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19.

POSIBILIDADESY PETIGROSDE t+
UTILTZACIÓNDEL N{ÉTODOMATEMATICO
EN ECONOMfA*

M. Allai.s

Esrn ensayo se propone reseñar en la medida de lo posible no


sólo las ventajas'inmensas sino también los posibles peligros de,l
errpleo de las maternáticas en economfa. EI estudio fue escrito
y sometido a Eco4cwtetripa antes de que el prof'esor Mor'gpnsteTn ,
enviara al Consejo de la Sociedad Econométrica sus sr.r,gerenciab
< - - -- i --j ._ ,L'. recientes sobre las condiciones que debieran roquerirse para la
elección de los 4iembros de la sociedad, donde subraryaba el p+

(.-F- ¡ * . r * . i- <
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ln ( - . - - - ¡ +- . r
ligro de una orientación pr:ramente abstracta e¡r econo¡r.ía. Este
estudio se ocup4 del mismo problema. Como me escribió uno
de los más emirientes miembros de la Sociedad Economét¡ica,
'2-6 , refiriéndose a este estudio:

Numerosos y notablers estudios se han ooulmdo ya de la apli'


cación de las matEmáticas a las ctrestionés económicas. I¡s au'

ción de las matEmáticas en economía, la econometría parece a


veoes encaminarse ahora por caminos equivocadgt,y sobre este
peligro quisiérarFos insistir en forma particular. Sobre este tilti-
irro p"ntb de vi$ta es útil indicar que el autor de ester artículo
está'fuera de sodpecha, porque en su prqpio pa.ís no ha cesado
* Publicadooriginalmenteen Econom¿trica,vol,22, r;ítto',1, enerode 1954,
pp. 5&71.(Traducciónde EduardoL' Suárez.)
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536 CRfTTCA DE LA ECONOMIA MATEMATICA UTILIZACIÓN DEL METODO MATEMATICO 537
de defender durante dlez años la causa de la aplicación de las El papel de lá ciencia es en efecto simplificar y seleccio
matemáticas en econofhía.l, 2 nar, reducir los hechos a algunos datos esenciales.Toda cien
cia es necesariarn'enteesquemática y aproximativa. Toda ciencia
es un compromiso entre la preocupación de la simplicidad !
QuÉ ¡s tn rcoNorrernfe la pneocupación de la sernejanza. Una gran simplicidad es cómb-
da, p,ero con ella s'e corre el riesgo de no obtener una imagen
Parece existir cierta confusión aun entre aquellos que la opinión suficienternente parecida a los hechos; una semejanza dernasiado
común clasifica como économ,etristas acerca de la naturaleza de aproximada vu'elve el modelo demasiado complejo y pnácticamefi-
la econometrfa. Nos pafece que la mejor definición es la siguien. te inutilizable. Poüemos afirmar entonces qrtea un nivel de apro*i'
te: "La econometrfa tiqne por objeto el estudio de los problemas tmación dado, elrttod"elo aientífícamente pneferible es el qwe resüI'
económicos tanto en el plano d,e la teoría como En el de la apli-
cación, con el mismo espíritu constructivo y ri$uroso emp,leado
e,n las ciencias ffsicas, y con el empleo de los mismos métodos
cuahtitativos, tanto de orden matemático comd estadístico, en
el plano teórico y ernpfrico." Así entendida, la etonometrfa apa-
rece como una d'e las dos p,artes fundamentale$ de la ciencia síntesis en,qüe sQcoloca.
económica; la primera.consagrada al andlisis de los problemas Como lo ha señalado muy bien Emile Meyerson, "Todo fenóme-
y Ia segunda relativa a la descripción da los heohos y las institu. no, aun el más insignificante, es parcialmente inexp,licable. Pür
ciones. So sigue qtc etl el mnrco de esta defínistón no se pu.ed,e más que'conect€rtros'el fenómeno con otros, que lo sustituyamds
ser tm,%orwrrísta cíentlfico sí mo se es pritmero econorrrctrista, por otros cada ,lez más sencillos, cada reducción es una rasga-
pero no se podrfn ser ,*onomista si se es si;mpl'ern:entee&no- dura hecha a !a identidad; en cada una de ellas abandonamos
rietrista. un jirón..."a Podemos decir entonces que lo propio de toda
teoría científica es la elaboración de hipótesis simplificadoras
y DE LA rEonfl
NpcBsrom DELA ABSrRAccróN mediante la eliminación de todas las circunstancias accesoriÉs
y la sola conservación de los caracteres esenciales de Ia realidád.
Está fuera de duda el tnodo de análisis estadístico como medio En efecto, una tqoría es más o menos válida según que esa elec-
de conocimiento, pero existe todavla alguna confusión acerca de ción, en todas lab formas necesarias, sea más o menos buena.
la utilidad y el papel de la abstracción. Estas consideraciones, válidas para toda ciencia, se aplican
naturalm.ente a Ia teoría económica. Para analizar Ia realidad
económica convi,enereducirla a sus caracteres esenciales. Se ob-
tiene,asf un "modelo" cuya construcción puede ser más o menos
afortunada, mas de todos modos es absolutam'enteindíspmsab\e.
Toda teoría ecoqló,micadebe apelar necesariarnente a tal mo-
delo, en una u otra forma, de modo explícito o imp,lícito,y corres.
nonde a las teofías científicas el razonamiento sobre modelos
üien definidos. Como eripresó tan bien Henri Poincaré a propó
sito de la teoría física:

