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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA DULTOS (UAPA)

ESCUALE DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS.

ESCUELA DE DERECHO.

TEMA: V

Crímenes y Delitos que se Cometen en Contra de la Seguridad del Estado

ASIGNATURA:

Derecho Penal II

ELABORADO POR:

Jairo Luis Meléndez Ovales

MATRICULA:

16-4052

FACILITADOR/A:

Mena Colon

SANTIAGO DE LOS CABALLEROS, REP. DOM. 7 DICIEMBRE DEL 2018


Luego de consultar la bibliografía básica de la asignatura y demás fuentes
complementarias del curso realiza la siguiente:

1) Realice un análisis de los siguientes artículos del código Penal


Dominicano:

109 al 113, del 114 al 122 y del 127 al 131.

Dentro del análisis de los presentes artículo que realice al código penal
dominicano, donde plasmo cada artículo con sus restricciones sin son cometidos
por algunas personas, los cuales tiene una, penalidad que se le imputa a cada
caso en específico sin son infringidas dicha norma.

Art. 109. Las reuniones tumultuarias que, usando violencias o amenazas, tengan
por objeto impedir a uno o más ciudadanos, el ejercicio de sus derechos políticos,
serán castigados con prisión correccional de seis meses a dos años, que se
impondrá a cada uno de los individuos, que formaron parte de ellas. También
quedarán inhabilitados durante un año a lo menos, y cinco a lo más, para ser
electo o elegido para ningún cargo público de nombramiento popular.

Art. 110. Si el delito fuere la consecuencia de un plan concertado, y cuya


ejecución debía verificarse en toda la República, o en una o varias de sus
provincias, distritos o municipios, la pena será la de destierro.

Art. 111. Los ciudadanos que, encargados en los actos electorales del despojo de
los escrutinios, se sorprendan falsificando las boletas de inscripción o
distrayéndolas de la urna electoral, o agregando en ella boletas distintas a las que
depositaren los su fragantes, o inscribiendo en las de los electores que no sepan
escribir, nombres distintos de los que ellos les hubieren indicado, serán castigados
con la degradación cívica.

Art. 112. Las demás personas que se hagan culpables de los delitos enunciados
en el artículo anterior, serán condenadas a prisión de seis meses a dos años, y a
la interdicción del derecho de elegir y ser elegido, durante un año a lo menos, y
cinco a lo más.
Art. 113. Todo ciudadano que, en las elecciones, hubiere comprado o vendido un
sufragio, cualquiera que sea su precio, sufrirá la pena de inhabilitación para cargos
y oficios públicos, desde uno hasta cinco años y multa de diez a cien pesos. El
comprador del sufragio y su cómplice serán condenados a una multa que pagarán
cada uno por sí, cuyo monto se elevará al duplo del valor de las cosas recibidas u
ofrecidas. Si este valor no pudiere determinarse, la multa será de diez a cien
pesos.

Art. 114. Los funcionarios, agentes o delegados del Gobierno que hubieren
ordenado o cometido un acto arbitrario o atentatorio a la libertad individual, a los
derechos políticos de uno o muchos ciudadanos, o a la Constitución, serán
condenados a la pena de la degradación cívica

Art. 115. Si la orden hubiere emanado de un Secretario de Estado, o si este


funcionario hubiere cometido uno de los actos mencionados en el artículo
precedente, y si después de haber solicitado la revocación de la disposición, se
negare a ello, o se descuidare en hacerla enmendar, se le impondrá la pena de
destierro, previa acusación decretada conforme a la Constitución.

Art. 116. Si los Secretarios de Estado, acusados de haber ordenado o autorizado


un acto contrario a la Constitución, alegaren que la firma les ha sido sorprendida,
estarán obligados a denunciar, al hacer cesar el acto, a aquel que ellos indiquen
como autor de la sorpresa, so pena de ser perseguidos personalmente.

Art. 117. Los daños y perjuicios que puedan pedirse, con motivo de los atentados
expresados en el artículo 114, se reclamarán en el curso del procedimiento
criminal, o por la vía civil, y se regularán en atención a las personas, a las
circunstancias y al perjuicio irrogado, sin que en ningún caso, y sea quien fuere el
agraviado, puedan esas indemnizaciones, para cada individuo, ser menos de
cinco pesos por cada día de detención ilegal y arbitraria.
Art. 118. Si el acto contrario a la Constitución se ha ejecutado, falsificando la firma
de un Secretario de Estado o de un funcionario público, los autores de la
falsificación, y los que a sabiendas hubieren hecho uso del acto falso, serán
castigados con la pena de trabajos públicos.

