You are on page 1of 73

Jordan Marie

&
Jenika Snow

Planting
His
Seed
~2~
~3~
Carson

Jenny es demasiado joven para mí y demasiado inocente.


Soy más viejo, establecido en mis costumbres, y su guardián.
Su padre era mi mejor amigo y cuando falleció ella se convirtió en mi
responsabilidad.
Nuestra relación debería haber permanecido así.
Pero la amo.
La amé por más tiempo del que quiero admitir y no puedo permanecer
lejos.
Cuando todo esté dicho y hecho, la haré mía.
Ella estará a mi lado, será mi esposa.
Y Jenny puede que aún no lo sepa, pero también tendrá a mis bebés.

Advertencia: si estás buscando un paseo rápido y caliente con un alfa


superior que solo tiene ojos para su mujer y no se detendrá ante nada hasta que le
haya dado todo, incluso a sus bebés. Entonces has venido al lugar correcto.

~4~
Esta traducción fue hecha sin fines de lucro.
Queda totalmente prohibida la comercialización del presente documento.

¡Feliz lectura!

Corandra’s Dreams Traducciones

~5~
Capítulo 1

Carson

—¿Cuándo llega el avión de Virginia? —pregunta Mavis.


No me vuelvo para mirarla. Estoy parado frente a la gran ventana de mi
estudio, mirando a través de la tierra que ha estado en mi familia por
generaciones. Tierra que se ha filtrado en mis huesos y rezuma cuando
sangro. Tierra que es parte de mí. Tierra en la que moriría sin ella.
La vida en Blayton, Wyoming no está hecha para todos, pero es todo lo que
he conocido y todo lo que siempre he deseado. Excepto por una cosa.
Virginia Madison.
He deseado a Jenny desde que tengo memoria. Ella ha sido mi mayor
bendición y mi mayor maldición. Su padre, Luke, era mayor que yo, pero era mi
mejor amigo y alguien en quien confiaba y me apoyaba. Ser un agricultor de
corazón en una región ranchera no es fácil. Ser un granjero en cualquier lugar en
estos días es un infierno. Luke era una caja de resonancia cuando lo necesitaba 1. Yo
dependía de él cada maldito día y creo que a él le pasaba lo mismo conmigo.
Cuando el cáncer se lo llevó hace seis años, sentí como si hubiera perdido
una parte de mí mismo. Ya había perdido a mis padres y, a excepción de Luke y
esta tierra, realmente no tenía a nadie. Haría cualquier cosa por Luke, y cuando me
pidió que cuidara de su hija, acepté, en contra de mi mejor juicio. ¿Qué demonios
sabe un soltero endurecido de treinta años acerca de chicas de dieciséis, –aparte de
que son un problema?
Y Jenny es definitivamente eso.
Ella estaba enojada con el mundo después de perder a su padre. Tampoco
tenía a nadie y si alguien conocía esa sensación, era yo. Nos instalamos en una
rutina. Nunca fui su padre, nunca traté de serlo. Me convertí en su tutor y su
amigo, y eso estuvo bien. Mi ama de llaves Mavis tuvo más un papel paternal para
Jenny.
1
Ser una caja de resonancia se refiere a que es un buen oyente, y confirma lo que escuchan u ofrecen una
opinión.

~6~
Durante el primer año, funcionó de maravilla. Empecé a esperar pasar las
tardes escuchando a Jenny hablar sobre la escuela y sus planes para el
futuro. Demonios, ni siquiera me importaba escuchar horas y horas de charla sobre
sus amigos. Lentamente eso cambió. A los diecisiete años, Jenny comenzó a tener
citas. Joder, yo podría haber tenido treinta y un años en ese momento, pero todavía
recordaba lo que hacían los muchachos de diecisiete, y lo que pasaba por sus
mentes. Tenía que vigilar a Jenny como un halcón. Le debía a Luke asegurarme de
que nadie se aprovechara de su pequeña hija. Eso es todo lo que era.
Hasta que no lo fue.
Una noche, en la víspera de su cumpleaños número dieciocho, estábamos en
el porche mirando las estrellas, recordando a su padre y el pasado y fue entonces
cuando sucedió.
Nos besamos.
No fue planeado o premeditado. Pasó por la unión del dolor común. No
tenía ningún problema tocándola. Tengo catorce años más que ella, su padre la
puso a mi cargo y se supone que debo cuidarla. Diablos, se supone que
debo protegerla de pervertidos que intentan meterse en sus pantalones –no ser uno
de ellos.
He luchado contra ello. He luchado durante cuatro años. Encontré excusas
para mantenerme alejado de ella hasta que pudiera controlar mi libido. Luego, me
aseguré de que se trasladara a Florida para ir a la universidad. Eso casi me mata,
porque con un solo toque de sus labios me convertí en un hombre marcado. Solo
había una mujer que quería, y esa era la mujer que debía tener a partir de ese
momento.
Con los años me he convertido en un experto manteniendo las reacciones de
mi cuerpo ocultas de Jenny. Cada vez que venía a casa para las vacaciones o
durante los descansos, yo estaba en el cielo y a la vez en el infierno. Tenerla cerca
de mí, abrazarla o solo pasar tiempo con ella era un ejercicio... de tortura. Jenny,
por su parte, no tenía ni tiene idea. No se imagina lo mucho que la deseo o lo
mucho que la necesito. Ella no tiene idea de todas las pequeñas cosas sucias que
quiero hacerle a su cuerpo.
Aparto mi mirada de la ventana y del paisaje exterior, hacia la foto
desgastada en mi mano. Es una foto de Jenny la Navidad pasada. Su largo cabello
castaño está recogido en la parte superior de su cabeza en una cola de caballo, que
cae hasta la parte baja de su espalda. Sus chispeantes ojos verdes brillan como si

~7~
tuvieran las respuestas a los mayores misterios de la vida. Es alta y
delgada. Demasiado delgada si soy sincero.
Un maldito novio la convenció de que tenía sobrepeso y terminó yendo al
gimnasio religiosamente. Ese pequeño imbécil no duró mucho. Tuve que trabajar
para deshacerme de él. Jenny se merecía algo mejor que él. Demonios, ella merece
algo mejor que yo. Pero esta noche ella regresará a casa. Terminó la escuela,
habiendo obtenido su licenciatura en educación.
En tres días, cumple veintidós. Terminé de esperar y contenerme. He
luchado con mi sentimiento de culpa. He luchado con mi conciencia, pero al final
no tengo elección. Jenny será mía.
—Ella estará en casa en unas pocas horas, —le digo a Mavis—. Asegúrate de
que todo esté listo para ella.
—Pff... Como si no tuviera el lugar listo para nuestra chica. Todo está
dispuesto, no te preocupes. La vieja Mavis se asegurará de que todo esté perfecto
para ella.
Asiento, pero no respondo. Quiero que todo sea perfecto. Tiene que
serlo. Porque la voy a reclamar. Jenny aún no lo sabe, pero ella es mi
futuro. Siempre lo ha sido. Estaba demasiado ciego para verlo, para aceptarlo. Voy
a casarme con ella y ni siquiera voy a dejarla recuperar el aliento antes de reclamar
su cuerpo, sembrar mi semilla dentro de ella y asegurarme de que eche raíces. La
ataré a mí de la manera más elemental que un hombre puede hacerlo. Ella me dará
un hijo para guiar esta tierra en la próxima generación y una hermosa hija con los
brillantes ojos verdes de su madre a la que proteger. Jenny me lo dará todo.
No voy a parar hasta que lo haga...

~8~
Capítulo 2

Virginia

Mi corazón está tronando y ni siquiera he bajado del avión todavía. Sé que


Carson me estará esperando, sé que no dejará que Mavis me recoja.
Aunque no ha pasado tanto tiempo desde que volví al rancho, parece una
eternidad. La verdad es que, cada vez que veo a Carson, mis sentimientos por él
crecen. Él es todo en lo que pienso, todo lo que quiero. Me he guardado
tontamente para un hombre que probablemente me ve como nada más que su
pupila.
Carson ha sido mi tutor durante años, me cuidó cuando mi padre falleció, y
aquí estoy deseándolo cuando no tengo ni idea de si él incluso comparte mis
sentimientos.
Y la verdad es que soy demasiado débil, demasiado cobarde para admitir
cómo me siento.
Agarro mi bolso y me bajo del avión, mi corazón palpita con tanta fuerza
que siento que va a estallar en mi pecho. El aeropuerto es exiguo, para esta zona
muy rural. Tuve que hacer una escala antes de abordar este avión más pequeño, y
el rancho de Carson todavía está a casi una hora de distancia.
Pero, sinceramente, he estado esperando este viaje desde la última vez que
estuve aquí. Apenas obtuve mi título, puse las pocas pertenencias que tenía en un
almacén, y no podía esperar para volver aquí. Durante el último año he estado
trabajando en los finales, asegurándome de pasar mis clases y tratando de no
pensar en ver al único hombre que quiero más que a cualquier otra cosa.
Salgo del pequeño aeropuerto y quedo momentáneamente cegada por el
sol. Parpadeo hasta que mi visión se aclara. Veo a Carson parado allí, de espaldas a
su vieja camioneta pickup, el color rojo desvanecido, y las manchas de óxido
alrededor de las ruedas que evidencian su tiempo y uso.
Ha tenido esa camioneta desde que tengo memoria, y maldición, que bien
luce con los brazos cruzados, una gorra de béisbol desteñida en la cabeza, y un par
de gafas de sol cubriendo sus ojos. Cuando no está usando un sombrero de

~9~
vaquero mientras trabaja en los campos lleva puesta esa gorra de béisbol, una que
siempre voy a asociar con él.
La sonrisa que me da hace que mi corazón palpite más rápido y que una
calidez se filtre por todo mi cuerpo. Sonrío en respuesta, pero siento que es un
poco inestable, un poco forzado. Mis sentimientos por él me absorben por
completo. A pesar de que ha pasado mucho tiempo desde que lo vi, mi amor por él
sólo ha crecido. Pero nunca podré admitir lo que siento por Carson, ni siquiera
puedo decirlo en voz alta cuando estoy sola.
Toma el bolso de mi mano y lo pone en la parte trasera de la
camioneta. Cuando se da la vuelta, apenas durante un segundo nos miramos
fijamente a los ojos antes de que me jale hacia la dureza de su cuerpo y me
abrace. Es tan grande y fuerte, y mi cabeza se ajusta perfectamente contra el centro
de su pecho.
Cierro los ojos por un instante y escucho el latido de su corazón. Late
rápido, como si tal vez también estuviera un poco nervioso. Pero no, Carson no
estaría nervioso. Él siempre es tan firme y controlado.
Cuando se aleja, la sonrisa que me da es genuina. Alza la mano y mete un
mechón de pelo detrás de mi oreja. Sus dedos permanecen justo en donde late mi
pulso. ¿Puede sentir lo duro y rápido que late mi corazón? ¿Puede ver el efecto que
tiene sobre mí?
—¿Cómo estuvo tu vuelo? —dice, con voz ronca, áspera. Da un paso atrás y
se aclara la garganta. Observo mientras levanta la mano y se la pasa por la parte
posterior de su cabeza, sus bíceps se abultan debajo de la camisa de cuadros rojos
que lleva.
Dios, es tan grande, tan musculoso. Pero trabajar en un rancho toda tu vida
te hará crecer de esa manera.
Asiento y miro hacia otro lado, mis mejillas están calientes. Sé que me estoy
sonrojando, y me pregunto si se da cuenta de que he estado admirando su
cuerpo. Me aclaro la garganta antes de mirarlo de nuevo.
—Estuvo bien.
—Probablemente estés hambrienta y cansada, —dice y miro fijamente sus
ojos azules.
Tantas veces he pensado en las cosas sucias e inapropiadas que quería que
Carson me hiciera. Debería sentir vergüenza, dado el hecho de que él cuidó de mí

~10~
cuando mi papá murió. Pero la verdad es que nunca lo vi como un tutor, nunca lo
vi como una figura paterna. Incluso antes de saber qué era la atracción y el amor,
sabía que había algo más que sentía por Carson. Simplemente no supe qué era
hasta más adelante en mi vida, hasta que vivimos bajo el mismo techo y sentí que
mis sentimientos hacia él se convertían en algo más femenino.
Puede que me haya graduado, pero sigo sin saber qué demonios voy a hacer
con mi vida. Ni siquiera le he dicho a Carson que mi boleto de avión es de una sola
vía. Ya no vivo en el dormitorio, ya no tengo conexiones con la universidad que me
mantengan allí. Claro, hice amigos en el camino, incluso tuve algunas citas, pero
no tengo nada esencial por lo que volver allí.
Lo único que quiero, la única persona con la que quiero pasar el tiempo,
estar cerca, está justo frente a mí. Sólo necesito saber, entender y darme cuenta,
que nunca voy a tener el valor de admitirlo ante él. Tengo mucho miedo de
perderlo.
Lo que me lleva a la decisión que tomé. Me prometí a mí misma que cuando
volviera al rancho finalmente seguiría con mi vida. Siempre he tenido sentimientos
por Carson, pero no puedo seguir construyendo sueños alrededor de un hombre
que muy probablemente sólo me verá como la niña pequeña de su mejor amigo, –
su pupila... otra de las responsabilidades en su vida.
Tengo que seguir adelante. Tengo que comenzar a construir una vida sin
Carson siendo el punto focal. No va a ser fácil, pero realmente no tengo otra
opción. Quiero mantener a Carson en mi vida y si él supiera los sentimientos que
tengo por él, lo que quiero de él, arruinaría nuestra relación para siempre.
No puedo dejar que eso suceda.