4 Meverson, de France,Pa¡{s,
Idmtité et réalité,PressesUniversitaires
1952.
o.-459.
5 H. L. Poincaré, I'a science et l'hypothése, Flammarion, París' 1927,
p. 179.
538 CRfTICA DE I.A ECONOMfA MATEMATICA UTILIZACIÓN DEL METODO MATEMATICO 539
. Por otra parte, las teorlas mismas están sometidas a la ley de Como si el trabajo de generalización consistiera en encontrar, a
hiérro de los rendimie,ntos decrecientes en el sentido de que posteri.,ori, un sentido plausible a ese discurso incoherente. Ia
cada vez que se desea un grado mayor de aproximación es ne- verdad es que el discurso debe tener r:n se.lrtido en todo mornen-
cesario acsptar teorías cuya comp,lejidad aumrerita mucho más to, o no lo tendrá jamás".e
de prisa que la aproxirnación adicional que vuelven posible. La
settreiortzn perfeta con la r'ealidad. se pagaría aJ costo d'e wta
patnplejidad tal qtue todn, ciencia resiltaría 'por carnpteto im- Le oposrcróN FALsAENTRELA TEoRfAy ¡,1 pnf,cucl
'psible.
. La elección es inevitable y dobemos aceptar la simpli'ficación otro error consistg en oponer la teoría a la práctica. Ebte error
de la nealidad, querámoslo o no, mediante su reducción a las está tan generalizadg qüe eg en efecto :r:n. -procedimiento. muy
relaciones esenciales. Henri Poincaré decía muy bien a pro'pósito eficaz p-ara calificar de "teóricos", adjetivo clara y decisivamente
de.la ffsica: "Cualquie,ra que sea nuestra actividad, lot hectros peyorativo, a qrrienes lo han dejado atrás. Los -teóricos' serfan
son más rápidos que nosotros y no podrlamos atraparlos; mien- "espíritus perdidos en las claridades inciertas de la dialéctica
tras el sabio descubre un h'echo, se producen millones de ellos matem.ática". En realidad, en el plano subjetivo, la verdad es
en un rnilírnetro cúbico de su ctrerpo. Querer contener Ia natura- muy. simple. Como recordaba con malicia DeloEuf en su pequeño
leza dentro de la ciencia equivaldría a querer contener el todo diccionario industrial, un teórico es simpleme.lrte un iñ¿iiiduo
dentro de la parte."o
F^sun error pretender, con la excusa de la objetividad, que Ia
ciencia debería reducirse a la p,ura experiencia. "No, eso es im-
posib,le, equivaldría a desconocer por compüeto el carácter verda-
dero de la ciencia. El sabio debe ordenar; la ciencia se construye
con hechos, como se construye una casa con piedras; pero r¡na
acrrrnu'lación de hechos no es una ciencia, como un montón de
piedras no es una casa." ?
Otros no niegan que los heohos deban ser claslficados y orde-
nados, pero sostienen que el trabajo de abstracción debe hacerse
después. Afirman "que se debe experimentar sin ideas p,recon- Como hemo,s vlsto, es un error la creencia de que se puede,
.cebidas. Pero, eso no es posible. No sólo volverla estéril toda construir la ciencia mediante una simple acumulación de héchos.
exp,eriencia, sino que llovaría a un callejón sin salida. Todos Ese enfoque sólo nos ll,evaría al deiorden. Bouasse recordaba
partimos de nuestra concepción del rnunc{o, de la que no pode-
mos separarnos fácilmente. Por ejemplo, debernos utilizar nues-
tro lenguaje y este no es más que un conjunto de ideas precon'
cebidas y no ptrede ser de otro modo. Sólo que se trata de ideas
preconcebidas inconsciente's, rnil veces más peligrosas que las
otras".8 Desde luego, se puede discutir si un autor es un teórico bueno
Esta concepción de la neutralidad de la experimentasión o de o malo; es de'cir, si sus teorías son útiles o no para la compren-
Ia ob'servación "ha llevado a creer que hay un interés científico sión de los hechos (cierncia p'ura) y para la réalización de los
.eri el ensamb'le de hechos para nada, por el mero placer, en su fines perseguidos por los hombres (ciencia aplicada), pero hay
adverterrcia perezosa y pasiva, en espera de la llegada de un algo que no pode¡nos neg¿rr: no se puede ser científico sin ser
espíritu capaz de dominarlos y someterlos a leyes. Como si una
observación científica no fuese siempre la respuesta a un inte- e H. Bergson,diqcursopronunciadoe¡r la ceremorriadel centenariode
rrogante, precisa o confusa. Como si las ob,se,rvaciones efectua' ClaudeBernarden el Colegiode Francia,el 30 de diciernbrede 1913.
das en forma pasiva, unas después de las otras, fuesen otra cosa _ 10 Augu_steL Detgeuf, Propos d'un confisanr, Editions du Tambourinaire,
París,7957, p.26,
que respuestas deshilvanadas a interrogantes planteados al azar. fl H. Poincaré,La ttaleur de la sci,ence,Ftammarion, lÍI7, p.231.
. o H. L. Poincaré,Scienceet méthade,Fiammarion,f,arls, p. I. _ i12H. Poincaré,Prefacio a su obra sobre los Phér¡orü¡tcs lüs d lc symétrie,
Delagrave,ParÍs, 193!, p. x-v.
? H. L. Poincaré, La scicne et l'hype¡¡¿t", Fla¡nmaribn, Parfs, p. 1ó8. 13 Prefacio a la teorfa de los Sé¿sz:eset Sismographes,Delagrave,Par{s,
'8 lbid., p. 170. 1920,p. xviii.
540 CRITICA DE I"A ECONOMfA MATEMATICA UTILIZACIÓN DEL METODO MATEMATICO 541
Urrl,lnep DEL TNSTRUMENTS
MATEMATTco

