposición. El retrato platónico de Sócrates
muestrj., precisamente, Jos riesgos que la filosofia implica -y padece-
cuandq esa oposición es ejercida cori' implacable coherencia y tozu- Texto 17
dez. Platón respondió una y otra vez desde su perspectiva a las criticas
Korn, A., Sistema Fllosótico, Buenos Aires: Nova, 1959, p. 17-9.
que, bajo la forma de la inutilidad y la perversión, esa radical oposi-
ción gJneró en Atenas. . . . "La filosofía -asf, en singular- no existe. Esta palabra no significa más
Ésta tensión de la filosofía con la realidad se manifiesta en par- que amor a! saber. &presa una actitud, un anhelo, un estado de ánimo: el
ticular ¡,n aquellos factores que son presentados como ver<)ades eter- deseo de llevar nuestro conocimiento hasta sus últimos límites. No es, pu!:;!s,
nas, lijhs e inmutables. La filosofía critica pon·e en cuestión todo ele- un saber concreto y transmisible sino una actitud espiritual: en ocasiones
mentoide necesidad en el ámbito de la vida social y cultural,, allí donde ésta se puede sugerir y a(ln encaminar, cuando preexiste una disposición
hay fo~mas de pensar predominantes, valores Impuestos o prácticas espontánea. Se adquiere asI el hábito de dar al pensamiento una dirección
llevadas a cabo irreflexivamente. Como pensamiento y tarea critica, determinada, a vincular e! caso particular a conceptos generales, a ver en el
es un ¡intento por introducir el cuestionamiento y la reflexión hecho más común un problema, a empeñar e! esfuerzo de ía mente en una
proble[natizadora, la consideración racional y Ja conciencia critica -la contienda con fo desconocido, a superar Ja !Imitación individual. y esta ten-
misma: que exhibe la historia de los iproblemas filosóficos. todos ccn sión espíritual. e~e afán de saber, es el mejor provecho de !os estud¡os fl!osó-
"¿qué es la filosofía?" a la cabeza- en los diversos ámbitos de la expe- ficos. La mera erudición es un peso muerto, como la carga de la acémila.
riencia'. humana. Si se hace de la fflosofía un cuerpo d6 enseñanzas sistematizadas, se
La filosofia como critica radicaI parte de un presupuesto plató- descubre un conjunto de teorías elaboradas a! margen de! proceso histórico
nico -la critica de lo dado-, y pretende consagrar una ruptura con el de la humanidad. La filoso1ía, no sólo en las distintas épocas, cuando tam-
platon)smo al escaparle a la inmovllidad de las formas o las esencias. bién en sus manifestaciones coetáneas, reviste una amplitud, una forma y un
La a-ti>pía del Platón de La República radica en la imposibilidad de contenido de la más abigarrada diversidad. No es posible comprender esta
juntar,J sin fricciones y conflictos insuperables, la filosofía y la politica multiplicidad en una fórmula precisa; toda definición resulta específica; no se
en sentido estricto o institucionalizada, la filosofía y la ciencia, la filo- refiere_ a la filosofía en general, sino a una determinada doctrina.
sofia ~ el arte. La filosofía no puede ser bien común, verdad o belleza. Solamente la historia puede servir de gufa. La continuídad de !a evolu-
Anteslbien, la filosofia revisa y discute los criterios que fijan la política, ción mantiene un cierto nexo entre !as fases sucesivas de las creaciones
la cieihcia y el arte. La filosofla no lija, pone en cuestión; escapa a filosóficas. Y eso solamente dentro del horizonte de un ciclo cultural
toda njeza establecida y está alerta ante la racionalidad y los valores de circunscripto. Jamás ha exístido una doctrina universal. Aún dentro del ámbi-
la polltica, de la ciencia, del arte, de olas producciones sociales y cultu- to de la cultura de Occidente, que por cierto no es el único, la especulación
rales en general. filosófico presenta un marcado carácter étnico. ·
Cada generación continúa !a obra de sus predecesores pero también
la altera Y la transmuta; conserva e! viejo término tradicional pero modifica su
sentido y su concepto. La palabra 1fi!osoffa' acaba por designar e! estuche
destinado a guardar en todo tiempo la foya más apreciada. Desde luego no
existe la filosofía; existen numerosas escuelas y posiciones füosófícas. Son
productos de! proceso histórico-y solamente en su proyección histórica se
explican y se coordinan.
88 La filosofía en la escuela/ A. Cerletti - W:Kohan ¿Qué es la. filosofía? 89

En el desarrollo de la cultura europea la especulación. iniciada por la poco triste quS la filosofía sólo logre ser noticia como asignatura, pero buena
obra genial de los griegos, se extiende a través de veinticinco si~los. Nace será --esta ocasíón pata plantearnos unas cuantas cosas acerca de esta vieja
cuando e! mito religioso empieza a perder su dominio exclusivo, a fin de subs- destreza intelectual. La cuestión de cómo ha de enseñarse la filosofía no creo
tituir las ficciones poéticas dé \a imaginación y por una solución racional de los que pueda separarse de algo previo: qué es para nosotros la filosofía y por
problemas humanos. Abarcó entonces, y por mucho tiempo, !a tota_lid~d de'. qué consideramos que debe figurar de algún modo en los planes de estudío
saber teórico stn distinguír entre el conocimíento empírico y el especulativo, rn de todos los adolescentes, tanto los que van a estudiar letras como tos que
entre \as nociones reales y tas construcciones formales. En la antigüedad em- se preparan para abordar carreras científicas .
. pezaron a separarse algunas discíp!ínas especializadas ~matemática, ~-trono· Porque es evidente que hay por lo menos dos modos de acercarnos a
mla, derecho-, pero la Edad Media, aunque de mala manera, sólo dlSttngula una disciplina que tiene una larga tradición y que también se sigue practican-
entre ciencia sagrada y ciencia profana, esto es, entre teología Y filosofía. Des- do en nuestro días. Tomemos, por ejemplo, el caso del arte. SI queremos que
de e! siglo XVII comíenzan a diferenciarse los ln~egrantes del conglomerado se inicie a los bachi!Jeres en este tema, podemos incluir una asignatura de
filosófico; !as ciencias de la naturaleza asumen su autonomía, dividen entre sí la historia del arte entre sus asignaturas, en la que se estudien !os grandes
exploración de la realidad objetiva y crean al efecto sus métodos ~ropios. Este maestros del pasado, sus obras más notables y la sucesión de los estilos
acontecimiento, e! más importante de !a cultura moderna, restringe poco a hasta el presente. Pero también podrfamos optar por darles una formación
poco la estera de la fi!osofia y la limita, en lo esencia!, al estudio de !a actividad elemental aunque sustantiva en alguna de las artes (pintura, músíca, cine ... )
i:
psíquico-lógica, teoría del conocimiento, psicología, ética, estéti~a, pero _suM
pone \a misión de unifiop.r la totalidad del sabe_r en una concepción metaf1s1ca,
que les permitiera comenzar a desarrollar su talento artístico. Por !o general
se prefiere !a primera de estas soluciones, dejando e! segundo tipo de forma~
llamada a ctespeiar las últiroas incógnitas. Esta soldadura de dos tareas muy ción como algo optativo y complementario, entendiendo que toda persona
dis~intas aún subsiste; ºtodavía hay quienes identifican la filosofía con la metafí- culta debe conocer la tradición artfstica, pero no todo el mundo ha nacido
sica, el examen de una realidad empírica, subjetiva u objetiva, con la ilacfón para pintor o para músico.
aventurada de una realidad que no nos es dada en experiencia alguna. Con~ Pues bien, en e! terreno füosófico también se nos presentan estas dos
vendría dístinguir ¡0 uno de !o otro. la diferencia no es baladí. Como !a füosofia opciones. Con la importante diferencia que uno puede comprender !a historia
se apartó de- !a teología y como las ciencias exactas se separaron de la filoso- de la pintura o de !a arquitectura sin practicarlas. pero no se puede entender
fía, convendría desligarla también de !a metafísica. Así se deslindarían tres_do· el sentido de !a tradición filosófica sin practicar al mismo tiempo un poco la
minios bien circunscriptos: la ciencia, la füosofía y la metafísica. Por fin termina- tarea de filosofar. Y otra diferencia: como el tema de la tilosoffa es el arte de
ría una coniusión, explicable por su génesis histórica, pero reñida con et estado pensar y es el pensamiento raciona! !o que !os humanos tenemos en común,
actual de las cosas. Habrá ocasión más adelanté ?e volver sobre este tema. nadie puede declararse radicalmente exento de vocación filosófica. Las artes
Entretanto tropezamos aquí. en la definición misma de !a iilosofía, con la impre- plásticas son manifestaciones insoslayables de la creatividad humana, pero
cisión y !a vaguedad de !os términos. cabe disfrutarlas como simple espectador.
La filosoffa se refiere a la actividad centra! de tos humanos en cuanto
tales y por tanto ninguna educación puede soslayarla, ni siquiera enseñarla
Texto i8 como una tarea emprendida por otros y que puede ser admirada sin particlw
pación activa del educando. La historia de la filosofía es ya füosofía, actividad
filosófica, o resulta incomprensible: pero la filosofía no puede provenir de !a
savater, F., ~urgencia y presencia de la illosofla", en "Cultura", La Nación,
mera historia sino que tiene que convertirse en biogratfa de quien se acerca a
Buenos Aires, 29 de octubre de 1995, p. 1.
ella so pena de reducirse a pedanterla ociosa y artificiosa, es decir, repertorio
Desde hace varios meses eón motivo de amenazadoras reformas en de venerables tecnicismos. Es por cierto tal pedanterfa !a culpable en buena
1.os p!anes de estudio de bachillerato, se h~b\a en España de filosofía. Es un medida del relegamiento actual de la asignatura filosófica en los planes de
90 La filosofía en la escuela /A Cerletti -W. Kohan ¿Qué es la filosofia?
91

estudio... itntentemos ahora con toda inge~uidad esbozar Jas urQencias bio- Fran9ois Chatelet era un profesor. Alguien que reparte lo que cree
gráficas gue hacen imprescindible la presencia histórica de la filosofla en la saber, alguien que tiene, si no la' certeza, a! menos la conciencia segura de
enseñan:z¡a_ . , poseer eso que cree saber en e! momento en que hace- el reparto, en el
Hcl.ce tiempo. en el coloquio tras la charla que acababa de pronunciar momento en el que no sólo hay intercambio sino práctica compartida. En este
una muy inteligente antropóloga argentina ~miga mfa, un oyente jUVt?nil excla- sentido, era un hombre de comunicación en e! sentido profundo de la palabr-a;
mó estrePitosamente: u¡Pero no me negará µsted que esta vida ei·u~ asco!" Y era un hombre acogedor, un hombre dador dé Séntido. No era un guardián
mi amiga/repuso sin Inmutarse: "¿Compara~a con qué?" Esa pregwjta, utiliza- celoso de lo que crefa saber.. Esto se traslucía en su aspecto, en su modo de
da comolrespuesta, me parece un estupendo ejemplo de mar\ifestación fílosó~ ser. La estatura de Frangois Ch~telet, su pose corporal, era la de un hombre
fica. Pard empezar; tiene un benéfico efecto~curativo: sirve para libraffios de un tranquílizador. Se presentaba en el mundo como testimonio de una región de
tópico fahtasmal, de un falso dogma acon9ojante, de un bñndis ·a la sombra tranquilidad. En todo caso yo, que. soy muy chiquito y él muy grande, tenía
depresiv~ y quizá mañana represivo. Pero, rictemás plantea una iriqUietud muy tendencia a sentirme protegido cuando estaba cerca de él.
legfüma1 iun problema que no parece tener ninguna utilidad inmediata, pero
1
que, sin $mbargo, está lleno de sentldei un interrogante que no selesaelve con -Yo tengo el recuerdo de una generosidad enonne.
una sirnP.le contestaclón sino que nos rernl~e a muchas otras cuesUOnes: ¿po- Era a la vez generosidad y más que generosidad. Su generosidad se
demos jÜzgar si la vida vale o no la pena? ¿Tiene la vida tuya y:mfa un valor fundaba en el hecho de que no podía definirse ni aceptarse como un pensa-
determinkdo o todos !os valores Jos deterinina !a vida? ¿Hay formas de vivír dor solitario. La comunicación le era substancialmente inmanente, para decir-
mejores Ypeores? ¿Por.¡:iué? ¿Nos preocupa lo que la vida es, lo que podría ser lo de algún modo.
o lo que! deberla ser? ¿Qué podría ser la vida y aún no es o ya no es? ¿Qué
-En la historia de la fi1osofía, ¿hay otros ejemplos de esta figura ft1osó-
slgni!íca1 decir que la vida no es lo que deberta ser? Etcétera, etcétera .•. flca?
.Ali conjunto de preguntas como éslás o, aún mejor, al afán•d8- preguntar
Sócrates, sin duda, era de este modo. Pero t?Stoy seguro de que todos
cosas afuf es á lo que llamamos fílosoffa. _Son preguntas enormes, radicales,
los filósofos experimentaron en algún momento de sus vidas esta exigencia
absolu~s. como \as que plantean los nif'íos!ant.es de que los domes~1quen en el
b
colegio las de los borrachos a las cuatro de la madrugada. Son preguntas
de reparto, esta básqueda de reparto. No todos la s8tisficieron, pero todos !a
sintieron, todos buscaron reasegurar su palabra en la palabra del otro.
imposibÍes, como las que se- hace uno en el entierro de un ser querido o las que
susurran los enamorados, mirándose a los ojos: "¿me quieres?"· Las grandes -¿La diferencia en Fran9ois Cháteíet era que su generosidad estaba
preguntks de la Vida y de la muerte, los ínterrogantes de la víolencia y el amor. atenta a la pregunta del Dtro?
A lo 1ar60 de los siglos los filósofos han yue!to a plantearlas una y otra vez, Consistfa en reasegurarse, al responder a la pregunta del otro, de ¡0
ofreciendo cada uno sus respuestas peculiares y contradicténdose unos a otros. que él mismo proyectaba como trabajo para la verdad. Franyoís Chate!et era
Ante el ~esbarajuste de tanta diversidad, algunos pueden pensar que la filoso- un trabajador de to verdadero. Si no se tiene el proyecto de reasegurarse en
fía es ub galimatias del que no hay forma de sacar nada en limpio. Cuanto af sentido de lo que s~ dice, no hay trabajo posible del pensamiento.
Aun cuando no se sepa !o que quiere decir "ser vefdadero", permanece la
exigencia de alcanzar !a posesión de un sentido comunicable, repetible, sus~
Texto 19 ceptible de ser prolongado ante el otro. Pues !o que se dice, se dice siempre
,,,.~----. )
ante e! otro, aun cuando se hable en total soledad, aun c'uando se esté !eyenM
. DesanJ,... ~:-T:~·«,un filósofo es un aposta~or", entrevista con F~an9ols E~a!d, do un texto. Lo ya pensado es necesario comunicárselo a sí mismo como a
en-Má/jazlne /íttérmre, No. 339, enero de 1996, p. 44-6, trad. cast. propia. un otro. Estamos siempre en esta situación. Frangoís Ch§.telet habfa entendi-

