You are on page 1of 8

3.

MARCO TEÓRICO
CAPÍTULO I: CONTAMINACIÓN MARINA

1. ¿Qué es la Contaminación Marina?

La contaminación marina es la contaminación que afecta los mares y los océanos,


desde la zona de rompientes hasta el mar abierto. Incluye la que se produce en las
costas, en los puertos, en las plataformas pesqueras, en la industria, en la
navegación y en las zonas marítimas. Tiene un carácter global y requiere convenios
internacionales, como MARPOL, y esfuerzos internacionales dirigidas a reducirla
y asegurar un desarrollo sostenible del medio marino.

La contaminación marina se produce cuando existen efectos dañinos o


potencialmente dañinos que resultan de la introducción al océano de productos
químicos, partículas, desechos industriales, agrícolas y residenciales, ruido
excesivo o la propagación de organismos invasores. El 80 % de la contaminación
marina proviene de la tierra. La contaminación por el aire es también un factor
contribuyente al trasladar partículas de pesticidas u otros contaminantes al océano.
La contaminación de la tierra y el aire ha demostrado ser perjudicial para la vida
marina y sus hábitats.

La contaminación a menudo proviene de fuentes no puntuales como la escorrentía


agrícola, el polvo o partículas finas en la atmósfera y desechos arrastrados por el
viento. La contaminación por nutrientes es una forma de contaminación del agua
que resulta en aportes excesivos de nutrientes. Es una causa primaria de
eutrofización de las aguas superficiales en la que el exceso de nutrientes,
generalmente nitratos y fosfatos, estimulan el crecimiento desmesurado de algas.
Muchos productos químicos potencialmente tóxicos se adhieren a pequeñas
partículas que luego son absorbidas por plancton y animales bénticos, la mayoría
de los cuales son detritívoros o filtradores. De esta manera, las toxinas se
concentran hacia arriba dentro de las cadenas alimentarias marinas.

2. Vías de contaminación

Las tres principales vías de contaminación de los ecosistemas marinos incluyen la


descarga directa de desechos en los mares y océanos, la escorrentía debido a la
lluvia y la descarga de los contaminantes en la atmósfera.
2.1. Descarga Directa

Los contaminantes ingresan a los ríos y directamente al mar mediante las


descargas urbanas alcantarillado y desechos industriales, a veces en la
forma de desechos peligrosos o tóxicos.

Otra fuente de contaminación marina es la minería tierra adentro,


incluyendo la minería de cobre, oro, etc. La mayor parte de la
contaminación se compone de tierra que termina en los ríos y que fluye
hacia el mar. Sin embargo, algunos minerales descargados en el curso de
la extracción minera pueden causar problemas más serias, como el cobre,
un contaminante industrial común, que puede interferir con el ciclo de
vida y el desarrollo de los pólipos de los corales marinos. La minería
tiene un pobre historial medioambiental. En los Estados Unidos, por
ejemplo, la minería ha contaminado partes de las cabeceras fluviales de
más del 40 % de las cuencas hidrográficas en el oeste continental del país,
según datos de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados
Unidos. Gran parte de esta contaminación sigue el curso de los ríos y
termina en el mar.

2.2. Escorrentía

La escorrentía de tierras agrícolas, así como la de zonas urbanas,


incluyendo la construcción de carreteras, edificios, canales y puertos,
lleva tierra y partículas cargadas de carbono, nitrógeno, fósforo y
minerales. Esta agua rica en nutrientes puede causar la proliferación de
algas y fitoplancton en las zonas costeras y puede producir condiciones
de hipoxia por consumir el oxígeno disuelto en el agua. En las aguas
costeras del sudoeste de Florida por ejemplo, la proliferación de algas
dañinas existe desde hace más de cien años, y ha causado la muerte de
peces, tortugas, delfines y camarones; incluso puede tener efectos
nocivos en los seres humanos al nadar en estas aguas.

El escurrimiento contaminado proveniente de carreteras y caminos puede


ser otra fuente importante de contaminación del agua en las zonas
costeras.