Debemos añadir aquí algunas observaciones sobre la utilidad,


aun la necesidad, de la utilización de esa p,rolongación de la
lógica que so'n lás matemáticas. Las matemáticas constituyetl
adoptadas; el segundo e$ el de no saber es'cogerlas hipótesis de uñ instrumento inigualable para probar la coherencia lógica: dé
su esquema lógico dre r+odo que sean en efecto las más sen- una teoría e ilurninar por completo el contenido verdadero. Grá.
cillas Lornpatibles con el gradó de aproximación buscado, y el cias al instrumehto matemático se pueden diseñar de modO
tercero es olvidar que toda teorla busca sólo cierto grado de preciso, con símbolos, las magnitudes que deben intervenir en
aoroximación.
'Eh una teorfa y se p'ueden expresar mediante relaciones las depen
esta perspectiva, y como lo hemos indicado en otra parte,ll dencias qtre según ella existen entre tales magnitudes. De esté
no habría distinción más falsa, por mal comprehdida, que la modo, la formulación matemática hace desapareoer toda incer{i.
famosa oposición entre él espíritu geométrico y el espíritu de fi' dumbre sobr'e el significado de una teoría y mediante el simplé
nurafo segrin la cual el espíritu geométrico car{cteriza a los exarnen de las relaciones postuladas por ella permite saber si laS
esplritus groseros que cfeen en las deducciones de Ia teoría y condiciones en que se funda son excesivas y contradictorias ó
por el contrario lnsufici'entes para determinar una solución vá.
lida. Al traducir rlgurosamente toda teoría en un modelo abstrac.
to, la formulación matemática tiene la ventaja inarpreciab,lede
obligar al esplritg a la reflexión y la precisión. Toda hipótesis'
introducida debe ser necesariamente explícita y justificada. Il
discusión del modelo permite verificar la corrección de los razona-
mientos. Permite descubrir todas las consecuencias de las hipó-
tesis adoptadas y en consecuencia poner por completo en evi.
dencia su contenido lógico.
Algunos autore,b sostienen con algo de precipitación que las
conclusiones extrafdas de todo modelo maternático no hacen
cornprenderlos mejor en el plano del pensamiento,'o para utilizar' sino traducir con fidelidad el contenido de las hipótesis, que lá
Ios'mejor en el plano de la acción.ts formulación matemática carece en realidad de interés. Es pre-
císam:emt.e Io 'mntrarío; porqüe e:sta for,nttul,aciin parmite extraer
con r,elntiva facilldad, de ym auerpo d,e kípótesis, todo su sonte-
xa Véase nuestro esürdio "L¿ róle des mathématiques en économie", Metta nido lógico, €s tl[1,t8constituye un instrumento indis.pensable,
economica, octubre de l/t9. De allí su ventaja capital.
1,6Generalmente, recordaÍios, apelan de cornünuo a esta distinción quie- El desarro,llo cle la teorfa econométrica ha demostrado que
nes carecen por con¡pleto de conocimientos geométricos y cre€n, en conse'
cuencia, poseer el monopolio de la finura; ern lo que demuestran precisa'
Ia utilización del'instrumento matemático, ha permitido obtener
mente no poseer en absoluto tal espíritu. resultados que jamás habrlan podido obteneise sin ella, y la
14 Desd.e este punto d-e vbta, la verdadera división no se establece eritre razón esencial de este éxito consiste precisamente en que €ste
los espíritus geométricos y los espfritus refinados, sino entre los i¡dividuos instnrmento permite esclarecer t,odas las consecuenciasde un
cuerpo de hipótesis.
Agreguemos que al recurrir sólo a conceptos precisos y opera'
tivos, Ia utilización de las matemáticas aclara admirablemente
que toda definición es necesariamente convencional y que las
discusionessobre las definicionescasi no tienen interés.Dernues'
sería preferible que también se careciera de la otra, porque por fina que
sea la intuición puode conducir a graves errores si no sabe corregirse _por
ei rigor, y nada'es peor que ei afoyo que puede riarse a premisás
-quienes falsas
co'n la reótitud geoniétrica- del raáonamiénto, mientras que no tie'
nen r1! el espíritu de geometrfa ni el espíritu de finura no pueden engañar
.a nadie.
5+2 CRfTICA DE I,\ ECONOMIA MATEMATICA UTILIZACIÓN DEL METODO MATEMATICO 543