~Hace diez arios desáparecía ur:ia figufa importante de la filosofía france-


do esto por abundancia natural, Por así decirlo. Es esto !o que te da peso en
la historia de la fi!osoffa.
sa, Frlin9ois CMtelet
92 La filosofía en la escuela /A Cerlettl - W. Kohan ¿Qué es la filosofía?
93

-¿Se puede decir, hoy en d!a, que la ft1osoffa haya "estallado"? pu~sta en desorden, de la puesta en estallido. Si se instala en un saber dado,
En efecto, ha estallado porque no hay punto fijo ní reglón localizable no 1n:iporta cual, se perdió porque se instaló a!!!, se sujetó alll a sus· normas. El
en la que e! trabajo del pensamiento pueda lnsta!arse para poner en marcha primer camino es desujetarse para llegar al pÜnto donde parece no tener
un modo de andar unitario. No hay punto fijo, ni del lado del sujeto ni de! lado sentido alguno. Nadie puede responder a la pregunta "¿qué es el póker?",
de lo que se podría denominar concepto maestro. El campo de las experien- dando solamente las reglas de juego. Aquél que planteó !a pregunta quiere
cias significativas se encuentra desprovisto de conexiones iundamenta!es. saber por qué se desea jugar a! póker. Hay gente que da todo !o que tiene
Es así, por ejemplo, que hoy en día no se puede constituir un concepto det co? tal de pode: seguir jugando, para poder seguir ganando dinero y para
tiempo que permitiera aprehender el tiempo de la historia, e! tiempo de la
1ísíca, el tiempo de Ja experiencia interna, el tiempo del remordimiento, el
tiempo de la angustia, el tiempo de Ja muerte y e! tiempo del nacimiento, el
arriesgarse. La filosofía es como e! póJ<.er. Un filósofo es alguien que apuesta.
__ i
,{
'
tiempo de! desvío y el tiempo de! olvido. el tiempo en el que las cosas cam~
bían y permanecen, no podemos aprehender el conjunto de esas experien~
cías en un modo de andar unitario, aun cuando sospechemos que todas
estas formas de experiencia de! tiempo rem¡ten a un tiempo único. Al referir
estas experiencias unas a otras, nos situamos ante una reglón de fallas, ante i. El sentido de 1la cril:lca
un problema, e! mtsmo que hab!a señalado Kant cuando explica que el tiem~
po de la aprehensión del fenómeno no es el tiempo en el fenómeno, . En la actualidad, para algunos, la crítica en el ámbito del pensa-
~1ento, Yen el campo filosófico en particular, es poco menos que una
~¿Esta sUuacfón de la fl1osoffa es nueva?
pieza de museo. Anclada en los viejos ideales de la modernidad se
Siempre ha tenido que ver con formas de experiencias, con formas de
dice, poco tiene para aportar a las nuevas exigencias del mundo ;on-
culturas diferenciadas. E! trabajo de! pensamiento consiste en volver a asirlas
t~mporá~eo, vertiginoso y cambiante. Ahora bien, cualquier referen-
con !a exigencia de instalarse en un punto vacío, un punto cero, un punto
cia cuestionadora a un sentido fuerte de la crítica se arriesga a trans-
donde parece que debe retomarse todo. Oesgracíada o afortunadamente,
forma:se, pamdójicamente1 en otra u crítica", aunque velada y no re-
este punto cero, este punto de volver a empezar, de volver a andar, no se
conocida. Como esta contradicción parece insalvablet y no nos inte-
deja determinar con evídencía.
resa en este trab~jo profundizar dicha discusión, creemos que es im-
[ ... j
portante Y pro<luctivo mantener el sentido crítico que animó la filoso-
r··. -¿Puede definirse qué es la filosofía? fía, desde sus .orijenesi ya que ofrece1 a nuestro juicio, los recursos
Me propuse redactar una obra que contestarla esta pregunta, Dije que mas P?tentes para la expansión del pensamiento y la interpelación de
yo no respondería, que no quería responder, que no sabía. Sin erobargo, la realidad. De acuerdo con esto, resulta útil detenernos en recordar el
hace más de sesenta años que enseño mosofía. Soy como el matemático viejo origen crítico del pensar filosófico.
Lagrange con el espacio: c~e? saber de !o que hablo, pero si se me pregunta La palabra critica deriva del griego kríno que significa juzgar y
qué es, no puedo responder. Lo único que puedo decir cuando se me plantea cuyo significado etimológico da cuenta de lá actividad de los agriculto-
la pregunta "¿qué es fa füosofia?" es decir "vení a ver, vamos a echarnos a res al separar los granos de los residuos, distinguiendo, entre otras
andar, a ver qué.pasa." Exactamente como cuando se íuega a! póker. Uno se ~osas, la paja del trigo, el alimento del desperdicio. La tarea de la
pone a jugar sobre la mesa y después se ve si se gana o se pierde. La iiloso- filosofí_a está tradicionalmente emparentada con este sentido
fía exige que pongamos en juego todo lo que sabemos, todo el saber, que se etimológico de la palabra "cqtica".
vea cómo ese saber se gana o se pierde, cómo se destruye o subsiste. Final- , No debe entenderse "crítica" en un sentido negativo; se trata
mente es una especie de juego, el juego de la puesta en movimiento, de la mas bien de! esfuerzo por revisar y sopesar los valores predominan-
La filosofia en la escuela /A. Cerletti - vJ. Kohan ¿Qué es la filosofía? 95
94

' .
tes, por ~lisfinguir y examinar los supuestos y fundamentos de las Po~ el contrario, la aceptación pasiva o la ·indiferencia frente a lo dad 0
afirmadc:ines o el estado de las cosas. También podemos extenderla sue en ser la marca de una 'disposición acrítica
hasta un lsentido más kantiano en tantó la crítica se vuelve reconoci- . El filósofo
. precisa
. de coraje
· para d esarrollar
· su tarea critica Su
miento d¡, límites y limi!adones, y señalamiento de las condiciones de fuestionar:i1ento conlleva el riesgo de alterar la apacible estabilidad de
posibllid<id de saberes y prácticas. · · . . d predominantes en un campo filoso'fico, una cultura 0
as creencias
Esj:e esfuerzo crítico de la filosofía por revisar y cuestionar las una socie ad. Este coraje tiene rasgos metafísicos y gnoseoló icos
ideas direclríces, los valores y las creencias que subyacen a los saberes ~~m~cado~, ya que la puesta en cuestión de lo dado abre un :ami-
y práctic»s sociales tiene dos pilares en los que se sostiene. 'Por una o e nnprevi~ble~ consecuencias para nuestro ser-en y conocer el
parte, lajrelad6n entrañable que guarda con la experiencia. Por otra, mundo. T~b1en ti~ne un carácter ético al asumir la incomodidad y
la formaiuniversal, metódica y sistemática de llevar a cabo dicha tarea ~::ont1hda:. denvada~, d~ la no aceptación despreocupada de lo
crítica. ', . ora ien, tamb1en imphca un riesgo Y un peligro pol!ticos
El; primer aspecto señala el carácter histórico de la ··creación La cntlca, cuando se vuelve profunda Y radical incomoda .
. e or en es su versiva. Por eso la crítica supone coraje ~
ya que frent al d b ' Y provoca
filosófica: hija de una experiencia problematizada en su tiempo, la .
filosofía ~s un producto social y cultural. Es el emergente de un estado pe_r~istencia ante el riesgo. El caso de Sócrates es otra vez p d'
de cos,,,; complejo que marca el horizonte de sus condiciones de po- matico1. Al
d ~ . cu
esti
onar las bases de las creencias y 'prácticas 'estableci-
ara ig-
sibilidadf En tal sentido, toda filosofía l3S una criatura de su .tiempo y Sas, e ¡'°tico, las ~ebilita, muestra su carácter contingente y eventual.
su carácter se define, por la función q\le cumple, por una marca que e vue ve_ ?si peligroso para el orden imperante. Genera entonces
deja en \a historia. Aun las filosofias menos críticas -en el sentklo aquí una :eacClon que siempre implica un riesgo en eI que la propia exis-
desarrollado- han hecho esto al reforzar y fortalecer la cap,.cidad de tencia, real o simbólica, puede estar en juego.
acción del orden que han justificado. En tal sentido, una filosofla críti-
ca como la que proponemos resulta nietzscheanamente "intempesti- El requisito fundamental de la aptitud critica es el coraje; su
mdo~ e7em1go es la cobardía, aun cuando adquiera Ja forma miti-
va", ya.)que procede a problematizar:Y cuestionar los critenos y las
valoraclpnes socialmente aceptados y practicados. Una filosofía tal se f;r 7o que.
e a pe':za intelectual. El camino
~sla dado. No s6Jo ahorro
más fácil
esfuerzo
es siempre acep-
sino que coloca la
vuelve qeadora del futuro, enriquecedora y transformadora de su tiem-
po. Po~ibilita, en síntesis, la irrupción: de lo nuevo. responsabilidad en algún otro.
Ahora bien, el segundo aspect9 índica que la filosofía lleva a (Dewey, J., "Cons!ruction and Criticism" ["Construcción y Critlcismo"J
cabo sJ tarea crítica dirigiéndose a tO.dos los saberes y prácticas que (i~~~i~~:oydston, J. A. (ed.), The Later Works of John Dewey
encuadran su inscripción histórica y cÚ!tural. La critica filos6fica revis- - ~ VoJ. V, Carbondale: Southern 1ll.i~ols University
Press:
1985, p. 134, trad. cast. propia.)
te as! uh carácter universal y radical, pero también procede metódica
y sistemáticamente, valiéndose de un,conjunto de disposiciones y re- . La persistencia d:'be, acompañar al coraje. La tarea crítica no
cursos conceptuales que le dan idenüdad y especificidad. Disposicio- puede deten:rse ante rnngun obstáculo ni señal de aparente normali-
nes propias de la reflexión ffios6fica s9n la Inquietud problemali2adora, dad: A:ites bien, se caracteriza por su obstinada tenacidad en preten-
el coraje y la persistencia, la apertura y la desconfianza intelectuales. de~ rr Slei;npre un i:aso más allá o más abajo de lo visible, en vencer las
La inquietud problematizadora y cues.tlonadora es uno de los móviles ~~stenc1a~ y obstáculos.que lo dado ofrece para ser cuestionado. No
de la filosofla, Puede estar orientadaihacia nuestra experiencia de la
a e e ?ª~izarse aníe ningún ámbito de la experiencia, ni siquiera
realidatl considerada globalmente o. hacia aspectos parciales de la nte Sl misma. Por otra parte, la situación de cuestionamiento y duda
mlsmal pero es una condición fundamental para una aptitud crítica. permanentes instauradas por la pregunÍa filosófica es algo, en oca-
96 La filosofia en la escuela / A. Cerletti - W. Kohan ¿Qué es !a fílosof!a? 97

siones, difícil de soportar. Emerge repetidas veces la tentación de res- sa de la razón predowjnante en la historia de la filosofía occidental.
ponder y acallar esas preguntas. Se precisa entonces un coraje per- Sirnplemente1 nos lmporla argumentar que,. sea cual fuere la noción
sistente que, ante esa tentación, haga el esfuerzo de mantener abier- de razón adoptada, la filosofía postula procedimientos racionales para
tas y profundice las preguntas de la filosofia. tratar las cuestiones que aborda. Esto es cierto aun en el caso de las
La apertura intelectual es la contrapartida del dogmatismo. La filo· diversas críticas a la razón en la filosofía contemporánea. Para llevar a
solía tiene un carácter múltiple y no dogmático. Debe garantizar la líber· cabo aquella tarea, la filosofía se vale de una serie de recursos cogni-
tad de revisar y cuestionar cada respuesta y de tomar en cuenta siempre tivos o intelectuales.
diferentes puntos de vista, con el objeto de optimizar los análisis. El primer recurso critico de la filosofía es el cuestionamiento.
La desconfianza es un atributo sustantivo del filósofo crítico, Tiene una importancia fundamental: la pregunta es a la filosóiia comó
tanto frente a ideas y creencias como ante acciones y prácticas en la brújula a la . navegación o el cincel a la escultura, pero también
general. La desconfianza de Jos filósofos es tan vieja como el pregun- como 1'1. maza a la demolición. Hay un arte de pr<lguntar y la filosofía
tar socrático, que desconfía del pseudo saber de los politicos, poetas y se vale de un tipo especial de pregun!as. Como los diálogos socráticos,
artesanos. El filósofo debe desconfiar de todas las creencias y opinio· la filosofía es un proceso que empieza po.r generar una pregunta y se
nes extendidas, aun de las propias, de la normalidad de los saberes y desarrolla en un intento por responderla, que supone repreguntarla,
las prácticas sociales hegemónicas; en este sentido, extiende la sos- reelaborarla y generar nuevas preguntas. La filosofla no sólo pone en
pecha a lo habitual y lo obvio. Esta actitud lo encamina en una perma· cuestión respuestas, cuestiona también preguntas.
nente tarea de búsq~eda y explicitación de supuestos, de exigencia de
fundamen!ación y de rigor conceptual. El gento de un filósofo no reside en su dar una nueva resM
puesta para una vieja pregunta sino en transformar todas las preM
Nietzsche determinó la tarea de la filosofía cuando escribió: guntas. Da al género humano un aire diferente para respirar.
"Los filósofos ya no deben darse por satisfechos con aceptar /os {Ryle, G., "Hume" {1956), Collected Papers, 1, New York
conceptos que se les dan para limitarse a limpiarlos y darles lustre, Barnes and Noble, 1971, p. 160, trad. cast. propia.)
sino que tienen que empezar por fabríéarlos, crearlos, plantearlos
y convencer a Jos hombres de que recurran a ellos. Hasta ahora, en Poner en cuestión, cuestionar, es un recurso cognitivo que el
resumidas cuentas cada cual confiaba en sus conceptos como en
1 filósofo erige en instrumento metódico y sistemático. B. Russell refie-
una dote milagrosa procedente de algún mundo igual de mí/agro· re esta relación de Ja filosofía con el preguntar de la siguiente manera:
so'', pero hay que sustituir la confianza por Ja desconfianza, y de lo
que rnás tiene que desconfiar el filósofo es de Jos conceptos mien~ La filosofía, si no puede contestar tantas preguntas como
tras no los haya creado él mismo. desearíamos~ tiene al menos el poder de hacer preguntas que au-
{Deleuze, G.- Guattari, F., ¿Qué es la filosoffa? (1991), mentan el interés del mundo, y muestra Ja extrai'íeza y el asombro
·trad. cast., Madrid: Anagrama, 1993, p. 11) que se esconden aun debajo de la superficie de las cosas más co·
munes de la vida diaria.
ii. Recll!rsos metodológicos La filosofía debe ser estudiada, no en honor de obtener res·
puestas definitivas a sus preguntas, porque es una regla que ningu-
La fílosofia es una tarea racional. Con ello queremos decir sim- na respuesta definitiva puede ser comprobada como verdadera,
plemente que sustenta su ·proceder ~onfiando en procedimientos ra- sino en honor de sus preguntas mismas [~ ..1
cionales. Con esta aÍirmaci6n no pretendemos comprometernos con (Russell, B., The probiems of philosophy {Los problemas
un concepto particular de razón. Tampoco nos proponemos la defen- de Ja filosofía) (1912), Oxford: University Press, 1959,
p. 16 y 161, trad. cast. propia; hay trad. cast)
¿Qué es la filosofla? 99
98 La filosofía en la escuela/ A. Cerletti - W, Kohan

