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8 noches, 8 héroes

Inspiradoras historias para compartir alrededor de las velas de Januca.

Januca es el tiempo en el cual recordamos a los heroicos Macabeos y el milagro


del aceite que ardió por 8 noches. A través de la historia judía, han existido héroes
en cada generación. Pensamos que sería entretenido elegir 8 héroes judíos y
cada anoche, al encender las velas de Januca, leer sobre un héroe diferente.

¿Cómo elegimos estos 8? Incluimos una variedad – aquellos que demostraron


cualidades de liderazgo y otros que alcanzaron gran altura espiritual: jóvenes,
viejos, famosos y comunes. Los primeros 4 héroes de nuestra lista son figuras
históricas y los siguientes 4 están vivos hoy en día.

Cada uno tiene una interesante historia que contar, y cada uno de ellos luchó
para preservar nuestra herencia para que podamos continuar viviendo hoy como
judíos orgullosos. ¡Disfruta!

1. Abraham

2. Los Macabeos

3. Rabí Akiva

4. Rabino Jiya

5. Rabino Yisrael Meir Lau

6. La Señora de los Pollos

7. Sherri y Seth Mandell

8. Shlomo Mulla

1) Abraham

Existió un tiempo en el cual el mundo se veía muy diferente a como lo vemos hoy.
Las personas adoraban ídolos de madera y piedra. Mucha gente era iletrada, no
existía el concepto de igualdad de derechos y las personas abusaban y
esclavizaban a otros. Eso sucedía porque la gente no conocía sobre Dios.

Ese es el mundo en el cual vivió Abraham. Cuando tenía tres años, Abraham
observó el mundo de la naturaleza con toda su belleza y perfección – y concluyó
que para que un mundo estuviera tan perfectamente diseñado, tenía que existir un
diseñador. Abraham había descubierto a Dios.

Superficialmente, la conclusión no es tan sorprendente. Si fueras a una fábrica de


juguetes y vieras el proceso de diseño, manufacturación y ensamblaje, ¿¡acaso
pensarías erradamente que los juguetes se producen por accidente!?

Lo que es tan destacable del descubrimiento de Abraham es que él vivió en un


mundo lleno de idolatría. ¡Su familia incluso era dueña de un negocio de ídolos!
Un día, le pidieron a Abraham que cuidara el negocio. Él tomó un martillo y rompió
los ídolos – excepto al más grande de ellos. Su padre regresó consternado. “¿Qué
pasó?”, gritó espantado. “Fue asombroso padre”, dijo Abraham. “¡Todos los ídolos
empezaron a pelear y el ídolo más grande ganó la batalla!”. No existía forma de
que su padre contestara; en lo más profundo, él sabía que Abraham se había
sintonizado con una verdad más profunda.

Abraham no estaba satisfecho con su propio entendimiento, él salió a buscar a


otros en un esfuerzo por iluminarlos. Trajo invitados a su tienda, que estaba
abierta por los cuatro costados y estaba ubicada justo en medio de una carretera
interurbana. Y soportó todo tipo de burlas y de persecuciones por tener creencias
que eran políticamente incorrectas.

De hecho, la Torá lo llama Abraham Ha-Ivri - Abraham el Hebreo. Ha-


Ivri traducido literalmente es “el que se para en el otro lado”. El mundo entero
estaba parado en un lado y Abraham estaba parado firme en el otro. Su
determinación por hacer lo correcto – y de llegar a otros – formaron las bases del
pueblo judío. Y por eso, la mayoría de la raza humana acepta hoy en día el
concepto de Abraham de amar a Dios.

2) Los Macabeos
Era el año 167 A.E.C y la horrible persecución al judaísmo a manos de los griegos
estaba en su punto álgido. Las tropas griegas se presentaron en la ciudad de
Modiin (una ciudad al oeste de Jerusalem que se puede visitar hoy desde la
carretera Jerusalem-Tel Aviv) y exigieron que los judíos del lugar sacrificaran un
cerdo a los dioses griegos. El sabio de la ciudad, Matitiau el Cohen, se negó.

Pero había un judío en la ciudad que estaba dispuesto a hacer lo indecible a los
ojos del judaísmo. Cuando está a punto de sacrificar al cerdo, Matitiau lo apuñala,
y también mata al oficial griego que estaba presente. Luego se dirige a la multitud
y anuncia: “Síganme, todos aquellos que estén del lado de la ley de Dios”.