tados, relaciones que constituyen el único objetivo verdadero de F,t uooo DE pBNSAMTENTo IJTERARTo ' t
toda teorÍa reahmente científica.
Por e,jemplo, tratándose dei ahorro y la inversión, se requiere Es absolutamente esencial señalar que el verbalismo, la insufi-
cierto número de conceptos cuya de,finición resulta interesante ciencia y la irnpgtencia del pensamiento que encontramos de or-
' y muy.variab'le. No tiene ninguna irnp,ortancia que se lresllame A, dinario, salvo excepciones muy raras y brillantes,za entre los
B o C con tal definición verbal o tal otra. l,o único interesante economistas literarios, no son sino las conseq,tencias absoluta-
consiste en saber que hay diferentes conceptos utilizados por 'mQnteinwitabtes de Ia actitud errónea según la cual el lenguaje
. los eco'nomistas y examinar las relaciones que unefi estos con- ordinario constituye un instrum'ento suficiente para salvar toda
¡ cep'tos.roEn verdad, el esonomista que no tiene una formación dificuttad del razonarniento.
j matsinática se priva, si es inteligente, de un instrumento incom- En realidad, el lenguaje ordinario no sería suficiente en absoltr-
parable. Entre quien no p,uede recurrir sino a la lógica ordinaria to y en economía como en otras discip,linas tieale lfmites que no
y quien es capaz de utilizar el instrurnento matemático existe podría salvar sin apelar a esta parte de la. lógica que constituyen
la rnisma diferencia que entre el campesino qug sólo ti:ene a su las m,atemáticas.Corrnoha señalado Pareto en repetidas ocasiones,
disposición un vo,cabulario de 500 p'¿1u6"asy bl hombre culto resulta por otra p,arte muy significativo el hecho de que la casi
que disp,one de 5 mil, incluso de 20 mil. En efe,cto,"la lógica totalidaá de qulénes critican- de modo directo o indine,qto él
. matemática p,ermite en gran medida comprendBr lo que resulta método matemático no tienerr la formación d,e las matemátieas
' para 'la filosofía de una do'ctrina científica dhda, comprender generales y ¡na tnfiÉrl de lo que hablhnl En general éxtrapolan
' también cuáles conceptos imp'lica y cuiíles son sus relaciqnes".zo gratuitarnente 4 los econom,istas matemáticos para co'ndenarlos
mejor, con esp,fritu extraordinariam,ente simp'lista que no cesaJr
de manifestar ffente a un instrumento de trabajo cu;ias posi
: Los nnnonrsDELos ECoNoMISTAS
MATENtArrcos bilidades de aná|isis y de finura son, aunque les desagrade,infi-
nitamente más lrandes que las de la lógica ordinaria, así sea
Ciertarnente pueden ponerse de relieve los erro'res y los puntos manejada por un espíritu de primera calidad. Reprrchan a Los
de vista errados de los auto,resque utilizan las rpatemáticas,pero econom,istastm.qtamdtiaossu precisi'ó:n soslewiand.o'que,wst se
ello no significaría que deba rechazarse eI usq de las matemá' sim:plifica, ,algo ,qweu, sin difiaultad por,que es Io prapio
ticas, así como el hecho de que un conductor descuidado haga ^6epüd
de toda piencí.a,pano ellos ltaoen Io tm:isnaotplfl'cadz."pdginn,au,n-
volcar un vehículo no prueba la mala calidad del vehículo. Lo que sin reconoeerlo y 6on imprecisión.
que debemos examinar es si en pro'medio el m.opo de pensamien' Es verdaderarnenteadmirable el espectáculo de ciertos autores
to matemático permite o no evitar los erro,res.rOlo que parece que se desenltrelven sin la menor inquietud en un mar de pala-
precisamente bien probado por la exp'eriencia,que en promedio bras vagas e indefinidas y que modifican con facilidad incrEíble .
se encuentran errores muy numerosos y muy crasos entre los el sentido que les asignan, a veces en el curso de una misma
economistas no matemáticos. Todo el mundo pLredeeguivocars'e oración.
y sólo quienes nunca han hecho'nada no se h4n equivocado ja- En realidad, precisamente lo que aprecian en su método,lógico
más, p,ero podemos afirmar que en igualdad de clrcunstancias so'n ( ¡o su falta de fnétodo! como apreciará e'l le,ctor) la mayor p'arte
muchb rnayores las probabilidades de error pqra quien no dis- de los economistas literarios za es la flexibilidad extraordinaria
pone del instrumento, matemático. Como ha qbservado Pareto',
¡'mediante un razonamiento' riguroso se p'ue,dendeducir conclu' espíritus literarios poseen la ventaja inmensa de poder Ilegar a conclusiones
siones falsas de premisas falsas. Nadie negará algo tan evidente, correctas partiendql de premisas falsas, en Io que superan con mucho a esos
pero ello no prueba en m,odo alguno que sea .inútil el razonr' pobres mátemáticos qué perrnanecen miserablemenie esclavos de su lógi-ca
y por ello, cuando sus piemisas son incorrectas, no pueden escapar a'las
tníento riguroso. Hay en efecto otra manera de equivocarse, que
resulta menos excusable. Es la de partir de premisas verdaderas
y llegar a conclusionesfalsas por un razonamfunto defectuo56.2l'22
'
'19 Véase nuestra obra les équations fondamentales entre quantités glo