iii. La creatividad
i.a! filosofia se vale, también, del diálogo como rec=¿·. Haeér
de la filo$ofía una práctica dialógica es, por una parte, recoJ'locer el · La filosofía guarda, a la vez, una estrecha relación con la crea-
carácter social y dialógico del pensamiento y de la persona.; por la tividad. La tarea critica de revisar y cuestionar las ideas o los valores
otra serVirse del diálogo para expresar una multiplicidad de puntos predominantes encuentra su positivldad cuando se proyectan otros
de ~sta ~ue nutren el pensar filosófico, para manifestar el carácter valor.es que los imperantes. En este aspecto., como tarea creadora, la
problem~tico y cuestionador, para ofrecer posiciones que al confron- filosofía debe imaginar otras formas de lo dado, proponer valores
tarse se ~limentan mutuamente, para Cf,lracterlzarse más como proce- distintos, disponer nuevos conceptos, crear mundos diferentes.
so que como produdo, en fin, para mostrar, a través del habitual final En tal sentido, Ja filosofía amplia el espectro de lo pensable y
abierto que presenta el diálogo, s~ carácter inacabado e incon_cluso_. con ello de lo posible: es una rebelión contra el carácter UlÚdimensional
Lds filósofos dialogan entre si y con el mundo. Cuando la filosolia con que se presenta lo dado, rebelión que expresa otras dimensiones
se vuelvd diálogo abstracto y exclusivamente técrúco se descompromete, que las visibles y a la vez muestra su carácter arbitrario y contingente.
se vuelve! sórda y ciega frente a Ja realidad que le dio origen.
El filósofo es el amigo del concepto, está en poder del con-
Ll filosofía se recupera a sí misma cuando deja.de.ser un cepto. Lo que equivale a decir que la filosofía no es meramente un
dispositfvo para tratar los problemas de los filósofos y se vuelve un arte de formar; inuentar o fabricar conceptos, pues los conceptos
método! cultivado por los filósofos, de tratar los problemas de /os no son necesariamente formas, inventos o productos. La filbso fía,
seres h<lmanos. con mayor rigor; es Ja disciplina que consiste en crear conceptos.
o:lewey, J., "The Need for a Recovery of Philosophy" ["La necesidad de ¿Acaso será el amigo, amigo de sus propias creaciones? ¿O bien es
! una recuperación <le Ja filosofía") (1917), en The political Writtmgs, el acto del concepto lo que remite al poder del amigo, en Ja unidad
· Jndianapolls/Cambrldge. Hackett, 1993, p. 9, trad. cast. propia) del creador y de su doble? Crear conceptos nuevos, tal es el objeto
de la fi/osoffa. El concepto remite al filósofo como aquel que lo
Pbro también la filosofía supone poner en. práctica una serie de tiene en potencia, o que tiene su poder o su competencia, porque
habilidaHes de pensamiento. Comparte estas habilidades con otras tiene que ser creado ... A decir verdad, las ciencias, las artes, las
disclplirlas pero, a diferencia de ellas,'no sólo aborda temáticas pro- filosofías son igualmente creadoras, aunque corresponda única-
pias sino que también erige sus hab~idad'.'5 de pensamie;i~o en o_bjeto mente a la filosofía la creación de conceptos en sentido estricto.
de su re!lexión. En tal sentido, la f!losofia es pensar cntico aplicado Los conceptos no nos están esperando hechos y acabados, como
tambiéd al propio pensar. • . cuerpos celestes. No hay firmamento para los conceptos. Hay que
Entre las principales habilidades de pensamiento están: dar ra- inventarlos, fabricarlos o más· bien crearlos, y nada serían sín /a
zones, y distingUír razones de pseudorazones o excusas, es:ab'.~cer firma de quienes los crean. Nietzsche determinó la tarea de la filo-
conexiones y distinciones, clarificar conceptos, sentidos y s1grufica- sofía cuando escribió; 'Los filósofos ya no deben darse por satisfe-
dos, eritender y aplicar relaciones de ,parte/todo Y medio/fin, trazar ch9s con aceptar los conceptos que se les dan para limitarse a
analo~, fotmular, usar y remover C?Jterlos, en:end~r_y ev~ua:.argu­ limpiarlos y darles lustre, sino que tienen que empezar por fabri-
mento$ (reconocer falacias y contradicciones), 1dentíf1car, ¡µstifacar Y carlos, crearlos, plantearlos y convencer a los hombres de que re·
cuestionar supuestos, anticipar, predecir y explorar consecuenci'.''" curran a ellos. Hasta ahora, en resumidas cuentas, cada cual con-
encontrar ejemplos y contraejemplos, generar y evaluar estrate?ias fiaba en sus conceptos como en una dote milagrosa procedente de
de cambio y/o ·transformación, explorar alternativas, determmar algún mundo igual de milagroso', pero hay que sustituir la con·
pertin~ncias y relevancias, corregir el. propio pensamientof fianza por la desconfianza, y de lo que más tiene que desconfiar el
problei¡natizar, ser sensible al contexto! etc.
100 La filosofía en la escuela / A Cerletti - W. Kohan ¿Qué es la filosofía? 101

filósofo es de los conceptos mientras no los haya creado ál mismo


(Platón lo sabía perfectamente aunque enseñara lo contrarío... )
(Deleuze, G.- Guattari, E, ¿Qué es la filosofía? (1991),
trad. cast, Madrid, Anagrama, 1993 [retocadal, p. 11) Texto 20
Los dos modos principales del pensar crítico y creativo son el Horkheimer, M., "La función social de la filosofla" (1940), en Teorfa Crítica,
descubrimiento y la invención. Descubrir implica hacer visible algo trad. cast, Buenos Aires: Amorrortu, 1990, p. 276, 279 y 289.
que estaba cubierto u oculto. Jnventar es idear algo nuevo, diferente,
crear un~ ;lternativa. Pensar crítica y creativamente implica inventar El carácter refractario de !a filosofía respecto de la realidad deriva de
y descubrir a la vez. Hay algo de creación también en el des-cubrir, as1 sus prlnciplos ínmanentes. La filosofía ínsiste en que las acciones y fines de!
como hay algo de criticidad en la creación de algo nuevo. De modo hombre no deben ser producto de una ciega necesidad Ni los conceptos
que pensar creativamente no implicá necesariamente crear algo to- científicos ni la forma de la vida social; ní el modo de pensar dominante ni las
talmente nuevo, La creatividad puede estar dada por el ordenar las costumbres prevalecientes deben ser adoptadas como hábito y practicadas
mismas cosas de diferente manera o simplemente sacar a luz algo que sin crítica. E! lmpu!so de !a filosofia se dirige contra la mera tradición y la
estaba oculto. Pero en todos los casos, del pensar creativo brota una resignación en las cuestiones decísivas de !a existencia: ella ha emprendido
alternativa diferente a lo dado. la ingrata tarea de proyectar Ja luz de la concíenc!a aun .sobre aquellas rela·
cienes Y modos de reacción humanos tan arraigados que parecen naturales,
No se puede decir de antemano si un problema está bien plan· invariables y eternos.[ ... ) Cuando se dijo que la tensión entre 1i!osofía y reali-
teado, sí una solución es la que conviene:- es la que viene al caso, sí dad es fundamenta!, no comparable a las dificultades ocasionales que debe
un personaje es viable. Y es que cada una de las actioidades fHosófi- afrontar la ciencia en la vida de Ja sociedad, ello se refería a la tendencia,
cas [se. trazai; inventar, crear] s61o tiene criterio dentro de las otras inherente a !a ftlosofía, a no dejar que e! pensamiento se interrumpa en ningu-
dos, y es por ese motivo por lo que la filosofía se desarrolla en la na parte Y a someter a un control especia! todos aquellos factores de ta vida
paradoja. La filosofía no consiste en saber, y no es la verdad Jo que que, por lo común, son tenidos por fuerzas fijas, incontrastables, o por leyes
inspira la filosofíaJ sino que son categqrfas como las de Interesante, eternas. Precisamente con esto tuvo que ver el proceso contra Sócrates. A la
Notable o Importante lo que determina el éxito o el fracaso. Ahora exíg-encia de someterse a las costumbre sancionadas por los dioses y de
bienJ no se puede saber antes de haber construido. No se dirá de adaptarse incondicionalmente a un modo de vida heredado por tradición,
muchos libros de filosofía que son falsos, pues eso no es decir nada, opuse él que e! hombre debe analizar sus acciones y configurar é! mlsmo su
sino que carecen de importancia o de interésJ precisamente porque destino. Su Dios habítaba en él, o sea en su razón y en su voluntad. Hoy Ja
no crean concepto alguno, ni aportan una imagen del pensamiento filosofía ya no discute acerca de dioses, pero ta situación del mundo no es
ni engendran un personaje que valga Ja pena. menos crítfca. Aceptariamos inc!usó !a presente situación si afirmáramos que
(Deleuze, G.- Guattari, E, ¿Qué es la filosofía? (1991), razón y realidad están reconciliadas y que la autonom!a de! hombre está ase·
trad. cast., Madrido Anagrama, 1993, p. 84) gurada en la realidad actual. La función originaria de !a filosofía todavía es
muy relevante.
No filosofa aquel que meramente ejercita el pensar critico, sino Por esta razón se plantean discusiones en fi!osofia, y. si ellas se refie-
aquel que, dirigiendo ese pensamiento a la búsqueda, a la explícitaci6n, ren a su concepto, son mucho más radicales e irreconcíliables que en las
a la delimitación o al cuestionamiento de los fundamentos, los su- ciencias. La filosofía, en oposición a otras discipllnas, no tiene un campo de
pÚestos o las condiciones de posibilidad de saberes y práctica$, crea actividad fijamente delimitado dentro del ordenamiento existente. Este ordeR
nuevas conceptuaJizaciones y relacioÍleS. namiento de vida, con su jerarquía de valores, constituye un problema en si
102 La fílosofla en la e5cuela / A Cerletti - W. Kohan
¿Qué es la filosofla? 103

mismo pJra la filosofía. Si la ciencia puede aún acudir a datos e:st~blecidos siempre tiene varíes aspectos. y cada uno de ellos puede producir los más
que te se~alen el camino, la filosofía, en cambio, debe siempre confiar en sí
difer-entes resultadas históricos.
misma. e¿ su propia activídad teórica. La determ¡nación de su objeto forma
parte de ¿u programa en medida mucho m~yor que en el caso de las ciencias
especiale.'s, aun hoy, cuando estas se encÚentran tan concentradas en pro-
blemas d~ teorla metodológica [...]La verdadera función social de la fílosof!a Texto 21
reside enj la crltlca de lo establecido. Eso no ímplíca la actitud SIJP.erficia! de
objetar s~temé.ticamente ideas o situaclon~s aisladas, que harfa del ftl6sofo Rorty, R., "Los intelectuales ya no deben negar las realtdades ", entrevista
un cómiqo personaje. Tampoco signifíca que el filósofo se queje de este o con Maro Uzan, ucuttura y Nación", Clarín, Buenos Aires, 26 de marzo de
aquel he¿ho tomado aisladamente, y recomiende un remedio. La meta princi~ 1992, p. 4-5.
pal de esla critica es impedir que los hombres se abandonen a aquellas ideas
y formasjde conducta que la sociedad en- su organ!za.c!ón actual les_ dicta. -¿Qué papel pueden desempeñar los filósofos en nuestra sociedad?
los hom~res deben a.prender a discernir la;relación entre sus acciones indivl~ -Muy francamente, no creo que los filósofos tengan un papel que des-
duales y ~queUo que se logra con ellas, entre sus existencias particulares y la empeñar como tales en ta vida pública de nuestra época. Sus investigacio-
vida gen$ral de la sociedad, entre sus proyectos diarios y las gÍandes ideas nes se limitan de hecho a recordar, a propósito de los problemas de- la actua-
reconoc:i?as por ellos. La fílosoffa descubr!3 la contradicción en !a que están lidad, soluciones que fueron operativas en el pasado. Al hacerlo, pueden
envuelto~ los hombr-es, en cuanto, en su Yida cotidiana, están obligados a ~frecer una ~pelón entre orientaciones diversas e inesperadas, y esbozar
aferrarseia ideas y con6eptos aislados. [•.• j Más allá de la importancia, expll~ tipos de utop1as en las que e! público no habrla pensado frente a los probJev
cita o im¡)lfcita, consciente o Inconsciente. ;ciue la investigación de problemas mas contemporáneos. Eso -puede resultar interesante a veces;
sociales fevlste en la fi!osoffa, queremos insistir una vez más en qµe:ta función A pesar de todo, me parece imposible asignar a !os filósofos una mi-
social cte esta no consiste primariamente: en ello. sino en e! desarrollo del si~n específica. Los historiadores o los novelistas tienen una tarea que cum-
pensamí~nto crftico y dfaléctico. La tilosofí~ es el intento metódico y perseve- plir. Pero !os filósofos son simplemente personas que leen una categoría de
rante de introducir la razón en el mundo; ~o hace- que su posición sea preca- textos que otros intelectuales no aprendieron a frecuentar. Esos libros perte"
rfa y cue,~Uonada. La fílosofia es incómod~ obstinadaf y además, carece de neclentes a! ámbito de la ·fi!osoffa, a veces pueden servir para alimentar de-
utilldad ihmediata: es, pues, una verdadera fuente de contrarieqades. Le fal- bates contemporáneos. Es un hecho. En realidad, no hay ningún motivo para
tan criteJios unlvocos y pruebas concluyeOtes. (... )En !a filosoffa, a,diferencia pensar que las cuestiones abordadas en esas obras sean realmente indis"
de la ec0nomfa y la política, crítica no sig~ific-a la condena de uña cosa cual- pensables para nuestra época.
quiera, tjí el maldeclr contra esta o aquel!~ medida; tampoco la simple nega"
~¿Debemos pensar entonces; como dicen muchos, que la filosotfa está
ción o e( rechazo. Es cierto que, en deterró!nadas condíclones, la crítica pue" ?cabada o muerta?
de tener! esos rasgos puramente negativo$; de ello hay ejemplos en la época.
-Realmente no creo que !a fi(osoffa pueda morir algún día Puede cam"
helenisti~a. Pero lo que nosotros entenctelnos por crítica es el esfuerzo lnte"
biar. De hecho lo hizo en varias o¡Jortunidades a través de su historia. En el
lectual. (¡ en definitiva práctico. por no aceptar sin reflexión y por simple hábi-
tiempo de Descartes, por ejemplo, los filósofos renunciaron al mundo tal como
to de ideas, los modos de actuar y las relaciones sociales dominantes; el
lo veía Aristóteles, para adoptar luego la viSión del mundo de ·Ne\-vton. En el
esf~erzÓ por armonizar. entre sf y con l~s idé'ás y metas de- la época, los
campo del pensamiento hay Íegularmente cambios que pueden calificarse
sectore~ aislados de la vida social. (•..] N~ se puede decir que.en la historia
de revolucionarios. En esos momentos de crisis, se tiene- tendencia a creer
de la fi!q'.sofía los pensadores más progresistas hayan sido aquello~ que adap-
que llegó ef fin de la filosofla. NUnca es así. Son solamente crisis y transforma-
taron urja .actitud más crftica o que sie~pre tuvieron en vista 'los llamados
ciones, ·
prograrQas prácticos. las cosas no son tan sencillas. Una doctrina filosófica
-¿Actualmente estamos viviendo una cr!sls de ese tipo?
La filosojfa en la escuela /A. Cerlelti - W. Kohan ¿Qué es la filosofía? 105
104

