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TEMAS TEOLÓGICOS CENTRALES DE LOS LIBROS DE SAMUEL

a) La institución de la monarquía

Al instituir la monarquía se ven dos voluntades contrarias: por un lado, está la voluntad de Dios
que al inicio no quería darle un rey al pueblo y que finalmente se lo concede; por otro lado, está la
voluntad del pueblo que quiere tener un rey.

Esta actitud del pueblo mostraba que no confiaba en Dios, ya que querían tener su rey como los
otros pueblos tenían el suyo. Este proyecto es opuesto a las exigencias de la Alianza que Dios
estableció con su pueblo, porque su soberano y señor era Dios.

Dios dice: me han rechazado (1Sam 8,7). En realidad, Dios si tenía en mente darles un rey (2Sam
7), pero la actitud del pueblo de incredulidad y desconfianza hacia Dios, es lo que reprueba Dios a
su pueblo.

b) La promesa divina a David o profecía de Natán (2Sam 7)

La importancia de esta profecía se retoma en diversos periodos de la historia político-religiosa de


Israel (1Cr 17; Sal 89; Sal 132).

El texto de 2 Sam 7, 1-29 se divide en tres partes:

1-3: el propósito de David de construir un templo para el arca

4-17: el proyecto divino comunicado a David

18-29: oración de agradecimiento de David.

2 Sam 12-16:

12
‘Cuando tus días se cumplan y reposes con tus padres, levantaré a tu descendiente
después de ti, el cual saldrá de tus entrañas, y estableceré su reino. 13 ‘El edificará casa a mi
nombre, y yo estableceré el trono de su reino para siempre. 14 ‘Yo seré padre para él y él
será hijo para mí. Cuando cometa iniquidad, lo corregiré con vara de hombres y con azotes
de hijos de hombres, 15 pero mi misericordia no se apartará de él, como la aparté de Saúl a
quien quité de delante de ti. 16 ‘Tu casa y tu reino permanecerán para siempre delante de mí;
tu trono será establecido para siempre.’”

la palabra hebrea bayit: significa casa (edificio material, construcción) o dinastía (descendencia).

La referencia a Salomon: el rey Salomón, hijo del rey David construyó la casa, el templo de
Jerusalén y tuvo un reino estable y pacifico (1Cro 22,7; 1Re 8,15.20-21)

La dinastía davídica: Dios promete bendecir la descendencia de David, su dinastía guiará al pueblo
de Israel (2Sam 7,25-29; 1Re 8,23-26).

Sentido mesiánico: después de la muerte de David, en un periodo diverso del tiempo de Salomon,
viene un reino que será eterno. Se espera un mesias rey, descendiente de David (Mt 22,41-45).

El mesias será Hijo de Dios (Heb 1,5) y descendiente de David (Hech 2,29-30). La casa que
construye Cristo, es la edificación de la Iglesia.
Cristo cargo con los pecados de los hombres: lo corregiré con azotes de hombres (2Sam 7,14).

c) La profecía de Natán en los Salmos 132 y 89


 Sal 132 (131): el deseo de David de construir una casa para Dios; trasladar el arca hacia el
santuario; Dios elige a David y a su descendencia. El juramento divino de suscitar un fruto
que proviene de David y de su trono, mientras que haya fidelidad a la alianza.
 Sal 89 (88): Dios, en tiempos dificles de la monarquia, prometió socorrer y confortar a su
pueblo de acuerdo a la promesa hecha a David. El salmista pide a Dios, acordarse de su
promesa y de su alianza.

d) David, figura de Cristo


 Cristo es Hijo de David (Mt 15,22; Mc 10,447-48)
 Cristo es señor y más grande que David (Mt 22,41-46)
 En Cristo se cumplen las promesas que Dios hizo a David (Hch 2,30; Heb 1,5).
 En el evangelio de Mateo (Mt 1, las genealogías son divididas en número de 14
descendientes. La suma del valor de las letras del nombre David suman 14 (dwd=14).
Significa el signo de plenitud davídica realizada en Cristo.

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