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no vemos que nada se deforme, no apreciamos que nada se mueva. Ello se debe a
dos peculiaridades de las vibraciones mecánicas que percibimos como sonido.
La primera es que las amplitudes de las vibraciones sonoras son, en general, muy
pequeñas. Por poner un ejemplo, la variación de la presión sonora en una calle
con un tráfico moderado, debida al ruido de los coches y de los transeúntes, es
aproximadamente una millonésima parte de la presión media del aire.
La segunda es que las vibraciones sonoras son muy rápidas para ser seguidas por
nuestra vista. Nosotros sólo percibimos como sonidos las vibraciones mecánicas
que se producen dentro de un margen temporal adecuado a nuestra percepción, en
concreto, aquéllas que realizan una oscilación completa en un rango que va desde
unas 20 veces por segundo hasta unas 20.000 veces por segundo.
Para obtener una imagen intuitiva de la vibración sonora, podrı́amos imaginar el
aire como si estuviera formado por pequeñas bolitas o esferitas unidas por diminu-
tos muellecillos, unas esferitas que estarı́an igualmente espaciadas en su posición
de equilibrio y que osciları́an siguiendo el movimiento de la fuente sonora.
Este modelo es apropiado para simular las variaciones de la presión del aire que
constituyen el sonido. El hecho de que las esferitas se aproximen entre sı́ se co-
rresponde con un aumento de la densidad del aire y, por lo tanto, de la presión,
mientras que el que se alejen unas de otras representa la rarefacción y la dis-
minución de la presión del aire. Los muellecillos simulan la posibilidad de todo
medio elástico de ser deformado, ası́ como su tendencia a recuperar la posición de
equilibrio.
Utilizando este modelo de las esferitas y los muelles, he confeccionado varios vı́deos
didácticos, cuyos fotogramas han sido generados con Matlab. Estos vı́deos nos
ayudarán a asimilar los principales conceptos implicados en la vibración sonora,
los cuales son estudiados en los apartados “Simulación de la vibración del aire en
un sonido simple” y “Simulación de la vibración del aire en un fragmento sonoro
complejo”. Espero que esta forma de representación resulte útil para entender en
qué consiste la vibración del sonido y cómo se transmite por el aire el movimiento
vibratorio desde la fuente sonora hasta nuestros oı́dos.
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sin armónicos. El vı́deo sigue el modelo del aire formado por una serie de bolitas y
muellecillos que se desplazan cuando cambia la presión del aire como consecuencia
de la vibración sonora.
El vı́deo representa la vibración del aire cuando suena la nota la4 generada artifi-
cialmente, cuya frecuencia es de 440 Hz. He elegido para este ejemplo un sonido
simple porque, al ser su movimiento vibratorio muy sencillo y repetitivo, nos va a
permitir observar con facilidad los rasgos caracterı́sticos de toda vibración sonora y
de su propagación. He ralentizado el movimiento 440 veces y he amplificado mucho
el desplazamiento de cada esferita para que se pueda apreciar la vibración con faci-
lidad. El sonido del vı́deo, sin embargo, corresponde a la nota la4 tal cual, es decir,
sin ralentizar, por lo que la finalidad del sonido es meramente ilustrativa.
Figura 1.1: Vı́deo que modeliza, ralentizada 440 veces, la vibración del aire ocasionada
por la nota musical simple la4 .
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distancia, un altavoz potente está emitiendo la nota musical la4 que acabamos de
oı́r. Suponemos también que la nota está ya sonando de una forma estable cuando
el vı́deo se inicia.
Cada esferita del vı́deo representa un volumen esférico de aire de 2,8 cm de radio.
En su posición de equilibrio la distancia entre los centros de estas esferas es de 9,69
cm. He elegido esta distancia para que la longitud de onda del sonido analizado
abarque un número entero de esferitas en nuestra simulación.
Ya que la propagación de la vibración se realiza de izquierda a derecha, en el vı́deo
los muellecillos sólo unen las esferitas en el sentido longitudinal. Esta es también
la razón de que las esferitas que se mueven sincronizadamente estén agrupadas en
paneles paralelos a las caras laterales del cubo.
