You are on page 1of 6

Desigualdad social.

Se refiere a una situación socioeconómica, no necesaria a la apropiación o


usurpación privada de bienes, recursos y recompensas, implicando competencia y lucha. La acción de dar
un trato diferente a personas entre las que existen desigualdades sociales, se llama discriminación. Esta
discriminación puede ser positiva o negativa, según vaya en beneficio o perjuicio de un determinado grupo.

Desigualdad
Es el trato desigual que indica diferencia o discriminación de un individuo hacia otro debido a su posición
social, económica, religiosas, sexo, raza, color de piel, entre otros.

Las minorías sociales son las que más sufren trato desigual. Las grandes entidades o grupos usan la
discriminación para mantener control de los pequeños grupos. Esto se ve mayormente en el área de la
política y la religión donde éstos aíslan a los grupos minoritarios para así seguir controlando y acaparando
ciertas áreas de la sociedad.

Generalmente es admitido que valores como la libertad, la justicia, la paz, el respeto o la solidaridad tienen
un carácter universal; de manera que además de considerarse indispensables, se constituyen en los pilares
básicos de todas las sociedades democráticas. No obstante, no todos tienen el mismo protagonismo, y no
todos son asimilados o interiorizados igualmente.

Para ilustrarlo baste recordar la virulenta reacción de ciertos grupos sociales ante la aprobación, por
ejemplo, de leyes que regulan la igualdad de derechos de las personas con diferente orientación sexual o el
problema que aparece en los países desarrollados ante la llegada más o menos masiva de inmigrantes y la
reacción de rechazo que, tarde o temprano, muestran algunos sectores de la sociedad: si bien la solidaridad
o el respeto son aceptados como deseables, la realidad muestra sin duda la doble moral con la que dichos
valores son entendidos, cuando de vivirlos o hacerlos realidad se trata.

Otra interpretación posible de esta situación, sería identificar la evidente diferencia entre la importancia
otorgada a unos valores y otros, con la existencia de una jerarquización entre ellos. Así, si bien hablamos
de grandes valores, universales y atemporales, encontramos diferentes modos de priorizarlos e, incluso, de
interpretarlos, ya sea en función del contexto social, cultural, político o religioso.

Consecuencias de la desigualdad
Un trabajo reciente o meta-estudio basado la comparación de más de 150 artículos científicos revela que
los países con mayores desigualdades económicas tienen mayores problemas de salud mental y drogas,
menores niveles salud física y menor esperanza de vida, peores rendimientos académicos y mayores índices
de embarazos juveniles no deseados.

En esos casos también se comprobó que no es el nivel de renta sino la desigualdad económica el factor
explicativo principal. Por lo que los autores de dicho estudio concluyen que entre los países más
desarrollados, los más igualitarios obtienen un mejor comportamiento en una serie amplia de índices de
bienestar social.

Ivan Illich critica el fortalecimiento de las desigualdades sociales de los sistemas sanitarios mundiales, y
Freidson analiza el poder de los especialistas. Uno de los factores que impiden que sea no sólo una
necesidad de todos, sino una meta alcanzable, es la desigualdad social. España, al igual que otros países,
tiene la dura tarea de enfrentar esa realidad.
Por desgracia, los políticos sanitarios y los médicos han tardado en reaccionar a esa verdad. El objetivo
para disminuir las carencias y, por tanto de mayor incidencia de enfermedades reduciendo las desigualdades
sociales. Las clases sociales más bajas enferman más, mueren antes y son susceptibles de mayor cantidad
de accidentes durante su trabajo. Una de las propuestas más interesantes que se ofrecen en el libro “Salud
y poder” de Rodríguez de Miguel, es la necesidad de que los médicos aprendan Ciencias Sociales, y los
sociólogos aprendan Medicina.

Causas de la desigualdad
Rousseau, en su obra sobre el origen de las desigualdades, utilizando lo que él llama el estado natural del
hombre, deriva la desigualdad del hombre del estado social.7 El hombre no nace con la desigualdad sino
después de que se compara con sus semejantes y ve sus diferencias es cuando entonces se pierde la igualdad
del ser humano. Rousseau dice que la desigualdad debe su fuerza y su aumento al desarrollo de las
facultades y a los progresos del espíritu humano y se hace al cabo legítima por la institución de la propiedad
y de leyes.

El estudio antropológico y arqueológico de las sociedades ha revelado que las sociedades paleolíticas eran
bastante igualitarias, y salvo las diferencias de sexo y edad en las tareas, existe poco o ninguna
diferenciación adicional. En general hombres y mujeres de la misma edad tienen habilidades y
conocimientos similares, y parece existe muy poca especialización en las sociedades de cazadores-
recolectores.

