You are on page 1of 2

Recuerda la reforma con estas frase explosivas y honestas que Martín Lutero pronunció por la

gracia de Dios:

1. “Dios no necesita tus buenas obras pero tu vecino sí”.


2. “He tenido muchas cosas en mis manos y las he perdido todas; Pero todas lo que he puesto
en manos de Dios, aún las poseo”.
3. “He desistido a la idea de que hay calidad alguna en mi corazón. Yo simplemente me aferro
a Cristo y digo: Él es mi Justicia”.
4. “Les ruego que dejen mi nombre en paz. No se llamen así mismos ‘luteranos’,
sino Cristianos. ¿Quién es Lutero? Mi doctrina no es mía. Yo no he sido crucificado por
nadie… ¿Cómo, pues, me beneficia a mí, una bolsa miserable de polvo y cenizas, dar mi
nombre a los hijos de Cristo? Cesen, mis queridos amigos, de aferrarse a estos nombres de
partidos y distinciones; fuera todos ellos, y dejen que nos llamemos a nosotros mismos
solamente cristianos, según aquel de quien nuestra doctrina viene”.
5. “La oración no es para cambiar los planes de Dios. Es para confiar y descansar en Su
soberana voluntad”.
6. “Usted no es solamente responsable de lo que dice, sino también de lo que no dice”.
7. “Quienquiera estime su doctrina, fe, y confesión como recta y verdadera, no puede
permanecer en el mismo establo con el error o adherir a la falsa doctrina… Un maestro que
permanece mudo cuando se enseña el error, y no obstante pretende ser un maestro de la
verdad, es peor que un fanático descarado y con su hipocresía hace más daño que un
hereje… éstos no quieren ofender a nadie, o decir una palabra en favor de Cristo, o combatir
al diablo y al mundo”.
8. “Doy gracias a Dios por mis opositores, pues ellos me han inclinado a buscar más
ardientemente a Cristo en las Escrituras”.
9. “Debo al papa tanta obediencia como la que le debo al anticristo”.
10. “Yo predico como si Cristo fuese crucificado ayer, resucitó hoy y fuese a volver mañana”.
11. “Ya que su serenísima majestad y sus altezas exigen de mí una respuesta sencilla, clara y
precisa, voy a darla, y es ésta: Yo no puedo someter mi fe ni al papa ni a los concilios, porque
es tan claro como la luz del día que ellos han caído muchas veces en el error así como en
muchas contradicciones consigo mismos. Por lo cual, si no se me convence con testimonios
bíblicos, o con razones evidentes, y si no se me persuade con los mismos textos que yo he
citado, y si no sujetan mi conciencia a la Palabra de Dios, yo no puedo ni quiero retractar
nada, por no ser digno de un cristiano hablar contra su conciencia. Heme aquí; no me es
dable hacerlo de otro modo. ¡Que Dios me ayude! ¡Amén!” (Al ser juzgado por defender y
proclamar la autoridad de la Biblia).
12. “La razón humana es como subir un hombre borracho a un caballo; lo subes por un lado, y
se cae por el otro”.
“El dueño de un prostíbulo no peca menos que un predicador que no entrega el verdadero
evangelio”

13. “El dueño de un prostíbulo no peca menos que un predicador que no entrega el verdadero
evangelio. El prostíbulo es tan ruin como la iglesia del falso predicador”.

pág. 1
14. “Siendo propiedad del Señor Jesucristo a gran precio adquirida, no debemos ser esclavos de
Satanás ni de hombre, sino señores verdaderamente libres que no sirven al pecado sino al
Señor Jesús”
15. “Señor Jesús. Tú eres mi justicia así como yo soy tu pecado. Has tomado sobre Ti todo lo que
soy y me has dado y cubierto con todo lo que Tú eres. Tomaste sobre Ti lo que Tú no eres y
me diste lo que yo no soy”.
16. “El verdadero tesoro de la iglesia es el santísimo evangelio de la Gloria y la gracia de Dios”
(tesis 62).
17. “Y mientras yo dormía o bebía la cerveza de Wittenberg junto a mis amigos Philip y Amsdorf,
la Palabra debilitaba al papado de forma tan grandiosa que ningún príncipe o emperador
consiguió causarles tantas derrotas. Yo nada hice: la Palabra lo hizo todo”.
18. “Nuestro trabajo es llevar el evangelio a los oídos, y Dios lo llevará de los oídos a los
corazones”.

Pensaba que el viejo Adán se había ahogado en las aguas de bautismo, pero descubrí que el
miserable sabe nadar, ahora tengo que matarlo todos los días». -Martin Lutero
Pensé que el viejo hombre había muerto en las aguas del bautismo, pero descubrí que el infeliz
sabía nadar. Ahora tengo que matarlo todos los días.
-Martin Lutero

pág. 2

You might also like