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INTRODUCCIÓN

La iluminación es una parte fundamental en el acondicionamiento ergonómico de los


puestos de trabajo. Si bien, el ser humano tiene una gran capacidad para adaptarse a las
diferentes calidades lumínicas, una deficiencia en la misma puede producir un aumento
de la fatiga visual, una reducción en el rendimiento, un incremento en los errores y en
ocasiones incluso accidentes. Un adecuado análisis de las características que deben
disponer los sistemas de iluminación, la adaptación a las tareas a realizar y las
características individuales, son aspectos fundamentales que se deben considerar.
Cualquier actividad que realicemos va a necesitar que haya una buena iluminación. En la
iluminación es importante conocer el aspecto cuantitativo (la cantidad de luz que se
necesita para realizar el trabajo) y el cualitativo. En estos aspectos la luz debe tener
componentes de radiación difusa y directa cuya resultante produzcan sombras suaves que
nos permitan percibir la forma y posición de los objetos (lo mejor es tener la luz del techo
y el flexo encendido).

ILUMINACIÓN NATURAL E ILUMINACIÓN ARTIFICIAL


Cuando se hace referencia a la iluminación se debe considerar tanto la iluminación natural
como la iluminación artificial. A la hora de diseñar un área de trabajo siempre se deben
considerar ambas. La luz natural causa menor fatiga visual que la iluminación artificial.
Por eso, en la actualidad se han desarrollado técnicas que maximizan el aprovechamiento
de la luz natural. Muchos proyectos de centros de trabajo tienen en consideración
tragaluces, ventanales, etc. Las principales ventajas de la iluminación natural son las
siguientes:
• Produce menor cansancio a la vista.
• Permite apreciar los colores tal y como son.
• Es la más económica.
• Psicológicamente un contacto con el exterior a través de una ventana, por ejemplo,
produce un aumento del bienestar.
• Salvo en situaciones muy concretas en las que el trabajador se encuentre situado en una
determinada posición e incida un haz de luz de forma directa, la iluminación natural suele
producir un deslumbramiento tolerable.

No obstante, su principal inconveniente es la gran variabilidad que se produce al cabo del


tiempo. No va a ser lo mismo la luz natural de la que se puede disponer un día de invierno
nublado, a las 8:00 h de la mañana, que un día de verano soleado a las 12:00 h. La
iluminación artificial se debe usar cuando no se puede emplear la luz natural o, como
ocurre en la mayoría de los casos, para complementar la luz natural. La calidad de la luz
artificial será mejor cuanto más próximo esté el espectro de esa luz al que produce el sol.
A la hora de evaluar o adecuar una iluminación artificial en un puesto de trabajo se deben
considerar aspectos relacionados con el trabajador, con el tipo de tarea que vaya a
desempeñar y los propiamente relacionados con la iluminación. Por un lado, la
iluminación se produce gracias a unas lámparas, que son las que van a emitir la luz; esas
lámparas se encontrarán colocadas en unas luminarias concretas que modificarán las
características de la luz y formarán parte de todo un sistema de iluminación que también
modificará las características de la luz conseguida en el local. Todos estos aspectos se
deberán considerar, pues un fallo en uno solo hará que la iluminación no sea la adecuada.
Si las lámparas no emiten suficiente flujo luminoso, si hay zonas donde no se dispone de
luminarias, si la luz no es la adecuada para la tarea del trabajador, sólo uno de estos
aspectos será suficiente para que la luz no sea adecuada y se deba rectificar.

SISTEMAS DE ILUMINACIÓN.

1. Iluminación general uniforme.


Este tipo de iluminación se emplea en locales donde los sitios de trabajo no son fijos,
como por ejemplo la sala de montajes.
Debe de cumplir dos requisitos fundamentales:

 Debe estar provisto de un dispositivo o estructura protectora para evitar


deslumbramientos.
 Debe distribuir una fracción de la luz que emite al techo y a una parte superior de
los muros.

En cuanto a la altura de la instalación, las luminarias deben colocarse lo más alto posible
para disminuir el riesgo de deslumbramiento y mejorar el reparto de la luz en el local.

2. Iluminación general con iluminación localizada de apoyo.

Se consigue colocando focos luminosos cerca del plano de trabajo, con lo que se refuerza
la iluminación general. Este tipo de iluminación se recomienda en diferentes
circunstancias como por ejemplo:

 En trabajos que requieran exigencias visuales muy críticas y, por tanto, niveles de
iluminación igual o superior a 1000 lux.
 Cuando se necesite que la luz venga en una dirección determinada.
 Cuando la iluminación general no alcance a ciertas zonas porque haya obstáculos
interpuestos.
 Cuando se necesite más nivel de iluminación en beneficio de trabajadores de edad
o personas con problemas de visión.
3. Iluminación general localizada en determinadas zonas del techo.