níón, es que conduce a posiciones que convierten al filósofo én e! mejor ciuda-


-Sí. Probablemente es de una intensidad y una radicalidad superiores
dano~ tanto en la República de lasletras como en la sociedad democrática.
a otras crisis ya atravesadas por e! pensamiento. Nuestra época está a punto
de eliminar los problemas heredados de los siglos XV!!, XVIII y X!X. Vamos a -¿El hecho de que no parezca haber otro modelo económico que Ja
poder deiinir nuevos conceptos. Por eso hay que afirmar con fuerza que e! economía de mercado no lo entristece?
slglo XX debe ser considerado e! más importante de la historia de la iilosona. -No, así son !as cosas por e! momento ... ¡y seguramente por mucho
tiempo más! Jürgen Habermas formuló claramente !a lección de !os aconteci-
-¿Por qué motivos?
mientos que se desarrollaron en el Este en 1989; las sociedades complejas
-El principal cambio producido se refiere al hecho de que hemos deja-
no pueden reproducirse si no conservan intacta la lógica de una economía de
do de comprender la realidad a través de Jos conceptos de experiencia y de
mercado. Los lntelectua\es de izquierda necesitarán tiempo para realizar el
consciencia que correspondfan a la füosofia tradicional. El lenguaje ha pasa-
reajusto psicoanalítico y termíno16gíco que pueda permitirles concebir que
do a ser Ja cuestión central, el núcleo de la füosoffa contemporánea. Allí resi-
ahora ya no hay alternativa al capitalismo. La izquierda tendrá que aprender a
de el hecho mayor que transforma todo.
ser más modesta: en la actualidad, nadie propone nada mejor que la econo-
...
[ ] mía de mercado.
~Usted otorga un Jugar fundamenta! a fa literatura. ¿El filósofo debe Pero e! sistema capitalista no va a resolver todos los problemas del
rr;omento. Inclusive va a reforzar las deslgualdades. Si la democracia no lo~
esfumarse en beneficio de los esor.itores?
-No \o creo, pero sí creo que !a filosofla debe cambiar lo suficiente gra detener la crisis de !os países del Este, el peligro de renacimiento del
como para dejar.a la !it~ratura un espacio propio. Hasta ahora, la filosofía era fascismo se perfila en e! horizonte. En este terreno; creo que los riesgos son
un comentario de los conocimientos cientlfícos. Hoy ya no necesitamos eso. grandes. Para prevenirlos, habría que preparar un sistema de asistencia para
La filosofía no es la literatura, pero puede ayudar a comprender la visión de! los más desprovistos. Sin !o cual el paso a una econornfa de mercado puede
mundo, discontinua, diferente de !a de Descartes, que !os intelectuales y es~ conducir aI desastre.

critores europeos elaboraron desde el siglo XIX. No soy economista ni experto en cuestiones sociales. Pero estoy con-
En realidad siempre tendrernos necesidad de los filósofos. Pero sería vencido de que los intelectuales, en lugar de soñar con el fin del capitalismo,
mejor que dejaran de jugar a los profetas o a los redentores y se convirtieran podrían dedícarse a reflexionar sobre este tipo de cuestiones prácticas.
simplemente en comentaristas o consejeros. -¿En su opinión, entonces, deberíamos abandonar la teoría?
wNo, pero sf !a creencia según Ja cual una teoría contiene Ja clave de
-¿Eso significa que se acabó la utopía.?
-La tradíción marxista o posmarxista nos había acostumbrado a creer todos !os problemas futuros: Fue Karl Popper quien subrayó el punto común
que había que romper con la cultura burguesa. Necesitábamos una revolu- que existe entre Platón y·Marx: ambos crelan comprender las fuerzas ocultan
ción para que el mundo flna!mente estuviera en orden. Desde 1\11arx hasta que determinan el destino de !os seres humanos. Platón sostenía que la justiw
Míche! Foucault, creo que fuimos victimas de un engaño. No tenemos por cia sólo podría reinar e! día en que los filósofos fueran reyes, o bfen los rey~s.
qué esperar un nuevo ser humano, ni soñar con quebrar las instituciones ni filósofos. Wlarx mostraba que la justicia sólo podrfa reinar e! día en que el
siquiera perder e! tiempo criÚoando a nuestras democracias. A fuerza de- capitalismo fuera derrotado por et movimiento irresistible de la historía. Espe-
es!óganes hemos olvidado !os verdaderos problemas de todos "!os días. Sí ro que lleguemos a deshacernos de ese tipo de convicciones. En lugar de
nosotros. los intelectuales, tenemos que hacer polltica, no es con conceptos esperar mañanas ín1aginarios, serí? mejor que fa reflexión teórica pudiera
milagrosos sino en e! marco de !as leyes o frente a las realidades presentes. servirnos para combatir la iníustlcía"en la experiencia cotidiana.
Por ejemplo, en lugar de discurrir sobre el trabajo como alienación,
-¿Esa forma de realismo constituye la cara po!Jtfca de su pragmatismo? podríamos preocuparnos por !as condiciones de despido. En lugar de lnterroN
-Completamente. Si hay algo de bUeno en el pragrDatfsmo, en mí opi- garnos sobre la división de !a sociedad en clases. podríamos reflexionar so-
106 La filosofía en la escuela /A. Cerlefü - W:Kohan ¿Qué es la filosofía? 107

bre \os moiios de distribuir la ayuda del Estado. Estoy convencido de. que los !as concesiones necesatlas a lo real. De hecho, creo que el trabajo de trans~
intelectuatés deben dejar de adoptar una actitud crítica radica! frerite a !as formación profunda no puede hacerse más que a! aire libre y siempre agitado
institucion~s de la sociedad. Ya no deben negar las realidades. por una cr1tica permanente.
-Pero, ¿usted piensa. que el intelectual debe tener un rol de programa-
Texto 22 dor en esta transformación?
-Una reforma nunca es más que el resultado de un proceso en el cual

Fouo~ult, ~ .. "¿Es Importante pensar?", entrevista con D. Ér!bon, Liberation, · hay conflicto, enfrentamiento, lucha, resistencia ...
Precisar de entrada el juego: '¿cuál es !a reforma que voy a poder
No. 15, P~rls, 30-31 de mayo de 1981, p. 21, trad. Sllvana Ferrentlno.
hacer?', no es para el intelectual, creo, un objetivo a perseguir. Su rol. ya qµe
[ ...]!Y además, principalmente, no cr~ que se pueda oponer. critica Y preclsamente trabaja en e! orden de! pensamiento, es ver hasta dónde ta
transform~ción. la crft!ca "!deat'' y Ja transformación "real". liberación de! pensamiento puede llegar a producir estas transformaciones
Un~ critica no consiste en decir que las cosas no están bien corno es· suficientemente urgentes para que se !as haya querido realizar, y suficiente-
tán. ConsI~te en ver sobre qué tipo de ev!dertcias, de familiaridades, de modos mente dif!ciles de producir para que se inscriban profundamente en lo real.
de pensar! adquiridos y no reflexionados reposan las prácticas que se acepta. Se trata de hacer más vlsib¡es !os conflictos, de volverlos más esen-
Es hecesarlo liberarse de !a saora!iz~ción de lo social como única lns~ ciales que los simples enfrentamientos de intereses o los simples bloqueos
tancia de ho real y delar. de considerar con¡!igereza algo esencial en la vida i.nstitucionaies. De estos conflictos, de estos enfrentamientos debe surgir una
humana yien las re!acio~es humanas, el pensamiento. 8 pensamiento, existe nueva relación de fuerzas cuya figura provisoria será una- reforma.
aquí, mudho más af!á o más acá de los sistemas o de las construcciones Si no ha tenido a !a base el trabajo de pensamiento sobre sí mismo y si
discurs!vcl:s. Es algo que a menudo se oculta. pero anima todos los c.omporta- efectivamente !os modos de pensamiento, es decir Jos modos de acción, no
mientos cbttdian0s. Hay siempre un poco de pensamiento aun en !<;is instltu~ han sido modificados, cualquiera sea e! proyecto de reforma, se sabe que va
cienes m~s ·necías: hay siempre pensamieOto aun en las prácticas silencio~ a ser fagocitado, digerido, Por modos de comportamientos e instituciones

cambiar~
que serán srempre !os mismos.
sas. Laicrltica consiste en hacer salir est¿ pensamiento e intentar
lo: mostr¿r que las cosas no son tan evídenles como se cree, procurar que lo -Después de participar en numerosos movimientos, usted se ha echa-
que se a$epta corno evidente ya no sea eyictente. Criticar, es hácer difíciles do un poco atrás. ¿Va a entrar nuevamente en esos movimientos?
~Cada vez que he tratado de hacer un trabajo teórico, ha sido a partir
los gestoS demasiado fáciles.
81 estas condiciones, la critica (y I~ crítica ~ad!cal) es absolutamente de elementos de mi propia experiencia: siempre en relación con procesos
lndispenáable para toda transformación. P:ues una transformación que con- que veía desarrollarse a mi alrededor. Es porque creía reconocer en lo que
¿¡
servara mismo modo de pensamiento, _Una transformación que no fuera veía, en las instituciones a las que estaba vinculado, en mis relaciones con !os
más quelcierta manera de a}ustar mejor el:mismo pensamiento a !a' realidad otros, resquebrajaffiientos, temblores sordos, disfunciones, que yo empren-
de las cdsas no serfa más que una transfo_rmación supertíclal. dia un trabajo. algunos fragmentos de autobiografía
Eti cambio, a partir del momento eri que se empieza a no poder pen~ No soy un activista retirado que, hoy, querría r~tomar el servicio. Mi
sar más ias cosas como se las piensa, la ._transtormaci_?n se vuelve a la vez modo de trabajo no ha cambiado mucho; pero espero que continúe todavía
muy urgente, muy dificil y completamente pos!b.le. cambiándome.
Pcbr lo tanto, no hay un tiempo para !a crítica y _un tiempo para la trans· ~Se dice que usted es bastante pesiFJ!iÚta.. Usted, ¿creerla que es más
formac!óh, no hay 'los que critican' y 'lo~ Q!Je transforman', los que están
bien optimista.?
enceua~os en una radicalldad inaccesibie·. y los qua estén obligados a hacer
108 La filosofía en ia escuela / A. Cerletli - W. Kohan

-Hay un optimismo que consíste en decir: 'de todos modos, esto no


podía estar mejor'. Mi optimismo consiste más bien en decir: 'tantas cosas Parte III
pueden ser cambiadas, frágiles como son, ligadas más a contingencias que
a necesidades, a lo arbitrario que a !o evidente, a contingencias históricas
complejas pero pasajeras que a constantes antropológicas ínevitables... ' Usted
sabe, decir: 'somos mucho más recientes de lo que nos creemos', no es una
manera de cargar sobre nuestras espaldas todo el peso de nuestra historla.
Es más bien poner a disposición del trabajo que podemos hacer sobre naso~
tros mismos !a parte más grande posible de lo que se nos presenta como
inaccesible.
El sentido de la filosofía
en la escuela

Es necesario que un maestro ponga a sus discípulos en


guardia contra él, esto forma parte de su humanidad.
Nietzsche> F., Aurora
111

Capítulo 5

Filosofía: ¿para qué?

Y es que, de hecho, en arte de alcahuetería,


aunque sea espiritual, suele no pocas veces convertirse
la filosofía. Y otros en opio para adormecer pesares.
Unamuno, Miguel de, Del sentimiento trágico de Ja vida

a. Utilidad y sentido
Y siempre val veremos sobre Ja cuestión de saber para qué
sirve esta actividad de crear conceptos, tal como se diferencia de la
actividad científica o artística,,¿por qué siempre hay que crear con-
ceptos, y siempre conceptos nuevos, en función de qué_ necesidad
y para qué? ¿Con qué fin? La respuesta según la cual la grandeza
de la filosofía estribaría precisamente en que no sirve para nada,
- constituye una coquetería que ya no divierte ni a los jóvenes. En
cualquier caso, nunca hemos tenido problemas respecto a la muer·
o
te de la metaffsica a la superación de la filosofía: no se trata más
que de futilidades inútiles y fastidiosas. Se habla del fracaso de /os
sistemas en la actualidad, cuando sólo es el concepto de sistema lo
112 La filosofía en fa escuela /A. Cerietti - W. Kohan Riosoffa ¿para qué? 113

que ha cambiado. Si hay tiempos y lugar para crear conceptos, la una respuesta a esta última pregunta sólo puede brindar aproxima-
operación correspondiente siempre se !1amará Íilosofía, o no se cion~s parciales, que nunca la agotarán.
diferenciaría de ella si se Je diera otro nombre. Importa entender el para qué de la filosofía en sus diversos
(Deleuze, G.- Guattari, F., ¿Qué es la filosofía? (1991), matices. En estos tiempos, los "para qué" están pensados casi exclu-
trad. cast., Madrid, Anagrama, 1993, p. 13-14) sivamen'.e bajo el prisma de la utilidad inmediata o de la productividad / "
mercantil y el beneficio económico. Esta grosera utilidad regula los /
¿Para qué sirve la filosofía? Desde un.a importante tradición "para qué", que deben ser medibles, cuantificables y, sobre todo,
filosófica suele responderse, con cierto orgullo, que la filosofía no redituables. Los "para qué" deben ofertar aquello que solicita una de-
shve "para nada'1 • Esta aflrmación se asienta en la supuesta indepen- manda que ha aprendido a disfrutar el elixir del éxito la moda 0 lo
dencia o libertad de la filosofía, que no dependería más que de sí exótico. '
misma. La filosofía no sena "sirvienta" de nada ni de nadie, tendría En este marco, las escuelas trabajan predominantemente para
un valor por sí misma. En realidad, lo que quiere decirse es que la que puedan satisfacerse mejor los "para qué" socialmente reconoci-
filosofía no sirve para nada en particular o especial, sino que sirve dos; en otras palabras, para que quienes pasan por sus aulas puedan
"para todo". Aquella inutilidad orgullosa se coni:rapone, en la actuali- insertarse "mejor" en la sociedad y sus leyes de mercado. Para que
dad, con asociar la filosofía a una inutilidad descalificadora. En un "sepan eleg!r" lo que, en verdad, ya ha sido elegido para ellos, para
mundo dominado por la valoración de los resultados y la eficacia, se que sean mas eficaces en producir y consumir, actuando bajo estrate~
suele argumentar que la filosofía no ofrece productos tangibles, resul- glas que perfeccionen o mejoren las condiciones de un sistema que se
tados inmediatos ni respuestas rápidas y eficientes. ha extendido a casi todos los rincones de la vida.
Aquella retórica inutilidad de la filosofía termina resultando una · Así, asistimos al espectáculo de la filosofía vuelta un útil más
máscara de altivez descomprometida, mezcla de abstracción e. ingenui- un~ ~rramienta para aceitar la lógica, la retórlca1 la política ~ 1~
dad, porque lima su potencialidad crítica y su sentido en relación con el e~ti"': de lo dado. En especial, cuando se vuelve mero ejercicio téc-
mundo. Por oi:ra parte, evaluar la proyección de un saber a través del nico, solo un conjunto de habilidades. Porque se vuelve útil para en-
esi:recho criterio de la eficiencia productiva empobrece cualquier invita- tender Y ordenar, para explicar y justificar, pero nunca para cuestio-
ción al pensamiento. Pero entonces? ¿para qué sirve la filosofía? nar y subvertir. ·
Lo mejor que le puede pasar a muchas preguntas es no poder ---" 'Es por ello que precisamos despertar, en la p;egunta por el
\
ser respondidas definitivarnenie. A algunas otras pteguntas, eso es lo para qué de la filosofía, el nombre del senticlo de la filosofía. En esta
único que puede pasarles. Porque son inagotables o, simplemente, correlación, la filosofía se enlaza con lo social ya que los seres huma-
porque su mejor razón radica en el interrogante que plantean. Y aun- nos viven en comunidad y ésta se vuelve el únicO marco en el que un
que se pretenda agotarlas como si se quisiera acabar con una irreve- ser humano puede ser propiamente tal, Éste es el viejo sentido de la
rente molestia, reaparecen una y otra vez, aquí y aJlá. Tal vez ése sea pólis griega: cuando el ser humano se asienta en una comunidad de
el caso de la pregunta "¿para qué sirve la filosofía?", preguntada y sentido Y relaciones sigrúficatívas que lo constituyen como ser social.
vuelta a preguntar en todos los tiempos, bajo todos los contextos. Es, De esta forma, la constitución del ser humano en una comunidad de
por cierto, una situación compleja, sobre todo si se piensa que. se sentido despierta el sentido de la filosofía como puesia en cuestión
trata de determinar la proyección de algo que no se termina de defi- radical de lqs órdenes establecidos. En la pólis, la filosofía se vuelve
nir, y aún más, de algo aparentemente imposible de defínir. La pre- crítica radical del status quo imperante: en la política, en la ciencia, en
gunta "¿para qué sirve la filosofía?" está inexorablemente unida al el arte, en todas las formas sociales y culturales dominantes.
otro interrogante radical "¿qué es la filosofía?". Como hemos visto,
114 La filoso/fa en la escuela / A. Cerletti - w: Kohan Ftlosofía ¿para qué? 115