bales et leurs applicaúlbzs, Presses Universitaires de France,1954.
20 Bertra¡d Russell, Essais sceptiques, Rieder, París, 1933,p. 37.
.2L Cours d.'éccnrontiepoíiiique, Rougé, Lausana, i89ó, iomo i, B. i0i. pltrulsluu quE lru IJI¡uIldr¡ru¡ 4ur¡¡¡4r q9r¡¡4J¡4qu. DvrsL!!v¡r^e¡'}
. P2 Sin embargo es cierto, como observaba un humorista amigo nuestro' dt oi *,ty'turos iaben comp€nsar con su gran talento- el desconq:imiento
gue al poseer el poder maravilloso de liberarse de la ürahja de la lógica, los del instn¡mento matemático que en el fondó manejan sin saberlo' Sin duda
UTILIZACIÓN DEL METODO MATEMATICO 545
w CRfTICA DE LA ECO'NOMÍAMATEMATICA
efecto, quienquiéra que p,retenda elaborar una teoría donde
co¡'que sabe suplir la insuficiencia de'l pensarniento y afrontar
interengan magnitudes, como ocrrrre necesariamente en toda
la contradicción de log hechos o de la crítica.
. Este método ha sido descrito admirablemente por el econo teorla económica, utiliza, qtiérato o no, cierto mndelo ab'stradta
del fenómnto &nómirc aoncreto estwdimdo. Cada razonamientb,
rnista italiano Sensini, a quien cita Pareto en su Traité de Socio-
aunque no se haga exp,lfcito en términos matemáticos, hace inteh
Logie:26"Los economlgtas literarios se dedican a investigaciones
de una fectrndidad e*traordinaria, que puedert resumirse así: venir necesariam,ente,de modo implícito una o varias relacionés
Tomar un sujeto cual{üiera X, sin p,recisar en absoluto las pala- matemáticas. Esto haae que los autores mtÍs o,puestosa Ia utilük,
bras que se emplean, lo que permitirá jugar infinitamente co'n ción del instnnnpnta tmatetttútico rectoffran p él constantemente,
su ambigüedad. No pfantear jamás un problerha con el rigor p,ero su utilización está constantemente üciada porque las magni-
necesario, porque de lo contrario, en la gran mayoría de los tudes por ellos consideradas no están jamás bien dofinidas, porqtre
casos, se vería que las cuestione's p'lanteadas no tienen consisten. las relaciones qtle suponen no se hacen jamás suficienternente
cia, o bien son insolubles, porque están mal fofmuladas. Hacer exp,lfcitas y porque olvidan en fin todas o casi todas las reglhs
un uso abr.mdante de exp,resionesmetafísicas y en.general indeter- que se ap,lican a esta parte de la lógica, son gene,ralmente in-
minadas'que, no significando nada, signifiquen al mismo tiempo capaces de llegar a un razonamiento colTecto.
todo y,estén al cubief,to de toda objeción... .A¡lelar, de modo Chmo ha pneci6ado rnuy bien Marschak, "el hecho de que una
más o menos velado, a los sentimiento,s en generál, y en particular teorfa lnternamehte coherente y detef,fiiinada se formule o no
a los que estén más de rnoda en el momento en que se escribe... en térmlnos maternáti@s, no cambia su esencia lógica; pero es
La inmensa mayorla de las producciones económicoliterarias que más fácil verificar zu coherencia y stt determinación si se enuncla
hagen ahora la fortunf de sus autores son de egta especie." en términos matgrnáticos".2? Es precisamente para llegar a tal
Son incalculables lod daños causados en la vidá de las socieda- objetivo que la humanidad ha desarrollado las matemáticas.
des por los economistpp que prefieren sustituir los razonamientos
claros ¡ror disorrsos deliciosamente cioeronianos.zo Sólo se com-
paran óon los daños éausados trrcr sus colegas {ue no tienen co- DELpENsAMrENroEcoNoMÉrnrco
Er. Éxrro CREcTENTE
nocimiento alguno de la historia o la sociología.
Hoy en día, un movimiento más poderoso cada vez, y en verdad
irresistible, orienta el pensa:niento económico hacia la utilización .
, Le cn¡N rrBccróN d,el modo de pe4sar matemático. Etlo nD es tnt azgr. Como lo
señaló en 1941 ese gran economista que fue lrving Fisher.: s
En toda situación conviene convercerse de que'la gran alectün Parece seguro gue tarde o temprano toda ciencia tiende a
no se plantea entre el grapteo o no am1pleodel insttamento ,?flzte- volverse rñatemática. En esta pérspectiva, las ciencias socia.
mótíco, sino entre nnla wtilizpción aansciente ! racíorul o untt les están sólo un poco más atrasa-dasque la astronomía, la
y
,wtilizrción ímconsciente desordernda de este instrumento. En fisica y la químicá, mientras que las ciencias biológicas se
encuentran mucho más atrasadas.
en virtud de nuestra profunda a.tinidad de espfritu, no tenemos eritre ellos La experiencia ha demostrado que los Drecursores no
más que amigos. están eriados cuando piensan que giacias a ia introducción.
25 Tbmo I,p.276, nota 514. La cita ha sido extractada de la obra La tnría de los métodos matemáticos se dará la ocasión de transfor-
della rendita, p.201. mar los conocimientos rudimentarios. en economía como
26 I-a polftica económica se apoya más o menos, en efecto, en la teorla
económica y si esta teorla es imprecisa o errónea será rhuy poco probable
. que las medidas práclicas tomadas para afrontar ciertas situaciones sea¡
efectivamente adecuadas.