Art. 119. Los funcionarios públicos encargados de la policía administrativa o


judicial, a quienes se dirijan instancias o reclamaciones tendentes a hacer constar
una detención ilegal y arbitraria, efectuada en los lugares destinados a la guarda
de los presos, o en cualquier otro punto, que se nieguen a dar dichas
reclamaciones o instancias el curso correspondiente, o que se descuiden en el
caso, serán castigados con la pena de degradación cívica, si no justificaren haber
denunciado el hecho a la autoridad superior. Serán también responsables de los
daños y perjuicios que causen con su descuido o su negativa, regulándose
aquellos, según lo establece el artículo 117.

Art. 120. Los alcaides, guardianes y conserjes de las cárceles, casas de detención
o de depósito, que recibieren presos sin mandamiento o sentencia, o sin poder
provisional del Gobierno o de autoridad competente; los que se negaren a
presentar los presos al oficial de policía o al portador de sus órdenes, sin justificar
la prohibición del fiscal o del juez; aquellos que se hubieren negado a presentar
sus registros al oficial de policía, se considerarán como reos de detención
arbitraria; y en consecuencia serán castigados con prisión correccional de seis
meses a dos años, y multa de diez a cincuenta pesos.

Art. 121. Son reos de prevaricación, y serán castigados con la degradación cívica:
los oficiales de policía, los fiscales, jueces o sus suplentes, que provocaren, dieren
o firmaren una providencia o mandamiento, con el fin de perseguir personalmente,
o poner en estado de acusación, al Presidente y Vicepresidente de la República, a
los Secretarios de Estado, a los Senadores, Diputados al Congreso, a los
Magistrados y Procurador General de la República, al Prelado y las dignidades del
cabildo eclesiástico, los agentes diplomáticos de la República, los delegados y
comisionados del Gobierno y los Gobernadores de las Provincias, sin las
autorizaciones prescritas por la Constitución y las leyes del Estado; o que, salvo
los casos de flagrante delito o de clamor público, dieren o firmaren sin las mismas
autorizaciones, el mandamiento de prisión, o de arresto, contra uno o muchos de
los funcionarios especificados en el presente artículo.

Art. 122. Se impondrá también la pena de la degradación cívica, al Procurador


General de la República, a los Fiscales, Jueces o sus suplentes, y a cualquiera
otro oficial público, que arresten o hicieren arrestar a un individuo en lugares que
no estén destinados a ese efecto por el Gobierno. En la misma pena incurrirán los
funcionarios expresados en este artículo, cuando hicieren comparecer, en calidad
de acusado, ante un tribunal criminal, a cualquier ciudadano, contra quien no
hubiere recaído previamente el auto de calificación de la cámara.

Art. 127. Se considerarán reos de prevaricación, y serán castigados con la


degradación cívica: los jueces, fiscales o sus suplentes, y los oficiales de policía
que se hubieren mezclado en el ejercicio del Poder Legislativo, dando reglamentos
que contengan disposiciones legislativas o suspendiendo la ejecución de una o
muchas leyes o deliberando en cuanto a saber si las leyes se ejecutarán o
promulgarán.

Art. 128. Se castigarán con la misma pena, los jueces, fiscales o sus suplentes, y
los oficiales de policía que se excedieren en sus atribuciones, ingiriéndose en
materias que correspondan a las autoridades administrativas, ya sea que
reglamenten en esas materias, o ya que prohíban que se ejecuten las órdenes que
emanen del Gobierno.

Art. 129. Además de las penas señaladas en los artículos de esta sección, se
podrá condenar a los culpables a los daños y perjuicios que hubieren ocasionado.

Art. 130. Los Gobernadores de provincias, los Ayuntamientos, Síndicos y demás


administradores, serán castigados con la degradación cívica, cuando se ingieran
en el ejercicio del Poder Legislativo, tomando disposiciones o dictando
providencias generales, cuyas tendencias sean intimar órdenes o prohibiciones a
los tribunales.

Art. 131. En igual pena incurrirán los empleados administrativos indicados en el


artículo anterior que usurparen atribuciones judiciales, ingiriéndose en el
conocimiento de derechos e intereses privados de la jurisdicción de los tribunales,
y que después de la reclamación de las partes o de una de ellas decidieren, sin
embargo, el asunto; o que de algún modo requirieren, instruyeren o hicieren
recomendaciones a las autoridades judiciales para que ciñan sus actuaciones,
decisiones o fallos, al interés o criterio particular de aquellos.