Lecturas Pero el triunfo logrado ~s, Inevitablemente, un triunfo a lo Pirro, porque


pret"ender contestar positivamente a la mencionada pregunta equivale a herir
Texto 23 de muerte a Ja fi!osoffa.
En rigor, ante el insólito Interrogante. sólo habría una respuesta ade-
Garcfa vehturini1 J. L., "La filosof!a. ¿Para ~ué sirve?", en Cultura", ·La Na-
11
cuada. ¿Para que siNe? -Pues, para nada. Esto es lo que habrían contestado
ción, Buenos Aires, 9 de julio de 1972. p. 3., Platón y Aristóteles y toda la tradición occid_ental. La filosofía -y de modo

~frontar
eminente !a metaffsica- no sirve para nada, no porque sea inútil, sino porque
PaJece claro que uno de los problemks más arduos que debe es supraútil, porque está más allá de toda utilidad y por encima de cualquier
la filosouaJ es saber qué es la filosofía misma. Y esto, desde los griegos. Tan servidumbre. Porque !a fi!osoffa es un específico e ineludible modo de interro·
curiosa .d no tanto~ necesidad de interro9arse a sf misma, esa Suerte de gar a Ja realidad; no el único, por supuesto, pero sí e! modo más radica! y
autognosl~ en que se diferencia de cualquier otra dísciplina, no· sólo es un omnícomprensívo, el más fundamental y totalizador; que no se deUene en
vieio prob}ema que hace a la índole mism~ de! filosofar sino que conforma Instancias inmediatas y ni siquiera penóltima.s, sino que Je es inherente la más
uno de lo~ interrogantes más apasionantes.: y, por lo demás, lne!udibte para !ndec!lnab!e vocación de uUímidad. Y esas verdades últimas, que pueden
cualquier~ que se ocupe de la filosofía con :un mfnimo de rigor. Y hasta esta- funcionalizarse y de hecho se funcionalízan en diversos niveles ontológicos,
mos. convkncidos de que si la filosofía no fuera, en última instancia, mucho gnoseo!ógicos y epistemológicos, no son verdades que "sirvan", sino -como
más que ¿so, es decif. una inacabable pregi;.inta acerca de sf misma, tal com0 dír!a Maritain- verdades a las cuales "debemos servir", lo cual es otra cosa.
un dragó~ que procura"Jnfructuosamente morderse su propia cola, estaría- De ahí que la radical no-uti!ídad de la filosofía no sea ín-uti!idad, sino constitu~
mos de tdctos modos ~y a pesar de la multitud de distraídos que en mejor de uva supra-utilidad.
los casosl apenas rozan la periferia del sat>er-. ante el más atrapante de los En tiempos como e! nuestro en que todas las cosas progresan y son
juegos inleiectuales, ante una de !as más incitantes aventuras del espfritu. útiles -a riesgo de perecer~. la filosofia parece no exhibir progreso ni utilidad
Pe~o. en tos últimos tíempos, especialmente en ciertos ambientes no algunos. Pero la idea de que la filos~ffa estancada en relación a! vertiginoso
estrictaménte filosóficos, y frecuentemente con expresión periodística. !a gra-- -avance de las ciencias {particulares) no responde a una perspectiva menos
ve yanuQua pregunta ha sido reemplazad~ por otra obvia~ente m~nos gra- falsa que Ja que hace a su supuesta falta de utilidad. No sofamente la tilosofia
ve, casi trfvo!a, no per se qulz:á. pe~o sf por ei modo. y el contexto en que suele también progresa, sino que siempre está a la vanguardia del pensamiento,
ta
for-mulárskla: ¿para qué siwe }íibsona? A veces se completa este interro- explorando y problematlzando ínéditas reg!ones, un poco adelante de los
gante con este otro: ¿qué papei \\iimple la filosofla en los paises en desarro- demás saberes, detalle éste que fuera ?Xpresado muy claramente por B.
llo? ¿Qu~ utilidad tiene la fílosoffaÍÍ>n el progreso de los pueblos? : Russe!! cuando dijera que respecto del pénsamiento filosófico "toda realidad
lÁ dirección de la pregunta dificulta, sin duda, la precisión de la res- ~s anacrónica". Y si, como se objeta también, es cierto que hay discrepan·
Y
puesta. no faltan quienes contestan, a veces Jos mismos 1i16sofos, procu- cias entre los filósofos (recordemos que tambíén !as hay entre los cientlficos
rando saÍlsfaoera! interlocutor. que !a filosoffa sirve, por ejemplo, para desen- particulares), ninguno ha renunciado ni podrfa renunciar ~sin dejar de ser
trañar el l11ser nacional", o pata dar una "Imagen prospectiva" dél proceso filósofo- a pretender para sus afirmaclones vafidez universa! -y en esto van
polftioo, ~sto es, alineándose o queriendo hacerlo con sociólogos, politioólogos, incluidos aun !os escépticos, aun los relativistas-. Después de todo, la filoso-
historiad9res, a fln de dar sentido de utiiíd8d y de "actualidad a la yieja sabi- fía es algo que los hombres no han podido dejar de hacer desde que acce-
durta de :MineNa". . dieron a !a edad de ia razón, ni parece probable que puedan dejar de hacerlo
Y, \por lo general, quienes lanzaron !a)pregunta se sienten bastante satis- en un futuro Inmediato.
fechos cdn la respuesta y parecen dispuestos a otorgar a la füosofJa el pasaporte Estas' reflexiones no pretenden esclarecer la índole del saber filosófi-
que le pe!mlta seguir clrculando entre las cosas útiles y de indudable actualidad. co, amplio y fecundo terrítorio cada día más transitado, donde la filosofía
Filosofía ¿para qué? 117
116 La filosofía en la escuela ! A. Cerletti - W. Kohan

albricias o desgracias, filosofa alguna vez en su vida, es decir, se hace a su


trabaja frente, en especial, al neopositivismo (de ;suyo, una filosofía también}
modo ·las grandes preguntas. Y es que vivir resulta una tarea fundamental·
por reivindicar su lenguaje, sus métodos, su obíeto; pero sl procuran salir al
mente intrigante. A !as cosas de la vida nunca se acostumbra uno de! todo:
paso de opiniones tan curiosas como las expuestas más arriba. Pensar que !a
para bien o para mal, síempre nos resulta !o que nos pasa, lo que "nos ocurre
filosofía tiene por objeto estudiar "e! ser nacional" ( ... )·o proyectar esquemas
útiles al 4 desarroUo del país", no sólo significa amputarla, slno desvirtuarla en o !o que se nos ocurre, un poco raro. Por eso Aristóteles indicó qÍJe el comien-
su más peculiar consistencia. Otras son las metas y !a misión del filosofar, zo de !a actividad fi!osótica -es decir de ta mania interrogativa· consiste en
Bien distintas -aunque todas Igualmente respetables- a las de !as ciencias asombrarse.
particulares, y, claro está, a las de las diversas formas del quehacer tecnoló- Lo que vemos a nuestro alrededor, lo que sentimos en nuestro interior.
gico. No hay equivalencias posibles. De ahí !a díficu!tad. tan frecuente. de !o que ohnos que los dernás aseguran muy serios, todo puede suscitar asom«
precisar la naturaleza de la filosofía y de saber dónde están !os filósofos. A bro cuando uno !o considera ingenuamente, es decir: con libertad y sin prejui~
veces están donde menos se .piensa, y muchas veces no se los ve, justamen- cios.
te por la extemporaneidad y supra-utilidad que tipifican su 'faena. Pero, ¿para qué sirve hacerse unas preguntas a !as que nadie por lo
Cuando no se advierten e! verdadero sentido y alcance de Ja filosofía, visto logra dar réspuesta definitiva? A esta pregunta que por cierto también
se !e buscan objetos substitutos; y cuando se cree -de ese modo- cump!tda la es filosófica, se le pueden dar como réplica nuevas preguntas: ¿por qué todo
tarea de rescate es precisamente, cuando aquélla ha quedado herida mortal- debe servír para algo? ¿Tenemos que ~ervir para algo cada uno de nosotros,
mente. En afán de no declararla no útil -que para quienes así proceden es es decir, es obligatorio que seamos ciervos o orlados de algo o de alguien?
como decir in-útil-, la de6!aran, sín quererlo, supert!ua, prescindible. Por eso. ¿Acaso somos empleados de nosotros mismos? A lo .mejor hacerse las gran-
ia única manera de justificar a la filosofía es contestando adecuadamente a la des preguntas sirve precisamente para eso: para demostrar que no siempre
pregunta por sí misma. No hay otra alternativa. estamos de servicio, que también alguna vez podemos pensar como si fué~
semos amos y señores.
Supongo que algo así es lo que quería señalar Sócrates cuando dijo
Texto 24 que "una vida sin indagación no merece !a pena ser vivida". A! repetir las
grandes preguntas intentamos hacernos dueños de nuestra vida, tan incierta
Savater, F., "Urgencia y presencia de la filosofía", en ~cultura", La Nación, Y íugitiva; preguntarse es dejar de trajinar como animales, automáticamente
programados por los instintos, y erguirse, sacándose e! sudor, para decir:
Buenos Aires, 29 de octubre de 1995, P. 1-2.
Aquf estamos los humanos. ¿Qué hay de lo nuestro?
¿Se saca algo en limpio de la füosofla? Pues sí, a! menos algo muy Aunque lo verdaderamente irrenunciable sean las preguntas, tampo--
importante: !as preguntas mismas. Los filósofos se contradicen en las res- colas respuestas que proponen los füósofos (o cualquiera de nosotros, cuan-
puestas, pero se confirman unos a otros en !as preguntas. En iilosotía las . dó hacemos de filósofos) resultan desdeñables. Esas contestaciones füosófi-
respuestas varían y se enredan unas con otras, pe"ro las preguntas vuelven cas se distinguen porque nunca tapan de! todo la pregunta que !as suscita y
una y otra vez, quizás planteadas en un modo algo más rico o sutil. Son las siempre dejan algún hueco por el que se cuelan !os nuevos interrogante's,
preguntas de nuestra vida, el catálogo esencial de nuestros "¿por qué?" En el para que el juego ~el humano juego de la vida~ síga abierto.
centro, las que las condensa todas, las que nadie humano ~és decir, cons~ Las respuestas filosóficas suelen ser un cóctel racional con dos ingre·
ciente y racion.al- puede dejar de hacerse: ¿qué significa todo esto (!a vida, la dientes básicos: escepticismo e imaginación. Lo primero, escepticismo, por-
muerte, !o que nos pasa, los demás, Jas cosas, el tiempo, e! miedo, e! gozo, !a que quien se lo cree todo nunca piensa nada
pena... )?" Para empezai:: a pensar hay que perder ta fe: la fe en las apariencias,
Nadie se dedica fulf time a estos interrogantes radicales porque nadie en las rutinas, en los dogmas, en los hábitos de Ja tribu, en la "normalidad"
filosofa dla y noche. Pero todo el mundo, antes o después, empoja'"do por indiscutible de lo que nos rodea. Pensar no es verlo todo clarísimo, sino co-
118 La filosoffa en la escuela / A. Cerletti - W. Kohan Filosofia ¿para qué?
119