Distribuye la luz de forma regular como la iluminación general uniforme. La principal


diferencia es que las luminarias deben estar muy bien estudiadas durante el proyecto
porque hay que saber dónde colocarlas para conseguir una iluminación adecuada.

Está indicada para locales de trabajo en los que los puestos o máquinas que requieran un
alto nivel de iluminación están dispuestos a intervalos irregulares.

También se recomienda para las oficinas (no sobre la mesa de trabajo, pero sí cerca). La
iluminación de las mesas ha de ser lateral y no frontal por lo que hay que procurar que
los puestos de trabajo estén situados entre las filas de las luminarias en vez de colocarlas
debajo de las mismas.

RIESGOS OCACIONADOS POR LA INADECUADA ILUMINACIÓN


 La escasa o mala iluminación en ocasiones puede ser causa de accidentes tanto leves
como graves para los trabajadores, debido a que no se pueden percibir con claridad y
tampoco se puede reaccionar a tiempo ante situaciones que representan un peligro y
que en condiciones normales no pasaría de un simple aviso de que algo no funciona
bien.
 La falta de una buena iluminación obliga en ocasiones a adoptar posturas inadecuadas
desde el punto de vista ergonómico.
 El contraste de brillo y la distribución espacial de la luminosidad, los
deslumbramientos y las imágenes residuales afectan a la agudeza visual, es decir, la
capacidad de distinguir con precisión los detalles de los objetos del campo visual.
 El constante ir y venir por zonas sin una iluminación uniforme causa fatiga ocular y
puede dar lugar a una reducción de la capacidad visual.
 Los deslumbramientos constantes y sucesivos también producen fatiga visual y con
el tiempo dolores de cabeza, insatisfacción, alteraciones del ánimo.
 La distribución de luminancias en el campo visual puede afectar a la visibilidad de la
tarea e influir en la fatiga del trabajador.
 La legislación reconoce como enfermedad profesional el llamado nistagmus de los
mineros, provocado por el trabajo con luz escasa y que se caracteriza por movimientos
incontrolados del globo ocular.