~11~
Capítulo 3

Carson

Se siente tan condenadamente bien tener a Jenny de vuelta. El solo hecho de


que ella viaje en esta vieja camioneta a mi lado me calma de manera que nada más
puede hacerlo.
—Te ves bien, Jen, —le digo antes de que pueda pensarlo mejor. Se suponía
que debía sonar casual, pero como siempre con Jen, reacciono primero, y pienso
después.
—Nadie se ve bien después de pasar el día volando y haciendo escala,
Carson, —ríe, su rostro se tiñe de vergüenza o timidez. Nunca puedo estar seguro
de qué con Jenny, me encanta que todavía se sonroje. Siempre he sido un poco
arcaico, tengo marcadas costumbres y me gusta mucho más la moral de la gente en
el pasado que en el presente. Siento que debería haber nacido en el tiempo en que
un hombre reclamaba a su mujer, la mantenía y le dedicaba todo lo que hacía
a ella. No es una forma popular de pensar ahora. Lo entiendo.
Las mujeres quieren igualdad y demostrar que pueden hacer cualquier
trabajo que un hombre pueda. No estoy diciendo que no sea así. Joder, la mayoría
de las mujeres que conozco son capaces de hacer las cosas incluso mejor. Pienso
que, si un hombre es uno hecho y derecho, se rompe el culo para que su mujer no
tenga que trabajar, no tenga que hacer nada... sólo tener bebés.
Y así como así, mi mente se ha desviado hacia un territorio peligroso. ¿Qué
diría Jenny si supiera que la quiero descalza y embarazada de mis niños? Un
hombre mejor probablemente le advertiría que la llevaré a casa y me aseguraré de
que nunca se vaya... Y tal vez se lo diré, después de que su vientre se haya estirado
con mi hijo.
Ese es mi plan y sólo se ha cimentado más desde que Jenny caminó hacia mí
en el aeropuerto. El lapso de espera ha terminado. Todo lo que necesito es
tiempo. Eso es todo. Tengo que moverme lentamente. No quiero asustarla y que se
vaya. Primero necesito asegurarme de que se establezca de nuevo en el
rancho. Quiero que se relaje y se dé cuenta de que este también es su hogar –que yo

~12~
soy su hogar. La siguiente parte del plan es un poco más complicada. Necesito
asegurarme de que ella empiece a verme como un hombre... pero no cualquier
hombre.
Quiero que Jenny me vea como su hombre, porque seguro como el infierno
que no tendrá otro. Puede tomar algún tiempo, pero estoy de acuerdo con
eso. Tengo a Jenny en casa ahora.
Tengo mucho tiempo.
—¿Me oíste, Carson? —pregunta la dulce voz de Jenny, y sacudo mi cabeza
alejando mis pensamientos, mirándola antes de volver mi atención a la carretera.
—Lo siento, cariño, ¿qué estabas diciendo? —Pregunto, el cariño se me
escapa de forma natural.
—Estaba preguntando si tenías planes para esta noche. Porque si no has
planeado nada, estaba pensando en quedarme con Donna por la noche.
—¿Donna? Es tu primera noche en casa, Jenny. Pensé que podríamos
quedarnos y ver una película después de la cena. Como solíamos hacerlo, —
respondo, la irritación proyectando dentro de mí. ¿Jenny ni siquiera ha cruzado la
puerta de entrada y ya está planeando irse? Quiero que duerma bajo mi techo esta
noche.
—Lo sé, Carson, pero no he visto a Donna en meses. Me gustaría ponerme al
día con ella y es época de siembra en el rancho. Tú no llegarás hasta tarde. Me
sorprende que incluso hayas podido sacar tiempo para venir recogerme, —contesta
y mis dedos se aprietan contra el volante.
—Siempre te pongo primero, Jenny, —respondo, mi voz tensa. Necesito
calmar mi genio, pero estoy teniendo problemas con eso, considerando que Jenny
ni siquiera ha estado en casa durante cinco minutos y está haciendo planes. Planes
que no me incluyen.
No es así como imaginé que sería su primera noche en casa.
—Siempre lo has hecho, Carson. Lo sé. Aunque no quiero ser una carga para
ti.
—Nunca lo has sido...
—No quiero ser solo otra tarea que debes tachar de tu lista, Carson. Puede
que esté en casa ahora, pero no voy a ponerme en tu camino o convertirme en una
responsabilidad.

~13~
—¿Una responsabilidad? —Pregunto, atónito y malditamente
confundido. ¿Cómo puede pensar que la veo así?
—Exactamente. Me niego a molestarte por más tiempo. Ya verás. Las cosas
serán diferentes ahora que tengo mi título y estoy lista para comenzar mi propia
vida. Solo necesito un poco de tiempo para sostenerme por mí misma. Eso es todo.
—Puedes quedarte con Donna esta noche, pero mañana ya tendré el maíz
sembrado en el lado este del rancho. Mañana por la noche es nuestra. ¿Entiendes?
—¿Estás seguro? Quiero decir, siempre puedo...
—Estoy seguro, —le digo, interrumpiéndola antes de que pueda
molestarme más.
No vi este problema venir. No estoy alterando mi objetivo, pero comienzo a
darme cuenta de que podría llevarme un poco más de tiempo controlar a Jenny
para hacer que vea qué planes tengo para nosotros.
Está bien. Siempre me gustó un desafío.

~14~
Capítulo 4

Virginia

El olor y la sensación de la casa de Donna me traen recuerdos. Solía venir


aquí casi todos los fines de semana antes de que muriera mi padre. Veíamos
películas cursis de romance, nos atiborrábamos de palomitas de maíz e incluso, de
vez en cuando, robábamos algo del vino tinto de su madre. Pero ahora sus padres
se mudaron a Florida y le han dejado la casa. Aun así, es como estar de vuelta en
un muy buen sueño.
La escucho dando vueltas en la cocina y me acurruco más profundamente
en el lujoso y antiguo sofá. Es el mismo mobiliario, la misma decoración que tenían
hace tantos años. El televisor se ha actualizado a una pantalla plana en lugar del
antiguo modelo de caja, pero aparte de eso, incluso el empapelado de los años
setenta todavía está en su lugar.
Pienso en Carson y en cómo actuó en el camión justo hoy. Parecía
molesto de que tuviera planes con Donna, aunque no puedo entender por qué. Sí,
tal vez debería haberle dado un día o dos y haberme quedado con él y con Mavis,
pero sinceramente necesito resolver mi problema. Necesito descubrir qué voy a
hacer. Sé que tengo que seguir adelante. No puedo perder más energía o
sentimientos en algo que nunca va a suceder.
Donna llega unos minutos más tarde con un cuenco de palomitas recién
hechas, dos copas y una botella de vino blanco bajo el brazo. Me sonríe y pone
todo sobre la mesa de café.
—Trae recuerdos, ¿no es así? —sonríe más ampliamente. Y justo en ese
momento suena el timbre, indicando que nuestra pizza ha llegado.
Cuando Donna vuelve con una gran caja de pizza y la coloca sobre la mesa
de café, mi estómago da un fuerte gruñido. Ambas nos reímos. Durante los
siguientes veinte minutos comemos y bebemos nuestro peso en pizza y vino.
Donna se inclina hacia atrás y palmea su estómago, dejando escapar un
suspiro de satisfacción.

~15~
—Hombre, no he comido pizza y bebido vino así desde hace una eternidad.
—Me mira, soltando una pequeña carcajada—. ¿Recuerdas cuando venías a pasar
la noche y nos colábamos en la cocina y tomábamos tragos de vino tinto como si
fuera licor fuerte o algo así? —Las dos comenzamos a reír tan fuerte que las
lágrimas brotaron por la comisura de nuestros ojos.
—Oh, Dios mío, —digo entre ataques de risa—. Juro que también me
emborraché con apenas dos tragos. —Niego con la cabeza ante los recuerdos que
se estrellan contra mí. Es bueno estar en casa, es bueno estar de regreso.
Vemos un poco de una película romántica, como en los viejos tiempos. El
silencio es cómodo, acogedor. Estoy cansada de viajar todo el día, pero no quiero
que esta noche se termine todavía.
—Oh, olvidé decirte que me encontré con Jake hace unos días.
Me muevo en el sofá para mirarla.
—¿Jake Anderson? No he pensado en él en años.
Aunque Donna mira la televisión, su sonrisa se extiende por su rostro.
—Oh, definitivamente él sí ha pensado en ti.
Siento que mis cejas se fruncen en confusión.
—¿Qué significa eso?
Se vuelve parcialmente en el sofá y me mira también.
—Solo le dije que regresarías a la ciudad después de que te graduaste y
deberías haber visto la forma en que su cara se iluminó con esa
información. Amigo, el tipo siente algo fuerte por ti, como si no le importara nadie
más. Juro que ha estado adorándote como a una diosa desde el instituto.
—Estás loca, —le digo y me río un poco torpemente. Aunque sabía que Jake
estaba enamorado de mí en la escuela secundaria, ella hace que parezca que
todavía está pensando en mí, deseándome después de todos estos años. Eso es un
poco increíble.
Ella niega con la cabeza.
—No, no estoy loca. El chico te quiere totalmente. Incluso quería que te
diera su número de teléfono para que pudieran salir mientras estás en la ciudad. —
Ella alcanza su celular y extiende su mano hacia la mía.

~16~
Fijo la mirada en la palma de su mano por un largo segundo,
preguntándome si ponerme en contacto con un tipo con el que no he hablado en
años, que puede o no desearme, es realmente una buena idea.
Toma el número. Tienes que dejar de desear a un hombre que probablemente nunca
te verá como algo más que esa pequeña niña que perdió a su padre.
Cierro los ojos por un segundo y exhalo. La verdad es que nunca sabré con
seguridad si Carson me quiere. Nunca tendré las agallas para preguntarle, para
admitir lo que siento por él. Porque sé que tan pronto como pronuncie esas
palabras, las cosas cambiarán entre nosotros. Sé que las líneas se cruzarán, y se
establecerá una incómoda y embarazosa relación, que me da miedo tener con él.
Le entrego mi teléfono y miro mientras teclea el número de teléfono de
Jake. Además, ¿qué es lo peor que puede pasar? Lo llamo, salimos y nos ponemos
al día con los viejos tiempos. No puede doler, y sería agradable ver a alguien
conocido de mi niñez.
Pero incluso pensando eso, sabiendo eso, no puedo evitar tener esta
sensación incómoda sobre mí por el hecho de que estoy contactando a otro
chico. Siempre he querido únicamente a Carson, e incluso una cita amistosa con un
chico con el que solía ir a la escuela parece... equivocado.

~17~
Capítulo 5

Carson

Hoy me he dejado el culo trabajando, pero vale la pena. Ser dueño de un


rancho no es exactamente una vida glamorosa. Es mucho trabajo duro. Pero tengo
los campos de maíz sembrados en el pasto del norte, y tengo el heno segado y listo
para ser entregado en un par de días. Eso significa que a partir de esta noche, estoy
libre para disfrutar de todo el día y de la noche de mañana, con Jenny. Ella ha
estado un poco distante desde que volvió de casa de su amiga. Hice un esfuerzo
por venir a almorzar para verla, pero ella estaba en su habitación. Mavis dijo que
tenía migraña, así que por mucho que me doliera no hacerlo –no la molesté.
Ahora, sin embargo, me muero por verla, por oler ese aroma familiar a
vainilla cuando está en la habitación, de oírla reír y sentir su cabeza recostada
contra mi pecho, mientras veo la sonrisa en sus labios que me persigue cada
día. Me pongo ropa limpia y me paso un peine rápido por el cabello húmedo,
ansioso por llegar hasta ella.
Esperaba verla en el sofá, viendo uno de esos malditos programas de
televisión que ama. Sólo mantengo el cable porque le gusta. Raramente tengo
tiempo para encender un televisor. Demonios, cuando ella se va, nunca lo toco. Por
otra parte, cuando Jenny no está aquí no puedo obligarme a ir a la sala de estar. Me
quedo en mi oficina. La casa se siente vacía sin ella. Me siento vacío sin ella.
Me dirijo a la sala, pero para mi decepción la habitación está vacía.
—¡Mavis! —Grito, mirando el sofá vacío como un loco, como si eso la hiciera
aparecer de la nada.
—¿Sí? —Mavis responde, medio caminando, medio trotando desde la
cocina.
—¿Dónde está Jenny?
—¿Jenny? Por qué, se fue a su cita hace como una hora.
Todo en mí se congela ante el sonido de eso.

~18~
—¿Su cita? —Pregunto, mi voz sonando más aguda de lo normal. ¿Jenny
está fuera en una maldita cita? ¿La misma noche en que se suponía que era para
mí? ¿Qué diablos está pasando aquí?
¿La noche que se suponía que era tuya? Joder, hombre, no has tenido las pelotas
para decirle cómo te sientes.
—Sí, —dice Mavis, sonando muy triste—. Salió con ese chico
Anderson. Jake, creo que es su nombre. Traté de convencerla de que no fuera,
intenté que se relajara en casa después de su viaje, pero ella no quiso escucharme.
—Mavis frunce los labios—. No me gusta ese chico. Algo sobre sus ojos. Pequeños
y brillantes. ¿No te parecen como unas cuentas? —divaga.
No estoy realmente prestándole atención. Parece que mi cerebro dejó de
funcionar en cuanto dijo que Jenny tenía una cita.
Una puta cita.
Sé de qué chico está hablando. Jake Anderson es un vago, un bueno para
nada que prefiere mojarse la polla antes que hacer un trabajo duro durante un
minuto. ¿Qué diablos está haciendo Jenny con él?
Jenny podría merecer algo mejor que yo, pero sin duda se merece algo mejor
que Jake Anderson. Una imagen de ese idiota tocando a mi chica destella en mi
mente y me llena de rabia. Si él pone un dedo sobre ella, lo mataré. Mis manos se
cierran en puños por su propia cuenta y los aprieto, tratando de
controlarme. Necesito ser lógico aquí. El problema es que cuando Jenny está
involucrada, raramente soy lógico.
—¿A dónde fueron? —ladré la pregunta a Mavis. Veo la forma en que giran
sus pupilas. La he conmocionado. ¿Me estoy traicionando? ¿Ella sabe lo que siento
por Jenny? He hecho todo lo posible para mantenerlo oculto, pero ya terminé con
eso. Y actuar como un maldito hombre de las cavernas en este momento es
asegurar que ella sabe exactamente mis intenciones con Jenny. Antes de que
termine esta noche, todos sabrán que Jenny es mía, especialmente Jake-jodido-
Anderson.
—Carson, tal vez…
—¿A dónde la llevó, Mavis? —Gruñí. Cada minuto que Mavis se demora es
un minuto más que ese cabrón perezoso podría estar tratando de forzar a
Jenny. No había forma de que ella le permitiera tocarla voluntariamente. Podría

~19~
estar confundido sobre la forma en que Jenny está reaccionando ahora que está de
vuelta en casa, pero no estoy equivocado acerca de esto.
No puedo estarlo.
—Ella dijo que iban a cenar a Murphy’s Grill y luego tal vez a ver una
película...
—¿Hace cuánto tiempo se fue?
—Jefe…
—¿Cuánto tiempo, Mavis? —ladro, muy cerca del final de mi límite.
—Hace unos treinta minutos más o menos... —susurra preocupada,
retorciéndose las manos—. Tienes que calmarte, Carson. Nunca te he visto así.
Calmarme, seguro como la mierda que eso no iba a suceder.
Hace treinta minutos... Mientras estaba en la ducha ella se había ido con ese
pequeño idiota. No me había dicho que se iba. No mencionó nada acerca de
cancelar nuestra noche. ¡Se fue con él mientras yo estaba en la maldita ducha!
Ella todavía debería estar en Murphy's. Agarro mis llaves y me giro hacia la
puerta. Tengo una sola cosa en mente, una puta misión.
Recuperar a mi mujer.
—Señor, ten piedad —escucho a Mavis susurrar en el fondo.
Si el Señor está escuchando, es mejor que ella ore para que tenga piedad de
Jake Anderson. Porque cuando recupere a Jenny, voy a azotarla hasta que su culo
se ponga rojo brillante. ¿Y Jake?
Voy a matar a ese hijo de puta... con mis propias manos.

