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Como ya se ha visto anteriormente, la problemática de las fuentes en cuanto a su forma

de interpretarse, criticarse y examinarse de manera adecuada para obtener la información

necesaria para la labor histórica ha sido algo sobre lo cual se apruebe matizado desde el

nacimiento mismo de la disciplina histórica. Con la visión crítica de la escuela de los

subalternos, también se erigió una problemática de importancia para realizar estudios

basándose en este enfoque crítico, la cual fue el cómo interpretar las fuentes atravesadas

por las relaciones de poder y dominación que se habían dado en la india colonial y

posteriormente durante el régimen nacional, las cuales de diferentes maneras habían

incivilizado a grandes grupos de la población y los habían transformado en actores

pasivos de su propia historia, reduciendo los procesos de lucha anticolonial y la creación

de una nueva sociedad a sólo las grandes figuras o en el mejor de los casos al concepto

de masas, las cuales para la historia colonial y nacionalista no tenían rostro mi nombre y

únicamente servían como partícipes de una historia cuyas ideas y acciones les eran ajenas.

Este problema sobre el análisis de fuentes de manera crítica que va más allá de la

hermenéutica clásica creemos, podemos encontrar grandes herramientas de

entendimiento para la historia basada en el enfoque subalterno a través de las obras de

Carlo Ginzburg y Marc Bloch, ya que ambos cimentaron grandes aportes y problemáticas

al estudio crítico de las fuentes y a la recuperación de la historia de diversos grupos

humanos. Primeramente, sería necesario señalar la interesante problematización que

hacer en su obra inacabada titulada Apología por la historia, en este trabajo se plantea

una lectura de los testimonios que puede ser de gran utilidad, separándolos entre aquellos

que son hechos de manera voluntaria o consciente y aquellos que son involuntarios.

Bloch le otorga un gran interés a estos testimonios involuntarios ya que a diferencia de

aquellos hechos de manera voluntaria, estos logran capturar parte del movimiento propio

de una época con todas sus contradicciones y complejidades de manera más profunda.
1
Para lograr entrar al mundo de estos testimonios involuntarios Bloch reconoce la

necesidad de saber hacer hablar a los documentos, en palabras del autor “los textos o los

documentos arqueológicos, aún los que aparentemente son más claros y más fáciles, sólo

hablan cuando uno sabe interrogarlos. Antes de Boucher de Perthers abundaban los silex

como en día en las tierras de aluvión de Soma. Pero faltaba quien interrogara…”2

Otra gran importancia de estos testimonios involuntarios, excepto la lectura adecuada aun

cuando estos pudiesen llegar a ser falseados, esto no nos descartada por sí mismo del

análisis histórico, al contrario, en la mentira también puede ser encontrada una gran

cantidad de datos que permiten la reconstrucción de una época o fenómeno, así como

entender de manera más profunda la mentalidad de una época, el autor lo resume de la

siguiente manera:

ante todo, una mentira, como tal, es a su manera un testimonio probar, sin más, el célebre diploma

de Carlomagno para la iglesia de Aquisgràn no es auténtico es ahorrarse un error, pero no es

adquirir un conocimiento. Al contrario, si logramos determinar que el falso documento fue

elaborado en el círculo de Federico Barbaroja con el fin de servir para los grandes sueños

imperiales, se abre un panorama nuevo con vastas perspectivas históricas. 3

Este tipo de lectura puede ser de gran utilidad al momento de reconstruir la historia de los

grupos subalternos, ya que estos muchas veces han sido invisibilizados por aquellos que

escriben la historia y el verdadero papel que estos grupos jugaron ha sido alterado de

manera radical, por lo tanto estos falseamientos y omisiones que han sido hechos de

manera consciente e inconsciente pueden ser recuperados a través de un análisis crítico

de las fuentes históricas, por ejemplo durante los alzamientos de insurgencia popular en

la india, los actos de insubordinación eran vistos por las élites de una manera negativa

