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Intervenciones en crisis desde el enfoque

Gestáltico
 A u t o r / A u to re s
Lic. Claudia Pires
 P a la b ra s cla ve
crisis intervención enfoque gestáltico darse cuentaruptura cambio
 Re su me n
La crisis como proceso total (ya sea aguda o crónica) se halla
configurada por una sucesión de cambios de la propia adaptación a un
determinado medio social o circunstancia. La palabra crisis encierra:
ruptura y mutación; ruptura entendida como pérdida de lo pasado ( hay
algo que se rompió y ya no puede volver a ser como era antes). En fin,
pérdida relacionada con los duelos que debe elaborar una persona.
 P u b lica do en
Psicoactualidad.com

Introducción

Para poder hablar de intervenciones en crisis, es necesario en primera


instancia, poder precisar el concepto de crisis.

La crisis como proceso total (ya sea aguda o crónica) se halla


configurada por una sucesión de cambios de la propia adaptación a un
determinado medio social o circunstancia. La palabra crisis encierra:
ruptura y mutación; ruptura entendida como pérdida de lo pasado ( hay
algo que se rompió y ya no puede volver a ser como era antes). En fin,
pérdida relacionada con los duelos que debe elaborar una persona.
Considero importante rescatar el simultáneo contenido de mutación, de
nueva forma que la palabra crisis encierra y supone una
desestructuración y reestructuración del mundo interno y del mundo
externo con todas las fluctuaciones que pueden presentarse progresiva
y regresivamente en cada persona. Es una verdadera encrucijada, de
ahí el aumento de patología en el período crítico. Pero es también una
nueva oportunidad de reorganización de la personalidad. Cuando una
persona logra atravesar una crisis y emerger de ella, sale con un nivel
de mayor integración. Se trata fundamentalmente de un cambio al
servicio del crecimiento y la maduración.

Ahora bien, cómo poder salir de una situación de fractura y cambio que
implica cualquier crisis? Qué es lo que necesita una persona atravesada
por una crisis para poder atravesarla? En primer lugar, soportes; tanto
externos como internos. Seguramente la persona no reconoce soporte
interno alguno, pero a partir de la intervención del terapeuta facilitando
la conexión con algún tipo de soporte externo, podrá empezar a
conectarse con los propios recursos. Vemos así, la importancia de los
soportes en el atravesamiento de una crisis. La palabra “support” en
inglés significa soporte, respaldo, sostén, sustentación, protección,
apoyo, defensa, recurso. Así, entendemos por soporte lo que sirve para
sostenernos, respaldarnos, apoyarnos. Por cierto, en una crisis lo que
más necesitamos es SOSTEN.

“Un buen terapeuta es soportativo, cualquiera sea la técnica con la que


trabaje.” (Allerand, M.: Piedra Libre). Si la intención del terapeuta es que
el paciente crezca, se integre, tome contacto con lo que profundamente
le sucede con esta crisis, tiene que favorecer y desarrollar sus soportes.

Ahora bien, ¿cuáles son los soportes?

Podemos distinguir dos tipos de soportes: los internos y los externos.

Los soportes internos son aquellos que son propios de cada persona,
como por ejemplo su darse cuenta, el propio cuerpo, las sensaciones
corporales, la respiración, la capacidad reflexiva que una persona
pueda tener, las experiencias pasadas positivas, etc.

Los soportes externos son aquellos que no son propios de la persona,


pero que están en su ambiente. Soportes externos pueden ser: el aire,
el piso, los amigos, el trabajo, el dinero, la casa, la familia, etc.

El brindar apoyos da confianza, seguridad y ayuda a construir otra


configuración, una nueva gestalt. Por consiguiente, los apoyos
posibilitan el pasaje de una antigua forma a otra como así también la
construcción de la nueva gestalt.
Tipos de crisis

Hay diferentes tipos de crisis, a saber:

 Crisis Totales (involucran la totalidad de la persona)

 Crisis Parciales (involucran uno o más aspectos –sin abarcar la totalidad- de la vida de la persona)

 Crisis accidentales (por el factor desencadenante)

 Crisis existenciales (comprometen la existencia de la persona)

 Crisis vitales (propias de cada ciclo vital)

 Crisis generacionales (por el desencuentro entre generaciones)

 Crisis agudas (por la manifestación)

 Crisis crónicas (por el tiempo de evolución)

 Crisis individuales (por comprometer a una sola persona)

 Crisis colectivas (por atravesar a un grupo de personas)

Es importante resaltar que las crisis son reacciones emocionalesde


las personas y no las situaciones. Las situaciones pueden ser más o
menos traumatogénicas.

