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¿Qué es ser madre?

Ser madre no solo es la vivir la experiencia de la concepción y el nacimiento de un


hijo…. Sino que va mucho más allá… No es lo que eres lo que te hace una verdadera
madre, sino lo que haces

Ser Madre es considerar que es mucho mas noble sonar narices y lavar pañales, que terminar
los estudios, triunfar en una carrera o mantenerse delgada.

Es ejercer la vocación sin descanso, siempre con la cantaleta de que se laven los dientes, se
acuesten temprano, saquen buenas notas, no fumen, y que tomen leche.

Es preocuparse de las vacunas, la limpieza de las orejas, los estudios, las palabrotas, los novios
y las novias, sin ofenderse cuando la mandan a callar o le tiran la puerta en las narices, porque
no están en nada…

Es quedarse desvelada esperando que vuelva la hija de la fiesta y, cuando llega, hacerse la
dormida para no fastidiar, aunque no siempre es facil y alguna vez te pillan despierta.

Es temblar cuando el hijo aprende a manejar, anda en moto, se afeita, se enamora, presenta
exámenes o le sacan las amígdalas.

Es llorar cuando ve a los hijos contentos y apretar los dientes y sonreír cuando los ve sufriendo.

Es servir de niñera, maestra, chofer, cocinera, lavandera, médico, policía, confesor y mecánico,
sin cobrar sueldo alguno.

Es entregar su amor y su tiempo sin esperar que se lo agradezcan. Es decir, que ‘son cosas de
la edad’ cuando la mandan a volar.

Madre es alguien que nos quiere y nos cuida todos los días de su vida.

El peor defecto que tienen las madres es que se mueren antes de que uno alcance a retribuirles
parte de lo que han hecho y decirles lo mucho que la quieren. Lo dejan a uno desvalido, culpable
e irremisiblemente huérfano.

Por suerte hay una sola. Porque nadie aguantaría el dolor de perderla dos veces

Dios las ha dotado de dones y capacidades especiales para cumplir con tan noble labor…. La
Biblia nos revela a lo largo de la escritura lo que Dios ha puesto en el corazón de una madre

Jocabed, mamá de Moisés … Exodo 2 :1-3 En esos días, un hombre y una mujer de la
tribu de Leví se casaron. 2 La mujer quedó embarazada y dio a luz un hijo. Al ver que era
un niño excepcional, lo escondió durante tres meses. 3 Cuando ya no pudo ocultarlo
más, tomó una canasta de juncos de papiro y la recubrió con brea y resina para hacerla
resistente al agua. Después puso al niño en la canasta y la acomodó entre los juncos, a
la orilla del río Nilo.
1 reyes 3: 16-28
16 Tiempo después, dos prostitutas fueron a ver al rey para resolver un asunto. 17 Una de

ellas comenzó a rogarle: «Ay, mi señor, esta mujer y yo vivimos en la misma casa. Ella
estaba conmigo en la casa cuando yo di a luz a mi bebé. 18 Tres días después, ella
también tuvo un bebé. Estábamos las dos solas y no había nadie más en la casa.
19»Ahora bien, su bebé murió durante la noche porque ella se acostó encima de
él. 20 Luego ella se levantó a la medianoche y sacó a mi hijo de mi lado mientras yo
dormía; puso a su hijo muerto en mis brazos y se llevó al mío a dormir con ella. 21 A la
mañana siguiente, cuando quise amamantar a mi hijo, ¡el bebé estaba muerto! Pero
cuando lo observé más de cerca, a la luz del día, me di cuenta de que no era mi hijo».
22 Entonces la otra mujer interrumpió:
—Claro que era tu hijo, y el niño que está vivo es el mío.
—¡No! —dijo la mujer que habló primero—, el niño que está vivo es el mío y el que está
muerto es el tuyo.
Así discutían sin parar delante del rey.
23Entonces el rey dijo: «Aclaremos los hechos. Las dos afirman que el niño que está vivo
es suyo, y cada una dice que el que está muerto pertenece a la otra. 24 Muy bien,
tráiganme una espada». Así que le trajeron una espada.
Luego dijo: «¡Partan al niño que está vivo en dos, y denle la mitad del niño a una y la
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otra mitad a la otra!».