~20~
Capítulo 6

Virginia

Miro a Jake desde el otro lado de la mesa, sintiéndome fuera de lugar, un


poco incómoda. Le envié un mensaje esta mañana, a pesar de que sabía que no
debería hacerlo, y para mi sorpresa contestó que quería verme esta noche. Debería
haberlo pospuesto, al menos debería haberle contado a Carson qué estaba
haciendo y adónde iba. Pero no quería enfrentarlo. No quería decirle que iba a
tener una cita.
Porque admitirle eso, en realidad decir esas palabras en voz alta, me hace
sentir que realmente no hay esperanza para mí y el hombre que realmente quiero.
—Apenas tocaste la cena. ¿Estás segura de que estás bien? —Jake se reclina
en el reservado y sonríe.
—Estoy bien. Tal vez solo cansada del viaje.
Eso es una mentira. Sonrío a cambio, pero es un poco forzado. No se siente
bien estar aquí con Jake, a pesar de que él ha sido agradable esta noche.
Es un chico apuesto, más con una apariencia de niño bueno, pero sé que es
sólo una fachada. Lo conocí en la escuela secundaria y sé cómo es realmente. Tiene
una vena salvaje, y aunque este pueblo está lleno de gente trabajadora, a Jake en
realidad nunca pareció importarle nada de eso.
—Estoy muy contento de que hayas aceptado salir conmigo esta noche. Sé
que no te di mucho tiempo, pero voy a ser honesto. —Se inclina y apoya sus
antebrazos en la mesa, su sonrisa se ensancha. Mi piel se tensa ante esa mirada, y
no puedo explicar por qué una sensación espeluznante me invade—. Nunca dejé
de pensar en ti, Virginia.
Odio la forma en que dice mi nombre. Me he acostumbrado tanto a Carson
llamándome Jenny que escuchar a Jake decir mi nombre hace que se sienta...
asqueroso en cierto modo.
Y luego Jake extiende su mano hacia la mía. Todo mi cuerpo se congela,
simplemente se tensa. Quiero apartar mi mano, quiero decirle que esto no va a

~21~
funcionar. Sería diferente si supiera que solo quiere una relación amistosa. Pero la
forma en que me contempla, la forma en que noto su mirada persistente sobre mis
pechos cuando piensa que no estoy prestando atención, me dice que quiere algo
más que ser mi amigo.
Estoy a punto de retirar mi mano y ser sincera con Jake, decirle que no
quiero nada más que una relación platónica. Demonios, incluso admitir que
estoy enamorada de otra persona. Porque decir esas palabras en voz alta a otro ser
humano es el primer paso para ser honesta y, finalmente, también sincerarme con
Carson, ¿no?
Pero antes de que pueda retirar mi mano, escucho una conmoción en la
parte delantera del restaurante. Giro la cabeza y miro hacia las puertas delanteras,
sintiendo que mis ojos se ensanchan cuando veo al hombre del que estoy
locamente enamorada mirando a su alrededor con ojos enloquecidos y una
expresión de enojo.
Estoy a punto de levantarme e ir hacia Carson para saber lo que está
pasando, pensando que tal vez Mavis se ha lastimado, o tal vez hay alguna otra
mala noticia que lo hiciera venir al restaurante a buscarme.
Pero justo cuando estoy a punto de levantarme, siento que Jake agrega
presión a la mano que tiene sobre la mía. Y entonces Carson me mira directamente,
nuestras miradas se bloquean, su expresión profunda, posesiva. Siento un ligero
roce en mis labios y me giro de golpe hacia Jake. Puedo sentir su pulgar haciendo
un pequeño círculo alrededor de mi mejilla, justo al lado de mi boca. Miro a
Carson de nuevo justo a tiempo para verlo irrumpir, su mirada entrecerrada y
enfocada en Jake.
Oh Dios. Puedo no entender lo que está pasando, pero conozco la mirada
que Carson está utilizando. La mierda definitivamente está a punto de golpear el
ventilador.

~22~
Capítulo 7

Carson

Es como si una bestia violenta se liberara dentro de mí. Veo a ese pequeño
imbécil acercarse y tocar a Jenny. La sola idea de que ponga sus manos
sobre mi mujer saca esta necesidad territorial dentro de mí. Quiero golpear su puto
trasero. Quiero que sepa, sin sombra de duda, que ella es mía.
Veo como los ojos de Jenny se ensanchan, y la veo enderezar cuerpo. No
tengo ninguna duda de que nota un cambio en mí, probablemente preguntándose
qué demonios estoy haciendo abalanzándome hacia ella y a ese pequeño
idiota. Todavía tiene sus manos sobre mi chica, ajeno al hecho de que estoy yendo
hacia él. Veo como Jenny abre y cierra la boca, pero todavía me está
mirando. Dudo que ella le haya dicho algo. Dudo que le haya advertido.
Dudo que ella sepa lo que va a pasar... Pero lo hará.
Y entonces estoy justo al lado de la mesa. Estoy viendo rojo, no puedo
concentrarme en nada más que en cómo me siento en este momento. Posesividad
arremolinándose dentro de mí, me convierte en un demonio. Me encuentro
extendiendo la mano y agarrando su brazo, alejándolo de donde su mano está en
contacto con Jenny. Es como si estuviera en el cuerpo de otra persona, no soy capaz
de controlarme racionalmente.
Él me mira, con clara confusión en su rostro. Entonces lo arrastro fuera del
reservado. Puedo oír la voz de Jenny, pero no puedo entender lo que está
diciendo. Estoy demasiado molesto en este momento.
—Jamás toques jodidamente lo que es mío. —Oigo el rugido en mis
palabras, y me enfoco directamente en el gilipollas. El chico no es para nada una
amenaza, pero eso no quiere decir que quiera que toque a Jenny.
—¿Carson? —Miro hacia ella entonces, el choque claro en su voz. Los ojos
de Jenny abiertos como platos y me doy cuenta de que lo dije en voz alta. Pero
quiero que lo sepa de todos modos. Es sólo que no imaginé la revelación siendo de
esta manera.

~23~
Echo un vistazo de nuevo al tipo que estoy sosteniendo por el cuello y lo
miro estrechando los ojos.
—¿Entiendes lo que quiero decir?
El chico asiente y puedo ver el miedo en sus ojos. Bien. Lo suelto y se
tambalea hacia atrás, aterrizando sobre su trasero. Me vuelvo y miro a Jenny por
un segundo suspendido, luego extiendo mi brazo y tomo su mano con la mía. No
soy ajeno al hecho de que la gente nos mira o de que probablemente ya han
llamado a la policía.
La arrastro y una vez que estamos fuera de allí voy directo a mi
camioneta. Mi corazón está tronando y la sangre corre por mis venas. La sensación
de Jenny jalando su mano de la mía me hace detenerme y encararla.
—¿Qué diablos, Carson? —respira de forma agitada, y puedo ver que está
confundida y nerviosa. No me gusta haber sido yo quien la haya hecho sentir de
esta manera.
Exhalo bruscamente y me paso una mano por el pelo. Me sentía como un
hombre de las cavernas allí, que no es como normalmente actúo. Habitualmente
soy una persona tranquila, y no permito que ninguna mierda me moleste. Pero
cuando se trata de Jenny no puedo dejarlo ir. No puedo permitir el hecho de que
está con otro hombre y solo encogerme de hombros.
—Tenemos un montón de mierda de que hablar. —Finalmente digo las
palabras y la miro a los ojos. Ella no dice nada, ni siquiera se mueve.
—Sí, así es —finalmente dice y cierra los ojos. Puedo verla tomar una
respiración profunda. Mira hacia de vuelta al restaurante y me pregunto si está
pensando en volver allí y asegurarse de que el pequeño imbécil está bien.
Yo no la culparía.
Pero podría haber hecho un infierno de mucho más daño a él. Tal como
están las cosas, estoy jodidamente orgulloso de mí mismo por contenerme de darle
una paliza.
—No puedes atacar a la gente así sin ningún motivo.
Oh, yo tenía una buena razón.
Si ella quiere ir allí no puedo detenerla, pero eso no significa que no voy a
volver ahí para ella.
Finalmente me mira de nuevo y exhala.

~24~
—Tengo algunas cosas que necesito hablar contigo también.
Todo lo que quiero hacer es acercarla y besarla, decirle que ella es mía, que
ha sido mía durante mucho tiempo. Pero, en cambio hundo mis dedos en las
palmas de mis manos hasta que el dolor sube por mis brazos. Primero le contaré
cómo me siento, y si no huye de mí, o si no me da una bofetada en la cara, la tendré
en mi regazo y la reclamaré como mía.
Porque al final del día, Virginia será mía y nadie me dirá nada diferente.

~25~
Capítulo 8

Virginia

—Hablaremos en casa—, proclama Carson. Mi corazón está tronando en mi


pecho, tanto que puedo escuchar el latido resonando en mis oídos. Mis palmas
están sudorosas. No tengo idea de lo que está pasando, en realidad no. Si puedo
creer que mi instinto, parece que Carson estaba celoso. ¿Podría estarlo?
¿Es sólo una ilusión?
—Carson...
—Entra en el camión, Jenny—, me ordena, su voz tiene un profundo tono de
advertencia que envía escalofríos por mi espina dorsal. Escalofríos que me hacen
sentir... viva.
—Pero, Carson…
—En caso de que no lo hayas notado, no estoy exactamente en control ahora
mismo. Así que, o subes a la maldita camioneta ahora, o puedo levantarte, arrojarte
sobre mi hombro, y ponerte ahí yo mismo. —Su mirada es inquebrantable—. Pero
de cualquier forma vamos a discutir cómo saliste de casa sabiendo que tú y yo
teníamos planes…
—¡Carson! —Casi gruño, porque no me deja hablar.
—Dejaste que te tocara, Jenny, —ladra, su voz acusadora. La culpabilidad
me inunda y me retuerzo allí donde estoy parada.
—Simplemente me tocó la cara, —me defiendo, y suena poco convincente
incluso para mí.
—No debería haber tocado ninguna parte de ti, —gruñe Carson.
—Carson, no estás siendo razonable, —respondo, sin saber cómo lidiar con
este Carson. El hombre que tengo enfrente es diferente de la persona que conozco
desde hace mucho más de lo que quisiera admitir. Este Carson es casi feroz.
—No me siento razonable, Jenny. Permitiste que te tocara…
—Pero, Carson, —empiezo, aunque no estoy segura de lo que voy a decir.

~26~
—Dejaste que tocara lo que es mío, —gruñe de nuevo y mi corazón
tartamudea en mi pecho.
—¿Tuya?
—Sí. Mía. Ya es hora de que lo aceptes. He terminado de retrasar todo a lo
que a ti concierne, Jenny.
—¿Qué significa eso, Carson? —Pregunto, sintiéndome sin aliento. Quiero
creer que me quiere, que no solo está siendo protector conmigo.
Dijo que era suya, sin embargo.
—¿Qué significa eso? —Pregunto nuevamente, mi voz suave. Puedo oír lo
nerviosa que sueno. Casi tengo miedo de presionarlo, en caso de que esté
equivocada. Sin embargo, todo acerca de Carson en este momento me dice que no
lo estoy.
—Significa que o te metes en esta maldita camioneta en este momento, o te
desnudaré y te azotaré aquí mismo frente a Dios y al país.
Mi cara se calienta y mi corazón se paraliza.
—¿Azotarme?
—Exactamente. Golpearé ese culo perfecto tuyo por dejar que otro hombre
se acerque a lo que es mío.
—¿Tuyo? —Dios, siento que estamos yendo y viniendo con esto, como si
fuera un disco rayado. La verdad es que siento como si estuviera en otro mundo,
como si me hubieran dejado caer en la vida de otra persona—. Carson, nunca
hemos... Quiero decir, no tenemos ese tipo de relación. Eres mi guardián, —
susurro, la esperanza hace que mi corazón lata una salvaje melodía en mi pecho
ante la sola idea de que pueda tenerlo como mío.
—Tienes alrededor de un minuto para ponerte en movimiento, Jenny. Pero
te prometo que, si corres, iré por ti, —dice, su voz muy seria.
—Yo... me subiré al camión, —susurro, tratando de digerir todo lo que
Carson acaba de decirme. Necesito saber qué está pasando, e irme con él, hablar
con él, es cómo voy a averiguarlo.

~27~
Capítulo 9

Carson

Tengo que controlarme.


¡Infierno!
Probablemente estoy asustando a Jenny hasta la muerte. No quiero eso. Lo
último que quiero es que ella me tenga miedo de mí. Pero ver a otro hombre
atreverse a tocarla... Sí, incluso ahora quiero volver allí y jodidamente
matarlo. Ahora me encuentro aceptando el hecho de que he permitido que Jenny
se aleje demasiado de mí. Le acabo de contar cómo me sentía, –de muchas
maneras–, en medio de un maldito estacionamiento.
Mierda.
Un pensamiento me persigue ahora. Es algo a lo que no quiero dar voz. Si lo
hago, será una prueba de que he sido un imbécil estúpido y ciego. Será una prueba
de que Jenny nunca será completamente mía.
Ella no habla mientras conducimos por la vieja carretera de grava. Echo un
vistazo hacia ella y la veo mirando por la ventana mordiéndose las uñas. Sé que
tiene un millón de preguntas, pero por alguna razón no las está
expresando. Quiero gritar mi frustración mientras vuelvo a mirar el camino. Esto
es parte del problema. Jenny y yo hemos estado demasiado callados, durante
demasiado maldito tiempo.
—¿Has dejado que otro hombre te toque? —Gruñí, finalmente plasmando
mi pregunta y haciendo mi mejor esfuerzo para ignorar la forma en que las ásperas
palabras me lastimaban—. ¿Más de lo que sucedió esta noche? —Si ella ha
regalado su virginidad, encontraré una manera de superarlo, pero no puedo
garantizar que no vaya a cazar al cabrón y matarlo.
—¿Qué? —Ella jadea.
La miro. Tiene la cara pálida y los ojos muy abiertos por la sorpresa, pero no
respondió la pregunta.