2.3. Contaminación procedente de Buques

Los buques pueden contaminar los cursos de agua y los océanos de varias
maneras. Los derrames de petróleo pueden tener efectos devastadores.
Los hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH) que se encuentran en
el petróleo crudo son tóxicos para la vida marina, muy difíciles de limpiar
y permanecen durante años en el sedimento y el medio ambiente marino.
Los derrames de crudo o petróleo son probablemente los acontecimientos
de contaminación marina más conocidos. Sin embargo, aunque el
naufragio de un buque petrolero suele resultar en una amplia cobertura en
los medios de prensa, gran parte del petróleo vertido en los mares del
mundo proviene de fuentes menos conspicuas, incluido la descarga de
agua de lastre, mezclado con restos de crudo, utilizados en los tanques de
los petroleros durante los viajes de retorno, las fugas en los oleoductos y
otras tuberías, y el óleo de motores vertido en las alcantarillas.
La descarga de residuos de carga de graneleros puede contaminar los
puertos, las vías fluviales y los océanos. En muchos casos, los buques
siguen con la descarga de desechos si la legislación que lo prohíbe no está
acompañado de medidas que permiten controlar su cumplimiento. La
ausencia de normas nacionales sobre la descarga de residuos incluso puede
convertirse en un incentivo para cruceros de descargar desechos en lugares
donde las sanciones son inadecuadas. Se ha estimado que los buques
portacontenedores pierden más de 10 000 contenedores en el mar cada
año, generalmente durante tormentas. Los barcos también
generan contaminación acústica que puede perturbar la vida silvestre
natural; la descarga de aguas de lastre puede diseminar algas dañinas y
otras especies invasoras.

2.4. Contaminación procedente de la Atmósfera

La contaminación marina se produce también a través de la atmósfera. El


viento arrastra polvo y escombros, incluyendo bolsas de plástico, hacia el
mar desde vertederos y otras zonas terrestres. Polvo proveniente del Sahara
se traslada alrededor de la periferia sur de la cresta subtropical hacia el
Caribe y Florida durante la temporada cálida cuando la cresta se fortalece,
moviéndose hacia el norte a través del Atlántico subtropical. Otro
movimiento global de polvo ocurre desde los desiertos Gobi y
Taklamakan, por Corea, Japón y el norte del Pacífico a las Islas
Hawaianas. El aumento de los períodos de sequía en África a partir de la
década de 1970, también ha empeorado el traslado de polvo. Aunque existe
una gran variabilidad en el traslado anual de polvo hacia el Caribe, el flujo
suele ser mayor durante las fases positivas de la oscilación del Atlántico
Norte. El USGS vincula los episodios de descarga de polvo a una
disminución en la salud de los arrecifes de coral en todo el Caribe y
Florida, principalmente desde la década de 1970.

El calentamiento global conlleva un aumento de la temperatura oceánica y


un incremento de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera. Estos
niveles crecientes de dióxido de carbono causan la acidificación de los
océanos. Esto, a su vez, está alterando los ecosistemas acuáticos y conduce
a cambios en las distribuciones de peces, y tiene un impacto significativo
en la sostenibilidad de la pesca y en la vida de las comunidades humanas
que dependen de ella. Los ecosistemas oceánicos saludables también son
importantes para la mitigación de los efectos actuales y futuros del cambio
climático.