RECOMENDACIONES DE SEGURIDAD.
 Determinar el valor de la iluminación sobre el plano de trabajo de acuerdo a lo
establecido por la reglamentación de la Ley de Higiene y seguridad en el Trabajo.
 El Sector o Servicio de Seguridad e Higiene deberá efectuar mediciones de
iluminación en pasillos, salidas de emergencias y lugares de producción.
 Realizar un mantenimiento periódico de las luminarias (limpieza, cambio de tubos
fluorescentes, etc.).
 Emplear iluminación natural cuando sea posible e iluminación artificial auxiliar
cuando sea necesario.
 Buscar una iluminación uniforme para evitar reflejos o deslumbramientos.
 Utilizar persianas o cortinas para regular la contribución de la luz natural en el
recinto.
 Cambiar lo antes posible los tubos fluorescentes que parpadeen.
 Controlar la luz emitida mediante difusores o rejillas.
 Evitar una visión directa a la fuente de luz.
 Eliminar las superficies de trabajo o las mesas brillantes.
 Procurar que los colores de paredes, techos y superficies de trabajo no sean ni muy
oscuros ni excesivamente brillantes.
 Levantar la vista y enfocar un punto lejano para descansar.
 Informarse de los riesgos existentes y de las medidas de higiene y seguridad que
debe considerar.
MEDIDAS PREVENTIVAS SEGÚN EL INSHT
 Considerar el nivel de iluminación en función de cada actividad y de la zona de
trabajo en la que se realiza, así como las condiciones reales del puesto de trabajo.
Hay que tener en cuenta: el tamaño de los detalles que se han de ver; la distancia
entre el ojo y el objeto observado; el contraste entre los detalles del objeto y el
fondo sobre el que destaca y también la edad del trabajador (por lo general, a partir
de los cuarenta años, suelen producirse alteraciones en la capacidad de visión de las
personas).
 Tener en cuenta los niveles mínimos de iluminación establecidos por la legislación
(Real Decreto 486/1997 sobre lugares de trabajo). Estos niveles se miden con un
luxómetro y se expresan en lux; esta unidad representa la iluminación producida por
un lumen (cantidad de luz que emite una fuente luminosa) en un metro cuadrado de
superficie. Para zonas donde se ejecuten tareas de bajas exigencias visuales los
mínimos establecidos son 100 lux (manipulación de mercancías, salas de
máquinas…); para exigencias visuales moderadas, 200 lux (almacenes de oficinas,
industrias conserveras…); para altas, 500 lux (máquinas de imprimir, trabajos con
ordenador…); y para muy altas, 1.000 lux (inspección de colores, joyería…).
Igualmente, para los locales de uso habitual la referencia es de 100 lux (vestuarios,
salas de descanso…), mientras que en las vías de circulación es de 50 lux.
 La luz natural ofrece muchas ventajas con respecto a la claridad, al ahorro
energético y a la sensación de bienestar que otorga a las personas. Sin embargo, hay
que tener en cuenta que varía con el tiempo (hora del día, estación del año, etc.), por
lo que siempre hay que contar con la iluminación artificial, aunque sea de forma
complementaria, recurriendo al uso de bombillas, fluorescentes o lámparas de bajo
consumo. Todos estos sistemas de iluminación deben ir acompañados de pantallas o
luminarias que los oculten a la visión directa de las personas con el fin de evitar
deslumbramientos (estos se producen cuando miramos una luz más fuerte de la que
el ojo está preparado para recibir en ese momento) y que, al mismo tiempo, faciliten
el que podamos canalizar la luz hacia el lugar que nos interesa.
 Planificar la iluminación de un lugar de trabajo orientando la luz de forma correcta.
La luz debe dirigirse de forma prioritaria hacia los materiales y objetos con los que
trabajamos pero teniendo precaución de orientar la iluminación localizada evitando
la formación de reflejos sobre el material. Es aconsejable que la parte superior de las
paredes sea de color claro, lo cual contribuye a difundir convenientemente la luz.
 Instalar iluminación localizada en aquellos puestos de trabajo que lo requieran,
cuando la iluminación general sea moderada y pueda resultar insuficiente para la
realización de determinadas tareas. En estos casos, la luz debe ubicarse
oblicuamente por detrás del hombro izquierdo de la persona, en el caso de que
utilice su mano derecha, y a la inversa, si se trata de un trabajador zurdo.
 Reparar de inmediato los puntos de luz que presenten desperfectos y estén
estropeados. Limpiar y sustituir las fuentes luminosas de una forma planificada,
teniendo en cuenta su duración (una bombilla suele tener una duración media de
1.000 horas) y su rendimiento, si se quiere mantener el nivel de iluminación
original. Hay que tener en cuenta que la cantidad de luz emitida disminuye al
aumentar la edad del equipo debido al desgaste de las fuentes luminosas y a la
suciedad.
 Considerar aspectos relacionados con el color ya que éste produce en el observador
reacciones psíquicas emocionales que pueden ser positivas o negativas. Aunque no
existe una fórmula válida que permita seleccionar los colores más adecuados para
cada espacio de trabajo, sí hay criterios generales que pueden tomarse como
referencia. Por ejemplo, los colores cálidos y oscuros producen en los techos
sensación de seriedad; en los lados de limitación y en los suelos aparecen como
seguros y resistentes. Hay que tener cuidado con el color blanco porque las paredes
y suelos de ese color pueden convertirse en superficies deslumbrantes cuando la
iluminación es demasiado intensa.
 Colocar las superficies de trabajo entre los puntos de luz (luminarias) y no
directamente debajo de ellos, con el fin de que la luz no incida directamente sobre el
plano de trabajo, evitando reflejos y deslumbramientos. Del mismo modo, es
aconsejable situar las mesas de forma perpendicular a las ventanas para que la luz
solar incida de manera lateral sobre el área de trabajo. Este aspecto es
particularmente importante en el caso de trabajos con pantallas de visualización de
datos.
Bibliografía :
 UNIDAD DE ACCESIBILIDAD DE COCEMFE. MAIKA
BRONCANO.(2015). la Iluminación en el puesto de Trabajo, de Observatorio de
la Accesibilidad sitio web: https://www.observatoriodelaaccesibilidad.es/espacio-
divulgativo/articulos/la-iluminacion-puesto-trabajo.html
 La iluminación y su relación con la higiene y seguridad en el trabajo el bienestar laboral
y la prevención de accidentes. Fuente: Asociación Chilena de Seguridad – ACHS.Guía
publicada por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (S.R.T.).
http://www.paritarios.cl/prevencion_de_riesgo_La_iluminacion_y_su_relacion_con_la_
Higiene_y_seguridad_en_el_trabajo_el_bienestar_laboral_y_la_prevencion_de_acciden
tes.html
 Principios para diseñar espacios con luminosidad. Disponible en:
http://www.istas.ccoo.es/descargas/gverde/ILUMINACION.pdf

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