1
apología, PP. 84-86
2
apología, P. 86
3
apología, pp. 107-108
señalando que dichos levantamientos únicamente respondían a conspiraciones hechas en

secreto por ciertos grupos y más que darse de forma consciente respondían a una

propagación como un si fuesen un tipo de virus o enfermedad, dicho planteamiento fue

reproducido muchas veces por los historiadores coloniales de la india, sin embargo este

movimiento se fue analizado de manera crítica a través de estos discursos negativos por

Ranjit Guha, quien al contrario señala el carácter público, abierto y colectivo de estas

rebeliones, además restituir a estos sujetos en el acto mismo de la rebelión como

“conscientes y que tenían una clara lógica y racionalidad.4

Esta situación también abre otra pregunta la cual sería, ¿cómo resulta posible que, a pesar

del carácter masivo de este tipo de rebeliones, se haya podido dar la transmisión de una

imagen totalmente contraria al movimiento?, es decir ¿como la observación de una gran

cantidad de personas puede ser falseada por la historia oficial de los dominantes? Lo

cierto es que el problema de la observación y su posterior transformación en testimonio

también está mediada por ideas socialmente construidas, al respecto Marc Bloch dice que

“el caso de muchas deformaciones del testimonio. Casi siempre el error está orientado de

antemano. Sobre todo, no se difunden ni cobra vida sino a condición de coincidir con los

prejuicios de la opinión común; se convierte entonces en el espejo en que la conciencia

colectiva contempla sus propios rasgos”5

Asimismo, estas deformaciones sólo logran sobrevivir a través de la propagación de las

mismas, siempre y cuando éstas tengan las condiciones socialmente favorables para su

mantenimiento y propagación6, por lo cual resulta lógico que las ideas de los dominadores

ya sean coloniales o nacional-capitalistas y que tienden al mantenimiento del orden y la

4
Douba, pp. 59-60
5
apología, p. 117.
6
Apología, p. 117
instauración de una homogeneidad social artificial logren penetrar en los documentos que

no sólo hablan de ser material para los historiadores cercanos al poder, sino que también

resultarán en indicios de difícil lectura para aquellos historiadores que obsesionados con

la supuesta objetividad de los documentos sean incapaces de hacer las preguntas

adecuadas a los mismos y que a través de sus intentos de escritura histórica imparcial lo

único que hagan sea reproducido de manera inconsciente estos discursos ocultos, es decir

frente al historiador aparentemente objetivo, las cartas están marcadas de antemano.

La historia en indicios

La reconstrucion de las historias subalternas se torna mas difícil al poner sobre la mesa

esta cuestión antes mencionado, sin embargo para el historiador critico una de las

opciones a seguir para cuestionar de manera profunda son los indicios o huellas. Al

respecto de estos, Marc Bloch señala que ``el conocimiento de todos los hechos humanos

en el pasado y de la mayoría de ellos en el presente, tiene que ser un conocimiento por

huellas (…) ¿que entendemos, en efecto, por documento sino una ``huella``, es decir la

marca de un fenómeno que nuestros sentidos pueden percibir, pero imposible de captar

en si mismo?``

Éstas lectura de indicios o huellas pueden ser retomado de manera muy simple ya que

todos los historiadores trabajan parcialmente en base a estas huellas7, sin embargo una

lectura hecha de modo minucioso hacia los grupos incivilizados conlleva a que este

ejercicio de análisis muestre toda su profundidad, sin lugar a duda uno de los historiadores

que retomaron este reto añadiéndole su sello personal y que puede ser considerado un

gran método para escribir la historia de los subalternos fue el italiano Carlo Ginzburg.

