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Las peleas salen de la carnalidad

 Nacen de la soberbia, Pro 13:10 Ciertamente la soberbia concebirá contienda;


Mas con los avisados está la sabiduría.

La soberbia significa una arrogancia que no cede. La persona soberbia se resiste


a darle la razón al otro así sea que la otra la tenga y estas acciones provocan
contiendas, en contraste con un espíritu humilde y sabio que hace que uno esté
dispuesto a aprender y recibir consejos. La persona soberbia no admite que se les
contradiga, que se les pase por alto, que se les enseñe o reproche

 Son una de las obras de la carne, Gál 5:19-21 Y manifiestas son las obras de la
carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia

Aquí en estos versículos encontramos varias palabras en plural, las que nos
interesa tocar son: enemistades, pleitos, iras, contiendas, que indican las
explosiones del mal humor, frecuentes en quienes actúan impulsivamente y a los
que están expuestos hasta las personas más refinadas. Cualquier un hermano
querido se deja llevar de la carne y uno como queda <huy nunca pensé que tal
hermano reaccionara así o no le conocía ese carácter > ¿es porque no lo tuviera?
No, si lo tenía es que no lo había mostrado. Cualquiera de nosotros en algún
momento podemos dejarnos llevar por la carne y actuar de esta manera. La
victoria está en que vivamos continuamente bajo el control del Espíritu Santo y
que tengamos una actitud decidida de jamás rendirnos al dominio de nuestros
propios impulsos. Efe 4:27 ni deis lugar al diablo. Si consentimos actitudes malas
se nos convertirán en hábito y serán difíciles de arrancar.

El apóstol dice “los que practican tales cosas” indica que no es una sola vez sino
que es un acto que se repite indicando que puede haber ya un hábito a hacerlo.

 Se originan en las pasiones humanas, Santiago 4:1 ¿De dónde vienen las guerras y
los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en
vuestros miembros?

El conflicto surge de los deseos internos, también en las congregaciones cristianas


existen conflictos, celos y rivalidades entre los hermanos.¡

Dentro de nosotros a cada instante se libran batallas entre el espíritu humano y el


Espíritu Santo, esta batalla resulta del hecho de que la carne quiere producir su
propio fruto y el Espíritu Santo el suyo. La Palabra de Dios demuestra que este
conflicto entre la carne y el Espíritu continúa a través de nuestra vida. Entonces si
estará con nosotros toda la vida, ¿significa que no podemos hacer nada? No, La
vida espiritual es el resultado de la obra del Espíritu Santo en nuestra vida, a
medida que el E.S. nos llena más, esas obras serán más escazas en nosotros.

La carnalidad es una tendencia a las disensiones

Las peleas dañan la paz en el hogar

 Las peleas son una tortura, Pro 19:13 Dolor es para su padre el hijo necio,
Y gotera contínua las contiendas de la mujer. Pro 27:15 Gotera continua en
tiempo de lluvia Y la mujer rencillosa, son semejantes

Una gotera continua es algo molestoso, incómodo, torturante, esta tortura fue usada para
acabar con la voluntad de una persona, es algo que al comienzo es tolerable pero con el
tiempo se vuelve algo insoportable, enloquecedor, capaz de derribar al más fuerte porque
lo debilita mentalmente.

No solamente la mujer sufre de mal trato, el hombre también lo recibe por la lengua de
su mujer; Una gotera continua como mencionan estos versículos, termina por hacer un
hueco en una piedra; del mismo modo, una esposa problemática, cantaletosa, que no tiene
control sobre su lengua, acaba con la paciencia del marido y le expone a que la trate mal
maltratándola física o verbalmente o que busque en otro lado la paz que no consigue en
su casa o por lo menos hace que ese hogar sea una tortura

 Las peleas son aburridoras, Pro 21:9 Mejor es vivir en un rincón del terrado
Que con mujer rencillosa en casa espaciosa. Pro 25:24 Mejor es estar en un rincón del
terrado, Que con mujer rencillosa en casa espaciosa.

 Las peleas son incómodas, Pro 21:19 Mejor es morar en tierra desierta que con la
mujer rencillosa e iracunda.

En contraste con la mujer del versículo anterior (v. también 18:22) El que halla esposa
halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová. Tenemos el caso de la mujer
prudente, esto es, un regalo de Dios, ya que, al contrario de la pendenciera, asegura la
casa, la edifica y es una bendición para el marido y para los hijos.
Pro 19:14 La casa y las riquezas son herencia de los padres; Mas de Jehová la mujer
prudente.
Las peleas hacen invivible la casa de la pareja

Las peleas se solucionan en Dios

 por el cambio del evangelio, 2 Co 5:17 De modo que si alguno está en Cristo,
nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

 con la práctica del amor divino, 1 Co 13:4-7 El amor es sufrido, es benigno; el


amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;
Si el amor de Dios le llevó a sacrificarse por nosotros en la persona de su Hijo único,
también nosotros hemos de amarle a Él y a sus demás hijos, nuestros hermanos, debemos
dar de los que recibimos, Dios nos ha amado desde siempre y nos lo ha demostrado de
muchas manera, el amor al prójimo es para nosotros una prueba manifiesta de que
amamos a Dios.

1 Juan 4:20-21, “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso.
Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no
ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a
su hermano”.
 con la llenura del Espíritu Santo, Gál 5:25-26 Si vivimos por el Espíritu, andemos
también por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros,
envidiándonos unos a otros.

 imitando la humildad de Cristo, Flp 2:3 Nada hagáis por contienda o por
vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como
superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual
también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también
en Cristo Jesús,

 Mostrando el amor en la comunicación, Santiago 1:19, “Por esto, mis amados


hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse”

¿Qué diferencia hay entre la reacción indicada según Santiago y nuestra práctica?
Cómo es nuestra reacción con los miembros de la casa, ¿qué cambio debe
producirse en mi vida después de reconocer alguna falta en mí? Seguramente
ahora cabe hacer algunos ajustes y no solo en la comunicación sino en el resto de
aspectos estudiados en esta noche.

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