Debemos suponer que la vibración que vemos en esta simulación está siendo pro-
vocada por la masa de aire que se encuentra a la izquierda del cubo, la cual, a su
vez, está siendo movida por el cono del altavoz que está emitiendo la nota musical
la4 . Cuando el cono del altavoz se desplaza a la derecha, desplaza a la derecha la
masa de aire que está en contacto inmediato con él, con lo que éste se comprime.
Cuando se comprime, su densidad aumenta y, por lo tanto, la presión que ejerce
sobre lo que le rodea se hace más elevada. Ello hace que, a su vez, pero con un
cierto retraso, desplace y comprima el aire que sigue a continuación, y ası́ sucesiva-
mente. Cuando el cono del altavoz se desplaza hacia la izquierda, el vacı́o que deja
atrae el aire de sus inmediaciones, con lo que su densidad disminuye y su presión
desciende. Esta disminución de la presión provoca, a su vez, la atracción del aire
vecino.
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aire, constituyen un movimiento ondulatorio, que es la manera en la que se propaga
el sonido desde la fuente sonora hasta nuestros oı́dos.
En efecto, distinguimos varias áreas donde los paneles de esferitas progresivamente
se amontonan, dando una sensación de mayor densidad o, lo que viene a ser lo
mismo, de mayor presión. Estas áreas de mayor densidad parecen surgir de la cara
lateral izquierda del cubo, viajar de izquierda a derecha y desaparecer por la cara
lateral derecha. Cada una de estas condensaciones que surge deja a su paso otra
zona donde los paneles de esferitas se van separando y en la que, por lo tanto, la
densidad y la presión del aire serán menores.
Podemos ver en el vı́deo que estas condensaciones se renuevan una vez por se-
gundo. En efecto, cada segundo parece surgir de la cara izquierda del cubo una
nueva condensación, por lo que la frecuencia de las ondulaciones que apreciamos
en este vı́deo es de 1 Hz. Teniendo en cuenta que en él se representa el movimiento
vibratorio ralentizado 440 veces, la frecuencia real con la que se renuevan estas
zonas de presión en el aire será de 440 veces por segundo, lo que coincide con la
frecuencia de la nota musical que está sonando, un la4 de 440 Hz.
Si midiéramos con exactitud, mediante un editor de vı́deo u otro programa similar,
el tiempo que tarda cada una de las condensaciones en recorrer el cubo, verı́amos
que es de 2,58 segundos. Como el lado del cubo representado mide 2 metros, en
un segundo cada condensación recorrerá 0,775 metros (2 ÷ 2, 58 = 0, 775). Como
la realidad es 440 veces más rápida, la velocidad real en la que se propagarı́a la
perturbación serı́a de 341 m/s (0, 775 × 440 = 341), lo cual es coherente con la
velocidad de propagación del sonido en el aire.
Sin embargo, si nos fijamos en cada una de las esferitas nos daremos cuenta de
que no se van desplazando indefinidamente hacia la derecha, sino que tienen úni-
camente un movimiento oscilatorio horizontal en torno a su posición de equilibrio:
sólo se mueven realizando un sencillo vaivén de izquierda a derecha y de derecha
a izquierda, en un rango muy reducido de desplazamiento respecto a su posición
central. Y lo mismo ocurre con los paneles en los que se agrupan.
Además, si observamos con un poco de detenimiento varias esferitas elegidas al
azar podremos comprobar que todas ellas realizan el mismo movimiento. Unas se
mueven antes y otras después en función del panel en el que se encuentran, pero
todas las esferitas del cubo oscilan exactamente de la misma manera.
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Dado que en nuestra simulación hemos elegido un sonido simple, el movimiento de
cada esferita es un sencillo vaivén. Este sencillo vaivén repite el movimiento que
ha efectuado el cono del altavoz al emitir el sonido.
Para observar con detalle el movimiento de una esferita cualquiera he realizado un
vı́deo en el que aparece la oscilación de una esferita del cubo aislada, ralentizada
ahora 880 veces, es decir, el doble que en el vı́deo de la figura 1.1. Conforme va
oscilando se va dibujando la forma de su movimiento en el tiempo.
Tiempo
Desplazamiento
Figura 1.2: Vı́deo con el movimiento de oscilación de una esferita cualquiera del cubo
de la figura 1, ralentizado 880 veces.
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Observamos que la esferita tarda 2 segundos en realizar una oscilación completa.
Esta duración es el periodo de oscilación de la esferita que vemos en la pantalla.