menzar ~ no ver nada claro lo que antes ténfamos por- evidente. E! escepticis- dos o tres acontecimiento "históricos" y no hay mes en que no se celebre !a
mo acor(ipaña siempre a ta filosoffa, la flexibiliza, le da sensatez, Sólo los tontos b_oda· "det siglo", por no hablar de !as rebajas de los grandes almacenes, que
no dudah nunca de lo que oyen y sólo !os Chalados no dudan nunca cle lo que siem~re son i'col_osales". · Está .más que vfsto que todos los días tiene que
creen. P~ro además la filosofía está tambiéÍl hecha de imaginación. iOJo, no de o:urnr lo nunca visto. Lo dicen las televisiones, las radios, las revistas y perió-
fantasía~ o delirios! No hay nadie menos imagina~ivo que los que ven fantas- dicos ... de modo que bien está.
mas, b~Jerfas, adivinanzas) extraterrestres: y milagros por todas partes. Entre tantos que se ocupan de tas cosas que pasan, ¿,no habrá al-
Quien carece de imaginación sierripre está dispuesto a dar crédito a guien que se ocupe un poco de !as que no pasan? Entre tantas voces que
realidactks nuevas y desconocidas, mientras que qulen tiene Imaginación busca proclaman novedades, ¿nadie se acordará de vez en cuando de Jo de siem-
lo nuevd a partir de la realidad tal como 18 conocemos. - pre? Sí no me equivoco, tal podrfa ser una de las tareas de la filosofía es
don escepticismo e fmaginación van tramando los tllósofos sus res- ~ecir, de ustedes y mfa cuando nos da por repetir las grandes preguntas, 'por
puestas! a las grandes preguntas: conviene recordarlas, desde· aquellas pri- intentar _con escepticismo e- imaginación darles nuestras pequeñas respues-
meras ~ lnolvldab!es de los griegos. hast~ las de Unamuno o Albert Camus. tas_ Actitud por cierto bien diferente de esa otra fórmula pedantesca de filo-
En conjÓnto forman e! currículum vitae de larazón occidental. Más:Preguntas: soffa que cada trimestre proclama "el tema de nuestro tiempo": un año será la
pero, ¿de veras que nos hace ialta la ii!osofía? ¿No es mejor confiar en !a posmodernidad, luego e! neobarroco, después la muerte del sujeto y seis
ciencla./que es la hija moderna y eficaz d~ la filosofía, con un sentido práctico
meses más tarde la recuperación del sujeto, despreciando en todo caso la
mucho (nayor que el de la mamá? Por supuesto, entre la cfencta y la filosofía
pregunta que nace ffbre (es decir, ingenua en el sentido etimológico de la
no hay 9ue elegir una sola. rechazando !a!otra: !o mejor es quedarhos con las
palabra) porque no se somete a !os manierismos culturales del momento.
dos.
No, !o que filosóficamente cuenta es lo de siempre, lo que nunca pasa
f?ero son distintas. porque a la cie~cia le interesa ante todo la eficacia
de moda: !a concíencia humana de saberse vivo y mortal, aquI y ahora. Es
de las r~spuestas que propone y a la filoSona lo radical de las preQuntas que
curioso: lo que nunca pasa es precisamente- el momento presente. "Para mí
planteaf
cada instante es una eternidad", decía Heine, que fue poeta y filósofo. La
~ ciencia pretende captar cómo! funciona !o que hay, ~sean los áto-
Vida es síempre el presente y una de !as peores supersticiones consiste en
mos, lo$ planetas, el aparato digestivo o las sociedades humanas; la fí!osofia
se preoPupa más bien por lo que signifiéa para cada hombre,: para usted o denigrar e! ínstante eterno que habitamos como el imposibilitador de Ja vida.
para mt. existir entre átomos y planetas; tener sistema digestivo o vlvír en Según los supersticiosos~ Ja· Vida verdaderamente humana fue posible
sooied~d. ayer, quizá vuelva a serlo mañana o al otro, pero desde luego no Jo es hoy:
...
[ ] algún acontecimiento fatal (Auswichtz, el Gulag, la Guerra de! Golfo, Ja inven-
~os saberes cientíticos fragmentaO· ia realidad para estudiar mejor cada ción de !a te!ebasura, lo que sea..•) separa irrevocablemente nuestro 11ahora"
uno d? ¡~Us aspectos y resolver problemas concretos, mientras que la filosofía ?e cuanto valió la pena o valdrá la pena. Y, sin embargo, es ahora mismo
pretentje una y otra vez no perder de vista lo que relaciona a !as partes del cuando hay que vivir, es ahora cuando está vigente todo lo bueno y todo lo
conjuntp, la vida humana con realidad inquietante global. Cada: una de las malo, como siempre ha sucedido. .
ciencia~. antes o después, acaba por ¡!'l!antearse en su campo alguno de La plenítud del presente no admite requisitos: e! momento de las pre-
esos in~errogantes absolutos que rompen las costuras de cualquier bata de guntas Y del presente no admite requisitos: el momentp de las preguntas y
laboratorio, del mismo modo que los adultos más atareados y pragmáticos, de! desconcierto, de la lucha y del gozo, e! momento de la humanidad es a ta
-en ~¡ ajrullo del sueño nocturno paladeamos otra vez el sabor de la !eche vez incesantemente pasajero y eterno. La filosofía ayuda a vfvfr humanamen-
materna que nos hizo empezar a crecer.= te porque no predica la buena nueva ni el apocaUpsís, sino que defiende con
En et mundo siempre ·están pas$do cosas, modas, ca~strofes, ha- escepticismo e imaginación el presente ~lo de siempre. lo que nunca pasa~
contra modas y supersticiones.
llazgos' revofucionarios y pérdidas irreparables: cada semana Íienen lugar
·La filosofía en /a escuela /A. Cerletti - VJ. Kohan Filosofía" ¿para qué? 121

Texto 25 Hay que transformar en asombro lo que es evidente. Así como hay otras
persGnas además de mr, mientras que sólo me conozco a mf mismo, en cuanto
a mis sentimientos, mis afectos.
Savater; F., "La filosofía: guerrilla y resistencia a !os dogmas", entrevista con
Segundo: !a relación pregunta~respuesta, que introduce ensegulda a!
E. Valiente NoaHles, "Cultura", La Nación, Suenos Aires, 4 de diciembre de
"otro" a quien hago preguntas y que a su vez me !as formula. De esa manera
1994, p. 1.
produce en el asombro el fenómeno de a!terldad .
. ~¿CuBI considera, en perspectiva, que es el aporte de su obra al pen~ Tercero: !a crftica, que consiste en tomar distancia con lo que hay de
samiento? emocional, de conmovedor tanto en e! asombro como en el íntercambfo de
~Lo que he intentado mostrar es que la reilexión filosófica puede ser un preguntas. Entiendo !a crítica no en el sentido de "demolición'· sino en el
ingrediente de apoyo en la vida y que no es necesariamente algo de rango sentido que finalmente !e dio Kant a esa palabra, es decir, de "inspección" de
altisonante, ¡ntimidatorio, poseldo de un espíritu de seriedad. La füosofía tiene !os límites. Hasta dónde se puede ir en e! conocimiento, en !a acción, etc. Y
también un elemento de guerrll!a y de resistencia contra los dogmas que se por otra parte, la valid82 de todo lo que se encuentra en medio de lo
nos quieren imponer. No solamente es una búsqueda de verdades sino una circunscripto. Entonces ese contacto de la frontera con el más allá de la fron-
búsqueda de antldotos contra los dogmas que nos intentan imponer como tera es la función crítica.
verdades. Eso sería lo que- más me enorgu!!ecería en la medida que quedara -Se dice que usted es un fífósofo comprometído. ¿Qué sentido se fe
logrado. puede dar a ello?
-En un contexto epoca! en el cual no parece prevalecer ya una ética -Jamás como füósofo se puede ser militante, sino como ciudadano
trascendente, ¿piensa que es factible diseñar una suerte de código común común. Yo lo fui y lo soy cada vez menos, pero a veces tengo momentos de
de comportamiento?
militancia, de indignacíón. El sen1ido común consiste en mantener siempre la
-~lre parece que hay que distinguir entre la ética y la deonto!ogfa: en ta dimensión étíca y polfüca en el horizonte de !a reflexión. Porque es ahf donde
ética no hay obligación ni sanción. 8 pensamiento ético tiene más bien que interviene el problema de la justicia, que forma parte de! proyecto filosófico
ver con e! arte, con !a búsqueda de una excelencia persona! que se va inven- más fundamenta!. En mi último libro, Soi.-méme comme un autre. he defjnldo
tanctb según se va encontrando. No es un código slno un tacto. En cambio, !a el proyecto ético de la manera siguiente: "Apuntar a una vida buena Con y
deontología si acuña un código, porque es siempre una especie de pacto para los otros, dentro de instíl:uciones justas."
entre varlos de aceptar una determinada decencia en una tarea concreta. -¿Qué entiende por ínstítuciones justas?
\ ~Es e! problema de las desigualdades soportables.
...
[ )
Texto 26 -¿Es posible ser un gran filósofo y equivocarse políUcamente? Pienso
en el caso de Heidegger.
Ricoeur, P., "La función del füósofo", entrevista con Odílde Barón Supervlelle, -Cómo no. El primer gran filósofo que se equivocó en política fue Pla-
tón. Hizo un viaje deplorable a Sfcilia, donde trató de aconsejar a un tirano.
"Cultura". La Nación, Buenos Aires, 26 de diciembre de 1993, p. i.
Terminó como esclavo en un mercado. Por consiguiente, Heidegger no es e!
-¿Qué papel cumplen los filósofos en la socÍedad? único en equivocarse entre los filósofos. Pero sigue siendo el error de un
~Partiría de esta tríada: asombro, pregunta, critica. filósofo, lo que no es un error común·,
Primero: hay que asombrarse de Jo que es natural, indiscutible. Por -Es grave, porque íos ft16sofos nos enseñan a pensar.
ejemplo, que el mundo existe antes de que tengamos conciencla de ello: a ~Los filósofos se han equivocado mucho, sobre todo en la Europa del
pesar de que sólo !a conci.encla del mundo es la que da un sentido a! mundo. siglo XX. Pienso en partícu!ar en !a atraccíón del marxismo para muchos de
122 La fllosofla en la escuela / A. Cerletti - ·W Kohan Ftlosofia ¿para qué?
123

ellos en Ffancia. Sartre, por ejemplo. Eso nó impide que sea un gran filósofo. . Toda persona en posesi6n de refinadas habilidades de razona-
Los granqes filósofos cometen grandes errpres. :n'~~to goza de un excelente instrumental, que puede usar para explicar,
Justificar Y reproducir cualquier orden vigente. ¿Qué mejor legitimación
~¿(pué papel juega la fe en su filosofía? ¿Usted tiene algo en común
~': l~ ~ri?'ci~ que aquella validada y convalidada con el modelo de la
con Gabriel Marce/? logica ". Mas aun, nuestra experiencia histórica indica que ésta ha sido
-FYe mi maestro. Como él, pienso que no hay que contundir la filosofía la ta~'7' final de una buena parte de intelectuales de refinado pensamien-
y fa te. H~y problemas filosóficos que tienen sus reglas de discusión y hay to ~n!ico -~~ el sentido de aquéllos dotados de un aceitado instrumental
problema~ religiosos que se apoyan enla interpretación de libros fúndadores, racion~- utilizados por diversas formas dominantes de Ja política o de las
como la E}iblia, el Corán ... No es la misma clase de d!scurscí. Por:un lado, se ~omurudades.i;ientíficas o artísticas, a las que han servido de sostén teó-
dialoga d,on Platón, Aristótéles, Kant. etc.: Por el otro, con !os profetas de nco. Las habilidades de pensamiento por sí solas constituyen un inshu-
Israel. ce~ Cristo y sus discípulos, acaso con Buda. me:i~ que no garantiza una utilización que problema!ice y ponga en tela
de JU1C10 lo que se presenta como lo dado, lo dominante, lo hegemónico
-¿Puede haber un vínculo entre fl1os~ffa, ética y política? o lo normal. Los sistemas politices más autoritarios y bestiales han en-
~a: vínculo es estrecho, porque la filosofía no es sólo una reflexión te& c;¡ntrado siempre al menos un puñado de buenos razonadores que les
rica, es t~mblén una reflexión práctica. La Práctica comprende, a:!a vez, rela- dieran sust':nto Y legitimación teótica. Entre nosotros, se ha argumenta-
ciones intimas con las personas cercanas a nosotros. son vínculos· de amis- do Ydefendido -con buena lógica- e! olvido y el perdón a la desaparición
tadi de afoor, que se llaman a menudo intefpersonales. Y también ~on lo que la toríura Y la muerte. ?a:a hacer filo~fía critica se requiere siempre alg~
llamé hade un rato "la jústicia". Porque la justicia es la virtud pol!tlca por exce- más que una buena log1ca: se preCJSa una cierta distancia -intelectual-;
lencia. At)r estoy en un terreno filosófico coDQcido de La República 9e Platón, fre.rite a los valores, saberes y -práC!icas dominantes que los resitúen J
y de Ja É(ica a Nicómácoy la Política de Aristóteles. Todos los grandes filóso- problema!icen y configuren desde una nueva perspec'!iva. ';
- fas han c(esarro!lado una reflexión política Leibníz, Kant, Hegel, Nietzsche, y
. , La función crítica que el filósofo pretende ejercer como pro-
desgracl~damente Heidegger. Hay una exyepc!ón, Descartes,
Jeszon no puede alcanzar la normalidad reconocida sin perder una
buena parte de la ventaja moral que confiere la dísidencía real.
(Bouveresse, J., El filósofo entre los autófagos (1984),
trad. cast., México: FCE, 1989, p. 46.)
b. U~a fdosoña no meramente instrumental
En suma, para ejercer Ja filosofía como tarea radicalmente
( s~ suele definir el desarrollo del pensamiento critico en las es- cuestionadora se requiere un conjunto de habilidades de razonamien-
cuelas cbmo el despliegue de una serie de habilidades de razonamien- to, sin du~~· Pero se requiere también una disposición múltiple que
to, por lo general, de lógica formal e .informal. En algunos casos, se lleve a dingir esas herramientas, por ejemplo, hacia la mateña bruta
lista un~ larga tabla o esquema de habilidades de pensamiento que las -y a veces brutal- que presentan las distintas manifestaciones de lo
actividaoes en las aulas deberían estimular y desarrollar. Pensar s~cial, lo cultural: lo científico. Se precisan varios movimientos -y en
críticarnknte, se dice, es una técnica. diferentes direcciones- del pensamiento sobre la expeñencia de la
Si bien peseer este conjunto de habilidades resulta una herra- propia práctica filosófica sobre la experiencia. Sin estos movil.,;ientos
mienta \le gran valor para el desarrollo de personas que piensen filo- la filosofía se convierte en un útil más, se vuelve mero instrumental
sóficam\¡nte, a tal punto que constituyen una condición necesaria para ciego que no piensa Ja racionalidad y los valores a quienes sirve.
pensar crítica y creativamente, no son una condición suficiente. Se . Se necesitan movimientos verticales que empujen a la superfi-
requiere algo más que ellas. cie todas aquellas formas simbólicas y materiales que entretejen un
124 La filosoffa en la escuela /A Cerletti · W. Kohan Filosofía ¿para qué?