n Ci|'¿dopor Fréchet,"Possibilitéset limites de I'applicationdessciences


mathématiqúes á l'étude des phénoménes économiqubi et sociantx", Reltue
de l'institut internatlonal de statbtique, i94ti, pp. i-3{i.
28 "Mathematical Method in the -Social Sciénces", Ecottometrica, iulio
octubre de 1%1, p. 193.
ü
5M CRfTICA DE I-/q,ECONOMfA MATEMATICA UTILIZACIÓN DEL ME,TODOMATEMATICO 547
Ahora no hay ninguna rama de los conocimientos huma- nómico que nos ocupa). En ningún caso,Ia cornptejidad y el vator ,
nos, aparte de ia hisÍoria, que no apele a las matemáticas, y científico de Lasdeduccíones dardn vator científico alas pramisas.
de igual modo no hay niiiguna ráma de las matemátiia¡ Como ha record4do muy bien Bouasse a propósito de la flsica,
que no tenga alguna aplicación práctica.
"se ha insistido 'Cientos de veces en que no hay absurdo tan
grande que no ilej'guernosa admitir si lo extrae¡nos rigurosamen-
te de premisas adoptadas sin precauciones. La solidez' de la
cadena lógica nos impide ver la exactitt¡d del principig gue se
encuentra en su extremo".2e En todo caso, el ernpleo de las mate
máticas más elervadasno debe co,nsiderarse como una garantla
de calidad. Las nutemáticas no sqn, y mo pt'ed.en $er, nls que
un :medio de ,expresión y de razonarnianto. La. sustancia vnísma
con que trabaia,el economista sigue sl&tdo econórnica.
En realidad, "todos los que se han esforzado conscientemente
por utilizar las maternáticas en s'us explicaciones han sido recom. Un economfsta puede revestir de galas maternáticas cual'
pensados con descubrimientos brillantes. Fensarnos que allí se ouier error de observación. pero no-transformará este err'or
encuentra el secreto de la tendencia universal de las matemáticas en verdad. aun si sus razoiámientos son corr€ctos desde el
. a explorar las otras ciencias y de la tendencia de las otras cien- punto de vista formal.so
. cias a utilizarlas. Ese secreto es la eficacia".
'Conviene recordar que si se examina la historia del pensa- No debemos olvidar, como indicu*o, urlt"r, que Io,propio d.e
miento económico se verifica que la mayor parte de los progresos una buena teoríd. es ser la rnds sencilln. .posibl,eentre tgdas las
importantes ha sido realizada por economistas poseedores de que pennitan un grado de aproximncün dado. Muchos parecen
uná formación maternática más o menos acabada. Basta citar olvidar que este criterio de sencillez tiende a violarse |ür poco
a eo,urnot, Jrevons,Walras, Pareto, Bóhm-Bawerk, Marshall, Ir- por todos los desarrollos matemáticos, alll donde podrlamos
ving Fisher, Kqmes, y comprobar que entre los miembros actua- pasarnos perfectamente sin ellos o aun donde no tienen nada
les de la Sociedad de Econometría figura por lo menos el 80 o/o que hacer.
de los economistas que tienen ahora una rep'utación mundial. ¡Y Un erninente ipgeniero,e inventor, amigo nuestro, ha explicado
se puede afirmar que el desarrollo actual de las matemáticas en muy bien este punto de vista en la conclusión de una, de sus
economía no es probablemente nada comp,arado con lo que será memorias: 31 "Lá6 matemáticas son ciertam,ente un instrumento
dentro de algunos años! necesario, pero sternpre debemos usarlas Io menos posible en una
teoría. Uná teorfb ei elegante cuando permite capar y analizar
un fenómeno con el mínimo de ecuaciones cor:apatible con el
I¡s pei.tcnos DELTNsTRUMENTo
MATEMATT@

A decir verdad, el verdadero paligro de nuestros días no reside


en la resistencia de los esplritus atrasados a la utilizacíón de| ins-
trumento trmtamdtíco, la que ahora puede considerarse total y
'definitivamente liquidada; se encaentra en el posible abuso de lns
tnntamóticas, tentado por su éxito extraordinario, Ahora no cree-