~28~
¡Diablos! ¿Está eludiendo la respuesta?
—Eso no es asunto tuyo.
Hay una mordedura en su voz y sonrío. Esa es mi chica que me da mierda a
pesar de que necesito que me diga la verdad.
—¿A quién le diste tu cereza, Jenny?
—Yo... ¿Qué...? ¡Carson, estás actuando como loco! —resopló.
Miro a mi alrededor y veo el desvío para el maizal que planté. El camión
rebota sobre el camino de tierra, por los baches y socavones, sobre todo porque no
disminuyo la velocidad. Me detengo frente a la antigua puerta de metal que
bloquea la carretera. Esta es la entrada trasera de mi granja. Tengo una llave, pero
está lo suficientemente lejos del camino para que Jenny y yo podamos tener
privacidad. Eso es todo lo que importa en este momento.
Apagué el camión y nos quedamos sentados en el silencio y la
oscuridad. Los únicos sonidos que se pueden oír son los grillos afuera, la llamada
ululante de un búho aquí y allá, y la respiración errática de Jenny. La luna está
llena esta noche y ofrece una luz pálida brillante que se filtra a través de la cabina
de mi camión. Aprieto mi agarre en el volante y trato de calmar la ira y la
frustración en mi interior.
¿Por qué esperé tanto para reclamar a Jenny? ¿Por qué asumí que ella me estaría
esperando, como lo hice por ella?
Porque soy un idiota
—¿Quién es él? —Pregunto, haciendo mi mejor esfuerzo para evitar que las
palabras suenen como una amarga acusación, pero no estoy seguro de tener un
éxito total. A decir verdad, me abre en canal que se haya entregado a otro
hombre. Me tomará tiempo superarlo. Aun así, no la dejaré escapar y aunque no
pueda ser el primero, voy a ser jodidamente el último hombre en enterrarme entre
sus piernas. La follaré con tanta fuerza que nunca pensará en dejar que otro
hombre se acerque a ella otra vez.
—¿Él? —Pregunta confundida.
—El hombre con el que te has acostado. ¿Quién es él, Jenny?
—Realmente no creo que debamos hablar sobre esto, Carson. Soy una mujer
adulta y mi vida sexual no es tu problema…

~29~
—¿Tu vida sexual? ¡Jesucristo! ¿Ha habido más de uno, Jenny? — Rujo, sin
sentir nada más que dolor en mi interior.
—¿Más de uno qué? —Pregunta, exasperada.
—¿Has tenido más de un hombre entre tus piernas?
—¡Carson! ¡Ya te dije que no hablaré de esto contigo!
—Responderás la maldita pregunta. Ya terminé de jugar aquí. Aún no te has
dado cuenta, pero necesitas hacerlo.
—¿Darme cuenta de qué?
—Eres mía, y estoy harto de esperar, –aparentemente, ya he esperado
demasiado.
—¿Soy tuya?
—Exactamente.
—¿Cuándo decidiste que yo era tuya, Carson? —Pregunta, y creo que
escucho un atisbo de ira en su voz. Estoy manejando esto mal, lo sé, pero he ido
demasiado lejos para dar marcha atrás ahora.
—Desde esa noche en tu décimo octavo cumpleaños, cuando probé tus
labios por primera vez.
—Desde... Carson.
—¿Qué? —Refunfuñé, sin querer dar marcha atrás.
—¡Eso fue hace casi cuatro años! ¡Harán cuatro años en un día más o
menos!
—Eso no cambia los hechos. Sabía con ese único gusto que eras mía, Jenny.
—¿No crees que podrías habérmelo dicho?
—Estaba tratando de darte tiempo para crecer y extender tus alas un
poco. Se lo debía a tu padre y a ti, incluso si me mataba.
—¡Tenía dieciocho años! ¡La mayoría de las personas considera que es la
edad de un adulto! —Resopla, claramente enojada.
—Eras una chica de dieciocho sobreprotegida. Necesitabas tiempo para
hacer las cosas por tu cuenta, —gruñí, frustrado. Nunca entenderá cuánto
autocontrol me tomó dejarla ir a la universidad después de ese beso. Cuánta
disciplina requerí para no reclamarla en ese momento. Tampoco podía entender

~30~
cuánto me estaba matando saber que le dio su cuerpo a otro hombre durante este
tiempo. Odio haber esperado ahora. Debería haberla reclamado en ese momento y
haber plantado a mi hijo en ella. Si lo hubiera hecho, Jenny nunca habría buscado
otro lugar para la comodidad. Ella nos habría tenido a mí y a nuestro niño, y eso es
todo lo que ella hubiera querido alguna vez.
La cagué. Y tengo que arreglarlo.
—Entonces me dejaste ir, haciéndome pensar que el beso no significó nada...
que no estabas interesado en mí... de esa manera.
—Tenía que hacerlo. Fue por tu propio bien.
—Mi bien. ¡Qué amable de tu parte decidir qué era lo mejor para mí,
Carson! ¡Al menos podrías haberme preguntado cómo me sentía acerca de tu plan!
—Reniega y se desabrocha el cinturón de seguridad, girándose para mirarme
—. ¿Se te ocurrió alguna vez ese pensamiento mientras tomabas decisiones
importantes sobre mi vida?
—¡Estaba haciendo mi trabajo, Jenny! —Protesté, sin pensar en las palabras
y me estremezco por la forma en que suenan.
—¿Tu trabajo?
—Soy tu guardián, Jenny. Es mi trabajo asegurarme de que eres…
—¿Que soy qué? ¿Que puedo extender mis alas? ¿Que el primer beso que le
doy a un hombre se siente como un rechazo cuando no se molesta en reaccionar y
actúa como si no significara nada?
—Jenny, tienes que entender... —comienzo, a la defensiva.
—Lo que entiendo es que estás loco. ¡Al parecer, decidiste que era tuya
hace cuatro años, pero no compartiste conmigo el secreto!

—¡Maldición, Jenny!
—Ahora estás actuando como un hombre de las cavernas porque un hombre
sin rostro obtuvo lo que reclamaste hace años, pero de nuevo... ¡no te molestaste en
decírmelo! ¿Tengo ese derecho, Carson? ¿Sabes? ¡no soy lo suficientemente adulta
para resolver estas cosas por mi cuenta, necesito tu ayuda! ¡Es, después de todo,
tu maldito trabajo!
—Jenny... —me detengo, no estoy seguro de cómo explicarle las cosas sin
empeorarlas. Me doy cuenta de que está molesta, pero demonios... ¡yo

~31~
también! Antes de tener la oportunidad, sin embargo, ella se da la vuelta y abre la
puerta del camión—. ¿A dónde vas? —Ladro.
—¡Estoy caminando a casa! ¡De repente siento la necesidad de extender mis
alas! — Murmura, saltando de la camioneta y cerrando de golpe la puerta.
Se va caminando, pero va hacia el lado opuesto de la casa. Si cree que puede
volver con ese chico bonito de ciudad, mejor que cambie de pensamiento. Salgo y
me dirijo hacia ella, mis largas piernas se tragan la distancia antes de que pueda
alejarse demasiado de mí.

—¡No te vas a ir!


—¡Mírame! —bufó, sin molestarse en darse la vuelta.
Reacciono por instinto. Engancho mis brazos alrededor de su cintura y tiro
de su espalda contra mí. La acerco para que pueda sentir la dureza de mi polla
contra su culo. Inclino mi rostro cerca del suyo, incapaz de resistir darle un
pequeño beso a un lado de su cuello, que se convierte más en una mordida, porque
después de la noche que he tenido siento la necesidad de marcar su maldito
cuerpo.
Ella tiembla en mis brazos, perdiendo parte de la rigidez en sus
músculos. Su culo incluso empuja contra mi polla. Dudo que se dé cuenta de la
invitación que me está dando, pero yo sí lo hago. Es una convocatoria que tengo
toda la intención de aceptar.
–No te vas a ir, Jenny. Es posible que haya esperado demasiado para
reclamarte, pero quien sea el hijo de puta al que le diste tu cuerpo era un idiota.
—¿Porque tomó lo que rechazaste? —resopla, su cuerpo se pone tenso una
vez más.
—Porque te tuvo y sin embargo te dejó escapar. Ahora estás
aquí. Ahora te tengo y no vas a alejarte de mí. Nunca más te alejarás de mí, —le digo
y las palabras son una promesa.
Le doy la vuelta y la levanto sobre mi hombro, dejando que su torso caiga
sobre mis hombros y espalda, mientras sostengo firmemente sus piernas y
culo. Comienzo a caminar a través del maíz, yendo directamente hacia la
casa. Buscaré la camioneta mañana. Necesito a Jenny a salvo dentro de mi casa y
no me arriesgaré a soltarla de mis brazos hasta que esté encerrada dentro de mi
habitación, sin poder escapar.

~32~
Una vez que la tengo allí, solo hay un pensamiento en mi mente. Finalmente
reclamaré su cuerpo y haré todo lo posible para borrar cualquier recuerdo de ese
hombre antes de mí y enterraré mi polla tan profundamente en ella, colmándola
con tanto de mi semen que alguno tendrá que echar raíces. Antes de que termine la
semana, Jenny estará embarazada con mi bebé y entonces nunca se alejará de mí.
Nunca dudará nuevamente de a quién pertenece.

~33~
Capítulo 10

Virginia

Puedo sentir la tensión irradiando de Carson, pero mantengo la boca


cerrada y le dejo controlar la situación. Sí, tengo muchas preguntas, la más
importante es qué fue exactamente lo que quiso decir cuando expresó que era suya,
y a dónde nos lleva esto. Tal vez sea obvio para algunos, y una parte de mí sabe lo
que realmente significa, pero quiero escucharle decirlo. Quiero que admita que me
desea de la misma forma que lo anhelo.
Quiero que Carson me diga que, a pesar de que reveló que me quería desde
que tengo dieciocho años, lo que quiere conmigo es más que solo un cuerpo
caliente en su cama. Y sinceramente, ese es mi mayor temor. Me preocupa que
cuando todo esté dicho y hecho, lo que realmente desee es que nos revolquemos
entre sus sábanas, convirtiéndome en una muesca más en el cabecero de su cama.
Hemos estado de regreso en su casa durante los últimos veinte minutos, y
aunque me siento un poco tonta por haberme marchado, me siento aún más
ridícula de que tuviera la necesidad de llevarme por encima del hombro como si
fuera un saco de patatas.
Soy una condenada mentirosa. Me puse tan mojada cuando me cargó, como si fuera
un hombre de las cavernas llevándome de regreso a su guarida.
Observo mientras camina hacia el gabinete, lo abre y saca dos vasos y una
botella de whisky. Cuando regresa a la mesa y se sienta frente a mí, mi garganta se
tensa.
Vierte un trago de whisky en cada vaso y empuja uno de ellos hacia mí. Lo
miro por largos segundos antes de finalmente levantarlo y tragarlo todo. Cuando
dejo el vaso, mi garganta está en llamas, mi respiración jadeante, veo que Carson
me está mirando con una sonrisa en su rostro. Me pregunto en qué está
pensando ahora mismo.
Pero no dice nada. Se toma de un trago su propia bebida y vuelve a llenar
ambos vasos.
—Me imagino que ambos necesitaremos una pequeña patada en el culo
después de toda la mierda que cayó esta noche.

~34~
Asiento y bebo la segunda porción de whisky, tosiendo levemente una vez
que lo trago. Dios, es como fuego líquido que baja por mi garganta y se posa como
una roca en mi vientre. La calidez y la agitación comenzaron de inmediato. No soy
una gran bebedora, así que sé que estas dos tomas realmente me relajarán.
Bien.
—¿Te asusté por lo que dije? Me sorprende que no hayas empacado tus
cosas e intentado marcharte. —Mira hacia otro lado y odio eso.
—No, no me asustaste. —él podría haber admitido que me quiere, pero
tampoco le he dicho exactamente cuán profundos son mis sentimientos hacia él.
Y quiero decirle. Quiero admitirle todo. Estoy demasiado asustada, tan
asustada de que cuando le diga que lo amo las cosas cambien.
Me levanto, no soy capaz de permanecer sentada por más tiempo, sin poder
pensar con claridad. Me acerco al fregadero y miro por la ventana, pero está
demasiado oscuro para ver afuera. En cambio, puedo ver el reflejo de Carson. Él
me está mirando, contemplándome. Se levanta, pero no me doy vuelta. Es entonces
cuando noto que tomé la botella de licor conmigo.
A pesar de las emociones turbulentas que corren a través de mí, me siento
excitada, mi coño mojado y mis pezones duros. Nuestras miradas se bloquean y no
puedo respirar. Me giro lentamente, sin dejar de mirarlo, preguntándome en qué
está pensando. Lo veo tragar, su nuez de Adán trabajando como si estuviera
tratando de evitar decir algo. Aprieto mis manos alrededor de la botella de whisky,
pensando en exponerlo todo, tratando de contener mi excitación.
El agarre mortal que tengo en la botella parece nivelarme,
estabilizarme. Pero me obligo a dejarla a un lado.
—Entonces, ¿dónde vamos desde aquí? ¿Dónde estamos parados? —Mi voz
es gruesa, ronca. Estoy asustada, nerviosa... entusiasmada por su respuesta. Carson
no dice nada, y en lugar de eso se acerca, solo un paso, pero siento que su calor
corporal me golpea.
Da un paso más cerca.
—Siempre te protegeré, Jenny, siempre estaré aquí para ti, pase lo que
pase. ¿Lo entiendes?
No ha respondido a mi pregunta, pero asentí de todos modos.

~35~
Carson me mira atentamente, su respiración más fuerte, más
rápida. Coincide con la mía. Su pecho sube y baja cuanto más se acerca a
mí. Cuando estamos a escasos centímetros el uno del otro, lo miro fijamente a los
ojos, queriendo tener las agallas para simplemente levantarme de puntillas y
besarlo, para ser la que realmente empiece esto.
Tómame ahora, Carson. Hazme tuya.
—Estás temblando, —dice en voz baja y profunda. Se mueve un centímetro
más cerca, y presiono mi espalda completamente contra el mostrador.
—Dime algo que nunca le hayas contado a nadie antes, —sondea,
cuestionando.
Sé que no debería decir nada, pero no puedo evitarlo. Necesito tener todo al
descubierto. Necesito decirle cómo me siento.
—Te amo, —le susurro, sabiendo que no debería haber dicho eso, pero
necesitando que sepa la verdad. Y luego, después de unos segundos, cierra los
ojos, apoya sus manos en el mostrador a cada lado de mí y exhala bruscamente.
—Soy mucho mayor que tú.
El latido de mi corazón retumba fuerte en mis oídos.
—Ya no soy una niña. Sé lo que quiero, y lo que quiero es a ti.
No se mueve, no habla, y me pregunto cuál será el siguiente paso. He
esperado el tiempo suficiente para estar con el hombre que amo, para finalmente
poder expresar cómo me siento. Esta es mi vida, y quiero esto más que
nada. Quiero a Carson más que a nada.
—No, ya no eres una niña, —dice casi para sí mismo—. Créeme, bebé, me he
dado cuenta. —Una luminosidad cubre su rostro—. Yo también te amo,
Jenny. Dios, te amo tanto que duele mucho.
Placer y calor me inundan. Y luego él hace un sonido bajo en su garganta,
me agarra por la nuca y me acerca. Presiona su boca contra la mía, y un jadeo me
abandona. Estoy congelada en el lugar, no estoy segura de si esto realmente está
sucediendo. Pero al final no importa porque la sensación de sus labios sobre los
míos, moviéndose áspera, dura y exigentemente, hace que cada pensamiento
racional abandone mi cerebro.
La forma en que me abraza, me besa, me hace sentir totalmente
femenina. Me ha tenido incluso desde antes de que dijera nada, desde antes de que

~36~
supiera que esto era lo que necesitaba. Puedo sentir el hambre y la necesidad en su
toque.
Soy incapaz de detenerlo, pero no quiero hacerlo, nunca.