2) En un espacio que no exceda de dos páginas, favor referirse a las


siguientes leyes:

a) 50-88 sobre Drogas y sustancias controladas en la Republica Dominicana.

Introducción.

El problema del Tráfico y consumo de Drogas por su magnitud alcanza,


actualmente, proporciones dramáticas que traspasan nuestras fronteras y las del
mundo, convirtiéndose en el flagelo criminal que amenaza con destruir la
humanidad.

El narcotráfico y su multiplicidad de manifestaciones suponen una seria amenaza


capaz de atentar contra la vida institucional de cualquier nación.

La Comunidad Internacional, consiente de que el crimen del narcotráfico ha


permeado las fibras más sensibles de la sociedad, ha propuesto sumatoria de los
esfuerzos individuales en la búsqueda de medios capaces de enfrentar a tan
oprobioso flagelo.

Antecedentes.

Diversas Leyes, Reglamentos y Decretos se han encargado de sancionar, en


nuestro país el ilegal uso, abuso y tráfico de Drogas y Sustancias controladas.
La actual Ley 50-88, sustituyó la Ley 168, sobre Drogas Narcóticas de 1975;
modificó la Ley 95 sobre inmigración de 1939, Ley 573, de fecha 16 de abril
del1977, sobre Mar Territorial, Zona Contigua, Zona Económica Exclusiva y
Plataforma Continental, Leyes 5439, de 1915 y sus modificaciones, sobre Libertad
Condicional bajo Fianza, Ley 164 de 1980, sobre Libertad Condicional y Ley 223
de 1984 sobre el Perdón Condicional de la Pena, el Art. 463 del Código Penal
Dominicano, Circunstancias Atenuantes, etc.

Hoy día, dado que el narcotráfico y su red de actuaciones han revestido una
multiplicidad de acciones cada vez más complejas a los fines de extender su ya
amplio dominio, se hace necesario el concurso de la dinámica legislativa que
facilite la labor represiva del Estado en forma adecuada.

En dicha virtud la Ley 50-88 sobre Drogas y Sustancias Controladas y sus


modificaciones, de fecha 5 de mayo de 1988, es el estatuto legal que actualmente
sanciona el Tráfico y Consumo de Drogas peligrosas en nuestro país.

En su Art.1, le da su denominación: “Ley sobre Drogas y Sustancias Controladas


de la República Dominicana”.

b) Ley 155-17 sobre lavado de activo.

El 1 de junio del año dos mil diecisiete (2017) fue promulgada la Ley 155-17 sobre
lavado de activos y financiamiento del terrorismo en la República Dominicana, lo
cual trae nuevos retos para toda la sociedad y muy especialmente para las
entidades de intermediación financieras y los denominados sujetos obligados,
trayendo consigo consecuencias muy graves contra todos aquellos que violen
dicha ley. Lo que sigue es una breve explicación de las novedades y los retos del
empresariado dominicano para con esta nueva ley que ya se encuentra vigente.

Si bien es cierto que la aplicación de la presente ley implica más trabajos y hasta
carga económicas para la empresa lo seguros es que con la aplicación de esta ley
resultará muy beneficiada la República Dominicana y el mundo, puesto que con la
misma se combate el crimen organizado a nivel mundial.
La principal tarea de los sujetos obligados es mantener informada a la Unidad de
Análisis Financieros, UAF, y en tal sentido establece ciertos parámetros para que
le notifique de las transacciones sospechosas que son aquellas transacciones,
efectuadas o no, complejas, insólitas, significativas, así como todos los patrones
de transacciones no habituales o transacciones no significativas, pero periódicas,
que no tengan un fundamento económico o legal evidente, o que generen una
sospecha de estar involucradas en el lavado de activos, algún delito precedente o
en la financiación al terrorismo; todo según el artículo 2 de dicha ley.

Asimismo el articulo 64 de dicha ley establece que se “prohíbe a toda persona,


física o moral, liquidar o pagar, así como aceptar la liquidación o el pago de actos
u operaciones mediante el uso de efectivo, monedas y billetes, en moneda
nacional o cualquier otra, así como a través de metales preciosos”, por lo que con
dicha disposición veremos limitado todo el pago en efectivo en las transacciones.
Los abogados y las instituciones que intervengan deberán de asegurarse de que
el pago fue real y que ha quedado constancia de ello por los medios establecidos
por la ley.

c) Ley 631-16 sobre control de armas de fuego y municiones.

