Se entiende por oscilador a una etapa electrónica que, siendo alimentada con una

tensión continua, produce una salida periódica, que puede ser aproximadamente
sinusoidal, o cuadrada, o diente de sierra, triangular, etc. La esencia del oscilador
es “crear” una señal periódica por sí misma, sin que haya que aplicarle señal alguna
a la entrada.

Con circuitos electrónicos pueden generarse señales alternas de una gran variedad
de formas de onda en un amplio intervalo de frecuencias. De hecho los osciladores
a transistores constituyen una forma eficaz de generar tensiones a frecuencias
elevadas.

Se emplean mucho en emisoras de radio, TV, calentamiento dieléctrico y por

inducción, y en instrumentos electrónicos destinados a fines de medida de tiempo y
comprobaciones.

Un oscilador convierte la potencia suministrada por las fuentes de alimentación de

tensión continua en potencia de una corriente alterna que tenga las características
deseadas.

La oscilación puede lograrse mediante una alimentación positiva, la cual origina una
señal de salida sin que exista señal de entrada.

Por lo tanto, las funciones de los osciladores, son la de repetir cíclicamente una
forma de onda determinada, produciendo de esta forma una oscilación periódica.
Esta señal periódica puede variar en función de unos parámetros, como pueden ser
la propia forma de la onda, la frecuencia y la amplitud.