~37~
Capítulo 11

Carson

Cuando esperas años por algo y finalmente lo tienes a tu alcance, las


emociones que obtienes son indescriptibles. Cuando finalmente me alejo de los
labios de Jenny, mis malditas manos están temblando. Tanto ha sucedido esta
noche que estoy ocupado tratando de asimilarlo. Pero lo único que realmente
necesito saber es que Jenny me ama. Pensé que la había perdido, pero ella me dio
las palabras que me moría por escuchar desde hace años. No hay forma de que se
aleje de mí ahora.
La miro. Tiene los ojos muy abiertos por la sorpresa y su mano está tocando
suavemente sus labios hinchados.
Labios hinchados por mi beso.
—¿Qué estás pensando? —Le pregunto, mi voz brusca.
—Que este puede ser el mejor cumpleaños que haya tenido en mi vida, —
susurra y por alguna razón eso me hace sonreír.
—Todavía no es tu cumpleaños, cariño.
—¿No? —Pregunta confundida, con los ojos aún dilatados. Está mirando
directamente mi boca. Mi sonrisa se ensancha. Me gusta saber que mi beso la ha
afectado tanto.
—Tu cumpleaños es mañana, —le digo.
—Oh, —susurra—. ¿Me besarás por mi cumpleaños?
Estoy bastante seguro de que ella no sabe lo que está preguntando.
—¿Te gustan mis besos?
—Tanto —susurra—. He estado soñando con ellos desde siempre.
—¿Sueñas con que haga algo más que besarte?
—Carson, —murmura, sus ojos se mueven hacia el suelo, su rostro
ruborizado a un color rosa intenso. Doy un pequeño paso adelante, cerrando la

~38~
distancia entre nosotros, y coloco mi dedo bajo su barbilla para devolver su mirada
a mi cara.
—Respóndeme, cariño, —le ordeno suavemente.
—Eso no es realmente justo, Carson.
—¿Qué no es justo?
—Me haces preguntas y exiges que responda. ¿Y qué pasa
contigo? ¿Sueñas conmigo?
—Cada jodida noche, —respondo sin dudarlo.
—Mira... ¿Qué?... Oh... ¿Lo haces?
Ver las diferentes emociones parpadear sobre su rostro es un placer que
podría ver durante días. Sin embargo, cuando mis palabras finalmente se registran,
es la llamarada de deseo que veo lo que capta mi atención.
—Vivo para la noche, Jenny. ¿Sabes por qué? —pregunto, dejando que mi
dedo se mueva desde debajo de su barbilla y siga por un lado de su rostro. La
escucho empujar una respiración entrecortada por sus pulmones y sonreír porque
literalmente se mece a través de su cuerpo. Ella me quiere y no tiene la suficiente
experiencia para mantenerlo oculto, –gracias a Dios.
—¿Por qué? —Pregunta, mordiéndose el labio.
—Porque todo el día trabajo como un perro, así llegaré a casa demasiado
cansado para extrañarte.
—Yo... ¿Me extrañas?
—Tan jodidamente mucho, —murmuro—. Pero romperme el trasero
trabajando no funciona, Jenny. Así que me meto en la ducha lavo la suciedad y la
mugre, deseando que estuvieras conmigo.
—¿Lo haces?
—Joder, sí. ¿Por qué crees que hice remodelar el baño principal hace
unos años?
—Yo…
—Fue para que cuando llegara el momento, y finalmente te reclamara,
nuestro baño estuviera listo.

~39~
—Reclamarme... Nuestro... —repite y sé que está sopesando cada palabra y
comprendiendo la gravedad de ellas. Y quiero que ella lo haga—. ¿Para qué estaría
listo, Carson?
—Para el día en que llegue de trabajar y tú te metas en esa ducha conmigo.
—¿Quieres que me duche contigo? —Pregunta. El shock es evidente en su
rostro, pero no puede eclipsar el deseo que está allí también.
—Más que quererlo cariño, lo anhelo. Quiero tus manos en mí después de
un largo día en el campo. Quiero que me toques, que me abraces...
—Carson…
—Sobre todo, quiero empujarte contra la pared de la ducha y follarte duro,
—le digo y la necesidad en mi voz se estremece con hambre.
—Oh, Dios, —dice, temblando.
Coloco mi mano sobre su estómago plano y hago presión.
—No descansaré hasta que estés llevando a mi bebé, Jenny. Quiero ver tu
vientre extendiéndose con nuestro hijo, sabiendo que una parte de cada uno de
nosotros está creciendo dentro de ti. ¿Te estoy asustando, Jenny?
—No, —susurra, sorprendiéndome—. Me encanta todo lo que dices.
—Dime, Jenny, —le insto, necesitando que ella lo admitiera todo.
—Quiero todo eso, Carson.
—¿Todo…? —Antes de que pueda terminar y decirle exactamente lo que
necesito de ella, Jenny me sorprende al hacer exactamente eso.
—Quiero a tu bebé, Carson, —susurra y finalmente parece que todo lo que
siempre he querido está a mi alcance—. Te quiero como tú a mí.

~40~
Capítulo 12

Virginia

Antes de saber lo que está sucediendo, me encuentro en los brazos de


Carson. Huele tan bien, se siente tan bien presionado contra mí. Paso mis dedos
por su cabello, tirando de los mechones más cortos hasta que sisea, pero luego deja
escapar un gemido profundo y gutural de placer. No tengo idea de lo que me viene
encima, pero no quiero parar.
Quiero llegar tan lejos como podamos. Quiero llevarme al borde de ir al
límite, sin importarme si finalmente caigo y nunca alcanzo el final.
—¿Estás segura de esto, Jenny? —Su boca está junto a mi oreja, su cálido
aliento provocando el caparazón—. Porque una vez que esté en el fondo de tu coño
caliente y húmedo, no hay vuelta atrás. No podré alejarme de ti. No lo haré. —Me
mira a los ojos; la sensación de que estoy tan perdida me consume—. Siempre has
sido mía, pero una vez que te reclame todas las apuestas se habrán terminado. —
vuelve a besar mi cuello ahora.
No puedo encontrar mi voz, así que asentí, haciéndole saber mi
respuesta. Presiono mis senos contra su pecho, sin preocuparme de estar siendo
demasiado audaz en mis necesidades.
—Dios, me estoy quemando vivo por ti, cariño.
—Llévame a la ducha, Carson.
Él se detiene y me mira antes de tomar mi rostro y acariciar mi mejilla con
su dedo. Escalofríos recorren todo mi cuerpo con ese simple toque. Entonces él
tiene su boca en la mía, su lengua entre mis labios mientras su boca me folla. No
hay otra descripción de lo que está haciendo. Mis músculos internos se tensan y un
fresco chorro de humedad sale de mí. Lo quiero, lo necesito tanto en este
momento.
—Por favor, Carson. Quiero ser tuya.

~41~
Entonces me levanta en sus brazos y se dirige al baño que renovó solo para
nosotros. Todo esto me sobrepasa, todavía no puedo entender el hecho de que ha
hecho todo esto por mí. Me ha querido durante todo el tiempo que yo también lo
he deseado.
Cuando estamos en el baño, me pone de pie. Me tambaleo ligeramente, mi
excitación es tan intensa que me mareo. El baño es increíble Es la primera vez que
lo veo desde que lo remodeló, pero puedo ver cuánto tiempo y trabajo le ha
dedicado.
Vidrio, mármol, cromo. Todo parece tan lujoso dado el hecho de que
estamos en su rancho. La ducha es enorme, con azulejos negros que cubren el piso
y las paredes. Tiene dos cabezales de ducha, uno a cada lado, e incluso hay una
bañera estilo jacuzzi al lado de esta, una pequeña entidad.
—Carson, esto es increíble, —le susurro, sabiendo que tengo los ojos muy
abiertos, mi sorpresa evidente. Nunca hubiera sabido sobre el trabajo y los detalles
que ha hecho aquí si no me lo hubiera dicho. No entro a su habitación, a pesar de
las fantasías de hacer exactamente eso bombardeándome. Me doy vuelta, sin saber
qué decir o hacer a continuación, pero antes de poder pronunciar una sola palabra,
mi boca se cierra de golpe. Su camisa está desabotonada, sus duros músculos en
exhibición, el paquete de seis que he visto innumerables veces mientras está
trabajando en el campo sin camisa, llenan mi visión.
—No puedes mirarme así, Jenny. —Su voz es baja, y tan malditamente
profunda. Siento un escalofrío correr por mi columna vertebral.
—¿Mirarte de qué manera? —¿Incluso me oyó? Mi voz es suave como un
susurro, pero la forma en que gruñe, la mirada que me da, me dice que me
escuchó muy bien.
—Como si quisieras que te follara, Jenny. Como si quisieras que te aferrara
contra la pared de la ducha, mi polla profundamente en tu cuerpo, nuestras bocas
fusionadas juntas.
Calor como nunca he sentido antes, me llena. Y me encuentro asintiendo. Sí,
quiero todo eso y más. Y luego él está frente a mí, con su camisa ya completamente
fuera de su cuerpo y tirada en el suelo en un revoltijo. Me quito mi propia ropa, sin
preocuparme de cuán rápido todo esto parece moverse. Necesito tenerlo contra mí,
los dos desnudos, no más tratar de ocultar cómo nos sentimos.
Pero él se separa de mí demasiado pronto. Se mueve hacia la ducha y la
enciende. En minutos, el vapor está llenando el baño. Nos rodea un calor agradable

~42~
y acogedor, ya estoy totalmente desvestida. Me quedo allí desnuda, sin sentirme
avergonzada de que vea cada parte íntima de mí. Quiero esto más de lo que nunca
he querido algo.
Finalmente, se quita el resto de su ropa. Admiro la visión de él, el hecho de
que es mucho más grande que yo, sus músculos claramente desarrollados debido
al trabajo duro que hace día tras día. Todavía puedo recordar la sensación de sus
manos ligeramente callosas en mi cuerpo. Y la forma en que me mira me hace
sentir como si me estuviera tocando, pasando los dedos por mis pezones, entre mis
muslos. Mi mirada se detiene en su polla. Es tan grande... tan masiva y dura
que debilita mis rodillas.
—Ven aquí, nena.
Voy a él al instante. Me lleva a la ducha y dejo escapar un gemido
involuntario mientras el agua tibia me cubre la espalda. Carson me acerca, sus
toques suaves, incluso delicados. Aunque no quiero eso. No me importa si esta será
mi primera vez, que ser virgen significa que no tengo experiencia. Lo quiero duro y
rudo. Deseo lo que Carson quiera darme.
Tomo las riendas, colocando mis manos sobre su pecho y moviéndonos para
que su espalda quede contra la pared de azulejos. Me levanto de puntillas y coloco
mi boca sobre la suya, besándolo suavemente, tratando de ser muy dulce. Por
supuesto que no quiero eso, pero espero que la estrecha sujeción que sé que Carson
tiene en su deseo ahora se rompa y él pierda el control.
—Dios, nena, me estás matando, —gime contra mi boca—. No puedo
controlarme mucho más tiempo, Jenny.
—Entonces no lo hagas —es todo lo que digo.
Antes de saber qué está pasando, gruñe como un animal, me da la vuelta
para que sea yo quien quede presionada contra el azulejo, y coloca sus manos
sobre mi trasero. Aprieta los globos antes de caer de rodillas y levantar mi pierna
para que quede sobre su hombro. Estoy jadeando ahora, sabiendo que puede ver
mi coño expuesto, preguntándome cómo lo siente, y qué está a punto de hacer.
Escruta entre mis piernas por largos segundos antes de mirarme.
—Te voy a devorar.
Y entonces hace justamente eso.

~43~
Capítulo 13

Carson

Mi primer gusto de Jenny es uno que nunca olvidaré. Dulce, caliente,


inocente. Si tengo que describirlo, esas son las únicas palabras que se me
ocurren. Ella es cada sueño que he tenido: todas las fantasías hechas realidad.
Y ella es mía.
Tengo su pierna sobre mi hombro para darme más acceso. Corro mi lengua
contra los labios exteriores de su coño. Ella está lisa, claramente encerada. Un
destello de celos me recorre. No quiero que nadie vea este dulce coñito excepto
yo. Es mío.
Utilizo mis dedos para separar sus labios. Su clítoris está latiendo, los jugos
de su coño cubriéndolo. Está tan excitada que casi puedo escuchar su respiración
irregular sobre el agua corriente. Le doy una última mirada. Ella es como una diosa
del agua, con su cabeza inclinada hacia atrás contra la pared, gotas recorriendo su
cuerpo como una suave caricia, goteando de sus pechos redondeados. Levanto mi
otra mano y la coloco contra su vientre plano, sosteniéndola allí.
Justo ahí.
Justo donde mi bebé estará dentro de ella.
Utilizo esa sujeción para fijarla contra la pared de la ducha. No quiero que
se mueva hasta que se corra contra mi boca y me ruegue que pare.
Lamo su clítoris, suavemente y sin presión, más una leve caricia. Su cuerpo
intenta empujar hacia mí, pero mi agarre la mantiene quieta.
—Carson, —ella gime.

~44~
Dejé que mis dedos se deslizaran desde los labios de su coño entre el
húmedo valle, jugando con sus tiernas paredes. Puedo sentir su temblor bajo mi
toque y mi pene se ensancha, tan duro que es físicamente doloroso.
—Eres tan jodidamente hermosa, Jenny. Desearía poder decirte cuánto
tiempo he soñado con tocarte así, con amarte. —Gruño justo antes de deslizar mis
dedos dentro de su coño. Está tan malditamente apretada que sus músculos se
aferran a mis dedos tanto dándome la bienvenida como resistiéndose al mismo
tiempo. Cristo. Poner mi polla dentro de este pequeño agujero apretado será un
ejercicio de tortura, la tortura más dulce que haya conocido.
Empujo mis dedos tan profundamente dentro de ella, averiguando que es
virgen por su estrechez. Dios, ella es pura, toda mía, y voy a reclamarla. Mi polla se
estremece y sé que está goteando semen. Tengo que luchar contra el impulso de
golpear dentro de ella ahora. No puedo hacer eso. Es virgen, esto es nuevo para
ella y Jenny es demasiado especial para apresurarse. Tengo que hacer esto
bien para ella.
Cuando restriego mi lengua contra su clítoris, curvándola alrededor del
pequeño botón palpitante, comienzo a mover suavemente mis dedos dentro y
fuera de ella. Dejo que mis dedos la follen, lentamente al principio,
acostumbrándola a la invasión.
Miro hacia arriba entre sus piernas y la contemplo mientras deja que su
cabeza caiga hacia atrás, un grito sale de ella, y sus manos golpean contra la pared
de la ducha. Está completamente perdida en su pasión. Ya no pienso a partir de
este punto. La tomo por las caderas y la muevo, así que básicamente está sentada
en mi cara. Entierro mi lengua dentro de su dulce coño, todo mientras trabajo en
tándem con mis dedos logrando provocar su clítoris. Aplasta mi cara, buscando su
propio placer, sus caderas ondulando un ritmo desenfrenado, exigiendo más,
mientras toma todo lo que le doy.
Excavo mis dedos en su exuberante trasero, sabiendo que estoy magullando
la suave piel mientras tomo control de su cuerpo, saciándome de ella, la follo con
mi lengua y mordisqueo su clítoris. Hago todo lo que puedo hasta que finalmente
explota para mí. Su dulce excitación cubre mi paladar. Bebo de ella, acariciando su
coño con mi lengua en recompensa por ser una niña tan buena.
Cuando baja de las alturas, lentamente me levanto, sosteniendo su cuerpo
cerca del mío. El agua en la ducha está empezando a enfriarse, estiro la mano y la
cierro, luego jalo a Jenny en mis brazos, con la intención de llevarla a mi cama.