Esas evidencias, apuntan las desigualdades en las sociedades humanas se hicieron más marcadas en las
sociedades neolíticas, en las que existía una creciente especialización y, por tanto, asimetrías en el acceso
a los recursos naturales, bienes económicos, información general y conocimientos.

Las élites responsables de centralizar y organizar la producción y custodia de alimentos, en las sociedades
pre-estatales en general aprovechan su acceso diferencial a los recursos en beneficio de sus parientes, lo
cual parece ser una de las formas iniciales de desigualdad social en las sociedades humanas.

Formas de desigualdad
Desigualdad económica

La desigualdad económica se da cuando dos individuos efectúan el mismo trabajo, pero la ganancia en este
caso monetaria no es igual para ambos. Esto viene dado por varias razones. Para Hunt y Colander, el factor
más importante son las diferencias en las ganancias de los individuos. Estas diferencias se basan en parte a
la ocupación y a las cualidades personales de las personas involucradas. El factor más básico que determina
las variaciones de ingreso entre los grupos ocupacionales es la demanda y la oferta.

Las ocupaciones que requieren actitudes especiales y mucha capacitación tienen sueldos altos debido a que
la oferta de trabajadores es poca en relación con la demanda. Las ocupaciones que son clasificadas como
trabajos comunes y que todas las personas pueden ejercer con poco entrenamiento o escasa capacidad
tienden a pagar menos. Dentro de cada grupo ocupacional hay grandes diferencias en el poder adquisitivo,
especialmente en los niveles profesionales y administrativos más altos. Otra razón es el sexo de los
individuos involucrados, es decir, hombre/mujer. Esto nos lleva a la desigualdad entre sexos.
La desigualdad económica se lleva dando en continuas ocasiones a lo largo de la Historia de la Humanidad,
se cree que incluso desde la Prehistoria. Lo que hace la desigualdad económica en sí es estratificar o crear
clases o niveles en la sociedad, es decir, ricos/clase media/pobres. Uno de los productos de la estratificación
se ve en el sistema capitalista, jefe/empleado. Existen otras escalas que la sociedad ha ido creando poco a
poco con diferentes criterios para así diferenciar entre las personas que pueden sustentarse y las que no.

Las clases sociales son determinadas mayormente por hechos históricos de un lugar en específico. Las
clases sociales o estratificación es, la desigual distribución de derechos y privilegios, deberes y
responsabilidades, gratificaciones y privaciones, poder social e influencia dentro de una sociedad. Se
entiende que si dos individuos pertenecen a una misma clase social, los mismos gozan de los mismos
privilegios y/o privaciones. La democracia puede ser marchitada por la desigualdad socioeconómica, pero
esta desigualdad es casi inevitable dada las normas que rigen la sociedad democrática.

Desigualdad entre sexos

Según Raygadas, uno de los factores centrales en la construcción de desigualdades ha sido la discriminación
sexual. Se han estructurado distinciones sociales y culturales entre hombres mujeres para convertir las
diferencias biológicas del sexo en jerarquías de poder, estatus e ingresos. También se puede definir como
el reparto de tareas, empleos y profesiones en base al género femenino o masculino, esta práctica, que era
común en la sociedad, solo se empezó a cuestionar hace veinte años.

Las consecuencias de esta desigualdad son que las mujeres ganan menos que los hombres, o los hombres
menos que las mujeres (haciendo el mismo trabajo, con el mismo título educativo, las mismas horas).La
sociedad salarial no es una sociedad de igualdad, hay una gran diferencia entre el ingreso que genera un
hombre y el ingreso que genera una mujer y hasta en el acceso a bienes sociales que tienen cada uno como
por ejemplo en la educación y en la cultura. Con la desigualdad entre sexos viene el feminismo que no es
más que la lucha de las mujeres para tener igualdad de derechos ya sean económicos, políticos, judicial
entre otros.

Esta desigualdad es algo histórico desde los grandes imperios en los cuales la mujer no tenía vida pública.
Esta desigualdad se ha ido debilitando poco a poco debido a la lucha del movimiento feminista. El
feminismo lucha contra el dominio del hombre en algunas facetas sociales lo que antes era normal o natural
y que se veía con obviedad. Esto no es solo la lucha por igualdad en ciertas áreas de la sociedad sino que
también es la liberación psicológica de las mujeres. Esto significa que estas jugaran un rol más importante
en la sociedad actual.

Desigualdad jurídica

La desigualdad jurídica es discriminación legal, es decir, en un tribunal sobre algún individuo. Esto ya sea
por motivos económicos ya que las personas que gocen con mayor poder monetario las leyes sean más
flexibles o tengan más oportunidad de salir absuelto. También se da por motivos raciales y/o procedencia
es decir color de piel o país.