Hay distintos caminos para intervenir en situaciones de crisis, pero no


hay recetas. Los caminos responden a los distintos enfoques
psicoterapéuticos, y la forma de transitarlos al estilo personal de cada
terapeuta en contacto con ese paciente en esa situación “x”. No hay un
camino mejor o peor, todos conducen al mismo lugar (salida de la
crisis).
Como hemos visto, toda crisis tiene que ver con algún tipo de pérdida o
aflicción que necesita un período de duelo. Ahora cabe preguntarse
¿cómo interviene un terapeuta gestáltico en una situación de crisis que
atraviesa un paciente? Para poder responder dicha pregunta es
necesario remitirnos a las ideas fundantes del enfoque gestáltico. El
enfoque gestáltico está inscripto en la línea de la psicología humanista
y tiene una mirada esperanzada en el ser humano y en sus
potencialidades. “La terapia gestáltica es un tratamiento basado en la
filosofía existencial, que se ocupa del hombre en tanto fuerza finita que
obra por su cuenta y riesgo en relación consigo mismo, con los demás
y con las cosas”.(Z. de Baranchuk, J.: Atención! Aquí y Ahora). Al ser
existencialista enfatiza la existencia por sobre la esencia y utiliza el
método fenomenológico dejando entre paréntesis todo lo que
acompaña al fenómeno (ideas, juicios, prejuicios, etc.) y al despojarlo,
observa el fenómeno en sí mismo.

Del budismo Zen toma la concepción de las polaridades y del budismo


tántrico extrae la noción de continuum de conciencia (estado de alerta
sensorial).

De la psicología de la percepción toma el concepto de figura-fondo y de


Reich la lectura corporal de lo que está ocurriendo aquí y ahora. “Como
Jung y el budismo, la terapia gestáltica se apoya en la noción de aquí y
ahora, y hace hincapié en el reconocimiento de lo obvio…” (Baranchuk,
J.: op cit.) distinguiéndolo de lo imaginario.

Pero sin lugar a dudas el pilar teórico que constituye el objetivo


metodológico de la TG es el darse cuenta.
El darse cuenta, el awareness, es siempre una experiencia subjetiva que
incluye algo más que una comprensión intelectual acerca de algo interior.
Es total, organísmico, compromete toda respuesta que podamos dar en
todas las áreas de nuestras conductas posibles.
La terapia gestalt se basa en la naturaleza porque está basada en los
mismos principios de organización que anima la vida y promulga el
principio de autorregulación organísmica.
“La autorregulación del organismo es una representación holística de
un proceso biológico complejo, una descripción de las relaciones que
hay entre las múltiples necesidades del organismo en su
conducta.” (Latner, J.: Fundamentos de la Gestalt).
Dos casos clínicos

Caso Nº 1

(Crisis individual, de tipo aguda -por la manifestación-, y existencial -por


el compromiso de la existencia-)

Rubén, 45 años, chaqueño, empleado estatal. Es trasladado a Buenos


Aires para realizarse estudios médicos de precisión diagnóstica.
Síntoma físico: dolor en el brazo izquierdo con dificultad en la movilidad.
Derivado a psicología por el médico traumatólogo. Diagnóstico:
liposarcoma entre el bíceps y el braquial anterior de brazo izquierdo; sin
expansión hacia el hueso y sin metástasis evidenciable. Tratamiento
médico indicado: vaciamiento quirúrgico de la cara anterior del brazo
izquierdo con probabilidad de amputación (de acuerdo al margen de
seguridad apropiado y al compromiso vascular existente).
El paciente llega a la primera entrevista psicológica en estado de shock
(confusión y angustia). Hacía sólo 23 días que había fallecido su padre
encontrándose en un período de duelo.
Rubén se encontraba muy lejos de su lugar de residencia, con un
diagnóstico de cáncer, una cirugía inminente (faltaban sólo tres días
para su cirugía), y un profundo estado de angustia propio del duelo que
estaba atravesando y del diagnóstico médico que lo ubicaban en una
situación límite. La sucesión de hechos desgraciados en el último mes
de la vida de Rubén, parecía empujar el tiempo que marcaba un ritmo
veloz y descontrolado (casi imposible de seguir).

Conmovida por la situación de Rubén, decidí acompañarlo en este


tramo de su vida diseñando el siguiente plan:

 Tres entrevistas pre-quirúrgicas -día por día-

 Seguimiento psicológico durante la internación y


 Entrevistas post-quirúrgicas (sin establecer cantidad, dependiendo ésta de su evolución, estado

anímico, y tiempo de residencia en Buenos Aires).