Aquellos que se unieron a Matitiau y a sus cinco hijos se dirigieron a las


montañas, esperando que los griegos volvieran a la ciudad a borrar todo como
represalia. En las montañas, organizaron un ejército de guerrilla, dirigido por el hijo
mayor, Judas, cuyo sobrenombre era Macabeo, que significa “el Martillo”.
Macabeo es también un acrónimo en hebreo de “Quien es como tú entre todos los
poderes, Oh Dios”– el grito de batalla del pueblo judío.

El ejército macabeo era como mucho de 12.000 hombres, peleando contra el


ejército griego de 40.000 hombres. Además de la superioridad en número, los
griegos tenían equipo profesional, entrenamiento y una manada de elefantes de
guerra (los tanques de la época antigua). Pero lo que carecían los judíos en
cuanto a entrenamiento y equipo lo tenían en espíritu.

Después de tres años de batalla, los judíos fueron capaces de reconquistar


Jerusalem. Encontraron el Templo profanado y entraron al santuario donde se
habían sacrificado cerdos. Cuando entraron nuevamente al Templo, lo primero
que hicieron fue prender una menorá provisional (la verdadera de oro había sido
fundida por los griegos). Pero sólo descubrieron una pequeña jarra de aceite puro
con el sello especial. Utilizaron esta jarra para encender la menorá y
milagrosamente se mantuvo encendida por ocho días, y para ese entonces, el
aceite puro y fresco ya había sido prensado y llevado al Templo.

Los Macabeos purificaron el Templo y lo rededicaron el 25 de kislev, que es la


fecha del calendario hebreo en la cual comenzamos a celebrar los ocho días de
Januca. (La palabra hebrea Januca significa “dedicación” o “inauguración”).
Más que una victoria militar, celebramos el triunfo de los ideales judíos que –
simbolizados por el brillo de la menorá – iluminan el mundo.

3) Rabí Akiva

Hace alrededor de 2.000 años, vivió un hombre llamado Akiva, una persona
simple de unos 40 años de edad que ni siquiera podía leer el Alef-Bet. Akiva
trabajaba como pastor para un hombre rico llamado Kalba Savua. Su hija Rajel vio
que Akiva tenía un carácter muy refinado. Ella le dijo: “Si nos casamos, ¿me
prometes que estudiarás la sabiduría judía?”. Él aceptó y se casaron en secreto.

Cuando Kalba Savua escuchó que su hija se había casado con el pobre pastor
Akiva, la echó de su casa y prometió desheredarla. Entonces Akiva y Rajel
dormían sobre paja. Él solía sacar la paja del cabello de ella y le decía: “Si tuviera
dinero, te daría una corona de Jerusalem de oro”.

Un día, Akiva pasó frente a una piedra a la que se le había hecho un hoyo debido
a una constante gotera de agua. Él concluyó: si algo tan suave como el agua
puede hacer un hoyo en una piedra sólida, cuánto más aún puede la Torá – que
es fuego – dejar una impresión indeleble en mi corazón. Rabí Akiva se
comprometió con el estudio de la Torá y pasó los siguientes 24 años estudiando. Y
siguió hasta convertirse en el sabio más grande de su generación.

Cuando volvió a casa con 24.000 estudiantes, toda la ciudad se reunió a recibirlo.
Cuando Rajel empezó a aproximarse a Akiva, algunos de los estudiantes (sin
saber de quién se trataba) se adelantaron para proteger a su rabino. En ese
momento Rabí Akiva se volvió hacia sus estudiantes y anunció: “Todo lo que
hemos logrado es totalmente en su mérito. Se lo debemos todo a ella”.

Cuando Kalba Savua escuchó las noticias, fue donde Rabí Akiva y revocó su
promesa anterior. Y ahí, Rabí Akiva le compró a su esposa una corona de oro de
Jerusalem.

Pero esos eran los días en los cuales la tierra de Israel estaba dominada por los
romanos, que intentaron terminar con la práctica del judaísmo. Las autoridades
romanas eventualmente arrestaron a Rabí Akiva por enseñar “ilegalmente” Torá.
Mientras estaba siendo torturado, Rabí Akiva se alegraba de cumplir con el
precepto bíblico de “amar a Dios con toda su vida”. Al morir, Rabí Akiva pronunció
las palabras del Shema Israel.