Esto lo que quiere decir es que si a un tribunal va un individuo de tez blanca y un individuo de tez negra,
culpados por el mismo delito se le debería dar el mismo trato o condena. También si a un tribunal va un
individuo inmigrante de otro país acusando a alguien nacido en el país que se hace la acusación se le trate
igual que si fuese viceversa.
Conclusión
En conclusión la desigualdad o discriminación es un medio de presión por el cual los miembros de las altas
esferas o estratos sociales impiden que las personas que están en las esferas bajas puedan subir. Esto
hablando de cualquier tema es decir política, ambiental, economía, cultural y educativa entre otras muchas.
En tanto las personas de las clases bajas luchan por llegar arriba para gozar de los beneficios. La
desigualdad, definida como la existencia de diferencias, es omnipresente en la naturaleza, según Gandhi.

Tenemos que pensar y luchar por la igualdad, precisamente porque existe una gran desigualdad en el mundo
físico. Que los hombres no son iguales es sólo una verdad a medias, la otra mitad es que lo son. La
interconexión de las diferentes dimensiones de la desigualdad es una alternativa para comprender la
complejidad de este fenómeno. También muestra que el combate contra la desigualdad tiene que articular
acciones en los tres ámbitos: en el aspecto micro social, en el nivel intermedio y en el ámbito macro social.

A pesar del estatuto asentado en la Declaración de Independencia estadounidense acerca de que “todos los
hombres fueron creados iguales”, sabemos que en muchas formas la gente no es igual entre sí. No nace con
iguales potencialidades para aprender y lograr cosas, tampoco nace en ambientes sociales igualmente
favorables. Sin embargo, la igualdad ante la ley y la igualdad de oportunidades son ideales democráticos
fuertemente protegidos.

____________________________________________________________________________________
Artículo de Opinión
Desigualdad social en la comunidad nicaragüense

Martes 31 de Enero de 2006


El Nuevo Diario

Desde cierta perspectiva, el presente de Nicaragua podría resultar desalentador, padecemos un rezago
social cada vez más agudo, nuestra economía muestra un bajo crecimiento discontinuo y desarticulado, el
narcotráfico crece y vulnera instituciones de gobierno, no se crean condiciones suficientes para abrir nuevas
fuentes de empleo formal, aumenta el número de emigrantes en busca de ingresos o del sueño americano y
el panorama en términos de abatimiento de la pobreza sigue en olvido.
La desigualdad conforma un panorama de enorme complejidad, independiente de su origen pueden hacerse
diferentes enfoques y resulta difícil la claridad del tema, porque se trata de una cadena de factores que al
final impulsan las desigualdades en la sociedad. El tema tiene su punta de ovillo, pero no todos tienen
conocimientos suficientes.

Ver la desigualdad y la pobreza como temas sectoriales, soslaya el carácter general de la problemática
social que rodea el quehacer político. Por ejemplo, unos entienden la desigualdad como una sociedad que
clama por justicia; pero no puede haberla si, en su búsqueda, se tuerce la ley. Es razonable, pero en su
entorno existen muchas otras realidades a considerar.

Para entrarle a la problemática de la desigualdad social en Nicaragua hay que observar primero, el
desequilibrio de la fuerza de la demografía que contrasta con la debilidad de la economía nacional. A una
estructura de población desfavorable, se agrega el movimiento de urbanización que ponen contra la pared
a las instituciones en función, para encauzar el conflicto.
Fortaleza y debilidad conviven en la demografía, la economía y las instituciones, pero el juego no es de
suma cero. Las flaquezas se agravan por la precariedad institucional para mediar el conflicto y proteger a
los más débiles y vulnerables.

La desigualdad social es una enfermedad incurable hasta ahora, después de cinco siglos es parte de la vida,
la solución demanda esfuerzos titánicos y tiempo; cuanto más se demore la contención de semejante
contraste, la pobreza seguirá creciendo. Altísima prioridad tiene una rigurosa regulación demográfica para
hacer efectivo el inicio correctivo de desigualdades. Una represa vieja que hace aguas, no se repara si el
caudal de agua no se detiene, de no hacerlo, acumula un mayor deterioro. Un segundo factor vital, de
arranque, que no puede ignorarse ni darse por supuesto, es el crecimiento anual e integral de la economía.
Sin crecimiento es poco o nada lo que puede hacerse. Para esto en indispensable una planificación nacional
para guardar el equilibrio de crecimiento país y distribución del ingreso nacional real, para que el
crecimiento se derrame y no siga concentrándose en una elite.

En las condiciones actuales de la economía nicaragüense, para atacar razonablemente las desigualdades, la
economía debería crecer, reitero de nuevo, en valores reales, entre 7 y 9 % anual, lo cual ayudaría a rescatar
un pasado con muchas deficiencias, a la vez que impulsar el presente. Donde no hay nada o poco disponible
para resolver problemas, nada se puede hacer. En Nicaragua una tasa nominal anual de hasta 4% de
crecimiento real, la acaparan los ricos.