La ley 631-16 para el control de armas, municiones y materiales relacionados,


objeto de este artículo, fue promulgada este mismo año como una especie de
respuesta tentativa al creciente número de armas que se han estado introduciendo
a la sociedad dominicana por medio del contrabando y el tráfico de armas, tanto
por la frontera dominico-haitiana, como por nuestros puertos y aeropuertos.

Es decir, que esta legislación nueva, tiene como objeto principal, prevenir y
controlar el número de armas en el territorio dominicano, es decir, fiscalizar el uso
de las armas ya existentes legalmente aquí, ya sea las que están en mano de la
población civil, así como también aquellas armas en mano de militares y policías
fuera de reglamento, funcionarios y empresas privadas dedicadas al negocio de la
seguridad, de modo que se inicie con ésta la promoción y el fomento de un
proceso de desarme gradual de la población, por medio de este régimen jurídico.
Yo soy de los que me inscribo con los que opinan que el aumento de las penas, no
es un elemento disuasivo del crimen. De hecho, basta con citar solo como ejemplo
los Estados en donde opera la pena capital (pena de muerte), que pese a la
presencia de ésta, no dejan de producirse los crímenes que llevan aparejados ese
tipo de castigo, como consecuencia jurídica. Y es que, esta ley (la 631-16), no solo
se limitó a crear nuevos delitos que no existían en la legislación penal interna (Ley
36), sino que de manera adicional, también creó el cumulo de penas, lo que
inevitablemente producirá más inflación penal.

Por ejemplo, el legislador dispuso aplicar sanciones de tres (3) a cinco (5) años a
quienes porten armas de fuego ilegal. Por el otro lado, también dispuso que serán
sancionados los funcionarios cuyas armas bajo su cargo se vean involucradas en
hechos contrarios a la ley. Los que realicen disparos aire, lo cual no es nuevo, la
ley dispone que sean sometidos a la justicia con penas de hasta de un año (1) de
prisión. En el caso de las personas jurídicas o morales (empresas) propietarias de
armas de fuego, cuando esas armas se vean envueltas en hechos reñidos con la
ley, serán sometidos sus propietarios (deber de garante), lo que quiere decir, que
no solo serán castigados quienes las porten o cometan los hechos, sino también
sus propietarios.

Es decir, esta ley trae (es mi opinión personal) un aumento significativo en las
sanciones que se habrán de aplicar a sus infractores, como si todo eso contribuirá
a desincentivar la comisión de ese tipo de delitos, y más bien, para lo único que
servirá, será para resarcir moralmente a las víctimas de tales infracciones, y
alimentar de algún modo el morbo mediático que produce todo esto.

Otro ejemplo de este festival de aumento de las penas, es el que está


contemplado para las personas que propinen heridas de bala para robar con
armas de fuego ilegal, cuya pena va desde los 15 a 20 años, o quienes secuestren
con armas ilegales con penas de 30 a 40 años de privación de libertad. Yo
pregunto: ¿Es mayor el resultado lesivo al sujeto pasivo por el hecho que el arma
empleada en su contra para cometer la agresión era ilegal? Es decir, Yo no le veo
justificación a ese aumento en la pena, pues el resultado lesivo es indistinto al
status del arma de fuego que se haya empleado para realizar el hecho punible.

La misma posición tengo respecto al tema de una asociación de malhechores.


Resulta que la ley contempla que cuando se trate de un concierto de voluntades
en donde se utilicen armas de fuego ilegales, por esto último serán sancionados
con penas de 20 y 30 años de cárcel entendiendo la gravedad de los hechos.

Lo que quiero enfatizar es que el legislador nuestro, movido por un populismo


penal creciente, que solo alimenta el morbo público, estos aumentos lo que tratan
es de satisfacer el descontento generalizado que produce la inseguridad pública
en la mayoría de los ciudadanos. Es decir, no me pareció sensato esos
incrementos de las penas, pues no tienen un sustento lógico que los justifique, y
no creo que tengan el impacto o efecto que al parecer se busca, que no es otro
que persuadir supuestamente a los ciudadanos para que no delincan o realicen
esos supuestos que la norma trae y que viene provista de una alta dosis de
castigo.

La enfermedad, como dice el vejo refrán, la mayor de las veces no está en la


sabana, sino en el paciente (la sociedad). A lo mejor esa inflación penal que
presenta la ley 631 obedece a lo que tan atinadamente dice un magistrado
español, que jugar con fuego, no significa querer crear un incendio.

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