sable.s2
29Prefacioa su obra Résistancedesmatéríaux,Delagrave,p. iix.
30Henri Eyraud,crtadopor M. Fréchet,en su artículosobrela aplicación
de las matemáticasa las cie¡cias económicasy sociales'
61 Christian Bourcier de Carbon, "Sur la stabilité de route des rcmorques
ciones, por compleja que pueda ser, no tiene interés en sí misma routiéres", Journal de Ia socíété des ingénieurs de l'antomobile, mayo de
(naturalment,e, si no se trata de un interés pur4mente matemá- 1951.
32 En este sentido, los adversarios del empleo de las matemáücas tienen
'tico, que no deseamos conseruar desde el punfo de vista eco
razón cuandodeclaranque cuantasmefiosmatetnáticasmejor. Perono la.ti+
' 548 CRÍTICA DE I.A. ECONOMfA MATEMATICA y9
UTTLIZACIÓN DEL METODO MATEMATICO
pueae resultar nouy rltil, en verdad indispensable,la realización
Ciertos desarrollos de las teorías relativistas constituven ahofa
de demostraciones genérales mediante un formali$mo muy exper- ejernplos magníficos de tales aberraciones.
to, pero en ningln mso debe reffi,mcinrse a los ejamplos semcillos 'Ciertamente, eI, instrumento mat'emdtico es indispensable Wrp
e intuitittos que por sf solos lpermitan t'ener ünn idea realista de analizar y comprénder los fenórmenos emúftLicos, Írero el trabdio
los probtbmas. El ob'jetivo final mo 'es sI her'metismo, sino Ia esencíal na es el tutanaio d'e este instrutrcnto logito, sino la elw-
claridad', ción y Ia disauslón de las premísas Eta deben frmdarse em Ia
Al leer algunos ensayos contemporáneos, no podemos dejar obserttaci,ómd.e los hrchos.ea
de sorprendernos ante el abuso s¡'eciente del folmalismo mate- EI error de log sdversarios del empleo del instrurm¿afs ,ruüe-
mático. Se tiende a olvidar que el progr'eso verda.d'ero no con- nuítico en ecoftwtlla es ígnorar las vastas psibilidades 'rye ofreqé;
slsae¡ntús tut Ia exryslción ptram'ente fortnnl, slna siampne en el error de cievtds ¡matemótims es Íror I'o aantrarío tatar por ftn
eI desoub'ritmiento de Iaé idus directríaes Eue se,etlcumtran en la Io que mo es ni puede,s,elrmás que om medio.
base de toda d'eVnosftaalón.Son tales ideas de b6e las que con- La ciencia ecoflómica es sobre todo una ciencia de obsen¡ación
viene haoer explfcitas y discutir, en lugar de disit'nlrlarlas detrás y una ciencia aplicada. I-a utitización de las matemáticas es allí
de un simbolismo rnás, o nrenos hermético. Ciertds ensayos, una indispensable como procedimiento de deducción y análisis, pefo '
vez descifrados, casi no contieneri más que matÉmáticas y con. no puede ser fecunda si no parte de m conoci¡miento ernelenta
fieren mayor importancia a la expresión matemática que al conte- de los hechos. Esta es la raz6n de que resulte indisp's¡¡s¿blepafa '
nido económico. En esta perspectiva, las matemHticas dejan de un economista dlgno del nornbne una especialiraciín amplia, con
ser un instrumento pard la resolución de problernas económicos vastos conocimientos, no sólo en economía pura y aplicada, sillo
y se conüerten en un fln en sl mismas. también es sociologfa, ciencia polftica e historia. En todó caso,
Es sobre este peli'gro que ha insistido en estos términos nues- no debe encerrafse en la economfa pura. No existe un peligro
tro amigo Hutter, ingeniero en jefe de la Sociedad Nacional de mayor.
los Ferrocarriles FranceBes,erl una carta dirigida al editor de la re- Por esta razóm no hemos oesado de dar a nuestros disc{ptrlos
tnsta Emnometríra, a propósito de ciertos artículgs allí publica- deseosos de profundizar en la ciencia econórnica el consejo de
dos. "Como ingeniero, rtle hace temblar el espectáéulo de tal tra. com'enzar por adquirir una experiencia profunda de la vida eco
bajo formal enteramente perdido en una dirección errada y nómica práctica y en particular de la vida concreta d,e las eln-.
siento. profundamente Que debiera hacerse cual{uier cosa para pnesas,pasando algunos años en la industria o en un puesto
restablecer el sentido cumrin v el espfritu crítico cómo instrumen- administrativo que permita guardar constantemente un contacto
tos principales del trabajo del economista. Estoy espantado, al estrecho con los negocios.Nada es más falso que un co'nocimien-.
igual que otros miernb'ros, ante la idea de que la revista Econo- to puramente librresco del mundo económico.3óLa sola lectufa
'rnetrica, al car'gar más y
más el acento sobne los refinamientos de algunas págirtas de ciertos autore's contemporáneos bastarÍa
recientes del formalismo matemático y al conceder cada vez. para convencernds.
menos importancia a lbs problemas básicos de la econornetría Por todas ,estds razones el reclutamiento de econometristas
(deflnición de cantidades y de unidades, correcci6h de los dato,s,
exige espíritus de,l mris alto nivel. Como ha señalado muy bien
análisis interno, etétera) podría desalentar a quienes desean Ragnar Frischiss "La econometría es un instrumento p,oderoso,
nealmenüp medir cualquier cosa en beneficio dd quienes sólo
desean probar su habilidad matemática." evidencia la brecha inmensa que puede separar en ocasiones la aplicación
El peligro es aqul absolutamente idéntico al que señalaba de las matemáticas y el conocimierrto de los hechos.
Bouasse con insistencia en el campo de la física y la mrecánica, 84 Bouasse dice muy bien a propósito de la nrecánica que los matemá-
donde el abuso de las matemáticas ha hecho estragos inmensos, ticos se han privado poco a poco de su contenido experimental, Con el
denunciando."a los cultivadores de la mecánica analítica, de la tiempo "las cuestiones pierden poco a poco su existencia individual para
esquematizarse, abstraerse: asl los matemáticos actúan de acuerdo con su
mecánica celeste,de la fisica matemática... todos aquellos que ideal. No se detienen antes de haber despojado a las cuestiones de todo Io
se'sirven de las cosas sólo como pret'extos para sus deducciones que tienen de interesante. Después de la lectura de sus tratados de Mecá-
geométricas"... "sin tener contacto algunó con la realidad".33 nica, quién pensaría que se trata de una ciencia experimentol cuyos postu'
Iados fueron debatidos durante dos siglos con apoyo en los experimentos"
nen cuando sosüenenque se puedenarreglar totalmentesin las matemáti- (prefacio a la Résiltance des matériaux, Delagrave, p. xi).
cas. Entre el rechazoa la utilización del instrumento matemáticoy su 'e5 Por indispensable oue sea, la economía Dura no- es toda 'la economfa,
empleo exagerado e irracional, hay evidentemente un óptimo, tal vez ni siquiera sü elemento más importante.
sB Prefacio ala Résistance des mntériaux,pp. v y xxii. A pesar de algunos 36 Ragnar Frisch, "The Responsibility of the Econometrician", Econome'
puntos de üsta un poco exagerados, este prefacio pone admirablemente en trica, enero de 1946, p, 4.
UTILIZACIÓN DEL ME,TODOMATEMATICO ' 551
550 CRITICA"DE LA ECONOMfA MATEIVIATICA
tl I