Como el vı́deo está ralentizado 880 veces, el periodo real de la oscilación de este
sonido será de 2,3 milésimas de segundo (2 ÷ 880 = 0, 0023).
Visto de otra manera, en un segundo la esferita de este vı́deo realiza media osci-
lación completa. Eso quiere decir que su frecuencia de oscilación es de 0,5 Hz. Al
estar ralentizado 880 veces, la frecuencia real de la oscilación es de 440 Hz, que
es la frecuencia de vibración del la4 que está sonando. Comprobamos, ası́ pues,
que la frecuencia de oscilación de las esferitas es la misma que la frecuencia del
movimiento ondulatorio de propagación, es decir, la frecuencia con la que se re-
nuevan las condensaciones en un punto del espacio que hemos visto en el apartado
anterior.
Al oı́r la palabra ondulación nos viene enseguida a la mente la imagen de las olas del
mar o la de los cı́rculos concéntricos que surgen en un estanque de agua al arrojar
una piedra. Pero en nuestra simulación no vemos nada que ondule, nada que tenga
la forma de una onda; a lo más, intuimos un cierto carácter ondulatorio en la su-
cesión de condensaciones y rarefacciones. Ello se debe a que las ondas mediante
las que se propaga el sonido son ondas de presión longitudinales, mientras
que las ondas del estanque o del mar son principalmente transversales.
Voy a explicar a continuación cómo son las ondas longitudinales mediante las que se
propaga el sonido. Veremos cómo surgen las ondas sonoras a partir del movimiento
individual de oscilación, que reproduce la oscilación de la fuente sonora, y de la
elasticidad del medio, en este caso, el aire. Comprenderemos, ası́ mismo, que como
consecuencia de la elasticidad del medio, la forma de la onda en el espacio
es la misma que la forma de la oscilación de la fuente sonora en el
tiempo.
En términos de nuestra simulación, vamos a estudiar cómo a partir del movimien-
to oscilatorio de cada una de las esferitas se genera el movimiento ondulatorio
mediante el que se propaga la perturbación.
Para ello he fabricado un vı́deo con una fila aislada del cubo de la figura 1.1, en el
que las esferitas aparecen oscilando, pero ahora con el movimiento ralentizado 880
veces. La oscilación de cada una de las esferitas se va dibujando en el tiempo con
trazos de ocho colores distintos. La lı́nea ondulada verde que aparece por encima
y por debajo de las esferitas indica la variación de la presión del aire a lo largo del
espacio.
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Tiempo
Espacio
Analicemos con un poco de detenimiento lo que vemos en este vı́deo y lo que sucede
en la realidad que simula.
Podemos apreciar con claridad que la oscilación de cada una de las esferitas se
realiza en la misma dirección que la propagación de las perturbaciones, en este caso,
de izquierda a derecha. Por eso los desplazamientos individuales de las esferitas, al
oscilar en torno a su posición de equilibrio, se camuflan en el movimiento general
de propagación, lo que explica que en el cubo del aire vibrando de la figura 1.1 no
se observe ninguna forma ondulada en el espacio.
En la realidad, los pequeñı́simos desplazamientos del aire, representados por la
oscilación de las esferitas, oscilan en la misma dirección en la que se propaga el
sonido por el espacio, repitiendo el movimiento de la fuente sonora. Este tipo de
ondas se llaman longitudinales y mediante ellas se propaga el sonido.
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b) Los desfases provocados por la elasticidad transforman los desplazamientos oscila-
torios del aire en oscilaciones de la presión
Tiempo
Figura 1.4: Vı́deo con la oscilación de las dos primeras esferitas y la evolución de sus
distancias.
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Podemos apreciar en este nuevo vı́deo cómo la evolución en el tiempo del grado
de compresión o elongación del muelle reproduce, aunque desfasada, la forma y
el ritmo de la oscilación de las esferitas individuales. En este caso, como estamos
analizando un sonido simple, ambas oscilaciones tienen la forma de una sucesión
de eses, que repiten la oscilación de la fuente sonora.