Este plan de intervención psicológica en tres etapas obedece a tres


objetivos diferentes:
1. Iniciar el contacto, establecer presencia-sostén como terapeuta para posibilitar la catarsis necesaria,
explorar fantasías temidas y facilitar la conexión con los apoyos tanto internos como externos.
2. Acompañar al paciente brindando un sostén externo para contribuir a su equilibrio emocional.
3. Propiciar la auto-actualización a través de la autorregulación organísmica. (cómo continúa la vida, qué
necesita modificar para poder sostener los tratamientos indicados, cómo aceptar la situación vital
actual, etc.)

Durante las 3 entrevistas previas a la cirugía, Rubén fue sintiéndose


mejor: logró disminuir su monto de angustia, pudo conectarse con sus
soportes y reconocer sus temores peri y postquirúrgicos.

No fue necesaria una cirugía amputatoria y tuvo una rápida


recuperación postoperatoria. Con gran emoción he sido testigo de su
alegría desbordante al darse cuenta que conservaba su brazo
izquierdo.

Los días posteriores fueron transcurriendo con mejoría anímica y buena


disposición para aceptar las indicaciones médicas.

Rubén había ganado una batalla: había atravesado una crisis.

Luego de su externación, concurrió al consultorio de psicología para


agradecer la asistencia recibida.

En este caso, he considerado no sólo el diagnóstico médico de Rubén,


sino todo su proceso vital, incluyendo mi presencia e intervención. La
persona en crisis lucha con su problema, y la psicóloga está ahí,
trabajando en la frontera como un testigo benévolo, protector y
comprometido. De esta manera, permitimos que el paciente deje el
consultorio sintiéndose más “amigado” con la experiencia dolorosa y
habiendo atravesado la crisis.

Caso Nº 2

Tatiana, una sobreviviente de Cromagnon (crisis accidental y colectiva).

Con tan sólo 19 años, se encuentra internada en una clínica del barrio
de Paternal. Gran parte de su cara se encuentra cubierta por la
mascarilla de oxígeno, dejando a la vista un par de ojos negros
rasgados y de mirada triste. Está sola. Su respiración está dificultada,
“intoxicación con monóxido de carbono” dice la historia clínica. No sólo
su respiración, todo su intercambio con el medio se halla obstaculizado,
motivo que suscitó el pedido de interconsulta con Psicología.

Los primeros contactos con Tatiana fueron difíciles, pero poco a poco
fue abriéndose, a la vez que mejoraba su función respiratoria. Sólo una
imagen fija evocaba: aquella noche de diciembre en Cromagnon,
cuando el fuego se apoderó del lugar y todos corrían
desesperadamente buscando una salida rápida. Recuerda que fue
golpeada, empujada y luego la oscuridad de la pérdida de conciencia.
Al evocar esta imagen fija, su rostro se mantiene rígido e inexpresivo.
Hubo conocidos de ella que allí perdieron la vida. Pareciera que quedó
congelada en esa noche, pienso.

“¿Va a aplicar el protocolo?”, pregunta una médica que entra a la


habitación. “Voy a atender a Tatiana con todo lo que la atención
implique”. Era indudable que Tatiana era víctima de un EPT propio del
suceso infausto acaecido en el boliche del barrio de Once. Me propuse
como primer objetivo posibilitarle un mejor intercambio con el medio,
desde la escucha y la palabra; aclarando que el malestar (dolor,
ansiedad y/u otros síntomas psíquicos) obedece al carácter disruptivo
de la situación vivida. En segunda instancia brindar colaboración y
fortalecimiento sin perder de vista la singularidad e idiosincrasia de
Tatiana.

Luego de unos días de internación, no sé precisar cuántos, Tatiana sale


de la clínica y viene al consultorio. Allí comenzaba otra etapa de
abordaje psicoterapéutico: el trabajo para el restablecimiento de la
seguridad, la dinamización del interjuego figura-fondo del suceso
traumatogénico y la reconexión con la vida. Tatiana abandonó su
tratamiento habiendo recuperado cierto nivel de seguridad y pudiendo
reconstruir el suceso mediante una narración que integra aspectos
mnémicos, sensaciones y emociones (Debriefing).
Aún me pregunto cómo estará, si se ha reubicado con sus vínculos y
actividades y si ha podido desarrollar su proyecto de vida.
Modos de intervención del terapeuta gestáltico

El encuentro dialógico entre paciente y terapeuta constituye un acto


amoroso y también una batalla que se libra en un campo al cual acuden
los dos con las herramientas que les son propias. El terapeuta propone
o invita a que el paciente acepte la situación tal cual es, flexibilice su
mirada para poder revisar con qué recursos cuenta para poder superar
la crisis y actúe; una buena resolución exige una acción que permita la
descarga necesaria a la vez que una nueva organización adaptativa.
Vemos entonces que la propuesta terapéutica consiste en promover
tres acciones y el trabajo con sus respectivas polaridades.

