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DOCUMENTOS 2008
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GESTION CULTURAL LUJAN
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trabajar con los actores, para acordar líneas de trabajo asociativas y, posteriormente,
financiar el procedimiento de manera de no generar frustraciones que sólo quedan en
la instancia de proyecto pero no pueden ser llevados a cabo por ausencia de dinero.
Decimos, entonces, al capital social hay que sumarle necesariamente capital económi-
co.
El cuarto punto se refiere a la necesidad de trabajar en escala masiva ya que el Estado
tiene que ser masivo. No puede actuar sobre bases de pruebas piloto, privilegiando
zonas o localidades de determinadas características y con escasa posibilidad de repli-
carse. Entonces se decide trabajar en forma masiva aún cuando genere problemas de
tipo metodológicos, conceptuales, de recursos materiales y humanos. En este momen-
to el Estado debe pensar en una escala abarcativa y estratégica de manera de atender
la situación presente y adelantarse a escenarios más críticos. Esto significa trabajar de
manera extendida, amplia y articulando con todos los actores sociales que existen.
En función de ese diagnóstico, se ha lanzado el Plan Nacional de Desarrollo Local y
Economía Social que se conoce como "Manos a la obra", que es un plan de desarrollo
local y economía social, en ese orden. Esto se debe a que primero es necesario tener
en claro el perfil de una ciudad y el perfil de la gente de esa localidad, como se com-
pone el PBI de esa ciudad, que condiciones existen y en función de estos y otros ele-
mentos, diseñar una estrategia que oriente el desarrollo para los próximos años. En
cada lugar se articula con los actores locales en un proceso hasta constituir lo que se
llama la “agenda de desarrollo local”. En esta agenda queda determinado el perfil lo-
cal, dado que un proyecto estratégico está necesariamente relacionado con el perfil de
cada localidad. Es importante saberlo para precisar cuales emprendimientos son estra-
tégicos y cuales no. Se pretende que dichos microemprendimientos y las microempre-
sas o cualquiera de las distintas modalidades socioproductivas asociativas posibles,
formen parte de la estrategia de cada territorio. Y como quienes realmente saben lo
que pasa en el territorio son quienes viven y trabajan en el mismo, los actores locales,
la única opción que se configura como válida es la de trabajar con ellos.
Este Plan otorga capacitación, asistencia técnica, herramientas, materiales, insumos,
bienes de capital subsidios y créditos, para poner en marcha emprendimientos produc-
tivos para los sectores más necesitados, ya sean jefes de hogar o no. Lo determinante
al momento de su selección, es que el proyecto sea relevante dentro de la estrategia
para el desarrollo local que se haya definido.
Un desafío importante desde la gestión pública es la elaboración de un plan a partir de
dónde se hace uso de fondos que actualmente provienen de diversas fuentes y progra-
mas. Parte del reto de este plan Manos a la Obra es el de hacer converger y unificar
en líneas de trabajo que surquen las diferentes prestaciones. Consideramos que la va-
riedad de modalidades es una de las fortalezas del Plan, en tanto lo dota de flexibili-
dad, proponiendo una reingeniería que unifica los circuitos administrativos pero permi-
tiendo la posibilidad de financiar y operar sobre lo que necesita cada agenda local y
cada proyecto que parta desde ella.
Gran parte del éxito de una gestión de este estilo se basa en poder generar, de abajo
hacia arriba, un proceso de economía social que tiene su propio tempo que debe ser
respetado. El punto fundamental y el fin de esta primera etapa, es ir hacia el desarro-
llo de cadenas de valor locales, donde los emprendimientos, lejos de ser puntuales y
erráticos, se transforman en verdaderos eslabonamientos productivos con una clara
articulación. El desarrollo local, así entendido, es generar encadenamientos producti-
vos a nivel local que tengan que ver con el perfil de desarrollo de esa localidad.
