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ESCUELA DE SALUD MARIA AUXILIADORA

CRISTIAN ANDRES LOPEZ VARGAS

ALTERACION NUTRICIONAL EN EL ADULTO MAYOR

ANDREY MUÑOZ

10 de mayo de 2019
GARZÓN – HUILA
La dieta, para ser equilibrada, ha de aportar los requerimientos orgánicos, tanto de
energía como de nutrientes, para mantener un adecuado estado de salud y prevenir
las enfermedades. Es decir, a través de la dieta se ingerían tanto cuantitativa como
cualitativamente los diferentes nutrientes que precisan el organismo, complementado
lo que se denomina las “las ingestas básicas recomendadas” y los “requerimientos
nutricionales”.

La malnutrición del adulto mayor es la deficiencia o exceso de uno o mas nutrientes


en el organismo. La mayoría de los ancianos con peso fuera de los limites presentan
problemas de mal nutrición.

Los adultos entre 60 y 70 años presentan una relación alterna entre nutrición y
enfermedad, constituyendo diferentes riesgos como patologías agudas, así por otra
parte la mala alimentación, el estrés, no llevan a cabo el buen funcionamiento de los
órganos.

El consumo de alimentos como hidratos que producen acides estomacal generan


distención acrecentada por retardo en el sistema, se disminuye la sensación del gusto
y del olfato por lo cual se genera una menor posibilidad de diferenciar sabores.

La boca como cavidad compleja donde se inicia la nutrición sufre múltiples


modificaciones, produciendo la perdida progresiva de pizas dentales y en caso de que
el anciano pueda acceder a prótesis no siempre se ajustan a la cavidad lo que provoca
molestias.

Para el adulto mayor, la menor sensación del gusto y del olfato reduce, a veces, las
posibilidades de disfrutar de la comida lo que favorece la menor ingesta de alimentos.
Otras deprivaciones sensoriales, están dadas por la disminución de la agudeza visual
y la hipoacusia, que generan menor capacidad para efectuar capacidades de la vida
diaria, con la consecuente mayor dificultad para obtener y preparar el alimento.

Durante la etapa de la adultez, la nutrición se convierte en algo importante para la


salud física y emocional. Las personas mayores presentan un mayor riesgo a la
deshidratación por un descenso de agua orgánica total.

El objetivo del soporte nutricional en pacientes ancianos desnutridos es lograr un


consumo de energía de 30kcal/kg/día y una ingestión de proteínas de 1.2 a 1.5 g de
proteína/kg/día es importante señalar que estos requisitos nutricionales pueden variar
entre los sujetos y de acuerdo con la enfermedad que presenten. El aporte de hidratos
de carbono puede ser del 45 al 65% del aporte energético total y el de lípidos puede
ser del 20 al 35% del aporte energético total.

Los cambios mas relevantes de la malnutrición son:


- Reducción de la masa magra, reducción de la masa y de la fuerza del músculo.
- Aumento de masa grasa, lo que puede condicionar ganancia de peso total a
igual ingesta.
- Disminución del apetito, gran parte de esta disminución es secundaria a la
disminución del gasto energético.
- Disminución en la absorción, producción y conversión de la vitamina D, que
determina una menor absorción de calcio y favorece la osteoporosis.
Consecuencias de las alteraciones nutricionales:

- Infecciones: relación entre el estado nutricional y el sistema inmune.


- Descompensación de enfermedades crónicas: déficit de la tiamina (vitamina
B1).
- Trastorno cutáneos y riesgo de ulceras por presión: lesiones en la piel, uñas
frágiles, caída del cabello y sobre todo un aumento de riesgos de ulceras por
presión.
- Atrofia muscular: riesgo de fracturas de cadera.
- Trastornos ansioso-depresivos: el déficit de algunos minerales, como el
magnesio, producen espasmos y contracturas musculares.
- Mortalidad: riesgo de mortalidad mayor que las personas normales.

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