Su abnegación por la Torá continúa inspirando a los judíos hasta hoy.

4) Rabino Jiya

Durante un tiempo de persecuciones cerca de 1.700 años atrás, el gran sabio


Rabino Jiya estaba preocupado porque las enseñanzas de la Torá podrían ser
olvidadas por el pueblo judío. Como precaución, el rabino Jiya capturó un venado,
lo mató y dio su carne a los huérfanos. Luego curtió la piel del animal y escribió 5
diferentes rollos, uno para cada uno de los Cinco Libros de Moisés. Tomó 5 niños
y a cada uno le enseñó uno de los libros. Luego, tomó otros 6 niños y a cada uno
le enseñó uno de los seis tratados de la Mishná, la ley oral.

Luego le enseñó a cada uno de los 11 niños: “Enseñen lo que han aprendido uno
al otro”. Con esto, dice el Talmud, el rabino Jiya aseguró que el pueblo judío nunca
se olvidaría de la Torá.

Esto plantea una pregunta: 11 niños es un grupo bastante pequeño. ¿Por qué no
enseñó el rabino Jiya todos los libros a todos los niños? ¿Por qué enseñó a cada
niño un solo libro?

La respuesta es que era esencial para el proceso que los niños se enseñaran los
unos a los otros. Para asegurar que la Torá no se olvide, tienes que enseñar a
otros lo que tú has aprendido. ¡Ese es el secreto!

Entonces, si conoces la clave de la felicidad, enséñala. (La clave de la felicidad es


apreciar lo que tienes, en vez de lamentarte por lo que no tienes.) ¿Acaso está tu
amigo triste o deprimido? ¡Dale algo de alegría! Si tienes la posibilidad, debes
ayudar.

Esto no se trata de “forzar a los otros a que acepten tu opinión”. Sino simplemente
entregar información que le permita a tu amigo conectarse con lo que él ya sabe –
y redescubrirlo por sí mismo.
No creas que no puedes. Tienes la habilidad de generar un impacto dramático en
otros. No tienes que ser un senador de los E.U. para hacer la diferencia. Con un
pedacito de sabiduría puedes ayudar a la humanidad.

El Rabino Eliyahu Essas fue una de las personas a las que se les negó la salida
de la Unión Soviética tiempo atrás. Vivió en una época donde estudiar Torá era
totalmente ilegal. Por eso, el rabino Essas logró juntar algunos libros de judaísmo;
se escondió la de la KGB y empezó a estudiar Torá.

Después de un tiempo, la gente empezó a ir secretamente a estudiar con el rabino


Essas. Pero de los 5 millones de judíos soviéticos, él era uno de los pocos que
podía enseñar y su tiempo era muy demandado. Entonces él puso una regla:
“Antes de que comience a enseñarte, debes estar de acuerdo en enseñar a otros
lo que has aprendido”. De esta forma, el rabino Essas fue capaz de multiplicar su
efecto.

A pesar de que nosotros no vivimos bajo un régimen Soviético opresivo, el


concepto aún se aplica hoy en día. ¿Aprendiste algo precioso? Di a ti mismo: “Eso
fue fascinante. ¿Qué me enseñó sobre la vida? ¿Cómo puedo transmitir esta
reflexión a otros?”.

Enseñar también te beneficia a ti. Tener que explicar una idea a otros te obliga a
clarificarla para ti. Lo transformaste de potencial a realidad.

Cuando enseñas a alguien, asegúrate de que entiendan cuán importante es


enseñarlo a otros. Eso es asegurar que la Torá nunca será olvidada por el pueblo
judío.

5) Rabino Yisrael Meir Lau

Yisrael Meir Lau nació en 1937 en una ciudad en Polonia donde su padre era
rabino. A la edad de 7 años, Yisrael Meir fue enviado a un campo de trabajo
forzado Nazi. El comandante de la Gestapo descubrió que había algunos niños en
el campo. Él creía que los niños no eran trabajadores productivos y quería
eliminarlos.
Entonces el joven Yisrael Meir silenciosamente utilizó sus pies para juntar un poco
de tierra y piedras en un pequeño montón. Luego se paró en este montón para
parecer un poco más alto y abrió su boca para enunciar el primer discurso de su
vida:

“Seños Comandante, creo que hay un malentendido. Es un error pensar que los
niños como nosotros no pueden trabajar. Cuando yo era incluso menor que ahora,
yo empujaba un carro de madera con 60 botellas de vidrio y distribuía agua a los
trabajadores. Afuera en la nieve, repetidamente llenaba las botellas durante las 12
horas de mi turno. Entonces, no puede decir que nosotros los niños carecemos de
potencial de trabajo”.