~45~
—¿Carson? —Pregunta, su voz suave, agotada y llena de placer.
–Te necesito, Jenny, —gruñí, incapaz de decir nada más, o darle las suaves
palabras que se merece. Todo lo que puedo pensar es en meterme dentro de su
coñito apretado y enterrar mi polla tan profundamente contra su cuello uterino
para poder poner mi bebé dentro de ella. Quiero darle todo.
Incluyendo a mi hijo.

Capítulo 14

Virginia

Carson me tiene en su cama, la toalla húmeda tirada a un lado, y los dos


desnudos y listos. Está tan duro para mí, su polla gruesa y larga, y todo por mí. He
dejado de esperar, he terminado de fingir que puedo ocultar cómo me
siento. Quiero a Carson y de ahora en adelante se lo haré saber.
—Por favor, te necesito, —me quejo.
Podría ser virgen, pero el único hombre que alguna vez quise fue Carson. Es
el único hombre que alguna vez querré. Él da un paso hacia mí.
—Te he deseado desde que cumpliste dieciocho años y me di cuenta de que
eras una mujer. Me he contenido, nena. He querido dejarte vivir tu vida, conocer a
un buen chico de tu edad...
Veo la forma en que aprieta la mandíbula después de decir eso.
—Pero no más. No voy a fingir más que puedo quedarme atrás. Eres mía y
siempre lo serás.
—Soy tuya.
Quiero que me devore, que me haga sentirlo, en cuerpo y alma, que soy
suya, como dijo... para siempre.
—No te dejaré ir. Nunca, Jenny.
Estoy tan encendida, tan húmeda para él... tan preparada.
—No hay forma de que vaya a durar esta noche, no una vez que esté en lo
más profundo de tu coño caliente, húmedo y virgen.

~46~
Mi corazón se acelera ante sus palabras.
—Te quiero, —le digo nuevamente, deseando que él sepa que realmente lo
necesito incluso para poder respirar. Él gime y veo cómo aprieta su mandíbula de
nuevo.
—Estoy tratando de mostrar moderación.
Niego con la cabeza.
—No quiero que lo hagas.
Gruñe como un animal y me humedezco más aún.
—Me muero de hambre por ti, estoy tan hambriento que no sé si puedo ir
despacio. Se acerca.
—No quiero que vayas lento. —Y es la verdad.
—Dime lo que quieres. —Se acerca—. Quiero oírte decir que quieres mi
polla grande y gruesa dentro de ti. Quiero ver tus labios formando las palabras
mientras me dices que quieres que haga estallar tu cereza, para reclamarla como
mía.
Estoy respirando tan fuerte y rápido que me siento mareada.
—Quiero ser tuya en todos los sentidos. Quiero que reclames mi virginidad,
que nadie más me toque, sólo tú, Carson. Solo tú—. Lamo mis labios, mi garganta
tan apretada y seca.
—Eres tan jodidamente bonita, Jenny. —Él casi está sobre mí ahora y se
inclina hacia delante para pasar la lengua por la comisura de mis labios.
Pude haber llegado al clímax solo con eso.
Mueve su dura polla contra mi vientre. No puedo evitar jadear.
Él gruñe en aprobación.
—¿Sientes eso?
Solo puedo asentir.
—¿Ves lo que me haces? ¿Ves lo duro que me pones?
Asentí de nuevo, el aliento sale de mi en duros resuellos.
—Dios. Te necesito, Jenny. Se inclina y pasa la lengua por el costado de mi
garganta. ¿Puede sentir cómo salta mi pulso?—. ¿Te sientes bien, cariño?

~47~
—Sí, —le susurro.
—Bien, pero voy a hacerte sentir aún mejor. —Me lame la garganta de
nuevo—. Agárrate a mí. —Levanto mis manos y las coloco sobre sus bíceps,
clavando mis uñas en su carne. Siento su polla deslizarse contra mí.
—Voy a hacerte mía para siempre. —vuelve a arrastrar su lengua por la
columna de mi garganta.
Yo quiero eso también.
Arrastra su polla contra mi vientre. Se vuelve loco en ese momento, lo que
me hace perderme en el instante en que encuentra su placer mientras me da el mío.
Se ve muy satisfecho de lo que ve, a pesar de que sé que ya ha visto cada
centímetro de mí. Empieza en los dedos de mis pies, subiendo por mi cuerpo,
sobre mis piernas, deteniendo su mirada en mi coño, sobre mi vientre, y finalmente
se queda mirando mis pechos. Siento que estoy ardiendo solo por su
mirada. Necesito más de él, –mucho más.
—Eres jodidamente perfecta. —Entonces me mira a la cara, y puedo ver lo
dilatadas que están sus pupilas.
—¿Quieres esto dentro de ti? —Pregunta entre dientes y agarra su polla,
acariciando al monstruo desde la raíz hasta la punta.
No puedo responder, no puedo encontrar mi voz.
—Voy a llenarte, hacerte tomar todo. Voy a poner a mi bebé dentro de ti,
atarte a mi para siempre, entonces seremos uno.
Tal vez sus palabras deberían asustarme, hacerme correr en la otra
dirección. Pero quiero todo lo que él está describiendo y más.
—¿Quieres esto en ti, estirándote, haciéndote gritar de placer? —Dice y miro
hacia abajo a su polla—. ¿Quieres que dispare mi carga en lo más profundo de tu
cuerpo? —Mi boca se seca—. ¿Quieres que rompa esa cereza tuya?
—Oh. Dios, —gimo. Estoy tan preparada para él, y sé que tan pronto como
me reclame no habrá marcha atrás—. Quiero todo eso y más.
Seré suya irrevocablemente.

~48~
~49~
Capítulo 15

Carson

Me estoy volviendo loco haciéndole admitir una y otra vez que quiere
esto. Tal vez en algún lugar en el fondo de mi mente me siento culpable por
tomarla, tal vez incluso con la esperanza de que ella cancelará esto para que no
sienta que la estoy corrompiendo. Ella se merece algo mejor que
un agricultor tosco que es demasiado viejo para ella. Sin embargo, no puedo
detenerme y no puedo dejarla ir, ya no.
—Voy a hacer mi mejor esfuerzo para asegurarme de no lastimarte, Jenny.
Me muevo a su lado, manteniéndola sobre su espalda. Por un momento, me
doy cuenta del hecho de que Jenny finalmente está en mi cama. Que por fin está
aquí y definitivamente ella es mía. Lo guardo en mi memoria. Una imagen en mi
mente que siempre estará ahí. Sus pupilas están dilatadas por el deseo, su cabello
está extendido contra las almohadas, y su cuerpo desnudo bañado por la pálida
luz de la habitación. Lo absorbo todo y sé que mientras viva, nada será tan bueno
como este momento. Nada podrá mejorarlo jamás.
—No podrías lastimarme, Carson. Nunca me dañarías, —susurra, su
confianza en mí es tan completa que puedo sentirlo en sus palabras. Se instala
dentro de mí, calmándome como ninguna otra cosa puede hacerlo.
Muevo mis dedos sobre su cuerpo. Mi mano está oscurecida por años de
trabajo en el campo bajo el sol ardiente. Se ve aún más oscura contra su piel blanca
pálida.
Dejé que mis callosos dedos se deslizaran por su cuello, por sus pechos
hasta su estómago. Me tomo mi tiempo y lo guardo todo en mi memoria. He
querido esto por tanto tiempo, necesito este tiempo. No puedo apresurarlo.
Lentamente me abro camino entre sus piernas, hasta su centro. Dejo que mis
dedos vayan por la parte exterior de su coño. Los labios están húmedos, cubiertos
con su deseo por mí. Su respiración es irregular, incluso más fuerte que la mía,
haciendo eco en la habitación. Con cada resuello su estómago se mueve, y sus

~50~
dedos, que están cavando en mis caderas, se flexionan. Su mirada está pegada a mí,
–mirando todo lo que hago y esperando por más.
Dejé que mis dedos se deslizaran entre los labios de su coño, su deseo
concentrado en ellos. Su suave jadeo de necesidad es música para mis oídos.
—Estás mojada para mí, Jenny.
—Carson, por favor. Deja de torturarme. Te necesito, —llora suavemente, su
cabeza empujando hacia atrás contra la almohada, sus caderas empujando hacia
fuera para tratar de meter mis dedos más profundo. No la dejo. No puedo dejar
que se lastime a sí misma. Necesito hacer esto bien para ella.
—Solo necesito asegurarme de que estés lista para mí, Jenny. Prefiero
cortarme la mano antes que lastimarte, cariño, —le explico, aunque la sensación de
su coño aferrándose a mis dedos y el suave balanceo de sus caderas tratando de
montarme es suficiente para volverme loco.
—Estoy lista, Carson. Te he deseado desde siempre. Te necesito, —susurra,
su mano subiendo para sostener suavemente un lado de mi cara. Presioné mis
labios con los de ella. Un beso suave, porque el amor que siento por esta mujer en
este momento supera incluso mi necesidad. Nuestras lenguas bailan lenta,
intrincadamente y se acarician una a la otra. No se parece a ningún beso que le
haya dado a ninguna mujer, –pero es que nunca he amado a nadie más que a
Jenny.
Cuando nos separamos, me muevo para estar sobre ella. Sus manos agarran
mis bíceps y miro hacia abajo a su mirada suave, esperando que pueda darse
cuenta de cuánto significa para mí.
—Te reclamo, Jenny. Nunca escaparás de mí ahora. A partir de este
momento... eres mía. —Le digo, por la sencilla razón de que puedo.
Posiciono mi pene en su entrada. Nuestras miradas se cruzan entre sí.
—Siempre he sido tuya, —susurra.
—Mantén tu mirada en mí, Jenny. No mires hacia otro lado. Quiero ver tu
expresión mientras tomo tu virginidad, —le ordeno. Mi voz es ronca. La correa
apretada que he mantenido en mi deseo está llegando a un punto de ruptura. Me
está matando ser dulce con ella ahora, pero esta es su primera vez. Se merece esto y
más. Mi trabajo es asegurarme de que siempre esté protegida, que siempre esté
feliz y cuidada, –que sepa lo especial que es.

~51~
Empujo mi polla dentro de ella, tan dolorosamente lento que mis bolas
duelen, sabiendo que estoy destrozando su inocencia. Está jadeando,
sosteniéndome con fuerza, pero su enfoque se dirige hacia mí justo como
quiero. Cada pulgada que presiono dentro de ella es un ejercicio de tortura.
—Joder, cariño. Estás tan condenadamente apretada, —gruño.
Esto lo significa todo. El momento en que la hago mía, el momento que he
soñado durante tanto tiempo.
—Carson... Dios, eres tan grande. No sé si puedo ...
No puedo dejar que tenga tiempo para preocuparse por lo que está
sucediendo. Su cuerpo ya está empezando a tensarse y eso solo hará que las cosas
sean más dolorosas para ella.
—Prometo que te haré sentir bien, cariño. Haré que esto sea tan bueno para
ti que pensarás que estás volando en las estrellas, —le digo y no me importa si
jodidamente me mata. Haré que sea cierto para ella.
Entonces, antes de que pueda entrar en pánico aún más, empujé el resto de
mi pene dentro de ella, reclamando su virginidad y finalmente, –malditamente por
fin–, haciéndola mía.

~52~
Capítulo 16

Virginia

Su cuerpo grande descansa contra el mío, presionándome contra el colchón,


enviando una sensación encantadora y pesada que me recorre. Carson es tan
musculoso, tan monumental y pesado que siento que el aliento me abandona. La
carne masculina caliente y dura se amolda a mí, haciendo que la dulce anticipación
de la liberación esté a un paso de distancia.
—Te sientes tan jodidamente increíble, cariño. —enrosca sus dedos
alrededor de mis brazos.
—Tan bueno. Lo estás haciendo muy bien, —besa mi cabeza y continúa
empujándose dentro y fuera de mí.
La sensación de estiramiento y ardor es intensa, pero cuando está
completamente dentro de mí, suspiro de placer satisfecho. La sensación de estar
completamente llena por el hombre que amo es impresionante, y luego, cuando
toma mi cara con ambas manos y me besa posesivamente, siento que mi coño
aprieta a su alrededor.
—Jenny..., —dice en voz baja, pero con dureza, y comienza a moverse hacia
adelante y hacia atrás, lento y suave al principio. Cada vez que llega a la entrada
de mi cuerpo, la ancha cabeza de su polla estira mis músculos no utilizados
mientras empuja dentro de mí otra vez. Lo hace una y otra vez hasta que estoy
sudando y respirando con dificultad. Con cada pulgada que hunde en mí, me
siento reclamada.
—Muy bien, cariño. —Se inclina un poco hacia atrás y para ver como entra y
sale de mí—. Eres mía. Este dulce y virgen coño solo será mío. Te reclamé, tomé tu
inocencia, y estoy moldeando tu coñito apretado para que se ajuste a mi polla. Sólo
mío. Nunca te dejaré ir ahora. —Empuja hacia mí.
Una y otra vez lo hace, empujes lentos y fáciles que me obligan a levantar las
caderas con la esperanza de que vaya más rápido.

