You are on page 1of 2

La elección de la mejor ruta entre varias posibles es usualmente, un problema difícil

de resolver y de la decisión que se tome en esta etapa dependerá del futuro de la


carretera.
Para comparar las ventajas que ofrecen diversas rutas es preciso hallar el costo
aproximado de construcción, operación y conservación de la vía que entre ella se
puede trazar y compararlo con los beneficios probables que producirá su
explotación. Quedará así determinada una relación de beneficio costo, la cual
deberá quedar satisfecha para un índice de beneficio preestablecido, generalmente
mayor que 1.
Este argumento ha dado origen a los métodos llamados de beneficio-costo. Los
cuales, si bien son muy utilizados en los países desarrollados, no son por igual
aplicables a los países en estado de desarrollo.
En un país desarrollado hay multitud de centros que constituyen polos de atracción
para la economía, alrededor de los cuales se organiza la actividad económica, una
vida regional que tiene un carácter especial propio y, hasta cierto punto,
autosuficiente. El mayor volumen de transporte se lleva a cabo ente distancias
pequeñas o medias y las redes viales presentan aspecto ramificado y no
convergente.
En los países en desarrollo, la actividad económica al nivel de subsistencia está
altamente localizada y a menudo concentrada alrededor de un pequeño pueblo.
Esta actividad requiere poco de los servicios de transporte. Si la comunidad es de
actividad más avanzada, el transporte es mucho más dependiente del mundo
exterior que en los países desarrollados. Los polos de atracción de la economía son
muy pocos en número y, algunas veces, están limitados a la capital o a un puerto
marítimo. Las redes de transporte local, en estos casos, tiene cierta ramificación,
pero muy poco uso, en tanto que las carreteras nacionales consisten en una o pocas
carreteras principales que conducen a los polos de atracción, en vez de constituir
una verdadera red.
Un cierto grado de desarrollo se manifiesta por la existencia de un gran número de
polos de atracción y, en consecuencia, de una red nacional de carreteras muy
ramificada y elaborada. Una de las características de un país en desarrollo es su
sensibilidad a una acción relacionada con las infraestructuras en general. Una
nueva carretera o una carretera que reemplace a un camino rudimentario a través
de un área poblada, vera agruparse rápidamente a la población a lo largo de la
misma. Poblaciones con sistemas de producción de subsistencia evolucionaria
hacia formas de producción más remunerativas, a causa de las facilidades de
intercambio.
Esta característica de crear una nueva economía, desproporcionada a la situación
anterior, constituye una diferencia esencial en los criterios de evaluación que se
pueden aplicar en un país desarrollado y en un país en desarrollo.
Sin embargo, cualquiera que sea el criterio que se emplee, todo método de
evaluación deberá incorporar a los beneficios materiales cuantificables los valores
sociales y estéticos de la carretera. Así se podrá establecer cuál es el trazado que
ofrece no solo los mayores beneficios económicos, sino también los mejores efectos
sociales, y de esta manera las carreteras lograran integrar los máximos beneficios
públicos y privados y la conveniencia, satisfacción y seguridad de los usuarios,
constituyendo a prestar un mejor servicio; preservando y acrecentando los recursos
de la tierra, el agua, el aire y los bióticos; coadyuvando a los objetivos de desarrollo
regional, industrial, comercial, residencial, embellecimiento y mejorando las tierras
existentes y generando nuevas tierras productivas.
Tales criterios, si bien requieren la aplicación de los principios ortodoxos de
selección de rutas, también hacen hincapiés en las responsabilidades social del
trazador. La carretera ya no es considerada únicamente en términos de
desplazamiento vehicular. Sino también en el contexto de procesos físicos,
biológicos y sociales de un área de influencia.
Al emplearse estos criterios, la mejor ruta entre varias posibles para enlazar dos
puntos será aquella que, junto a las condiciones topográficas, geológicas y de
drenaje, tengan el menor costo anual, las menores posibilidades de competencia
con otras vías existentes en la región, y que arrojen el mayor índice de utilidad
económica, social y estética.
De esta manera, los factores técnicos que están a favor de un trazado y, por
consiguiente, de la ruta en que se desarrolla, habrán quedado inspirados en razones
compatibles con los beneficios económicos y sociales que se van a producir, y por
ello permitirán un transporte seguro, veloz, económico y confortable, dentro de unos
costos compatibles a las disponibilidades económicas de inversión.

You might also like