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2INTRODUCCION

Durante los años noventa, el Estado Peruano realizó un esfuerzo sostenido por promover el libre
mercado en el país, reduciendo substantivamente su propia participación en la economía. De este
modo, el gobierno de Fujimori desarrolló con amplitud un proceso que incluyó diversas medidas:
la privatización de las grandes empresas públicas, la anulación de todo tipo de control de precios y
la liberación de las leyes para la circulación y repatriación del capital. Así, la década del noventa
será recordada como el mayor esfuerzo realizado en el siglo XX para reducir la participación del
Estado en la economía, liberando al mercado para que opere de acuerdo a sus propias reglas. Sin
embargo, pasada la experiencia, se constata que el mercado peruano dispone de escasa libertad;
por el contrario, se halla firmemente controlado por un pequeño número de grandes empresas
muy concentradas y con amplio dominio de su posición. Sucede que los mercados pequeños con
fuertes tradiciones monopólicas, como es el caso peruano, en forma espontánea se orientan hacia
la concentración del capital.
Por otro lado, las grandes empresas controlan el mercado peruano en la medida que abastecen la
mayor parte de los bienes masivos sin mayor competencia. Las dimensiones del mercado
desalientan la introducción de nuevos grandes agentes económicos, otorgando amplia ventaja a
las empresas ya establecidas. Debido a ello, cuando una gran empresa nueva quiere introducirse al
mercado peruano, pues compra una empresa existente y se asienta sobre su posición anterior. Por
ejemplo, durante los años noventa, el grueso del mercado del pan de molde fue monopolizado por
“Pan Bimbo”, empresa de origen mexicano, al comprar a “Pan P y c”, industria peruana que
disponía de un virtual
monopolio. Esas grandes empresas imponen el precio, ya que dominan por completo un rubro
económico. No se trata de un ejemplo atípico; por el contrario, es más regular de lo que pareciera
a primera vista. Otro ejemplo en ese mismo sentido es el control del mercado de la cerveza,
íntegramente en manos de la Backus y Johnston, después de las fusiones de los noventa. Así, el
análisis de muchos bienes de consumo masivo conduce a empresas monopólicas que controlan el
rubro en forma casi completa. Estas empresas dominan el mercado y emplean funcionalmente
cadenas de individuos, firmas pequeñas o medianas que les proveen de materias Hoy en día, las
políticas económicas de los diversos países que conforman la comunidad internacional se orientan
hacia el desarrollo de las empresas nacionales, para que capturen nuevos mercados en un
contexto de libre competencia. A fin de enfrentar este desafío, el sector productivo peruano
necesita tener parámetros de excelencia: la frase "Hecho en el Perú" debe ser sinónimo
de calidad. Pero ya no la calidad que el Estado o el gobierno escogen como "la mejor" sino aquella
que es premiado por los consumidores. La "calidad peruana" debe ser producto de la elección de
los peruanos y de nuestra capacidad para escoger lo mejor.

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