~53~
—Cristo, —dice Carson con aspereza. Se empuja hacia arriba, apoyándose
sobre su trasero, y se agarra a mis muslos internos. Empuja mis piernas más y mira
hacia abajo, donde su polla está alojada en mi cuerpo—. Tan jodidamente perfecto,
—murmura para sí mismo. Coloca su pulgar en mi clítoris y frota el manojo de
nervios hacia adelante y hacia atrás, una y otra vez.
Luces parpadean ante mis ojos mientras mi orgasmo me reclama. Carson no
se detiene. Empuja dentro y fuera de mí, llevando mi clímax a lo más alto y luego
manteniéndolo allí hasta que no pueda respirar. Lo miro, viendo la expresión
salvaje e indomable en su rostro.
Antes de que pueda pensar con claridad, Carson se mueve sobre su espalda,
su polla todavía enterrada profundamente en mi cuerpo, y me coloca encima de su
cuerpo, a horcajadas sobre él. Sus manos están en mi cintura y me levanta,
causando que su polla casi se salga. Todo lo que puedo hacer es apoyarme con las
manos en su pecho mientras me folla en esta nueva posición.
Gime de placer y los sonidos que hace solo aumentan de volumen a medida
que pasan los segundos. Sé que está cerca. Me presiono con fuerza sobre él y
muevo mi coño contra su pelvis. Estoy tan sensible, dolorida incluso, pero no voy a
detener esto. No puedo Lo quiero demasiado, quiero esto demasiado mal.
—Sí. Joder, nena. Aprieta su agarre en mi cintura mientras tomo el control y
lo monto. Me muevo arriba y abajo, hundiéndome más y más rápido en su polla
hasta que estoy completamente mareada.
Voy a correrme de nuevo.
En el siguiente golpe hacia abajo, presiono mi clítoris contra él. La explosión
dentro de mí rivaliza con la anterior. Echo la cabeza hacia atrás y grito mientras mi
coño se traba a su polla. Carson me clava las yemas de sus dedos y su bajo gruñido
animal indica que ha encontrado su propia liberación.
La sensación de él creciendo más duro, más grueso dentro de mí me tiene
jadeando. Me empujo sobre él más rápido. Entonces entra en mí, llenándome con
su semilla. Me encanta sentirlo entrar en lo más hondo de mí. No puedo evitar
esperar quedar embarazada de su bebé. Puedo ver esa misma necesidad en sus
ojos, también. Los dos queremos esto, incluso si es una locura.
Colapso contra su pecho, nuestra piel sudorosa y nuestra respiración
ruidosa en la habitación, por lo demás silenciosa. Él me rodea con sus brazos y
juntos rodó a nuestro lado, uno frente al otro. La gran longitud de su polla todavía
está enterrada dentro de mí, y los espasmos de placer continúan moviéndose a

~54~
través de mí. Cierro los ojos y apoyo mi frente en su húmedo pecho, amando el
sonido de su acelerado corazón.
No puedo creer que hayamos hecho eso. No puedo creer que Carson
sea realmente mío.
Me besa en la frente otra vez, y amo esta dulzura en él.
—Nunca he amado a nadie como te amo.
Sonrío.
—Yo también te amo.

~55~
Capítulo 17

Carson

Un año después

Miro mi rancho con orgullo. Siempre he sido parte de esta tierra, pero desde
que tengo a Jenny a mi lado hay una paz dentro de mí que nunca pensé que
existiera. Aquí es donde se supone que debo estar. Esta es la vida que se supone
que debo vivir. Esta tierra y Jenny, –sobre todo Jenny–, son la razón por la que me
pusieron en este mundo. La razón por la que respiro.
Hemos estado juntos un año y cada día que pasa me enamoro más de
ella. La única mancha oscura en nuestra vida es el hecho de que Jenny aún no ha
quedado embarazada. No es que sea por falta de intentos. La follo cada maldita
oportunidad que tengo. No la dejo descansar por la noche.
Sin embargo, ambos estamos esperanzados. Ella tiene más de un mes de
retraso en este momento. Hicimos una prueba de embarazo casera hace un par de
días y salió positiva. La expresión de su rostro cuando vio los resultados hizo que
mi corazón se hinchara de amor y orgullo. Ella quiere un hijo mío tanto como
quiero darle uno.
La llevaré a la ciudad mañana al médico. Encontramos una obstetra
femenina con buena reputación. Quiero que ella tenga lo mejor, pero también soy
un puto bastardo que no quiere que otro hombre mire lo que es mío. Jenny me
pertenece. Su cuerpo es mío y nadie más echará un vistazo a su pequeño y dulce
coño sino yo. Demonios, soy un bastardo celoso. Ni siquiera quiero que una
doctora la toque, pero puedo lidiar con eso más que si fuera un hombre.
Estaciono mi tractor en el cobertizo y lo cierro para la noche. Me voy un
poco temprano, pero, desde que Jenny se mudó, lo hago todas las noches. No hay
un segundo que no quiera pasar con ella. Miro la alianza en mi dedo, y el oro brilla
bajo el sol de la tarde. Me casé con ella el día después de tomar su virginidad. No
quería que nuestro hijo naciera fuera del matrimonio. Puede ser una idea pasada
de moda, pero así es como soy.

~56~
—Jenny, ya estoy en casa, —llamo mientras camino por la puerta
principal. De inmediato sé que algo está mal. Usualmente cuando llego a casa ella
está en la cocina preparando la cena y tarareando. Se ha acostumbrado a ser la
mujer de un ranchero como no hubiera creído posible. Ama todo lo relacionado
con ser esposa y ayudarme a trabajar la tierra. Me preocupaba que debería dejarla
ir para tener una vida mejor, y todos los días ella me demuestra que estaba
equivocado. Ella fue hecha para mí. Si existe algo como almas gemelas, entonces
definitivamente Jenny y yo lo somos. Creo que incluso su padre estaría de
acuerdo... después de matarme por tocar a su hija.
Mi ritmo cardíaco se acelera cuando Jenny no me responde. El nuevo SUV
que le compré todavía está en el camino de entrada, así que sé que ella no salió de
la casa.
—¡Jenny! —Grito nuevamente, mientras el miedo comienza a asentarse. La
granja es remota. Le hice prometer que mantendría las puertas cerradas y que
nunca dejaría entrar a un extraño, pero ella sale a sentarse en el porche y trabaja en
el patio durante el día. ¿Qué pasa si alguien la agarra?
¿Qué pasa si alguien la lastima?
Diferentes escenarios siguen parpadeando en mi mente, alimentando mi
miedo y pánico. Si algo le sucediera a Jenny, no querría vivir. No podría, no sin
ella. Yo la necesito...
Todo pensamiento se detiene cuando llego a nuestra habitación
principal. No veo a Jenny, pero la escucho.
Y ella está llorando.
Sigo los sonidos hacia el baño principal. Jenny está acurrucada en la esquina
de la ducha, el agua cae sobre ella y llora con tanta fuerza que su cuerpo tiembla
con los sollozos. Abro la puerta de vidrio de la ducha y el agua fría me golpea de
inmediato. Miro la esfera y, a pesar de que está girada a la posición caliente, el
agua está gélida, –lo que significa que mi Jenny ha estado así por un largo tiempo.
Cierro el agua, y no creo que Jenny incluso haya registrado que yo estaba
aquí, hasta ese momento. Pero cuando el agua deja de correr, me mira y la
desesperanza y las lágrimas en su rostro provocan que un dolor físico me recorra.
—¿Que pasa cariño? Háblame, —le digo suavemente. Agarro una toalla y la
envuelvo suavemente. Ella solo se queda allí mirándome, parpadeando más allá de
las lágrimas que brotan de sus ojos. Su cuerpo se estremece por la fuerza de sus

~57~
lágrimas y el agua helada—. ¿Jenny? —Pregunto nuevamente, mi voz ronca
porque me estoy ahogando con mi miedo.
—¡Carson! —Llora, pero no dice nada más. Un escalofrío recorre su cuerpo
y la estrecho entre mis brazos, sintiendo lo frío que está su cuerpo.
La aferro contra mí, abrazándola como el precioso regalo que es, y la llevo
de vuelta al dormitorio. Ella está demasiado disgustada y débil para mantenerse
de pie, así que la siento en la cama y la seco. Lo hago rápido, con la única intención
de quitarle el exceso de agua y calentarla. Una vez hecho eso, aparto las sábanas en
la cama, me quito la ropa rápidamente y luego la abrigo, llevándonos a los dos
debajo de las cubiertas y dándole calor corporal.
Jenny es como una muñeca de trapo a través de todo esto. Me deja hacer lo
que quiero, y aunque el sonido de sus lágrimas y la fuerza de los sollozos se han
calmado, todavía está llorando. Cada lágrima se siente como si me cortara el
corazón. La envuelvo, dejándola absorber el calor de mi cuerpo y besando la parte
superior de la cabeza, susurrándole palabras suaves y sin sentido. Palabras que no
tienen acierto o razón. Solo están destinadas a consolarla, –a calmarla.
No sé cuánto tiempo estamos así, para ser honesto. Podría haber sido media
hora o incluso una hora o más. Finalmente, deja de llorar, y le beso un lado de la
cara. Su mano se envuelve alrededor de la mía más grande, que descansa en la
base de su cuello. Tengo mis dedos en el punto de su pulso, el ritmo me asegura
que está bien incluso si está molesta. Lo que sea que esté mal, lo arreglaré, pero
solo necesito saber que ella está aquí... Su pulso es fuerte... Está bien, –al menos
físicamente.
—Háblame, Jenny. Déjame arreglar lo que esté mal, —le susurro al oído,
colocando un suave beso contra su oreja.
—Necesito levantarme, —dice, su cuerpo se tensa contra mí como nunca
antes. Trata de alejarse de mí, pero me mantengo firme, –tercamente negándome a
dejarla ir.
—No, no lo hagas, cariño. No hasta que me digas lo que está pasando para
que pueda arreglarlo.
—Algunas cosas incluso tú, no puedes arreglarlas, Carson.
—¡Tonterías! —gruñí. Por Dios, Jenny debería saber que moveré cielo y
tierra para asegurarme de que ella es feliz.

~58~
—¡Déjame levantarme! —Llora, empujando contra mi cuerpo con más
fuerza.
—Jenny…
—¡Empecé mi periodo, Carson! —grita cuando logra separarse. Nos
quedamos allí contemplándonos el uno al otro, nuestras miradas bloqueadas. La
mío en shock y la de ella una mezcla de pesar y dolor.
—Jenny, nosotros podemos probar…
—Por favor no, —susurra—. Te amo, Carson, pero por favor no me digas
que podemos intentarlo de nuevo. Solo no me digas eso, no ahora. Simplemente no
puedo escuchar eso, —dice con voz entrecortada. Se desliza fuera de la cama, sus
brazos envolviendo la parte superior de su cuerpo como una armadura mientras
camina de regreso al baño... dejándome allí sintiéndome impotente.
—Hay otras opciones, amor. —No me muevo de mi lugar, dándole
espacio. Ella lo necesita, está claro, a pesar de que me consume tener que estar lejos
—. Adopción, tratamientos de fertilidad…
—Lo sé —dice y me mira—. Sólo dame un poco de espacio, ¿de acuerdo? —
sonríe, pero parece forzado, débil—. Simplemente necesito estar sola en este
momento.
Y tan difícil como es para mí levantarme y dejarla allí, haría cualquier cosa
por Jenny, incluso si es como un cuchillo atravesara mi corazón.

~59~
Capítulo 18

Virginia

—Jenny, tenemos que hablar, —dice Carson.


Miro hacia el espejo del baño y lo veo en el reflejo. Me dio el espacio que
necesitaba, aunque fue solo por un corto tiempo. Carson no es alguien que se
mantenga al margen. Es una de las cosas que amo de él. Es un hombre obstinado,
pero sabe lo que quiere y siempre pretende solucionar un problema.
Pero algunas cosas simplemente no se pueden arreglar.
Está de pie junto a la puerta del baño. Se puso los vaqueros, la parte
superior desabrochada y los pies desnudos. No tiene la camisa puesta y su cabello
está despeinado. Es hermoso, absolutamente hermoso. Podría tener a cualquier mujer
que quisiera, y me eligió a mí. Pero eso fue antes, cuando pensaba que podía darle
bebés. Con cada mes que pasa, la esperanza dentro de mí se desvanece. Carson
nunca ha dicho nada; él nunca me hace sentir mal por el hecho de que todavía no
he quedado embarazada, –pero lo sé.
Si no lo hacía antes, definitivamente ahora lo sé. Cuando pasó un mes sin
que me bajara el período y me hice esa prueba de embarazo casera... Sus ojos se
iluminaron. Estaba muy feliz. Gritó, me cargó y... Dios. Duele incluso ahora pensar
en ese día. Me siento como un completo fracaso. Siento que le estoy fallando a
Carson. Peor. Siento que soy un obstáculo para lo único que él quiere más que
nada en el mundo. Una familia.
Un falso positivo. Podría maldecir esa pequeña barrita de embarazo por
darme esperanza. Por darnos esperanza.
—No creo que haya nada que decir, —susurro, lavándome la cara, sin
querer hablar de ello. Hablar de eso solo me disgustaba. Antes me sentía triste,
pero ahora solo estoy... malditamente enojada.
—Y joder, que no lo hay. Estás disgustada.

~60~
—Nada de lo que digas lo hará mejor, Carson. No siempre se puede arreglar
todo.
—Cariño. Solo ha pasado…
—Ha pasado más de un año, Carson. Es hora de enfrentar los hechos. No
puedo quedar embarazada.
—Tú no sabes eso. Además, si hay un problema...
—Creo que está bastante claro que hay un problema, Carson, —respondo,
de repente me siento muy cansada.
—Podría ser yo. ¿Alguna vez pensaste en eso, Jenny?
—No hay forma de que seas tú, Carson. Eres demasiado viril y...
Dejo de hablar, porque no tengo las respuestas. La verdad es que podría ser
él. El hecho de que sea el hombre más viril que he conocido, no significa que pueda
engendrar un pueblo entero de bebés. Pero al final, no importa. Ya sea él o yo, el
hecho es que no hemos podido engendrar.
—Sé que fuiste a la universidad, pero no me di cuenta de que eras médico.
—Deja de ser un listillo, —murmuro, y finalmente volteo a verlo, porque
está claro que no va a dejarlo pasar. Anudo la bata que me había puesto antes y
dejo que mis manos jueguen con la banda.
—Entonces deja de tratar de excluirme. Sé que estás decepcionada, cariño...
—No trates de fingir que tú no, Carson. Estuve allí el día que hice esa
prueba. Estabas en el séptimo cielo.
—Maldita sea, por supuesto que estoy decepcionado, —gruñe y el dolor que
me recorre ante sus palabras es casi insoportable.
Me apoyo en el lavabo porque es un golpe que puede ponerme de rodillas.
—Carson, creo que es hora de que hablemos de la separación. —Estoy llena
en emociones en este momento, diciendo cosas que no estoy segura de querer
decir. Tal vez quiero que experimente el dolor que siento, aunque estoy convencida
de que lo hace. Él simplemente lo oculta mucho mejor que yo. Lo amo con todo mi
corazón, pero no quiero ser la razón por la que se contenga.
—¿De qué coño estás hablando? —Gruñe y yo salto ante la ira que impregna
su voz.