Hay tres polaridades que juegan un rol fundamental en el


atravesamiento de una crisis:

 Aceptación-Negación

 Flexibilidad-Rigidez

 Acción-Inacción (Parálisis)

Respecto de los modos de intervención, es necesario destacar tres


grandes modos de accionar del terapeuta:
1. la catarsis
2. el trabajo específico con los bloqueos de energía
3. los reaprendizajes

La catarsis responde a lo anecdótico, tiene que ver con la angustia


actual. El terapeuta trata de detectar en la primera entrevista y le
preanuncia el curso de la terapia. También el terapeuta puede perseguir
la catarsis como un fin en sí misma (Resultado de un Darse Cuenta).
En un primer momento de intervención , es fundamental distinguir qué
tipo de crisis atraviesa la persona y a partir de ese momento actual,
acompañar adecuadamente según necesite cada paciente. Por ejemplo
las crisis colectivas al ser experiencias compartidas, tienen mayor
apoyo social inmediato y validación de sentimientos y percepciones.
Mientras que las crisis individuales no tienen necesariamente el apoyo
social, los individuos que las padecen se muestran alienados,
confundidos, muchas veces aislados y con dudas respecto de la propia
percepción. Lo más importante entonces es validar las percepciones y
sentimientos de quien atraviesa una crisis individual.

El trabajo sobre los bloqueos de energía apuntan a mostrar al paciente


las diferentes formas y modos que tiene de interrumpirse o de
interrumpir el contacto. En este momento se trabaja con los soportes y
con las polaridades anteriormente mencionadas. En este nivel de
intervención psicoterapéutica se trabaja tanto con la anécdota como con
la estructura de personalidad.

Los reaprendizajes van “...más allá de la neurosis y tienen que ver con
los hoyos de la personalidad, con los aprendizajes que la vida no
ofreció…” (Baranchuk, J.:op.cit)
“El reaprendizaje, como recurso terapéutico, incluye la práctica y el
aprendizaje a través de la experimentación.” “Práctica (ejercitación) y
aprendizaje (experimentación) son utilizados para trabajar un aspecto o
varios de ellos, en forma combinada.” (reaprendizaje de la atención,
sensorial, sensorial combinado, motor, social, etc.

Por último, resta mencionar dos diferenciaciones conceptuales:

 Crisis y urgencia.

 Trauma y crisis.

Una urgencia hace referencia a una situación de desequilibrio que


exige premura en la intervención por los riesgos severos que puede
provocar. No necesariamente conduce a una crisis. Se puede
reestablecer el equilibrio sin dejar secuelas.
El trauma es el resultado del impacto psíquico que provoca una
determinada situación sorpresiva y horrorosa. Participan 3 elementos:
el hecho que viene de afuera, el impacto que sufre el psiquismo y el
modo en que se articulan ambos fenómenos. Conduce a algún tipo de
crisis, el abordaje terapéutico es específico y consta de tres momentos:
1. Estabilización.
2. Confrontación con el trauma.
3. Duelo y re-orientación.

La psicotraumatología es la disciplina que estudia e investiga sobre


traumas, y la traumaterapia es la modalidad de abordaje terapéutico que
utiliza técnicas gestálticas entre otras, como herramientas de
intervención.

Bibliografía de consulta

 Allerand, M.: Piedra Libre, Ed. Planeta , Buenos Aires, 1992, Argentina.

 Benyakar, M.: Lo Disruptivo, Ed. Biblos, Buenos Aires, 2003, Argentina.

 Latner, J.: Fundamentos de la Gestalt, Ed. Cuatro Vientos, Santiago de Chile, 2da. Edición, 1996.

 Perls, F.: El enfoque gestáltico, Ed. Cuatro Vientos, Santiago de Chile, 9na. Reimpresión 1997.

 Z de Baranchuk, J.: ¡Atención Aquí y Ahora!, Abaddon ediciones, Buenos Aires, 1986.

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