2.5.Minería Marina

La minería marina es un método de recuperación de mineral del lecho


marino relativamente nuevo. Los sitios de minería oceánica generalmente
se encuentran alrededor de grandes áreas de nódulos polimetálicos o
de fuentes hidrotermales activos y extintos a una profundidad de
aproximadamente 1400-3700 metros debajo de la superficie del mar. Estas
fuentes hidrotermales producen depósitos de sulfuro, que
contienen metales
preciosos como plata, oro, cobre, manganeso, cobalto y zinc. Los
depósitos se extraen mediante bombas hidráulicas o sistemas de cuchara
que llevan el mineral a la superficie para su procesamiento. Al igual que
otras operaciones mineras, la minería en aguas profundas plantea
preguntas sobre el riesgo de daños ambientales a las áreas circundantes.
Como la minería de aguas profundas es un campo relativamente nuevo,
aún no se conocen todas las consecuencias de las operaciones de minería
a gran escala. Sin embargo, expertos señalan que la eliminación de partes
del lecho marino provocará disturbios en la capa béntica, un aumento de
la toxicidad de la columna de agua y las columnas de sedimentos de los
relaves, y dependiendo del tipo de extracción y su ubicación, estas
perturbaciones del hábitat de los organismos bentónicos podrían ser
permanentes. Además del impacto directo de la minería en el área, las
fugas, los derrames y la corrosión alterarían la composición química de la
zona minera.
Se cree que las columnas o plumas de sedimento podrían constituir el
mayor impacto ambiental de la minería de aguas profundas. Las columnas
de sedimento se producen cuando los relaves de la minería (generalmente
partículas finas) se vuelcan al océano, creando una nube de partículas
suspendidas en el agua. Se distinguen dos tipos de columnas de sedimento:
las que ocurren cerca del lecho marino y las que se producen en la
superficie. Las columnas de sedimento cerca del fondo marino se
producen cuando los relaves se bombean de vuelta en la zona minera. Las
partículas suspendidas aumentan la turbidez del agua, obstruyendo el
aparato de alimentación por filtración utilizado por los organismos
bentónicos. Las columnas o plumas superficiales causan un problema más
serio. Dependiendo del tamaño de las partículas y las corrientes de agua,
podrían extenderse sobre vastas áreas. Las columnas de sedimento pueden
afectar al zooplancton y a la penetración de la luz, lo que a su vez afecta a
la red alimentaria de la zona.
3. Tipos de contaminación

3.1. Acidificación

Los océanos son el principal sumidero natural de carbono y absorben una


parte importante del dióxido de carbono en la atmósfera. Como los niveles
de dióxido de carbono atmosférico están aumentando, los océanos
están volviéndose más ácidos. Aunque aún no se conocen todas las
consecuencias de la acidificación de los océanos, existe preocupación de
que afecte todas las estructuras hechas de carbonato de calcio susceptibles
a la disolución, como los corales y los moluscos bivalvos.
Los océanos y los ecosistemas costeros desempeñan un papel importante
en el ciclo global del carbono y han almacenado aproximadamente 25 %
del dióxido de carbono emitido por las actividades humanas entre 2000 y
2007 y aproximadamente la mitad del CO2antropogénico emitido desde el
comienzo de la revolución industrial. El aumento de las temperaturas
oceánicas y la acidificación de los océanos reduce la capacidad de
absorbción de carbono de los océanos y su función como sumidero se
debilitará gradualmente, dando lugar a preocupaciones globales
expresadas en las declaraciones de Mónaco y Manado.
Según un informe de los científicos de la NOAA publicado en la
revista Science en mayo de 2008, un gran volumen de agua relativamente
acidificada del océano Pacífico está aflorando dentro de cuatro millas de
la plataforma continental de América del Norte. Esta zona es un área
crítico donde vive o nace la mayor parte de la vida marina local. Si bien el
documento se limitaba a la zona desde Vancouver hasta el norte de
California, otras áreas de la plataforma continental pueden estar
experimentando efectos similares