orden determinado. Se precisan también movimientos transversales La filosofía revisa permanentemente sus propias ideas y mane-
pluriformes que atraviesen las construcciones culturales y sociales y ras ~~ _Pensar, Y lodo aquello que la inquieta de su entorno. En ese
revelen las conexiones entre aquello que aparece como desconectado moVIm1ento plural pretende volverse hacia esos problemas e inquie-
o inconexo. Movimiento§ que muestren las diferentes y múltiples rela- tudes que la hicl~ron surgir. Porque un pensar no puede no alterar Ias
ciones entre formas que pueden pertenecer a lo económico 1 lo políti- condiciones de la experiencia a menos que se welva vacuo estéril.
co, lo artístico. Porque la filoSofía es el pensar critico que puede ser extendido a lo
Se requieren movimientos que vayan y vengan. Movimientos concreto de nuestra experiencia, enfrenta los problemas que nos pre~
que alimenten 1a reflexión desde la realidad y vuelvan hacia ella en la senta esa experiencia, interpela sUs condiciones de posibilidad, cues-
forma del prodúcto punzante y agudo de la crítica, de la obra dlferen· tiona s~s supuestos e implicaciones, mueve la inquietud hacia lugares
te, fruto de la creación filosófica. Movímientos que cuestionen la uni- no habitualmente tenidos en cuenta o bien estimula la sensibilidad
dad indiferenciada y sin matices impuesta por la liviana globalidad frente aJ estado de cosas.
unisonante. Se precisa entrar y salir del estado de cosas, subir y bajar Finalmente, es aqul donde alcanzan su punto de encuentro la
de su entramado. filosofía Y la escuela: la filosofía debe ser un ejercicio colectivo de
La filosofía no sólo implica pensar de determinada manera, no pensamiento crítico entre docentes y estudiantes. Las aulas deben ser
sólo implica un cómo, supone una disposiciónt un por qué y, tam- un espacio donde se agudice el sentido crítico de unos y de otros un
bién, proyecta un sentido, un para qué. La filosofía se propone pen· espacio donde se reconozca que toda acción humana, y entre eJhs la
sar el fondo de lo q\le estamos viendo. Poner atención en lo que propia acción, tienen condiciones de posibilidad, supuestos y conse-
puede no ser visible pero sí !undante. Examinar los cimientos de ese cuencias que las alimentan y les dan sentido.
edificio que Hamamos realidad. Desplegar una tarea eminentemente La educacíón misma es posibilidad de auténtica ·filosofía, aun-
crítica, en los sentidos aqui explayados. No aceptar lo dado sin su que en es:e punto el uso de términos como "educación" y "filosofia"
previo examen y puesta en cuestión. ~orre el nesgo de convertirse en equívoco. Derrotada la maJa filoso-
Para ello, se precisa estar inquieto frente a nuestra experiencia Íla) se trata de crear una filosofía que sea producida dentro de una
del mundo. E:star alerta ante lo que esa experiencia afírma como Va* relación "educativa" en la que el ambiente-educador sea modificado
lor. Desconfianza ante lo dado es un pilar de la crítica. Sospecha de continuamente: donde la distinción maestro-alumno sea
que lo dado, por dado, siempre será cuestionable y pasible de ser auténticamente reducida a la identidad. .
enriquecido con esa actividad cuestionadora. Coraje para llevar a cabo
esa puesta en cuestión. Tenácidad y persistencia para vencer los obs- Gramsci desarrolla en todo su potencial de ruptura el confi
táculos de lo que quiere imponerse. Apertura para considerar siem· cept~ de Marx de la creatividad como hecho colectivo y, en un
pre un abanico de posibilidades. · se.ntzdo absolutamente original, la afirmación contenida en la un-
En la pregunta por el para qué de la filosofía se enlazan sus décima Tesis sobre Feuerbach. Una filosofía auténticamente creativa
disposiciones y su sentido .. En ese marco, concebimos ia filosofía. es una filosofía que cede su lugar a la transformación del mundo
ante todo 1 como un movimiento que interroga 1 interpela, pone en · mediante la transformación de los comportamientos de los hom~
cuestión, Bien entendida es tambien un movimiento que provoca, b'.e~; Identificación, por ende, de filosofía y educación bajo Ja con-
perturba, molesta, fastidia. Una filosofía crítica no puede "adminis· d1c1on de que la filosofía, que ha reconquistado la unídad de Jo
trar" lo dado. Debemos sospechar de una filosofía que no incomode, real, se disuelva también ella en la práctica de la vida humdna.
que no moleste, que no genere inquietud sino comodidad y calma {Broccoll, A., Ideología y Educación (1974),
admiración. trad. cast., México: Nueva Imagen, 1977, p. 193)
126 La filosofía en la escuela / A. Cerlet!I - W. Kohan Filosofía ¿para qué? 127

Lecturas sociales Y !os procesos de Individuación dentro de !os parámetros de !a civili-


zación planetaria. [... ]El modelo publicitario se realiza a través de la imagen
Texto 27 de su ~nfversa!idad. O en otras palabras. la Idea dispone de su esencia (etdos)
c~mo imagen. De esta manera culmina la historia de! platonismo, pero per~
d1éndose por completo de vista el carácter no resuelto, y desconcertante, del
Ramos, F. U., "El espacio público de la fi\osofla" (1993). en Diálogos; No. 66
desafío filo~ófico que Platón inaugura. Frente a esto, ¡~ Imagen del pensar,
(1995), Sap Juan de Puerto Rico, p. 127-131. ·
como toda imagen poética, es ir~eductíb!e a la copla de la imagen, al registro
'
La fiiosoffa supone un desafío a las pautas de la normalidad. ¿Pero se de la comunicación audiovisual. Es más, se podría decir que la imagen del
sabe !o qJe es la "normalidad"? Tal parece que, como suponen los juristas Y pensar -que no debe confundirse ~n Ja representación que e! pensar hace
la psiquia(ría forense, es más cómodo y efibaz identificar !a anormalidad, !o de sus pensamientos~ es la propia actividad pensante que conmueve y pone
que no esinorma!, que modelar o designar la normalidad. Por ejemplo: puede en movimiento el pensamiento, Se- trata entonces de una dinámica incesante,
no ser nor.mal que alguien se dedique a pe.nsar el sentido de la normalidad. imposí~!e de fijar como presencia de la imagen. La imagen del pensar, así
Puede qu~ la filosofía sea una completa ano'.rma!idad, una muy singular enfer~ entendida, da a! traste, o ciega. la visión metafis!ca de un fundamento último
medad del esp!ritu {como, de hecho, afirman Nietzsche y Wittgenstein). Y, sin del mundo. Esta "esencia visioRaria" pertenece ahora a Ia imagen audiovisual
embargo.\con Foucault hemos aprendido ql,le la normalidad es, fundamenta!~ destacada por el conjunto de los sistemas planetarios de información. Frente
mente, u~ criterio. Un criterto a partir de! cual nos entendernos (los usos nor- a esta disolución def proyecto metaflsico en e! programa cibernético "!a"
males cte! lenguaje), asentamos nuestra co.nfianza en !o que se espera (una filosofla aparece como un anacronismo repleto de poNenír. Por esto, t~bién
especie tje "fe"), pero, sobre todo. un criterlp que sirve para definir y clasificar la imagen audiovisual no responde ya ni a! simulacro ni al disimulo: la realiza-
las más diversas po!fticas de somettmlento~(assujetissement), una vez eman- ción de la Idea signífica que toda realidad es, simplemente, una disposición
cipados l~s individuos del poder pastoral tje la lf!lesia y de los poderes cen- d~ lo que está por realizarse, dentro de la epístéme (Q de !a doxografía, se-
gun se vea} de! "realismo" publicitario.
tralizado¿ del Estado. Lo que une a todos íos "criterios de- normalidad" es el
interés pbr perpetuar y expandir unas relac;iones de poder, cuya dínámíca es
...
[ ]
tanto prábtlca como discursiva. Hablar es, :·de por sí, una forma de ordenar Y Los criterios de normalidad, que siempre han existido, nunca han sido
tan indiferentes como hoy a la hora de modelar la ley, la religión, la norma
ejercer p),der. Por esto, la normalidad está Inscrita en et lenguaje, Y el ejerci-
social, o las tradiciones culturales de los pueblos; ni tan flexibles ni diílámicos
cio del p:Oder es algo completamente "norma!". Por esto también, la urazón"
al momento de hacerse con todo !o que aparece. Nunca antes las más varia~
es podef~ no siendo el poder~razón algo que S$ posee s!no aquello que ema-
das formas de "convivencia social" han estado tan sujetas al allanamiento de
na de nJestras mismas acciones.
un modelo único y genuinamente universal. Nada de unilateralidad, ni de
[ ...] ~ . .
perspectivismo: el modelo publicitario es el modelo total para Ja promoción
sl la fllosoffa es un desaf!o de l8. normalidad, pensar filosófica o
de los pueblos. individuos y naciones; para la exposición de sus pensamien-
antífilosdficamente (no hay nada más filosófico que la anti-filosofla) implica,
tos, de sus creaciones, de sus deseos (¿un cripto-fascismo de los media?}.
sobre tobo. un desafio que el, lenguaje se hace a si mismo. Estedesaflo lleva
Transgrediendo sus propios límites, incautándose sigilosamente de la
consigojun movimiento e Imagen del pen'sar tales, que resultan inoperantes
para la (<lea realizada del modelo publicitario. Ya Heidegger ha,bía señalado cotidianidad, poniendo en práctica renovadas formas de trivializaoión e! es~
pacio publicitario y Ja comunicación audiovisual redefinen, sin paus; y con
que la clbernética ha substituido, para to<;ios los efectos, a la filosofía, enten-
prisa, el continente y !os contenidos;de la normalidad. Pero no basta con ser
dida ésÍa como despliegue histórico de l¡:¡. metafisíca, es decir, del p!atonís-
norma!: hay que parecerlo, hay que mostrar las credenciales de la Norma.
mo. Perb e! modelo publicitario supone, para nosotros, algo todavla más efec-
Puede entonces, con rigor, hablarse de una pslcopato!ogía del afán de nor~
tivo, pu~S con él aparece la forma o paradigma que configUra las relacíones
maliciad, según la cual, lo que importante es mantenerse en contacto (to
fo filosofía en la escuela / A. Cerlet!i - W. Kohan Filosofía ¿para qué? 129
128

keep in touch) con el espectáculo de Ja imagen que emerge como pu~llcióad nunca está dado, que siempre- está por hacerse, y que el propio pensar exige
de eUa misma, para no contagiarse con !o reaL En este contexto, !as innova- com0 fuerza o potencia de obrar de un individuo, o del pueblo que habla a
cíones tecnológicas sólo adquieren relevancia cuando se las pone al alc~nce través de un solo individuo. La autonomía es, -y asf lo fue para la Ilustración-
del consumo de masas: o mejor dicho. cuando se las co1oca en el espe11~1'.1º un proyecto, un experimento, un proceso; pero se irata además de un con-
del goce individual, pues es só!o como "individuos" que estamos ~n cond1c10- cepto que enuncia lo imprevisible del devenir, y que, en cuanto tal, atraviesa
nes de exhibir nuestra notoriedad. Una notoriedad que cada vez tiene menos a
ei programa del capital, burlando los estrategas de !a idiotez, nutriéndose
que ver con e! "poder adquisitivon de las clases sociales, y cada v.ez más con incluso de las prerrogativas hegemónicas, pero saliendo todo el tiempo al
la prédica de que ¡0 particular participe de lo universal-. Es preci.samente ~! pa.so de las máquinas de territoría!fzación. Con lo dicho, no intentamos resti-
logro de esta ''prédica" lo que sirve de medida para la aen:ocracia de\ ~~pi­ tuir una pseudo~marginalidad, puesto que, colapsado todo centro, no hay
ta\; logro que corresponde perfectamente a la realización de \a !d:~ publlc1t~­ márgenes ni periferias; y am donde todo es idéntico, la propia identidad se
rta y al reino de la servidumbre, es decir, a! predominio de la impotencia desploma por su insignificancia De lo que se trata es de esta.r atentos, y
!1umana"(Spinoza). . dispuestos a pensar y vivir siempre de otra manera en medio (no afuera,
Pero se na dicho también: a!H donde se impone la servidumbre, apare- adentro o a1 margen) de! predominio publicitario. Frente !a búsqueda nerviosa
ce !a resistencia. Este último término es muy utilizado, un tanto abusivamente de un nuevo fundamento de !a esperanza (renovar el fervor religioso, restituir
por tos fü6sofos franceses (para no hablar des~ ep!gonos). ~¡mismo Y~ apa~ la moral, fomentar el respeto a !a ley, apoyarse en !a ínstitución científica o en
rece sin embargo, en un hermoso verso de Ri!ke: Wer spncht von Siegen. e! universo de la Razón), se lmpone una alternativa autó~oma de valerse por
úbe~stehen ist alles ("¿Quién habla de tríun1ar? Resistir es todo")-. O~i~ás sí mismo, atendiendo a lo que significa el individuo, y al acierto (muy antiguo,
valga la pena detenerse, brevemente, en e\ análisis de !o que p~e_de .s1gntf1car sin duda) de pensar a la altura de la multiplicidad que configura el devenir de
resistir. Al parecer, después de todo lo dích?, ta imagen pubhc1tana se n~s cada cual, y de dimensión cosmológica de toda singularidad. Un hermoso
presenta como "irresístible''. Y, sin embargo, lo que e! tltu!o de est~ trab~io· legado anda silencioso por ahí, en los ojos y oídos de la vieja estirpe de !os
indica es que el "espacio público" de fa filosofía es un espacio de resistencia: solitarios, Y t¡ue nos hab!a con la misma intensidad de los vivos, de !os muer-
un espacio (y un tiempo, y una intemporalidad también) en e\ que- las formas tos y de los que están por nacer. Ése, y no. otro, es e! espacio público de Ja
de pensamiento '/ \as formas de vida confluyen en el mism~ impulso creador filosofía: la palabra que hace sentir y pensar: el hacer que no se deshace en
de nuevas formas de vida y de nuevas fotmas de r::ensam1ento. Por su an~~ su banalidad sino que. en.todo caso, se apropia de ésa para que el pensar
cronismo, por su inactuaf actualidad, la imagen del pensar es inexistente para renazca una y otra vez.
la imagen pub!lcitaria y, por tanto, no está sujeta a la culminación de la meta-
física, es decir. a \a realización de la Idea como imagen de sl misma. E! mo-
vimiento de \a imagen det pensar es irnpe(ceptible para e! registro. d~ !~ co~ Texto 28
munícación audiovisual: sus velocidades son de una \mprev1s1b11!daa
exasperantes. Por esto mismo, só\o el "espacio público''.de la filosofía está en 1
Foucauit, 'Por qué estudiar e! poder: la cuestión del sujeto" (1982}, ·trad.
condiciones de hacerse con la imagen del pensar. De una parte, como iorma cast., Dialéktica, Año 1, No. 1 (Junio de 1992), Buenos Aires, p.15-6.
de pensamiento, dicho espacio se transforma en texto, pues es en la escritu-
ra filosófica que culmina el proceso de pubfícación del pensar y, con ello, la [ ...]A fines del slg!o XVUI, Kant publica en un diario alemán -el Berliner
desindíviduación y deprivatizaclón de la palabra: a nadie y, por ende, a todos PAonatschrift- un texto muy corto que él titula uwas heí~t Aukk!arung?". Este
(no a cualquiera), pertenece lo que está escrito. Pero, de otra p~rte, como texto fue considerado durante mucho tiempo -y es considerado aún- como
forma de vida, el mismo "espacio" se hace también con !a capacidad o po- relativamente menor.
tencia oara gobernarse as! mismo. En este último sentido. el espacio público Pero no puedo dejar de encontrarlo sorprendente e interesante a! mis-
de \a filosofía, como espacio de resistencia, es un espacio activo, algo que mo tfempo, porque, por primera vez, un filósofo propone como tarea filosófica
La fdosoffa en la escuela /A. Cerletti - W. Kohan
Filosofía ¿para qué? 131
130
.. .
.