En efecto, en la vibración real la presión del aire en cualquier punto del espacio
oscila con la misma forma y ritmo que los pequeñı́simos desplazamientos de aire
provocados por la oscilación de la fuente sonora.
c) La onda que se desplaza por el espacio tiene la misma forma que la oscilación en el
tiempo
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Podemos observar también en este vı́deo que la secuencia de separaciones entre
las esferitas se va desplazando por el espacio. Lo que se desplaza a lo largo del
espacio no son las esferitas, que sólo tienen un pequeño movimiento oscilatorio,
sino el patrón de proximidad y lejanı́a entre ellas. Lo mismo sucede en la vibración
real, donde lo que se desplaza no son las masas de aire, sino la onda de presión y
con ella la información que lleva implı́cita, que no es otra sino la información de
la fuente sonora.
d) En un sonido simple la onda de presión del aire tiene forma de ese y una longitud
definida
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Para apreciar mejor la forma de la onda en el espacio en este sonido simple, presento
una instantánea de la cara frontal del cubo de la figura 1.1, en la que he trazado la
gráfica de la presión del aire. He teñido cada esferita siguiendo la misma serie de
colores del vı́deo de la figura 1.3, lo que facilita el reconocimiento del patrón.
Figura 1.5: Cara frontal del cubo con la gráfica de la onda de presión en el espacio.
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supuesto es de 341 m/s, la longitud de onda será de 77,5 cm ((2 ÷ 880) × 341 =
0, 775) , lo que coincide con la medida que hemos obtenido a partir de esta figura
1.5.
Figura 1.6: Vı́deo que modeliza, ralentizada 440 veces, la vibración del aire ocasiona-
da por un fragmento de 27 milésimas de segundo del inicio de la Quinta Sinfonı́a de
Beethoven.
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Si nos fijamos en el movimiento de oscilación de la esferita más iluminada, no
encontramos nada parecido al sencillo vaivén del vı́deo que simula un sonido simple.
En efecto, en el caso de un fragmento sonoro real, con toda su complejidad, los
pequeñı́simos desplazamientos de aire no consisten ya en una simple oscilación de
tipo pendular que se repite una y otra vez, sino que se trata de una oscilación
bastante más compleja, que se va transformando con el transcurso del tiempo.
Además, y como consecuencia de ello, tampoco la onda de presión en el espacio
tendrá una forma fija, sino que irá cambiando constantemente. Por eso, conceptos
como periodo y frecuencia de la oscilación o longitud de onda ya no serán tan
evidentes.
Pero, lo esencial de todo movimiento ondulatorio se cumple también en el caso de
cualquier sonido complejo, sea o no musical.
Dado que en ambas simulaciones hemos supuesto las mismas condiciones para el
aire, podemos apreciar que en los dos casos el retraso ocasionado por la elasticidad
de los muellecillos es el mismo y, en consecuencia, la velocidad con la que se
propagan las perturbaciones es también igual.
Y lo que es más importante, aunque el movimiento de oscilación sea complejo,
observamos que también ahora todas las esferitas del cubo repiten, cada una con su
retraso, el mismo movimiento, el movimiento que está inducido por la fuente. Esto
nos ilustra sobre lo que ocurre en la vibración del aire. En el aire la oscilación de
la presión en cualquier punto del espacio repite, con su correspondiente
desfase en función de la lejanı́a, las variaciones de la presión originadas
por la fuente sonora al emitir cualquier sonido.
Ası́ mismo, vemos que también en el caso de un fragmento sonoro complejo, la
secuencia de distancias entre las esferitas reproduce la forma de la oscilación de
cada una de ellas. En lo que concierne al aire, la onda de presión a lo largo del
espacio adquiere la misma forma que la oscilación de la presión en un punto a lo
largo del tiempo.
1.4. Conclusión
Mediante la simulación por ordenador de la vibración sonora en el aire, hemos
experimentado qué significa que el sonido sea una vibración mecánica que se pro-
paga por un medio elástico. Hemos visto que el movimiento oscilatorio de la fuente
sonora, sea simple o complejo, se repite en cualquier punto del medio elástico por
el que se propaga, dando lugar a oscilaciones de la presión. Ası́ mismo, hemos
comprendido cómo en la transmisión del movimiento oscilatorio se generan ondas
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de presión que toman la misma forma que la oscilación de la fuente. En conse-
cuencia, podemos concluir que la información sonora está contenida tanto en la
oscilación de la presión en cualquier punto del espacio, como en las formas que va
adquiriendo la onda al propagarse.
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