7
Carlo Ginzburg, tentativas, p. 161.
El acercamiento de Ginzburg a estas culturas subalternas se da a través de lo que hoy en

día es conocido como el paradigma indiciario, que es la utilización de estos indicios los

cuales son leídos para revelar “realidades ignoradas a veces por su carácter huidizo o

inaccesible, o por las dificultades que implicaba la escasez de testimonios, de fuentes o

de puntos de apoyo para su conocimiento, pero sus ocasiones ignoradas también por ser

realidades abiertamente despreciadas, marginadas, reprimidas y silenciadas por los

poderes dominantes y por los discursos hegemónicos que les corresponden”8

La utilización de este paradigma indiciario para entender a las culturas subalternas

también va muy ligado al entendimiento de las dimensiones macro histórica y micro

histórica que se complementan en el análisis de las estructuras sociales desde las capas

superiores de lo lo más profundo de la estructura, desplegándose de esta manera todas las

relaciones que se dan en una sociedad desde aquellos que empiezan en el individuo y

terminan en el gran colectivo de la sociedad.9

La recreación de todo este universo social, especialmente en lo concerniente a las culturas

subalternas, resulta difícil penetración para el historiador ya que muchas veces los

testimonios de estas no son plasmados en documentos escritos, ya que la cultura

subalterna muchas veces es principalmente oral y el corpus de archivos escritos son

elaborados principalmente por las culturas dominantes, llegando a nosotros una visión

deformada de estos grupos.10 esto no es visto por Ginzburg como un impedimento para

hacer recuperar estas historias, ya que si los documentos sólo muestran estos subalternos

a través de la cultura dominante, pero también nos dice mucho sobre los mismos, ya que

“el hecho de que una fuente no sea objetiva (pero tampoco un inventario lo es) no significa

8
Carlos Antonio Aguirre rojas, p. 171.
9
P. 173.
10
Carlo Ginzburg, p. 17.
que sea inutilizable. Una crónica hostil puede aportarnos valiosos testimonios sobre

comportamientos de una comunidad rural en rebeldía”11.

A través de este tipo de lecturas, incluido cuenta que para estudiar los subalternos se tenía

que identificar y ser consciente de que lo que estaba leyendo el archivo eran estereotipos,

visiones creadas impuestas para darles una identidad a las clases bajas, mentiras,

leyendas, mitos, representaciones, etcétera. Todos utilizados para describir estos

subalternos, muchas veces tachados de incultos e incivilizados. Algo que vale la pena

rescatar de sus aportes y que nos ayudarán a entender a los subalternos es precisamente

la dualidad que tiene la cultura dominante con la cultura dominada, pues nos explica la

una y la otra, por lo cual Ginzburg propone repensar estrategias para alcanzar y acceder

al conocimiento de estas clases subalternas, pero desde su propio punto de vista, como

víctimas.

Esta problemática de lectura de fuentes es algo que logra entroncar mucho entre la teoría

de Ginzburg y el grupo de estudios subalternos, ya que estos últimos tuvieron que partir

de la utilización de documentación oficial ya fuesen documentos gubernamentales así

como judiciales, llegándose a la conclusión de que la lectura de estos documentos debía

hacerse “entre líneas”, esto nos llevaría a generar un conocimiento nuevo, renovado y con

experiencias diferentes que contar. Pero para llegar a este ejercicio, tuvieron que

plantearse algunas cuestiones como ¿hay pasado indio? Toda la historiografía nacional

los invisibilizaba, los olvidaba, como si sólo hubiera sido sujetos sin ninguna repercusión

o papel en la historia del país12.