i 0 los funda~entos metaftsicos ctef s~er


. Texto 29
analizar no .sqlamente et! s!:~~~ histórico: un '.acontecimiento reciente.• de
científico, s1nQ un acon ec1 . Bemstein, R.. "Does Phílosophy matter?" ["¿Importa la lilosoffa?"]. en Thinklng.
actualidad. j t 1784 "Was hei13t Aufkt§:rung?" • qu1ere decir: The Journaf of Phílosophy for Chífdren, vol. 9, no. 4 (i992), p. 2-4, trad. cast.
Cuanctp Kant pregun ~e~ é • s suced6? ¿cuál es este mundo, este propia.
¿Qué pasae9 este momento_., ¿qu noe vivimos?'o, para decir tas cosas de
período; este¡rnomento pre~~:~ eq:;~ufk!arer, ~n tanto que testigos de este ·La pregunta no es- nueva, Se viene preguntando desde los or!genes
otro modo: ¿qué somos en • . Q é y? Yo de la fllosoffa en la antigua Grecia. Más aún, una doble actitud hacia la filoso-
Siglo de las luces? Comparemos con ta p~egu?ta cartes1an.ª.: ¿,,u us:s Ües~ fía ha persistido a través de los años. Por un lado, se caricaturiza y tldícullza
.; ·eto u'nico universal y no h1stónoo. Qué soy, yo , p
en tanto que t3UJ • • · a! füósofo como alguíen que tiene !a cabeza en las nubes, Irremediablemente
d. 1 do no importa dónde ni cuando. .
cartas ~::~ 1f ere~~~ta ~ue plantea Kant es dif,erente: ¿Qué so_mos n~sotros sin contacto con la realidad mur:idana!. Aristófanes se burló de Sócrates pre-
sentándolo de esta manera. Por otro lado, el fiiósofO ha sido percibido como
'p . de !a historia? Esta pregunta nos anahza a nosotros
en este momento preciso alguien peligroso y .subversivo, alguien que- amenaza a Ja sociedad con inter-
't ción presente a la vez. _ - minables preguntas acerca de las creencias que una sociedad abriga. Se Jo
y a nuestra S! ua . '- á ·mportante. Piénsese
Este a~pecto de la filosofía se volv16 oactayez m si
ve entonces como un corruptor de !os jóvenes. Por eso, al fin, ta Asamb!.ea
en Hegel en! Nietzsche... · 'ó · p ro el ateniense condenó a Sócrates a muerte.
• ! 1de la "filosofía.universal", no desaparec1 . e
El otro aspecto. e · d ás la gran Platón sabfa muy bien que !a profesión de filósofo era amenazante. Vio
ár . (tich del mundo en el cual vivimos constituye ca a vez m
an is1fsíl c 61v. i s·1n duda el problema fUosóficQ más insoslayable es el de la que hab!a una irradlcable tenslón entre las demandas del filósofo y aqué!!as
tarea 1 os 11ca. • ' •
de las autoridades en el poder, entre la búsqueda de la sabiduría y el mante-
~ t el de qué somos en este momento preciso. .
época f~~~d:t~mente, el objetivo principal hqy no es desc~r1r, s·ino rech_a- nimiento del orden pdblico. Tenfa razón, claro. !rnrnanueJ Kant. considerado el
: os es necesario lmaglnaf'y construir !o que: ppdna~ fUósofo más importante de la Ilustración, también fue ridiculizado y reprendi-
zar. aquello ~ue somos. N t erte d6 ~doble constricción" po!ltica do por su "irresponsabilidad". En 1784, en un ensayo famoso, "¿Qué es la
mos ser paria deshacernos de es a su ' d 1
que son .la iqdividualización y totalización simultáneas de las estructuras e Ilustración?", Kant sintetizó el movimiento -resonando a Sócra1.es- cuando
declaró que el lema de la Ilustración era Sapere aude! (¡atrévete a saber!)
poder modeino. · ¡ · ét' Diez años más tarde, después de que Kant publicó La religión dentro de los
~ . odrfa decir que el problema a la vez pol tico, ico,
Para concluir, se P · · t t l'berar al límites de fa razón, Federico Guillermo, rey de Prusia, Jo acusó de olvidar su
l f fi!oshfico que se nos plantea actualmentE;:! no es e1in en ar !
;~~~d~o d¿t Estado y sus Instituciones, sino- el de liberarnos nos_otros del tarea de "maestro de juventud" y de actuar '"contra nuestro propósito pater-
na!, que usted conoce muy bien."
Estado de~tipo de individualización vinculact9 a él; na:s e~ nec~san? promo-
. y ¡ d b'~ti·v·1dad • rechazando- el tipo de individualidad que la doble vara para medir a la filosofía es todavía notoria en nuestro
ver nuevas formas e su J"" tiempo_ Muchas veces escuchamos que la filosofía es irrelevante y margina!
se nos impJso durante siglos."
de las "realidades prácticas". Chistes acerca de la insalvable ineptitud de los
filósofos son todav!a comunes. A la vez, es tan evidente que la füosofía es
considerada amenazadora, peligrosa,· subversiva. Algunos años atrás cuanM
do Checoslovaquia estaba bajo un régimen comunista opresivo, un joven filó-
sofo escribió en Praga una carta abierta a varias universidades de distintos
lugares del mundo, buscando filósofos que fueran a Praga a participar de un
seminario.
.-.-.-·-
Pilosofia ¿para qué? 133
A e r\etti _ W. Kohan
La Íílosofía en la escuela ! . e .. -
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do a Marx, Nietzsche, V</iugenstein y Heidegger, estuvieron ocupados, casi
huéspedes fueron acosa- t ob~esionados, por esta cuestiones. Heidegger fue tan lejos hasta afirmar que
Los füóSOfOS fueron, y tan

to ellos como sus
embarco, e se
,,
1 minarlo pudo continuar, po, 1o '
( "Ja füosofia ya fue", y que se necesitaba no más filosofía sino más pensamiento.
dos e incluso arrestados. in ~ '¡ Y hay aún una tercera razón. Desde los comienzos de Ja filosofía mo-
general en casas particular~- era tan peligroso? No eran asuntos po- l derna, quienes la practican han sufrido una plaga que podrfa llamarse "la
·Qué estaban discutiendo que . ¡·¡ f'a -Platón Aristói:e!es, Kant. 1 ansiedad cartesianah. Éste es un estado mental que encuentra su más fama..
t,, • ta propia ioso1 ' t
líticos, El tema del seminano era . d tenían razón al tenerle mledo a es a sa expresión en tas Meditaciones (1641) de Descartes en Jas que e! filósofo
. b !as autonda es · · · n y un se pregunta si había algún fundamento seguro e in~uestionable para sus creen-
Heidegger. Sin em arg 0 , . . -el esplritu de,,una investigac10 . -
discusión, porque su espir:t~ ei
clavada en corazón del dogma ideo cias, algún punto arqulm!d€o que asegurara sus pretensiones de conocimiento.
cuestionamiento li~res- era una aga . , Al hacer esto legó una alternativa estremecedora para todas las generacio-
lógico. ,. estionador de !a ft\osofía, sino el nes subsiguientes: o bien se descubría este punto o bien se estaba condena-
No es sólo amenazador el espir~u ~urma a nuestras vldas. Este poder do a vivir para sfempre en medio de un escepticismo, relativismo y un nihilis-
poder de sus temas y de sus íd~as en ~~ ~ris\s. Es cierto que es un \u.g~f mo extremos como parte inevitable de la condición humana.
adquiere un primer plano en t1emfer~os son tiempos montados sobre cns1s, [ ...]
común afirmar que !os tiempos i:1º ue se encuentran en ~l centro de mu- La ansiedad cartesiana no es un padecimiento sólo para los filósofos.
pero ta\ vez olvidamos q~e la~ id~as¡~a universal. equidad. derecho~ huma- Desde el momento en que somos seres reflexivos, todos nosotros nos pre--
chas de sus tormentas -ltbert~d, ¡us\razos en ideas subversivas de til~ofo~. guntamos que puede servir de base para nuestras más profundas conviccio·
nos- pueden encontrar sus pr~.meros 1 deras para preguntar~e si la f¡\osotta nes cognitivas, éticas, políticas o religiosas, La marcha tan cambiante de la
Sin embargo, hay razones va e zones es que una tremenda vida moderna ha arrojado estas cuestíones a un primer plano y un penetrante
, una de esas ra Jen-
importa en nuestra epoc~. - ha abierto un abismo enOl'me entre su escepticismo acerca de la mísma existencia de puntos de apoyo enfatiza la
"profesionalización" en la f!losofia t Hace rato pasó e! \íempo en qu,e ansiedad cartesiana de cada persona.
guaje Y el lenguaje co~ún ded~a ~:~ ~~a revista de 1i\osofía: en la mayona Richard Rorty, una voz fu.erte en la comunidad filosófica, ha acuñado
cualquier persona instruida po a e flósofo para entender de qué están ha~ el término ''vocabularios finales" para describir las palabras que todos usa·
de Jos casos, uno tiene que se.r un i muchas disciplinas, pero uno no se mos para justificar nuestras creencias, nuestras acciones y nuestras vidas.
blando los tHósofos. Esto es c1erto"d~ ' lo preguntamos de la tiiosofía por~ Rorty está convencido de que no hay una garantía indiscutible para estos
pregunta sí !a matemática "impotta -. ~s técnicos perturban nuestra imagen vocabularios, y urge a establecer el reconocimiento de que al ámbito humano
que su jerga y sus proble:nas alt:°eennte común no está sola en esto. Dos de no corresponde ningún conocimiento seguro. Por supuesto que este punto
de lo que la füosoffa debena ser. L g ,
, , s norteamencan •
os Wi!liam James Y John oev.;ey,
. a1· •·n
de vista ha sfdo obfetado. fvtuchos fil6sofos están en profundo desacuerdo
lo s más importantes fllósoro . 1 peligros de la profesion 1zac10 . c9n Rorty. Insisten en que, segurarnent~, algunos vocabularios son mejores
, de siglo sobre os ·.::.nes
nos advirtieron a comienzos ión de la disciplina en la que qlli-... que otros, La cuestión, entonces, es cuáles y por qué.
Dewey incluso propuso una recor:t~~~n por los ~problemas de los filósofos" No voy abordar ese formidable probíema aC¡uf. Lo traigo a colación
Ja practicaran abandonarlan su o si •· de los seres humanosu -\os proble~ sólo para enfatizar una vez más que !os problemas de la flfosofia no son
. a los "prob ema .
y volverían su atenci6n nuestra vida cotíd!ana. particulares sino unlversa!es, no "técnicos" sino inevitab!és. Pero la mención
mas que enfrentamos todos en reoun'tar si la f!loso\ia mporta en este de !o "iécnico" nos lleva a otro aspecto de nuestra consideración de cómo
Hay una segunda razón para ~d ..,d Es que desde !a última parte del importa la 1ílosofla.
momento, también ligada a la modernif a .ndo los "certificados" de ta propia Es una opinión común en nuestro tiempo decir que para cualquier
·g10 XIX \os filósofos han estado cues tona """men cada vez más critico. El
s1 _ ft f e toco de un e,..,..... 6 't problema existe una respuesta y que para cualquier respuesta existe un ex~
filosofía. El final de la 11!oso ia u . to de la disciplina como del prop si o perta que puede proveerla. Esta opinión alcanza también a Ia filosofía. La
"fina\'' quiere decir tanto el agotam1en il tes filósofos modernos, incluyen-
para el que existe. Muchos de los más \n uyen
134 La filosofía en la escuela / A. Cérlettl - W: Kohan
Fnosofia ¿para qué?
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vida moder~a. en especia! la tecnología mod~ma, erige muchos Ptoblemas
para los qu~ buscamos el consejo y la determinación de un experto. U~o de fº·:or supuesto, abre nuevas perspectivas, nuevas libertadas para la
los problem~ recientes en !os medios es el que concierne a los uderechos"
e. o somos completamente humanos cuand men-
guntar o poner en cuestión. o suspendemos el arte de pre-
de los enfeq:Oos a morir, si lo desean. No sorpr0nde que !os médicos busquen
expertos qu? contesten esta cuestión, y tampoco sorprende que se pre~uma . Una de las mejores definiciones de la filosoffa me la di d .
que los filó~fos son los expertos para ello. pnmeros ma.estros, Paul Weíss, cuando dijo Que la filosofla haC: ~no e mis
Esta boncepcíón está profundamente equivocada. El fílósof6 no "cow
nace" algo $cerca d€Í los valores básicos que los otros no conozcan. Como
:a: ::s;a~~~~o ~~:~: ~:o~ente
or los . .
pero _que no se satisface con las;:s~~:~;
n. o· expresión a una idea expresada hace mucho
ha dicho el filósofo alemán Hans G. Gadamer,= "la sociedad moderna espéra ~s una :~~u~~s::~~oesxpceualndo. de~lararon que el cuestí0namiento filosófico
[at experto] !que le provea un substituto de morales pasadas y orientaciones r enc1a aef asombro.
Durante muchos años
po!íficas." E) resultado es que la sabidurfa práctica y la experiencia de vida ' yo t erm1narra
· .
mis cursos de fil ff .
son reempl<izados por controles técnicos·. conf:rencia sobre. porqué !a filosoffa es la disciplina más pr::~c: con una
Si Ja)filosoffa no puede proveer respue_stas definltivas para apr~mian~ podna estudiar. Por supuesto que no lo es que uno
tes pregunt~s éticas y polfticas, sí los fílósofositodavla debaten las preguntas tes las he~ramientas o técnicas para enco~~~:;~r~::::~o~~ estudi~nM
que Sócrat~s hizo hace más de 2500 años, ¿qué uso se le puede. dar? nes matena!es o para resofver las dificultades de la vida Es p:á r más b1e-
MI respuesta es que es muy útil, pero no porque Jos filósofos sean el ~l~nificado originat de esta palabra en Grecia -práxf;- está ~f:~orque
"expertos ~n resolver prob!~mas éticos, o porque sepan algo que nactie:sabe.
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aot1v1dade~ comprendidas en Ja !'práctica" de vlvír una buena vida o a /as
Más bien. sµ
significativldad radica en e! propio proceso de preguntar o po~ La f1!osofia lucha para mantener vivo el preguntar/p;ner en cuestl - nJ
ner en cuestión. La función específica de la fi!Osotía es mantener-vivo el espt~ pensar que nos obliga a reflexionar en lo ue . . o
rítu de un pl-eguntar sin descanso, como en e·! seminario de Praga. este .s:ntido, Ja filosofía marca una diferen~a ~:;:~o:í: ~~:~ v1~mo:. En
El p~ligro actual es que tal vez estem9s perdiendo ese espfritu. Hay amb1guedact, confusión, ansiedad y falta de certeza sob:e lo o ay anta
tendencias 'poderosas en ta vida moderna que tienden a estereotipar nuestro ~acer y cómo vivir. Ja tarea filosófica de r q~e podemos
importa más que nunca. p eguntar;. poner en cuestión y pensar
pensar y a]embrutecer nuestro poner en cu~stlón. Heidegger dijo. una vez
que lo que ~s más provocador para ~i$pensai en nuestro tiempo es que rara
vez pensarbos. v·;,:.. :
El cl[ché es que es fácil hacer pteguritas pero difícil dar respúestas.
Pero la ver~ad es que lo difícil y frágit es ei
arte de preguntar y poner en
cuestión. l(n preguntar o cuesfibnar seriam~nte requiere conocer qué pre-
guntar y c6mo hacerlo. Lo que ha distinguido siempre a !os más grandes
filósofos e~ su hábllidad para poner en cues.t!ón lo que ninguna otra perso-
na ha penskdo poner en cuestión, y de eso róodo desafiar los precpneeptos
y prejuicio~ que casi todos tenemos aunque n,o somos conscientes de ellos.
cardo dijo Hanna Arendt. un arte tal de pensar y poner en cuestión
debe ser p¡actlcado una y otra vez porque no reconoce finalidad. Tal puesta
en cuestló~ siempre despierta sospecha y aun hostilidad. Porque en tanto
resulta exlt0so debe arrojar un manto de duda sobre los propios vocabularios
finales, Jas!convtcciones en las que nos apoyamos para vivir. At mismo tiemp

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