~61~
—No puedo ser lo que necesitas, Carson. No puedo darte lo que necesitas. Y
te mereces una familia, una grande. No quiero ser la razón por la que estés en un
matrimonio sin hijos. No puedo manejar eso —exhalo, las palabras me duelen tan
condenadamente mucho. No quiero decirlas, pero las tengo que dejar salir. Quiero
que sepa que no está atrapado conmigo—. Creo que es mejor si simplemente... nos
separamos, —susurro, ahogándome con las palabras, mientras mi corazón se
rompe. Mantengo mi cabeza baja, tratando de controlar mis emociones, porque
siento que me estoy muriendo.
—¿Qué diablos, Jenny? —Carson refunfuña de repente justo frente a mí. Sus
manos agarran mis caderas, la presión magullándome.
—Carson, —jadeo, la rabia en su rostro es como algo que nunca antes haya
visto en él. Mi corazón aporrea contra mi pecho.
—¿Es así de fácil para ti? ¿Puedes tirarme como basura de ayer sólo así? —
Grita.
—Yo... ¡No! Carson, ¡nada de esto es fácil para mí! Te amo.
—¿Entonces en qué mierda estás pensando?
—¡Estoy pensando en ti! Estoy tratando de darte lo que quieres. —La última
parte sale de mí en un susurro.
—Deseo que me expliques cómo demonios abandonándome lograrás
eso. Eres mi maldito mundo.
—Quieres un bebé. Quieres una familia. Herederos a los cuales dejar esta
tierra. ¡Has dicho eso desde que te conozco! —Grito, la ira me saca de mi miseria
como ninguna otra cosa podría hacerlo.
—¿No escuchas malditamente cuando hablo, Jenny? ¿No me has escuchado
durante el año pasado cuando te dije que me has dado el mundo? Mientras te
tenga a ti, no necesito otra maldita cosa. Tú lo eres todo para mí, Jenny. Siempre lo
has sido. Te amo. —Dice la última parte con tanta emoción que siento ganas de
llorar.
—También te amo demasiado, —lloro—. Sólo quiero que seas feliz.
Hubiera pensado que no me quedaban lágrimas, pero estoy equivocada,
porque ahora estoy llorando a lágrima viva.
—Jenny…

~62~
—Necesito que seas feliz, Carson. Eso es todo lo que quiero, —le dije entre
lágrimas y respiraciones temblorosas.
Esta mañana estaba tan feliz... Y ahora parece que mi mundo está por
terminar.
—Si no estoy contigo, no soy feliz, —dice y me acaricia la mejilla—. Si no te
tengo a mi lado, no hay razón para seguir respirando.
Y sé que lo dice en serio, porque me siento del mismo modo.

~63~
Capítulo 19

Carson

—Nena, mírame, —le digo a Jenny, mi cuerpo temblando de miedo.


No tengo temor de admitirlo. La idea de Jenny dejándome me asusta
jodidamente mucho. Ella es mi mundo.
Coloqué mi mano debajo de su barbilla, y presioné para que levantara la cabeza
y me mirara.
—Carson, —susurra, sus hermosos ojos brillando con lágrimas.
—Si no te tengo, Jenny, nada más significa una maldita cosa, —le digo en voz
baja.
—Quieres un bebé... —susurra.
—Te quiero a ti, Jenny. Si alguna vez llegara a tener que elegirte a ti o a esta
maldita tierra, te elegiría a ti, cada maldita vez.
—Pero…
—Quería un bebé que te atara a mí. Una parte de nosotros dos que siempre nos
conectaría, Jenny. Soy un bastardo egoísta y lo quería ya que así nunca pensarías
en abandonarme. Y no me malinterpretes. Ver a un bebé que creamos mirándome,
sabiendo que lo hicimos juntos, me llenaría de orgullo, lo he estado estado
anhelando. Pero, cariño, tienes que saber que lo único que necesito en este mundo
para ser feliz... es a ti. Te amo, —le digo, mi voz espesa.
—Carson, estás llorando, —susurra, sorprendida. Sus dedos suben y me rozan
la cara. Está en lo correcto. Estoy llorando. Incluso pensar en un mundo sin Jenny a
mi lado... me acojona.
—No me dejes, Jenny. No me dejes nunca.
—¿Es eso realmente lo que pensaste? ¿Que un bebé me ataría a ti?, —Pregunta
con una respiración profunda, su pulgar acariciando mi rostro.

~64~
—Lo haría. Querrías que tu hijo tenga a ambos padres. Tú siempre…
Jenny acerca sus labios a los míos, así que dejo de hablar. Es más que efectivo y
le devuelvo el beso, mis manos se posan a cada lado de su rostro, mis labios
saquean los suyos, lenta pero intensamente, tratando de mostrarle sin palabras
cuán profundamente la amo.
—Carson, eres dueño de mi corazón. Eres parte de mí. Nunca te abandonaría,
—dice cuando nos separamos.
—Jenny, me acabas de decir que querías separarte, —le digo, tomando control
de mis emociones ahora que está claro que Jenny todavía me ama.
—Solo por ti, Carson. Entonces, podrías encontrar a alguien que pudiera darte
un hijo, —responde, mirando hacia abajo y tropezando con las palabras.
—Iremos al médico mañana para que nos haga una revisión, —decido.
—Pero…
—Y necesito que te preguntes algo, Jenny.
—¿Qué cosa? —responde, mirándome interrogante.
—Si yo soy la razón por la que no podamos tener un hijo, ¿me
dejarías? ¿Encontrarías a otro hombre que te diera lo que yo no puedo?
—¿Qué? Por supuesto no. No quiero a nadie más que a ti. Yo...
—Y eso es exactamente lo que siento por ti, Jenny. Eres todo para mí.
—Fui estúpida, —susurra, su rostro palidece, y trata de evitar mi mirada.
—No lo fuiste. Estabas sufriendo. Pero lo que no entiendes es que cuando
sufres, yo también sufro. Sea lo que sea que nos depare la vida, Jenny, tenemos que
enfrentarlo juntos.
—Te amo, Carson, —susurra y finalmente el miedo con el que he estado
manejando se va.
—Deberías probármelo —refunfuño, levantándola y llevándola de regreso
a nuestra cama.
—Pero, Carson. Estoy con mi periodo…
—No me importa. Ambos necesitamos esto. Necesito saber que todavía eres
mía, —le digo, acostándola en la cama. Desabrocho mis pantalones y mi polla salta
hacia fuera, ya está dura y se inclina hacia Jenny y sus hermosos labios carnosos.

~65~
—Siempre seré tuya, —susurra, justo antes de llevarme a su boca. Cierro los
ojos y dejo que esas palabras se asienten dentro de mi corazón... dentro de
mi maldita alma.

~66~
Capítulo 20

Virginia

Estoy retorciéndome las manos y mirando alrededor de la sala de examen,


tratando de calmar mi respiración. No sé por qué estoy tan nerviosa. Carson tiene
razón. Nos tenemos el uno al otro y eso es todo lo que necesitamos. Siempre
podríamos adoptar un niño. Pase lo que pase, mientras estemos juntos está bien.
Sigo repitiéndome eso y realmente lo creo. Pero al mismo tiempo tengo miedo
de lo que la doctora nos diga. Ella hizo un examen inicial y extrajo un poco de
sangre. Eso fue hace más de treinta minutos y aún no ha regresado. Estaba
preocupada por no tener un hijo, pero ¿y si algo está mal con mi salud? Qué si…
—Jenny, detente, —dice Carson, su voz tierna y suave mientras extiende su
mano sobre la mía—. Todo va a estar bien.
—Lo sé. Sólo estoy preocupada.
—No hay razón para estarlo, cariño. Ya hemos hablado de esto.
—Lo sé, Carson. De verdad. Ni siquiera sé por qué...
—Lo siento, señora Haynes. Tuve una emergencia con una paciente, —dice la
doctora, volviendo a la habitación. Carson aprieta mi mano tranquilizadoramente
y me acurruco en su costado mientras la especialista camina alrededor de su
escritorio para sentarse y mirarnos.
—Está bien, doctora. Espero que todo esté bien.
—Oh, todo está bien. Solo necesitaba tranquilizar a una paciente que está a
punto de convertirse en madre por primera vez. Ahora bien, le he prescrito
algunas vitaminas y durante los próximos meses quiero que se lo tome con calma.
Asegúrese…
—Lo siento, doctora. Siento que nos estamos perdiendo algo aquí. ¿Hay algún
problema con mi esposa? —Pregunta Carson.
—¿Qué? ¡Oh! ¿Ustedes no lo saben? Le pedí al doctor Moore que viniera y les
dijera los resultados.

~67~
—¿Qué resultados? —Pregunto, antes de que Carson lo haga—. ¿Estoy
enferma? ¿Podemos tener hijos?
—Está perfectamente sana, ambos. Aunque puede que comience a
experimentar algunas náuseas en las próximas semanas...
Siento que todo en mí se congela. ¿Acabo de escucharla correctamente?
—¿Puede decirnos qué demonios significa eso? —Gruñe Carson, su paciencia
llegando al final.
—Oh lo siento. He hecho un lío de esto. No hay nada malo con su esposa,
excepto que está embarazada.
El silencio se extiende entre nosotros, y miro a Carson, no estoy segura si
escuché a la doctora correctamente.
—Estoy... ¿embarazada?
—Según nuestra estimación, señora Haynes, tiene dos meses de embarazo.
—Pero no puedo ser, —le digo, la confusión es clara en mi voz. Entonces
empiezo a llorar. Grandes, húmedas y atropelladas lágrimas.
—Pero lo estás.
—¿Tal vez debería asegurarse de tener el archivo correcto? Mi esposa comenzó
su período ayer y estamos aquí porque...
—Les aseguro a los dos, que tengo el archivo correcto. Entiendo lo estresante
que esto debe haber sido para usted, pero está muy embarazada.
—Pero el sangrado... —susurro, temerosa de dejar que la esperanza dentro de
mí corra completamente libre.
—A veces sucede, pero usted misma me dijo que hoy casi se ha detenido. Es
algo que observaremos detenidamente, y una de las razones por las que quiero que
se lo tome con calma durante los próximos meses. Pero a veces esto sucede, una
vez tuve una paciente que llegó embarazada de cinco meses y no tenía idea porque
tenía un período mensualmente normal. —Nos sonríe y puedo ver que intenta
tranquilizarnos—. Pero debido a que tuvo un sangrado, voy a programar un
ultrasonido para asegurarnos de que todo está bien.
—No puedo creerlo, —susurro y Carson me levanta de la silla y me acerca a su
regazo. Debería reñirle, porque estamos en un consultorio médico, pero la verdad
es que no me importa. Quiero estar en su regazo. Quiero estar cerca de él ahora
mismo. Necesito sus brazos a mi alrededor.

~68~
—Jenny... —susurra, su cara acariciando la mía suavemente. Lo miro a los ojos
y están brillantes con lágrimas no derramadas. Él está sonriendo.
—Estoy embarazada.
—Estás embarazada, —repite.
—Voy a tener a tu bebé, —le susurro, la realidad finalmente se instala dentro de
mí.
—Vas a tener a nuestro bebé, —me corrige.
—Te amo, Carson, —le digo a través de mis lágrimas.
—Y yo te amo, Jenny, —me tranquiliza y cuando me besa, me pierdo en
nuestro beso. Supongo que ambos lo hacemos, porque ninguno de nosotros nota
que la doctora se está yendo del consultorio.
Nos separamos unos minutos después y Carson me pone la mano en el
abdomen. Coloco la mía sobre la suya y cierro los ojos.
—Desde que tengo memoria, Carson, quería ser tu esposa y tener tus bebés.
—Jenny…
—Gracias por hacer mis sueños realidad, Carson. Gracias por amarme.
—Yo soy el que debería agradecerte, cariño. Me has dado el mundo, —susurra,
besándome de nuevo.
No discuto con él, pero está equivocado. Él es quien me ha dado el mundo. Me
dio una familia.

~69~
Epílogo 1

Carson

La sala está silenciosa, oscura, y lo único en lo que puedo enfocarme es en el


sonido de la especialista en ultrasonido que está trabajando en la máquina. Ella
comienza a poner gel en el vientre de Jenny, y miro el monitor frente a nosotros, mi
corazón en la garganta, mis palmas sudando. Aprieto la mano de Jenny y ella me
devuelve el apretón.
Y luego el técnico comienza la ecografía y estoy impresionado por lo que
veo. Todavía no se parece mucho a un bebé, pero veo las extremidades, la cabeza y
un cuerpo pequeño. Se parece más a un alienígena, pero demonios, ese es mi
alienígena y el de Jenny que está creciendo dentro de ella.
Estrujo la mano de Jenny y la miro. Ella está observando el monitor, una
expresión de sorpresa en su rostro, sus ojos muy abiertos y lágrimas brillando
en ellos.
Dios, amo tanto a esta mujer.
Y luego escuchamos el sonido rítmico de un pequeño latido de corazón. Es
rápido para algo tan pequeño.
—Ese es nuestro bebé, Jenny.
Ella ríe, un sonido acuoso, y puedo sentir su felicidad atravesarme a mí.
No puedo evitar ahuecar su cara y besarla. Me importa una mierda si el técnico
nos está viendo. Quiero que el mundo sepa cuán delirantemente feliz estoy.
Una vez que el técnico imprime algunas fotos para nosotros, y limpia a Jenny,
nos deja solos en la habitación. Pongo ambas manos a cada lado de su rostro y me
inclino para besarla.
Retrocedo y miro fijamente a mi esposa, mi alma gemela... mi Jenny.
—Te amo cariño.
Ella sonríe a cambio.
—Te amo también.

~70~
Dios, lo que siento por Jenny crece todos los días, y sé que no se detendrá. Sé
que amaré a esta mujer hasta que el sol deje de ponerse y levantarse.
Y joder, es la mejor sensación del mundo.

~71~
Epílogo 2

Carson

Estoy viviendo mi sueño. Sin amor, familia y felicidad la vida no tendría


sentido. Soy el hombre más malditamente afortunado del mundo.
El sonido del fuego crepitando en el hogar, y el brillo de las llamas hace que la
habitación parezca relajada, reconfortante. Acerco a Jenny hacia mí y entierro mi
cara en la caída de su largo y suave cabello. Deslizo mi brazo alrededor de ella y
extiendo mi palma abierta sobre su vientre. Ella está grande y redonda con nuestro
segundo hijo. Después de que tuvimos nuestro primer bebé, una pequeña niña,
pensamos que sería otro viaje para lograr que quedara embarazada otra vez. Pero
los dos nos sorprendimos cuando se quedó embarazada con bastante facilidad. No
habíamos estado intentándolo, y como ella estaba amamantando y no había tenido
su período, no sabíamos que estaba embarazada. Pero para nuestra total sorpresa y
euforia descubrimos que llevaba a nuestro pequeño.
Un hijo y una hija. Una esposa y alma gemela. Estoy viviendo un maldito
sueño.
Miro hacia abajo a Jenny. Ella siempre será mía, no importa qué. Comienzo a
frotar su vientre y siento que el bebé me patea. Dios, me encanta esto. Acaricio su
vientre una vez más, y mi pequeño niño patea de nuevo.
—¿Crees que puedes manejar a un niño, Jenny?
—Si él es tan salvaje como tú, tal vez no, —dice y se ríe—. Pero si puedo
manejarte a ti, puedo manejar cualquier cosa.
Me muevo en el sofá y la pongo en mi regazo de manera de poder besarla. La
miro fijamente a la cara.
—Si pudiera casarme contigo de nuevo, lo haría.
Esta mujer y mis hijos son la razón por la que vivo, son la razón por la que
trabajo tan duro. Quiero que no les falte nada.
Ella se inclina hacia adelante y me besa suavemente.

~72~
—¿Todavía te hago feliz? —me sonríe.
—Siempre.
La atraigo y la abrazo, simplemente manteniéndola cerca. Esto es vida... y por
lo que vale la pena vivirla.

Fin.

~73~

You might also like