La Gestapo indicó que junto con su lindo discurso, un fuerte soborno ayudaría.
Entonces, el hermano mayor de Yisrael Meir sacó un diamante que su madre les
había dado, que él había cosido a su ropa. El diamante, junto al discurso, salvaron
la vida de Yisrael Meir.

En 1945, Yisrael Meir se convirtió – a la edad de 8 años – en el sobreviviente más


joven liberado de Buchenwald. Casi toda su familia había sido asesinada. Él era
para todos los casos y fines un huérfano.

Él estaba entre los primeros inmigrantes en llegar a Israel después del Holocausto.
Un tío lo llevó a su casa y le explicó que él había sido salvado para continuar con
la cadena rabínica de su familia (37 generaciones de rabinos). Le dijeron a Yisrael
Meir que esto era como una carrera de relevos, donde la antorcha se pasa de
mano en mano, y en la cual no se permite extinguir el fuego.

Estudió mucho, se mantuvo enfocado en su meta y se convirtió en un respetable


rabino. Fue el rabino oficial de Natanya, luego el rabino oficial de Tel Aviv y en el
año 2003 completó un período de 10 años como rabino oficial de Israel. En el año
2005, El rabino Lau fue premiado con el Israel Prize for Lifetime Achievement. En
noviembre del año 2008 – en el aniversario número 70 de Kristallnacht, fue
nombrado presidente del Consejo de Yad Vashem, dedicado a preservar la
memoria del Holocausto a las futuras generaciones.

Con la vida pendiendo de un hilo, Yisrael Meir Lau de 7 años reunió toda su
valentía y se enfrentó a los Nazis. Esa misma determinación lo llevó a grandes
alturas, pasando la antorcha de la tradición a una generación de israelíes.
(Clic aquí para un video corto sobre el rabino Yisrael Meir Lau)

6) La Señora de los Pollos

Si conocieras a Clara Hammer en el bus o en el supermercado, probablemente le


sonreirías. Ella es una señora muy dulce de 93 años de edad. Pero nunca
imaginarías que ella es conocida en forma cariñosa como “la señora de los pollos”,
responsable de alimentar a cientos de familias pobres de Israel.

La campaña solidaria de Clara comenzó hace 22 años durante un viaje de rutina a


una carnicería kosher en Jerusalem. Estaba parada en la fila y vio al carnicero
darle una bolsa plástica llena con nada más que grasa y piel a una pequeña niña.
Clara avanzó hasta el comienzo de la fila y preguntó, “¿Cuántos perros y gatos
tiene esa familia que necesita tanto desperdicio?”.

El carnicero le explicó que esa familia no tenía mascotas sino siete hijos. Ellos
utilizaban la grasa y la piel para hacer “sopa de pollo” y guisados. Las palabras
entraron directo al corazón de Clara. Ella miró a través del mostrador y dijo: “De
ahora en adelante, ¡dele a la familia un pollo entero y yo voy a pagárselo!”.

¿Qué motivó a Clara a ayudar? Nacida en una pequeña ciudad de Ucrania, Clara
y su familia sobrevivieron tres pogroms antes de escapar a Rumania. El policía de
la frontera rumana le negó la entrada a su familia y estuvieron en la cárcel cinco
meses. Fue ahí donde ella experimentó terrible hambruna. Y Clara decidió que ella
haría todo lo posible para aliviar el hambre actual.

Hoy, Clara ayuda a más de 700 personas y paga al carnicero una cuenta semanal
de $1000 dólares. El carnicero tiene un computador entero dedicado a Clara.

Su departamento en Jerusalem está lleno de imágenes de pequeños pollos –


muñecos de pollo rellenos, figuritas y jarras. En el 2008, Clara Hammer fue
premiada por Yeshiva University con un honorario “doctorado en bondad”. Ella es
un héroe moderno, mostrándonos lo que una sola persona puede lograr – con un
poco de imaginación y mucha preocupación.