3.2. Eutrofización

La eutrofización se refiere a un aumento de los nutrientes químicos,


típicamente compuestos que contienen nitrógeno o fósforo, en
un ecosistema. Puede resultar en un aumento en la productividad primaria
del ecosistema (crecimiento excesivo de plantas y su rápida
descomposición) y otros efectos, incluida la falta de oxígeno y las graves
reducciones en la calidad del agua, que afecta a los peces y otras
poblaciones de animales y plantas acuáticas.
Los ríos forman la mayor fuente de eutrofización ya que al desembocar en
los mares y océanos acarrean muchos productos químicos utilizados
como fertilizantes en la agricultura, así como desechos orgánicos
del ganado y de los seres humanos. El exceso de sustancias químicas que
agotan el oxígeno en el agua puede provocar hipoxia y puede culminar
en áreas muertas.
Los estuarios tienden a ser eutróficos porque los nutrientes provenientes
de la tierra suelen concentrarse donde la escorrentía ingresa al medio
marino en un canal confinado. El World Resources Institute ha
identificado 375 zonas costeras hipóxicas en el mundo, que se concentran
en Europa occidental, el este y sur de Estados Unidos y el este de Asia,
especialmente en Japón. En el golfo de México y otras zonas eutróficas
ocurren regularmente las llamadas mareas rojas que causan la muerte de
los peces y los mamíferos marinos, y que pueden causar problemas
respiratorios en los seres humanos y los animales domésticos cuando la
proliferación de algas se produce cerca de la orilla del mar.
Otra fuente de eutrofización en los océanos es la fijación de
nitrógeno antropogénico proveniente de la atmósfera. Un estudio
realizado en 2008 demostró que esto podría representar alrededor de un
tercio del suministro de nitrógeno externo (no reciclado) del océano, y
hasta el tres por ciento de la nueva producción biológica marina anual. Se
ha sugerido que la acumulación de nitrógeno reactivo en el medio
ambiente puede tener consecuencias tan graves como la emisión de
dióxido de carbono en la atmósfera.

3.3. Desechos Plásticos

Los desechos marinos se componen principalmente de desechos tirados o


abandonados por los seres humanos que terminan flotando en el océano.
Ochenta por ciento de los desechos marinos se componen de material
plástico, un componente que ha ido acumulándose rápidamente desde
finales de la Segunda Guerra Mundial. Se estima que la masa de plástico
acumulado en los océanos puede haber alcanzado 100 millones
de toneladas (98 000 000 toneladas largas; 110 000 000 toneladas cortas)
por el año 2008.

Las bolsas de plástico desechadas, los anillos de six-pack y otros desechos


de plástico que terminan en el océano constituyen un peligro para la vida
silvestre y la pesquería. Las amenazas para la vida acuática incluye el
enredo, la asfixia y la ingestión de plástico. Las redes de pesca, usualmente
hechas de plástico, pueden ser abandonadas o perdidas en el océano por
los pescadores. Conocidas como redes fantasma,
enredan peces, delfines, tortugas
marinas, tiburones, dugongos, cocodrilos, aves marinas, cangrejos y otros
animales marinos, restringiendo el movimiento, causando inanición,
laceración, infección, y también la sofocación en aquellos que necesitan
subir a la superficie para respirar.

Muchos animales que viven en la superficie o dentro del mar ingieren


restos de plástico que a menudo se parecen a sus presas naturales. Cuando
son relativamente voluminosos o enredados, estos desechos plásticos a
menudo se atascan en el tracto digestivo. Especialmente los animales con
adaptaciones evolutivas en la garganta que sirven para evitar que las presas
resbaladizas puedan escapar, no logran deshacerse de los objetos de
plástico atascados. Las tortugas marinas, por ejemplo, a menudo ingieren
bolsas de plástico sumergidas, suspendidas en el agua, ya que se parecen a
las medusas, una de sus principales presas; como bloquean el paso de los
alimentos, causan la muerte por inanición o infección.
Los desechos de plástico se acumulan porque no se biodegradan del
mismo modo que otras substancias. Con el tiempo degradarán al ser
expuesto al sol, pero solo lo harán en condiciones secas, puesto que
el agua inhibe el proceso de fotodegradación. En ambientes marinos, el
plástico fotodegradado se desintegra en piezas cada vez más pequeñas que
permanecen polímeros, incluso hasta alcanzar el tamaño molecular.
Cuando las partículas de plástico flotantes o suspendidas en el agua se
fotodegradan hasta el tamaño del zooplancton, los animales marinos, como
las medusas, intentan consumirlas, y de esta manera el plástico ingresa en
la cadena alimentaria marina. Piezas de plástico terminan a menudo en los
estómagos de aves y otros animales marinos, como las tortugas marinas y
los albatroses de patas negras.
Los desechos marinos tienden a acumularse en el centro de los giros
oceánicos. La «mancha o isla de basura del Pacífico» tiene un nivel muy
elevado de fragmentos y partículas de plástico suspendidos en la columna
de agua superior. En muestras tomadas en 1999, la masa de plástico superó
seis veces la del zooplancton, la vida animal dominante en el área. Las islas
Midway, al igual que las islas hawaianas, reciben una parte importante de
los desechos de la mancha de basura. El noventa por ciento de esta basura
se compone de plástico que se acumula en las playas de Midway, donde se
convierte en un peligro para las poblaciones de aves de la isla. Las islas
Midway albergan dos tercios (1,5 millón) de la población mundial de
los albatroses de Laysan. Casi todos estos albatroses tienen fragmentos de
plástico en su sistema digestivo y un tercio de sus polluelos mueren.