En Nicaragua, las autoridades sirvientes del FMI y BM dan a la opinión pública atol con el dedo, embobada
con el invento de indicadores macroeconómicos que en el fondo sostienen préstamos extranjeros y otra
cooperación externa, para ejecutar proyectos sin programas ni coordinación y para, mantener una suave
devaluación del córdoba que favorece el consumismo. Las finanzas públicas se manejan en un alegre
despilfarro con un presupuesto general de ingresos y egresos equilibrado, en base a préstamos del extranjero
y cooperaciones externas. Cuando la plana mayor de burócratas de los poderes del Estado e instituciones
del Estado gane un tercio de sus actuales sueldos y eliminen privilegios adicionales, entonces se tendrá un
gobierno creíble que efectivamente luchará por combatir las desigualdades sociales.

Un 75% de los ingresos corrientes deberían destinarse a aliviar las condiciones sociales rezagadas.
El contraste entre salarios y privilegios de funcionarios altos (unos mil burócratas se llevan cientos de
millones), y los de abajo (unos 80 mil burócratas apenas, unos cuantos córdobas); la desigualdad en la
administración pública es fácilmente corregible para liberar recursos. Igual fenómeno registra la gran
empresa privada.

No hay que caer en la ingenuidad que el populismo revolucionario puede solucionar las desigualdades en
Nicaragua, porque no se trata de confiscaciones ni de robar bienes a otros, ni que una justicia corrupta
proteja a ladrones. Tampoco es el caso de andar repartiendo pedacitos de tierra a ciudadanos miserables,
por aquí o por allá, para generar clientelismo político. No se trata de dejar a los de abajo a merced del
sistema financiero, que al conocer sus balances anuales ganan cientos de millones.
Pedacitos de tierra para agricultura o para una casita o rancho es una forma de caridad que no mejora en
nada las desigualdades que demandan un conjunto de elementos para que los pobres sientan que sus
condiciones de vida han comenzado a mejorar. Tampoco se resolverá nada a nivel nacional con esos
programitas de gobiernos, que especialmente auspician europeos ni ONGs ni otras instituciones que se
hacen propaganda con mini ayudas salpicadas en el territorio nacional. Muchas mini instituciones
financieras son usureras.
Las desigualdades significan, para comenzar, ausencia de servicios públicos básicos gratuitos o de bajo
costo. Hoy a los pobres les sacrifican con el servicio de agua potable, servicio de energía eléctrica, viven
en un ambiente insalubre que les afecta la salud, la atención médica prácticamente no existe, las medicinas
andan por los aguacates, los precios de los alimentos suben y suben, la educación pública es un negocio
que se ha dejado crecer, el material escolar anda por las nubes, etc.

Las privatizaciones que el FMI y el BM han impuesto al blandengue gobierno que tenemos equivalen a
pensar que se mueran quienes no puedan sobrevivir a las normas impuestas, una maldición para entregar el
país a extranjeros. Poco a poco los negocios carne de Nicaragua irán pasando a transnacionales o a manos
extranjeras y el futuro de las desigualdades entonces serán equivalentes a vivir bajo colonización o
esclavitud. Si las utilidades bajan en las grandes empresas, los dirigentes dicen que se van a reorganizar,
pero lo único que hacen es recortar trabajadores y bajar salarios; el trabajador es la víctima de menores
utilidades. Lo vemos todos los días en la TV en noticiarios de Europa y Estados Unidos.
Una verdad probada, nunca antes como ahora, al capitalismo en cualquier etapa que funcione en diferentes
países, le valen desigualdades y pobreza; a los principales líderes mundiales, igual, ellos viven en
sociedades organizadas en las que las desigualdades son más tolerables.

La tragedia de las desigualdades en la sociedad nicaragüense no creo que debe seguirse entendiendo como
problemas de capitalismo o socialismo, de derecha o izquierda; de democracia o dictadura, es un problema
humano que desgraciadamente la clase política y la clase empresarial sólo piensan en su yo, el cerebro se
les infla con el poder político o financiero, son insaciables. En sustancia, las desigualdades son
consecuencias de los sistemas políticos y de los altos dirigentes empresariales. Bajo la actual clase política
nicaragüense, los pobres no tienen esperanzas de mejorar sus condiciones, lo apreciamos con claridad, caen
sobre el presupuesto como buitres, practican el nepotismo, el clientelismo, además de enriquecerse.
Grandes empresarios y ejecutivos de transnacionales, su misión es lograr crecimiento de utilidades en forma
continua; directores y ejecutivos se reparten una gran tajada de las utilidades y para los empleados, nunca
hay para ajustarles sueldos en forma sostenida y relativa a utilidades anuales.

You might also like