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Begoña Ibarrola es bien conocida en muchas casas de niños y niñas porque sus
cuentos ocupan un lugar importante en las librerías de muchos hogares. No es
para menos. Sus Cuentos para sentir, Cuentos para educar a niños felices y
sus Cuentos para descubrir inteligencias han conquistado el protagonismo del
momento del cuento en muchas familias gracias a historias llenas de emociones,
sentimientos e invitaciones a reconocer sentimientos y expresarlos. Begoña nos
concede esta entrevista en la que nos brinda grandes ideas para promover la
educación emocional.
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¿Qué papel pueden tener los cuentos en la
educación emocional? ¿Cómo podemos
aprovechar ese momento los padres y madres
para potenciar la educación emocional?
Pero los cuentos también enfrentan al lector con conflictos y le ayudan a ver las
consecuencias de los actos. Toda acción tiene una consecuencia y a menudo en la vida
una expresión de emociones descontrolada tiene consecuencias muy negativas y dañan
a las personas que tenemos alrededor. La expresión adecuada de lo que sentimos
mejora la convivencia y nos convierte en personas más respetuosas, por eso la
regulación emocional es otra competencia que se aprende a través de los
cuentos. Algunos relatos ayudan a desarrollar el optimismo, pues al final siempre
acaban bien. En casi todos los relatos, los protagonistas tienen que pasar dificultades y
solo cuando son capaces de superarlas encuentran lo que buscan o solucionan sus
dificultades. Gracias a los cuentos, el lector también tiene la posibilidad de multiplicar o
expandir su experiencia a través de las vivencias de los personajes y la oportunidad
de explorar la conducta humana de un modo comprensible. Amplía la experiencia del
mundo propio, le lleva a otros tiempos, otros lugares, otras formas de vivir y soñar, le
asoma a realidades desconocidas que favorecen su empatía. No olvidemos que el
desarrollo de la empatía es uno de los elementos más importantes para la
prevención de la violencia y es una de las habilidades emocionales que ayudan a
tener unas relaciones interpersonales más satisfactorias. Por último, los cuentos
contribuyen al proceso de socialización, pues en ellos se aprenden valores de
cooperación, a conocer las normas morales y cómo son necesarias para convivir.
Contienen mensajes educativos y valores morales importantes y ayudan a los niños a
superar las dificultades con las que se encuentran a lo largo del crecimiento. De ahí que,
a veces, el niño insista en la repetición del mismo cuento, porque necesita acabar de
captar el mensaje que le transmite y la solución que ofrece a su propia problemática. Por
lo tanto los cuentos transmiten valores sin ser lecciones, enseñan, sin dar
consejos, orientan y guían al lector en este laberinto que es la vida.
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¿Cómo empezaste a escribir cuentos? ¿Con
qué objetivo?
Cuentas que uno de los hermanos Grimm resistió una operación quirúrgica sin la
ayuda de ningún calmante gracias a un relato. ¿Tienen tanto poder los cuentos?
¿Nos podrías contar ejemplos de cómo los cuentos han ayudado en la educación
emocional de los niños? ¿Qué comentarios recibes de tus cuentos y relatos?
“Querida Begoña, y te digo querida porque formas parte de nuestras vidas, la de mi marido,
mi hijo de 10 años y mi hija de 8. Te leemos cada día. Gracias a tus cuentos mis hijos han
aprendido a identificar y poner nombre a las cosas que les pasan. Tenemos como libros
de mesilla tus Cuentos para sentir, son un vehículo para comunicarnos y expresar nuestras
cosas y un referente para decir: “vamos a hacer como el sol…hablar tranquilos y decir
tranquilamente por qué nos sentimos enfadados” o “quiero ser como la lata y tener la
esperanza de…o “como Crisol y confiar en mí misma y en que lo voy a conseguir”, y otros
tantos ejemplos que te podría dar. Mil gracias. Tus admiradores.
¿Qué poso te gustaría que tus cuentos dejaran en los niños y en sus padres y
madres?
En primer lugar te diré que no espero nada en concreto de mis cuentos ni deseo nada.
Mi satisfacción al escribirlos y ver cómo las ventas aumentan cada año, ya son suficientes
regalos pues supone que son valiosos para las personas que los leen. Pero sí me
gustaría saber que después de su lectura, cada niño, además de divertirse, se ha sentido
un poco mejor o ha comprendido mejor a los demás o al mundo que le rodea. Yo quiero
cambiar el mundo a través de los cuentos, quiero que cada persona cambie su
corazón al leerlos, que sientan la belleza y la importancia de sentir, la maravilla
que supone el establecer relaciones de afecto con los demás pero también que
tengan estrategias para hacer frente a las situaciones difíciles y a los retos que,
con toda seguridad, tendrán que afrontar a lo largo de su vida. Espero que los
cuentos y las historias que en ellos aparecen puedan convertirse en herramientas de
crecimiento personal, tanto para los niños como para sus padres y madres.
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