3.4.Toxinas

Además de los plásticos, también existen problemas con otras toxinas que
no se desintegran rápidamente en el medio marino, incluyendo toxinas
persistentes como PCB, DDT, TBT, pesticidas, furanos, dioxinas, fenoles
y residuos radiactivos. Los metales pesados son elementos químicos
metálicos que tienen una densidad relativamente alta y son tóxicos o
venenosos a bajas concentraciones. Ejemplos son
el mercurio, plomo, níquel, arsénico y cadmio. Estas toxinas pueden
acumularse en los tejidos de muchas especies marinas en un proceso
conocido como bioacumulación. También se acumulan en ambientes
bentónicos, como los estuarios y en los sedimentos de las bahías, que se
convirtieron en un registro geológico de las actividades humanas del siglo
pasado.
3.5. Ruido Submarino

Los animales marinos pueden ser afectados por la contaminación acústica,


es decir el ruido submarino producido por el tráfico marítimo, las
detonaciones de cargas durante exploraciones geosísmicas petroleras y
el sonar naval de baja frecuencia. En el mar, los sonido se desplazan con
mayor velocidad y sobre distancias mayores que en la atmósfera. Los
animales marinos, como los cetáceos, a menudo tienen una vista débil y
viven en un mundo principalmente definido por información acústica. Esto
se aplica también a muchos peces que permanecen en la oscuridad de las
zonas más profundos del mar. Entre 1950 y 1975, el ruido ambiental
medido en un sitio en el océano Pacífico aumentó con aproximadamente
diez decibelios, es decir, un aumento de intensidad diez veces mayor a la
medición inicial.
Un aumento del ruido submarino hace que las especies se comuniquen con
un volumen más fuerte, un fenómeno conocido como respuesta vocal de
Lombard o fenómeno de Lombard. También se observó que los cantos de
las ballenas se vuelven más largos cuando las instalaciones de sonar para
detectar los submarinos están encendidas. Si los animales marinos no
«hablan» lo suficientemente alto, su voz puede ser enmascarada por los
sonidos antropogénicos. Estas voces inauditas podrían ser advertencias,
hallazgos de presas o preparaciones para una caza coordinada. Sin
embargo, cuando una especie comienza a «hablar más fuerte», enmascara
las voces de otras especies, haciendo que todo el ecosistema finalmente
hable más fuerte.
De acuerdo con la oceanógrafa Sylvia Earle, «la contaminación acústica
submarina es como la muerte por mil cortes. Cada sonido en sí mismo
puede no ser una cuestión de importancia crítica, pero tomados en
conjunto, el ruido de la navegación marítima, las exploraciones
geosísmicas y la actividad militar, están creando un entorno totalmente
diferente del que existía hace cincuenta años. Ese alto nivel del ruido
tendrá evidentemente un fuerte impacto en la vida en el mar.
El ruido producido por el tráfico marítimo y otras actividades humanas
también puede ser dañino para los cnidarios y ctenóforos, grupos de
organismos muy importantes en el ecosistema marino. Fomentan una gran
diversidad y, por sus estructuras simples, se utilizan como modelos para la
ecología y la biología. Las vibraciones causada por el ruido submarino
dañan los pelos de los cilios en los celentéreos. En un estudio se comprobó
que en los organismos que fueron repetidamente expuestos a ondas de
sonido submarina, se observaron células ciliadas dañadas, extruidas o
eliminadas o que se presentaron doblados, flácidos, o careciendo
de cinocilios y estereocilios.

You might also like