(Clic aquí para un video corto sobre La Señora de los Pollos)


7) Sherry y Seth Mandell

Seth y Sherri Mandell se mudaron a Israel desde Estados Unidos en el año 1996
porque amaban Israel y querían que el judaísmo estuviera en el centro de su vida
familiar.

Sus vidas fueron devastadas en mayo del año 2001, cuando su hijo Koby de 13
años fue asesinado por terroristas. Koby fue a excursionar con un amigo un cañón
cerca de la casa de los Mandell. Allí, en una cueva, terroristas árabes apedrearon
a los dos niños hasta la muerte.

Los Mandells, padres de otros tres hijos menores, sabían que para poder seguir
adelante, tenían que tomar la crueldad del asesinado de Koby y transformarlo en
bondad. Querían ayudar a personas como ellos, golpeados por el terror, a ser
capaces de volver a la vida, con fuerza, esperanza y sanación.

Por esa razón, crearon la Fundación Koby Mandell que provee programas de
curación para familias golpeadas por el terrorismo. Niños cuyos hermanos o
padres habían muerto en ataques terroristas, acudían a campamentos de una
semana donde obtenían ayuda psicológica y relación con otros niños que
compartían sus circunstancias de vida. Madres que habían perdido hijos en
ataques terroristas iban a retiros de sanación de dos días. Los participantes son
ayudados a encontrar significado en su pérdida, para que sus familias se
fortalezcan en vez de debilitarse a causa de su trauma.

De esta forma, los Mandells respondieron al dolor y al sufrimiento con una


respuesta judía – construir, crecer y dar significado al sufrimiento, elegir la vida y
ayudar a otros en esta misión. Los terroristas no van a ganar; una cadena de amor
y de compartir se crea en la estela de los intentos de los terroristas por destruir al
pueblo de Israel.

Y de esta manera, ellos mantienen el espíritu de Koby vivo en el mundo.

(Clic aquí para un video corto sobre Sherri y Seth Mandell)


8) Shlomo Mulla

Shlomo Mulla creció en un pequeño pueblo en el norte de Etiopía. Cuando tenía


16 años, él y un grupo de amigos decidió irse a Israel a pie. Su plan era caminar
desde su pueblo hasta Sudan, luego a Egipto, al desierto de Sinai, de ahí a
Beersheva y finalmente a Jerusalem.

Tomaron un guía para que les mostrara primera parte del viaje. El padre de
Shlomo vendió una vaca para conseguir dos dólares par pagar al guía. Caminaron
descalzos, día y noche, sin descanso. Vieron tigres, leones y serpientes.
Caminaron a través del desierto sin agua. Fueron capturados por ladrones en la
jungla, que les quitaron toda su comida y todo su dinero.

Caminaron 780 kilómetros en una semana. Cuando llegaron a la frontera de


Etiopía y Sudan, los guardias de la frontera le dispararon al mejor amigo de
Shlomo y lo mataron. Pusieron a todo los niños en la cárcel y los torturaron.

Después de 91 días, Shlomo y sus amigos fueron liberados. Fueron llevados en


camión a un campo de refugiados. Poco después de eso, conocieron a un hombre
que les dijo que se subieran a un camión. Anduvieron por cinco horas a través del
desierto. Luego se detuvieron y les indicaron que se bajaran del camión. Después
el avión aterrizó y todos fueron empujados dentro de él. Se cerró la puerta en
medio de canciones y aplausos, la tripulación anunció: “Shalom Aleichem” –
Bienvenidos. Todo era parte de una operación secreta del gobierno israelí para
rescatar a judíos etíopes.

Shlomo y otros judíos etíopes llegaron a Israel con la meta de ayudar a construir la
sociedad. Shlomo aprendió el idioma y diligentemente se hizo su camino. Ganó
reputación por su habilidad para concretar las cosas, con una sensibilidad especial
en relación a los 120.000 judíos etíopes que viven actualmente en Israel. En
febrero del año 2008, Shlomo se convirtió en el segundo etíope electo para la
Knesset Israelí (el Parlamento israelí).

Basado en una idea de Flaura Koplin Winston

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