Por otra parte, es necesario mencionar cinco de los problemas que existen, conside-
rando que esto pueda generar un verdadero espacio de debate y de análisis. Primero
la tipología del proyecto: desde el Plan se está fomentando el desarrollo local y hasta
ahora lo que se observa es un 57% de proyectos vinculados al tema alimentario, gran-
jas, huertas panificados, fabricas de pastas, lo cual tiene un límite ya que la saturación
de un rubro o área de actividad dentro del mismo lugar tampoco es viable ni estratégi-
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ca. Para ello es imperioso adecuar la tecnología y el desarrollo local para poner en
marcha procesos de detección de oportunidades locales, de producción para sectores
carenciados. Se da origen entonces, a un tipo de estudio llevado adelante por SIEM-
PRO para detectar, en un lapso breve de tiempo, alertas sobre el estado del mercado
local. Esto proporciona una guía y colabora con el éxito de los proyectos, ya que rápi-
damente orienta y da coto a las acciones y actividades que pueden convertirse en pro-
yectos exitosos o no.
Otro punto es, posteriormente a la generación de proyectos con eje en el desarrollo lo-
cal, la proyección de las cadenas de valor que articulen la economía formal con la eco-
nomía informal, para generar, como ya se dijera anteriormente, encadenamientos pro-
ductivos y no un extenso número de pequeñas unidades socioeconómicas sin eslabo-
namiento entre sí.
Otro obstáculo detectado es lo referido a la institucionalidad local: quiénes son poten-
ciales socios del Estado nacional en el territorio. Genéricamente se puede decir que
son los municipios, las cámaras de comercio, las cámaras de industria, las universida-
des, las organizaciones de la sociedad civil. Pero en el caso concreto de la identifica-
ción de quiénes son y quienes se involucran al proceso, el espectro se acota. De lo
enunciado a lo posible en el contexto geográfico y material el quehacer se complejiza,
ya sea por dificultades económicas, crisis de confianza de los actores sociales hacia el
Estado por experiencias previas frustradas, conflictos políticos u otros. De esta manera
se impone reconstruir una lógica de institucionalidad. Esta es una tarea de trabajo
permanente y de cuidado, con muchísimas particularidades, no estandarizado, y que
presenta singularidades en cada lugar.
Otro tema que se manifiesta es la necesidad de lograr la calidad estable en la produc-
ción, lo que significa básicamente estandarizar la producción especialmente en los sec-
tores pobres. Para vender lo que se produce es necesario generar confiabilidad en la
calidad del producto. La economía social no es solo un tema de trabajadores sociales,
sociólogos y asistentes sociales. Tampoco es solo un asunto de economistas. Es un
problema de trabajadores sociales, sociólogos y asistentes sociales, economistas y
también de idóneos que incorporen “capacidad técnica”.
El cuarto problema identificado es de carácter normativo. Ya se ha presentado un pro-
yecto al Congreso de la Nación que establece que los emprendimientos productivos
que están en el plan Manos a la Obra van a tener exenciones impositivas como mono-
tributistas durante un período de tiempo. Van a poder facturar sin pagar impuestos
con un sistema de contralor a través de un Registro de la Secretaría de Políticas Socia-
les.
El último punto es la construcción de cadenas de valor y la articulación con las empre-
sas. La responsabilidad social empresaria y la articulación entre los grandes y los pe-
queños productores. Sobre el vínculo con el sector privado formal de la economía no
hay mucho que decir. Existe, sí, un avance para proveer de materiales a los emprendi-
mientos socioproductivos que se incorporan al Plan y que a su vez son beneficiarios
del Programa Jefas y Jefes de Hogar Desocupados (herramientas materiales e insu-
mos).
Es importante contar con instrumentos sensibles para confluir más eficientemente con
el sector privado, con las grandes empresas y con los microproductores.
Lo que seriamente se desea plantear es el eje de la economía social para ponerlo en
marcha de forma masiva. Esto necesita de muchos actores articulados y vinculados al
territorio y también de un requerimiento central, que es el compromiso con la calidad
técnica. Es indiscutible que si no hay calidad técnica todo lo que sea posible armar
está destinado al fracaso. En la Argentina hay muchos microemprendimientos genera-
dos por distintos programas. Hoy las condiciones macroeconómicas son más favora-
bles y efectivamente hay condiciones de importaciones y de exportaciones que antes
no había. Pero si no se enfoca el tema de la calidad, el tema normativo, si no se gene-
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ra el compromiso en “lo local” y el del desarrollo las posibilidades de éxito son esca-
sas.
Por eso es que desde acá se intenta promover un espacio de reflexión, de intercambio.
Existen muchas dudas respecto de cómo avanzar en esto, pero también está instalada
la clara convicción de que el desarrollo local y la economía social son políticas sociales
activas e integradoras.
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