Para esto tuvieron que hacerse de toda una serie de conceptos y categorías propias ya que

gran parte de la producción historiográfica que tenían en su país era vista desde afuera,

11
Carlo Ginzburg, el queso
12
con una visión colonialista, con una cierta carga de apología hacer los dominantes y una

imagen creada y producida por ellos mismos para los dominados. Esto conllevó una doble

tarea la cual era representar a los grupos subalternos, darle voz a los oprimidos y hacerlos

figurar en una historia nueva, plantando de esta manera a estos subalternos como sujeto

a problemátizar en la historia. Esta búsqueda de una nueva forma de hacer historia

conllevó también una toma de conciencia acerca de las relaciones de poder que

atravesaban los documentos y que iba tanto del presente al pasado como viceversa, ya

que esta lucha de poderes se veía reflejada a un en documentos donde se pensaría cubrir

una cardiológica menor. Las cartas así como la literatura eran claros ejemplos del poder

que ejercían los dominadores, los propios indios se concebían como inferiores, salvajes y

violentos que aspiraban a ser europeos modernos y educados.13 entonces al momento de

utilizar estas fuentes que podemos clasificar como involuntarias, también se tiene que

llevar a cabo la crítica de leer entre líneas.

Ahora bien ¿cómo es leer entre líneas? Para poder llegar a los subalternos y los discursos

que se forman alrededor de ellos llenos de prejuicios y silencios, la frase que lo explica

muy bien es “interrogar a los interrogadores”, para no escribir cómo el juez se debe

intentar descubrir cómo escribió el juez. De este modo se evita caer en esta tradición

discursiva donde al subalterno se le silencia e ignora14 otro punto de la lectura entre líneas

es el ser capaces de ver a los subalternos aun en la propia narrativa de los dominadores,

por ejemplo Saurabh Dube, cuando analiza una serie de litigios que se dieron en la india

en la primera mitad del siglo XX, logra ver a través del rígido lenguaje del derecho

colonial, una fuente de información que le permite restituir una gran cantidad de

relaciones vivas como las relaciones familiares, la vida cotidiana de las aldeas, las

13
chakrabarty
14
Ishita.
relaciones de solidaridad y enemistad en la propia comunidad, además del choque entre

el régimen de derecho del Estado y la comunidad popular.15

Está teoría de la lectura entre líneas resulta muchas veces sumamente difusa ya que pocas

veces se hace explícita en los trabajos de corte metodológico de la escuela subalterna, sin

embargo con base a las inferencias hechas a partir de las diferentes piezas que están

esbozados a lo largo del trabajo de diversos historiadores que se identifican con dicha

escuela podemos intentar integrarlos para entender esta y otras técnicas de interpretación

histórica de documentos.

A pesar de estos esbozos de una teoría de lectura crítica de las fuentes, podríamos decir

que para el caso del escuela subalterna, pocas veces esta metodología explicitada y debe

ser buscada principalmente en los estudios históricos que elaboraron, sin embargo es

necesario retomar otras técnicas y corrientes que se han elaborado desde distintas

perspectivas para nutrir dicho tipo de estudios, la relectura de Marc Bloch y de Carlo

Ginzburg pueden dar muchas luces sobre cómo interpretar fuentes de manera crítica.

Estos dos historiadores que pertenecen a una tendencia renovadora y historiográficamente

hablando en sus contextos, nos ayudan a entender asimismo que las técnicas de la

disciplina histórica no se encuentran cerradas a las innovaciones, por lo cual el cruce entre

la escuela de estudios subalternos y sus teorías de crítica de fuentes resulta enriquecedoras

para la discusión historiográfica y el quehacer del historiador.

Podríamos sacar asimismo la conclusión de que una mirada crítica y abierta hacia todo lo

que está formalmente constituido en la ciencia histórica implica por ello una eternización

de las categorías y las técnicas. Los sujetos de estudio de la historia son variables y

responder a las necesidades de cada época en la cual se escribe por lo tanto mientras más

15
Dube, p.210
se avance de manera social, es decir mientras más se conquisten libertades y se cuestionan

las cosas, el opaco espejo de la historia irá aclarándose permitiéndonos ver a una mayor

cantidad de grupos humanos cuyo efecto en la historia esta presente y sólo es necesario

hurgar de manera crítica en el pasado para recuperar su potencia invisibilizada.

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