26Entonces la verdadera madre del niño, la que lo amaba mucho, gritó: «¡Oh no, mi
señor! ¡Denle el niño a ella, pero, por favor, no lo maten!».
En cambio, la otra mujer dijo: «Me parece bien, así no será ni tuyo ni mío; ¡divídanlo
entre las dos!».
27Entonces el rey dijo: «No maten al niño; dénselo a la mujer que desea que viva,
¡porque ella es la madre!».
28Cuando el pueblo se enteró de la decisión que había tomado el rey, todos en Israel
quedaron admirados porque reconocieron la sabiduría que Dios le había dado para
impartir justicia.

Sin duda, la principal de las características de una madre es el AMOR SACRIFICIAL


hacia sus hijos… son capaces de renunciar a todo, con tal de que sus hijos estén bien.

Ser madre es estar dispuesta a darlo todo, si es necesario.

¿Por qué o para qué somos madres?, ¿por qué Dios nos dio ese propósito a
cada una de nosotras?
Definitivamente puedo decir que no se nos encomendaron hijos por que Dios haya
visto en nosotros la capacidad o habilidades necesarias… sino todo lo contrario…
sino para darnos cuenta de nuestra incapacidad y aprendamos a depender de Dios.

La maternidad que le agrada a Dios no se trata de mi, ni nuestras habilidades o


capacidades, la maternidad que honra a Dios…. se caracterizan por la humildad.

Dios no necesita madres perfectas, necesita madres humildes.

¿Qué espera Dios de nosotras como madres ?

Tito 2:4-5

Salmo 139:13 Nos recuerda que nuestros hijos no son nuestros, nosotros no los
creamos, formamos, ni les damos propósito o destino…. Sino Dios

“Tu fuiste quien formó todo mi cuerpo, tu me formaste en el vientre de mi madre”

Nuestros hijos pertenecen a Dios.

¿Qué es lo que esperas tu de alguien a quien le confias tu más preciado tesoro que
son tus hijos?.... Que cumplan con tus reglas, tus planes para ellos, etc.

A las madres cristianas se les ordena varias cosas en la palabra de Dios:

Estar disponibles – mañana, tarde y noche (Deuteronomio 6:6-7)

Involucrándose - interactuando, acordando, pensando y procesando la vida


juntos (Efesios 6:4)

Enseñándoles – con las Escrituras, el punto de vista bíblico del mundo (Salmo
78:5-6, Deuteronomio 4:10; Efesios 6:4)

Entrenándoles – ayudando al niño a desarrollar sus habilidades y descubrir su


potencial (Proverbios 22:6) y sus dones espirituales (Romanos 12:3-8 y 1
Corintios 12)
Disciplinándoles – Enseñándoles en el temor de Dios, señalándoles sus límites
en forma consistente, amorosa y firme (Efesios 6:4; Hebreos 12:5-
11, Proverbios 13:24, 19:18, 22:15, 23:13-14; 29:15-17)

Nutriéndoles – Proveyendo un ambiente de constante soporte verbal, libertad


de fallar, aceptación, afecto y amor incondicional (Tito 2:4; 2 Timoteo
1:7; Efesios 4:29-32, 5:1-2; Gálatas 5:22; 1 Pedro 3:8-9)

Ser un modelo de integridad – Viviendo lo que enseñes, siendo un modelo


mediante el cual un niño pueda aprender, “captando” la esencia de una vida
piadosa (Deuteronomio 4:9, 15, 23; Proverbios 10:9, 11:3; Salmo 37:18, 37).

2 tim 1:5 5 trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero
en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también

La biblia nunca ordena que todas las mujeres deban ser madres. Sin embargo,
dice que aquellas que son bendecidas para ser madres, deben tomar
seriamente esa responsabilidad.

Las madres tienen un único y crucialmente importante papel en la vida de sus


hijos.

Así como una madre lleva a su bebé durante el embarazo, y alimenta y cuida
de niño durante su infancia, así también las madres juegan un constante papel
en las vidas de sus niños, adolescentes y jóvenes adultos, y aún cuando llegan a
la edad madura y tienen hijos. Mientras que el papel de la maternidad debe
cambiar y desarrollarse, el amor, el cuidado, la educación y el ánimo que da
una madre, nunca debe terminar.

Dios desea cubrir de gracia y favor a cada una de nosotras, por que el camino aún es
largo… por que aún hay mucho por pasar y superar, por que aún resta largo camino
para seguir guiando a nuestros hijos conforme a sus planes y propósitos para cada
uno de ellos.

Recordemos que no es con nuestra fuerza, habilidad o sabiduría…. Sino con lo que
nos provee Dios, cuando nos dejamos ser guiadas por Él.

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