pero es tarnbién un instrurnento peligroso. Tiene tantas posibili- Poinc¿ré,Henri, Science et Méthode, Paris, Flammarion, 1920,cap$.r
dades de abusar, de hacer con ella más mal que bien, que sólo yw.
de,biera estar en manos de hombnes de primera clase. Los demás - La. Valeur de la Science,París, Flamrnarion, 1920,caps.x y xri
Russell, Bertrand, Ess¿rs Sceptiques,París, Rieder, 1933.
debieran ser absolutarnente desalentados en relación con la econo- - L'Esprit scientifi-queet Ia scietrcedans le monde moderne, Parts,
.metría.'rez En realidad .es totalmente inútil, y además puede ser ColecciónJanin, 1947,caps.r y u.
nruy peligroso, el intento de enseñar el'instrum'ento matemático
a estudiantes que no tienen la capacidad nec¡esariapara dominar-
lo, coTno trata de hacerse en ciertos establecimientos de ense-
franza de la economía. Comp la lengua da Esopo, las matqtuiticas
son a. I,a vez la mejor y ta peor de las cosas.

. BrsrrocnA,rfn

Allais, Maurice, Traité d'Ecomomíe Pure, Imprtmerip Nationale, 1953


: (seÉunda edición do Ia Pri¡nera Parte "L'É@noririe Pure", de la
obrá "A la Recherche d'une Discipliae Economique", París, 1943)'
'-: Economie et Intérét,Imprimerie Nationale et Librairie des Publica'
tions Officielles, París, 19ü, pp. 5n'$5 y ó31-633'
- "L'emploi de Mathématiques en Economique", Metroeconomica,
octubre de 1949,pp. 63-89.
- Les equatiuts "londamentates entre qtantités globales, París, Pres'
ses Universitaires, 1954.
. Bouasse, Hen¡i Pier¡e Maxime, Prefacio a la Théorie des Sismogra'
' phes,' Parls, Delagrave, 1920,pp, xviii.
' - Prefacio a la Résistance des Materiaux, París, Delagrave, 1920,p. xix'

(No podríamos aconsejar demasiado la lectura de los numerosos


y apasionantes prefacios de Bouasse a sus obras, donde este físico
tan eminente como valiente dice a sus contemporáneos algunas ver'
dades que son verdades de todos los tiempos.)

Fréchet, Maurice, "Possibilités et Limites de I'Appligation des Scien'


ces Mathématiques á l'Etude des Phénoménes éco¡omiques et sG
ciaux", Revue de I'Institut Intem.ational de Statistique, 1946,pp. 1-3ó.
Fisher, Ining, "Mathematical Method in the Social $ciences", Econo-
nTetrica, julio de 1941,pp. 185-197.
Frisch, Ragnar, "The Responsibility of the Econornetrician", Econo-
tnetrica, enero de 1946,pp. 14.
Pareto, Vilfredo, Couts d'Economíe Politique, Lausana, F. Rouge,
189ó.
- Traité de Sociologie Générale, París, Payot, 1.9I7-I9I9.
Polncaré, Henri, La Science et I'Hypoth¿se, París, Flammarion, l9?I,
caps. rx y xr.

37 Y añade: "pero con esta condición de calidad, casi no hay límite al


nú¡neio de hombres que este campo cie actiüdad puede;absorber".

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